Titulo: Orión.

Autor: Tenshi-Hikaru.

Capitulo 12.

Clow recorría las calles de la ciudad acompañado de Kerberos, sin sus alas.

Esperaban que regresara Xander, con noticias de Evard. Se sentaron afuera de la Iglesia, en el jardín jugaban algunos niños.

Una pequeña dibujaba cerca de Clow otros niños se acercaron a molestarla.

-"Es mentira, no hablaste con él porque nadie lo hizo." Le gritaba uno de ellos.

-"Si lo hice, es mi amigo."

-"No es cierto, mentirosa."

-"¡Hasta me dijo su nombre!" La pequeña se defendía.

-"¿Y cómo se llama?."

-"Sólo los que son sus amigos, lo saben porque es un ángel."

La palabra ángel hizo que Clow y Kerberos se interesaran en la discusión.

Uno de los niños arrebató el papel de las manos de la niña y comenzó a arrugar la hoja.

Clow se levantó y les llamó la atención, recuperando el papel y haciéndolos huir.

-"Aquí tienes pequeña." –Le dijo sonriendo.

-"Gracias señor."

-"¿Qué es lo que dibujas?."

-"A mi amigo."

-"¿Y cómo es tu amigo?."

-"Él es un ángel, tiene el cabello largo y blanco, y unas alas muy grandes."

-"¿Y se llama Yue?."

Los ojos de la niña se iluminaron. –"¿Usted también es su amigo?."

-"Si, ¿sabes dónde está?."

-"Mi mamá dice que se lo llevaron a la casa de una señora rica, pero mi maestra lo cuida."

-"¿Dónde puedo encontrar a tu maestra?."

-"Adentro."

-"Gracia pequeña, tu también eres un ángel."

Clow entró a buscar a la maestra, seguido de cerca por Kerberos. Encontraron a una joven, frente a una pequeña mesa arreglando unos papeles.

-"Disculpe, ¿es usted la maestra?."

-"Si, ¿en qué puedo servirle?."

-"Mi nombre es Clow Reed, ¿puede usted decirme dónde encontrar a Yue?. Me dijeron que cuida de él."

-"No sé quien le habrá dicho eso, pero no conozco a nadie con ese nombre." –la muchacha se estaba poniendo nerviosa. ¿Por qué ese hombre conocía al Guardián?.

-"Por favor le suplico que me ayude. Está en peligro, y necesito urgentemente encontrarlo."

La joven, al ver la mirada de angustia del mago, comprendió que no tenía porqué mentir. –"Usted es su Amo..."

-"El y Kerberos son mis Guardianes." -Dijo mientras señalaba al león que acababa de aparecer detrás del mago.

-"Él está con mi tío Marcus, en las afueras de Bringtown, en una mansión de su propiedad."

-"Gracias."

-"Por favor, señor, dése prisa."


Clow apareció frente a la enorme propiedad. El hechizo de protección no fue problema para él. Kerberos derribó las puertas y Clow subió corriendo las escaleras. Al llegar a la primera habitación sintió su corazón palpitar con fuerza. Abrió la puerta. Estaba vacía, sólo las cortinas que se movían con el viento daban muestras de vida dentro.

Kerberos revisó las otras habitaciones y después regresó al lado de su Amo, que permanecía sentado en la cama. Se veía derrotado, el cansancio invadió su rostro mientras deslizaba sus dedos sobre una blanca y suave pluma de su adorado Guardián Lunar.

Xander y John hicieron acto de presencia minutos después.

-"Por Dios Clow, eres más veloz que la luz." -John trataba de recuperar el aliento.

-"Llegamos tarde... - Clow les mostró la pluma.

-"De eso queremos hablarte... tenemos que ir al lugar del Concilio. Es sobre el sujeto Marcus y la espada... por consiguiente sabremos algo de Yue." -Xander trató de animar a Clow, pero temía que no todo fueran buenas noticias, por la forma en que se lo había comentado Loshén.

-"De acuerdo, vamos." –El mago los acompañó.


Esa tarde fueron enterados de la recuperación de la espada, y de sus cautivos. Clow esperaba ansioso que le dijeran en donde estaba su Guardián, Loshén les explicó a todos que un grupo de hechiceros salieron a buscar al culpable y lo enfrentaron con lamentables consecuencias. Lograron derrotarlo, pero el Guardián había caído en esa batalla.

-"Lo lamento, amigo mio." –dijo el viejo mago al observar el pálido rostro de Clow. –"No logramos salvarlo."

Clow sólo se dejó caer en un sofá cercano, demasiado aturdido por la noticia. Kerberos se recargó en su rodilla dolido por la pérdida de su compañero.

No había logrado salvarlo, pensó Clow, Ni con todo su poder había logrado preservar una de sus creaciones, una de las más queridas, la que amaba. Ahora sólo quedaba el recuerdo, y la angustia de no haberle revelado lo que sentía por él. Un vacío se apoderó del corazón del mago, un hueco que jamás sería llenado por alguien más.

TBC...