Los personajes de SCC no son míos, son de CLAMP!
" " Estoy hablando
' ' Estoy pensando
( ) Compartiendo mis pensamientos
DOMINGO, 5 de diciembre de 1993Paramos a tomar un café.
"La vida te enseño muchas cosas"-- le dije, tratando de iniciar una conversación.
"Me enseño que podemos aprender, me enseño que podemos cabiar" – respondio el – "aunque parezca imposible"
Al principio intente recordar nuestro tiempo de infancia en Tomoeda, pero el apenas mostraba un educado interes. Nisiquiera me oia, y me hacia preguntas sobre cosas que yo ya había dicho.
parecía que algo no andaba bien. podía ser que el tiempo y la distancia lo hubiesen alejado de mi y de mi mundo.
'El habla sobre instantes mágicos' – pensé.
Su universo era otro, Tomoeda no era mas que un recuerdo distante: detenida en el tiempo, con los amigos de la infancia todavía en la infancia, y los viejos todavía vivos haciendo lo que hacian 29 años antes.
Empece a arrepentirme de haber aceptado el viaje en coche. Cuando volvió a cambiar el tema durante el café decidi no insistir mas.
Las dos horas restantes, hasta bilbao, fuero una verdadera tortura. El con sus agradables ojos color ambar miraba la carretera, yo y mis ojos esmeralda miraba por la ventanilla,y ninguno de los dos ocultaba el malestar que se había instalado. El coche alquilado no tenia radio, y la solucion era aguantar el silencio.
"Vamos a preguntar donde queda la estacion de autobuses" – dije en cuanto salimos de la autopista – "hay una linea regular a Tomoeda"
Era hora de la siesta y había poca gente en las calles. Pasamos por delante de un señor, de una pareja de jóvenes, y el no se detuvo a pedir información.
"Tu sabes donde queda?" – pregunte después de un rato con incrudelidad.
"Donde queda que?"
El seguia sin prestar atención a lo que yo decía. De repente entendí aquel silencio ¿de que podía conversar una mujer que nunca se había aventurado por el mundo¿qué interes podía tener esta al lado de alguien que temia lo desconocido, que preferia un empleo seguro y un matrimonio cenvencional? Yo – pobre de mi – hablaba de los mismos amigos de la infancia de los mismos recuerdos polvorientos de un pueblo insignificante. Era mi unico tema.
"Me puedes dejar aquí mismo" – dije cuando llegamos a lo que parecía el centro de la ciudad. Trataba de sonar casual pero me sentía estupida infantil y aburrida.
El no detuvo el coche.
"Tengo que coger el autobús para regresar a Tomoeda" – insisti.
"Nunca estuve aquí. No se donde queda mi hotel. No se donde tengo que dar la conferencia. No se donde queda la estacion de autobuses."
"Ya la encontrare no te preocupes" – dije en tono no preocupante.
Disminuyo la velocidad pero siguió conduciendo
"Me gustaria..." – dijo
Por dos veces no consiguió terminar la frase. Yo imaginaba que era lo que le gustaria: agradecer mi compañía, mandar recuerdos a los amigos y, de esa manera, alivianar aquella sensación desagradable.
"Me gustaria que fueses conmigo a la conferencia de esta noche" – dijo por fin entre un sonrojo que no había recordado hasta este momento.
Me lleve un susto. Quiza estuviese tratando de ganar tiempo para reparar el incomodo silencio del viaje.
"Me gustaria mucho que fueras conmigo" – repitio.
Yo podía ser una muchacha de provincia, sin grandes historias que contar, sin el brillo y la presencia de las mujeres de la ciudad. Pero la vida de provincia, aunque no haga a la mujer mas elegante o mejor preparada, le enseña a escuchar al corazon, a entender sus instintos.
Para mi sorpresa, el instinto me decia que el estaba siendo cincero.
Respire aliviada. Claro que no me quedaria a conferencia alguna, pero al menos mi amigo querido parecia estar de vuelta, llamandome para asistir a sus aventuras, compartiendo conmigo sus miedos y victorias.
"Gracias por la invitacion" – respondi – "Pero no tengo dinero para hotel, y nesecito regresar a fin de seguir con mis estudios".
"Yo tengo algo de dinero. Puedes quedarte en mi habitación. Pedimos dos camas separadas"
Adverti que el estaba empezando a sudar, a pesar del frio. Mi corazon se pudo a mandar señales de alarma que yo no conseguia identificar. La sensación de alegria de hacia unos momentos fue sustituida por una inmensa confusion.
Detuvo el cohe de repente y me miro directo a los ojos. Nadie logra mentir, nadie logra ocultar nada cuando mira directo a los ojos.
Y toda mujer, con un minimo de sensibilidad, consigue leer los ojos de un hombre enamorado. Por absurda que parezca, por fuera de lugar y de tiempo que se manifieste esa pasion. Me acorde inmediatamente de las palabras de la mujer de larga cabellera negra de la fuente.
Flash back
La muchacha que me habia guiñado el ojo me esperaba en la puerta.
"Se que pertenecemos a la misma tradición" – dijo – "Me llamo Daidouji, Daidouji Tomoyo"
"No se de que me hablas" – respondi.
