Ahora los dejo para que lean, agradeciendo que hayan llegado hasta aquí y también agradecer por los reviews que me envían
Capítulo 9: Los tontos a menudo se enamoranEl tejado. El tejado había demostrado ser uno de sus más preciosos santuarios muchas veces antes. Raven había volado a este santuario en esta oscura mañana después de su fracaso con Malchior. No meditó ni se sentó. Sólo estaba de pie mirando fijamente el cielo manchado. La joven de cabellos lavanda era aún una estatua, sólo respiración y corazón, salvo cuando la brisa de la mañana temprana ondeaba a través de la capa azul y los mechones de seda. Su expresión estoica no cambiaba con facilidad, cualquiera que la veía no podría creer que por dentro se estaba quebrando. Sus ojos oscuros, agobiados por el color de la noche, eran un enigma de trozos de tristeza, de confusión, de enojo, con las partes que había perdido. Mirar en sus ojos era la única manera de ver como se sentía la joven realmente, después de todo lo sucedido.
La molestó, verlo llorar. No sólo la molestó, se burló de ella con el mismo tipo de sensación que recorría su cuerpo. ¿Cómo alguien como Malchior podía llorar, revelar humanidad en un ser tan monstruoso? Y más importante, ¿por qué tuvo que ser revelado a ella? Se había sometido a la debilidad de su corazón y no lo destruyó cuando tuvo la oportunidad. ¿Cuándo vendría esa oportunidad de nuevo? ¿Nunca?
Todo porque había sido cautivada por el mago de blancos cabellos y sus palabras bonitas.
Miró la salida del sol, esperando poder inspirarse o posiblemente sería revitalizada por la vista de la elevación del cuerpo celestial. Esperando que la iluminación ayudara a que su espíritu se elevase para estar lista cuando lo combatieran una vez más. Pero la luz del sol la llevó más allá en su estado vacío cuando se preguntó por qué el mundo no se había detenido para ella como todo lo que estaba tan segura se caía a pedazos.
Con el sol una voz vino de atrás. Se asombró al oírlo, pero no retrocedió a su sonido ni se dio la vuelta para reconocerlo. Su corazón tembló en su presencia pero su cuerpo no hizo ningún movimiento en respuesta.
"Sagira no sabe que fuiste" dijo la voz del joven mago desde su espalda.
No dijo nada o asintió en respuesta. ¿Que era lo que iba a decir? ¡Oh fantástico, gracias por cubrirme y traerme las noticias!
"Sólo quería asegurarme que llegaste a casa a salvo..."
¿Para estar en buenas condiciones cuando juegues después con nosotros? Sin mencionar que habían pasado horas desde que llegó a la Torre de los Titanes. No había duda que ya conocía su condición, porque él era el todopoderoso y sabio Malchior de Nol. Pensó, cuando él continuó hablando.
"Iremos a Silver City, hoy" dijo Malchior. "Pensé que podría hacértelo saber temprano..."
"Cómo te atreves" interrumpió Raven, su voz era escasamente superior a un murmullo. Se dio la vuelta, mirando en sus ojos negros, su mirada era intensa, mezclada de sentimientos indomados. "Cómo te atreves a venir aquí y hablar conmigo como si fuéramos viejos amigos que discuten una cita después de esta tarde"
El hombre de blancos cabellos se quedó en silencio. Sus ojos pasearon por el suelo en su vacilación y quizás en igual turbación.
"¿Cómo te atreves a jugar conmigo aludiendo que te preocupas de mi seguridad? Dándome este collar" ella lo rasgó fuera de su cuello y lo echó en el aire, usando su magia para quebrar el pequeño mármol en mil diminutos pedazos. Una explosión naranja y la llovizna roja pintó el cielo de la mañana y rápidamente se disolvió con la atmósfera. "¿...para mantenerme a salvo de los Gostulings? ¿No entiendes lo que estoy intentando hacer?" Gritó. "¡Estoy intentando odiarte! ¡Estoy intentando alejarte por última vez de mi vida para que nunca tenga que ser herida de nuevo por tu memoria!"
