Los días pasaron rápido. Xander terminó con su intensivo entrenamiento, y se encontraba casi listo para su viaje. Yue por su parte permanecía tan reservado con él como siempre, y no mostraba emoción alguna por los planes del joven.
Clow descansaba en su biblioteca, reclinado en el sofá con una copa llena en su mano derecha. Levantó su vista hacia la puerta y llamó con suavidad a la persona tras ella.
-"Puedes entrar Yue."
El Guardián lunar se hizo presente y se sentó a los pies del mago, como era su costumbre. Clow recargó su cabeza en el respaldo y cerró los ojos al tiempo que deslizaba sus dedos entre el largo cabello de su ángel.
FLASHBACK...
Kerberos estaba sentado cerca del sillón de Clow, mientras éste le mostraba algunas de las cartas mágicas.
-"¿En verdad me obedecerán?" Le preguntó ansioso el pequeño león.
-"Así es, y también deberás cuidarlas."
-"Seré el guardián Kerberos." El león se sintió orgulloso de su futuro título.
-" Pero eso será cuando aprendas a controlar bien tus poderes."- sonrió el mago.
-"Entonces practicaré muy duro para... oye Clow, tenemos compañía." Kerberos miró la puerta entreabierta y un tenue resplandor plateado. Clow con su magia abrió por completo la puerta y se encontraron al desconcertado Guardián Lunar.
-"¿Qué haces despierto a esta hora Yue?"
El pequeño Yue de aproximadamente unos 8 años, estaba inmóvil en el portal, sin saber cómo responder. Clow le dedicó una de sus tiernas sonrisas y lo animó a que se acercara.
-"¿No puedes dormir?"
Yue sólo respondió moviendo la cabeza mientras llegaba tímidamente hasta Clow. Kero se acercó también al lado del pequeño, y lo animó a aproximarse más al mago, quien lo tomó en brazos y lo sentó en sus rodillas.
-"Oye Clow, ¿porqué no le muestras las cartas que va a cuidar él?"
-"¿Quieres verlas Yue?"
-"Sí, por favor, Amo."
-"Soy Clow, Yue, sólo dime Clow."- Movió una de sus manos y las cartas se levantaron de la pequeña mesa a su lado y flotaron frente a ellos.
-"Como tienes poco con nosotros, te las presentaré."- Dijo orgulloso Kerberos.
-"Lo dices como si fueras muy grande Kero, sólo tienen unas semanas de diferencia ustedes dos, y las cartas las conociste apenas hace dos noches. "- Sonrió Clow.
-"Ehhh... si, bueno, como sea, como soy el mayor, me corresponde enseñarle a mi pequeño hermano ¿o no?"
-"Esta bien Kero, je, je, je."
Kerberos comenzó a nombrarlas una por una y a dar una pequeña descripción de lo que cada carta era capaz de hacer, según como lo había entendido él. Clow lo escuchaba orgulloso.
Yue estaba muy atento a las explicaciones, pero poco a poco el sueño le venció, quedándose dormido en los brazos de su creador. Kerberos no llevaba ni la mitad de las cartas.
-"... Y esta carta es muy útil, con ella puedes regar el jardín en muy poco tiempo..."
-"Kero, creo que mejor continuamos mañana." Le interrumpió el mago.
-"¿Eh? ¿Por qué...? ¡Oh!"
Kero contempló al pequeño ángel dormido profundamente. Clow le hizo una seña a Kerberos para que lo siguiera y se llevó en brazos a Yue.
Ya en la habitación del pequeño. Clow lo acomodó en la cama, cuidando de no lastimar sus pequeñas alas, lo arropó bien y cuando se iba a dar la vuelta para salir, sintió un leve jalón en su capa. Al voltear notó que Yue se había dormido sujeto a su capa. Con cariño liberó su ropa y acomodó bien al pequeño, le dió un beso en la frente, y le deseó buenas noches.
En la puerta lo esperaba paciente Kerberos.
-"Se ve que te quiere mucho Clow"
-"¿Tú lo crees Kero? "
-"Sí, no tanto como yo, pero..."
Clow sonrió y cargó al león. -"Vamos mi consentido Guardián, tu también vas a la cama."
Fin del Flash back....
El mago suspiró. Sus amados Guardianes habían crecido rápido, más de lo que él se esperaba. En muy poco tiempo fueron capaces de controlar su magia y a las cartas.
Kerberos era tan alegre como siempre, su tamaño y corpulencia habían aumentado, su dorado pelaje resplandecía y sus felinos ojos reflejaban una increíble astucia y vivacidad.
Yue por su parte...
