PRESENTACIONES
Draco se alejo de Hermione mientras caminaban rumbo a la puerta de entrada del aeropuerto, la cual se abrió automáticamente frente a ellos.
Ella no pudo evitar morder su labio inferior, como lo hacia cada vez que se sentía contrariada. Y es que esa era la mejor palabra para describir lo que bullía en su corazón: sentimientos contrariados que no le permitían pensar con claridad.
Se coloco a su lado para recoger su maleta, sin atreverse a mirarlo.
Draco tenia el entrecejo fruncido, estaba muy molesto por sentir lo que sentía.
Él era un hombre acostumbrado a brindar placer sin limites, y muy pocas veces se había encariñado lo suficiente con alguna de sus "clientas" como para que el atractivo físico perdurara. Era por eso que una profunda rabia lo invadió, cuando su corazón comenzó a latir mas de lo debido al sentir el rocé cálido de la mano femenina.
Ella retiro su mano rápidamente.
Sin proponérselo y sin planearlo ambos habían alargado su mano para recoger la misma maleta.
El rubio termino por tomarla y la coloco al lado de ella. Hizo un gran esfuerzo por no mirarla, por lo que le dio la espalda, tomo su maleta y se alejo otra vez.
La morena tenia la mirada clavada en el suelo. Rogaba internamente que él no la mirase en ese momento, para que no descubriese el rojo encendido que coloreaban sus mejillas.
-¡¡HERMIONE!... se escucho a lo lejos.
Se volvió sobre si misma, y vio a sus padres acercarse a ella a gran velocidad.
Sus padres la abrumaron con abrazos y besos.
Draco los observaba en la distancia. Luchaba contra la idea de tomar un taxi y largarse de allí. Pero recordó el cuarto de millón de euros que habían engordado las arcas de su fortuna. Aunque lo que realmente impidió dar rienda suelta a esa idea, fue el deseo de permanecer a al lado de su antigua enemiga y descubrir porque esa insufrible, malgeniada, inteligente y bella leona le provocaba fantasías prohibidas a menores.
Hermione le dirigió una mirada suplicante que él entendió. Con su acostumbrado porte se acerco a la pequeña familia reunida.
-Gracias al cielo que estas bien hija mía... decía el señor Granger mientras volvía a besarla por quinta vez... estábamos tan asustados...
-Parece que la tormenta no fue tan fuerte como ellos pensaban... explico Hermione sin poder evitar sonreír ante la muestras de amor y cariño de sus padres.
-Y tu novio Hermi querida... pregunto la señora Granger algo dudosa... ¿dónde esta?
El señor Granger frunció el entrecejo al ver que su hija tragaba fuerte y palidecía un poco ante la pregunta. Se le notaba que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por sonreír.
-Allí viene mamá... dijo mientras señalaba a Draco.
La señora Granger sonrió tan profundamente que las ultimas muelas de su dentadura se pudieron detallar sin problemas.
Cualquiera pensaría al verla suspirar cuando Draco le estrechó la mano, que por fin se le quitaba una gran preocupación y que ya todos sus problemas estaban resueltos.
-Draco Malfoy... un placer conocerla querida Suegra... dijo el rubio con educación y con un refinado gesto beso la mano que estrechaba.
Luego se dirigió hacia el señor Granger y de igual forma, aunque obviando el beso en la mano, se presentó.
-Bienvenido señor Malfoy... es también para nosotros grato conocerlo... dijo el señor Granger sin poder evitar mirarlo con recelo... espero que no halla tenido usted que posponer algún asunto importante por acompañar a nuestra pequeña... no me gustaría imaginar que no se siente a gusto... que se sienta obligado...
Draco miro a Hermione quien sostenía la respiración. Sin duda alguna aquel muggle era muy inteligente y suspicaz. Ahora podía entender de donde había heredado Granger su personalidad y carácter.
-De ninguna manera, suegro... dijo Draco mientras abrazaba a Hermione por la cintura y la atraía hacia él con dulzura... ha sido para mi muy gratificante poder acompañarla... y sin duda alguna me ha reportado muy buenas ganancias el venir a conocerlos.
-¿Buenas ganancias?... pregunto el señor Granger abriendo mas los ojos
Hermione lo atrajo mas hacia ella.
-Claro... siempre es una ganancia... conocer personas nuevas... explico Draco sin intimidarse... sobretodo cuando pronto serás uno mas de la familia.
