MOMENTOS ESCABROSOS

-¡¡Rayos!... dijo Hermione muy molesta, mientras se levantaba.

Draco la tomo de la mano y la atrajo hacia él, logrando que ella se sentara en sus piernas

-Vamos a ignorarla... le sugirió

-Ya nos escucho... susurro Hermione tratando de ignorar las cosquillas que los labios de Draco le producían en su cuello... y no se ira... la conozco... es muy persistente.

Contra su voluntad la morena volvió a colocarse en pie, y comenzó acomodarse la bata para cubrir parte de su desnudes.

-Por favor Draco... no hagas eso... suplico al sentir las manos del rubio deslizándose por sus piernas y muslos...

¡¡TOC... TOC...TOC!

-Un momento por favor... dijo Hermione con furia contenida.

Alejándose de Draco, le dijo sin mirarlo, para no ceder a sus encantos.

-Vístete por favor...

Él obedeció muy a su pesar. Con la actitud de un niño a quien se le ha negado un capricho recogió las sabanas y la cobija del suelo y se encerró en el cuarto, no sin antes tomar a Hermione por la cintura, para besarla y demostrarle así lo mucho que le había gustado el momento compartido.

Ella permaneció unos instantes con los ojos cerrados, mientras lograba recuperarse del ardiente beso. Solo cuando escucho a Draco cerrar la puerta recordó que su prima Penélope aun estaba en el pasillo.

-"Deberías de quedarte allí...", pensó con rabia, pero debió fingir una sonrisa, cuando la saludo eufóricamente.

-¡¡Hola querida!... ¿cómo has tardado en abrir?... dijo la prima con picardía... ¿qué estabas haciendo?

-Hola Penélope... ¿a que debo el honor de tu visita tan temprano?...dijo Hermione cortante

-¿Así me recibes después de tanto tiempo?... se quejo Penélope

-Discúlpame... pero me has tomado por sorpresa... no sabia que vendrías... pensé que nos veríamos luego... dijo Hermione tratando de ser cordial.

-OH bueno no te preocupes... lo que sucede es que Chris quiso hacer una parada aquí antes de la reunión familiar... tu sabes... él es un hombre con muchas ocupaciones y el trabajo no le deja mucho espacio...

Penélope se había sentado en el sofá. Miraba a su alrededor como esperando encontrar algo o a alguien.

Hermione permanecía en pie, escuchándola mientras recordaba al esposo de su prima: un tipo calvo y regordete dueño de una empresa manufacturera que actuaba como si fuera un magnate. Sin embargo no pudo evitar notar la actitud de su prima.

-¿Buscas algo?... pregunto suspicaz.

-No... no nada... mintió con naturalidad... es que esta habitación esta algo oscura.

Penélope se levanto, caminó hasta las cortinas que cubrían las ventanas y las corrió, dejando entrar los suaves rayos del sol. Luego fue hasta el pequeño bar que ocupaba una de las esquinas y se sirvió un vaso con agua. Actuaba como si aquella fuera su casa.

-Todos estamos muy emocionados... de nuevo vamos a estar juntos... aunque el tiempo vuela... continuaba hablando Penélope manteniéndose atenta a la puerta cerrada del cuarto... y dime prima ¿que cuentas de nuevo...?

-Nada interesante... dijo Hermione sin poder ocultar el fastidio que su prima le producía.

Aunque ella quería mucho a su familia en general, aquella mujer morena de mas de treinta no era una de sus primas preferidas, sin embargo se soportaban lo necesario para convivir durante los siete días que compartían cada cinco años, en la Rivera Francesa.

Además sabia perfectamente que esa visita mañanera no era motivada por el deseo de volver a verla, era malsana curiosidad. De seguro ya su madre le había comentado sobre su "novio".

Penélope se sobresalto al escuchar un ruido, y por la expresión en su rostro cuando comprobó quien lo había causado, se podía pensar que un anhelado sueño se le hacia realidad.

Draco salió del cuarto. Vestía de forma informal, pero se veía tan atractivo, que ni siquiera Hermione pudo disimular su sorpresa al verlo.

-Buenos días... dijo amable mientras le dirigía a Penélope una mirada capaz de derretir un témpano de hielo...

