Trece, eran la cantidad de pétalos de rosa blanca que formaron un semicírculo alrededor del gris pedestal. Sobre ellos habían roseado negras cenizas, frescas de espíritus de fuego. Una copa color de plata estaba al pie de cada pétalo con un oscuro líquido rojo, inerte dentro de su estuche. Era sangre, sangre humana de víctimas del pasado que Sagira había guardado para semejante ocasión. Las yemas de sus dedos extendieron un polvo blanco, hueso aplastado de unicornio, sobre la sangre y dejó caer una antigua hierba venenosa cuando terminó. Finalmente, sacó un pequeño frasco del cinturón violeta que adornaba su delgada cintura. Había recolectado saliva de dragón mucho antes de la boca de Malchior para tal objeto que se requirió para el hechizo. Tres gotas entraron en cada mezcla y entonces volvió a poner el frasco de vidrio en su cinturón.
Caminó hacia el pedestal con el báculo en sus manos. No podía usarlo para este hechizo, así que lo dejó levitando detrás de ella. Malchior, en su forma humana, con el amargo viento jugando con su cabello, caminó hacia Sagira. Él puso su delicada mano en su hombro y la sobresaltó ligeramente, enviando una reacción instantánea a sus mejillas. "¿Me permites sostener tu báculo, mientras trabajas en el hechizo?"
"Mi báculo tiene un hechizo de protección que es mortal para cualquiera, excepto para mí" dijo Sagira con una sonrisa seductora. Se volvió hacia él, las yemas de sus dedos se deslizaban a través del pecho de la armadura. "Odiaría verte ser freído antes de que comience toda la diversión"
"No lo seré"
"Eres joven" su boca susurró a su oído. "Pero todavía bastante guapo"
"Tengo más de mil años de edad. ¿Eres quizás, cien años mayor? Señorita, estoy seguro" sus manos bajaron a su cintura "esto puede ser fuera del trabajo"
"Me alegro que no te haya matado" meditó. "Ahora debo empezar el hechizo: la luz de la luna golpea la piedra en la que nosotros estamos de pie. Necesito tu ayuda, Malchior. Préstame un poco del poder que necesito para levantarlos"
Él asintió en acuerdo, un estallido blanco de energía fluyó a Sagira. Estaban de pie en la árida piedra. Malchior caminó atrás del pedestal gris y Sagira trabajó con la magia. Alzando sus manos al aire, comenzó con el conjuro. "¡atuwa dravkigly mortylipis wafquornam, ast rehjagnen holesme armoram!"
Energía roja comenzó a salir de las manos de Sagira, desde las copas. Estaba perdiendo fuerza rápidamente, pero no la suficiente como para no poder estar de pie. El blanco polvo se tornó rosa en la sangre en los trece recipientes, formando la semejanza de huesos reales. La sangre rosa dio paso a la circulación a trece cuerpos diferentes y el veneno también se extendió a través de cada uno de ellos. El pétalo de rosa cubrió lo que había creado y las cenizas completaron los detalles como los ojos negros vacíos y la boca. La saliva del dragón le dio la respiración a las criaturas espigadas, causándoles el despertar como fantasmas aéreos.
Sagira cayó, mientras su báculo iba en su auxilio. Estaba exhausta, cierto, pero lo había hecho: el antiguo hechizo estaba completo. Allí, frente a ella, trece guerreros espirituales para cumplir sus ordenes.
"Necesitamos más" sonrió abiertamente, mientras se ponía de pie. "Muchos más"
Aunque los cinco caminaban de lado a lado, había una distancia significativa entre Raven y los otros. El equipo no era el mismo de antes, ni lo volvería a ser. La joven gótica siempre sintió una distancia hacia sus compañeros Titanes, pero quizás ahora, estaba más clara. Cuando se dirigieron al cuarto central de la Torre, lo hacían con paso lento y decidido, Raven sabía que sería el infierno pagar por su descuido.
