Joanna, su ama de llaves le avisó que el joven Xander acababa de llegar. Clow le indicó que le dejara pasar.

El ángel, al verlo entrar decidió retirarse, para permitirles hablar en privado, pero Clow no parecía querer que se marchara, no dejaba de acariciar su cabello y en cierta forma acercarlo a él. Yue no comprendió el gesto, pero permaneció en su lugar hasta que su Amo le indicara otra cosa.

-"¿Y que noticias nos traes Xander?" –preguntó Clow.

-"No muy buenas Reed. Me temo que los cazadores de brujas se reproducen, y el temor en la gente aumenta."

-"Es horrible que muera tanta gente por ideas erróneas."

-"Eso no es todo, al parecer hay uno que encabeza la lista, su nombre es Walcott. Ha acabado con ocho de los nuestros en poco tiempo."

-"¿Cómo fue que sucedió?"

-"Al parecer tiene ayuda, los rumores dicen que uno de nuestro círculo." –El chico pasó su mano por su cabello.

-"¿Un hechicero ayudando a un cazador?" –dijo Clow.

-"Todo indica que sí. Yo diría que está acabando con la competencia."

-"Debemos solucionar eso."

-"En el Concilio se decidirá que hacer. Por cierto, debo preparar todo."

-"Sí, de acuerdo. Yue aceptó acompañarte." –mencionó el mago.

-"¡Me alegro! Serás la sensación, gracias Yue."

-"No tiene porque agradecerme Sr. Xander."

-"Haremos el hechizo al anochecer, necesitarás tiempo para acostumbrarte y hoy habrá luna llena." –Clow miró por la ventana por un momento.

-"Ah, no te preocupes, estaré bien." –dijo Xander.

-"No lo hago por ti, no quiero que le causes problemas a Yue."

-"¿Qué?, pero... ¿que le puedo causar problemas?"

-"Sólo evito contratiempos, Xander. Y te pido que no demores en regresar por favor." –Dijo el hechicero mientras contemplaba al ángel que descansaba en su regazo.

-"No te preocupes Clow, estaré aquí en poco tiempo."

Al anochecer todo estaba listo, en el jardín se elevaba un altar. Clow estaba en su habitación colocándose su capa favorita, la que tenía grabado su emblema en hilo de oro.

-"¿Qué vas a hacer Clow?" –Kerberos lo miró intrigado.

-"Xander y yo practicaremos un hechizo."

-"Ahhh..."

En el pasillo Clow se encontró con Xander.

-"¿Listo Reed?" –dijo el muchacho.

-" Es un hechizo muy antiguo Xander, no sé de muchos que lo hayan intentado."

-"Si, pero recuerda que fue de los primeros que nos dieron para estudiar. No debe ser tan difícil."

-¿Dónde está Yue?" –preguntó Clow.

-"Afuera, esperándonos."

Encontraron al ángel observando la hermosa luna. La luz lo hacía ver más resplandeciente, rodeado de su aura plateada. Toda duda se alejó de la mente del mago. Haría el hechizo para proteger a su adorada criatura.

-"Bien, comencemos. Xander debes dominar ciertas cosas primordiales."

-"Si, leí el hechizo, control mental, liberación de energía, límites vitales... es todo ¿no?."

-"Tambien leíste lo que puede pasar si fallamos ¿verdad?." Clow lo observaba serio.

-"Ehhh, sí..."

-" Recomiendo que tengamos cuidado, no quiero perder a ninguno." –el mago se acercó al altar.

-"Xander, primero concéntrate en reunir tu energía en un punto." Le dijo Clow mientras acomodaba todo. Yue permanecía al lado de su amo. Kerberos se sentó en la entrada del jardín.

-"¿Listo Xander?"

-"No puedo Reed."

-"¿Cómo?."

-"En serio, necesito algo."

-"¿Qué necesitas, si es algo básico lo que estas haciendo? Todo hechicero puede."

-"Si, pero..." – el chico titubeó.

-"¡Bah! Yo puedo hacerlo." –rió Kerberos. –" ¿puedo ser hechicero?."

