Titulo: Orión

Autor: Tenshi-Hikaru

Email: Los personajes conocidos son propiedad de Clamp y J.R.R. Tolkien.

Marcus, Xander, Aram, Avalon, Loshen, Oldervan, John, Joanna, y demás, son de mi propiedad

Fic hecho sin fines de lucro.

Notas de Autor: Para todas aquellas que me escribieron a mi mail, para pedirme mas romance entre Yue y Marcus. Deseo concedido, al final del capítulo . Espero sea de su agrado.

Capitulo dedicado a todos mis lectores

ADVERTENCIA: Lemon al final de capitulo.


Capítulo 23.

La mañana los encontró durmiendo. Clow fue el primero en despertar, desorientado al darse cuenta de que no estaba en su habitación.

Al percatarse de la persona dulcemente dormida a su lado, recordó todo.

Un ligero movimiento en las ramas del árbol lo hizo ponerse en guardia , para su sorpresa era Aram quien subía por una escalera de cuerda perfectamente camuflada entre el follaje.

-"Por fin los encontramos." dijo el elfo al ver al durmiente ángel. "¿Están bien?"

-"Yo sí pero no puedo decir lo mismo de Yue, ayer actuó de manera extraña y por eso vinimos a parar aquí."

-"Sí, me dijo Elrond. Al parecer Yue despertó y salió huyendo después de noquearlo."

-"¿Yue atacó a Elrond?" Clow lo miró sorprendido.

-"No lo creo, pero algo sucedió. Volvamos a Rivendell, es necesario que vigilen a Yue." Aram se acercó hasta donde se encontraba el Guardián, pero en ese momento Yue abrió los ojos y lo lanzó lejos con su barrera mágica.

-"¡Yue!" Clow intentó detenerlo, pero sólo consiguió atemorizar de nuevo al ángel. -"¡Oh, no¡De nuevo comenzó!"

Al parecer no nos reconoce."

Aram se incorporó sobándose la cabeza.

"Vaya que es fuerte. Creo que tendremos que tomarlo por sorpresa."

-"Espera Aram." Avalon se presentó. -"Si intentas forzarlo, te lastimará."

-"¿Entonces qué haremos?" preguntó el elfo.

-"Déjanos solos, a Clow y a mí . Nos haremos cargo, tú espera abajo."

-"Como ordenes." y se retiró en silencio.

-"Yue está muy asustado." dijo Clow.

-"Debemos darle la tranquilidad que necesita para que vuelva en sí."

-"Ayer conseguí hacerlo reaccionar, tal vez pueda lograrlo de nuevo." Clow se acercó lentamente a Yue.

-"Yue, pequeño, trata de recordarnos, necesito que permitas que te llevemos de regreso." Avalon hablaba con el guardián para darle oportunidad a Clow de alcanzarlo.

-"Ven conmigo." le dijo Clow y se detuvo junto a Yue. Éste se alejó del mago y Avalon aprovechó. Tocó la frente del guardián que al instante cayó dormido en sus brazos.

-"Es hora de volver."

Pronto estuvieron de vuelta. Avalon se dirigió a las habitaciones de Yue, seguido de Clow. Aram fue a avisar a Elrond.

Clow temía tener una discusión con Marcus, pero afortunadamente no se encontraba en el lugar. Después de poner cómodo al ángel, ambos, el mago y el dragón , se dieron un respiro, sentándose en la pequeña estancia.

-"¿Qué fue lo que le sucedió a Yue?" preguntó Clow.

-"Un lapso de descontrol, no es fácil acostumbrarse al cambio temporal de energía. Aunque me sorprende el hecho de que se levantara tan pronto."

-"¿Y volverá a suceder?"

-"No lo sé."

-"Debí quedarme a cuidar de él ayer." se lamentó Clow.

-"De haber sido así, Yue habría volado confundido, hasta caer de cansancio y muy lejos de aquí. Tu tendrías un enorme dolor de cabeza en lugar de Elrond."

-"¿Se encontrará bien Elrond?"

-"Estoy bien, sólo fue el golpe." dijo el Elfo, mientras se acercaba a ellos.

