Bien, primero que todo debo de aclarar que Teen Titans no me pertenece, y por desgracia la historia tampoco, sólo la estoy traduciendo... pero quien sabe, quizás algún día publique alguna mía

O también lamento la demora, pero prometo que de ahora en adelante seré más puntual... menos de dos semanas transcurrirán entre capitulo y capitulo.

Ya no los aburro más sólo lean (que está bueno)

Capítulo 3: Los grandes actores

Después de esto un mes entero a pasado bastante rápido. Ella no esperó que esto durara tanto, pero en realidad disfrutaba de esas charlas. Eso era algo que se maldijo en silencio. Una parte se encontraba completamente revuelta, le tomaba el placer a su asociación con el mal, pero la otra se estremecía con su compañía. Había olvidado lo comprensivo que era Malchior y lo similar que ellos eran. Siempre tuvo presente que lo destruiría, tarde o temprano, pero eso no impidió su adoración hacia su proliferar, día a día.

Era muy extraño, sumamente inesperado, tener estas charlas que en cierto modo la sanaban. Sí, eventualmente, estaba determinada a odiarlo y a olvidarse de él, pero ahora no había dolor. El mes pasó... podría vivir y dormir en paz. No se afligió con atormentadores recuerdos, ni fue torturada con su esencia en ningún modo. Él todavía estaba en su mente, demasiado era verdad, pero había ido aceptando su aplastante presencia en su vida cotidiana.

Raven comenzó a alejarse de la lectura para entretenerse. Sus novelas de fantasía, horror, ciencia ficción, y misterio proporcionaban buenos momentos de relajación, un estado que era muy alejado de la agitada Titán. Esta inusual manera de ocio le causó actuar más amigable con sus amigos que antes. Se enfocó más en la meditación y en las batallas que luchaba junto a sus compañeros de equipo. De una manera muy extraña, había estado contenta. Quizá feliz era una palabra demasiado fuerte, pero por lo menos estaba satisfecha con la vida y el camino hacia donde iba.

Después del loco incidente con Demente Mod, todo lo que ella quería hacer era sentarse en la sala y leer. Había comenzado la serie de un libro titulado "Dragonlance" con un total de más de noventa novelas. Hasta ahora, encontró el primero un poco intrigante y fue agradable tener semejante variedad de historias para mantenerla ocupada durante muchos meses.

Cyborg, Chico Bestia y Robin estaban con los videojuegos a su lado. Aunque su alegría y gritos a veces eran desesperantes, encontró que apenas la estaban distrayendo. No molestaban, porque no encontró ninguna dificultad en concentrarse en el tema del libro. Un grito final de victoria, la caída de automóviles y el llanto de alegría de Robin llegaron a sus oídos. Se encontró sonriendo ante la actitud del joven cuando giró la página con la punta de sus dedos. De repente, Raven cerró suavemente el grueso libro y lo puso a su lado.

"A un lado Cyborg, les ganaré a todos" indicó Raven con su mano derecha. Con ojos totalmente abiertos, los muchachos le pasaron un control a Raven, mirándola fijamente con las mandíbulas en el suelo por varios minutos. "¿Bien?" dijo con la cabeza inclinada. "¿Vamos a jugar o qué?"

"Raven" la voz del Chico Bestia estaba llena de escepticismo cuando pronunció su nombre. "Tú nunca juegas esto"

"Sí, bien estoy jugando ahora" se encogió de hombros.

"Bien sólo porque es tu primera vez, no significa que te dejaremos ganar" dijo Cyborg, mientras le daba pequeños codazos.

"Y sólo porque eres hombre, no significa que te lo haré fácil" una mueca de ortodoxa competición pudo apreciarse en su rostro.

Así fue como las carreras comenzaron y los cuatro amigos gritaban y gritaban, igual que hicieron antes. Cierto, Raven jamás había puesto sus manos en un control, pero los había visto jugar muchas veces. Se acostumbró muy rápido a usar el control; después de todo, gastó la mayoría de su vida meditando para obtenerlo. La sorpresa de los muchachos fue que ganó los primeros juegos y llegó segunda en los siguientes pocos. Aunque ella no se alegró tanto como sus compañeros Titanes, estuvo cerca de reírse unas veces e incluso sonrió. Finalmente, después de aproximadamente diez rondas de carreras, bajó el control.

