-¿Hola? ¿Hay alguien?
La voz de Robin resonó por todo el viejo y abandonado almacén. Cajas llenas de polvo y de contenido desconocido se apilaban hasta donde alcanzaba la vista. La luz no funcionaba así que Robin se iba guiando con una pequeña linterna.
-Vamos, se que estas ahí- dijo el líder de los Titans- Sal de una vez y acabemos con esto.
Un débil zumbido le llego a Robin desde detrás de su espalda, alertándole de que en pocos segundos un arma arrojadiza le impactaría en la nuca. Ese pequeño aviso era mas que suficiente y de un salto esquivo el peligro. El joven Titan miro al suelo, viendo como el arma que le había rasgado un poco la capa se clavaba en el suelo. Reconoció al instante el diseño de la misma ya que era idéntico al que él usaba. Así pues supo que solo tenia unos segundos para alejarse de allí. El arma se ilumino un breve instante y después estallo con un fuerte ruido, destrozando varias cajas a su alrededor. Robin fue impulsado en el aire por la onda expansiva, pero todo tenia un lado positivo. Con el fogonazo de la explosión había sido capaz de vislumbrar donde se escondía su enemigo. Ahora era su turno de enviarle un regalito: saco un pequeño frasco de su cinturón y lo lanzo a los pies de su enemigo. Una violenta explosión le envió por los aires, haciéndole caer a 10 metros de donde estaba. Robin salto hacia él mientras desplegaba su barra metálica. Al mismo instante oyó un ruido metálico que indicaba que el falso Robin estaba haciendo lo mismo, cosa que se confirmo cuando ambos entrechocaron sus armas. Robin podía ver, aun en la oscuridad, la expresión sonriente de su enemigo.
-¿Qué pasa, es que me has copiado todos mis gadgets?- dijo Robin con los dientes apretados.
-¿Por qué, me vas a demandar por violar tus derechos de imagen?- respondió con sorna el falso Robin.
Los dos chicos maravilla entrecruzaron golpes de barra, a la vez que intercambiaban varios golpes y llaves de distintas artes marciales: Jiu-jitsu, Aikido, Capoeira, Judo, Karate, Jeet Kune Do... Ambos impactaron su pie en el vientre de su oponente y salieron despedidos hacia atrás, cayendo al suelo y levantándose después a la vez de forma totalmente simétrica.
-Te has entrenado bien- le concedió el autentico Robin a su copia.
-Oh, me han entrenado en las mismas artes que a ti, Robin.- contesto el falso Titan- Se desde Kung Fu a Muay Thai pasando por Boxeo y Taekwondo. Tengo dotes de alpinismo, submarinismo y paracaidismo. Hablo con fluidez 6 idiomas y soy capaz de desactivar una bomba nuclear con una mano atada a la espalda. Me han creado para ser totalmente idéntico a ti.
-No, no somos iguales. Hay una diferencia...- le corrigió Robin.
-¿Ah si? ¿Cuál?- pregunto el falso.
-Tu estas como una maldita cabra- respondió el autentico.
Esto enfureció repentinamente al impostor, que se lanzo como una bestia salvaje sobre Robin . Este le esquivo y volvió a lanzarle un artefacto explosivo, pero este ni siquiera se tuvo que mover para esquivarlo.
-¡Ja, te falla la puntería!- se burlo el usurpador de personalidad, pero el autentico tan solo esbozo una sonrisa como respuesta. El proyectil exploto al lado de una pila tambaleante de cajas a la que la explosión acabo de desestabilizar, haciendo que cayeran sobre el falso Robin, sepultando entre ruidos de madera rompiéndose. Al final de todo el estropicio, solo quedaban restos de cajas rotas y una gran humareda de polvo que hacia difícil respirar. Y debajo de todo ello estaba el falso Robin, con un fuerte golpe en la cabeza e inconsciente. El autentico Robin se acerco a el y agachándose a su lado le quito el antifaz. Tras la sorpresa de ver su propio rostro empezó a examinarle minuciosamente la cara y encontró pequeños indicios de manipulación quirúrgica.
