Parte 4: "Luz entre las sombras"
Raven estaba sentada en el sofá frente a la tele, pero no la estaba mirando. Como de costumbre estaba leyendo un libro antiguo y complicado, con una sobrecubierta decorada con runas y una larga y oscura historia. O al menos lo intentaba, por que con el jaleo que había en la Torre de los Titans era difícil concentrarse. Cyborg y Chico-Bestia estaban enzarzados en una competición de beber soda (perdía el primero que eructase) mientras Starfire estaba obligando a Robin a preparar con ella una especie de galletas de su planeta, verdes y con trocitos rosas.
-¿Quieres?- le pregunto con una enorme sonrisa la joven tamariana a Raven, ofreciéndole una bandeja llena de galletas del mismo color que Chico-Bestia con sarampión.
-Eeeh... Claro- contesto con una falsa sonrisa la joven bruja cogiendo una galleta de la bandeja. La miro dubitativamente, preguntándose si seria venenosa. Después miro a Starfire que estaba impaciente por oír su opinión. "No quiero ofenderla" pensó Raven, "así que a comer". Tras morderla la chica procedente de Azarath sintió un fuerte dolor y noto como una muela se le partía.
-¿Qué pasa? ¿¡Le has echado cemento en vez de harina?- pregunto enfadada a Starfire.
-¡Ah, se nota que no se te puede ocultar nada!- contesto radiante Starfire- Pensé que el cemento le daría consistencia y solidez a la masa...
-Starfire ¿Tú no pensaras dedicarte a la cocina de mayor, verdad?- le pregunto Raven.
-¡Que dices, Raven!- intervino por detrás Chico-Bestia, saltando sobre el sofá- ¡Star tendrá el mismo trabajo que nosotros!
-¿Cuál, payasos de circo?- dijo Raven. Chico-Bestia le puso mala cara.
-¡Nooo! ¡Superhéroes!- le replico el Titan verde, a la vez que se ataba una capa roja al cuello y aparecía a su espalda un gran estampado de barras y estrellas, con un estruendoso fondo musical de John Williams.
-Pero, yo creía que ya éramos superhéroes- dijo confundida Starfire- Combatimos el mal, luchamos contra villanos, tenemos una base secreta y rimbombantes nombres clave como Cyborg, Chico-Bestia o Raven...
-Raven es mi autentico nombre, "Starfire"- intervino fríamente la hechicera- Pero te doy la razón, ¿acaso todo eso no nos convierte en superhéroes?
-¡Sí, sí! Todo lo que ha dicho Star esta muy bien, pero falla un detalle importante: la edad. Como somos jóvenes todo el mundo nos toma a broma y nos llaman "héroes juveniles"... ¡Por favor, si nuestro líder es un simple "sidekick"!- se burlo Chico-Bestia.
-¡Eh! ¿Quieres ver lo que puede hacer este "sidekick"?- le grito Robin.
-Yo tengo ganas de que la gente nos tome en serio- prosiguió Chico-Bestia sin hacer caso a Robin- ¡Poder ser parte de un grupo con repercusión internacional y prestigio, como la Liga de la Justicia! ¡Aaah, como me gustaría ser Superman!
-Pero si ya lo fuiste- le dijo Raven- te disfrazaste de él en Halloween ¿Recuerdas? Aunque no tuviste mucho éxito, pero no me extraña: la gente no entendía como el Hombre de Acero tenia la cara verde...
-¡¿Oye, quieres dejar de burlarte de mi!- protesto enfadado Chico-Bestia.
-Vamos, vamos, no te sulfures- le contesto Raven.
-Es que siempre te estas metiendo conmigo- dijo Chico-Bestia con lagrimas (de cocodrilo) en los ojos.
-Venga, te voy a dar algo para que me perdones... ¿Te apetece una galleta?- dijo Raven con una sonrisa maliciosa.
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Un extraño silencio rodeaba a Raven, quien poco a poco despertaba de su sueño, contenta de haber recordado una estampa mas o menos feliz y no haber vuelto a visitar aquel corredor que tanto perturbaba su mente. Claro que la alegría le duro poco, justo el tiempo en comprender que al despertar, le tocaría sufrir. Los párpados le pesaban toneladas pero aun así pudo, poco a poco, abrir los ojos y ver donde estaba. Era una extraña habitación, redonda y sin esquinas, con el techo y el suelo blancos pero las paredes eran un espejo.
"¿Qué es este lugar?" pensó. "¿Dónde están mis amigos?"
Poco a poco intento levantarse pero era inútil, estaba demasiado débil. De repente se llevo instintivamente la mano a su hombro, como recordando el momento en que le dispararon. Se froto el hombro pero no noto ninguna marca.
"Ya recuerdo. Me dispararon y perdí el conocimiento. ¿Y entonces que paso? ¿Me capturaron? ¿Capturaron también a mis amigos? ¿Era todo una trampa? No puedo quedarme aquí. Venga, levántate Raven."