-Bue...bue...nos di...días... tartamudeo Penélope

Permaneció en su lugar, esperando a ser presentado, pero al darse cuenta que ninguna de ellas reacciono, sonrió complacido, aunque para nada extrañado, estaba acostumbrado a causar ese efecto en las mujeres.

-¿Amor... no me presentas a tan bella Dama?... dijo Draco ampliando su encantadora sonrisa.

Hermione dio un respingo y tomo rápida conciencia de la situación.

-Mi prima Penélope... atino a decir señalándola...

-Mucho gusto... dijo Draco con caballerosidad para luego besarle la mano

Penélope no disimulo una risita nerviosa.

-Prima, él es mi novio... Draco Malfoy... mi prometido... mi futuro esposo... recalco Hermione molesta al ver que Penélope lo miraba con ojos desorbitados.

Tenia la expresión típica de un depredador sobre su indefensa victima.

Pero si algo Draco había dejado de ser hacia mucho tiempo, era una victima y mucho menos indefenso. Conocía muy bien como manejar a ese tipo de mujer. Con sutileza retiro su mano, la cual Penélope parecía no tener la menor intención de soltar.

-Imagino que les gustara estar a solas... se apresuro a decir Draco... así que yo me retiro...

Hermione lo miro con reproche, no quería quedarse a solas con su prima, aunque al darse cuenta de la mirada lasciva de ella, quizás era mejor que se marchara.

-¿Vendrás para el almuerzo?... pregunto Hermione dándole un beso en la mejilla

-Por supuesto amor... no tardaré... te dejo mi nuevo numero de teléfono... cualquier cosa que necesites me llamas...

Draco le guiño un ojo, y volviendo a posar su brazo en su cintura la atrajo hacia él y al oído le susurro

-No se te olvide que dejamos algo inconcluso en el sofá...

Y dicho esto la beso en los labios, se despidió de Penélope y salió de la habitación.

Hermione sentía que las piernas le temblaban, tratando de disimular el efecto de aquellas palabras, se sentó en una butaca.

-¡¡OH!... ¡¡OH!... ¡Caramba!... ¡no lo puedo creer!... exclamo Penélope sofocada, mientras se abanicaba con la mano.

Hermione la miro y no pudo evitar sonreír divertida ante la actitud infantil de su prima.

-Hermione ese hombre es un adonis... ¿De donde lo sacaste?... pregunto Penélope envidiosa.

Tener que soportar a su prima, era una de las cosas mas difíciles que Hermione hubiese querido experimentar. Y es que ya no encontraba la forma de responder a las miles de preguntas que le hacia sobre Draco sin levantar la mas mínima sospecha.

Por su parte Draco había decidido visitar la sucursal parisina de su emporio.

Mientras revisaba los libros de contabilidad, no pudo evitar que la morena se colara en su mente.

Y dejando de lado por un momento, los números, las sumas y restas, se dedico a pensar en ella y en lo que estaba comenzando a nacer en su corazón.

Recordó sus besos y caricias. Se estremeció, porque estaba vez era diferente, diferente a tantas otras veces.

-"Pero diferente ¿por qué?", pensó para si mismo.

Diferente acaso, por quienes eran, o por quienes fueron en un pasado. Un pasado lleno de odios, insultos y malos momentos.

-"Puede un gusto, un deseo por muy fuerte que sea, borrar todo eso", se pregunto confundido.

Por que aunque se había negado a esa posibilidad desde hacia tiempo, él también tenia derecho a un verdadero amor, a una relación fuerte y real, a compartir el resto de su vida con una mujer. ¿Y si por esas cosas del destino, ella, su enemiga natural, una "Sangre Sucia" fuese la señalada para obrar ese milagro?.

Se burlo de él mismo al permitir que su mente divagara entre ideas tan absurdas; de nuevo sus temores y resentimientos con la vida, le hicieron dudar y cerrar su alma, su corazón a soñar con un futuro.

De pronto su teléfono celular comenzó a vibrar. Lo atendió casi de inmediato

-Draco Malfoy al habla...

