Dos semanas habían pasado ya... dos largas semanas en las que Sora y Yamato no se habían dirigido palabra alguna, el resto de sus amigos habían notado el distanciamiento de sus dos compañeros, pero ninguno dijo nada, ni siquiera Mimi, no se habían atrevido ya que podían notar que no era una simple discusión. De hecho, nunca habían visto a Sora y Yamato enfadados, no creían que tal hecho pudiera llevarse a cabo, ya que siempre habían sido muy buenos amigos y nunca habían tenido ningún problema, pero parecía ser que las estadísticas habían caído hasta lo más profundo del abismo, porque jamás habían visto que los dos jóvenes se llevaran de semejante forma, miradas frías, silencios incómodos... en Yamato no era muy normal, sobre todo por ser Sora la chica con la que estaba enfadado, aunque su actitud fría era la que solía tener cuando estaba cabreado, pero Sora... nunca le habían visto de esa forma. Parecía que estuviera aún más enfadada que Yama, y las miradas hostiles que recibía de vez en cuando por parte del rubio parecían no afectarle, nunca pensaron que Sora pudiera llegar a ser tan fría como Yamato.

El rubio Ishida se encerraba en su música para tranquilizar los ánimos, y mientras Sora... salía con más frecuencia con aquel atractivo muchacho de ojos grises. La pelirroja había entablado una estrecha relación con su compañero de clase, y eso también era raro en ella, no porque fuera introvertida, sino porque ella por lo general solía llevarse bien con todo el mundo sin tener preferencias entre unos u otros, sin embargo, aquel chico parecía haber llamado la atención de su atlética compañera y pasaba mucho tiempo con él.

Había sido el día en el que Sora discutió por última vez con Yamato, cuando al mediodía, después de clases se disculpó diciendo que tenía ciertos asuntos que atender y que no podría volver con ellos en el camino de casa. Al poco rato la vieron saliendo con Suu Tanaka, cosa que les extrañó, sin embargo le dieron poca importancia. Pero ahora, eso era distinto...

La verdad es que la pelirroja encontraba el alivio a sus problemas en el joven jugador de baloncesto, quedaban muy a menudo, iban al cine, a hacer footing, a comer algo por ahí, al parque de atracciones... casi parecían una pareja de jóvenes enamorados. Sora disfrutaba mucho esos días, incluso en la semana anterior, donde habían tenido la mayoría de los exámenes del trimestre quedaban para estudiar... Y les iba muy bien, porque se notaba entre ellos un gran grado de complicidad.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Era ya lunes, lunes de la última semana de clases antes de las vacaciones de verano, sólo quedaban un par de exámenes para que Sora respirara tranquila y dejara de estresarse, había estado hincando codos como una loca, y la verdad es que de algo había servido, porque los exámenes que había hecho hasta el momento le habían salido bastante bien. Había recibido varias llamadas por parte de su amigo Tai, quien estaba todavía más estresado que ella ya que se enteró dos días antes de la fecha de los exámenes y no sabía ni por dónde le daba el aire, así que Sora últimamente frecuentaba mucho su casa para prestarle apuntes y ayudarle con algunas asignaturas. Parecería que era una pérdida de tiempo para ella, sin embargo, al explicarle la materia que entraría en el examen, ella a la vez repasaba y terminaba de comprender algunos términos que no le habían quedado aclarados, todo eso sumando las intensivas horas de estudio con Suu hicieron que Sora estuviera más que preparada para enfrentarse a los dos últimos exámenes del curso.

¡¡Soraaa, ¿qué tal estás, te veo un tanto... ¿ocupada?.

Mimi contempló a su estudiosa amiga en el aula de clase mientras leía y releía varias veces un libro que al parecer, por los dibujitos, era de biología.

Dios mío... qué han hecho contigo amiga... – suspiró Tachikawa.

Sora ni se inmutó ante el comentario de su amiga, seguía absorta en su lectura, hasta que Mimi balanceó varias veces su mano delante de su cara.

¡Ah, ¡hola Mimi!.

¿Cómo que hola, he estado intentando hablarte durante dos minutos y tu ni siquiera te inmutas.

Lo siento, pero es que quiero repasar bien esta lección, tengo el examen de biología a tercera hora y estoy histérica.

La verdad, no entiendo cómo algunos estudiantes os ponéis así sólo por unos cuantos exámenes.

Sora suspiró, conocía bien las estrategias de Mimi para hacer los exámenes. Solía utilizar sus encantos femeninos para ello, pues les pedía a algunos de sus compañeros de clase que le hicieran las chuletas del examen, y ella sin estudiar ni nada, llegaba, se sentaba, copiaba, y listo. En el caso de que el profesor le pillara durante la faena, ponía cara de angelito y el pobre hombre no se podía resistir a su fingida inocencia, con lo que se marchaba a su mesa y la tía seguía con la ardua tarea de descifrar el montón de palabras anotadas en un papel de tamaño milimétrico.

Ejem... Mimi, tal y como eres nunca lo entenderías.

Como sea, ¿estás libre esta tarde, quería ir de compras, he ahorrado algo de dinero y mi madre tiene que hacer un montón de recados así que no me puede acompañar.

Imposible, esta tarde he quedado con Suu para estudiar para el último examen, que es mañana, otro día será.

Bua... eres una amargada.

Querrás decir que soy responsable.

Sí claro, y por eso andas todo el día estudiando con Tanaka ¿no, ¿seguro que sólo estudiáis, ¿o hay algo que le tengas que contar a tu queridísima amiga?.

