El ángel plateado descansaba sobre una roca. Después de vestirse, decidió que aún no volvería a su prisión, así que sólo dejaba pasar el tiempo, observando su reflejo, y rozando la superficie cristalina con las puntas de sus alas, podía ver el tenue resplandor de lo que quedaba de su adorada luna. Pronto sería luna nueva. Tal vez pronto terminaría su cautiverio.
Cerca del lugar sintió una poderosa presencia mágica, rápidamente se incorporó y fue a investigar. Voló sigilosamente y al llegar al lugar se ocultó tras unas enormes rocas. Por los daños a su alrededor en ese lugar hubo una pelea, pero ya no se encontraban los causantes, o por lo menos eso pensó hasta que vio una figura en el piso que se movía débilmente.
Rápidamente fue en su ayuda. Se encontró con una hermosa criatura de color azul claro de ojos color ambar y largas alas transparentes. Su figura era humana.
-"¿Qué te sucedió?." –le preguntó Yue mientras revisaba si estaba herida.
-"...El... el cazador nos encontró... Mi Amo... vino a buscar..." – La criatura hizo una pausa para tratar de recuperarse.
-"¿Tu Amo? Eres Guardián de alguien?."
-"Mi Amo es un hechicero... ... Su nombre es Evard... vinimos a buscar al Guardián de uno de sus amigos. Pero nos encontró el cazador, y mi Amo y yo tuvimos que luchar, yo... no pude vencerlo. Entonces me ordenó encontrar al Guardián y ayudarlo... pero... no queda mucho tiempo... Si mi Amo muere... yo también..."
-"Iré a ayudar a tu Amo. Tu descansa aquí."
-"No podrás hacerlo, el enemigo es poderoso. Por favor, ayúdame a cumplir la orden que me dieron. Tu también eres un ser mágico, no sé si un espíritu de luna pero...
-"Yo soy un Guardián igual que tu. Mi Amo y creador es Clow Reed."
-"¡Tu eres a quien buscamos! Rápido, te llevaré lo más lejos que pueda de aquí."
-"No. Debo ayudarle."
-"No hay forma de que puedas hacerlo, sólo puedo cumplir el último deseo de mi Señor y darte la oportunidad que te ofrece."
El cielo se nubló y comenzó una fuerte tormenta en cuestión de segundos. Los rayos iluminaron el cielo y de pronto pudieron distinguir a dos figuras luchando sobre las copas de los árboles. Uno se veía agotado y esquivaba con dificultad los golpes del adversario.
-"¡Amo Evard!." –gritó la criatura al ver herido a su Señor.
Yue se elevó para intentar ayudarle, pero el hechicero creó una enorme esfera de energía y la lanzó contra su enemigo arrojándolo lejos de ahí."
El Guardián llegó justo a tiempo para sujetarlo antes de que cayera, descendió con él en brazos y lo depositó suavemente al lado del otro Guardián.
-"¡Amo Evard!."
Evard abrió los ojos y con su mano derecha acarició la mejilla de su Guardián.
-"Shirina... perdóname..."
-"¡Amo, lo encontramos... él es el Guardián de Reed!."
El hechicero observó a la figura plateada que lo había auxiliado. –"Ah... Yue... que alegría volverte a ver... Clow ha estado muy preocupado por ti..."
-"Señor... lo sacaré de aquí inmediatamente."
-"Escúchame Yue... tu Amo está al norte de aquí... Shirina te llevará hasta donde sea posible... antes de que yo muera."
-"No puedo escapar, me tiene prisionero un sujeto llamado Marcus, no puedo liberarme de este collar."
-"Ese collar.... es uno de los objetos condenados al olvido... cómo fue que pudo poner sus manos en él..."
-"Es una larga historia, pero por el momento sólo puedo ayudarle a salir de aquí."
-"No, le hice una promesa a mi amigo... Espero que Clow te encuentre rápido y te quite ese maldito collar."
