Titulo: Orión

Autor: Tenshi-Hikaru

Disclaimer: Todos los personajes conocidos pertenecen a Clamp, con excepcion de Yue, que fue mi regalo de 14 de Febrero, Marcus, Xander, Aram, Ariel y algunos otros por ahi, me pertenecen pero estan en custodia permanente en brazos de mis amigas jejeje.

Capitulo 14


Tres días después...

-"Bueno, chicos éste es el lugar." -Clow señaló un pequeño poblado a varios metros de donde se acababa de cerrar el portal mágico.

-"En este lugar el aire se siente extraño, pero agradable." –Mencionó Kerberos.

-"Es porque la magia aquí es más fuerte que en nuestra tierra." -le respondió Xander mientras admiraba el paisaje.

Clow se encaminó hacia la taberna del lugar. -"Iré a buscar al conocido de Loshén. Ustedes dos, no se metan en problemas."

-"¿Qué? No nos vamos a quedar, queremos ir contigo." –Gruñó Kero.

-"Ohhh, está bien... creo que es mejor que los vigile."

En la taberna no había mucho movimiento, pues aún era temprano. Clow preguntó al dueño por la persona que buscaba y le indicaron a un sujeto sentado en una esquina, comiendo tranquilamente.

El mago le pidió a sus compañeros lo esperaran sentados en una mesa y se acercó a conversar con el hombre. Después de los saludos, le entregó la carta de Loshén y el sujeto al leerla se levantó de un salto.

-"Pero claro que les ayudaré Señor Reed, será un honor. Loshén me ha hablado de usted y siempre tuve deseo de conocerlo en persona."

-"Se lo agradezco, Sam."

-"Bien, tengo dos caballos que pondré a su disposición por el tiempo que deseen."

-"Oh, no se moleste, sólo necesito que me indique el lugar a donde tenemos que ir." -Le respondió Clow cortésmente.

-"Es que sólo unos pocos conocen el camino, sin contar a sus moradores. Necesitarán de un guía y sólo pueden hacer el viaje a caballo." -El hombre llamó a un joven que acababa de entrar.

-"Oye, Hogol ¿cuándo vendrán los que se dirigen a Rivendel?."

-"Ya se han ido. Hace seis días partieron."

-"Es una lástima... tendré que buscar a alguien más."

-"Hey, Sam, sé quien va para allá en este momento. La joven que vive en las tierras pasando las colinas."

-"Es verdad, la vi hace un rato." –Respondió aliviado el sujeto.

Clow preguntó curioso. –"¿De quién se trata?."

-"Se trata de una elfo, bastante extraña y esquiva, que vive en el Este. Es callada, pero creo que aceptará ayudarles."

-"Es muy altanera y tiene una mirada que atemoriza." -Comentó Hogol.

-"¿Y usted cree que acepte?."

-"Si, pero dense prisa, o no la alcanzarán."

-"Gracias."

-"Es un placer. ¡Hogol! Dale los caballos y dile dónde se encuentra la dama."

Clow y Xander montaron y Hogol les indicó que la persona acababa de irse, les señaló el camino hacia donde la encontrarían y partieron enseguida. Kerberos se elevó sobre sus cabezas.

En poco tiempo alcanzaron un caballo de color gris y crin blanca. Una persona cubierta por una capa blanca montaba diestramente al hermoso corcel.

-"Debe ser ella." –Le dijo Clow a Xander.

-"Ha de ser muy bonita." -Sonrió el muchacho.

-"Si, los elfos son hermosos, pero reservados, así que cuida tus modales."

Los dos se acercaron y saludaron a la figura encapuchada. Esta detuvo el caballo.

-"Disculpe, mi nombre es Clow Reed y mi compañero es Xander, quisiera saber si usted podría llevarnos a Rivendel, vamos a entrevistarnos con el Señor de esas tierras."

-"... No puede ser..." –La persona se descubrió el rostro, bajando la capucha. –"...¡Cómo es que llegaron hasta aquí...!"

-"�¡Yue!."

-"...Al parecer, la suerte es nuestra aliada." -Dijo el mago sorprendido.

-"Clow... ¿a qué han venido?." -El ángel los miraba con cierta reserva.

-"Le llevamos un mensaje al Señor de Rivendel."

-"No te alegra mucho vernos, por lo que me doy cuenta." -Comentó Xander.

-"No... no es eso... lo que sucede es, que nunca me imaginé encontrarlos."

-"¿Podemos viajar contigo?." –Le preguntó cariñosamente el mago.

-"Claro, síganme, el camino es un poco largo. Clow¿dejaste a Kerberos?."

