El siguiente día fue otra pesadilla. Escuchar el absurdo discurso de convencimiento de Marcus, el rostro de admiración de la gente ahí reunida, al ser mostrado como el "regalo de Dios". Escuchar a la gente pedir perdón por sus pecados y jurar ser buenos, para después ver cómo gritaban maldiciones y condenaban a muerte a los que no pensaban como ellos.
Hipocresía.
20 personas perdieron la vida ese día.
Ninguno era hechicero o bruja como les acusaron.
Durmió casi todo el día. Cuando abrió los ojos encontró una bandeja servida con panes recién horneados, miel y un vaso con leche fresca. Había algo más: un par de ojos azules rebosantes de inocencia y curiosidad que lo observaban quién sabe desde cuando.
-"Mi mamá los hizo, a mí me gustan mucho." – Le dijo la pequeña señalando los panes.
-"¿Tu nombre es Susan?."
-"Si."
-"Gracias."
-"Dormiste mucho, ¿no tienes hambre?"
La niña metió una mano y tomó uno de los panes. Partió un pedazo dándole la otra mitad al Guardián. Al mismo tiempo se lo llevaron a la boca y lo saborearon.
-"¿Verdad que está rico?."
-"Si."
-"¿Es cierto que si dices tu nombre pierdes tus alas?."
El ángel la miró confundido. -"¿Quién te dijo eso?."
-"El Señor Marcus le dijo a unas personas allá afuera."
-"No, eso no es verdad."
-"¿Me dices tu nombre? Prometo no decírselo a nadie."
-" Me llamo Yue."
-"¡Qué bonito.!" La niña sonrió emocionada.
-"¡Susan se hace tarde y debes ir a casa."
-"Si maestra. Mañana te traeré galletas Yue. Buenas noches."
-"Buenas noches pequeña."
-"Y no le diré a nadie tu nombre, ¡Adios!."
Ya era de noche. A través de la ventana cubierta con una gruesa cortina alcanzaba a entrar un poco de luz. -Si tan sólo pudiera abrirla...- Se reincorporó sujetándose de los barrotes, pero la ventana estaba fuera de su alcance.
Dejándose caer sobre los cojines se encerró en sus alas, tratando de contener su desesperación.
La reja de la jaula se abrió de pronto. Yue se asomó para ver que pasaba y se encontró a Meridian frente a él tendiéndole la mano.
-"Ven."
Con ayuda de la chica salió de la jaula, y lentamente se dirigieron a la parte trasera del edificio. Un amplio patio se extendía ahí, el viento fresco sacudió sus cabellos y reconfortó su espíritu. Cerró los ojos disfrutando del aire libre.
La chica observó al ángel apoyado en su hombro y sonrió. –" Pensé que te gustaría salir un rato, y estirarte."
El Guardián le miró fijamente. Después trató de avanzar por su cuenta, pero no logró apoyarse bien. La joven lo sujetó justo a tiempo.
-"¿Estas bien.?
-"... ... Si."
En ese momento la hermosa luna apareció de detrás de unas nubes y dejó caer su resplandor sobre el ángel.
Meridian sintió que ya podía sostenerse por su cuenta y retrocedió un paso para admirarlo mejor. La luna le devolvió parte de su fuerza. Extendió sus alas y la chica pudo contemplarlas en todo su esplendor.
Su cabello plateado resplandecía y se agitaba suavemente, era verdaderamente largo, llegaba hasta el piso. Minutos después ella se acercó y lo invitó a sentarse bajo un árbol. Con un movimiento de cabeza él asintió y se acomodaron uno junto al otro.
-"Te ves mucho mejor ahora." –Le dijo la chica.
-"Me siento mejor."
-"Que bueno."
Los dos quedaron en silencio durante un tiempo. La joven observaba el rostro sereno del ángel.
-"...Yue..."
-"¿Eh?." –La joven parpadeó.
-"Ese es mi nombre. Es lo que te preguntas ¿no?."
-"¿Cómo sabías que yo......?"
-"Por la forma en que me observabas."