"Bien, me he vuelto muy buena para ustedes chicos, ahora iré a leer mi libro" dijo cuando dejó el control con sus poderes. Se dio la vuelta y empezó a caminar para recoger aquel objeto preciado para ella.

"Así que supongo que los sueños se han detenido" preguntó Robin durante la pausa de la carrera.

"¿Sueños? ¿Qué sueños?"

"Ya sabes, los sueños de Malchior"

Su corazón se heló. Es correcto, les había dicho eso hace un mes. ¿Cómo podría ser tan tonta para no recordar esa mentira? "Sí, se han detenido" asintió. ¿Ahora que iba a decir si ellos la oían hablar de nuevo en medio de la noche con él? ¿Qué respondería ante eso? "Empecé esta serie del libro, Dragonlance y tiene más de noventa capítulos en él. Me mantendrá ocupada por bastante rato... supongo que no tengo que pensar mucho sobre él mientras estoy leyendo"

"Sí, nosotros figuramos que estabas sintiéndote mejor. Últimamente has actuado más alegre" dijo Cyborg.

"Y nunca actúas así" agregó Chico Bestia.

"Bien, Chico Bestia, nunca había jugado videos juegos" dijo con una pequeña sonrisa. Si sólo ellos supieran la causa de su felicidad.

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"Hasta donde yo sé, a Robin no le ha gustado otra chica, excepto Starfire"

"¿Y que hay de la chica tamaraniana?"

"Parecía que suspiraba por Aqualad y otro chico tamaraniano, pero está locamente enamorada de Robin"

"¿Suspirar?" la voz de Malchior se torció con confusión. "¿Qué clase de acción es esa?"

"Oh, es gustar de alguien y mirarlo fijamente, algo que sólo las chicas entenderían" Raven sonrió afectuosamente.

"Raven, tengo un lado femenino. Creí que ahora estarías familiarizada con él".

"Tú sabes" empezó, ocultando cierto placer en su expresión. "Muchas mujeres habrían encontrado ese tipo de personalidad sumamente atractiva"

"Mi querida, viví en el mundo real. No tenía tiempo para tentar a las jóvenes doncellas para mi propia diversión o deseos emocionales. Ahora..." él dudó. "¿Qué hay sobre tu amigo cambiante?"

"¿Chico Bestia? Bien es un chico que trata de conquistar a las jóvenes todo el tiempo... hasta Terra. Realmente le gustaba, al igual que ella a él. Nunca consiguieron estar realmente juntos desde que se convirtió completamente en piedra" explicó. "Chico Bestia es bastante hábil para pretender que todo está bien, pero podría decir que le ha dolido por mucho tiempo"

"Él no es el único que está fingiendo, si no me equivoco tus amigos todavía no saben nada de mí"

"Ellos no aprobarían esto. Sabes que..." levantó una ceja. "Aún eres el hombre de papel que se convirtió en dragón, para intentar tomar el mundo"

"¿Y el que te lastimó?"

"Eso es correcto" arrugó las sábanas de la cama con su mano en gesto de dolor.

"Así que, ¿qué hay del hombre mecánico?" Malchior propuso después de un leve silencio.

Aunque estaba agradecida por el cambio de tema, no estaba contenta con el próximo nombre que pronunciaron sus labios. "Jinx. A Cyborg le gusta Jinx. No sólo es una enemiga, es una perra" frunció sus labios para guardar su repulsión tan duro como pudo. "Y ellos también se gustan mutuamente. Cyborg lo niega, por supuesto, pero le he visto salir furtivamente para encontrársela"

"Parece que a todos les ha gustado alguna clase de enemigo salvo Robin y Starfire. Perdóname si estoy mencionando nuestra relación en términos falsos"

"No" agitó su cabeza, su voz era ligera y callada. "No, está bien". No le gustaba que él supiera esa pequeña verdad.

"¿Qué hay de ti, Raven? ¿Has tenido algún tipo de amor?"