-Ya que te hacías la estética... ¿Por qué no te reducías la nariz?- dijo el joven Titan mientras se tocaba el mismo la suya. Acto seguido se saco un pequeño frasco de uno de los bolsillo de su cinturón. Lo destapo y vertió el liquido amarillento por el rostro de su gemelo malvado al que le empezó a salir humo y poco a poco parecía que se le deformaba la cara, como si se le estuviera derritiendo. Robin fue quitándole lentamente la piel que se le desprendía al impostor, dejando al descubierto su autentico rostro, el de un hombre de treinta y pocos, nariz aguileña, ojos pequeños y cabello negro con bastantes canas..
-¡Aja! Si esto fuera una novela de detectives yo ahora diría "Sabía que él era el culpable" - exclamo Robin- pero en mi vida había visto a este tipo...
-Ugh... Que lastima- dijo el impostor, abriendo los ojos- lo mas ingenioso que has dicho nunca y ninguno de tus compañeros esta aquí para oírlo.
-¿Todavía quieres pelea?- dijo Robin poniéndose en pie.
-Que va, me has derrotado totalmente- dijo el impostor, sin poder moverse bajo la pila de cajas que lo cubría- me he roto tres costillas y la pierna derecha, ya no puedo luchar.
-Lo mas inteligente que podrías hacer ahora es cantar y decirme quien ha organizado todo esto y para qué- dijo Robin- suponiendo que quieras hacer un trato conmigo y las autoridades...
-Sí, sí que quiero- respondió el derrotado villano- Bien, ¿por donde empiezo?
-¿Qué tal si me dices quien eres realmente y como has acabado llevando esas mallas?
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Robin repasaba mentalmente todo lo que le había dicho su "otro yo" hacia apenas 15 minutos mientras corría a toda pastilla al lugar en que se encontraban sus compañeros. La información que le había dado era insuficiente para resolver el misterio en que estaban envueltos (este falso Robin no dejaba de ser mas que un simple peón), pero si que había conseguido poner los pelos de punta al joven Titan con lo que había escuchado, que le hacia intuir que todo lo que estaba pasando era parte de algo mas grande y peligroso de lo que habían imaginado al principio.
"¿Mi nombre? Budd. Me llamo Budd. Trabajaba como guardia de seguridad en un laboratorio de LexCorp. Al menos hasta que paso aquello... ¿Qué? No, nada del otro mundo, una simple reducción de plantilla. Recorte de presupuestos y eso. Al parecer iban a trasladar el equipo a un nuevo laboratorio en Corea del Sur. Bueno ¿Y qué le voy a hacer yo? Yo no hablo ni una palabra de # coreano, así que me vi en el paro, lo cual no me sentó nada bien ya que aquel era un curro excelente. Bueno, el sueldo no era muy bueno, pero fue el único sitio donde me cogieron aun sabiendo mi historial. ¿Historial? Mi ficha, quiero decir. Me habían pillado un par de veces. Nada importante. Asalto con agresión. Intento de robo. Desorden publico, etc... El caso es que pase una temporadita en la cárcel y claro, después de eso la gente te mira como si tuvieras la lepra. Me sentó muy mal perder mi empleo. Por eso, cuando me ofrecieron hacer esto, no lo dude. ¿Qué quien me contrato? Ni idea, todo lo hacíamos a cara tapada. Solo conocí al tipo que dirigía a esos mercenarios, el capitán Smith, para preparar la operación. Bueno, eso fue después de todo el entrenamiento, la manipulación genética, la cirugía estética (por cierto, gracias por devolverme mi jeta), los gadgets, la información sobre ti, tus costumbres, tu grupo de colegas superhéroes y sobretodo tu relación con el murciélago. Sí, hay estaba la clave de todo ello. Yo tenia poco que ver con los robos y el secuestro de la chica pálida. Lo mío era llamar tu atención, eliminarte y reemplazarte. Y una vez que me colara en esa bat-cueva o como se llame, tenia que aprovechar un descuido y eliminar al murciélago. Aunque decían que era muy difícil que lo consiguiera, que lo mejor que podía hacer era ponerle una bomba cuando me hubiese infiltrado y volarlo todo por los aires. Sí, digamos que mi principal objetivo era matar a tu jefe. ¿Qué por qué? Ni idea, yo de eso no tengo ni idea, lo juro. Decían que era porque les resultaba demasiado peligroso dejarlo vivo una vez comenzaran lo que tenían que hacer, aunque no se a que referían."