-¿Draco dónde te has metido?... le reprocho una voz femenina

-¿Granger?... pregunto casi sin poder creerlo

-Me dijiste que cualquier cosa... comenzó a decir ella dudosa de que hacia lo correcto

-No... no hay problema... se apresuro a decir

Hubo unos minutos de silencio. Ambos aunque separados por la distancia, no querían demostrar lo que sentían en ese instante.

-¿Me extrañaste?... pregunto él sin poder esconder la emoción que le causaba oírla.

-Tenemos que almorzar antes de irnos... dijo Hermione evitando responder a tan inusual pregunta... te estamos esperando en el Rits... por favor no te tardes.

Mientras caminaba de regreso al hotel, diviso en la distancia a un grupo de personas que caminaban en dirección a él. Sintió un aleteo en su estomago al ver como Hermione se le acercaba

Lo tomo de la mano y le obligo a seguirla, pero él no se dejo llevar.

-No respondiste a mi pregunta... ¿me extrañaste?... insistió con una vaga ilusión en su corazón.

-No seas tonto... vamos... que se hace tarde... a las dos partimos para la Rivera... dijo Hermione sosteniendo aun su mano, pero manteniendo su actitud indiferente a la pregunta

Draco entrelazo sus dedos entre los de ella y con un gesto cariñoso acaricio la sonrojada mejilla con su perfilada nariz. Hermione bajo la mirada y sonrió tímida.

-Nos están mirando...

-Y eso que importa... acaso no tenemos que fingir que estamos enamorados... dijo Draco mientras ocultaba su rostro entre los cabellos castaños de ella, oliendo su perfume.

-¿Fingir?... acaso estas fingiendo... pregunto dolida.

Draco sintió como si un globo se desinflara dentro de él. Había comedio un error sin pensarlo. Había empleado la palabra equivocada en el momento equivocado.

Hermione separo con brusquedad su mano y se separo un poco de él.

El rubio intento tomarla por el brazo.

-Draco cariño... te hemos estado esperando... dijo la señora Granger que rápidamente se acerco a él y le dio un sonoro beso.

Hermione entro con prisa al hotel. Durante la comida permaneció serena, logrando mantener una fluida conversación, a pesar de que en varias oportunidades Draco había colocado su mano en el muslo de ella. Se sentía nerviosa, no por tenerlo a su lado, ni por esas caricias que él pretendía robar; sino por lo que estaba experimentado. Se negaba a si misma la remota posibilidad que un gusto mas allá del carnal estuviese comenzando a nacer en su corazón.

-"Fingir... solo tienes que fingir... él te lo acaba de recordar...", pensaba mientras lo miraba tratando de retar a su corazón.

Draco le devolvió la mirada, pero al sonreírle, el corazón de Hermione dio un vuelco

-"Y por cuanto tiempo podré fingir que no me estoy muriendo por estar entre sus brazos", se pregunto molesta levantándose de golpe de la mesa.

-Hija mía...¿qué te pasa?... pregunto el señor Granger levantándose al mismo tiempo

-Nada... eeeeh... es solo que... dijo intentando buscar desesperadamente una excusa

-Has vuelto a sentirte mareada... pregunto Draco de forma natural...

Hermione le dirigió una mirada interrogativa. ¿Qué estaba tramando?

-¿Mareada?... pero mareada ¿por qué?...¿de que?... ¿desde cuando?... comenzaron a preguntar los esposos Granger con preocupación.

-Creo que fue el almuerzo de ayer... si nos disculpan... avísennos cuando ya estemos por partir... creo que Hermione necesita descansar un poco... dijo Draco apartándola de la mesa.

-Veo que eres un experto en rápidas excusas... yo en cambio soy mala para eso... reconoció Hermione mientras subían en el ascensor a la habitación

-Pude fijarme en ese detalle... dijo Draco mientras se le acercaba.

-Aquí no tienes porque fingir que te gusto Malfoy... nadie nos esta viendo...

Draco se detuvo a escasos centímetros de la boca femenina. Volvió frustrado su mirada hacia uno de los espejos que decoraban el interior. Con su dedo índice delineo el perfil de la morena que allí se reflejaba, ella se percato del gesto y mirándolo a través del espejo pregunto nerviosa

-¿Por qué tenemos que herirnos de esta manera?

-Quizás porque león y serpiente no pueden convivir en armonía... dijo Draco encogiéndose de hombros...

