Titulo: Orion.
Autor: Tenshi-Hikaru
Capitulo 16.
Bueno, aqui esta el siguiente capitulo, espero que resuelva las dudas de mi amiga Karin. ¿es mucho pedir que dejen reviews? necesito saber si lo estoy haciendo bien, o si quieren que ya deje de molestar y me dedique a otra cosa. jejeje, agradezco de todo corazón a los que se han tomado la molestia de escribir su opinion.
En fin, los dejo con este capitulo.
Ninguno de los personajes conocidos me pertenece, son de Clamp, yo solo los invité a jugar con mis personajes, bueno, Yue esta en mi casa, va a pasar las vacaciones conmigo jejejeje, prometo portarme bien ok?.
Al atardecer, un poco antes de la cena, Elrond estaba en su biblioteca, buscando entre sus innumerables libros.
"Deberían estar por aquí…"
Una voz desde la puerta lo llamó.
"Lord Elrond, el Señor Reed desea verlo."
"Hazlo pasar." - dijo a la persona detrás de la puerta.
Clow se asomó un poco apenado. –"Perdone, si usted está ocupado, volveré después."
"No, no, adelante, siéntese y acompáñeme con una copa de licor. Estaba buscando unos libros sobre artefactos mágicos, pero me temo que se han perdido, tendré que pedir que me faciliten una copia de ellos."
Los dos se acomodaron en los sillones, conversando tranquilamente. Ni bien había pasado media hora cuando escucharon a alguien llamar a la puerta.
"Puedes pasar." Dijo Elrond, como si supiera quien estaba en la entrada.
"Lord Elrond, vengo a devolverle el libro que me prestó." -Yue se acercó al elfo y se dio cuenta de que estaba acompañado, hizo una pequeña inclinación de cabeza a manera de saludo, Clow le sonrió tranquilamente.
"Ah, pequeño, déjalo sobre el escritorio y ven a acompañarnos."
"Gracias." El Guardián se sentó junto a ellos.
"Entonces para todo se tiene un registro." Clow siguió la conversación de momentos atrás.
"Si, pero esos libros son especiales, y muy raros."
"¿Son lo libros que han estado llevando a la mansión?."- Preguntó Yue.
"Así es."
"Si, gusta, yo puedo traérselos."
"Acabas de llegar, no sería justo hacerte viajar tan pronto."
"Para mi es un placer ayudarle." Sonrió el ángel.
"Te lo agradezco, le diré a Aram que te acompañe."
"No se preocupe, yo lo acompañaré." –Clow dejó su copa sobre la mesa. –"Tengo deseos de conocer un poco más estas tierras. ¿Estas de acuerdo Yue?."
"Si, por mi esta bien."
"Bien, haré que preparen sus caballos." Dijo Elrond muy contento.
El día siguiente, y una vez que los corceles élficos estaban listos, El mago y Yue salieron. La mayor parte del camino conversaron sobre las maravillas del lugar, sólo un momento se detuvieron a comer algo ligero, y descansar de las monturas.
Pero no mucho después el silencio invadió su viaje.
Clow se preguntaba cuantas veces Yue había estado en esas tierras extrañas...por unos momentos pensó en preguntarle sino le extrañaba...otras en callar. Yue por su parte solo se preguntaba sobre el silencio de Clow, no era normal...se sentía incomodo. Afortunadamente el mago se animó por fin a hablar.
"Yue, cuéntame que hiciste todo este tiempo."
"Pues, pasé la mayor parte del tiempo ayudando a Marcus a establecerse aquí. Al principio lo acompañaba a todas las reuniones que tenía con magos, pero después de un incidente, decidió que mejor me quedaba en casa."
"¿Que incidente?" Clow estaba intrigado.
"... Estabamos con tres magos de las tierras bajas, Marcus acababa de presentarme. Uno de los magos le preguntó si estaba interesado en cambiarme por otro guardián que él tenia, un grifo, creo. Marcus dijo que yo no era un simple guardián, y les dijo que yo no era el motivo de su visita. Ellos insistieron en que como era un ser mágico, no debía de molestarse por el tipo de comentarios.
"Marcus se molestó aún más y les dijo que si no iban a tratar asuntos relacionados con su trabajo que mejor no le hicieran perder su tiempo.
Uno de los magos se me acercó y Marcus le cortó el paso, el mago dijo que sólo quería saber si estaba capacitado para ejercer mi trabajo como guardián, cosa que hizo que fuera golpeado y lanzado al otro extremo de la habitación."