Tomó unas respiraciones cortas, mirándolo a los ojos, buscando misericordia de su hórrido estado. Caminó hacia él, inclinando su cabeza con una clase de pequeña sonrisa demente. "Te amo..." asintió, todavía sonriéndole. "Te amo, te amo, te amo" repitió calmadamente y entonces se dio prisa a la orilla del tejado. "¿Eres feliz ahora? ¿Estas satisfecho?" gritó hacia el horizonte. "¡Lo admití! ¡Lo amo! lo amo incluso cuando me mintió. Lo amo cuando él me traicionó. Lo amo aunque sé que él nunca me ha amado"
Se giró hacia él y vio sólo sus labios delgados, sus ojos teniendo lástima de la chica histérica. "¿No podrías dejar de ser amable para ser cruel?" lloró. "¿No podrías dejar, por lo menos, de torturarme así y simplemente acabar con esto rápidamente?"
Todavía, él no dijo nada y ella miraba al cielo multicolor. Todo lo que vio se volvió a Malchior en su estado febril de mente. Lo había perdido, pensó con rara claridad. Finalmente reaccionó, tenia al frente al joven que desesperadamente odió y amó. Sus sollozos aumentaron, incluso la empujaron más allá en miseria, causando un diluvio de energía negra para torcer la apariencia del tejado.
Finalmente, después de unos minutos, miró a donde Malchior estaba, pero el mago se hubo ido y en cambio, vio una figura que se le acercaba, la puerta que se abrió con el viento. La amiga de rojos cabellos se acercó, su paso calmado que se transformó en vuelo hasta donde Raven se encontraba. El juguetón viento movía de un lado a otro el pelo de Starfire, resaltando la hermosa apariencia de la Tamaraneana. Sus ojos verdes, llenos de simpatía, alcanzaron a su amiga, al igual que sus brazos cuando los envolvió alrededor de Raven.
"Amiga, oí que gritabas y me apresuré para encontrarte". Abrazó a su compañera. "¿Que pasó?"
"Malchior estuvo aquí" contestó Raven en una voz oscura y firme, limpiando los rastros de lágrimas.
Starfire se sorprendió, mirando en sus ojos, manteniendo la calma. "¿Y él te ha dañado?"
"Él siempre me ha herido" dijo desviando su mirada. "Desde el día que me traicionó, siempre me ha dañado"
"¿Que pasó aquí?" preguntó Starfire.
Por un momento, no respondía cuando miró fijamente al cielo de la mañana. Finalmente, volteó hacia Starfire con una explicación. "Anoche fui a matarlo. Llegué furtivamente a la casa de lujo en la que él y Sagira están quedándose. Encontré su cuarto y miré al interior" hizo una pausa, diciendo la próxima declaración en sílabas separadas, "imagina mi asombro cuando vi al terrible Malchior de Nol... llorando" dio una sonrisa débil. "Iba a matarlo, pero cuando lo vi, simplemente no pude"
"En mi planeta" empezó Starfire "es deshonroso matar a alguien cuando no está en guardia o en estado de sueño. Quizás sentías que no estaba bien matarlo en ese momento"
"Es la única oportunidad que podríamos tener en la vida y realmente fallé" agitó su cabeza. "Por qué tenía que nacerme una conciencia de repente y sentir algo por alguien que nunca sintió nada por nadie en su vida". Suspiró y entonces fijó sus puños. "¿Y sabes que? Él me permitió ir. Vino aquí para asegurarse que llegué a casa a salvo. ¿Y sabes que más?" Raven permitió a sus dedos relajarse. "Le dije que lo amaba"
"Oh, Raven..."
