Una semana después...

-"No puedo creer que perdiéramos a otro de nuestros compañeros." -Maldos golpeó sobre la mesa de reuniones.

-"Lo atacaron en Sehirt, y fue la misma persona que mató a los otros."

-"Debe ser muy poderoso para lograr encontrarlos sin problemas." – Dijo otro de los asistentes. –"O tener ayuda, como dijo Loshén."

-"Y la salud de Clow Reed parece empeorar con cada aparición del asesino." –Comentó Loshén. Un joven se le acercó y le entregó un mensaje.

-"¿Qué sucede Loshén? Por tu cara no son buenas noticias."

-"Atacaron a Xander en el camino a Kirov, debo enviar a alguien de inmediato."

Los presentes no podían creer lo sucedido.

-"Le fue enviado un mensaje al Señor Reed también." –Dijo el asistente.

-"¡¿Qué?! ¿Sin mi autorización?" - Loshén se levantó de su asiento.

-"Eso fue lo que me dijo el que me entregó la carta Señor."

-"Esto puede ser peligroso, debemos evitar que Clow se arriesgue." –El viejo mago comenzó a pasear intranquilo.

-"¿Crees que sea una trampa?" –Preguntó Maldos.

-"Tal vez... John tendrá que detenerlo por cualquier medio. Necesito al más veloz de los mensajeros."


Oldervan observó satisfecho su rehén. Yue estaba atado a una de las paredes del lugar y forcejeaba con las cadenas.

-"Eres muy fuerte, todas las criaturas en que probé este collar doblegaron su voluntad a mí en cuestión de horas... y tú llevas días."

-"Jamás aceptaré tus órdenes." -Respondió el Guardián.

-"Lo harás muy pronto, y matarás a Reed." – Le sonrió el Hechicero mientras se acercaba.

-"¡Nunca!."

-"Disfrutaré viendo el rostro de dolor al ver cómo su propia creación pone fin a su vida." –Liberó al Guardián y se preparó para atacar. –"Vamos, enfréntame, quiero que intentes derrotarme Guardián." –'Mientras más luches, más te debilitarás'- pensó el mago.

Yue no adivinó los planes del hechicero y atacó sin dudar.

Conforme pasaban los días, Oldervan intentaba someter a Yue por cualquier método y se encerraba cada vez más tiempo en la habitación. Marcus, su aprendiz, acababa de sentarse a la mesa cuando vio salir al hechicero.

-"Se le ve muy cansado, maestro, ¿ha tenido éxito?."

-"Estoy a punto de lograrlo... he descubierto algo que servirá. Cada día está más débil, sin embargo... no pierde su belleza...". –Esto último lo dijo casi en un murmullo. Marcus observó sin decir nada.

-"Maestro, ¿por qué no simplemente lo elimina?, así Clow sufrirá su pérdida."

-"¡No seas estúpido! Tengo en mis manos una de las más perfectas obras de Reed, no voy a desperdiciar una oportunidad así. Prepárate, iremos de viaje."

-"Como diga..."


ooooo

-"Xander, ¿me escuchas?... Xander..."

El chico abrió los ojos, lentamente la oscuridad se disipó y logró distinguir el rostro preocupado de Clow, John y del enorme león dorado.

-"¡Xander!"

-"Tranquilo, Kero, permítele recuperar la conciencia." – Clow acarició a su Guardián, pero en su interior estaba tan desesperado como él por saber lo que había pasado. Su pesadilla se había hecho realidad al llegar al lugar donde estaban los restos del carruaje. John por poco y no logra sujetarlo a tiempo cuando se desplomó al sentir que le faltaba el aire.

-"Xander, ¿Qué pasó?" – John sacó de sus pensamientos al mago.

-"Nosotros... íbamos a Kirov... un sujeto se atravesó en el camino... y nos atacó. Yue y yo peleamos, pero era demasiado para mí, no lograba concentrar mi energía para atacar y que Yue pudiera usar toda su fuerza también."

-"¿Dónde está Yue?" –Preguntó Clow tratando de mantener la calma.

-"Yo... lo único que recuerdo... el hombre se dio cuenta y rompió el cristal que traía... me lanzó lejos y después atacó a Yue... no recuerdo más, lo siento."