-"Yue... que hermoso nombre... ¿es acaso...?."
-"Chino."
-"Si, eso iba a decir. ¿qué significa?."
El ángel observó el plateado disco que adornaba el cielo y suspiró.
-"... ...Luna."
-"Te va muy bien el nombre, en verdad. Eres tan bello como la luna misma."
El Guardián la miró sorprendido por las palabras y la joven se ruborizó al darse cuenta de lo que había dicho.
-"Lo... siento... yo..."
Yue sólo dirigió su vista de nuevo a la luna.
-"Yue, ¿en verdad eres un ser creado con magia?."
-"¿Aún lo dudas?."
-"Es que no eres como las otras criaturas que he visto."
-"¿Las otras?."
-"Cuando yo era pequeña el pueblo fue atacado por demonios y seres malignos. Los padres de mi tío murieron a manos de ellos y los causantes de los ataques fueron una pareja de hechiceros. Mi tío juró que acabaría con todo el mal que ocasionan."
-"Eso no justifica el daño que hace a las personas."
-"Lo sé... pero, tú defenderías a tu Amo aún cuando supieras que no tiene toda la razón."
-"... ..."
-"El tío Marcus siempre ha sido muy bueno conmigo y le prometí que siempre lo apoyaría. Sé que suena ilógico, pero no puedo hacer nada para contradecirle."
-"¡Claro que puedes!."
-" ¡Meridian!." -A lo lejos se escuchó la voz de Marcus.
-"¡Es mi tío, debemos volver rápido."
El ángel muy a disgusto se resignó a volver a la jaula, ligeramente apoyado en la joven. Cuando ya estaba adentro, Marcus se presentó.
-"Meridian, ¿dónde estabas? Tenemos que recoger todo de prisa."
-"¿Qué sucede?."
-"Nos iremos a otro lugar, nos ofrecieron alojamiento en una mansión en las afueras."
Tomaron camino por las calles del pueblo, la jaula de Yue iba cubierta con una gruesa tela. En otro carruaje iba Meridian con su tío.
Poco después llegaron a la casa. Entre varios mayordomos llevaron a un amplio salón la jaula, y los huéspedes fueron alojados en cómodas habitaciones. Su anfitriona salió a su encuentro y les ofreció una exquisita cena. Era una mujer relativamente joven, de familia de renombre, alta posición social, y viuda.
-"Buenas noches, sean bienvenidos a la Mansión Ottergrand."
-"Mi lady." –Marcus hizo una reverencia y besó la mano de la dama. –"Es usted muy amable de permitirnos alojarnos en su casa."
-"Nada de eso, es un placer para mí que aceptaran la invitación. Y dígame, ¿quién es la joven que lo acompaña?."
-"Es mi sobrina Meridian."
La joven hizo una ligera inclinación. –"Mucho gusto Señora."
-"Tu sobrina es muy linda y educada, bueno, basta de charla y vayamos al comedor."
Al terminar la cena, fueron un momento a la biblioteca, Meridian pidió permiso para ir a ver al ángel.
-"Yo también quisiera verlo antes de ir a dormir, si es posible." –dijo la dama.
-"Mejor sería esperar hasta mañana, Mi lady, no está presentable para usted."
-"Querido Marcus, ese no es inconveniente."
-"Pero me temo que también esté fatigado por el traslado y necesite reposo."
-"Es una lástima, pero supongo que tendré que esperar. Entonces les deseo buenas noches, mis sirvientes les llevarán a sus habitaciones."
-"Gracias Mi lady."
La señora se retiró y Meridian se dirigía al salón cuando Marcus la detuvo. –"Ve a descansar, iré yo."
-"Como digas tío."
Al la mañana siguiente Marcus se levantó temprano y fue a ver a su prisionero.
-"Buenos días angelito, es hora de levantarse."
El Guardián lo ignoró completamente.
-"Arriba ya holgazán, o quieres que te ayude a despertar."
-"¿Qué quieres?." –Le respondió Yue de mala gana.
-"Veo que ya nos entendemos, ven, sígueme."