Todos tomaron una silla simultáneamente en la mesa de la cocina. Raven miraba a cada uno de sus amigos que tenían una similar venda blanca alrededor de sus cabezas. Robin, solemne, siempre serio detrás de su máscara negra. Su uniforme fue rasgado al azar y las marcas de rasguños eran visibles en la colorida tela. Terribles marcas y arañazos se delinearon a un lado de su cara. Parecía cansado, fatigado, al igual que los otros Titanes al estar buscando al Chico Bestia. Starfire y Cyborg, agotamiento y frustración se notaba en sus expresiones, dirigidas ligeramente a través de simpatía por su amiga de cabellos lavanda, aunque no lo hicieron obvio. El Chico Bestia no había pasado por esta experiencia. La tela blanca corría alrededor de sus brazos, como serpientes atrapando su presa. Su cara estaba machucada en varios lugares y su uniforme rasgado en su pecho. Cada uno estaba lastimado físicamente, salvo Raven. Sin embargo todos habían enfrentado la traición.
"Mentí" era una manera embotada de empezar, pero era la única manera que ella podría pensar. "Mentí desde el principio. Mentí cuando me preguntaron por primera vez y cuando lo hicieron de nuevo y de nuevo, en sus caras. Quise averiguar por qué su memoria aún recorría mi mente. Pensé que lo averiguaría hablando con él. Pensé que lo podía controlar sola. Sabía que ustedes no lo aprobarían o creerían que no podía manejarlo, así que guardé el secreto"
"Raven, nosotros suponíamos que aun hablabas con él" explicó Robin vacilantemente. "Nunca lo averiguamos con seguridad, pero nos lo imaginábamos. Intentamos confiar en tu palabra, pero creo que todos sabíamos que aun hablabas con Malchior, sin tener en cuenta lo que habías dicho"
"Yo... yo estaba equivocada" Las tres palabras estaban raspando en sus labios. Odiaba estar equivocada. "Pensé de verdad que podía controlarme. Pensé que él no podría engañarme de nuevo…" Ella no se atrevía a decir su nombre. Robin incluso pudo sentir el dolor en su pecho.
"Raven, ¿cómo pudiste hacer esto?" Chico Bestia movió su mano enojadamente en el aire. "¿Cómo pudiste mentirnos y arriesgar nuestra seguridad y la del mundo de esa manera?"
Normalmente, ella le hubiera respondido de una manera fría y sarcástica, pero Chico Bestia tenía razón. Encima de eso, él había sido herido por su pequeño error. Él tenía razón para estar furioso. "No sé cómo puedo hacerte entender lo arrepentida que estoy. Sé que esta disculpa no es lo suficiente para compensarlos, pero permítanme luchar con ustedes. En cuanto lo derrotemos, dispongan de mí como quieran. Es lo menos que puedo hacer"
"Raven, no queremos perderte" dijo Starfire atentamente, sus ojos verdes rebosaban con compasión.
Robin suspiró antes de empezar a hablar. "Raven, tienes razón. Necesitamos que nos ayudes a combatirlo. Lo conoces muy bien y nosotros necesitamos ese tipo de información. Los problemas tendrán que ser puestos a un lado hasta que lo derrotemos a él y a Sagira. Debes saber..." él hizo una pausa, y entonces suspiró de nuevo. "Que será difícil confiar en ti acerca de esto"
"Confíen una vez más en mí" dijo Raven seriamente. "Te pido que confíes en mí esta última vez. Admitiré que ese Malchior todavía está en mi corazón, pero lo mataré, lo juro. Lo destruiré así como destruí su dependencia en mí. Malchior..." su voz se volvió de hielo "...es un hombre muerto"
"Escuchen, no es su culpa el liberar a Malchior. Tenía que hacerlo para salvarnos". Cyborg habló. "¿Debemos culparla por eso? Esto también es duro para ella. No había ninguna mala intención detrás de sus acciones. Lo amó y sólo quiso..."