Después de eso se armó una discusión sobre las propiedades mágicas y Marcus decidió que no volvería a llevarme para que no me ofendieran con sus proposiciones. Es por eso que ahora me quedo con Elrond."
"Ya veo." dijo Clow sonriendo.
"Marcus es a veces demasiado sobreprotector, igual que tú." sonrió Yue.
"¿Sobreprotector yo?"
"Si, se suponía que era tu guardián, pero siempre estabas protegiéndome."
"No lo hice muy bien." Clow se entristeció.
"Clow... lo que pasó no fue tu culpa... además, estamos de nuevo juntos."
"Yue, pero..."
"Déjalo en el pasado." -Yue le sonrió tiernamente.
"...Si..."
Al anochecer llegaron por fin al enorme terreno que pertenecía a Marcus. Estaba protegido con un alto muro de roca tallada.
Yue se acercó a las enormes puertas de madera y éstas se abrieron lentamente.
Clow se sorprendió al entrar, a los lados del camino había enormes árboles formando un pequeño bosque. De entre las ramas salieron unas delgadas figuras casi transparentes y luminosas.
"¡Bienvenido amo!" dijeron los brillantes seres.
"Por favor, retiren la barrera y abran las puertas." les dijo Yue.
"Como ordene." las criaturas se desvanecieron y frente a ellos apareció la entrada principal de la casa. Las puertas se abrieron.
"Así que Marcus usa "Auris" para cuidar su casa. Debe tener cosas muy importantes para mantener un hechizo así." -Dijo Clow.
"Si, de esta forma evita sorpresas."
Ambos desmontaron y una de las criaturas llevó a los caballos a descansar.
Todo el lugar estaba decorado modestamente, pero se respiraba un ambiente acogedor.
Los Auris se adelantaron a ellos y comenzaron a recorrer la casa, acondicionando todo para Yue y Clow.
El ángel le indicó donde podía descansar, mientras que él se dirigió a buscar los libros que necesitaba.
Clow se cambió de ropa y fue a buscar a Yue. Entró en la biblioteca, el fuego estaba encendido.
Se acercó a la chimenea, sobre el marco había una espada. Clow la examinó curioso, tenía una grieta en el filo, que casi la partía en dos.
Yue apareció en ese momento.
"¿Que le pasó?." -le preguntó el mago.
"Una batalla, con una pantera de jade."
"¿Que!"
"Era la bestia que protegía una reliquia. Marcus luchó contra ella mientras yo tomaba la piedra mágica y la espada se dañó. No sé porqué aún la conserva."
Clow dejó la espada en su lugar y se sentó junto al fuego.
Yue se acercó a él, sentándose a su lado. El mago lo abrazó por la cintura recargándolo en su pecho, y el ángel escondió el rostro entre la camisa de Clow, aspirando la fragancia que se desprendía de su cuerpo.
"Me agrada bastante."
"¿Eh?" -Yue no entendió el motivo de la frase.
"El tenerte aquí a mi lado."
"A mi también." -Yue se sonrojó.
"Y... ahora es mi turno..."
"¿Tu... turno?"
Clow lo miraba con esos ojos seductores, con esa mirada que Yue no podía resistir.
El hechicero cubrió los labios del guardián despacio, saboreando el momento, disfrutando del cálido contacto, dándose tiempo para sentirlo estremecerse por el placer del sentimiento, aprovechó que Yue estaba distraído y suavemente lo hizo recostarse.
Para cuando éste se dio cuenta de lo que sucedía ya tenía la camisa a la cintura y Clow le sonreía mientras besaba su cuello y bajaba hasta su pecho.
Yue intentó desabrochar la ropa del Clow pero éste sujetó sus manos.
"Esta vez me toca tenerte a mi merced, ángel de luna."
"¿Aun no me perdonas?."
"No. Aún no."
Clow rodó dejando a Yue sobre él y comenzó a acariciar su espalda, el ángel reaccionó al roce y sus alas aparecieron extendiéndose en todo su esplendor.
"...¡Clow!"
"Recuerdo que tus alas eran muy sensibles." El mago sonrió mientras acariciaba la piel debajo de las níveas plumas.
Yue se sentía poco más que en el cielo con las caricias de Clow, atrapó los labios del mago en un beso lleno de amor y deseo. Esta noche estaría de nuevo en sus brazos, de la persona que había amado desde el principio. Sólo pensaría en él.