-¡Titans, aquí Robin, responded!- grito el chico maravilla (el único y genuino) a través del transmisor. Lo único que le respondió fue el silencio. Robin probo de nuevo:
-¡Starfire, Cyborg, Chico-Bestia! ¿Me oís?-. Nuevamente la nada como respuesta.
"Deben haberse infiltrado ya en la base subterránea del enemigo"- pensó Robin- "Las interferencias y la estática impiden que reciba sus ondas de radio. Tengo que apresurarme en llegar allí cuanto antes, reunirme con los chicos, encontrar a Raven y salir de allí disparados. Esto es mas gordo de lo que me había imaginado ¿Un complot para eliminar a Batman? No, eso tan solo era un aspecto secundario de su plan, lo que significa que quizás esto nos vaya demasiado grande. Espero que los demás estén bien."
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-¡CUIDADO CON EL ELEFANTEEE!
El aviso llego tarde, y un enorme paquidermo de color verde aplasto a cinco mercenarios.
-Tío, tenéis suerte que sea vegetariano y cuide mi línea, si no sí que lo hubierais pasado mal con mi peso- dijo Chico-Bestia volviendo a la normalidad. La batalla en ese complejo subterráneo se desarrollaba con fiereza y contundencia por parte de los tres Titans, que estaban dando buena cuenta de los hombres del capitán Smith. Cyborg no paraba de hacer puntería con su cañón de plasma y Starfire estaba especialmente contundente: sus puñetazos dejaban fuera de sentido a pares a los hombres embutidos en las armaduras de combate negras que les hacían frente. Al principio les rodeaban treinta y pocos mercenarios, pero la joven tamariana los había despachado con insultante facilidad. Poco a poco empezaron a llegar refuerzos, pero todos caían ante la fuerza brutal de la extraterrestre, que ya había tumbado a 80 enemigos. Después de hacer volar por los aires con sus rayos oculares a una docena de tipos que se le acercaban en tromba, Starfire dirigió su atención al tipo que dirigía a los soldados, el capitán Smith, mientras recordaba lo que le una vez le dijo Robin:
"La guerra es como el ajedrez: has de mover bien tus piezas para conseguir la victoria, y para ello es algo esencial dar jaque al Rey, eliminar al cabecilla enemigo. Esto confundirá y desmoralizara al bando rival y hará mas fácil la batalla."
A Starfire no le había quedado muy claro aun como funcionaba eso del ajedrez (todavía no sabia cuantos goles se tenían que marcar para conseguir un home-run) pero si sabía que tenia que tumbar a ese tipo.
-¡Tú! ¡Ven aquí, horrible secuestra-amigas!- le desafió Starfire. El capitán Smith, enfundado en su armadura especial de combate de color gris, salto a la batalla con una expresión furiosa en la cara.
-¡Maldita cría! ¡Te voy a...!- lo que fuese que iba a hacerle a Starfire nunca lo sabremos, ya que el capitán Smith enmudeció y cayo redondo al suelo como un saco de patatas cuando Starfire le propino un fuerte puntapié en la entrepierna. La chica de tez carmesí estaba segura de que Robin habría aprobado aquel golpe bajo y contrario al Comics Code teniendo en cuenta la situación. Aunque quizás le hubiese reprendido el segundo golpe a las criadillas del enemigo una vez esta ya había sido derrotado. En cualquier caso, la batalla había acabado.
-¡Ouch! Star, eso duele- se quejo Cyborg ante la dureza de su amiga.
-¿Y tú qué sabes si las tienes de metal?- dijo Chico-Bestia.
-Venga, no nos peleemos entre nosotros- dijo Starfire separando a Chico-Bestia y a Cyborg- La pelea ya ha acabado, busquemos a Raven y salgamos de aquí.
Los tres Titans iniciaron la búsqueda de su amiga, investigando el piso superior de donde habían estado luchando. Pronto hallaron una sala extraña: no tenia puertas, era redonda y las paredes eran de cristal transparente. En medio podían ver un bulto envuelto en una capa de color morado que parecía ser...
-¡RAVEN!