Evard lanzó un conjuro con la poca energía que le quedaba."
-"Con este conjuro... anularé temporalmente el control que tiene sobre ti, pero debes apresurarte."
-"No nos iremos sin usted Amo." –Lloró Shirina.
-"Deben hacerlo, yo lo distraeré lo más que pueda, porque aunque intentara huir, ya no puedo escapar de su espada. Me encontrará donde quiera que esté."
-"Amo..."
-"Lamento llevarte conmigo pequeña..."
-"No diga eso. Es un honor para mi servirle hasta el final."
-"Ahora, por favor lleva a Yue, lo más rápido que puedas." –El mago volteó hacia Yue. –"Clow hizo un maravilloso trabajo contigo, pequeño, anda, ve y devuélvele la sonrisa a tu Señor."
-"...Gracias..."
-"Váyanse ahora... ya regresa..."
Shirina besó la frente de su Amo y después retrocedió unos pasos. Un resplandor azul la rodeó y se transformó en un corcel blanco de crin azulada y una estrella del mismo color en su frente.
-"Vamos Yue, sube."
-"Yo puedo volar." –Respondió este. –"Tu estás herida."
-"No tanto, además no puedes volar tan rápido, como puedo correr yo."
El Guardián desapareció sus alas y montó. Ambos miraron por última vez al hechicero que les regaló una tierna sonrisa y se alejaron a todo galope de ahí.
Shirina en verdad era veloz, atravesaba el bosque como un haz de luz, la lluvia golpeaba el rostro deYue como agujas y el viento helado silbaba en sus oídos.
En poco tiempo se encontraron a gran distancia del lugar de la batalla, en las afueras de un pueblo, y Shirina enfiló hacia el norte sin titubear, galopando siempre al mismo ritmo, sin detenerse.
Justo cuando Yue comenzaba a saborear la experiencia de su cada vez más cercana libertad, una figura apareció tras ellos.
El guardián no podía distinguirla bien, pero era veloz, pues comenzaba a darles alcance. Shirina de repente pareció perder fuerza.
-"¡Shirina! ¿Qué sucede?"
-"Yue... mi Amo...."- respondió ella.
-"¡NO... Maldición!"
-"¡Nos persiguen Yue, debe ser el sirviente del cazador!"
-"Detente, yo lo enfrentaré"
-¡No, te llevaré hasta donde pueda!"
-"¡No seas terca, nos dará alcance!"
En ese instante una sombra enorme los golpeó desde atrás con mucha fuerza, arrojándolos lejos. Yue se incorporó adolorido y encontró a Shirina a varios metros de ahí, en su forma humana.
La sombra se transformó en un enorme lobo y los atacó. Yue lo recibió con su técnica de cristales, rasgando la piel de la bestia.
El Guardián abrazó a su compañera y se alejó del rugiente animal, pero otro enemigo los atacó por la espalda, hiriendo a ambos.
Yue se levanto lentamente, el golpe lo había dejado sin aire. Shirina se repuso y atacó a una de las bestias con una daga de hielo, su golpe fué certero, pero no alcanzó a esquivar el último ataque de la criatura, que clavo sus garras sin piedad en ella.
-"¡Nooooo!" -El guardián voló hasta su amiga, que cayó pesadamente a un lado de la bestia muerta.
-"¡Shirina, por favor, No te mueras!"
La criatura mágica se desvaneció en miles de destellos en los brazos del ángel. El enorme lobo malherido aprovechó la distracción el guardián para atacar, pero cuando estuvo a punto de devorarlo, un rayo rojo, salido de entre las sombras acabó con él.
Yue levantó la mirada, lentamente se acercaba una figura, que al reconocer el guardián hizo arder de furia todo su ser.
"¡Fuiste tú, maldito" -gritó el ángel.- "¡Acabaré contigo!"
Yue acumuló una enorme cantidad de energía en su mano y atacó al hombre frente a él, ocasionando una gran explosión.