-"No, está allá arriba." –Clow señaló un punto dorado que les seguía.

-"Oh."

Kerberos descendió al ver que su Amo le llamaba. Su sorpresa fue enorme al saber que Yue estaba con ellos. Después de que el ángel se limpió el rostro de los lengüetazos del león y volvió a subir al caballo, reanudaron la marcha.

-"¿Y por qué no vuelas en lugar de ir a caballo?." -Preguntó Xander.

-"Sí¿desde cuándo te gusta la equitación?." –Dijo Kerberos que caminaba a un lado del grupo.

-"Es que... es más fácil así, que explicar cómo es que una criatura mágica ronde por ahí sin su dueño. De esta forma puedo hacerme pasar por un elfo. Y además yo no conozco el camino completamente, pero el caballo sí."

-"Me doy cuenta de que es uno de los ejemplares que los elfos usan." -Dijo Clow.

-"¡Oh! Acabo de recordar algo muy gracioso." -Interrumpió Kerberos. –"El hombre en la taberna dijo que buscáramos a una joven elfo, muy bonita, pero muy seria. Pensó que eras mujer ¡ja, ja, ja, ja, ja! Y nos dijo que eras muy sangrona y extraña."

-"¿Qué estás diciendo Kerberos?." -Yue lo miraba visiblemente ofendido.

-"Es verdad, nos dijo que ella podría llevarnos a Rivendel." -Xander no contenía la risa.

Yue apenado no dijo más y se adelantó varios metros.

-"Bien hecho, Kerberos, Xander." -Clow les recriminó y los dejó para alcanzar al Guardián.

-"Oh, no aguanta nada." –Dijo el león, y después los dos echaron a reír.

-"Tendrás que disculparlos Yue, ya sabes cómo son." –Clow mencionó al estar al lado del ángel.

El Guardián respondió más calmado -"... Sí, ya extrañaba las burlas de Kerberos."

-"¿Y a qué te diriges a Rivendel?."

-"Paso la mayor parte del tiempo con ellos, cuando no acompaño a Marcus. A él no le agrada dejarme solo. Y los elfos cuidan de mí, son muy amables."

-"¿Dónde se encuentra Marcus ahora?." –Preguntó Clow interesado.

-"No lo sé con exactitud, al parecer se reuniría con magos de las tierras bajas. Es por ello que no puedo acompañarlo."

-"¿Eso te molesta?."

-"No, prefiero quedarme con los elfos, lo que me preocupa es que al no estar presente, no puedo conocer sus movimientos."

Clow estudiaba el rostro de su ángel.

Recorrieron la mayor parte del camino conversando de cosas sin importancia. Sólo se detuvieron una vez, para que comieran, aunque Yue sólo los observó.

Casi salían de un bosque cuando una voz los sobresaltó.

-"¡Alto forasteros! Más allá de estos bosques se extienden tierras vedadas para los desconocidos."

Clow, Xander y Kerberos se quedaron inmóviles, pero Yue se adelantó.

-"Sal de una buena vez y deja de asustar a mis acompañantes." –Le gritó Yue.

-"Pero mira nada más¡si nuestra luna está de regreso! Que alegría volverte a ver."

De entre las ramas de un árbol cercano descendió un elfo, con arco y flechas en mano. De cabello oscuro, vestía a la usanza común, sólo una capa de color entre gris y verde le identificaba como centinela.

-"Hola Aram, gusto en saludarte." –Dijo Yue en tono de burla.

-"¿Quiénes son los que te acompañan?. –preguntó el elfo mientras guardaba sus flechas.

-"Vienen del otro lado del Portal, visitarán a tu Señor."

-"Mmmm, ya veo, en ese caso les acompañaré." –El elfo silbó y un caballo de color café apareció de entre los árboles, Aram montó rápidamente y emprendieron la marcha.

-"Tendrán que disculpar lo de hace un momento, pero debo detener a todo el que pretende cruzar nuestras fronteras."

-"Descuida, lo entendemos perfectamente." –Respondió Clow.

Xander muy intrigado preguntó. -"Oye¿y no tendrás problemas si abandonas tu lugar?."

-"No he dejado sin vigilancia, otros están conmigo." –Respondió alegremente Aram.

-"Yo no vi a nadie." –Dijo Kero.

-"Tampoco me habías visto a mí."

-"Es cierto..."

Llegaron a un río donde el elfo les recomendó tener cuidado. Cruzaron a caballo y después continuaron por un angosto sendero que subía entre las paredes de un acantilado. Del otro lado se encontraba un valle protegido por enormes murallas de roca y alimentado por una cascada. Aram se detuvo y dio la vuelta.