Su pequeño ángel de blanca piel y plateado cabello vaya que había cambiado. Era delgado y alto pero de cuerpo bien formado, sus ojos entre celeste y violeta aún conservaban un aire de inocencia como cuando era pequeño, pero su mirada era ahora serena y reservada. Sus alas, que al principio eran pequeñas, cosa que Kerberos aprovechaba para burlarse de él, ahora rozaban el piso grandes y majestuosamente níveas. Su cabello lo llevaba sujeto en una larga cola de caballo y llegaba hasta sus pies. Todo en él parecía armonizar perfectamente.
Clow jamás imaginó crear a un ser de tan singular belleza y tampoco sospechó lo que muy tempranamente sentiría por él.
El mago volteó a su derecha, donde estaba Yue, que se había quedado dormido bajo las caricias de su amo. Sonriendo se levantó y con cuidado lo llevó en brazos hasta su habitación.
Xander entraba a la estancia, después de terminar con sus pendientes, su sorpresa fue enorme al encontrarse a Clow inclinado sobre el escritorio, apenas sosteniéndose en pie.
-"¡Clow! Por todos los dioses, vamos, te ayudaré a sentarte en el sillón."- Xander pasó el brazo del mago sobre su hombro y le ofreció apoyo.
-"Sólo me sentí cansado, es todo, pronto se me pasará."
-"Mentira, es mejor que descanses, no quiero que te debilites más."
-"Tranquilo, no sucederá nada." - Clow se negó a sentarse. -"Además tengo que mandar correspondencia a varios colegas."
-"Vamos Clow, eso puede esperar, mira como estas, por lo menos descansa un rato, amigo me preocupas."
-"De acuerdo, iré a descansar y en la tarde las mandaré."
-"Bien, te ayudo a llegar a tu habitación."
-"Gracias Xander. Por favor, no le digas nada a Kerberos y a Yue."
-"Descuida."
Xander salió sin hacer ruido de la habitación de Clow, cerró la puerta y en ese momento se acercó Yue.
-"¿Qué pasa Yue?."
-"Busco al Amo."
-"Está descansando, es mejor no molestarlo."
-"¿Qué le sucede?."
-"Sólo quiere descansar." –le dijo muy serio el chico.
-"De acuerdo." - El Guardián se retiró y Xander regresó a la estancia.
Tiempo después Yue sintió la necesidad de saber si Clow se encontraba bien, o si necesitaba algo. Llegó hasta la puerta del mago y tocó suavemente. Nadie respondió así que entró en silenció por si acaso su amo durmiera.
La cama estaba vacía. Clow salió del baño, secándose el rostro.
-"Yue..."
-"Amo, sólo vine a ver si necesitabas algo."
-"No, Yue gracias." -Clow trató de disimular la fatiga que sentía en ese momento.
-"Xander me dijo que te retiraste a descansar."- Yue se acercó al mago con una mirada de preocupación. -"¿Te encuentras bien?."
-"Si, estoy bien."- le mintió.
-"Traeré tu almuerzo para que no tengas que bajar."
-"No, déjalo, no tengo hambre, sólo dormiré un poco."
-"¿Deseas que cierre las cortinas?"
-"No Yue, estoy bien así, puedes retirarte."- el mago sintió que sus fuerzas le fallarían en cualquier momento y lo que debió sonar como una suave petición, Clow la pronunció en un tono de voz que pareció de molestia.
Yue quedó inmóvil por unos segundos al escucharlo, inmediatamente bajó la mirada.
-"Como ordenes Amo."- Y salió rápidamente de la habitación.
Clow se dejó caer sobre la cama, reprochándose su estupidez, quiso salir para disculparse con Yue, pero sus piernas no le respondieron.
-"Mi hermoso Yue, tu no tienes la culpa de lo que sucede y sin embargo estás sufriendo las consecuencias. Perdóname."
Clow no salió en todo el día y Kerberos fue a buscarlo, Xander le dijo lo mismo que a Yue y le sugirió que esperara hasta que Clow apareciera. No muy tranquilo, el Guardián del Sol fue a buscar a su hermano y encontró que también estaba encerrado en su habitación y no respondió a sus llamadas. Molesto, decidió irse a jugar con Xander.
La tarde del siguiente día Clow entró a la biblioteca, su humor no era el mejor, pues el cansancio general no desaparecía, y el hecho de que Yue se preocupara más y comenzara a hacer preguntas le ponía más nervioso. Lamentablemente el Guardián de la luna eligió ese momento para hacer una petición.
-"Amo Clow."
-"¿Sí Yue?"- El mago se acercó al estante buscando un libro de hierbas medicinales.