"¿Cómo los chicos van a confiar en mí? ¿Cómo podrán confiar en que lo mataré ahora? Mentí muchas veces antes y ahora tengo miedo de no poder cumplir con la promesa que hice"
"Raven, creo que harás lo que es correcto" dijo Starfire sinceramente. "Si estás matándolo o estás permitiéndote amarlo. Y no has dejado de tener la confianza de tus amigos por ningún momento"
"Desearía poder creer eso"
"Hay un mundo que salvar, Raven. Has contribuido a nuestra misión de tantas maneras. Y nadie en el equipo podría pedir a una amiga mejor"
Sin palabras, Raven agradeció a su amiga con sus ojos lavanda. Las dos chicas se sentaron juntas en la azotea hasta la hora en que regresarían al cuarto central de la torre, donde la planificación empezaría una vez más.
"Silver City" habló Raven en una voz que no mantenía ningún signo de lo que había sucedido anteriormente. "Malchior y Sagira atacarán Silver City"
Los otros se miraban entre ellos con miradas confundidas. "¿Cómo sabes que van a atacar Silver City?" Preguntó Speedy.
"Él vino esta mañana y trajo las noticias" dijo apagadamente, intentando terminar el asunto rápidamente. "Tenemos que llamar por refuerzos externos" declaró Raven. "Es lo único que podemos hacer. Los llamaremos mañana, pero la única cosa que podemos hoy es rechazarlos, debilitarlos, librarse de algunos Gostulings, y llevarlos al infierno". Sin embargo, posiblemente nosotros seamos los que vayamos, pensó.
"¿Y eso es todo lo que podemos hacer?" Preguntó Bumblebee.
"Por ahora, sí"
Los adolescentes intercambiaron miradas entre sí. "Bien" Robin se encogió de hombros y se puso de pie. "A Silver City, entonces"
Los Titanes no se molestaron con tácticas intrincadas como lo hicieron anteriormente, aunque se dividieron en cuatro grupos, del norte, sur, este y oeste de Silver City. Wildebeast, Starfire, Más y Menos tomaron el norte; Robin, Aqualad y Chico Bestia tomaron el sur; Speedy, Bumblebee y Raven vinieron del oeste; y Hot Spot, Cyborg y Jinx, el este. Rodearían al feroz dragón y a la malvada hechicera. Éste había sido su plan inicial: Sin embargo, no habían planeado la cantidad incrédula de Gostulings que encontrarían cuando llegaran.
El irreprimible miedo capturó una respuesta inmediata del trío del este. Hot Spot, Cyborg y Jinx habían esperado tratar con Gostulings ciertamente, cuando se acercaron a Malchior a una distancia más próxima, pero se adaptaron rápidamente a su situación súbita. Hot Spot cubrió a las criaturas en fuego. Cyborg preparó su cañón que había estado lleno con pintura para la ocasión y la roció sobre los Gostulings delante de él, mientras Jinx golpeaba al suelo con sus discos rosas. El camino inmediatamente era destruido al azar, piedras puntiagudas que se elevan espontáneamente, agujereando, a las criaturas. Muchos vinieron a ellos con sus espadas, pero los rechazaron con sus propias armas y habilidades. Las cosas eran bastante simples hasta ahora.
Wildebeast, Starfire y los dos gemelos también se encontraron rápidamente con los Gostulings. Al principio, los gemelos españoles exclamaron unas frases en su lengua natal escondiéndose detrás de la Tamaraneana, pero ella los animó con un poderoso empujón. Con su agilidad inhumana, Más y Menos pasaron a través de los Gostulings, pincel en mano, dándole a las criaturas "forma". Wildebeast los arrolló. Starfire los golpeó con sus esmeraldas starbolts, un gritó de batalla escapaba rítmicamente de sus labios. Ella, Más y Menos empezaron a regresarlos y desaparecerlos.