"Cyborg, nunca lo amé". Su tono era estoico y frío. "Dije que él estaba en mi corazón y es verdad, pensé en él durante mucho tiempo, pero no lo amo" suspiró. "Sé que los he defraudado, a todos y será difícil para ustedes confiar en mí de nuevo. Pero les pido que tengan fe en mí, que esto no pasará de nuevo cuando lo combatamos"
"Bien, Titanes" Robin empezó despacio. "Pienso que todos nos merecemos un descanso. Empezaremos a buscar a Sagira y a Malchior mañana. En el tiempo que queda, traten de descansar y estén listos para trabajar. Buenas noches" él se ponía de pie de su silla y se dirigió hacia las puertas corredizas. Cyborg se ponía de pie, ayuda al Chico Bestia y empieza a caminar a su cuarto. Raven se levantó de su silla con equilibrio elegante junto a Starfire quien se apresuró a su lado.
"Raven, iré contigo a tu habitación" dijo Starfire, su voz era tierna y amable.
"Starfire, realmente no tienes que hacer esto" dijo Raven cuando atravesaron las puertas dobles.
"Pero quiero hacerlo, amiga Raven" ella se cogió de su brazo.
Raven hizo una mueca de desapruebo, pero no protestó. Con Starfire al lado de ella, se acercaron el cuarto de Raven. La puerta se abrió con un movimiento de la mano de la chica, cuyo nombre estaba grabado enfrente. Caminaron juntas al interior, y aunque Raven quiso estar sola, todavía no pudo alejar a Starfire.
La muchacha de cabellos lavanda se cayó a la tierra después de avanzar unos pasos en el cuarto. Su pecho dio paso a su pesadez, pero la practica de represión que tenia, evitó cualquier otra señal al exterior de su mísero pasar. En sus rodillas, su completa caída fue evitada por su amiga tamaraneana. Quería morir... morir ahora, morir rápidamente, algo para detener el continuo dolor en sus huesos y el sangrado de su corazón. Permitirse olvidar aquellos ojos negros, pelo blanco y una rosa del papel, la esencia de alguien que había sido muy importante para ella…
Starfire clamó mientras Raven se dejaba caer al suelo. "¡Raven!" La sostuvo mientras su amiga arqueaba su cabeza en melancolía. "Raven" susurró mirándola directamente a los ojos. "Él te ha herido de nuevo muy profundamente, ¿no es así?"
Una ola de energía negra viajó por el cuarto oscuro, pero Starfire no estaba preocupada. Un aguacero de lágrimas inundó las mejillas de Raven cuando extendió sus brazos alrededor de la chica extranjera. Sollozando en una exclamación fuerte de dolor, su manera apática sucumbió a las emociones. El cuarto era un huracán de objetos volantes con Raven y Starfire en medio de él. Starfire la abrazó y acarició su pelo como una madre habría hecho a un niño disgustado.
"¿Cómo pudo hacerme esto?" sollozó Raven al enterrar su cara en el hombro de Starfire. "¿Cómo pudo hacer esto después de todo este tiempo, todo lo que él me dijo? Pensé que cambió. Pensé que…" su voz se detuvo, al igual que los sollozos.
"Oh, Raven" Starfire la abrazó. "Desearía saber por qué alguien querría causarte tanto mal"
"Debí de haberlo matado. Debí haberlo destruido cuando tuve la oportunidad" Raven apretaba sus dientes al decir cada palabra. "Tonta, soy tan tonta. Cómo pude permitirme ser engañada de nuevo por él. ¡De nuevo!"
"Él era amable contigo, ¿no es así?" dijo Starfire suavemente. "¿No es natural confiar en aquellos que son amables?"
Natural, sí, pero en este tipo de mundo, imprudente. Lloró en los brazos de Starfire, en medio de libros y papeles que giraban en un torrente de emoción en el cual estaba atrapada.