-"Yo he visto que últimamente ha aumentado tu malestar y... pensé que lo mejor sería quedarme a ayudarte en lo que necesites y posponer el viaje con el joven Xander."
-"¿Qué?."- Clow volteó a verlo.
-"Yo puedo hacerme cargo de tus pendientes, y Kero puede hacer mis labores, así tu podrías descansar..."
-"Yue te pedí que acompañaras a Xander, es importante."
-"Pero para mí es más importante tu salud..."
-"Hablamos ese día y aceptaste ir, no se puede simplemente olvidar un compromiso así."
-"Me preocupa tu salud Clow."
-"No tienes porqué preocuparte."
-"Claro que sí, soy tu Guardián, mi deber es cuidar de ti."
-"Tu deber es también obedecerme."
-"Pero..."
-"Es mi última palabra Yue."- El mago lo miró serio.
-"Lo que tu ordenes."
Las maletas estaban en el carruaje, Xander y Yue se despedían en la puerta principal.
-"Gracias por todo Clow, volveremos pronto."- Xander estrechó la mano de su maestro.
-"Cuídense mucho y no hagas tonterías."- Sonrió Clow y se dirigió a Yue.
-"Yue, obedece en todo a Xander y ayúdale."
-"Sí, Amo."
-"Awww, te envidio Yue, tu vas a la fiesta y yo me quedo en casa."- Kerberos se acercó a despedirse.
-"No es una fiesta, y si por mí fuera irías en mi lugar. Por favor, cuida mucho a Clow."- El Guardián le dijo de forma que sólo su hermano escuchara.
-"Está bien, pero tráeme algo rico."
-"Trataré Glotón."- dijo mientras acariciaba a Kerberos.
El trayecto hacia el puerto fue relativamente corto, pero en Yue cada paso era una creciente angustia en el pecho, mientras observaba por la ventana cómo se alejaban las tierras de su Amo.
-"¿No es la primera vez que viajas, o si?"- preguntó Xander al ver el rostro del Guardián.
-"No, pero es la primera vez que lo hago sin el Amo y Kerberos."
-"Tranquilo, será un viaje corto, te vas a divertir, te lo aseguro."
Yue no respondió, sólo se limitó a observar el paisaje en movimiento.
En un lugar apartado de las grandes ciudades, un hechicero de edad madura, de aspecto algo descuidado y vestido con una larga capa gris, preparaba todo para sus próximos planes. Un joven apareció tras él y se sentó cerca de la mesa que usaba como escritorio.
-"¿Todo está listo maestro?"
-"Sí, los rumores que escuché son los que necesitaba para llevar a cabo mi venganza, sé que estará en el Concilio y podré cobrarme la muerte de mi primo."
-"Tendré lista mi espada, maestro."- Sonrió el chico.
-"No sé cómo esa espada te eligió sobre mí."- Gruñó el hechicero.
-"Cuestión de suerte, supongo."
-"O tal vez algo de ayuda del Ojo de Dragón."
-"Tal vez."
El lugar del Concilio era una inmensa construcción en las montañas Harz de Alemania, desde años atrás era el lugar de reunión de hechiceros de todo el mundo.
Xander y Yue fueron instalados en una cómoda habitación y pronto Loshén se presentó a saludarlos.
-"Xander, que bueno que ya estas aquí, y por lo que veo, todo salió bien."- El viejo mago abrazó afectuosamente al chico.
-"Sí señor, espero que Clow se recupere pronto, es una lástima que no pudiera venir con nosotros."
-"Lo vamos a extrañar, pero te acompaña Yue, somos afortunados."
-"Los chicos de la escuela quedarán asombrados cuando lo conozcan."
-"De eso no tengo la menor duda, mi joven amigo, porque a pesar de que otros han logrado crear seres mágicos, ninguno iguala en belleza y perfección a las obras de Clow."- Loshén miró con cariño al Guardián y Yue se sintió sonrojar por lo dicho.
-"Señor, quisiera comentarle algunas cosas después de la primera reunión, si no le molesta."- dijo Xander.
-"Claro que no muchacho, yo también necesito hacerte unas preguntas, pero ya tenemos el tiempo encima, iré a prepararme y te veré en la sala de los Astros."
Loshén salió y Xander le pidió a Yue le esperara en la habitación mientras buscaba algunos conocidos. Al quedarse solo, el ángel sintió sus fuerzas abandonarle de repente y decidió recostarse un momento. La gema que llevaba en el pecho resplandeció ligeramente y después volvió a la normalidad.
-"Mi reserva se agota... esto no va a funcionar."- murmuró el Guardián.
TBC...