-"Bienvenidos a Rivendel." –les dijo solemnemente.

Xander y Kero observaban boquiabiertos, Clow estaba maravillado ante la belleza del paisaje.

-"Debemos darnos prisa." –dijo Yue. –"Comienza a declinar el día."

Al entrar a la hermosa ciudad que parecía crecer o estar grabada en la roca, fueron recibidos por los guardias, pero unas palabras del elfo bastaron para que les dejaran pasar sin problemas. En una pequeña plaza circular rodeada de caminos y escaleras, desmontaron y les dieron la bienvenida.

-"Las estrellas danzarán esta noche, nuestra luna ha vuelto." –Le dijo uno de ellos, que vestía una larga túnica de color blanco y grabados en verde esmeralda.

-"Me alegra estar aquí." –Respondió Yue con una reverencia. –"Me acompañan unas personas que desean hablar con tu Señor." – El ángel los presentó apropiadamente y fueron bien recibidos.

-"Lamento decirles que en este momento no podrán entrevistarse con él. De cualquier forma les mostraré dónde pueden descansar, síganme por favor."

Clow y compañía fueron llevados a unas cómodas habitaciones. Después de instalarse, Clow preguntó por Yue, que ya no los acompañaba.

-"El debe estar en su casa, tomando un descanso también, puede buscarlo si lo desea, sólo siga por este camino y suba las escaleras." –Le respondió el elfo señalando el lugar.

Clow dejó a sus amigos que decidieron tomar una siesta. Siguió las indicaciones y llegó a una construcción que estaba bastante elevada, de color blanco y con finos grabados en las paredes. Tocó a la puerta, pero al ver que nadie le respondía se animó a entrar.

El mago entró llamando, pero no hubo respuesta, llegó a una habitación bastante acogedora y amplia. De una puerta contigua escuchó el sonido de agua.

Estaba a punto de volver a llamar cuando de la puerta salió Yue cubierto con una bata.

El susto de ambos fue grande.

Clow, sin explicárselo, sintió subir el rubor a su rostro. Yue sin embargo, sonrió a l ver que el mago se quedaba sin palabras.

-"¿Necesitas algo Clow?." –preguntó el ángel.

-"¿Eh?." –Clow estaba perdido en sus pensamientos al tener frente a frente el objeto de sus deseos.

-"Que si necesitas algo." –repitió Yue con aire inocente.

-"Ahhh..." – A Clow le estaba costando trabajo pensar en una buena excusa para haber entrado de esa forma, se sentía como un chiquillo pillado en alguna travesura.

-"... ... Sólo vine a platicar contigo... ... en vista de que desapareciste sin decir nada..." –Clow se dio la vuelta simulando admirar su alrededor.

-"Lo lamento, pero tenía un enorme deseo de quitarme esa ropa sucia y de un buen baño. Antes de encontrarlos llevaba un día entero de camino." -Yue aprovechó para buscar su ropa limpia en un armario cercano.

Clow observó de reojo lo que hacía Yue, trató de apartar su vista, pero alguna loca idea en su cabeza lo hizo tratar de espiar. Para su mala suerte, el ángel se dirigió a la puerta del baño y le pidió lo disculpara un momento.

El mago se recriminó a sí mismo. –"Pero qué demonios estoy haciendo..."

-"¿Dijiste algo?." -Yue llamó desde adentro.

-"¡Ah, no... no es nada!."

-"Bueno, si lo deseas en la sala estarás más cómodo que ahí parado." -Yue salió vestido con un ligero traje de color blanco que a Clow le hizo recordar el anterior Yue. El único adorno que llevaba era la luna de plata.

¿Y eso?" –Clow preguntó dirigiéndose a la luna de Yue.

-"Esto..." –Yue la señaló. –"...Es mi otro tesoro."

-"¿Tu otro tesoro?."

-"El arete me lo regalaste tú, y esta luna me la regaló Marcus." El Guardián sonrió.

Clow sintió una daga en su pecho. -"Le tiene aprecio a Marcus..." - pensó.

El mago se sentó junto a una pequeña mesa, Yue se acercó y le ofreció una bandeja con fruta.

-"¿Buscabas hablar de algo en especial Clow?."

-"Sí, hay muchas cosas que deseo saber, sobretodo que has hecho en estos dos años, pero hay algo que me interesa saber en primer lugar. Quiero que me expliques lo que me dijiste en el carruaje."

La mirada de Yue se detuvo sobre el rostro del mago, para después desviarse con incomodidad hacia la ventana. –"... Yo... no deseo hablar de eso..." El ángel se acercó a la ventana, tratando de salir de la situación.