Ella sabía que él preguntó eso, porque ya conocía la respuesta. De hecho, estaba curiosa de sus intenciones y no podría decidir si revelar o no secretos que su voz le había permitido correr lejos. Mordía su labio en vacilación, tragó antes de empezar a hablar. "No, es sumamente peligroso para mí amar y expresar tal emoción. Realmente me ato a mis amigos y la Torre de los Titanes. He admirado a Robin como un líder fuerte y valiente. Siempre lo he pensado, desde la primera vez que lo encontré. Cyborg siempre ha sido como un hermano para mí y puedo contar con él en cualquier momento. Quizás..." miró fijamente a la pared. "Quizá me ha gustado Chico Bestia un poco. Esos sentimientos se extinguieron después que Terra apareció"

"Creo que confías bastante en mí, para decirme esto"

"No exactamente, Malchior. Después de todo, ¿a quién se lo vas a decir? tarde o temprano, no estarás por aquí. Diciéndote esto es como..." hizo una pausa con una pequeña sonrisa "...hablando con un libro"

"Oh, mi querida Raven, debo esperar reunirme con mi destino más tarde que temprano"

"Sólo el tiempo lo dirá" se retiró hacia su cama, su cuerpo yació en el colchón cuando miró fijamente al techo. Ella bostezó y cerró sus ojos unos segundos hasta que oyó la voz de Malchior en un tono muy poco ortodoxo. Tranquila sí, pero intranquila. Notoriamente perturbada.

"¿Raven, podría preguntarte algo?"

"¿Sí?" contestó, su corazón perdió el control por un momento.

"¿Crees que algún día podría salir del libro? Quiero decir, como el hombre del papel. Simplemente para nuestras charlas"

Reveló una pequeña sonrisa sin ninguna emoción. Ella no supo cómo contestar y encontraba liberando su torpeza de maneras engañosas. "La próxima vez que quieras que te libere... sabes que no puedo hacerlo"

"No puedes culparme por intentarlo" trató de ser optimista, pero Raven se dio cuenta de su decepción. Su ansiedad casi la perturbó y rebana un pedazo de su corazón que apenas podría sentir. Se sentó de nuevo y enfrentó esos negros ojos de papel. Juntó sus manos y cruzó las piernas en una posición de meditación. Por supuesto que no tenía ninguna opción de meditar, pero esa posición era confortable. "Si sólo nos hubiéramos encontrado en un tiempo diferente, un lugar diferente" Malchior suspiró de repente.

Su declaración heló su piel y agitó violentamente su corazón. Su boca se abría y cerraba, pero ninguna palabra salió. Luego de unos momentos reaccionó "¿Qué?"

"Siempre me gustaste Raven, jamás había sentido esto por nadie. Pero lo más probable es que nunca puedas aceptarme, no después de lo que te hice. Es una lastima que no pudiéramos encontrarnos en alguna otra circunstancia"

"Bien, Malchior" su voz era escasamente superior a un murmullo. "Realmente también me gustaste. Eso, yo te admiraba. Pero jamás me podrías gustar de nuevo, porque sé lo que realmente eres. Conozco tu meta y eso te hace mi enemigo"

"¿Así que, no amarías a alguien por lo que es?" preguntó.

"No" Raven hizo una mueca de dolor. "No fue eso lo que quise decir. Simplemente estás torciendo mis palabras"

"No es así. Dijiste que no podría gustarte porque soy un mago malvado, o más bien, el terrible dragón que intentó conquistar el mundo. Aunque no tengo mucha experiencia en el amor, he aprendido que te enamoras por quienes son, no por lo que son"

"Sabes, seas un "mago malvado" o un "terrible dragón" debes tener algunos rasgos que me desagradan ¿has pensado en eso?" cruzó sus brazos.

"Odiaría defenderme ante ti, aunque debo disentir. No hemos reñido desde la primera vez"

Él tenía razón y ella se sentía exactamente de la misma manera. Ningún altercado había existido entre ellos, exceptuando la primera vez que abrió el libro. No quería comenzar ahora y permitir que sus emociones corrieran libres como la última vez. Respiró profundamente y se levantó. "Buenas noches, Malchior" alcanzó el libro desde el estante oscuro.

"Buenas noches, Raven"

El libro fue apresado contra su pecho, se dirigió hacia el lugar apropiado para él, en su poca iluminada habitación. El baúl, la segunda prisión de Malchior y cuidadosamente puso el libro en el fondo. Cerrándolo con llave y regresando rápidamente hacia su cama, un objeto en la mesa cogió su vista. La rosa de papel había permanecido casi dos meses en el mismo lugar. Alcanzó el objeto que alguna vez significó todo el amor que necesitaba y ahora era símbolo de imposibilidad. Con la rosa de papel en su mano, se tapó y colocó su cabeza en su multitud de almohadas. Sus ojos fueron cerrados mientras contemplaba el techo, ahora la rosa jugando entre sus dedos.