-"Tenemos que buscarlo Clow, si mi hermano no está obteniendo energía de Xander, ni de ti..."

-Debemos..." –Xander trató de levantarse. –"Encontrarlo antes de que ..."

-"Descansa amigo mío, nosotros averiguaremos quién se atrevió a atacarlos y en dónde se encuentra Yue." –Clow le sonrió al muchacho y salió del lugar.

Sin embargo, nada lograron obtener, no había testigos de lo sucedido. Xander nunca logró ver el rostro de su atacante, con el cochero muerto y Yue desaparecido, sus posibilidades eran casi nulas.

-"De haber sido el cazador, Xander no estaría con vida." – Dijo John.

-"¿Y con qué fin atacó? Yo no llevaba cosas de valor, y no robó nada de mi equipaje."

-"Creo que la carta que acabo de recibir me da una idea." – Clow mostró una hoja en su mano. –"Loshén dice que están tras de mí, y que esto es una trampa."

-"¿Quién sería capaz de retarte? Después de Aurus no creo que haya alguien tan idiota como para intentar derrotarte."

-"No soy inmortal Xander, y no soy tan poderoso como tu piensas."

-"¿Bromeas verdad?"

-"El caso aquí es, que si Loshén tiene razón, entonces lo mejor es que regresemos cuanto antes a territorio seguro y evites riesgos." – John también había recibido instrucciones del Concilio referentes a Clow.

-"No voy a irme sin encontrar a Yue."

-"Clow no seas terco, tu salud no es muy buena, y con ese cazador rondando..."

-"Agradezco su preocupación, pero sin importar lo que digan, voy a buscar a mi Guardián."

-"Y nosotros te ayudaremos, pero escúchanos, debemos regresar y hacer un plan."

-"Iré al Concilio." – Respondió muy serio Clow. –"Ellos saben lo que está pasando."


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Marcus entró a la casa y encendió las luces. Estaba muy cansado y su ropa estaba sucia. Arrojó sus cosas en un rincón y entró a lavarse, mientras hacía un recuento de lo sucedido durante su viaje.

Las cosas no habían resultado como lo planeó Oldervan, su maestro...

Desde muy joven le había enseñado a usar magia, y por casualidad, o quizás el destino, terminó siendo el portador de la espada de Almas.

El joven tomó la espada y observó por u momento la gema en la empuñadura, que brillaba con un resplandor rojizo hasta oscurecerse completamente, y en el fondo parecía como si unos ojos llenos de maldad le observaran. La dejó sobre la cama y se acostó a un lado. Estuvo así durante horas enteras, sin poder conciliar el sueño, sólo descansando, y pensando.

Inesperadamente recordó algo y se incorporó para ir a buscar en el desordenado escritorio del hechicero. Revisó en todos los cajones y sobre la mesa, pero no encontró lo que necesitaba. Una pequeña puerta del despacho se abrió y apareció uno de los seres que servían de esclavos en la casa.

-"Itcher, que bueno que apareces, necesito tu ayuda."

-"¿Dónde se encuentra el amo?" – preguntó la criatura similar a una gárgola.

-"Lo tienes enfrente. Dime dónde está el pergamino negro."

-"¿Dónde se encuentra el Amo Oldervan?"

-"Está muerto, ahora yo soy el Amo. Responde, quiero el pergamino."

-"Si el amo está muerto, no recibiré órdenes tuyas."

-"De acuerdo, lo encontraré solo." – Marcus se dirigió a un librero y comenzó a buscar detrás de los libros, hasta que dio con una caja. La abrió y sacó el pergamino.

"Aunque lo tengas, no puedes usarlo, sólo el Amo sabe controlarlo."

-"¿Eso crees? Nunca confié en Oldervan, en secreto estudié para un día poder superarlo, y él me facilitó las cosas muriendo en las garras de un dragón. Ahora todo esto es mío, incluyendo éste papel." – El joven memorizó el escrito y después destruyó el pergamino. Entró en la sala contigua y quedó maravillado al contemplar su nueva adquisición.

-"Acabo de tener una excelente idea para ser más poderoso y de paso hacerme rico." –Observó a la criatura mágica atrapada en la celda. –"y tú servirás a mis propósitos."