El ángel se elevó para tratar de localizar a su enemigo, si quedaba algo de él. Entre el humo y el resplandor, encontró al hombre que se sostenía con dificultad apoyado en una espada. El sujeto señaló hacia donde se encontraba Yue, lanzando un hechizo, pero no surtió efecto.
Yue entonces creó su arco y lo atacó de nuevo. El enemigo saltó a un lado, pero fue alcanzado en un pierna. El guardián sonrió satisfecho al ver el dolor en el rostro del hombre y preparó otra flecha.
El sujeto al ver que su hechizo no funcionaba, levantó su espada y un rayo de energía salió de ésta. Yue utilizó su barrera al máximo y contuvo el golpe, pero segundos después el rayo atravesó y dio en el blanco.
El guardián se desplomó, pero el hombre utilizó su magia y evitó que se estrellara contra el suelo. Lentamente se acercó al derrotado y herido ángel, que permanecía consiente.
Yue respiraba agitadamente, mirando con odio al hombre frente a él que también estaba agitado por la lucha, su frente tenía una herida, al igual que su pierna y en el costado derecho, su camisa se había roto, dejando ver su pecho lleno de rasguños y golpes. En su mano derecha llevaba la espada, que tenía la hoja transparente, con un resplandor rojizo, y la empuñadura era de color negro.
-"Marcus... maldito seas... mataste a Evard y a Shirina... Acabaré contigo..."
-"No en esta ocasión Yue..."
Marcus apuntó con su espada al guardián y su energía fue drenada, haciéndolo perder la conciencia. Se acercó, sus alas extendidas estaban mojadas y sucias de lodo y sangre. Marcus se percató de las heridas de Yue.
-"Malditas bestias estúpidas, les ordené que a él no lo tocaran. Si no hubiera llegado a tiempo... Mejor encontramos un refugio, necesito recuperarme un poco para poder transportarnos de regreso."
Cuando Yue abrió los ojos, se encontró en una rústica y pequeña habitación, con una chimenea encendida, a su lado había dos sillas y una mesa.
Estaba sobre la única cama, que ahora tenía las sábanas sucias. Repentinamente el dolor invadió su cuerpo, estaba muy golpeado y en su espalda sentía las heridas recientes.
Se levantó como pudo y salió de la habitación, mientras recordaba los sucesos que lo llevaron a ese estado. -"Marcus... Shirina... ¡Clow!..."- tenía que escapar.
Al llegar a la calle, vio el letrero de la pequeña posada donde se encontraba, caminó lentamente, escondiéndose en las sombras. Después de un gran tramo de camino, escuchó voces venir en su dirección. Dio la vuelta para encontrar dónde esconderse, pero antes de llegar a un sitio seguro lo descubrieron.
-"¡Miren eso! Debe ser una de esas criaturas de las brujas."
-"¡Atrápenla!"
Yue extendió sus alas par huir, pero estaban muy lastimadas, al verse rodeado sintió un escalofrío recorrerlo.
-"Debemos destruirla, acabar con todos ellos, o nunca podremos vivir libres,"
-"Si, destrúyanla, antes de que su ama aparezca."
La gente enfurecida se lanzó contra él, que no tenía la fuerza suficiente para defenderse. Su fin estaba cerca, pero súbitamente apareció un hombre a caballo , que lo sujetó y salvó de los aldeanos, alejándose rápidamente del lugar.
-"Ciertamente eres muy ingenuo, ¿Cómo se te ocurre salir así? Podrían haberte asesinado, en este lugar hay muchos ataques de demonios y acaban con cualquier cosa que les parezca extraña. Con tu apariencia y en tu estado, no les costaría trabajo."
-"Hazme un favor y déjame ahí." - le dijo el ángel.
-"¿Bromeas? Ya pasé un mal rato preocupado por ti desde que desapareciste en Rodan."
-"¿Te preocupa perder tu mina de oro?"
Marcus detuvo el caballo y acomodó mejor al guardián sobre la silla.