-"Por cierto¿dónde está Marcus?" preguntó Avalon.

-"Ah, ese Marcus... " – Elrond suspiró. –"Cuando se enteró de que Yue había escapado, salió a buscarlo sin darnos tiempo de nada. Ya mandé a una persona a seguir su rastro y hacerlo volver."


Kerberos logró llegar hasta el balcón de la casa, sin que nadie notara su presencia.

Planeaba averiguar por su cuenta cómo estaba Yue. Las puertas estaban cerradas pero con sus afiladas garras no le fue difícil quitar el seguro.

La habitación estaba poco iluminada y silenciosa.

La cama estaba vacía. ¿Se habría equivocado de cuarto? No. Las cosas sobre la silla definitivamente eran de Yue. Detrás del león apareció Yue, mirándolo fijamente. Kero se dio la vuelta sorprendido.

-"¡Yue, demonios¡Qué susto me diste!... ¿Ya te sientes mejor?"

El ángel no respondió, sólo se fue a sentar a la orilla de la cama.

-"¡Qué! ... ¿Sigues molesto conmigo?"

Yue lo observaba serio.

-"Yue..." kerberos se preocupó, se acercó a su lado y subió a la cama.

-"No es nada , Kerberos... es sólo que me siento extraño... todo se ve diferente, incluso tú."

-"¿Qué, diferente yo?"

-"Sí... te ves... más gordo."

-"¡Gordo? Yo no estoy...! Bueno, por lo menos ya dijiste algo. Pensé que te había cortado la lengua o algo..."

-"Estoy bien... eso creo..." Yue suspiró.

-"Me alegro. Ahora sí puedo arreglar algo pendiente." el león sonrió.

-"¿Qué?"

-"¡YO NO ESTOY GORDO!" - el dorado guardián se lanzó sobre Yue, derribándolo sobre la cama.

-"¡Claro que sí! Enorme gato mimado, se ve que en mi ausencia Clow te consintió demasiado."

-"¡Mentira! Yo me alimento bien, en cambio tú, mírate, pareces un cirio. Todo flaco y pálido."

-"Pero yo puedo pasar por las puertas y tú tienes que entrar por los balcones."

-"¡Apático!" - rugió el león entre risas mientras los dos jugaban entre el caos de sábanas.

-"Glotón!" El ángel se movió hacia la orilla y perdió el equilibrio cayendo con todo y león.

La puerta se abrió de pronto, entrando Clow y Elrond, seguidos de Avalon.

Se encontraron con un montón de sábanas en el piso y enredados en ellas a un león y a un ángel todo despeinado.

-"¡Kero!"

-"Ehhh... hola Clow, je, je, je..."

-"¿Que haces aquí?"

-"Pues... sólo vine a ver cómo estaba Yue."

-"Parece que ya está mejor." rió Avalon.

-"Sí..." respondió Yue avergonzado.

-"Me alegro , pequeño, nos tenías muy preocupados. " dijo Elrond.

-"Lamento haber causado tantos problemas."

-"Lo único importante, es que estés bien." sonrió Clow y Yue le devolvió la sonrisa.

-"Llevaré a Avalon a descansar, Clow ¿podrías quedarte con Yue?" dijo Elrond.

-"Claro, yo lo cuido."

-"Tengan cuidado los dos." les dijo Avalon antes de salir.


Pasaron un par de días. Clow se encargaba de Yue y todo parecía volver a la normalidad. Avalon estaba casi todo el tiempo con Elrond y Marcus no había regresado aún.

Yue pregunto por él y Elrond le dijo que salió de viaje al enterarse que ya estaba sano.

Al Guardián le dolió el saberlo, y más aún el que no le avisara, pero no dijo nada.

Cuando salía de la casa del elfo se encontró con dos mensajeros de Lorien que traían una pequeña caja blanca que entregaron a Elrond y se marcharon. Yue no le dio importancia y se fue a descansar.

A media noche el ángel se despertó al escuchar ruidos en la habitación contigua.

Se levantó y sigilosamente fue a revisar. Al entrar se encontró con las cosas de viaje de Marcus sobre la mesa, y su ropa regada cerca de una silla.