-Por supuesto Draco... así será sin duda alguna... disculpa a mi esposo... dijo la señora Granger tomando el brazo de Draco mientras le dirigía una mirada severa a su marido... es que estaba muy nervioso por lo de la tormenta... es todo un honor para nosotros que estés aquí... vas a pasarla en grande... no te arrepentirás... además debes acostumbrándote... estas reuniones se repiten cada cinco años... así que asistirás a muchas en el futuro.
Draco se sentía algo mareado. Ahora entendía de donde había heredado Hermione esa facultad de hablar sin respirar por largo tiempo.
-Todo esta bien... pregunto el señor Granger a su hija, cuando la tomo de la mano.
Iban a corta distancia de Draco y la señora Granger quien lo tenia firmemente sostenido por el brazo como para que no se le pudiera escapar y continuaba hablando sin parar.
-Si papi... todo esta de maravilla... mintió Hermione lo mejor que pudo.
Cenaron en el restaurante del hotel Rits, donde los padres de Hermione, también se hospedaban.
-Y díganos señor Malfoy... a ¿qué se dedica?... quiso saber el señor Granger, manteniendo aun las reservas con su "yerno".
Hermione casi se atraganta con la sopa.
Draco le ofreció una copa de agua de forma gentil.
-Tengo una empresa de artículos femeninos en Londres... y varia sucursales: una en Japón, otra en Nueva York y gracias a una inversión que recién he concretado, pienso abrir una nueva sucursal en Rió de Janeiro... dijo Draco con todo el aplomo que le era posible.
-Artículos femeninos... ¿qué clase de artículos femeninos?... insistió el señor Granger.
Draco no pudo evitar que su molestia y su nerviosismo se reflejara en su mirada gris. No le gustaban los interrogatorios y menos cuando tenia que mentir tan descaradamente.
-Déjalo hombre... dijo la señora Granger en defensa de su "yerno"... que no ves que pones al pobre muchacho nervioso.
Hermione miraba a su padre y a Draco alternativamente. Sentía los latidos de su corazón en la garganta.
-No hay problema... dijo Draco volviendo a fingir serenidad... es lógico que quieran saber mas sobre le futuro esposo de su hija... vera suegro... mis artículos están destinados a hacer felices a las Damas... a que se sientan jóvenes de nuevo, que descubran que aun hay razones para vivir, para sonreír, para suspirar cada mañana... que sepan que aun pueden amar y ser amadas... desear y ser deseadas...
Un silencio sepulcral cayo sobre la mesa. Hermione no pudo evitar sonreír. Draco había logrado sajarse de la situación de una forma impecable. Miro de reojo a sus padres.
Los esposos Granger se miraron sorprendidos.
El señor Granger cambio de pronto su actitud. Por que aquellas palabras irradiaban una profunda sinceridad y respeto. Inocentemente acepto que esos "articulos femeninos" serian cosas como maquillaje, perfumes, ropa y demás bisuterías, pero ni remotamente podía imaginaba lo equivocado que estaba.
La señora Granger por su parte volvió a sonreír. Por fin su hija parecía haber acertado en la escogencia de una nueva pareja, quizás algo tarde, por lo que pondría todo su empeño, porque al final de esa semana que comenzaba, la feliz pareja anunciara su compromiso.
-Y dime Draco... vives con tus padres... pregunto el señor Granger risueño.
Hermione volvió a ser atacada por los nervios, lo disimulo estrujando la servilleta que llevaba en su regazo.
-No. Tengo mi propio departamento...
-De donde son ellos...
Fue el turno de la señora Granger
Draco miro a Hermione, no sabia si seria apropiado mencionar sus orígenes, pero ya habían suficientes mentiras sobre la mesa, como para continuar con ellas, al menos en eso él quería ser sincero para sentirse aunque fuese un poco mas libre.
-Bueno... no se si Hermione lo habrá pensionado... pero mis Padres eran magos... yo al igual que ella estudie en el colegio Hogwart de Magia y Hechicería... allí fue donde nos conocimos.
Hermione sostuvo la respiración de nuevo al ver la expresión en la cara de sus padres.
-"¡Otro mago!... bueno al menos la entenderá... y no tendrá recelos por su condición", pensó con lógica el señor Granger.