-"No te burles Kerberos." –dijo molesto Xander. –"Necesito en qué concentrarme. Como... un cristal, o un talismán."

-"De acuerdo." – suspiró Clow. –"Usa este cristal, pero no lo arruines."

Xander cerró la mano alrededor de un pequeño cristal alargado y éste comenzó a brillar de un tono rojizo. Clow tomó el cristal.

-"Necesito tu gema, Yue."

El ángel desprendió la gema azul de su traje y se la entregó a su Amo. Clow no pudo evitar rozar con sus dedos la mano de su guardián y sentir una sensación cálida recorrer su ser.

El mago colocó las dos piedras en un recipiente sobre el altar y dio inicio al hechizo.

Era un hechizo, la mayor parte en ingles. Al pronunciar cada palabra el símbolo de Clow a sus pies resplandecía con mayor intensidad.

El cielo se iluminó con relámpagos, el viento soplaba con fuerza rodeando a las tres personas. Xander y Yue fueron cubiertos por una poderosa aura mágica que se desprendía de Clow. Las gemas en el altar se fundieron y después se transformaron de nuevo en dos gemas circulares de color azul con un ligero resplandor. Clow levantó su báculo disolviendo así el hechizo.

Los tres cayeron al piso agotados, aunque Clow fue el primero en levantarse con ayuda de Kerberos. Xander se le acercó tambaleándose.

-"Me siento como si hubiera girado unas cien veces ¿Y tu Reed?"

-"Estoy bien, sólo cansado. Ya sabemos porque casi no usan este hechizo. Yue..."

El ángel permanecía sentado en el piso, su cabello cubría su rostro. Clow se arrodilló junto a él, seguido de Kerberos y Xander.

-"Yue, ¿cómo te sientes?" –le dijo el mago.

-"Amo... muy cansado..."

No pudo decir más, pues se desmayó cayendo en los brazos de Clow.

-"¡¿Qué le sucede?!" – preguntaron asustados los otros.

-"No me di cuenta, estaba muy débil y el cambio lo agotó." –respondió Clow.

-"¿Pero va a estar bien?"

-"Si, no te preocupes Kerberos." – el mago le sonrió a su Guardián dorado, y levantó en brazos a Yue. –"Vamos adentro, necesitamos descansar."

Xander se fue directo a la cama, pues el mareo no lo abandonaba. Clow se quedó en la habitación de Yue, y Kerberos montó guardia en la puerta.

El guardián de la Luna abrió los ojos y se encontró con el rostro de su Amo, quien le observaba detenidamente.

-"Amo, ¿qué sucedió?"

-"Te desmayaste."

-"Me siento extraño." –dijo el ángel.

-"Es normal, estás acostumbrado a mi energía, la de Xander te es completamente ajena, pero pronto pasará. No te preocupes Yue, será por poco tiempo."

El ángel le sonrió y bostezó sin querer. Clow acarició su mejilla, al tiempo que lo miraba tiernamente. Yue dudó por un segundo y después se decidió a hablar.

-"Clow... yo..."

El Guardián no pudo terminar porque Clow lo detuvo colocando su dedo sobre los delicados labios. Se recostó a su lado y lo abrazó protectoramente. Yue se refugió entre los brazos de su creador y recargó la cabeza sobre su pecho. No comprendía por qué de pronto tenía la horrible sensación de separación. De que pronto no volvería a ver a su amo, o a Kerberos, pero no se explicaba la razón. Tal vez era a causa del extraño hechizo, no le encontraba sentido tampoco, pero Clow al parecer no deseaba hablar al respecto, así que sólo le quedaba esperar. Lentamente se quedó dormido, al igual que el hechicero.

Se encontraba en un camino de terracería, al parecer desierto. A su lado se encontraban los restos de un carruaje. El ambiente estaba lleno de magia maligna, el aire era pesado. Al girar a su derecha se encontró en la oscuridad absoluta.

Buscó la salida, pero no lograba ver nada a su alrededor. Concentró en su mano una esfera de luz azul, para tratar de iluminar su camino. Fue entonces cuando sintió que no estaba solo. Algo o alguien lo acechaba desde las sombras. Trató de avanzar y a metros logró encontrar una pared con un extraño grabado. Dos serpientes, o ¿dragones? Enredados entre sí, en la garra derecha llevaban una esfera y se observaban amenazadoramente.