-"No puedo caminar."
Marcus abrió la reja, después murmuró unas palabras y el collar negro brilló por unos segundos. Yue sintió que sus fuerzas aumentaban.
-"Con eso podrás caminar, pero te advierto, cualquier movimiento en falso te costará caro. Ahora vamos, se hace tarde."
Llegaron a una confortable habitación, decorada lujosamente.
-"Te quedarás aquí, date un baño y cambia tu ropa, que la Señora Ottergrand desea verte."
-"No tengo más ropa." –Le respondió indiferente.
-"Nuestra anfitriona mandó preparar algunos trajes, debes agradecerle. Y ya deja de perder el tiempo."
-Necesito privacidad."
-"No abuses de mi buen humor, angelito."
Muy lejos de ahí, en otra enorme mansión, tres elegantes caballeros conversaban en una amplia estancia decorada con maderas finas y antigüedades, dos de ellos estaban sentados confortablemente en sillones de elegante tapizado, y el tercero observaba por la ventana, dando la espalda a los otros.
-"Lo que yo digo es: ¿Por qué no te tranquilizas? Estuviste enfermo, aún lo estás y si no te repones, todo nuestro esfuerzo habrá sido en vano." –Dijo uno de cabello castaño. Mientras jugaba con la copa a medio llenar en sus manos.
-"No puedo estar tranquilo y lo sabes. ¿Es tan difícil entenderlo?." –Respondió el de la ventana.
El otro joven de cabello oscuro habló entonces. -"Lo que no entendemos es el porqué no aceptas la realidad. Hemos buscado todo este tiempo, pero bien sabes que como están las cosas, pocas personas nos pueden ayudar. El Consejo no puede intervenir..."
-"Más bien, le parece poca cosa el asunto como para molestarse..." –Interrumpió una cuarta voz que pertenecía a un enorme león dorado que descansaba sobre la alfombra azul de la estancia, entre la ventana y los hombres sentados. –"... Y eso me parece injusto."
-"Como sea, no van a ayudarnos. Tienen bastantes problemas tratando de evitar pánico mundial por la muerte de nuestros colegas."
-"Lo haré sin su ayuda." - El hombre alto y de cabello negro azulado dijo sin apartar la vista del exterior.
-"Demonios Reed, sabes que te aprecio mucho, todos te queremos y respetamos, no podemos saber lo que sientes con exactitud, pero lo imaginamos, y lamentamos mucho lo sucedido, pero de una vez por todas debes hacerte a la idea. Te arriesgas demasiado en esta desenfrenada búsqueda sin sentido."
-"No es una búsqueda sin sentido." –Dijo el león en un tono molesto.
-"Es una empresa difícil, es eso." –Mencionó el chico de cabello castaño, tratando de mantener la conversación en términos pacíficos.
-"Siento mucho decir esto, pero... Estamos perdiendo el tiempo. Respóndeme Clow, que tú lo sabes mejor que nadie, ¿cuánto tiempo vive una criatura mágica sin la fuente de energía que lo sustenta?."
El hombre pudo ver cómo el rostro del chico a su lado y el del león se ensombrecían temiendo conocer la respuesta. Después observó al hombre de la ventana que permanecía inmóvil, pero que asimilaba la pregunta.
-"Respóndeme entonces tú Xander, que has estudiado esto con detalle."
-"... Muy poco..." –Dejó escapar el muchacho, sin ganas de decirlo.
-"Tienes razón John." -Respondió por fin mirándolo a los ojos el hombre junto a la ventana, y después salió de la habitación.
Xander bebió todo el líquido de su copa de un solo trago.
-"Lo siento, fui muy rudo, pero por fin entendió."
-"No lo que tú piensas." –Le respondió el león abriendo la ventana y asomándose.
-"Pero dijo que tenía razón."
-"Si, en el hecho de que estamos perdiendo el tiempo." –Le dijo Xander levantándose. –"En lugar de estar aquí sentados, deberíamos estar buscando."
-"Pero... pero, yo creí que lo había convencido de..."