-"¡Otro mago!... ¿que no le fue suficientemente mal con el chico Weasley para continuar con esa fijación?...¿será que le es muy difícil tratar con hombres normales?... bueno que mas remedio... tendré que decirle a este niño lo importante de mantener los secretos ", pensó con frialdad la señora Granger.
Hermione volvió a respirar tranquila, al ver que sus padres lo tomaban mejor de lo que esperaba.
La conversación se mantuvo animada, hasta que los padres de Hermione se despidieron.
-Nosotros nos despedimos... dijo la señora Granger mientras tomaba su bolso y lo colocaba en su hombro... mañana debemos hacer unas compras... recuerden que partimos a las dos de la tarde.
Al quedarse solos, Draco no pudo evitar emitir opinión sobre la velada.
-¿Qué les dijiste a tus padres sobre mi?... pregunto curioso
-¿Por qué lo preguntas?... respondió ella con otra pregunta
-Me da la impresión que tu padre sospechaba algo... dijo Draco recordando su actitud hostil
-Mi papá no es estúpido, Malfoy... explico Hermione... hasta un ciego podía notar la tensión que había entre nosotros cuando nos encontraron.
-Pero tu mamá ni se dio por enterada... le recodo
-Mi mamá esta tan desesperada por verme unida a alguien... que en realidad no le importa mucho con quien sea... con tal que me case y le de muchos nietos... ella será completamente feliz... confeso Hermione vaciando la sexta copa de vino de la noche.
-Y si me permites preguntar: ¿a qué se debe esa obsesión?...
-Estoy cansada Malfoy... quiero dormir...
Hermione se levanto lentamente. Se sentía algo aturdida por el vino que había tomado y que bruscamente había comenzado a surtir efecto.
Draco entendió la indirecta. Así que la siguió sin intentar insistir en el asunto.
Al llegar a la habitación, lo primero que hizo ella fue ir al baño y darse una larga y placentera ducha, para tratar de ordenar sus ideas. Sin embargo desistió de ellos por el momento, solo quería dormir.
Él aprovecho la soledad del momento, para hacer unas llamadas telefónicas, para conocer como marchaban sus negocios.
La morena salió del baño envuelta en una hermosa bata de seda color melón, que le hacia resaltabas sus pechos de forma provocativa. Al menos eso pensó Draco al verla, hasta el extremo de colgar el teléfono sin esperar comunicación a la llamada que había pedido para Nueva York.
Ella se mantenía ajena a la mirada hambrienta de él. Se sentó al borde de la cama para secarse el cabello con una esponjosa toalla blanca.
Draco se levanto con premura y se metió en el baño. Sabia que si permanecía allí por mas tiempo, se abalanzaría sobre ella, como la serpiente que seguía siendo.
Hermione fue hasta el espejo de cuerpo entero, ubicado en una de las paredes de la amplia y lujosamente decorada habitación del Rits.
Y fue entonces cuando noto su atuendo. Quería pensar que Draco no se había fijado en ella, pero era algo muy improbable.
Corrió a esconderse entre las sabanas, cuando sintió que la puerta del baño se abría.
Se cubrió con la sabana de satén blanco, hasta el cuello, y fingió que miraba el televisor, que no tenia idea desde cuando estaba encendido.
Pero no pudo evitar que sus ojos se desviaran hacia el cuerpo masculino. Suspiro calladamente al detallar sus brazos, los músculos de su pecho y abdomen. E intento reprimir una salvaje sacudida mas allá de su vientre, al recordar la suavidad de esa pálida piel y la ardiente pasión de esos finos labios.
-A donde vas... pregunto sin poder evitarlo, cuando vio que Draco se enfilaba fuera de la habitación.
-A dormir en el sofá de afuera... contesto sin matices en su voz...
-¿Por qué?... espero que no se notara la desilusión que sentía.
-Por qué no quiero imponerte mi desagradable presencia Granger... además no creo que te sientas muy cómoda conmigo a tu lado... le recordó con malicia.
-Lamento lo que dije Malfoy... hagamos una tregua de paz... ese sofá seguro será muy incomodo... esta cama es lo suficientemente ancha para los dos... dijo Hermione con coquetería.
Draco no pudo resistirse a tal invitación y menos cuando ella hizo a un lado las sabanas para dejarle un lugar a su lado.
Sin embargo se detuvo. Tenia que aclarar algo primero.