No teniendo disponible bastante agua, Aqualad estaba en una ligera desventaja. Estaba sobre Chico Bestia, en forma de terodáctilo, usando el arma que Robin diseñó para disparar una sustancia pegajosa que ataría a los Gostulings. El joven maravilla usó su espada para cortar a varias de las criaturas que eran roseadas por la sustancia, a través de la muchedumbre de Gostulings.
Raven, Speedy y Bumblebee habían estado luchando de una manera similar cuando notaron que las criaturas huían y rápidamente se adentraron en la ciudad. "Están retirándose" dijo Bumblebee.
"¡Rápido! ¡Síganlos!" Exclamó Raven, mientras llevaba a Speedy. Bumblebee voló estrechamente al lado de ella, mientras un dragón negro y la hechicera se acercaban a su vista.
De hecho, todos los Gostulings se habían retirado donde sus amos en medio de la ciudad. Allí, los Titanes cogieron vista de los otros y se prepararon para la mayor batalla del día.
"Mira, tenemos compañía" Sagira sonrió al dragón a su lado.
La bestia asintió sin comentarios. Sagira no notó su cambio de humor.
"Supongo que es mi turno" voló adelante, enfrentando a los Titanes que la rodeaban.
Raven la atacó primero, detrás de ella venia una lluvia de ruinas. Preparó las piedras y partes de edificios para poder lanzarlos a la rubia hechicera, pero se encontró chocando en un campo de fuerza anaranjado, regresándolo los objetos que llevaba. Mientras Chico Bestia y Aqualad la cogieron después de su impacto, Starfire atacó a Sagira con sus millares de starbolts. Sagira no era ninguna luchadora y no era muy interesante con su técnica: simplemente puso un escudo para absorber las starbolts cuando vinieron a ella.
Hot Spot disparó fuego de sus brazos, pero fue regresado rápidamente a Wildebeast, Más y Menos. Robin tiró una bomba de humo, cubriendo el área de nieblas espesas, grises. Corriendo hacia ella, pudo tomarla por sorpresa, envolviendo sus manos alrededor de su cuello. Con un lamento de irritación, la rubia lanzó una esfera de energía hacia su estómago, enviándolo al aire y aterrizando en los brazos de la joven extraterreste.
Cyborg y Jinx dispararon sus rayos azul y rosa, pero no con mucha suerte. Sagira ponía su escudo cada vez para bloquear los ataques. Bumblebee y Chico Bestia (después de que había dejado abajo a Raven y Aqualad) la asaltó desde aire, pero sin ningún resultado: Sagira golpeó al dúo con su escudo, como si sostuviera un paraguas para protegerla de la lluvia.
Speedy aprovechó esta oportunidad para disparar algunas flechas al dragón negro que no estaba prestando atención. Con un gruñido, él alzó una garra y las flechas chocaron en los jóvenes, creando un despliegue de explosiones. Las flechas, lo fastidiaban de la manera más ligera.
Raven se rió entre dientes para sí. "Por lo menos Malchior era un poco más creativo" dijo casi exclamando. Sagira la miró y se dirigió hacia donde Raven estaba parada. La joven de cabellos lavanda disfrutó su ofanación, cada parte de ella. ¿Hecho esto, quizás, sería malvada al igual que ellos? Continuó adelante, indiferente. "Todo lo que haces es esconderte detrás de un escudo. Si vas a jugar con nosotros, por lo menos hazlo de la manera apropiada"
Sagira envió una ráfaga de viento hacia el pecho de Raven que la golpeó vigorosamente hacia el asfalto. Aunque el impacto aplastó unas cuantas costillas, volvió a ponerse de pie. "Bien. Veamos si puedes luchar sin el escudo". Y dudo que puedas, perra. Raven recogió unos automóviles con su levitación y los aventó a la hechicera. Apenas los rebanó con su magia, perdiendo de vista un parachoques que chocó contra su hombro. Sagira tropezó, intentando sanarse rápidamente con su magia, una mirada frenética en sus ojos. Rompiendo la tierra en dos, Sagira creó una larga manta de concreto. Con el movimiento de ambas manos, el asfalto se hiló alrededor de la chica mitad demonio, bastante firme para que ella no pudiera escapar, pero no bastante como para aplastarla.
