En los jardines de la enorme mansión se llevó a cabo el entrenamiento durante varios días.

Una tarde poco calurosa, Meridian salió a encontrarse con el ángel, que permanecía bajo la sombra de unos árboles.

-"Buenas tardes Yue."

-"Buenas tardes."

-"El cambio de ambiente te ha servido, te ves muy recuperado."

-"Si... supongo. Lástima que sólo sea temporal."

-"¿A qué te refieres?."

-"No importa." – El Guardián extendió sus alas.

-"¿Qué haces?."

-"Iré a dar un paseo." -Dijo el ángel despreocupado.

-"No debes. Si sales de la propiedad..."

-"Es cerca de aquí, volveré antes de que Marcus lo haga." –Y se elevó rápidamente, sin darle tiempo a la joven de reaccionar.

La chica se quedó en el jardín, pero cuando oscureció y al ver que el Guardián no regresaba, decidió salir a buscarlo. Se encaminó en la dirección en que lo vio desaparecer, hasta que llegó a una zona boscosa. Temerosa, no deseaba continuar, pero tampoco se atrevió a volver. Respiró profundo tratando de calmarse y siguió caminando por un rato más.

Adentrándose, pronto escuchó ruido de agua, tal vez un río. Entre un pequeño claro del bosque estaba un lago, alimentado por una cascada. La luna se reflejaba al centro dándole un brillo sobrenatural al agua. Sin darle importancia al hecho de estar perdida de noche, en un bosque, se sentó en la orilla a admirar el paisaje.

Repentinamente, del centro del lago surgió una figura, hermosa y delgada, tan blanca y luminosa como la luz de la luna. De su espalda salieron dos majestuosas alas haciendo saltar miles de gotas de agua que resplandecieron por unos instantes, como pequeñas estrellas alrededor de una luna terrenal.

-"Sin duda, valió la pena salir a buscarlo." –Se dijo la joven.

Yue batió un par de veces las alas antes de guardarlas, y nadó hacia la orilla. La chica en ese momento encontró la ropa del Guardián a su lado.

Metros antes de llegar a la orilla el ángel se dio cuenta del intruso.

-"¿Cuánto tiempo llevas ahí?." –dijo molesto Yue.

-"Yo... este... acabo de llegar..."

-"¿Porqué me seguiste.?"

-"Se hizo tarde, y como no regresaste..."

-"Tenía que esperar."

-"¿Esperar que?."

-"No es de tu interés." –El ángel comenzó a impacientarse. –"¿Piensas quedarte mucho tiempo?."

-"¿Eh...? porque...? ¡Ah.!" – la joven entendió. –"Quieres que me vaya para vestirte."

Meridian se puso de pie, pero segundos después regresó a su lugar con una enorme sonrisa. –"Pensándolo bien, puedes salir, no te preocupes ."

-"¡¿Qué?!."

-"Debo vigilarte, puedes intentar escapar a otro lado."

-"No pienso escapar."

-"No te creo."

-"Por lo menos date la vuelta." –Dijo el ángel.

-"¿Te da pena que te vean?."

-" A ti tampoco te agradaría que te espíen. Ahora... ¿me permites?."

La chica se estaba divirtiendo mucho. –"Y si no quiero."

Yue suspiró al límite de su paciencia. -"Se hace tarde y debemos regresar."

-"Pero valdría la pena el regaño."

-"¡Oh, por favor!."

-"Esta bien, ya me doy la vuelta." Meridian se acomodó de espaldas al Guardián. –"Y dime, ¿cómo encontraste este lugar?."

-" De casualidad, mientras practicaba."

-"Es muy bonito."

-"Vamos ya."

Meridian se dio la vuelta y se encontró a su lado a Yue ya vestido, quien la tomó en brazos y se elevó con dirección a la mansión.


Marcus volvió del pueblo, ya entrada la noche. Después de pensarlo un poco, se dirigió a la habitación de Yue.

Abrió la puerta lentamente y entró sin hacer ruido. Sabía que el ángel notaría su presencia casi de inmediato así que murmuró unas palabras y el collar de Yue brilló, sumiéndolo en un sueño profundo. El hombre, más tranquilo llegó hasta la cama, donde encontró la silueta dibujada bajo las sábanas, observó con detenimiento cada detalle del fino rostro, asombrándose con la perfección de sus rasgos. Ahora que había liberado sus poderes, el aura plateada le rodeaba tenuemente.

-"Ahora comprendo porqué mi maestro y Aurus codiciaban tanto las pertenencias de tu Amo. Eres único en verdad." –Acarició suavemente la pálida mejilla, apartando un poco el cabello. Una extraña sensación en su pecho le indicó a Marcus que lo que temía ya había sucedido.