Muy lentamente la joven Titan fue incorporándose. Los brazos y las piernas le pesaban mucho, pero además se notaba muy cansada, y le costaba respirar.
"¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy tan agotada? ¿Será el efecto de la droga?" pensó Raven. "A lo mejor... debería usar la magia para incorporarme."
-Azarath... Metreon... Zynthos- susurro con un hilo de voz. Pero no ocurrió nada.
-¡¿Y mis poderes!- se sorprendió Raven- ¿No están?
La joven bruja trato de calmarse y pensar. "No, espera, esto ya paso una vez ¿Recuerdas? Fue por no saber expresar tus emociones abiertamente, por no reconocer el miedo. Bueno, pues ahora estoy asustada, y como aquí no hay nadie no tengo reparo en admitirlo"
-¡Tengo miedo! ¡Miedo por mi, pero sobretodo por mis amigos! ¡Pero no dejare que el miedo me domine! ¡Saldré de aquí y ayudare a mis compañeros!
Las palabras de Raven resonaron por toda la habitación. Pero después de eso, no paso nada.
-Ah... a lo mejor no es miedo lo que tengo que reconocer que siento- se dijo a si misma- ¿Pero entonces qué?
Estuvo pensando un rato y se imagino una posible respuesta. Esta vez le costo un poco mas pronunciar las palabras, pero finalmente las dijo, aunque roja de vergüenza:
-¡A mi me hacen gracia las bromas estúpidas de Chico-Bestia!
Nuevamente tampoco ocurrió nada. La pobre chica se empezaba a desesperar. Raven volvió a devanarse los sesos intentando encontrar algo que se guardara para si. Otra vez roja como un tomate volvió a gritar:
-¡Vale, lo confieso! ¡Me da envidia que Starfire sea tan guapa! ¡Con ese pelo tan brillante y esa piel tan tersa! ¡A mi también me gustaría llamar la atención de los chicos por algo mas que mi cara cenicienta!
El silencio volvió a ser su única respuesta. Raven empezaba a sentirse un poco estúpida. Estúpida y cabreada.
-¡¡Pero bueno! ¿Qué mas tengo que confesar? ¡Ya estoy harta!- grito Raven. Y entonces una chispa de luz negra surgió delante suyo. Esto sorprendió a la chica, que volvió a concentrarse mucho y volviendo a recitar sus palabras mágicas emitió una pequeña chispa mágica que enseguida desapareció. La chica enseguida se hizo cargo de la situación.
"Claro, eso es. No he perdido mis poderes. Es peor: me los están absorbiendo. La sala me esta absorbiendo la magia de mi interior."
Raven alzo la cabeza y vio que en el techo blanco había una especie de antena que apuntaba hacia abajo. La rabia empezó a inundar todo su cuerpo. Sus nudillos estaban blancos y sus pupilas, poco a poco, adquirían un tono carmesí.
-Ya veo, o sea que para eso me han capturado: para robarme la magia. Pues lo tenéis claro si creéis que con un estúpido artilugio mecánico podéis quitarme lo que es mío de nacimiento- dijo Raven en un tono cada vez mas áspero y seco, mientras sus manos se iluminaban envueltas en un haz de luz negra.
-Haber puesto en peligro a mis amigos por algo tan estúpido ha sido un error, un grave error...- dijo con voz de ultratumba, mientras la oscuridad la rodeaba y la empezaba a levantar del suelo.
-Pero, lo que mas rabia me da, lo que mas me enfurece... ¡¡ES QUE ME HAYAIS HECHO DECIR TODAS ESAS CHORRADAS¡¡- La luz negra de Raven formo un enorme pájaro negro detrás de la joven hechicera, la cual dirigió su mirada totalmente roja hacia el aparato que le succionaba la magia y con un gesto de su mano lanzo a la oscura ave contra él. El impacto fue brutal. El gigantesco cuervo se retorcía y graznaba furioso. La antena temblaba y se resquebrajaba, parecía que no podía aguantar. Raven se debilitaba cada vez mas, sintiendo que le chupaban la energía vital. Pero en un ultimo esfuerzo envió todo su poder al pájaro para que sobrecargara la antena y esta, incapaz de controlar tal flujo de energía, acabo estallando. Raven, agotada por el esfuerzo, cayo al suelo de rodillas.
-Eso... os pasa... por infravalorarme...- dijo entrecortadamente y respirando con dificultad.