Los Titanes se apresuraron en su ayuda, pero se encontraron con un escudo amarillo alrededor de Sagira y Raven. Los Gostulings aparecieron de repente, rodeando a los jóvenes. Raven tragó su ansiedad y miró a la hechicera con aire de desafío, aun así...
"Sagira, no te molestes con esta chica" Malchior se transformó, caminando a través del campo de fuerza con una increíble facilidad.
"Ciertamente podemos permitirnos el lujo de matar sólo a uno" los ojos de Sagira brillaron. "Aplastaré a esta chica hasta que sus órganos exploten, mientras los Gostulings se alimentan con su cadáver"
"Sagira, déjala en paz" dijo severamente, sus sílabas eran lentas y deliberadas.
"Sólo uno, Malchior" sonrió abiertamente de forma demente. "Sólo esta perra"
De repente, los Gostulings desaparecieron de vista. Sagira notó esto instantáneamente y sus ojos se desviaron de Raven hacia los desprovistos espacios y entonces en Malchior. "Oh sí" Malchior asintió. "Todos se han ido"
"¿Y por qué, has dejado de impulsarlos?" Preguntó Sagira cautamente.
"Realmente" dudó con una sonrisa furtiva. "Hay una fiesta salvaje en el centro de New Massen y me gustaría conservar mi energía"
Sagira dejó caer su mandíbula en escepticismo para que un huevo pudiera encajarse en el contorno de su boca abierta. Ella, sin embargo, miró a Raven y con dientes apretados, se dispuso a terminar el asesinato que había empezado.
Pero la manta de negro y amarillo se dejó caer a la tierra, soltando a la Titán. Sagira se sobresaltó a su falta de poder e incapacidad para matar a la joven de cabellos lavanda. Miraba al mago y él simplemente dijo "te di una orden. Te dije que la dejaras en paz"
Ella lo miró fijamente durante mucho tiempo, intentando reunir los pedazos y ordenarlos. Finalmente, entendió y sus ojos anchos se detuvieron en el mago. Asintió, una expresión de vacío en su cara. "No tenía ninguna idea de que el Gran Dragón estaría así" su mirada regresó a Raven. "No puedo matarte Malchior, pero ciertamente ganaré la satisfacción de matar a tu noviecita"
"¿Sí? Bien sin embargo estarás muerta en dos segundos" Malchior arqueó una ceja.
Sagira se rió. "Desaparecería o conjuraría un escudo antes de que pudieras administrar un hechizo"
"No tienes magia" dijo Malchior suavemente.
"Tengo mucha magia en este báculo" comenzó con un hechizo. "Jegil..."
El apretar invisible de Malchior empezó a aplastar a la joven mujer, cuando dejó caer el báculo a la tierra y empezó a lucha por aire. "Debes de saber que no tendrías que confiar en un dragón. Dejaste tu báculo conmigo y transferí tu magia en un contenedor más pequeño que una joven doncella quebró y tiró en los mares. No has tenido magia todo este tiempo. Te proporcioné la magia adicional cuando la necesitabas, pero estás perdida y desesperada cuando te me opones"
Sé transformó en la magnifica bestia obsidiana y levantó a Sagira. Una ducha de llamas se vertió desde su boca, envolviendo a la encantadora hechicera. Ella gritó. Sus chillidos de desesperación apuñalaron a través del aire y en los oídos de los Titanes que se encogieron ante la vista de aquel acto. Capa tras capa de piel fundida salió de su cuerpo cuando envejeció dentro del rojo, naranja, amarillo, blanco y azul de las llamas. Su apariencia joven hizo una metamorfosis anormalmente veloz a través de las formas de una mujer vieja y arrugada. Los fuegos la despojaron de la carne dejándole el color escarlata de los músculos y la sangre perfiló la forma de la mujer. Los órganos aparecieron verdes, grises y naranjos mientras el blanco hueso se disolvió en el polvo. Los Titanes escudaron sus ojos, algunos de ellos vomitaron al horrible despliegue.