Así fue como inició la larga travesía, donde Yue fue espectador de inhumanas condenas. Marcus pronto adquirió renombre entre la gente, diciendo que tenía en sus manos el poder para liberar a la humanidad de los demonios. Y la gente al observar lo que para ellos era la prueba más clara de que su Dios estaba con él, le creían y ayudaban.

-"¡Culpable!... ¡Culpable...!." –gritaba la gente.

-"... Aquí está la confesión firmada con su puño y letra."

-"¡Culpable de todos los cargos!."

-"Basta... por favor..."

-"¡Quémenlo en la hoguera!"

-"¡Basta... !."

-"¡Te he dicho que te calles!." – Marcus cerró la puerta de la Iglesia, el juicio ya había terminado y frente a él sólo estaba el Guardián de Clow.

-"Matas a gente inocente por dinero... los engañas... y quieres que acepte tranquilo."

-"Sólo les doy lo que piden, y tú casi lo arruinas todo, la próxima vez no seré tan indulgente."

-"¿Vas a golpearme frente a la gente? No creo que se vea muy bien para el papel que me has otorgado."

-"¡Cállate ya!" – Los ojos del chico brillaron haciendo que el aro negro que rodeaba el cuello del Guardián se cerrara más.

Yue reunió todas sus fuerzas para soportar y Atacó a Marcus, quien no se esperaba que pudiera moverse. El golpe fue certero, pero no tenía suficiente poder para causar daño grave. El joven se levantó sorprendido, un delgado hilo de sangre brotaba de sus labios.

-"Ya veo, necesitas que te recuerde quien manda aquí. Limpió la sangre mientras sonreía." – De acuerdo, atácame."

El Guardián formó sus cristales y los lanzó contra su oponente. Marcus esquivó la mayoría, pero algunos lograron herirle en un brazo y el costado. En su mano derecha creó una esfera roja que arrojó a los pies del ángel, y se transformó en enredaderas que lo inmovilizaron.

-"Ríndete Guardián."

-"Nunca."

El aro en su cuello se apretó aún más, cortando la piel y dificultando su respiración. Reunió su energía para congelar las enredaderas y romperlas.

Para cuando Marcus se dio cuenta, Yue se encontraba sobre él, a punto de atravesarlo con un filoso cristal. De entre sus ropas sacó una daga, detuvo el mortal ataque casi por instinto y logró herir en la mano al Guardián. Un gran choque de energía lanzó al otro extremo al ser alado, que perdió el conocimiento de inmediato.

-"Eso... fue muy peligroso... no debo subestimarte." - Liberó un poco la fuerza que ejercía sobre el collar al ver que le faltaba airé al derrotado ángel. –"Tendré que tomar otras medidas contigo, ya no correré riesgos." – Lo encadenó a una pared y salió a buscar un herrero.

Regresó al día siguiente, acompañado de tres personas, entre ellos una mujer. Yue seguía inconsciente así que simplemente lo levantaron en brazos y lo llevaron afuera.

-"Será más seguro llevarlo así." – Sonrió Marcus al ver la enorme jaula que había conseguido.

-"Así estará fuera del alcance de los curiosos durante los juicios y no tendrá tantos problemas al transportarlo." - Le dijo el Herrero.

La mujer había acondicionado el interior con una suave cama para acomodar al Guardián. Al depositarlo sobre las almohadas notó que estaba sudando y no tenía buen aspecto.

-"Señor, algo le sucede al ángel."

-"¿Qué dices?." – Marcus entró a revisarlo. –"Debió ser por lo de ayer."

-"¿Pasó algo Señor?." – Le preguntó el otro sujeto, que era el alcalde del lugar.

-"Tuvimos un problema, pero logré solucionarlo. De cualquier forma tenemos que partir hoy."

-"Señor Marcus, creo que tiene fiebre, debería esperar."

-"Estará bien, no se preocupe, pasaré por alguien que me ayudará a cuidarlo."

Cubrieron la jaula con una gran manta y la engancharon al carruaje. Poco después partieron hacia su nuevo destino.

Llegaron al anochecer y fueron instalados en la casa del párroco de la localidad, la jaula de

Yue fue colocada en la Iglesia. Marcus mandó llamar al único familiar que tenía y le pidió ayuda con el Guardián.