-Oh, pero yo no te he infravalorado en ningún momento- dijo una voz tranquila surgida de un altavoz. Tras esas palabras, y sin que a Raven le diera tiempo a reaccionar, surgieron del techo y del suelo hasta 10 antenas idénticas a la que la joven Titan acababa de destruir. Estas empezaron a absorber su poder a un ritmo vertiginoso, mientras la bruja se retorcía de dolor, envuelta en una electrica luz negra, y notaba con angustia como le desaparecía el poder mágico, como si le arrebataran su propia alma. Tras unos segundos de sufrimiento, la oscura luz que rodeaba a Raven se desvaneció. Las antenas volvieron a ocultarse y Raven cayo al suelo. Mantenía con esfuerzo titánico los párpados abiertos, dirigiéndolos al espejo que recubría las paredes de la habitación. Lo único que podía ver era su reflejo, pero sabia que mas allá, detrás del cristal, estaba la persona que había planeado aquello. Ese fue su penúltimo pensamiento antes de quedar inconsciente. Por que lo ultimo en que pensó fue en Robin, Starfire, Cyborg y Chico-Bestia, sus compañeros de los Titans.
"Chicos... Ayudadme."
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Tras pasar por la destruida puerta de acero, los tres Titans en misión de rescate se internaron por un oscuro túnel. No dieron mas de dos pasos hasta que Starfire se detuvo preocupada.
-Esperad ¿No habéis oído algo?- pregunto la joven tamariana a sus compañeros. Chico-Bestia se encogió de hombros.
-¿Oír qué, Star?- le contesto.
-No lo se- respondió Starfire- Me pareció oír la voz de Raven...
Los tres titans se quedaron callados y se miraron entre si. Se dieron cuenta de la importancia de aquella misión. Si fracasaban era posible que no volvieran a ver mas a su amiga.
-No te preocupes, Star- le tranquilizo Cyborg- Pronto volverás a escuchar su voz. Ya debemos estar cerca, continuemos avanzando.
El trío de titans continuo avanzando por el túnel. Al contrario de lo que habían imaginado, no habían entrado aun en ninguna base secreta, ni ninguna alarma había saltado avisando a cientos de guardias para una clásica pelea superheroica. Tan solo estaban recorriendo un siniestro pasadizo con destino desconocido, lo cual los mantenía tensos, como la calma que precede a la tormenta.
-Tío, todo esto me pone la piel de gallina- dijo Chico-Bestia convirtiéndose en dicha ave de corral- ¿Por qué los malos no pueden tener su base en un lugar mas alegre?
-¡Sí!- afirmo Starfire dándole sorprendentemente la razón a Chico-Bestia (cosa que casi nunca ocurría)- ¿Por qué no pueden ser como nosotros? Tenemos nuestra base en una torre con forma de T bien chula, a la vista de todo el mundo, así si un malo nos quiere atacar no lo tiene difícil... ¿Por qué entonces los malos no hacen lo mismo? ¡Sería todo mucho mas fac..! –Starfire de repente se callo, como valorando el sentido de sus palabras- Cyborg... ¿Somos tontos?
-Que va, Star- le consoló el mitad hombre, mitad maquina, todo Titan- Lo que pasa es que no tenemos miedo de los demás...
-¡Ah, bueno!- dijo aliviada Starfire.
De repente sintieron algo inesperado: el suelo se abrió bajo sus pies y los tres cayeron diez metros en picado, dándose un buen tortazo.
-¡Auch!- dijo Chico-Bestia- De la sorpresa se me ha olvidado que puedo volar
-¡Ay! A mi también- añadió Starfire, frotándose el trasero.
-Chicos, os recomiendo que no perdáis la concentración y miréis donde estamos- les recomendó Cyborg, poniéndose en pie y en posición de ataque. Los otros dos titans alzaron la vista y se vieron en medio de una especie de complejo industrial, lleno de cajas sobre las cuales estaban los mismos mercenarios que habían robado el sintetizador químico y secuestrado a Raven, quienes ahora les tenían rodeados.
-Vaya, vaya, volvemos a vernos... esto es inesperado- dijo una voz fría proveniente de detrás de los mercenarios. Era el capitán Smith, el líder de los guardias.
-¡Usted!- grito Starfire- ¿Qué le ha hecho a Raven?
-Yo no le he hecho nada, jovencita. De eso se ha encargado mi jefe, quien ahora mismo esta con vuestra amiga en el piso inferior- contesto Smith.
-Bueno, pues gracias por decírnoslo tan rápido- le agradeció Chico-Bestia- Supongo que ya no hace falta que nos peleemos ni nada ¿verdad?
-Al contrario, vuestra presencia aquí es "non grata", así que me han ordenado que os elimine totalmente- dijo Smith, quien con una señal hizo que todos sus hombres (unos 30) apuntaran con sus rifles a los tres Titans.
-Bueno, ya que Robin no esta aquí ¿quién quiere decirlo?- dijo sonriente Cyborg.
-Oh, a mi me haría mucha ilusión- dijo Starfire.
-Pues nada, todo tuyo Star- le contesto Chico-Bestia. La joven tamariana cogió aire y grito:
-¡Titans, adelante!
CONTINUARA...