-"No, estúpido ángel. Me preocupa perderte a "ti".
Yue lo miró con enfado y trató de liberarse
-"No lo intentes Yue, no quiero lastimarte más. Y en vista de que no me dejaste descansar, por tu tonto escape, tendremos que ir un tramo a caballo, hasta llegar al puente de Greendarth, sujétate bien."
-"Prefiero caer."
-"Te gusta hacerte el difícil, eso me divierte."
Para descontento de Yue, Marcus lo obligó a montar frente a él, sujetándolo cerca de su cuerpo por la cintura. El guardián se resistió e intentó liberarse, golpeando al sujeto con sus alas. Marcus sonrió y con una mano acarició el nacimiento de las alas, haciéndolas desaparecer. Yue se quedó en shock.
-"¿¡Cómo... cómo hiciste eso!? ¡Sólo mi amo puede...!"
-"Qué... ¿sólo tu amo puede saber cómo desvanecerlas? O... sólo él tiene el poder para hacerlo? Ya es tiempo de que lo aceptes Yue."
-"¡No!"
-"Bueno, creo que tendré que convencerte. Cierra los ojos."
-"Vete al diablo."
-"Ja, ja, ja, ja, ja, No voy a hacerte nada angelito. A pesar de que con cada movimiento que haces por zafarte me pones más... "nervioso".
-"¡Eres un...!"
-"Ya, tranquilo, sólo haz lo que te digo, confía en mí un momento."
-"Prefiero confiar en un Balrog" -respondió malhumorado el ángel.
"Está bien, lo haremos a tu modo."
-"No puedes usar el collar." -sonrió confiado Yue.
-"En este momento no puedo usar el collar, cierto, pero conozco otros trucos. Y tú estás agotado."
-"No puedes hacer nada... ¡auch!" Yue se quejó en el momento que la montura continuó avanzando.
-"El movimiento te lastima... ¿verdad? Toma, bebe esto."- Marcus le dio una pequeña botella con un líquido color verde.
-"No."
-"Te aliviará un poco el dolor, Yue."
-"Dije que no."
-"Uhh, de acuerdo."
Marcus presionó un costado del guardián, y cuando éste se quejó por el dolor, vertió en su boca el contenido del frasco.
-"Desgraciado... casi me ahogas."
-"Lo lamento, pero te sentirás mejor mientras llegamos al puente, ahí podré usar un hechizo y estaremos en casa."
Siguieron su camino, Yue se había resignado a su situación, o quizá era a causa del brebaje, el dolor en su espalda había disminuido.
-"Veo que la medicina ya surtió efecto, ahora podremos hablar tranquilamente." .le dijo Marcus.
-"No tengo nada de qué hablar."- le respondió indiferente el ángel.
-"Entonces, sólo escucha. Cierra los ojos."
-"¿Me crees tonto?"
-"Yue, sólo relájate un momento."
Con su mano sujetó el rostro del ángel y lo hizo recargarse sobre su pecho, sin que pudiera resistirse. La sensación confundió al ser alado, porque no le resultaba incómoda, incluso le parecía un poco... familiar.
-"Yue, yo nací con un don mágico, y aprendí sobre la magia con Oldervan, el primo de Aurus, a quien tu maestro asesinó."
-"¿Vas a dormirme contándome tu estúpida vida?" - le interrumpió Yue con sarcasmo.
-"No, sólo voy a aclararte algunas cosas de tu interés. ¿Sabes porqué te resulta placentera mi energía, permitiéndome mantenerte vivo sin que la rechaces como sucedió con el aprendiz?"
Yue no respondió, Marcus continuó explicando.
-"Cuando Clow Reed luchaba contra Aurus, ustedes también lo enfrentaron. Tú y el león dorado. En un momento de la batalla, tu compañero cayó malherido y Aurus se dispuso a acabarlo. Invocó su espada y se lanzó contra él. Supongo que recuerdas lo demás..."
Yue cerró sus ojos, recordando lo que había pasado.