Tras el grito de Starfire los tres Titans se dispusieron a romper la pared de cristal que les separaba de su compañera. Chico-Bestia embistió como un rinoceronte, Cyborg cargo un potente disparo de plasma, y Starfire disparo un gran rayo por sus ojos. La potencia combinada de sus ataques hizo añicos la pared de cristal. Acto seguido entraron velozmente para ver como estaba su amiga. Starfire la cogió y la incorporo. Tenia los ojos cerrados y parecía inconsciente.
-Raven... Raven... Vamos, despierta- le decía Starfire a su amiga. Su cara estaba mas pálida de lo habitual y su cuerpo permanecía totalmente inerte. La preocupación y los nervios de los tres Titans estaban llegando a limites insoportables cuando...
-Chi... ¿Chicos?- la débil voz de la chica de Azarath, que empezaba a abrir lentamente los ojos, fue una enorme alegría para sus amigos.
-¡Oh, Raven, menos mal!- dijo Starfire abrazándola y echándose a llorar- Estábamos tan preocupados...
-¡Bah, yo ya sabía que estaba bien!- dijo Chico-Bestia- No me había pasado por la cabeza ni por un segundo que no... que no... snif... que no... snrgfluaaBUAAAH!
-Anda, anda, suénate los mocos- le dijo Cyborg a su verdoso amigo sacando de un compartimiento de su brazo mecánico una caja de pañuelos de papel.
-Me alegro mucho de veros- dijo Raven esbozando una leve sonrisa a sus amigos- ¿Dónde esta Robin?- pregunto preocupada al no ver al chico maravilla.
-Tranquila, Robin esta bien. Ha ido a patearle el trasero al tipo que te embosco. Luego nos reuniremos con él- le explico Cyborg.
-Ah, ya veo- dijo la joven bruja de Azarath. Por alguna razón ahora parecía un poco triste. Raven intento ponerse en pie, pero las fuerzas le fallaron y cayo de bruces al suelo.
-¡Deja, ya te llevo yo!- se ofreció Chico-Bestia- Te llevare a "caballito" dijo transformándose en un verde corcel.
-¡De eso nada, la llevo yo que soy mucho mas cómodo!- protesto Cyborg, abriendo su espalda y sacando una silla.
-Ni hablar- dijo enérgicamente Starfire, quien cogió a una avergonzada Raven y se la puso entre los brazo como si la tamariana y la joven bruja fuesen una pareja en su Luna de Miel.- a Raven la llevo yo, que tan débil como esta no podría defenderse de un par de brutos como vosotros...
-¿Qué pasa, te crees que soy un pulpo?- dijo Chico-Bestia transformándose en un cefalópodo marino.
-¡Pues si, señor "ladrón de ropa interior"!- le corto Starfire.
-¿Ladrón de... QUÉ?- pregunto Raven.
Los cuatro Titans se dirigían hacia la salida cuando Cyborg les detuvo.
-Esperad, mis sensores detectan algo anormal- dijo el Titan metálico.
-Lógico, aquí esta Chico-Bestia- dijo Raven.
-No, no es eso- contesto Cyborg mientras Chico-Bestia se encogía en el suelo deprimido y ensombrecido- Capto unas lecturas energéticas muy raras... Detrás de esa puerta.
Cyborg señalo una compuerta metálica que tenia al lado un panel de control con números. Los cuatro se acercaron. Cyborg descifro rápidamente el código de acceso y la puerta se abrió. El cuarteto de Titans entro y vieron algo que no se esperaban.
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-Este complejo subterráneo es mas grande de los que parecía- dijo Robin avanzando por el mismo túnel que media hora antes habían cruzado Cyborg, Starfire y Chico-Bestia.- Sea quien sea el que esta detrás de esto ha de tener mas dinero que Dios...-Mas adelante vio una abertura en el suelo por la que salto, llegando a una sala repleta de mercenarios tumbados en el suelo.
-Esto ha sido cosa suya, seguro- dijo el joven Titan sacándose su comunicador del cinturón.
-¡Titans! ¿Me recibís? ¡Cambio!- al cabo de cinco segundos Robin oyó la respuesta.
-¡Robin, aquí Cyborg! ¡Hemos encontrado a Raven! Esta bien, aunque algo cansada ¿Y tu que? ¿Ya has derrotado a ese falso Robin?