Parecía como si la rosa de papel hubiera envuelto sus tallos espinosos alrededor de su corazón y continuaba creciendo sobre sus emociones. Si esto seguía así, los resultados serían desastrosos. Necesitaba continuar, superarlo, odiarlo y así se olvidaría de él. La rosa de papel debía ser quemada. Si no lograba su misión, Malchior podría engañarla de nuevo. Malchior podría seducirla y obligarla a liberarlo en el mundo humano...

Y lo más importante, podría terminar herida de nuevo.

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Estaba oscuro, salvo los estallidos de fuego deslumbrante que hacían erupción cada pocos segundos. En esta breve e insoportable luz, ella pudo ver a dos muchachos en medio de un gran bosque. El área selvática parecía derrumbarse encima de los dos pequeños niños, cuando se agruparon. Gritos desesperantes y vigorosos crearon un aroma terrible de sangre y muerte. Pasos a través de los bosques, se escuchaban a gran distancia, pero ellos tronaron la tierra y crearon mucha trepidación.

Un delgado chico de cabellos blancos, aparentemente de diez, se encontraba apoyado en los brazos de su compañero pelirrojo. El pobre niño estaba sumergido en una terrible fiebre y el sudor que corría en su herida y asustada cara. Su blanco pelo se dejaba guiar por el viento, moviéndose por los brazos que lo sujetaban. Los ojos del joven trataban de mantenerse firmes, pero su expresión era de intenso dolor.

"Tengo que encontrar ayuda o morirás" dijo el muchacho de rojos cabellos cuando colocó al chico enfermo en el suelo. Luego comenzó a correr atravesando los bosques, más y más lejos. "¡Regresaré por ti, Malchior, regresaré!"

Pero mientras el joven pelirrojo corría, la oscuridad consumía al otro chico mientras se hallaba en el borde de la muerte. Sólo unos segundos habían pasado hasta que apareció un adolescente con pelo blanco caminado en la luz con un paquete café en su espalda. Era el mismo joven, pero unos años más viejo. Detrás de él una muchedumbre de duendes de agua estaba de pie, mirándolo dejar el pueblo que se materializaba a su alrededor. Pero en lugar de lágrimas de tristeza en sus ojos, una asombrosa mezcla de miedo y alivio reinaba en sus almas. Las imágenes y las personas que ella vio empezaron a mezclarse en color y formas, hasta que vio al mismo muchacho, uno o dos años más viejo.

Pero el joven Malchior parecía muy diferente. Delgado era él, pero su largo cabello blanco estaba lodoso y sucio. Vestía unos trapos sucios y viejos. Por su rostro parecía como si fuera a desmayarse y morir en cualquier momento. Ella lo miró entrar en la atmósfera desprovista, su cabeza mantuvo su soledad, pero sus pies por siempre estaban en movimiento en la búsqueda de su existencia. La oscuridad empezó a disolverse en una escena real y ella comprendió finalmente que él estaba en una tienda de libros. El muchacho se enfocó en un viejo libro, andrajoso, pero movía sus páginas con esmero a un paso bastante rápido. Los ojos negros como el carbón se encendieron con excitación mientras pasaba de una página a otra.

Entonces la escena se disolvió, mostrando a un Malchior de dieciséis o diecisiete años de edad. En un ambiente negro junto a un mago oscuro se encontraba, aunque ya no llevaba los estropajos de antes, no... vestía una armadura color de plata que brillaba con una aura mágica. En el centro de su pecho una gran "M" estaba. La bufanda de ébano serpenteaba a través del aire. Su cabello albino estaba limpio y bailaba con el viento mientras miraba fijamente hacia el espacio.

Sus reconocibles ojos negros estaban adornados con tres pequeñas líneas, que se arrastraban hacia abajo. Ella sabía la historia, conocía el principio, la vida y el final. A estas alturas de su vida, ella sabía que él era el más poderoso y temido hechicero (o dragón) que se encontraba vivo. Sin embargo, ciertamente no se le veía muy contento. En el retrato no podía ver la expresión de sus labios, pero sus ojos... sus ojos todavía mostraban la misma soledad, la misma desesperación que tenía anteriormente.