-Pero eso es estúpido... eso fue en el colegio... eso fue hace mucho tiempo... negó Hermione con la cabeza

Con cierto temor se acerco y apoyo su cabeza en el hombro de él.

-Si pudiéramos olvidarnos de eso por esta semana... pregunto Draco mientras acariciaba los cabellos de Hermione...

-Pero si aquí están...

Draco y Hermione se separaron al escuchar una voz conocida. El rubio tuvo la ligera impresión al ver como Penélope lo miraba, que si no andaba con pies de plomo esa mujer podría traerles problemas.

No tuvieron mucho tiempo para estar a solas, ni mucho menos concluir lo que habían dejado a medias en el sofá de la habitación del Rits. Debieron recoger todo rápido, ya que como el señor Granger les recordó en varias oportunidades, la avioneta partía a las dos en punto de la tarde.

-Prefiero usar polvos flu... reconoció Draco cuando se sentó al lado de Hermione en la avioneta... estos aparatos muggles me desagradan...

-El paseo será rápido... si prefieres no mires por la ventana... le sugirió Hermione mientras cerraba la cortinita que cubría las ventanillas

-Buenaaaas taaaardeeess... canturreo un hombre relleno y calvo que entro a la avioneta como si se tratara del escenario de un teatro.

-Turroncito... pensé que no llegarías a tiempo... grito Penélope mientras se le enganchaba en el cuello

-Como crees bomboncito... y perderme la tradicional reunión Granger... jamás... grito eufórico moviendo los brazos como las aspas de un ventilador.

Draco frunció el entrecejo.

-Júrenme que este muggle no se moverá así durante el viaje... porque sino me bajo inmediatamente... amenazo el rubio al sentir que la avioneta se movía al compás de los pasos del hombre.

-No te preocupes Draco eso no pasara... dijo la señora Granger sin disimular que había escuchado sus palabras.

El señor Granger lanzo un bufido al aire y con un tono molesto dijo

-Christofer... agradecería que te comportaras... no eres el único que viaja aquí

-Lo siento... lo siento... en verdad lo siento... se disculpo Christofer exageradamente mientras se dejaba caer en el asiento al lado de Penélope... pero he tenido un día muy provechoso... he hecho un negocio redondo...

-Si... si... nos lo podemos imaginar... le interrumpió el señor Granger fastidiado... ahora quédate quieto... y no nos estropees el viaje.

Hermione estaba algo pálida, por la vergüenza que sentía. Miro de reojo a Draco, pero éste parecía divertido ante toda la situación, y por su actitud no pensaba seriamente en abandonar la avioneta.

El piloto les aviso que en segundos partirían.

Draco tomo la mano de Hermione

-No me digas que estas nervioso... pregunto ella con una sonrisa

-Ya te dije que no me gustan estos aparatos... le repitió sin molestarse en manifestar sus temores... una escoba es mas estable... y ni que hablar de una alfombra voladora.

-Ya te acostumbraras... le prometió Hermione estrechando su mano sudorosa entre las de ellas.

Pero un pequeño bamboleo hizo a Draco contener la respiración. Era Christofer que se había acercado a ellos.

-Así que tu eres el nuevo novio de Hermi... un placer... soy Christofer Blummberg... el esposo de Penélope...

Atrapo la mano que Draco extendió cortésmente y la sacudió con todas sus fuerzas. El rubio trato de disimular su desagrado pero le fue mas que imposible, por lo que se desprendió y se hecho hacia atrás alejándose rápidamente.

-Por favor Christofer no pienso volverlo a repetir... SIÉNTATE Y QUÉDATE QUIETO... grito el señor Granger furioso... vas a hacer que nos estrellemos...

El hombre sonrió apenado y mirando a Draco le dijo

-Luego hablamos compañero... me tienes que contar bien como es eso de "artículos femeninos"... tenemos que hablar de negocios...

Ahora fue el turno de Hermione de comenzar a sudar.

-No te preocupes... si se me vuelve a acercar lo convierto en un escarabajo... susurro Draco para tratar de calmarla... y nadie notara la diferencia.

El viaje se mantuvo tranquilo, hasta que una copiosa lluvia comenzó a caer y un viento fuerte hacia que la pequeña avioneta se sacudiera intempestivamente.