Días después, ya en Rivendell de nuevo, el ángel descansaba en la enorme biblioteca, leyendo tranquilamente mientras la suave brisa le acariciaba el rostro.
Desvió un momento la vista de la lectura, contempló el cielo azul. No recordaba haber sentido tanta alegría en su corazón antes. Clow lo amaba, como el ángel al mago.
Eso era lo único que deseaba pensar en ese momento. Allá afuera, muy por debajo del edificio donde se encontraba, logró ver a Kero, haciendo reír a un grupo de jóvenes.
Xander se alejaba del lugar, muy bien acompañado, una hermosa joven iba de su brazo. Todo era como antes. Pero... ¿donde podía estar Clow? tal vez en su habitación, o con Elrond...
"Te encontré..."
...O tal vez no estaba ahí...
El mago abrazó a Yue, que trató de no aparentar el susto que se había llevado.
"...Clow..."
"¿Porque será que supuse que estarías aquí? -Clow se sentó a su lado, estaba vestido casualmente, un pantalón de vestir negro, y camisa de seda. La llave mágica colgaba de su cuello.
"Sabes que me agrada leer." -respondió Yue.
"¿Y que es lo que lees?"
"Sobre el dios Eru y los Valar, la historia de la creación. Las estrellas fueron las primeras en aparecer en el cielo. El sol y la luna fueron creados mucho después. Es por eso que los elfos aman las estrellas, fue lo primero que vieron al abrir los ojos al mundo. Ahora comprendo porque llaman a la luna una joya."
"Es interesante. Ojalá Kerberos mostrara interés por aprovechar este viaje en algo más que comer." Dijo Clow.
"Kerberos aprenderá algo. Sabrá pedirte platillos que probó aquí."
"Eso me temo..." -sonrió Clow.
La campana sonó pero esta vez parecía de advertencia o llamado.
"Algo pasa." -dijo Yue asomándose a la ventana, seguido de Clow.
"¿Que puede ser?"
"Peligro, los refuerzos van saliendo, debo ir con ellos." Yue extendió sus alas.
"Iré contigo, puedo ayudarte."
"No, mejor espera aquí." -Yue se alejó volando, siguiendo al grupo que salía a todo galope.
Clow no quiso esperar y montó a caballo también. Cruzó el río, y al llegar a la orilla del bosque se encontró con un extraño batallón de criaturas parecidas a los orcos que casi lograban dar alcance a un solitario jinete.
Los elfos lo auxiliaban derribando certeramente a un buen número de enemigos, pero parecía que no le temían a las flechas y continuaban su persecución
Yue llegó hasta el jinete y con su poder creó una barrera de hielo para ganar tiempo. Los enemigos pelearon hasta derribar el obstáculo y lanzaron flechas contra el ángel.
Clow entonces creo un muro de fuego que definitivamente hizo retroceder a las criaturas. Los elfos dieron cuenta de muchos más antes de que se retiraran completamente.
Yue tomó en brazos al jinete y voló en dirección a la ciudad.
Mientras los elfos volvían a sus actividades normales, El Guardián se dedicó a atender y curar las heridas, mientras reclamaba.
"Si me permitieras acompañarte, esto no pasaría. " -dijo Yue.
"Deja de regañarme, estoy bien... ¡Auch! Cuidado."
"Un poco más y no la cuentas." -el ángel vendó el antebrazo del joven.
"Créeme, mientras tenga por quien volver a casa... nada me va a detener." el chico se acercó y besó los labios de Yue.
"...Marcus..."
"Perdóname Yue, no volveré a preocuparte así. Tendré más cuidado."
"¿Y dime que sucedió allá afuera? o las criaturas son muy torpes, o lo que les quitaste es muy importante." el ángel le ofreció un poco de agua.
"Sólo hago mi trabajo. Ellos tenían algo que no les pertenece."
"¿Puedo saber que es?"
"Por supuesto, y también traje algo para ti." Marcus se levantó y abrió un saco de piel.
"Esta es la vara mágica que debió pertenecer a algún hechicero. La piedra brilla al estar cerca del fuego." - El joven sacó una pequeña bolsa y vació su contenido sobre la mesa.
Una gran variedad de joyas y adornos resplandecieron a la luz. -"Esto lo encontré mientras buscaba la vara, elige lo que desees, lo demás se lo entregaré a Elrond."