Sus ojos se abrieron de repente, pero no con la expresión de horror que sus sueños le causaban. Era la primera vez que veía a Malchior como un hombre. La última ocasión que observo los retratos del libro, pensaba que Malchior era el hechicero bueno. Después de averiguar que se trataba del dragón, imaginó que las ilustraciones eran de Rorek y no de Malchior. Sin embargo, el hombre que vio en sus sueños era muy similar al del libro. Estaba un poco confundida, pero también agobiada.

Había visto a Malchior... había visto como lucía, su cara, su pelo, su cuerpo. Su corazón latía con un ritmo más acelerado.

Era mañana, aunque no estaba bastante segura de qué hora era, sabía que no era muy tarde. Cuando salió de su cama y levantó sus brazos en un bostezo, caminó hacia el armario al lado del baúl de Malchior. Cruzó ambos brazos sobre su cuerpo, haciendo que las puertas de ambos objetos se abrieran a su orden. El libro voló sobre su posición y se abrió en la página apropiada. "Azarath, Metrion, Zinthos" dijo calladamente y docenas de pinturas y dibujos volaron fuera del cuarto y se congregaron en un gran círculo. Su obra de arte era de su memoria, sus ojos negros y su forma aterradora de un dragón. En tiempos difíciles, intentó dibujar lo que ella pensó como podría ser él, pero a la mayoría de ellos le faltaron los esfuerzos.

Por fin, recogió un gran caballete de pintor con sus manos y lo puso delante del taburete que tenia el libro. Había ya una tabla blanca, un juego de pinturas y cepillos puestos en el caballete. Sumergió el pincel en un poco de agua y luego en la pintura. Movió el cepillo por el blanco lienzo, como un patinador haciendo una figura de hielo.

"¿Puedo preguntar por qué se te ocurrió pintar a esta hora de la mañana?" preguntó Malchior y entonces hizo una pausa. "¿Y son todos estos cuadros de mí?"

"Tuve un sueño" dijo en respuesta a su primera pregunta en un tono monótono. "Y sí, éstas pinturas son de ti"

"Me siento halagado. En realidad jamás me había visto en arte antes"

"Te entiendo, no hay demasiados cuadros en libros de historia y fantasía, como tú en la forma de un ser humano"

"¿Así que, qué estas pintando ahora?"

"A ti como un humano"

"Creí que no sabías como lucía"

"No lo sé" contestó "Por lo menos, no con seguridad. Y bien yo..." su voz se escuchaba levemente "tuve este sueño sobre ti, y fue la primera vez que te vi como un ser humano. Estoy pintando lo que vi en mi sueño"

"Ahora estoy sumamente halagado. Estaba en el sueño de una doncella. Probablemente, no fue ninguna pesadilla, ¿cierto?"

"No exageres, Malchior" el pincel se movía oscilante a la derecha e izquierda.

"¿Podría preguntarte como lucía en tu sueño?"

"Tenias cabello blanco y unos ojos negros" dijo sin dudar en su obra de arte. "La piel grisácea, similar a mí. La versión más vieja que yo vi de ti tenía armadura plateada con una "M" en el centro y una bufanda negra alrededor de tu boca"

"Bueno, ciertamente suena como yo" meditó.

"¿Cómo en posible que te parezcas a Rorek en tu libro?" preguntó sin quitar la vista de su pintura.

"Cambié más que los nombres en el libro. Cambie todas las ilustraciones de Rorek, para que lucieran como yo. Si hubieras visto a través de mis páginas después que me encerraste, habrías visto el libro en su estado normal. Rorek es muy diferente a mí. Personalmente, no veo que es tan atractivo sobre las cabelleras doradas y profundos ojos..."

"Hay algunos cuadros en tu libro donde eres "mago bueno" tenías ojos azules" interrumpió Raven.