-Hagamos algo por favor... aunque sea un pequeño hechizo... casi suplico Draco temeroso

-No podemos... dijo Hermione también nerviosa

-Pero no tienen porque darse cuenta... continuo insistiendo

-Yo no tengo mi varita aquí... dijo ella accediendo a su petición... usa la tuya

Sin pensarlo dos veces, Draco invoco un conjuro y en menos de tres minutos la avioneta había llegado a su destino.

Se bajo casi inmediatamente después que las ruedas del aparato habían tocado tierra.

No se molesto siquiera que la lluvia lo empapara por completo, lo importante era alejarse de ese detestable aparato muggle.

-Pero ¿que extraño?... no te parece bomboncito... soltó Christofer cuando estuvieron a buen resguardo en la limosina que los llevaba rumbo a la casa de campo de los Granger... podía jurar que aun faltaban al menos cuarenta minutos para llegar.

-Si muy cierto turroncito... reconoció Penélope... nunca el viaje había sido tan corto.

Los esposos Granger le dedicaron una mirada severa a la pareja frente a ellos.

Hermione bajo la mirada, pero Draco la mantuvo. Reconocía que su temor le había hecho poner el peligro el anonimato de su condición. Pero ya el mal estaba hecho.

-Me parece Draco que debemos hablar... dijo la señora Granger tomándolo del brazo una vez que la limosina se había detenido frente a una hermosa casona.

Hermione sintió una puntada de miedo cuando vio que su madre se alejaba con Draco.

-Usted dirá suegra... dijo Draco con educación presintiendo el tema que sacaría a relucir

-Creo que no es conveniente que uses tus... tus conocimientos durante esta semana... comenzó a decir de forma amigable... no puedo negar que te agradezco lo que hiciste... pero vas a estar rodeado de personas sin magia... tal vez sea difícil para ti... pero por favor... seria mucho pedirte que intentaras adaptarte un poco...

-Lo siento señora... se que no debí hacerlo... pero la situación me puso muy nervioso... y yo... dijo Draco tratando de disculparse sinceramente.

-No te preocupes mi niño... te entiendo... y se que vas a poner de tu parte por complacerme ¿verdad?...

Draco se sintió cohibido ante la expresión de cariño en los ojos de aquella mujer. Y por un instante sintió remordimientos por mentirle de la forma en que lo estaba haciendo.

Solo pudo sonreír con timidez.

-Gracias cielo... no esperaba menos de ti... dijo la señora Granger muy contenta, sellando el tema con un beso maternal en la frente.

Mientras caminaban de vuelta con el temor del vuelo en avioneta olvidado, y mientras la señora Granger comentaba algo sin relevancia para Draco, él se fijo por fin en el lugar donde estaba.

Era una hermosa campiña a orillas del mar, con la gran casona que se levantaba imponente, ubicada en el centro de las varias hectáreas que conformaban aquel lugar de ensueño. Muchos árboles alrededor se movían al compás del suave viento. Ya la lluvia había pasado.

-¿Por que nunca me dijiste que eras una rica heredera muggle?... pregunto Draco con tono burlón, cuando se reunió con Hermione frente a la puerta de entrada... sin duda hubiese podido olvidar nuestras pequeñas diferencias

-Nunca me lo preguntaste... dijo ella con el mismo tono burlesco.

Una treintena de personas hablaban y reían en el recibidor. Algunos se percataron de la presencia de los recién llegados y rápidamente se acercaron

Draco fue presentado a cada uno, y por un momento se sintió como un objeto en exhibición, todos lo miraban con asombro y algunos con incredulidad. Era como si no pensaran que fuera de verdad.

Penélope se había acercado a tres mujeres que desde un rincón miraban la escena entre risas

-Por fin podré morir en paz... dijo una señora de un poco mas de sesenta años con una sonrisa radiante... mi Hermione ha pensado en sentar cabeza...

-Si tía abuela así parece... dijo Penélope dedicándole una mirada a la pareja... aunque tengo mis reservas...

-Y eso ¿por qué?... preguntaron las otras dos mujeres mucho mas joven

-No empieces con tus intrigas Penélope... le reprendió la tía abuela...