FLASHBACK...
Kerberos se lanzó al ataque ferozmente contra Aurus, pero éste lo rechazó con un poderoso hechizo, que lo arrojó con fuerza contra el suelo.
Aurus rió, sujetando su costado que mostraba una enorme herida.
-"Acabaré con tus creaciones una por una. Y empezaré con éste."
Clow se incorporaba tan rápido como podía después de haber recibido un impacto directo de su enemigo
-"¡Destruiré lo que más amas Reed y me quedaré con tu alma. Ja, ja, ja, ja, ja,!"
Aurus apareció una espada y se dispuso a eliminar al león herido.
-"¡NOOOOOOO!"- Yue se arrojó a proteger a su compañero, cubriéndolo con su cuerpo.
-"¡¡¡Kerberos, Yue!!!" - Clow utilizó a vuelo y tan rápido como pudo voló a salvar a sus guardianes. Los sujetó con fuerza al pasar, alejándolos del peligro, pero al interponer su cuerpo entre ellos y la espada, recibió un profundo corte en la espalda.
-"¡¡¡Amo Clow!!!" -Kerberos y Yue gritaron aterrados por lo ocurrido
-"¡Ja, ja, ja, ríndete Clow, es hora de que nosotros gobernemos con el poder que se nos otorgó. Crearemos un mundo donde la magia pueda vivir en armonía sin necesidad de ocultarla, donde tus criaturas sean libres de andar en las calles, sin temor, al igual que nosotros."
-"Si tu idea de un mundo mejor es a base de asesinar y esclavizar a la humanidad, jamás seré tu aliado." -respondió orgulloso Reed.
-"Cuando mi espada posea tu alma, me ayudarás a cumplirlo de todas formas."
-"No lo permitiré."
Clow se puso de pie, sin importar el dolor de la herida, sus guardianes se colocaron a derecha e izquierda, protegiéndolo. Aurus invocó todo su poder en la espada y lanzó un ataque final.
Reed utilizó toda su magia, sus guardianes se prepararon para ayudarle usando su energía al límite, al igual que las cartas.
El báculo de Clow tomó forma frente a él y con un firme movimiento contuvo el ataque de su enemigo, creando una enorme espiral de magia que aprisionó a Aurus y lo eliminó completamente.
Yue recordó que despertaron mucho después en su casa. (Evard y Loshén se encontraban ahí, cuidando de ellos y sobre todo de Clow, que se encontraba muy herido y débil). Yue salió de su habitación, sus heridas estaban curadas, se dirigió al dormitorio de su Amo, donde encontró a Kerberos cuidando la puerta.
-"Kerberos. ¿cómo estas?"
-"Bien, Yue, después de una semana de siesta, al igual que tú."
-"¡¿Dormimos una semana?! ¿cómo está el amo?"
-" El amo... verás, Clow está mal, pero Loshén cuida de él, y Evard nos atendió a nosotros todo este tiempo."
-"Voy a ver al Amo."
-"Inténtalo, ojalá a ti si te permitan verlo."
-"Voy a ver qué sucede, no te preocupes Kero."
El ángel abrió la puerta, entrando a la pequeña antesala que llevaba a la habitación principal. Entró con cuidado y lo que vio le dejó helado.
Cloe se encontraba sobre la cama, boca abajo, y la herida en su espalda parecía no sanar. Su cuerpo estaba cubierto de sudor y respiraba con dificultad.
Yue se aproximó hasta su Amo, arrodillándose a su lado, con cuidado retiró de su rostro los negros y sedosos cabellos, acomodándolos de forma que no le lastimaran.
Innumerables lágrimas rodaron por las mejillas del ángel. Deseaba poder ayudarle, aliviar su dolor de alguna forma, no soportaba verlo así.
-"¡Yue, no debes estar aquí!"- Loshén apareció de una puerta contigua, visiblemente preocupado por la presencia del Guardián.
-"¿Qué le sucede al amo?, ¿porqué está así?"