Starfire, Raven y Chico Bestia, como una águila, viajaban a través del cielo. Robin tomó su motocicleta y Cyborg, su auto-T. Aparte de las llamadas y alarmas por la mañana, los Titanes sabían a qué se enfrentaban. Además es muy difícil no ver a un gran dragón negro púrpura volar sobre la ciudad por tu ventana. Raven sugirió que fuera mejor atacarlo a él y a Sagira por lados diferentes, para así tomarlo por sorpresa. Quedarse juntos era imbecil: Necesitaban atacarlos al mismo tiempo, sí, pero en ángulos diferentes. Malchior y Sagira eran poderosos cuando estaban solos, pero como equipo, probablemente serian cercanos a lo invencible.
Los Titanes localizaron rápidamente al gran dragón y a la hechicera en el centro de la ciudad. Starfire atacaría del este, Cyborg y Chico Bestia del norte, Robin del sur y Raven del oeste. Raven les permitiría verla inicialmente antes que los otros atacaran. Todos eran conscientes de que tomaría más de un día el vencerlos, pero hoy tenían un pequeño tiempo de estrategia contra ellos.
La verdad es, que Raven se sentía bastante segura hoy. Anoche se había desahogado y ahora estaba lista para luchar. Desde cierta distancia, miró fijamente en los ojos rojos de Malchior, los rubíes ardientes sobre su temerosa cara. Sus colmillos blancos brillaban con la luz del sol de la temprana mañana y la ausencia de rojo era un consuelo para la mitad demonio. Las personas se echaron a correr en pánico, una chusma de hombres histéricos y mujeres, chicos y chicas, todos infectados por la plaga del miedo. "¡Dragón! Dragón" gritaban. "¡Corran por sus vidas, viene para acá!" Las ruinas de los edificios, rasgadas lejos de su fundación, se esparcieron hacia la calle, golpeando y destruyendo lo que se interpusiera a su paso.
Una masa blanca de figuras fantasmales pudo observar: guerreros vestidos en armadura indefinida cazaban a las personas en las calles. Eran los Uuglijae, el ejército de los muertos, soldados que obedecían sólo al amo que los levantó. Los Titanes tendrían que lidiar contra las criaturas así como con Malchior y Sagira. Todos aquí en Jump City. Jump City, su ciudad, era amenazada y ella estaba lista para enfrentar a aquel que la había traicionado con renovado odio en su corazón.
Raven voló hacia él, la capa azul se movía paralelamente a las cambiantes olas del viento. Ojos lavanda, rebosados con intensidad y manos que anhelaban matar, sólo segundos estaban entre ella y Malchior.
Malchior la vio y regreso a su figura humana. Él levitaba sobre las calles con una hechicera de cabellos dorados a su lado. Sagira notó la abrupta transformación y entonces también notó que Raven se dirigía hacia ellos. La hechicera sonrió y colocó una mano en el pecho de Malchior, descansando su cabeza en su hombro.
"Finalmente, los Titanes han salido para jugar" meditó, pálidos labios rojos se acercaban a la cara de Malchior.
"Permíteme tener un poco de diversión con ellos" él sonrió abiertamente, mientras sus dedos atravesaban la dorada cabellera de Sagira. "Puedes unirte en breve"
"Si insistes" ella plantó un beso en su mejilla, mostrándole un gesto triunfante a Raven.
"Contén tu rabia" los dientes de Raven se contraían cada vez más, las palmas de sus manos sudaban frío. Su objetivo había cambiado durante ese segundo, todo lo que quería era hacer que corrieran lagrimas de Sagira la Sin edad. Celos, una emoción terrible corría a través de sus venas cuando los miró sonreír juntos. "¡Mata a Sagira! Nada de esto estaría pasando si no fuera por ella. ¡Sagira es quien debe morir!"
Esos pensamientos pasaron rápidamente y dirigió su atención en Malchior. Cuando Sagira desapareció en una nube de humo gris, Raven se atrevió a darle una sonrisa.