-Me ofendes... yo no soy capas de esas cosas... solo dijo que me parece muy extraño que Hermione este comprometida con un hombre como ese

La envidia brotaba por cada poro de la piel de la mujer. Las mas jóvenes rieron, pero se callaron rápidamente al ver que se acercaban a ellas.

-Tía abuela Margie... quiero que conozcas al novio de Hermione... dijo la señora Granger sonriendo feliz

-Muchos gusto joven... un placer conocerlo... dijo la tía abuela con amabilidad, pero al rozar la pálida piel del rubio frunció el entrecejo, por lo que no pudo evitar comentar... aunque me parece que yo lo conozco...

-No lo creo tía abuela... dudo la señora Granger... Draco es extranjero...

Draco también frunció el entrecejo, porque tenia la impresión que en realidad se conocían. Pero no hizo comentario alguno.

Las presentaciones continuaron durante la siguiente hora. El rubio había perdido la cuenta de cuantas manos había estrechado y cuantas veces había tenido que sonreír y soportar bromas de los familiares de Hermione, con respecto a su soltería.

Durante la cena, no pudo evitar notar las miradas de envidia de algunas mujeres, de incredulidad por parte de otras, de deseo por parte de Penélope, pero la que mas le intimidaba era la de la tía abuela.

-¿Nos dejaran estar un momento a solas?... susurro Draco algo molesto cuando las primas de Hermione la llamaron, justo cuando pretendían subir las escaleras hacia la habitación que se les había asignado.

Hermione sonrió y le dijo con coquetería

-Tranquilo... prometo que voy a compensar esta noche todos tus esfuerzos...

Ante tal estimulo Draco cambio de actitud y se mostró dispuesto a acompañarla, pero la tía abuela lo detuvo

-Joven... me gustaría hablar con usted...

Ambos se miraron y fue solo en ese momento que Draco recordó de donde se conocían.

Deseo que la tierra se abriera bajo sus pies, cuando la tía abuela lo tomo del brazo y se lo llevo a un salón solitario.

Hermione no se percato de lo que ocurría, ya que sus primas habían acaparado su atención por completo.

-Aquí estaremos a solas... nadie podrá escucharnos... dijo Margie mientras cerraba la puerta... es para mi una gran sorpresa volver a verte pequeño.

-No se de que me habla... dijo Draco nervioso mientras retrocedía a media que Margie caminaba hacia él, pero al tropezar con un mueble quedo atrapado por la tía abuela.

-Has cambiado un poco... claro ya eres todo un hombre... pero esos ojos grises y esta tentadora piel no las he olvidado pequeño... siempre han permanecido en mis recuerdos... continuo Margie con voz provocativa

Draco tuvo que detener las manos que la tía abuela pretendía introducir por entre su camisa. Comprendió que la situación era extremadamente delicada y un peligro se cernía sobre Hermione si su tía abuela decidía hablar.

-Usted me confunde... intento inútilmente sajarse de la situación... yo no soy quien usted cree...

-Claro que se quien eres... tu eres Heros... el chico que me hizo tan feliz aquel fin de semana en Escocia... eres tu... no tengo duda alguna... tu olor... tu fuerza masculina... dijo con perversidad la tía abuela mientras intentaba acercarse mas.

-Señora por favor... suélteme... se defendió Draco asumiendo una actitud hostil... soy el novio de Hermione... que pensaría ella si...

-Ella no tiene porque saberlo... puedo guardar el secreto... respondió con premura... oh Heros... te busque por tanto tiempo... yo puedo darte todo lo que tu me pidas... dinero, carros, lujos... pide... pide...

-¡¡DRACO!...

Hermione estaba de una pieza ante la escena que descubrió al abrir la puerta del salón.

Draco yacía boca arriba de una amplia poltrona intentando que Margie no cayera sobre él.

-Puedo explicarlo... puedo explicarlo... balbuceo Draco nervioso mientras apartaba a la tía abuela de su regazo... no es lo que piensas... tu tía... ella... yo

-Veras Hermione, mi niña... tu joven novio y yo, nos conocimos hace algún tiempo... y bueno... solo...

La tía abuela miro a Draco esperando que él lograra encontrar alguna excusa.