Malchior soltó su mano en el vacío y en los corazones de los Titanes. Sagira se había ido.
Él asumió una vez más la forma de un hombre, acercándose a la chica oscura que todavía se sentaba en la tierra por el asombro. Al principio, parecía como si él estuviera ayudándola de nuevo y entonces cambió su mentalidad, él abrazó a la joven adolescente, enterrando su rostro en el lavanda cabello. Ella tembló bajo el calor moderado de sus brazos, la proximidad de su cuerpo contra el suyo, cuando las manos del mago se asieron a su cintura. Su corazón era como un caballo salvaje corriendo a través de tierras que nunca había visto antes y disfrutando la alegría mientras Malchior de Nol la tomaba en sus brazos.
"¿Sabes desde cuanto tiempo..." tartamudeó. "... he querido sostenerte de esta forma?"
No, no caeré en esto. Ella se empujó fuera de su abrazo, entonces agarró sus hombros, mirándolo fervorosamente a los ojos. "¿Qué demonios has hecho? ¿Qué diablos está pasando?"
Él parecía entender que una explicación era requerida. "Sagira se mantenía en vida por el poder en su báculo. No podía destruirla completamente sin extraer el poder de él. Tenía que conseguir un contenedor y la única manera era ganar su confianza y estar de acuerdo con su plan"
"Ese fue un buen plan" asintió, sus ojos se sobresaltaron. "¿De cualquier forma, por qué necesitarías destruirla?"
"Para salvarlos de muchos problemas" respondió.
"Oh" su voz sucumbió ante el sarcasmo. "Seguro que nos salvaste de una tonelada de problemas" ella volteó hacia los Titanes. "Bien. Vamos a casa"
Malchior sujetó su mano. "Raven" dijo su nombre esta vez con gentileza, algo que ella había extrañado hace tanto tiempo. Casi se arrodilló ante este sonido, pero lo miraba, su expresión se caía en pedazos. "Quería saber lo que era tener el mundo en mis manos" la soltó, mirando sus manos y luego cerrándolas. "Quise tener el mundo en mis manos y ver si valía la pena"
"¿El valor de que?" se aventuró a preguntar, su pecho subía y bajaba rápidamente.
"Piensa, Raven, eres más inteligente que eso"
"No, Malchior. ¿Por qué no me iluminas?"
"Tú, mi querida" envolvió sus brazos alrededor de ella, colocando su mano encima de su hombro. "Quise saber si valía la pena dejar de pensar en ti, mi querida"
"¿Que quieres decir?" Cómo podía mantener su voz tan firme, nunca lo supo.
"¿Qué crees?" sus labios suaves se acercaron a su mejilla.
Sus brazos se arrastraron alrededor de su cuerpo, amarrándose en su espalda cuando se relajó en su calor moderado. "¿Arriésgate tu vida, las vidas de mis amigos, toda la confianza y mi amor, sólo para que pudieras ayudarnos a derrotarla y ver si valía la pena?"
"Sí" asintió contra ella.
"Tú, tonto" susurró, encontrando al fin sus labios con los suyos. Un simple beso para lavar los pecados y enviar lejos las lágrimas de ayer.
T.T vaya este capítulo fue hermoso, sobretodo el final y cuando Malchior quemó a Sagira jajaja... bien ella realmente no me caía muy bien.
El final está a un paso, pero para ser más específica está a unos reviews de aquí, depende de cuantos me lleguen dependerá la velocidad con la que actualice.
Nos vemos en otro episodio...
Se despide. Krystal of Nol