-Usualmente duermo sin nada de ropa Granger...
Hermione lo miro asustada y sorprendida.
Draco sonrió y dándose la vuelta abandono la habitación.
Seria una situación muy incomoda para ambos. Y aun habían algunos escollos que superar.
Frustrados, ambos se acomodaron en sus respectivos lugares e intentaron conciliar un sueño que tardo mucho en llegar.
Cuando el alba comenzaba a despuntar en el horizonte, Hermione se revolvió con pereza entre sus sabanas. Acaricio el lado izquierdo de la cama con una sonrisa, imaginando que las imagines que aun estaban frescas en su mente eran producto de la realidad. Pero al notar el lugar vació y frió, abrió los ojos. Con rabia se despojo de las sabanas al comprender que esas imágenes habían sido solo un sueño.
Se levanto y fue al baño a refrescarse un poco.
Agudizo sus oídos al escuchar unos suaves ronquidos en la lejanía. Y dejándose llevar por sus deseos camino al encuentro de ese ruido.
Se asomo por el respaldar del amplio sofá. Draco dormía profundamente
La sabana y una cobija yacían en el suelo. Ella se estremeció al contemplar su cuerpo desnudo.
Rodeo el sofá y sin importarle lo que hacia ni lo que deseaba hacer se sentó a los pies del rubio.
Hermione poso el dorso de su mano en la mejilla masculina, y la dejo caer lentamente por su cuello, por su pecho y su abdomen.
Draco entreabrió los ojos al sentir el cálido contacto. Aun no despertaba del todo, y pensó que estaba soñando despierto.
Pero el sueño de desvaneció por completo al ser presa de un escalofrió y al ver con asombro como la morena acariciaba deseosa su miembro varonil
Intento incorporarse, pero luego desistió de la idea, no quería que aquello terminara.
-Te gusta... pregunto Hermione de forma insinuante.
Draco solo atino a asentir con la cabeza.
-Te propuse una tregua de paz... le recordó ella mientras iba acercando su boca sin apartar su mirada de aquellos ojos grises que destellaban pasión... ¿quieres que la firmemos ahora?.
-Has lo que tu quieras... pero hazlo de una vez por favor... le ordeno de forma casi suplicante.
Hermione obedeció de inmediato. Draco se acomodo debajo de ella, para dejar el camino mas despejado.
Ella tomo el miembro de él entre sus manos y suavemente lo fue rodeando con sus labios haciendo una leve presión cuando comenzó a succionarlo con deleite.
Draco no pudo reprimir gemidos de entusiasmo al sentirse placenteramente vencido y doblegado.
Esa parte de la anatomía masculina rápidamente se hizo fuerte y viril, como respuesta a semejantes caricias; por lo que el deseo se apodero de Hermione, quien se olvido por completo de toda sutileza, y con su lengua comenzó a recorrer vorazmente palmo a palmo cada rincón.
Las manos de él bajaron hasta sus pechos, y en un intento por hacerla participe del deleite que estaba experimentando, comenzó a acariciarlos al mismo ritmo que ella estaba empleando para colmarlo de placer.
Y así continuaron, hasta que Draco no soporto mas, y tomándola por los cabellos la atrajo hacia él con cierta rudeza, haciendo que el contacto se profundizara aun más. Hermione respondió de igual forma y con violencia lo hizo alcanzar un orgasmo indescriptible.
Mantenía sus ojos fijos en el techo de la habitación, intentando recobrar el aliento.
¿Qué clase de mujer era aquella que le había proporcionado uno de los mejores momentos de su vida?
Sus rebeldes cabellos caían con descuido sobre su cara. También respiraba entrecortadamente y sus mejillas estaban sonrosadas.
No pudo evitar sentirse feliz y satisfecha al comprobar que su labor había causado un gran impacto en él.
Sus ojos grises se clavaron en los miel de ella. Y se sonrieron con complicidad.
-Me vas a volver loco... le dijo mientras colocaba su mano en la nuca de ella...
-No es esa mi intención... dijo ella con inocencia
-Pero lo estas logrando... dijo él mientras comenzaba a besarla
¡¡TOC... TOC... TOC!
Alguien comenzó a llamar a la puerta.
-¿Quién es?... preguntaron ambos al mismo tiempo, muy molesto por semejante intromisión.
-Soy yo Hermi querida... tu prima Penélope..