"Sabes que no soy aficionado a las joyas." -respondió Yue.
"No, pero al igual que a los elfos, te quedan bien y tienes buen gusto. Pero si no puedes decidir... éste me agradó para ti." -Marcus le mostró una hermosa pluma color tornasol con un fino prendedor de mithril.
"Es muy bella." Yue la observaba maravillado.
"No tanto como tu, pero... pueden armonizar. Tengo una idea, siéntate a mi lado."
El ángel obedeció y Marcus tomó un mechón de cabello. Lo trenzó y engarzó la pluma entre las hebras plateadas, dejándola colgar.
"Ya está. Te ves bien con ella."
"Me conscientes demasiado." -dijo Yue sonrojado.
"Lo sé, tengo todo el derecho de consentirte mi ángel. Si deseas algo más puedes tomarlo, pero no te pongas ningún anillo de los que encuentres, no estoy seguro si no están hechizados. Voy a informar a Elrond."
Marcus salió y Yue aprovechó para buscar a Clow. Pudo sentir la magia del mago mientras luchaban, por suerte, Marcus había perdido el conocimiento momentos antes. Encontró al mago en la plaza.
"Clow."
"¿Que sucede Yue?"
"Deseo agradecerte, por ayudarme."
"No tienes porque hacerlo." -Clow le sonrió.
"Clow... Marcus esta aquí." -dijo Yue.
"Lo sé. No te preocupes."
"¿Podemos charlar después?" -dijo el ángel.
"Cuando lo desees mi ángel."
"Gracias Clow." -Yue le dedicó una de sus bellas sonrisas y regresó a su casa.
oOo
En otro lado de Rivendel...
"¿QUE! Esto tiene que ser una broma. ¡Elrond no es posible!
"Marcus, yo sólo recibí órdenes de entregarte esas cartas, no tengo nada que ver."
"Regresé lo más rápido posible, arriesgando mi vida, lo primero que me dicen es que debo informar de todo lo que hago a una persona con la que tengo que trabajar. ¿Acaso les he fallado¿no les he traído lo que me piden?"
"Marcus, cálmate..."
"De acuerdo, dime quien es. De seguro algún novato de la academia."
"Es la persona que está ahí abajo, en la plaza." -respondió el elfo.
Marcus de mala gana se asomó al balcón y buscó a la persona.
"¡Es una broma¿Que rayos hace Clow aquí¿Acaso piensan que estoy loco para trabajar con él? o peor aún, dejarlo solo con Yue..." -Marcus calló un momento, recordando algo y después continuó gritando.
"Lo ultimo que me faltaba, tener a Reed pisándome los talones. Mejor le dejo caer una piedra desde aquí."
"No digas tonterías, además son ordenes del Concilio, no mías."
"Me las pagarán por esto. Haré lo que pueda, pero no prometo nada. Y no quiero a ese mago cerca de Yue."
"Clow Reed es mi invitado, al igual que sus acompañantes. No intentes nada contra ellos." -le advirtió Elrond.
"No me digas que trajo a su gato." -Marcus lo miró serio.
"Su Guardián y su alumno lo acompañan."
"No sabía que Rivendel era guardería." -le dijo con sarcasmo.
"Marcus..."
"Me voy a dormir." -el chico se dio la vuelta para salir.
"Necesito que hables con Clow antes de que partas." - el elfo le dijo por ultimo.
"De acuerdo... "
Elrond decidió no perder tiempo y llamó a Clow.
"Clow, según como me pidió Loshén, pongo a tu disposición a mi mejor informante, entiendo que ya se conocen, solo espero que en su trabajo mantengan los problemas personales fuera."
"¿Marcus es quien me ayudarÿ" -Clow dudó.
"Así es Reed, él continuamente recorre las tierras, y escucha las noticias que corren." -el elfo se sentó junto a ellos.
"¿Que es lo que necesita saber Clow? estoy muy ocupado."
Marcus no había iniciado la conversación de la mejor manera...
Clow, respiró profundo y respondió lo más amable posible.
"Loshén dice que hay rumores de peligro."
"Eso no me dice nada Clow." Marcus bostezó.
"Pero algo debes saber..." Clow adquirió un tono sarcástico en su voz.
"Pues..." Marcus se sentó en el balcón. -"... se dice que el mal siempre ronda la tierra media, pero nada en concreto."