-¡Por supuesto! Escuchad, tenemos que reagruparnos y salir de aquí... Todavía hay demasiadas cosas que no sabemos...
-¡Habla por ti! Nosotros ya lo sabemos casi todo...
-¿Casi? ¿Cómo que casi?
-Nos faltan un par de detalles, pero ya sabemos porque secuestraron a Raven, y porque robaron el sintetizador quimico...
-Explícate...
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Apenas tres minutos y medio antes, los cuatro compañeros de Robin habían hecho un par de descubrimientos extraordinarios. Se habían metido en una especie de fabrica automatizada, repleta de tuberías que se perdían hacia ninguna parte. Largas cintas transportadoras llevaban cajas que era manipuladas por brazos mecánicos pegados a la pared. No había ningún operario y fuera lo que fuera que fabricaban allí ya tenían un buen montón de cajas apiladas.
-¡Mirad esto!- chillo Chico-Bestia. Sobre una cinta transportadora había una caja con tres sustancias de distintos colores: amarillo, rojo y azul, que era transportada hacia una extraña maquina.
-Parecen una de esas cajas de helados de tres sabores: vainilla, fresa y chocolate- dijo Chico-Bestia.
-Sí, de las que siempre te comes solo el chocolate, so glotón.- le espeto Cyborg. La caja entro en la extraña maquina y al salir por el otro lado las tres sustancias se habían fusionado en una sola: un extraño mineral.
-Esto debe ser el efecto del sintetizador químico que robaron- explico Cyborg.
-¿Y eso qué es?- pregunto extrañada Starfire señalando un extraño aparato en forma de cañón. Había unos cables que salían de él y se dirigían hacia la pared que comunicaba con la sala donde estaba antes Raven.
-Noto algo en su interior- dijo la joven bruja- Noto... ¡Mi magia! Han guardado mi magia en este cañón para usarlo como arma mágica...
-Espera...- replico Cyborg confuso.- ¿Qué clase de tecnología puede acumular algo etéreo como es la magia? Escapa a todos mis conocimientos...
-Y sin embargo tenemos la prueba de que se puede hacer delante de nuestras mismas narices- susurro Chico-Bestia.
-¡Que malvados!- sentencio Starfire a la vez que un ruido extraño salía del brazo derecho de Cyborg:
-¡Titans! ¿Me recibís? ¡Cambio!
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-Y eso es todo colega- finalizo Cyborg.
-Muy bien, no os mováis de ahí, ahora voy- dijo Robin- Mientras ¿podrías hacer un análisis de la sustancia que han sintetizado?
-Estoy recibiendo los resultados mientras hablamos. Caray, es extraño... No es ninguna sustancia conocida en la tierra. Al principio pensé que seria plutonio o algo, pero su nivel de radiación es muy bajo. Lo que mas me llama la atención es su color.
-¿De que color es?- pregunto Robin.
-Verde. Verde esmeralda.
-¿Verde?- en medio segundo una chispa se encendió en el cerebro de Robin, recordando las palabras de Budd- ¡Es Kryptonita!
-¿Kryptoqué?- dijo incrédulo Cyborg.
-¡Kryptonita! Un mineral extraterrestre que es el único punto débil de Superman...
-¿De Superman? Pero si aquí hay toneladas de esa Kryptocosa- le comunico preocupado Cyborg.
-Exactamente- le contesto Robin- Ese falso yo me dijo que tenían que un objetivo secundario de su plan era eliminar a Batman. Si alguien ataca a Superman, no podrá evitar las represalias de sus compañeros de la Liga de la Justicia.
-Pero ¿Qué desgraciado villano tendría tantas ganas de matar a Superman?- pregunto Cyborg a Robin.
-Oh, ¿Y usted qué cree, señor Cyborg? ¿El Joker?- contesto una fría voz que Raven reconoció enseguida como la del tipo que la observaba mientras absorbían su magia.
Alguien enfundado en una armadura similar a la del capitán Smith pero de aspecto aun mas amenazador y de color verde se encontraba tras ellos. Dentro del traje de combate había un hombre calvo y sonriente, de mirada inteligente que les observaba con atención.
-Perdón, que modales los míos. Me presentare: mi nombre es Luthor... Lex Luthor.
CONCLUIRA