"Claro que lo sabes" – se rio.
Me cogio del brazo y salimos juntas, antes de que yo tuviese tiempo de explicarle nada. La noche era muy fria, y yo no sabia que hacer hasta la mañana siguiente.
"¿A dónde vamos?" – pregunte.
"Hasta la estatua de la Diosa" – fue su respuesta.
"Necesito un hotel barato donde pasar la noche"
"Después te digo donde"
Preferia sentarme en un café, conversar un poco mas, saber todo lo posible sobre el. Pero no quería discutir con ella; deje que me guiase por el paseo de la Castellana, pues hacia años que no veia Madrid.
"¿Quién eres?" – pregunte – "¿Por qué me pediste que te acompañase?"
"Soy lo que supones que soy. Formo parte de la religión de la Tierra."
"Y que quieres de mi?"
"Puedo leerte los ojos. Puedo leerte el corazon. Te vas a apasionar. Y vas a sufrir"
"Yo?"
"Sabes de que hablo. Vi como te miraba. Te ama."
Esa mujer estaba loca.
"Por eso te pedi que salieras conmigo" – prosiguió – "porque el es importante. Aunque diga tonterias, popr lo menos reconoce a la Gran Madre. No dejes que se pierda. Ayudalo."
"No sabes lo que dices. Estas perdida en tus fantasias." – dije, mientras volvia a internarme entre los coches, jurando no volver a pensar nunca mas en las palabras de aquella mujer.
End flash back
No era posible. Pero era verdad.
Nunca, nunca en mi vida habia pensado que el – tanto tiempo después – se acordase todavía. Eramos niños, viviamos juntos y descubrimos el mundo cogidos de la mano. Yo le ame, si es que una niña puede entender del todo el significado del amor. Pero aquello habia sucedido hacia mucho tiempo, en otra vida, donde la inocencia deja el corazon abierto a todo lo mejor que hay en la vida.
Ahora eramos adultos y responsables. Las cosas de la infancia eran cosas de la infancia.
Volvi a mirarlo a su bellos ojos color marron. Yo no quería o no podía creerlo.
"Tengo solo esta conferencia, y estamos en el puedte de las Inmaculada Concepción. Necesito ir a las montañas" – prosiguió – "Necesito mostrarte algo"
El hombre brillante, que hablaba de instantes magicos, estaba frente a mi, actuando de la manera mas equivocada posible. Avanzaba demasiado rapido, estaba inseguro, hacia propuestas confusas. Resultaba duro verle de ese modo.
Abri la puerta, Sali y me recoste contra el coche. Me quede mirando la avenida casi desierta. Encendi un cigarrillo y trate de no pensar. Podía disimular, fingir que no entendia; podía tratar de convencerme de que era realmente la propuesta de un amigo a una amiga de la infancia. Quiza el hubiese estado viajando demasiado tiempo, y empezase a confundir las cosas.
Quiza yo estuviese exagerando.
El bajo del coche y se sento a mi lado.
"Me gustaria que fueses a la conferencia esta noche" – dijo, una ves mas – "Pero si no puedes, lo comprendo."
Eso era. El mundo habia dado una vuelta completa, y regresaba al punto de origen. No era nada de lo que pensaba: el ya no insistia, ya estaba dispuesto a dejarme partir. Los hombres enamorados no se comportan de esa manera.
Me senti aturdida y aliviada al mismo tiempo. Si, me podía quedar por lo menos un día. Cenariamos juntos, y nos embriagaríamos un poco, cosa que jamas habiamos hecho cuando eramos niños. Era una buena oportunidad para olvidar las tonterias que habia pensado unos minutos antes, una buena oportunidad para rompor el hielo que nos habia acompañado desde Madrid.
Un día no supondría ninguna diferencia. Por lo menos tendria algo que contarles a mis amigas.
"Camas separadas" – dije, en tono de broma – "Y tu pagas la cena, porque a esta edad sigo siendo estudiante. No tengo dinero."
Dejamos las maletas en la habitacion del hotel, y bajamos y fuimos caminando hasta el local de la conferencia. Llegamos temprano, y nos sentamos en un café.
"Te quiero dar algo" – dijo el, entregandome una bolsita roja.
La abri inmediatamente. Dentro habia una medalla vieja y oxidadad, con Nuestra Señora de las Gracias en un lado y el Sagrado Corazon de Jesús en el otro.
"Era tuya" – dijo al ver mi cara de sorpresa.
Mi corazon empezo de nuevo a dar señales de alarma.
"Un día de otoño como este, cuando teniamos unos 10 años, me sente contigo en la plaza que tiene el roble grande. Yo quería decir algo que habia ensayado durante semanas. En cuanto comence, me dijiste que habias perdido en el Parque Pingüino, y me pediste que fuera abuscarla"
Yo me acordaba. Dios mio, claro que me acordaba.
"Logre encontrarla" – prosiguió – "Pero cuando regrese a la plaza ya no tenia coraje para decir lo que habia ensayado. Entonces me prometi que solo te entregaria la medalla cuando pudiese terminar la frase que habia comenzado a decir aquel día, hace casi veinte años. Durante mucho tiempo intente olvidar, pero la frase seguia presente. No puedo vivir mas con ella."