-"Pero debes decirme." –Clow se aproximó a él, atrapándolo entre su cuerpo y la ventana.

-"...Lo dije sin pensar... jamás pensé volver a verte..."

-"Mentira, lo dijiste con algún motivo. Habla ahora." –El mago no dejaba de buscar la mirada del ángel.

-"...No tengo más que decir..." -Yue dio la vuelta y extendió sus alas para escapar por la única salida cercana, pero Clow no le dio tiempo y lo sujetó de la cintura haciéndolo retroceder.

-"¡Suéltame!."

-"No, no vas a huir, tendrás que explicarme." –Clow trató de no lastimar sus alas, pero Yue intentaba liberarse.

-"¡Tú jamás me dijiste la verdad, de lo que sentías por mí!." –Yue le respondió desafiante.

Clow desconoció ese tono de voz, y las palabras lo dejaron frío. Yue intentó aprovechar la distracción, pero El mago reaccionó a tiempo y lo sujetó contra el suelo.

-"¿Es eso...?." –le dio vuelta y lo sujetó de las muñecas. –"Entonces te lo diré. Nunca lo hice porque tenía miedo, y sé que suena absurdo, como el poderoso mago que soy, pero es la verdad, el miedo a tu rechazo me hizo cometer el error más grande de mi vida."

Tomó aire y continuó. –"Y sé que jamás podré reclamarte el que me odies, porque tienes toda la razón en hacerlo."

El mago disminuyó la presión sobre Yueéste estaba serio, pero ya no se movía.

-"Ahora explícame por qué lo dijiste Yue¿es acaso tu forma de vengarte?."

-"¿Crees que deseo vengarme de ti? Clow¿me crees capaz de eso?. Si me hubieran pedido dar la vida por ti, lo habría hecho." –Los ojos del ángel estaban empañados en lágrimas.

Clow al ver la reacción de su amado Guardián, comprendió la barbaridad que acababa de decir. –"Perdóname Yue, habla la desesperación por mí, no sabes cuánto me has hecho falta."

-"Yo... te dije la verdad... yo sólo deseaba estar en tus brazos, contigo... y jamás pensé volverte a ver."

-"Mi ángel, te hice mucho daño, no podré perdonármelo." Clow se retiró completamente, sentándose a un lado del Guardián. –"Te entregué en manos de ese hombre."

-"No es verdad, si estoy aquí, es porque yo lo decidí. Además logré hacer algo bueno. Tu estás a salvo, los magos volvieron a la vida, el cazador renunció y la espada fue destruida."

-"Yue... eso no es..."

El ángel no le dejó continuar. Cubrió los labios del mago con los suyos en un cálido beso.

-"Por favor, Clow, no más sentimientos de culpa, o no podré seguir."

-"Tienes razón, es tiempo de solucionar las cosas."

-"Sólo algunas, no se puede corregir el pasado."

-"¿Me permitirás corregir lo nuestro?."

-"No es posible. Le pertenezco a Marcus y no lo puedo cambiar. Cuando él regrese estaré a su lado. Te suplico no intentes evitarlo."

-"Yue..."

-"No es tan malo. Con el tiempo me he acostumbrado, y este lugar es hermoso."

Mientras hablaban se escuchó sonar una campana..

-"Es hora, tengo que salir."

-"Pero Yue, aún no terminamos."

-"No tengo más que decir sobre el tema, ya quedó en el pasado."

Yue salió sin decir más. Clow permaneció unos minutos pensando y después se dirigió a su habitación. A medio camino observó movimiento en la plaza principal. Trataba de distinguir quienes eran los que formaban la comitiva recién llegada. Entre ellos se encontraba un elfo de largo cabello color castaño, al descender del caballo se perdió entre la multitud.

El mago continuó su paseo encontrándose eventualmente con algún elfo que lo saludaba con una reverencia. Decidió por fin ir a ver qué hacían Xander y Kero, cuando fue interceptado por un guardia que lo llevó a las habitaciones principales. Le dejó frente a una puerta de madera y se retiró.

Clow tocó a la puerta y al recibir permiso entró. El elfo que había visto antes estaba ahí, sentado en una terraza, conversando con Yue. Al ver la llegada del mago el Guardián se despidió y salió silenciosamente.

-"Pase Señor Reed, mi nombre es Elrond, me dijeron que desea hablar conmigo."

-"Le traigo un mensaje de Loshén, Señor, y una petición." –Clow le entregó la carta.