Un ruido detrás le hizo voltear y se encontró con unas enormes fauces cerrándose a su alrededor.

Se despertó en el instante en que sentía la enorme prisión de afilados dientes apretando su cuerpo y quemando su piel.

Estaba en su cama, en su habitación, un escalofrío lo recorrió y sus manos estaban sudadas.

-"¡¿Qué pasa Yue?!" –Kerberos subió a la cama de un salto, visiblemente preocupado.

-"Tuve una extraña sensación, pero ya pasó."

-"No me asustes así, bastante tengo con que no despertaras en todo un día."

-"¡¿Qué dices?!"

-"Nos preocupaste bastante, hasta Clow se quedó contigo casi todo el tiempo, hace apenas unas horas Xander lo convenció de ir a descansar."

-"Kerberos, por favor, ve a ver al Amo."

-"¿Qué pasa?"

-"No estoy seguro…" – Yue trató de incorporarse.

-"¡No espera! Clow dio ordenes de que te quedaras aquí. Iré a verlo."

-"Te lo pido."

El león llegó y entró a la habitación de su Amo, lo encontró sentado, un poco agitado y nervioso. Se aproximó a su lado y lo saludó.

-"Buenos días Clow."

-"Buenos días Kerberos, ¿hace mucho que amaneció?."

-"Seguro, tuve que desayunar solo. ¿Te sientes bien?." El león se sentó más cerca de su amo.

-"Si, ¿por qué lo preguntas?."

-"Pues porque te veías un poco extraño cuando llegué y..."

-"Tuve un mal sueño, pero qué ibas a decir..."

-"Ah, que Yue me pidió que viniera a verte."

-"¿Qué te dijo?"

-"Nada en concreto, sólo tuvo un presentimiento y acertó, por lo que veo."

-"Iré a verlo, después de darme un baño."

-"¿Bajarás a desayunar?"

-"Si, y por favor dile a Yue que no se preocupe."

-"De acuerdo."

-"Y bien, Xander, ahora que ya estás mejor, practicaremos algunas cosas."

-"¿Qué tienes en mente?"

-"Iniciaremos con algo sencillo. Cierra los ojos y no los abras hasta que te lo indique."

-"Bien." El chico se acomodó en su asiento.

-"De acuerdo, concéntrate y dime. ¿Sientes mi presencia?"

-"Por supuesto."

-"Bien." (En ese momento entró Kerberos y se acomodó junto a su Amo, sin hacer ruido) –"¿Estamos sólo los dos?."

-"No, hay alguien más, su aura es cálida y fuerte. Me resulta familiar."

-"Claro, lo conoces bien, abre los ojos."

-"Eres tú Kerberos."

-"¡Bingo!." –sonrió Kerberos.

-"Si ya decía yo."

-"Ahora, concéntrate y ubica otras presencias en la casa." –le indicó el mago.

-"Mmm, hay una en la biblioteca y otra en una habitación."

-"¿Cómo es la de la biblioteca?"

-"Aburrida y fría de seguro." – rió Kerberos.

-"Silencio Kerberos, no lo interrumpas." Le pidió Clow.

-"Lo siento."

-"La persona... de la biblioteca es activa y reconfortante a la vez..." –dijo Xander.

-"Encontraste a Joanna. Ahora descríbeme la otra."

-"Es... fría... clara... extraña... Supongo que es Yue."

-"Si, familiarízate con él. Acostúmbrate a sentir su presencia."

-"Es una sensación extraña."

-"Bueno, te tomará tiempo. Ya puedes dejarlo, vas muy bien."

-"¿Estas satisfecho con tu aprendiz?."

-"Un poco." Clow sonrió y se recargó en el respaldo de su asiento.

-"Reed, eres malvado. Lo hago lo mejor que puedo. Desde que me levanto, hasta que nos vamos a dormir, practico tus ejercicios."

-"Y eso te ha evitado retrasarte en tus planes."

-"Lo admito... es cierto."

TBC...