-"Pequeño, debes ir a tu habitación."
-"¡No, no dejaré a mi amo!"
-"Escucha Yue, Clow necesitará tiempo para recuperarse. Esa herida no es cualquier cosa, necesito que me ayudes, permaneciendo en tu habitación, tranquilo, y te prometo que haré todo lo que pueda para ayudarlo."
-"Déjeme ayudarle… permítame quedarme yo…"
-"No, Yue, tú más que nadie debes permanecer fuera, por tu propio bien."
-"¿Por qué?"
-"¿Evard?"- Loshén llamó al joven, que entró de inmediato.
-"¿Si, señor?"
-"Lleva a Yue y a Kerberos a sus habitaciones, y asegúrate que estén cómodos mientras duermen, no quiero que vuelvan a aparecer por aquí en este momento."
-"¿Qué dice?" -el ángel retrocedió ante lo que acababa de escuchar. No pudo decir nada más porque sus ojos se cerraron, gracias a un hechizo de Evard, cayendo en sus brazos.
-"Entiendo su preocupación pequeños…" -dijo cansadamente Loshén. -"Pero Clow no me perdonaría si por un descuido algo les sucediera. Es mejor que duerman mientras nuestro amigo se recupera lo suficiente para controlar su magia."
-"Como digas Loshén ." –El joven se llevó en brazos al Guardián.
Fin del Flashback…
-"La espada que hirió a tu señor…" -Prosiguió Marcus.- "…es la misma que poseo yo, es conocida como la espada de Almas. Una vez que logras herir a alguien con ella, lentamente roba su energía. Esa es la forma lenta de morir.
Si matas a la persona, se adueña de su alma y se vuelve más poderosa. Tu amo está sufriendo las consecuencias de haber sobrevivido al ataque, y mientras más cerca esté de la espada, más rápido morirá. Ahora comprenderás lo que te dije aquella vez."
-"Voy a matarte con esa maldita espada, sentirás todo lo que ha sufrido mi amo y yo disfrutaré viendo tu dolor."
-"Que feas palabras, para salir de esos hermosos labios."
-"No son palabras, es una promesa."
-"Mi hermoso ángel, no puedes usar la espada aunque quisieras, porque hice un pacto. Ella me da poder, y yo la alimento. Las almas de los hechiceros son su mayor deseo, y yo obtengo muchas ventajas, una de ellas es mezclar mi energía con la de las víctimas y usarla a mi antojo. Y como Clow también la alimenta, pues… hago uso de ella."
"Te haré pagar por eso..."
-"No lo harás, mi amado Yue"
-"En cuanto me recupere, verás que si."
-"¿Es un reto? De acuerdo, lucharé contigo de nuevo."
-"Mientras tanto... deja ya de dar vueltas, me estoy mareando." - se quejó molesto el Guardián.
-"No estoy dando vueltas, si he disminuido el paso es porque también estoy herido..."
Marcus tocó la frente del guardián. "¡Yue, tienes fiebre!"
-"Mentira... yo no me enfermo..."
-"Pero lo estás, a causa de la bestia que te hirió. Fue hecha con magia, como aquella vez que me enfrentaste y te lastimé con la daga de Oldervan, también enfermaste."
-"Eres un idiota..."
-"Ahora deliras, debemos darnos prisa..."
-"Mejor libérame..."
-"No sueñes, no te dejaré morir. Tendré que arriesgarme y transportarnos desde aquí."
Marcus se concentró, pronunció el conjuro y segundos después se encontraban en el patio de una enorme casa.
-"Estúpido... no lo lograste... esta no es la casa..."
-"No, no es la casa de la viuda, ésta es Mi casa." -le respondió Marcus, con dificultad. El usar su magia le cansó bastante, pero aún así desmontó y llevó en brazos a Yue a una habitación.
-"¿Que rayos hacemos en tu casa?"