Mientras Elrond leía, Clow lo observaba discretamente. Era alto y delgado, pero fuerte, llevaba el cabello hasta los hombros sujeto en una media cola. Una delgada tiara de plata adornaba su frente. Vestía una fina camisa de seda y un saco de bordado en verde y plata. Pantalón color claro y botas altas de piel.

-"Mi buen amigo Loshén." –dijo por fin Elrond. –"Señor Reed, por lo que me dice esta carta, puedo deducir cuál es su petición, independientemente de la labor que le ha encomendado."

El elfo tocó una campanilla de cristal y un sirviente les trajo dos copas que llenó de un líquido color oro. –"La razón principal de su presencia aquí es Yue¿o me equivoco?."

-"Está en lo cierto, he venido por Yue." -Clow probó la bebida, era simplemente deliciosa.

-"Estoy al tanto de la situación, Reed. Yue me ha contado una parte y la otra la conocí por Loshén. Lo mantengo informado, pero aún así parece dudar de mí."

El mago se quedó mudo al escuchar eso. ¿Acaso Loshén supo todo el tiempo que Yue no había muerto¿Por qué le hicieron creer entonces que así era?

-" No... no entiendo¿a qué se refiere?."

-"Yue ha permanecido con nosotros por dos años. Cuando lo vi por primera vez me sorprendí tanto, no imaginaba cómo uno de los nuestros se encontraba tan lejos de casa. Platiqué con Marcus y me contó la verdad. Lo admiro en verdad Reed, por darle vida a un ser tan hermoso.

Al principio pensé que la situación de Yue no debía seguir, pero Marcus lo trata con cariño, no encontré motivo para intervenir y es por eso que los dos viven con nosotros."

-"Yue al principio tenía mucha tristeza en el corazón, y poco a poco ha recuperado su sonrisa. Ahora usted lo encuentra y desea llevárselo de vuelta a lo que lo aprisionaba."

-"Yue no es un prisionero."

-"Es su Guardián, su esclavo en cierta forma."

-"También lo es de Marcus."

-"Señor Reed¿ha tenido la oportunidad de estar con Yue?. En este lugar ha madurado, adquirido independencia y libertad. Si Marcus lo considerara sólo como su Guardián, no lo dejaría aquí mientras viaja enfrentando peligros."

-"Lo que me quiere decir es que yo lo tenía como esclavo." –Clow no estaba muy satisfecho con la conversación.

-"No, con usted creció y se desarrolló, pero lo mantenía bajo su tutela. No me malinterprete, usted es bienvenido en mi reino y puede permanecer el tiempo que desee. Si Yue quisiera volver a su antiguo hogar no se lo impediré."

-"Comprendo, y se lo agradezco." –respondió Clow.

-"Le recomiendo que lo observe y después decida. Yue es como un miembro de la familia, y es un ávido estudiante. Le agrada conversar por horas conmigo sobre la historia antigua. Me reconforta enormemente el que un joven esté tan interesado en escuchar las historias de un viejo."

"Señor Reed, será un placer tenerle como mi invitado. Por la noche habrá una celebración, me gustaría conocer a sus amigos."

"Gracias, con gusto los presentaré. Me retiro con su permiso."


oOo

Xander y Kero rondaban por ahí, Uno en busca de algo interesante, otro en busca de algo que engullir.

Xander se detuvo frente a unas jóvenes que trabajaban en bordar telas, cuando menos lo pensó, Kero había desaparecido.

De repente se escuchó un grito y varias voces llamando. "Oh, oh... eso suena a Kerberos..." -Xander pensó, y se dirigió al origen del ruido.

Alcanzó a ver a varios elfos tras el enorme león dorado, que llevaba una enorme pieza de algo en el hocico. No había llegado hasta el lugar, cuando el león fue cercado por un grupo de arqueros. Kerberos se detuvo en seco y no pudo decir nada a su favor.

Repentinamente Yue descendió junto a Kero, calmando los ánimos. y tratando de controlar la situación.

"¿Lo conoces Yue-le preguntaron los arqueros.

"Lamentablemente si..." - respondió fastidiado el ángel. "Descuiden no volverá a causar problemas."

Los elfos se retiraron, y Xander llegó a tiempo para ver la mirada asesina que le regalaba Yue a su hermano.

"Xander, es mejor que lo vigiles, la próxima vez no estaré tan cerca para salvarlo de convertirse en alfombra."

"¡A quien le dices alfombra" -Kero deseaba clavar sus dientes en cierto angelito.

"Si no te preocupes Yue, yo me encargo..." Xander sujetó al león antes de que se metiera en mas problemas.

TBC...

Feliz 14 de Febreroooooo!