-"No, sólo lo ayudaste a aferrarse más a la idea de encontrarlo antes de que sea demasiado tarde, y yo le apoyo en eso." –Dijo Kerberos señalando un caballo y su jinete que salían a toda prisa de la propiedad, para después saltar al aire y extender sus majestuosas alas para seguir a su Amo.
-"¡Tenemos que alcanzarlos, de prisa!." –dijo Xander tomando su chaqueta.
En la Mansión Ottergrand.....
Meridian llamó a la puerta y poco después entró.
-"Vine a ayudarte..." - No pudo terminar la frase, la esbelta y elegante figura frente a ella le dejó hipnotizada. Yue lucía un traje azul oscuro con ligeros adornos en plata y la inseparable gema en su pecho, botas oscuras con una delgada aplicación plateada y su cabello suelto descendía sobre sus hombros y hasta el piso.
El ángel la observó y continuó abotonando las mangas de la camisa.
-"Te ves muy elegante con ese traje, los sirvientes de la Señora Ottergrand son geniales."
-"Este traje es mío." –Dijo Yue mientras se sentaba en la orilla de la cama y tomaba un cepillo. –"No sé que se imagina esa mujer, pero yo no pienso usar un vestido."
-"¿Vestido?." -La joven encontró en una silla la ropa a la que se refería. –"No son vestidos, son túnicas, y la señora pensó que como eres un ángel..."
Yue la miró visiblemente ofendido, la chica dejó la ropa, se acercó y le quitó con suavidad el cepillo, comenzando a alisar la melena plateada.
-"Tienes un hermoso cabello."
-"... ... ..."
-"Supongo que todos te dicen lo mismo."
-"Sólo mi Amo."
-"Debe ser una persona impresionante, si pudo crear a alguien como tú."
-"Lo es, pero no por crearme a mi."
-"¿Y cómo se llama?."
El ángel la miró desconfiado y no respondió.
-"Oh Yue, yo no haría algo para dañar a tu Amo."
-"¿Qué tal Marcus?."
-"Pero yo no se lo diré."
-"Meridian, ¿ya esta listo?." –Preguntó Marcus entrando a la habitación. –"Nos están esperando. Vaya angelito, veo que el baño te sirvió."
-"Se ve muy bien ¿verdad tío?."
-"Supongo que si, vamos síganme."
Fueron recibidos en un amplio salón, donde varias mujeres de la alta sociedad se encontraban reunidas para admirar al ángel.
Al centro del salón acomodaron varios almohadones a modo de asiento para el Guardián. Antes de llegar hasta las damas, Marcus le dio instrucciones a Yue.
-"Te harán algunas preguntas, sólo responde sencillamente y no te pases de listo. Cualquier pregunta sobre tu procedencia la contestaré yo. Haz una reverencia y toma asiento al centro del lugar.
-"No pienso humillarme ante nadie."
-"Lo harías por tu Amo."
-"Tu lo has dicho."
-"Ahora lo soy yo, y te lo ordeno."
-"Pierdes tu tiempo."
-"Y mi paciencia, ahora, compórtate y obedece."
-"¡Marcus, por fin llegan! Moríamos de impaciencia." –La Señora Ottergrand los saludó.
-"Disculpen la demora, damas, les presento a la prueba de que nuestras oraciones son escuchadas."
Todas las miradas se centraron en la elegante figura frente a ellos. Los comentarios y murmullos no se hicieron esperar. La anfitriona tomó asiento y le indicó al ángel el suyo, pero Yue permaneció de pie. La mujer entonces inició la plática.
-"Dime, Marcus, ¿nuestro ángel tiene nombre?."
-"Lo tiene, mi señora, pero nadie debe saberlo, o perdería su posición en el cielo."
-"Oh, entiendo."
-"¿Desde cuándo está con nosotros?." –Preguntó otra de las damas.
-"Eso... no puedo saberlo con exactitud, sentí su presencia hace apenas un mes." –les dijo Marcus acercándose al Guardián.
-"Yo quiero saber si puede hablar, señor Marcus, porque hasta el momento usted ha respondido." –comentó una dama de cabello rojizo.