El chico dormía profundamente sobre la cama y su brazo colgaba hasta el piso, donde encontró un papel arrugado.

Yue lo levantó y se acercó a la luz de la vela sobre la mesa, ahí encontró la pequeña caja que le vio a los mensajeros.

Decidió primero leer el papel y lo extendió con cuidado. La letra era muy hermosa y al parecer era una breve carta dirigida a Marcus.

Decía:

Este pequeño presente es para el joven hechicero que ha demostrado valor y pureza en su alma al arriesgar su vida para proteger aquello que ama. Sé que la persona a la que se lo entregarás sabrá comprender el significado y el poder que encierra, sin importar su tamaño.

Te deseo la felicidad y anhelo que continúes por el buen camino...

Galadriel.

Obviamente esa carta debía acompañar la caja, puesto que provenían del mismo lugar. Yue abrió lentamente la cajita con grabados en forma de hojas de los dorados árboles de Lorien.

Dentro de ella y envueltos en seda verde esmeralda se encontraban dos anillos de plata, de hermoso brillo.

En la cara interior tenían una inscripción con letra muy fina y en élfico.

Yue tomó uno de los anillos y observó que traía atado un pequeño listón con la palabra "Isil" escrita.

En ese momento escuchó a Marcus despertar y devolvió el anillo a su lugar.

-"Yue... ¿qué haces despierto?"

-"No me avisaste que habías regresado."

-"No quise despertarte." El chico se levantó y se acercó a Yue, notando la carta arrugada extendida sobre la mesa y la caja abierta.

-"Yue¿cuántas veces te he dicho que tengas cuidado con las cosas que traigo? No toques nada sin mi permiso, podría haber estado hechizada."

-"Pero no lo está, y además te la dio Galadriel."

: -"Mmm , es de mala educación leer la correspondencia ajena." le dijo el chico algo molesto y le quitó la carta.

-"Es un regalo muy fino el que te dio." el ángel vio a Marcus sentarse a su lado.

-"Sí... supongo que sí..." respondió sin mucho ánimo.

-"¿Qué tienes Marcus?"

-"No es nada."

-"Si te molestó que abriera la caja, lo lamento, no lo volveré a hacer." Yue se acercó y se sentó a sus pies.

Marcus contempló el gesto y suavizó su rostro. -"No Yue, no es por eso. De hecho..." alcanzó la caja y se la dio a Yue. -"... me la dio para ti."

El Guardián no supo que decir, sólo miraba desconcertado a Marcus.

-"Pero... ¿por qué?"

-"Me la obsequió, para que pudiera agradecerte de alguna manera lo que has hecho por mí. El tuyo tiene el listón. Debes conservarlo siempre contigo."

Yue tomó el anillo, que tenía su nombre. Se veía un poco grande.

-"Una vez que te lo pongas, se hará a tu medida." le dijo Marcus.

-"¿Qué hay del otro anillo?"

-"Ese debes guardarlo muy bien, hasta que sepas con seguridad a quién dárselo."

-"¿Qué es lo que dice en el interior? No logro entenderlo muy bien."

Marcus suspiró con una ligera sonrisa. "Debes continuar con tus clases de Quenya, Isil" - El chico se dio la vuelta y se fue a sentar en su cama. "Ya es más de medianoche, debes irte a dormir."

-"Sí, pero antes dime que es lo que está escrito aquí?"

-"Te lo diré mañana , estoy cansado , Yue."

-"Es que quiero saber..."

-"Pues llévatelos a tu cuarto, y busca en los libros, angelito."

-"Dime, por favor." Yue lo miró con ojos suplicantes. Marcus sintió un nudo en la garganta y desvió la mirada.

-"Dice: ...El tiempo no borrará los recuerdos. Sus alas son inmortales..."

El ángel se quedó en silencio unos minutos y después agregó.

-"Es un bonito pensamiento... ¿y en verdad puedo dárselo que quién yo desee?"

-"Sí, ya te dije. Haz con él lo que gustes... Sólo..." Marcus se detuvo al ver a Yue acercarse.