Hermione estaba consternada. No podía creer que su tía abuela Margie hubiese usado los servicios de Draco en algún momento. De solo imaginarlo sintió nauseas.

Busco una explicación en la mirada del rubio la cual le revelo todo en segundos.

-Esto es inaudito Malfoy... no puedo creerlo... de todas las mujeres que existen... tenias que enredarte con mi tía abuela... grito Hermione sin ningún tipo de disimulo.

-¿Qué iba yo a saber que ella era tu tía abuela, Granger?... se defendió... eso fue hace casi doce años

-La palabra decencia no tiene cabida en tu diccionario ¿verdad?... no respetas a las mujeres decentes... le reprochó furiosa

-Yo no la busque... ella pago por mis servicios... recordó Draco... además no suelo pedirle el árbol genealógico a mis clientas

La susodicha mujer miro alternativamente a la pareja, quienes se habían olvidado por completo de su presencia.

Con una actitud arrogante los interrumpió

-¿Así que sabes a lo que se dedica tu novio?... mi Hermi querida... ¡pero claro!... ¿de donde mas pudiste hacer sacado a un ejemplar como este?... ahora entiendo porque no te has casado... ¿te gusta disfrutar de los placeres de la vida tanto como yo...!

Hermione volvió su mirada a la tía abuela y solo en ese momento se percato del abismo en que se encontraba. Si una sola palabra salía de sus labios, estaba perdida.

-No te preocupes querida... no voy a decir nada... siempre y cuando no seas una niña egoísta y me permitas...

Un rayo azul impacto contra la humanidad de la tía abuela, la cual parpadeo un par de veces, antes de caer sobre la alfombra del salón.

-¿Qué hiciste?... pregunto Hermione en un hilo de voz, presa del miedo.

-Borrarle la memoria... respondió Draco como si fuese lo mas lógico en un momento como ese... ¿cómo pensabas sostener la situación con esa mujer poniendo condiciones por su silencio?

-Pero es mi tía abuela... dijo Hermione mientras se arrodillaba a sus pies... y ella no tiene la culpa... ¡¡LA CULPA LA TIENES TU!

-¡¡Me culpas a mi por su comportamiento!... dijo Draco ofendido... yo no la busque... ni compartí su cama por gusto ni placer...

-Cállate... y ayúdame a ponerla en el sofá... le exigió mientras intentaba inútilmente de levantarla del suelo.

Con dos movimientos de varita, Draco hizo que la tía abuela descansar en el sofá antes de abrir los ojos.

-¿Qué paso?... pregunto Margie con voz inocente...

-Te mareaste un poco Tía abuela, pero ya estas bien... dijo Hermione fingiendo preocupación.

-Gracias querida mía... y tu ¿como has estado?... tanto tiempo sin verte... ¿y eso que has venido a visitarme...?

Hermione miro alarmada a Draco, al parecer el hechizo desmemorizante había sido muy fuerte.

-Estamos en la casa de campo... es nuestra reunión... ¿recuerdas?... dijo Hermione intentando parecer calmada

-La reunión familiar... ¿cómo es posible?... ¿y la cena?... ¿y la bienvenida?... la cabalgata de mañana... ¡¡oh por todos los cielos!... no puede quedar ningún detalle al azar...

La tía abuela salió casi corriendo del salón sin importarle a donde iba ni que tenia que hacer.

Draco suspiro aliviado, pero Hermione aun estaba furiosa

-Un buen trago no me caería mal... reconoció el rubio mientras volvía a guardar su varita.

-¿Con cuantas otras mujeres de mi familia te has acostado... tu... Gigoló de tercera?... le reclamo celosa

-Pues no lo se... respondió molesto ante el ataque... ¿que culpa tengo que las mujeres de tu familia tengan sus debilidades... o que los hombres que se consiguen no las satisfagan lo suficiente?.

Hermione dejo caer su mano en la mejilla de Draco, descargando de esa forma una sonora bofetada.

Las lagrimas escaparon de sus ojos sin poder evitarlo.

Era la segunda vez que lo golpeaba, y al igual que en aquella oportunidad, cuando solo tenían trece años, Draco no hizo nada, solo se dio la vuelta y se marcho.