Todas las mujeres rieron ante el comentario y apoyaron la pregunta.
-"Ciertamente." –respondió Marcus. –"Es capaz de hablar, pero reserva sus palabras y rara vez nos permite deleitarnos con su voz."
-"Es una lástima..."
La sesión duró mucho más, pero Yue no le prestó la menor atención. Solamente la parte donde acordaron que mientras estuvieran en la mansión descansaría en una de las habitaciones, fue lo suficientemente interesante.
Por la tarde, la dama reunió a Marcus y a unas pocas de sus invitadas en su biblioteca. El ángel también estuvo presente, haciendo acopio de toda su paciencia.
-"El motivo para traerte Marcus, es que necesitamos su ayuda, creemos que su presencia en nuestra comunidad no es sólo coincidencia."
-"¿De qué se trata Mi lady?."
-Desde hace algún tiempo hemos perdido personal en las afueras de Roden, muchos hablan de una horrible criatura que los ataca y devora en la oscuridad.
Al principio no prestamos demasiada atención puesto que nada se había comprobado, pero... los ataques ya fueron registrados por un sobreviviente."
-"¿Y qué fue lo que vio esa persona?."
-" Solamente hablaba de unos ojos llameantes, enormes garras y la oscuridad total."
-No son muchas pistas."
-"Me temo que es todo lo que tenemos."
-"Qué ha dicho la policía?."
-"Mi esposo es el comandante, Señor Marcus, no ha conseguido nada, y no quieren alarmar a la gente." –interrumpió otra de las mujeres.
-"Hemos ofrecido una recompensa a quien nos libre de ese demonio, y sentimos que usted tiene la ayuda divina."
Marcus se paseaba pensativo por el lugar, Yue permanecía callado, observando por la ventana. Las mujeres anhelaban una respuesta.
Finalmente Marcus se acercó hasta ellas.
-"Haremos lo que sea posible, señoras, pero tengan en cuenta lo que estamos arriesgando."
-"Lo comprendemos Señor Marcus, pero créame que lo hemos discutido, debemos acabar con esto, porque ha matado niños inocentes.
-"¡Niños!."
-"Si, atacó una pequeña capilla donde se albergaban niños huérfanos."
-" Necesitaré un poco de tiempo para prepararnos, pero será lo más pronto posible."
-"¿Y qué dice nuestro Guardián al respecto?."
-"El está de acuerdo, no se preocupen."
-"Muchas gracias a los dos."
Marcus se encerró con Yue en su habitación.
-"Bien, ya escuchaste. Tenemos mucho que hacer. ¿tienes idea de lo que es?."
-"Probablemente, y te deseo suerte." –dijo irónico el Guardián.
-"¿A qué te refieres?."
-"Pensándolo bien, espero estar presente cuando acabe contigo."
-"Déjate de tonterías, tu vas a enfrentarlo." –respondió Marcus.
-"Ciertamente la muerte es mejor que soportarte." –dijo el ángel. –"Pero no es una de las formas en que deseo morir."
-"Es peligroso entonces..."
-"Tu debes saberlo, si eres tan poderoso como para decirte enviado de Dios..."
-"Muy gracioso, deberías ser así de hablador cuando las damas te hacían preguntas."
-"Y habría respondido si pudiera hacerlo con la verdad, tus discursos venenosos me causan nauseas."
-"Responde, sabes cómo atraparlo?."
-"... ... ... "
-"Supongo que no te importan nada las vidas de esos niños."
El ángel fatigado se recargó en la ventana -"... ... Creo saber cómo eliminarlo, pero es imposible en mi estado."
-"Explícate mejor."
-"Es una criatura que se mueve en las sombras, muy certera, y bastante difícil de atrapar, ya que no puedes tocarla tan fácilmente como ella a ti."
-"Interesante." – Murmuró Marcus.
-"Aún hay luna, puedo intentar algo, pero sólo si me devuelves mi magia."
-"... ... De acuerdo, pero te estaré vigilando."