El guardián sujetó la mano del chico y tomó el otro anillo para colocárselo.

-"No, espera Yue, te dije que tienes que saber con certeza a quién dárselo."

Yue le sonrió y se acercó hasta rozar sus labios. "Estoy seguro." Le puso el anillo en el dedo anular y después el ángel también se puso el suyo, en la mano izquierda.

-"...Yue..." Marcus contemplaba los hermosos ojos celestes.

-"Sin importar dónde me encuentre, una parte de mi siempre estará contigo"

El ángel depositó un tierno beso en los labios de Marcus y se acomodó junto a él en la cama. El chico apagó la vela y descendió para besarlo con calma. Lentamente deslizó su mano dentro de la suave tela de la camisa, acariciando con ligeros dedos la piel de su amante, antes de comenzar a librarla del obstáculo.

Descendió poco a poco, dejando un rastro de besos a lo largo del blanco cuello, bajando un poco más y deteniéndose a rozar con su nariz los delicados puntos rosados de su pecho. Besó largamente cada uno de ellos, hasta que escuchó jadear suavemente a su ángel. Sonrió satisfecho y continuó su camino, llegando hasta su ombligo, donde deslizó su lengua, y vio como Yue intentaba controlarse, resistir un poco más, pues apenas comenzaban.

Siempre era así, Yue era muy sensible, aunque sólo lo sabía Marcus. Y probablemente Clow. Las caricias suaves, cargadas de sentimiento derretían al ángel, no había necesidad de ser agresivos, o desenfrenados, los movimientos lentos alargaban enormemente el placer de ambos, hasta llevarlos al delicioso agotamiento.

Pero al parecer el hermoso ser estaba demasiado agitado para soportar sus largos juegos. Bien, eso se podía solucionar.

Llegó a su vientre, y descendió, fue ahí donde el chico concentró su atención haciendo que Yue arqueara la espalda mientras se aferraba a las sábanas.

No resistiría mucho más, Marcus lo supo y aunque el ángel intentó detenerlo, no lo hizo hasta que la dulce esencia de su amado fue su recompensa.

Yue abrió lentamente los ojos mientras trataba de calmar un poco su acelerado corazón. Encontró la dulce mirada del hechicero sobre su rostro, sus labios a centímetros de los suyos. En ese momento todo era para el ángel, en cámara lenta, y así fue el beso que siguió, lento, y suave, deliciosamente sensual. Una apertura para lo que seguía.

Marcus se desvistió y acomodándose sobre el cuerpo cálido que le esperaba, comenzó a acariciarlo nuevamente, preparándolo para volverse uno con él.

El ángel sintió cómo le tomaban lentamente, cuidando siempre de no lastimarlo. La extraña sensación de unidad que siempre acompañaba ese momento, y la total entrega de su ser.

El joven se detuvo un momento, para darle tiempo a su compañero de acostumbrarse. rozó delicadamente su oreja, haciendo que los escalofríos recorrieran su piel.

-"… Marcus…"

Esa era la señal que esperaba. Le abrazó, para acercarlo más a su cuerpo. Despacio, se fue retirando, y regreso poco a poco dentro de su amado, causando que el ángel se estremeciera en sus brazos. El joven inició entonces la ancestral danza, que unía cuerpo y alma, llevándolos al cielo, haciendo que sólo existiera el uno para el otro.

Con sus corazones latiendo juntos, llegaron a la cúspide. Yue gritó el nombre del joven y Marcus escondió el rostro en el cuello del ángel, mientras el mar de sensaciones los envolvía.

Tiempo después, regresaban a la tierra, jadeando, pero infinitamente felices.

Marcus lamió con ternura la marca que había dejado en el antes inmaculado cuello. Se notaría durante días, pero no pudo evitarlo. El placer fue tan intenso.

Yue sintió a su compañero besarle el cuello, y después acomodarse a su lado, sin dejar de abrazarlo. El ángel estaba feliz, no comprendía muy bien, pero sentía que su amor por Marcus había alcanzado nuevos límites.

Se fue quedando dormido, sintiéndose amado y protegido. Mientras la luna seguía su curso a través del cielo estrellado.

TBC…