Colapsó.
Había estado caminando por horas, con el peso de su hermano quemándole la espalda. Las heridas inflingidas durante la pelea ardían, y su dolor no hizo sino incrementarse cuando su cuerpo golpeó contra la arena.
Se levantó y caminó con dificultades, sin por un momento soltar a su gemelo. Faltaba poco... poco...
Dos, tres, cincuenta pasos...
Un par de ojos verdes se cerraron, y sus fuerzas se vieron incapaces de sostenerlo. Esta vez su cuerpo no tocó el suelo.
"Te prometí que volvería" murmuró al sentir los brazos de la aseguradora envolverse alrededor suyo.
"Sabía que lo harías"