Los dos se dirigían a las afueras de la ciudad, las construcciones se hicieron cada vez más escasas. Los arbustos y árboles creaban un ambiente siniestro a su alrededor, la única luz que tenían era la de la luna en su última fase y la suave aura del Guardián.

Se adentraron en el bosque, Marcus llevaba la espada desenvainada, y Yue permanecía a su izquierda, atento a cualquier movimiento. Cuando ya llevaban rato caminando, el joven le dijo al Guardián.

-"Adelántate, Los ángeles van primero."

-"Maldito..." –respondió Yue.

-"Llegaremos a ese claro un poco más adelante, ahí la esperaremos, tú estarás de carnada y yo estaré detrás. " sonrió Marcus.

-"Si, yo estaré de carnada, pero espero que la bestia te mate a ti." –De mala gana el ángel llegó a la zona mencionada, y se sentó a esperar, Marcus observaba oculto detrás de unos arbustos.

Esperaron durante horas, el viento soplaba entre las ramas de los árboles y la luz de la luna se filtraba débilmente intentando llegar a su hijo pequeño.

De pronto el ángel sintió una presencia maligna cerca de él, acercándose sigilosamente. Un escalofrío recorrió su espalda, pero decidió no moverse. El joven también logró sentirla, pero sólo bostezó adormilado. Segundos después el Guardián se encontraba luchando en el suelo con una bestia oscura de llameantes ojos rojos.

-"¡Qué crees que haces Marcus!." –Gritó Yue.

-"Sólo quería ver que tan buenos reflejos tienes bonito." –Respondió Marcus sonriendo.

La bestia trató de morder al Guardián, y éste apenas logró esquivarla, pero no logró evitar que lentamente comenzara a absorber su energía.

-"¡Marcus.! ¡A que hora piensas actuar !."

El joven entonces decidió intervenir. Utilizando un hechizo creó un dragón de Luz que dejó caer sobre la criatura mientras Yue se libraba de su agresor. La bestia herida atacó con sus garras, pero el Guardián respondió con sus cristales de hielo, haciéndola huir. Yue la siguió esquivando los árboles que el monstruo derribaba en su desenfrenada carrera.

Cuando Marcus y el ángel se acercaron, la criatura volteó y sus afiladas garras hicieron contacto con el rostro del Guardián. La sangre corrió por su mejilla y Marcus al ver esto, deseó darle alcance a la bestia y cortarla en miles de pedazos.

Yue ataca nuevamente, haciendo cambiar de dirección al enemigo, siendo interceptado por Marcus.

-"Ojalá te mate Marcus..." –pensó el Guardián, sin embargo el chico dio un salto y atacó a la bestia. A los ojos de Yue, el viento, y no la espada cortaron a la criatura en dos, convirtiéndola en una masa inerte.

La espada en su trayectoria cortó también un árbol cercano y Yue no logró ponerse a salvo, quedando atrapado.

-"Se ha terminado la pesadilla del pueblo." Dijo Marcus mientras limpiaba la espada y buscaba donde se había metido Yue.

-"Vaya angelito, eres bueno como cazador, pero como presa, eres fácil de atrapar." Sonrió al verlo debajo del árbol. Se acercó hasta donde estaba el rostro del ángel y con su dedo delineó cuidadosamente su nariz. –"Pareces un conejo atrapado en una caja." –susurró besando la frente de su 'presa'.

-"¡Déjame en paz ¡." –dijo Yue con su mirada más fría.

Marcus sonrió ante el comentario, y besó nuevamente la frente, bajando un poco, y besando la nariz del cada vez más nervioso Guardián. –"Eres muy hermoso." –dijo antes de bajar a los labios.

Yue movió el rostro rechazando el beso, mientras en su mente sólo estaba el rostro de la única persona a la que amaba.... Clow.

El chico sujetó con fuerza la barbilla del ángel para evitar más movimientos y suavemente mordió el labio inferior. Yue al sentir esto, trató de golpearlo con su energía, sin embargo, los ojos de Marcus cambiaron a un tono rojizo y el collar recuperó su función.

-" ... Claro que no..." – dijo el chico retirando unos cabellos del rostro de Yue. –"Esta noche sólo serás mío."

-"Jamás seré tuyo." –amenazó el Guardián.

Marcus sólo sonrió.

-"¡ NUNCA !."

-"Este lugar es inapropiado, vamos a otro lugar." Marcus dijo unas palabras y ambos fueron transportados a la habitación del Guardián, donde lo aprisionó sobre la cama. Nuevamente se acercó hasta sus labios y fue rechazado. Entonces besó el arete en la oreja del ángel.