Fue Cyborg quien atacó primero: Una ráfaga azul de su cañón sónico se apresuró al instante en contra del mago de cabello blanco. Los labios delgados de Malchior formaron una sonrisa y se dio vuelta justo a tiempo para encontrarse con el rayo zafiro. Con la ola de su mano, la ráfaga se detuvo, cohetes bombardearon desde la dirección de Cyborg. El centro del rayo se marchitó en el aire, un anillo se formó alrededor del hombre de metal. Eran restos de asfalto chamuscado que se detuvieron antes de hacerle daño. Raven miró con furia a Malchior con sus ojos lavanda. Malchior lo había salvado, sí, pero estaba jugando. ¿Qué harían cuándo él ya no lo hiciera?
Starfire voló y lanzó sus starbolts, discos verdes de energía a Malchior. Dos fantasmas la cogieron de ambos brazos. La hacían retroceder, pero apareció un contorno esmeralda del cuerpo de la tamaraneana. Permanecía ilesa, pero profundamente agitada por la fuerza que gastaba en las starbolts.
"¡Azarath Metrion Zinthos!" exclamó Raven dirigiendo su energía negra hacia él. Al mismo tiempo, un terodáctilo verde acuchilló la armadura de Malchior, cogiéndolo por primera vez por sorpresa.
Moviendo su brazo derecho en la dirección del dinosaurio volante, Malchior pudo transformar a la criatura en un joven de cabello verde. Usando levitación, atrajo al desvalido Chico Bestia hacia él. "Bien, bien, bien" Malchior se rió disimuladamente. "Debes de ser el infame Chico Bestia" el chico verde se retorció al tono de su voz. "Eres más bajo de lo que esperaba" dijo mofándose de él.
"¿Oh sí? ¡Bien tú eres más arrastrado de lo que todos esperamos que serías!" Chico Bestia le escupió, aunque Malchior rápidamente lo bloqueó con una ráfaga de viento.
"Hábil, hábil" Malchior se burló tirando al cambiante verde. Chico Bestia se salvó de su caída transformándose en un terodáctilo y preparándose para el próximo ataque.
Raven se abalanzó contra el joven mago, recogiendo los escombros y lanzándoselos. Él voló hacia ella, agarrándola de sus muñecas la atrajo hacia él. "No puedes hacerlo un poco más rápido" susurró en su oreja de una manera seductora. Le permitió irse, mientras Robin se dirigía hacia él. Malchior se dio la vuelta rápidamente, mientras lo arrojaba hacia las calles.
"Me aburro en el aire" dijo Malchior cuando aterrizó suavemente en la tierra. Robin cayó un poco más duro, pero se reintegró rápidamente. Con una vara de metal en su mano, Robin arremetió hacia Malchior, pero él caminó al lado. Golpeó a Robin en el rostro mientras él todavía estaba avanzando. Se recuperó e intentó dañarlo con su arma, pero siempre fallaba. Malchior no era ningún artista marcial o incluso bueno en el combate cuerpo a cuerpo, pero era bastante rápido con su magia para mover cada uno de los ataques de Robin. Se cansó cuando giró y arremetió, mientras Malchior bostezaba.
Un colorido rinoceronte esmeralda se dirigió hacia Malchior, pero el mago rápidamente cambió a la bestia por una rata. Cyborg disparó su cañón una vez más, aunque el hechicero dirigió la ráfaga hacia el poste telefónico que lo separaba de Robin durante un segundo. Los ojos radiantes de Starfire dispararon hacia el mago, pero él desapareció y reapareció detrás de ella en un momento.
"¿La hermosa Starfire, supongo? ¿Todas las doncellas son tan encantadoras como tú en el planeta Tamaran?"
Malchior levantó una mano y detuvo tres bumerangs que venían hacia él. Obviamente, Robin estaba más irritado por este comentario que Starfire. Raven alzó el poste e intentó lanzárselo con sus poderes. Al mismo tiempo, Cyborg preparó su cañón sónico, Starfire, sus starbolts, y Chico Bestia se transformó en un T-rex. Estaban listos para atacarlo simultáneamente. Raven arrojó el poste, Cyborg disparó su cañón, Starfire miró fijamente Malchior con dos pilares luminosos y la mandíbula de Chico Bestia se dejó caer en la dirección del mago.