"Ah, la única cosa que no pude cambiar en las imágenes de Rorek fue el color de sus ojos"

Raven asintió, pero no dijo nada después de eso. Se encontraba demasiado ocupada intentando recrear la imagen del joven adolescente que vio en su sueño. Trabajó rápidamente, pintando a Malchior de la cabeza hacia abajo. Dejó en blanco los rasgos de la cara, formando el fondo con oscuros colores antes de llevar el pincel hacia el rostro. Después de perfeccionar su alto cuerpo delgado y los detalles de sus ropas, formó su nariz con un pequeño cepillo y comenzó con los ojos. Los pintó como los vio en el sueño, llenos con el dolor y sufrimiento que había experimentado en su vida.

Terminó después de una hora y dio la vuelta al caballete para mostrarle a Malchior lo que había hecho. Honestamente, estaba orgullosa por esa obra de arte, aunque se sentía un poco torpe pintar un cuadro magnífico de él y mostrárselo. "Así que" Raven respiró profundo y estiró sus brazos. "¿Qué piensas?"

No respondió de inmediato. "Estoy pensando en cómo fascinantemente es que entré de algún modo en tu sueño. De verdad, Raven así es como lucía aunque no me explico porque parezco tan deprimido..."

"Así es como te veías"

"Sí. Por lo menos, así era. Ya no creo verme así"

"Estoy suponiendo que prefieres tu forma de dragón después de todo" Raven levantó una ceja.

"Pienso que mi forma de dragón es bastante sexy"

Ella apuntó con un dedo el libro y lo cerró con sus poderes. No quería que él viera que sonreía ante aquel comentario. Devolviendo el libro con levitación, se puso de pie y se dirigió hacia la puerta. La pintura necesitaba secarse, así que decidió dejarla en el caballete. Agarró su capucha azul y se la colocó sobre los hombros. Al abrir la puerta de su habitación, una familiar figura verde se cayó hacia el suelo del cuarto.

Chico Bestia aterrizó en la tierra con un fuerte golpe. Gimió mientras se levantaba y frotaba su adolorida barbilla.

"Chico Bestia, exactamente ¿qué estas haciendo en mi puerta?" colocó las manos sobre sus caderas y se apoyó contra la pared.

"Uh" movió sus dedos nerviosamente. "Robin me dijo que te llamara a desayunar. Te oí hablar así que me apoyé por un segundo y..." su vista alcanzó las pinturas que flotaban en el cuarto de repente y sus ojos se asombraron. "¿Qué es eso?"

"Son pinturas" contestó Raven bruscamente intentando bloquear su visión con el cuerpo.

"Pero todas son de..." su voz se cortó de repente, entonces la apuntó con el dedo. "¿Has estado hablando con ese monstruo, no es así?"

"¿De qué estás hablando, Chico Bestia?" inquirió inocentemente en un tono de voz firme.

"¡Has estado hablando con Malchior todo este tiempo! has estado hablando con ese monstruo!" gritó. "¡No puedo creer que nos hayas mentido todo el tiempo! ¿Qué te prometió esta vez? ¿Un lugar en su conquista del mundo? ¿O sólo abrazos y besos?"

"Bien, pinté unos cuadros de él. Es sólo una manera para soltar todas mis emociones" frunció el ceño y apretó sus puños.

"¡No, Raven, nos mentiste! Ahora no veo cómo confiar en ti... en alguien que está ligada con un monstruo"

"No tengo hambre". Raven caminó de regreso a su cuarto y cerró de golpe la puerta. Con su espalda apoyada en el frío de la puerta, se resbaló al suelo sentándose sobre sus rodillas. Envolviendo sus brazos alrededor de sus piernas, permitió a cabeza caer.

¿Qué era lo que ella quería? Cierto, antes, todo lo que quería era que alguien la entendiera... alguien con quien poder hablar. Pensó haber encontrado a esa persona en Malchior y sabía que estaba equivocada. Muchas veces anheló la admiración y entendimiento de sus amigos. ¿Ahora de quien esperaba aceptación... de sus amigos o de Malchior?

Necesitaba meditar.

El siguiente capitulo se titula: Sagira, la sin edad

Bien si creen que esto se está poniendo interesante imagínense que viene después, ¿quien será realmente Sagira? ¿cual será su participación? Si quieren saberlo sólo continúen leyendo la historia, que les aseguro... cada vez se pone mejor.

Sólo quería agradecer a los que leen esta historia, porque ese es el objetivo de cualquiera que suba una historia ¿cierto? Que la lean.

Bien se despide atentamente: Krystal of Nol