Dejo el café. Encendio un cigarrillo y se quedo un largo rato mirando la punta. Finalmente se volvió hacia mi.
"Es una frase muy sencilla" – "Te quiero"
A veces nos invade una sensación de trizteza que no logramos controlar, decia el. Percibimos que el instante magico de aquel día paso, y que nada hicimos . Entonces la vida esconde su magia y su arte.
Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día, y que todavía existe dentro de nosotros ..,
Los colores de mi alrededor empezaron a volverse mas intensos; sentía que hablaba mas alto, que hacia mas ruido cuando dejaba el vaso en la mesa.
Un grupo de casi diez personas habian ido directamente de la conferencia a cenar. Todos hablaban al mismo tiempo, y yo sonreia; sonreia porque era una noche diferente. La primera noche, en mucho años, que no habia planeado.
¡Que alegria!
Cuando decidí viajar a Madrid, tenia los sentimientos y las acciones bajo control. De repente, todo habia cambiado. Alli estaba yo, en una ciudad que nunca habia pisado. Sentada ante aquella mesa donde solo conocia a una persona … y todos hablaban conmigo como si me conociesen desde hacia mucho tiempo. Sorprendida conmigo misma porque era capaz de conversar, beber y divertirme con ellos.
Yo estaba alli porque, de repente, la vida me habia dado la vida. No sentía culpa, ni miedo ni vergüenza. A medida que pasaba el tiempo a su lado, y lo oia hablar, me iba convenciendo de que tenia razón: existen momentos en los que todavía es necesario correr riesgos, dar pasos insensatos.
Entonces comence a recordar 'Me paso dias y dias delante de esos libros y cuadernos haciendo un esfuerzo sobrehumano para comprar mi propia esclavitud' – pense – '¿por qué quiero ese empleo¿qué me va a aportar como ser humano o como mujer?'
Nada. Yo no habia nacido para pasar el resto de mi vida sentada frente a un escritorio, ayudando a los jueces a resolver sus procesos.
'no puedo pensar asi sobre mi vida. Tendre que volver a ella esta misma semana'
Debia de ser el efecto del vino. A fin de cuentas, el que no trabaja no come.
'Esto es un sueño, se acabara'
Pero ¿cuánto tiempo puedo prolongar este sueño? Por primera vez pense en acompañarlo hasta las montañas en los dias siguientes. Al fin y al cabo habia varios dias de fiesta seguidos.
"bebe un poco mas" – dijo un hombre sentado en nuestra mesa. Bebi.
"Cuento contigo" – dijo shaoran, de modo que solamente yo pudiera escucharlo – "vamos hasta Francia"
El vino me dejaba libre para decir lo que pensaba
"solo si podemos dejar bien en claro una cosa" – respondi
"¿qué?"
"Aquello que me dijiste antes de la conferencia. En el café"
"¿la medalla?"
"No" – respondi mirándolo a los ojos tratando de de parecer sobria – "Aquello que dijiste"
"Después hablamos" – dijo el cambiando de tema
La declaración de amor. No habiamos tenido tiempo para charlar pero podia convencerlo de que no era nada de aquello.
"Si quieres que viaje contigo, tienes que escucharme" – dije.
"No quiero conversar aquí nos estamos divirtiendo"
"Tu te fuiste muy pronto de Tomoeda" – insisti – "Yo no soy mas que un lazo con tu tierra, te acerque a tus raices, y eso te dio fuerzas para seguir adelante, pero ya esta. No puede existir ningun amor"
El me escucho sin hacer ningun comentario, alguien lo llamo, y no pude seguir con la conversación.
'Por lo menos e dejado claro lo que pienso' me dije no podia existir semejante amor: eso solo ocurriria en los cuentos de hadas.
Porque en la vida real el amor nesecita ser posible incluso aunque no haya una retribución inmediata el amor solo consigue sobrevivir cuando existe la esperanza – por lejana que sea – de que conquistaremos a la persona amada.
El resto es fantasia.
Como si hubiese adivinado mi pensamiento shaoran levanto el vaso para brindar conmigo desde el otro lado de la mesa
"Por el amor¡" – dijo.
Tambien estaba un poco embriagado decidi aprovechar la oportunidad.
"Por los sabios capaces de entender que ciertos amores son locuras de la infancia" – dije
"El que es sabio solo es sabio porque ama. El que es loco solo es loco porque piensa que puede entender el amor" – respondio el.
El se levanto me tomo del brazo hacia la puerta y dijo
"Es mejor que nos vayamos se esta haciendo tarde"
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gome ne se que me pase con acutlizar pero como ya no tengo compu no puedo actulizar tan rapido pero hare lo posible por hacerlo
gracias a todos por su review
gracias aserenity-princess: gracias por tu review y por leer esta historia
gracias a ShAd3s.Darkness: gracias por tu reviw es la historia original solo que he omitido algunas partes espero que sigas leyendo gracias tambien por los animos
Bueno no se pierdan el proximo
Adiiosiiiin