Simplemente antes de que cualquier ataque tuviera éxito, Malchior inclinó su cabeza y un escudo plateado lo protegió del azul, verde y negro. Energía cobalto y jade brotaron del campo de fuerza mientras Raven lanzó el poste hacia él. Chico Bestia se estrelló y rebotó a la sucia tierra. Cada uno tenía un pensamiento similar en mente: maldito escudo.
Malchior se rió, una clase malévola de risita que podrías oír sólo pesadillas. "Los cinco parecen muy exhaustos" hizo una pausa. "Quizás deberían descansar. Dormite astadep ago"
Antes de cualquiera supiera lo que estaba pasando, cayeron en el suelo, en un profundo sueño.
Raven fue la primera en despertar. Abriendo sus ojos a una densa oscuridad, no podría decir si todavía estaba durmiendo. Era de noche, tarde, todo se encontraba en una incomoda calma. Un silencio anormal invadió la ciudad, debido a la ausencia de respiración.
Cuando se puso de pie sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, vio la ciudad claramente en ruinas. Ni un alma viviente a la vista y edificios abiertos al cielo nocturno. Las partes de las paredes y techos, ladrillos y yesos cubrieron las calles, las aceras eran sumergidas en pedazos de automóviles. La motocicleta de Robin y el auto-T, sin embargo, aunque cubiertos de polvo, estaban absolutamente bien. Raven voló y vio que la Torre de los Titanes aún estaba orgullosamente en pie.
La torre sólo estaba de pie porque ellos lo permitieron. Ésta era la terrible verdad. Estaban vivos sólo porque Malchior y Sagira lo quisieron. Estarían vivos hasta que ellos se aburrieran de los Titanes.
Y Jump City estaba bajo su control en un día.
Los dedos recorrían página tras página en las horas largas de la noche. Una multitud de velas a diferentes alturas se encontraban encendidas en el escritorio que se encontraba. Cinco libros apilados en cualquier lado, algunos que había terminado y otros que todavía tenía que leer, los otros se esparcían en el suelo. Tomaba notas de los libros acerca de dragones e historias, así como lo hacia con el terrible dragón y el mago. Placer olvidado, su único incentivo era la información para derrotarlo. No había estudiado los libros de esta manera desde su primera traición y antes de que empezaran a hablar de nuevo.
Previamente no había logrado conseguir las repuestas a sus preguntas, pero quizás esta ocasión sería diferente. Una nueva pregunta, una nueva meta, tenía que encontrar una manera de destruir a Malchior. Había vivido esas noches hablando con él durante largo tiempo. Ahora la única cosa para mantener su espíritu ahora era la idea de matar al mago de blancos cabellos. El dragón que había roto su corazón dos veces.
¿Amor? No, no lo amó. Admitiría obsesión, infatuación, cualquier cosa antes de amor. Él había tomado una significativa porción de su vida… su corazón, y tenerlo rasgando su alma de semejante violenta manera, dolor, le causó mucha confusión y pesar. La única manera de aliviar cosas así, sus emociones dañadas, era colocar gran empeño en erradicarlo del mundo y de su vida, en lo posible.
¿Pero cómo hacerlo? Los Titanes nunca habían enfrentado a alguien tan poderoso como él antes. La forma en que jugó con ellos antes, era vergonzosa y descorazonado. Dependía de ella encontrar una manera de acabarlo, porque fue la que tuvo más contacto con él. No podía decepcionar a sus amigos, como lo hizo antes al mantener a Malchior como un secreto.