-"Bueno, no estoy tan bien como para llegar a Rodan, además este lugar es mejor para los dos." -sonrió Marcus, mientras recostaba a Yue.
Acercó una bandeja con agua y otros utensilios para atender al enfermo. Después de batallar un poco con él, logró convencerlo de permitirle curarlo. Le quitó la camisa rota y revisó su espalda.
-"No soy muy bueno en esto angelito, pero trataré de no lastimarte."
-"Mas te vale. ¡Auch! Oye..."
-"Tienes una astilla clavada en el costado, voy a quitarla."
-"Hey, eso duele."
-"No seas delicado... soporta un momento."
Marcus limpió con cuidado las heridas, incluyendo las alas. Y después se sentó sobre la cama, a su lado, posó sus manos sobre la espalda del guardián.
-"¿Que haces?"
-"Guarda silencio y déjame concentrarme o no podré curarte. "
Sus manos resplandecieron y Yue sintió una cálida sensación, que lo relajaba y eliminaba el dolor. Minutos después las heridas del cuerpo de Yue comenzaban a cerrarse.
-"¿Como te sientes?"
-"Mejor... solo estoy mareado."
-"Eso lo arreglaremos refrescándote un poco y si tomas esto."
-"¿Mas de esa cosa verde?- Yue lo miró desconfiado.
-"Es un té medicinal, te ayudará a descansar."
-"¿Porque tan amable y preocupado con tu prisionero?"
-"¿No lo adivinas?"
-"No voy a seguir ayudándote a asesinar a las personas y a robarles el dinero."
-"En realidad... eso ya no me interesa tanto. En este momento sólo estoy interesado en una sola cosa."
Yue desvió la mirada.
-"Bebe el té y te propondré algo... sobre Clow."
-"No."
-"Te diré como salvarle la vida."
-"¿Porque he de creerte?"
-"Creí que eras su Guardián, que te preocupaba su seguridad."
-"Su vida es más importante que la mía, fui creado para protegerlo."
-"Serías capaz de incluso dar tu vida por él?"
-"Si."
-"Entonces no te costará trabajo aceptar mi propuesta. Dejaré vivir a Reed a cambio de que seas mío. Si me obedeces y me juras lealtad, eliminaré la maldición de la espada que pesa sobre él. Es un trato justo, si consideras la idea de que si no aceptas, lo mataré y obtendré lo que deseo."
-"Más bien no tengo opción."
-"Piensa que es una generosa propuesta, Yue, sólo para complacerte." De todas formas ya no pensabas regresar a su lado. ¿o si?"
-"...Yo..." el ángel dudó y no supo que responder.
-"Me lo dirás mañana en la noche, ahora duerme."
-"No quiero dormir."
-"¿Has de llevar la contraria siempre? Toma el té y duerme o usaré un hechizo."
El ángel bebió el té, Marcus colocó un paño frío en la frente del rebelde guardián y le dejó descansar.
-"Tú también deberías tomarlo. estas herido."
-"Gracias por preocuparte, Yue, pero mis heridas sanarán pronto, en cuanto descanse
y me reponga de la batalla. Y si lo dices porque planeas que me quede dormido me temo que no te resultará, y te mostraré porqué."
Los ojos de Marcus brillaron y el collar se apretó en el cuello del Guardián sólo por unos segundos.
-"Como puedes notar, bonito, ya puedo controlarlo. Buenas noches." -se acercó y besó la mejilla de su plateado ángel.
Notas de autor:
La verdad, soy muy mala para las notas al final de los capitulos, curioso, siempre las leo en tros fics y me agradan, y no soy capaz de hacerlas para mi propia historia, en fin.
Este espacio primero que nada es para agradacer a las personas que se han tomado la molestia de leer mi primer fic, muchas gracias muchas gracias (hikaru haciendo reverencia ) y espero que les siga gustando. Toda sugerencia es bienvenida siempre y cuando sea constructiva, (entiendan que soy novata en esto y soy muy sentimental jejeje)
Hasta muy pronto .