"Tal vez se refieran a lo que dijeron los visitantes de la comarca." -menciono Elrond.
"Ah, eso... dicen que alguien está buscando objetos mágicos, mientras más extraños mejor, no se sabe con que propósito. Pero no conozco a nadie que se dedique a eso, aparte de mí, por supuesto." Marcus lo observaba con indiferencia.
"¿A eso te dedicas? -preguntó Clow.
"Entre otras cosas..."
" Marcus nos ayuda a ponerlas a salvo de manos equivocadas." -dijo Elrond, tratando de mantener los ánimos en calma.
"Bueno, si es todo, me voy a dormir, debo recuperarme para el siguiente viaje." Marcus se dirigió a la salida.
"Yue quiere acompañarte, Marcus." -dijo el elfo.
"Ya lo habíamos discutido Elrond." -Marcus dio la vuelta molesto.
"Si, pero no puedo obligarlo."
"Hablaré con él..." -el joven se retiró
"¿De que hablan?" -pregunto intrigado Clow.
"Yue quiere acompañar a Marcus, porque sabe que a donde va es peligroso. El no le permite ir, y yo estoy de acuerdo."
Clow no dijo nada más, sólo pensaba en los motivos que podría tener Marcus para no dejarle viajar con él.
oOo
Marcus descansaba en un sillón, mientras examinaba algunas joyas. Escuchó abrirse la puerta y se encontró a Yue.
"Estás todo mojado." -le dijo Marcus.
"Tuve una pelea con un elfo y un león."
"Mmm lleva apenas unos días y ya dio problemas."
"¿De que hablas Marcus?"
"Nada..."
El ángel se fue a cambiar. Marcus entró y le ayudó a secar su cabello.
El joven se fue a la cama. Yue iba a salir para dormir en la otra habitación cuando Marcus le llamó.
"Ven a mi lado, Yue."
El ángel se detuvo un momento en la puerta, dio la vuelta y lentamente volvió sobre sus pasos, recostándose al lado del joven.
Marcus besó los delicados labios, Yue no se resistió, pero al separarse bajó la mirada.
El chico lo recostó sobre las almohadas, desabrochando la camisa y deslizando su mano hasta acariciar la espalda del ángel.
Volvió a besarlo, con cariño y suavidad, pero después se retiró y lo observó.
Yue lo miró sin comprender. Marcus se recostó y cerró los ojos.
"Ve a dormir Yue, buenas noches."
El Guardián se incorporó, sin comprender la actitud de Marcus. quería hacer lo que le dijo, pero algo no se lo permitía, tenia que saber...
"¿Porque?" El ángel lo miraba.
"Porque a pesar de lo que hiciste, te voy a dejar aquí. Aunque no me agrade la idea, te quedarás mientras viajo."
"Pero soy tu Guardián..."
Marcus se levantó con fuerza, sujetó al ángel de la cintura con un brazo, y con la mano libre levantó su barbilla para reflejarse en las joyas celestes.
"Maldita sea Yue. Entiende de una vez por todas, eres mas que un Guardián, eres un ser vivo, sin importar como naciste. Por ti lo dejé todo. No voy a arriesgar lo único valioso en mi vida. Aunque me maten los celos, confiaré en ti."
Yue no supo que decir, ni trató de liberarse, pero Marcus lo soltó y se dejó caer en la cama.
"Sólo espero que ese mago sepa apreciar lo que tuvo en sus brazos."
Los ojos del ángel se abrieron ante la sorpresa.
"Marcus..."
"Ve a descansar." -el joven cerró los ojos.
Yue permaneció inmóvil observándolo, había esperado un castigo. Nunca esperó lastimarse a sí mismo al comprobar con tristeza que los sentimientos de Marcus seguían igual. A pesar de saber...
Se quitó la camisa y se recostó en el pecho el joven, que no se movió. levantó el rostro y lo besó con suavidad, recargó de nuevo su cabeza sobre el corazón de Marcus y cerró los ojos.
El chico deslizó sus manos por la espalda de Yue, enredando los dedos en su cabello. El ángel sonrió y desplegó sus alas para después cubrir ambos cuerpos con ellas.
TBC...
Notas del autor:
Perdonen si pongo tantas lineas, es que trato de darle doble espacio y esta cosa no lo respeta, espero no les cause molestias.
Atte: Tenshi-Hikaru
Gracias por su atencion.