¿Por qué no podía hacer nada bien? Todos eran heridos a su alrededor. Tuvo tanto cuidado, cuidadosa todo el tiempo y por un momento que no lo fue, un desastre diez veces mayor estalló en su cara. Y estaba matándola, desgarrándole la piel cada vez que pensaba en eso. Había traicionado a sus amigos. Se había traicionado por pensar que alguien pudiera sentir algo en la vida por ella.
Tenía que estudiar. Tenía que encontrar la respuesta. Giró a la próxima página, rozando las líneas de una notable pieza de información.
Un firme golpe seco en su puerta interrumpió sus pensamientos.
"Raven, ¿puedo entrar?" Oyó que Robin decía.
"Estoy ocupada" respondió monótonamente.
"Esto es importante, Raven" dijo severamente del otro lado de la puerta.
"Estoy en medio de algo importante" Ella abrió la puerta con sus poderes y le permitió entrar. Sin embargo, se negó a verlo cuando examinaba página tras página.
"Has estado estudiando esto desde que llegamos a casa" Raven no podría decir si lo que dijo era una declaración o una pregunta.
"Tengo que hacerlo" dijo despacio. "Necesitamos tener una estrategia clara para mañana"
"Llegamos alrededor de las 8:00. Y son las 3:00 AM, Raven"
"Bien en ese caso, Necesitamos una estrategia clara para hoy"
"¡Cinco horas, Raven, cinco horas! ¡Es una locura!" exclamó. "Esta obsesión está preocupándome"
"Bien si no puedes apreciar lo que estoy intentando hacer entonces sugiero que dejes mi cuarto"
"Todos estamos angustiados. No puedes hacer esto. Nosotros debemos combatirlo, sí, pero necesitas tomar una perspectiva diferente"
"Tú, de todas las personas, estás regañándome" gruñó, mirando a su amigo de negros cabellos por primera vez. "Tú, y la obsesión de Slade. ¡Eras exactamente cómo soy ahora y nos trataste cruelmente!"
Los libros se cayeron de la mesa en una ráfaga de energía negra. Raven respiró profundo y un largo silencio siguió después. Se miraban, ambos en su torpeza, vergüenza e incomodidad. Ella no tenía ningún derecho para gritarle de esa manera. Él estaba sólo interesado por ella, como el resto de sus amigos. Ella suspiró y caminó hacia él, miró los ojos detrás de la máscara. "Lo siento. Supongo que ésta es la frustración que has sentido en el pasado. No quiero estar así, Robin, de verdad. Lamento lo que te dije"
"Entiendo, Raven" asintió con una sonrisa y puso una mano en su hombro. "Estamos conectamos, ¿recuerdas? Estuviste en mi mente. Sé lo que es estar en tus zapatos. Menos la parte de la ruptura del corazón" hizo una pausa. "Vamos a combatirlo juntos, así como nuestro equipo siempre lo ha hecho. Vamos a ayudarte a enfrentarlo y recuperaremos la paz de tu mente. Eres nuestra amiga y este incidente no va a cambiar eso"
Raven pensó un momento antes de empezar a hablar. "Tu sabes, Robin, que nunca he dudado de tu habilidad como nuestro líder. O amigo" ella le dio una pequeña sonrisa. "Pero si realmente sabes por lo que estoy pasando ahora mismo, me permitirás estudiar durante, por lo menos, dos horas más"
"Una"
"Una y media"
"Trato" él sonrió abiertamente y le dio un abrazo con uno de sus brazos. "Estudia duro, entonces. Estamos contando contigo mañana"
Raven sabía que era sólo una pequeña broma, pero esa presión no se alzó de sus hombros.
Bien, primero que todo quiero agradecer a las persones que me han enviado reviews (aunque haya tenido que hacer una pequeña amenaza para lograrlo, pero saben que de vez en cuando es necesario) y espero que sigan leyendo esta historia, que no está demás decir que cada vez se pone mejor.
Sólo espero que pueda seguir contando con su opinión y nos estaríamos viendo en el próximo capitulo... si es que recibo esos mensajitos que me encantan P.
Atte: Krystal of Nol