-"Yue, aún te niegas, pero dime, ¿cuánto tiempo ha pasado? Todo este tiempo mi poder te ha mantenido con vida. La magia de Reed ya no te sustenta. Entiende que ya no le perteneces.

Yue se asustó al escuchar el nombre de su Amo. Marcus se acercó aún más a su rostro y le dijo.

-"Conozco la historia, angelito."

-"... No sé de que hablas..."

-"Sé porqué acompañabas en su viaje al aprendiz de mago. Y también sé que Reed te prestó como si fueras un objeto."

-"¡ Eso es mentira !."

-"Peor aún, dejó que ese niño te mantuviera con su magia y... ¿acaso te dio las razones para hacerlo?."

-"Yo no cuestiono las decisiones de mi Amo."

El joven sonrió. -"Te diré el porqué entonces. Lo hizo porque eras una carga para él."

El Guardián se esforzaba por mantenerse sereno.

-"¿No me crees? Lo sé de buena fuente, mi maestro lo escuchó de uno de los miembros del Consejo. Ellos mandaron al aprendiz para que ayudara a tu Amo, porque necesitaba recuperar su magia y tu lo estabas acabando."

Yue intentaba mostrarse indiferente, pero las palabras de Marcus le hacían recordar ciertos sucesos que parecían coincidir con lo que decía.

-"Y eso no es todo bonito, supongo que al debilitarse tu Amo, tú también lo hiciste. ¿Necesitas otra prueba de lo que te digo es verdad?." Marcus tomó con una mano la barbilla de Yue y lo hizo mirarlo fijamente. Los hechizantes ojos del Guardián mostraban una pequeña sombra de duda, lo suficiente para no pasar inadvertida por el hombre. Pero también había ira y dolor.

-"Si tú vuelves con él, terminarás matándolo. Aunque debo admitir que esa era mi idea al principio, ahora puedo ser más generoso y dejarlo con vida, si aceptas mi trato."

-"Jamás serás mi dueño." –le respondió el ángel desafiante.

-"Lo serás tarde o temprano, la cuestión es si lo harás por las buenas ... ó..."

En ese momento llamaron a la puerta. Marcus atendió y le entregaron un mensaje.

-"Hablaremos más tarde, angelito, mientras tanto, piensa en lo que te ofrezco."

A la mañana siguiente hubo un gran movimiento en la Mansión. Muchas personas se presentaron a agradecerle a Marcus por librarlos del demonio. Yue permanecía en su habitación y sólo observaba todo por la ventana.

La viuda fue la única que tocó a la puerta del ángel y le agradeció por matar al monstruo.

Yue sólo respondió con una leve inclinación de cabeza.

Marcus y Meridian estuvieran fuera todo el día, y aunque a Yue le extrañó al principio que le dejaran sin vigilancia, al caer la tarde decidió salir a su lugar preferido. Asegurándose de que nadie lo veía, se elevó en dirección del lago.

Al llegar se despojó de sus ropas y entró al agua, nadó hasta el centro y se sumergió un momento, disfrutando de la fría sensación en su cuerpo.


En otro lugar, varios hechiceros trataban un asunto de importancia, reunidos en un amplio salón decorado con extraños símbolos mágicos. Uno de los más viejos hechiceros tenía la palabra en ese momento.

-"¿Qué es lo que no acabas de entender joven Xander?."

-"Señor, el hecho de que le nieguen ayuda a una de las personas más importantes de nuestro grupo." –Respondió un joven hechicero de cabello castaño.

-"Confundes las cosas, tratamos de protegerlo."

-"No comprendo en que forma lo hacen, Señor. A mi parecer corre más peligro en esta búsqueda errática que si solamente le ayudamos a localizar a su Guardián."

-"No se arriesgará la seguridad del Clow Reed por una criatura mágica, Xander. Además, tenemos prioridades."

-"Salvar una vida así sea de un Guardián es prioridad."

-"No en este caso, jovencito."

-"¡ Pero...!"

-"Es mejor que regreses con Reed, y evita por cualquier medio que use su magia, o tendremos que diga..." –lanzó una última mirada a todos, buscando algo de apoyo, pero no lo encontró. Salió del salón y en las escaleras lo detuvo una voz conocida. Era Loshén.

-"Xander, ¿me permites unos momentos?."

-" Si, está bien."

-"Mi joven amigo, no es que no nos preocupe el Guardián de Clow. Es sólo que primero debemos solucionar otras cosas."

-"Como qué."

-"Ven, acompáñame a mi estudio."