Mimi... no hay nada que contar, y aunque lo hubiera esperaría a que maduraras un poco para contártelo...

Ay Sora... de verdad que estos días eres más ácida que mis jugos intestinales...

¿De dónde has sacado esa expresión?.

Jejeje... es de Taichi, me hizo mucha gracia cuando se lo oí decir y sin querer se me pegó.

El amor es muy raro...

Sora volvió la vista hacia su tomo de biología y continuó con su lectura. La tercera hora llegaría volando y ella no estaba dispuesta a desaprovechar un solo minuto de estudio. La campana tocó, y con ello dieron comienzo las clases, Sora se dirigió a su aula, en el camino se topó con Yamato, que iba acompañado por su "querida" compañera Kuwahara, pero ambos eran lo suficientemente orgullosos como para ni siquiera mirarse a la cara. Cuando entró en clase, Suu salió a su paso.

¿Qué tal lo llevas?.

Suu... no me preguntes cómo lo llevo, porque no sé cómo lo llevo, ni siquiera sé si voy a ser capaz de escribir una sola letra, o si le voy a escribir la Biblia en verso... así que ni una palabra.

Sora... has pasado del estado de nerviosismo al estado de histeria, tranquila, que en tres horas estaremos como nuevos.

Como nuevos... para preparar el examen de mañana...

Suu le dedicó una mirada de cansancio a Sora y se le adelantó antes de que ella pudiera continuar con su discurso.

A propósito, luego hablamos, pero tendremos que quedar en la biblioteca, porque en mi casa está mi madre enferma y no me apetece hacer mucho ruido, además, conozco una parte de la biblioteca muy tranquila y con información para coger apuntes de estudio.

Vale... por mí no hay problema, después del examen hablamos.

El profesor de turno entró en la clase y los alumnos se sentaron en sus respectivos asientos, aquella hora la utilizarían para estudiar.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Pufff... por fin... otro examen menos, y otro día menos de clase, veo las vacaciones tan cerca y tan lejos... – suspiraba Sora mientras estiraba los brazos.

Bueno, piensa en ello como un sprint final en una carrera, si lo haces bien acabarás ganando – Suu miraba a su compañera divertido, pues Sora en temporada de exámenes era un cúmulo de hormonas que no hacían más que revolotear incansables, y ello lo demostraba su increíble híper-actividad y su nerviosismo.

Sora le respondió con un gesto de cansancio a la vez que cogía un libro de su mochila y lo abría con rapidez para comenzar una ávida lectura. Suu se anticipó a las intenciones de su amiga robándole el tomo y devolviéndolo a su lugar.

Relájate un poco, mujer, anda vamos, que te invito a comer algo.

Sora forzó una sonrisa y los dos se marcharon del aula, pues las clases ya habían terminado.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

"Piip... piip... piip"

Yamato cogió el móvil, estaba viendo una película en el salón del apartamento en el que vivía con su padre después de haber estudiado un par de horas para el examen del día siguiente. La verdad es que era un chico bastante inteligente, no tenía la necesidad de estudiar demasiado y sus notas no es que fueran espectaculares, pero entraban dentro de la media de un estudiante aplicado. Miró la pantalla del aparato, donde parpadeaba el nombre de la persona que llamaba "Kuwahara".

¿Diga?.

¿Yamato, soy yo, Saori.

Ah... hola, ¿qué tal?.

Aburrida, he estado estudiando un buen rato y estoy bastante cansada, ¿qué te parece si vamos al cine para relajarnos un poco?.

Pues... la verdad es que ya estaba viendo una película en casa, pero de todos modos creo que me vendrá bien salir un rato, ¿a qué hora quedamos?.

A las 7... echan una película de terror que quería ver desde hace tiempo.

Ok, te paso a recoger a casa.

¡Vale! ¡Nos vemos!.

"Click"

El rubio se levantó del sofá y fue rumbo a su habitación para cambiarse de ropa, Saori necesitaba relajarse, y él también, el cine sólo era una excusa para disfrutar en un lugar donde apenas nadie pudiera verlos...

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

¡¡Arggghhh! No puedo más, mis neuronas son ahora mismo un cúmulo de números que revolotean en mi cerebro... – Sora se levantó de su asiento, y varias de las personas que se encontraban en la biblioteca se le quedaron mirando con cara de pocos amigos. La pelirroja se sentó rápidamente avergonzada.

Sora... no estamos ni en mi casa ni en la tuya... procura no hacer tanto ruido... – susurró débilmente Suu.

Jeje... se me había olvidado hasta dónde me encontraba, las matemáticas son bastante difíciles, pero creo que con lo que hemos estudiado hoy no tendré problemas para aprobar el examen con buena nota.

Suu se inclinó hacia la pelirroja, que estaba en frente suyo al otro lado de la mesa.

Yo también creo que es suficiente por hoy, vamos a salir un rato, a dar una vuelta o a comer algo.

Suu... debemos aprovechar el tiempo, creo que prefiero quedarme.

¿Sabías que el exceso de estudio provoca un acusado estrés en el estudiante y hace que rinda menos de la mitad a la hora de hacer los exámenes?.

Algo había oído pero...

Sora no pudo acabar la frase, ya que Tanaka estaba levantado recogiendo sus cosas, una vez hubo terminado, la miró interrogante y con una sonrisa capaz de derretir hasta el más frío y sólido de los glaciares.

Está bien... ya voy...

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

A ver, a ver... fila 10, asientos 6 y 7... – murmuraba Yamato en la sala del cine, no había mucha gente, ya que la película no era para nada una gran superproducción, sino un film de esos que van a ver los más fanáticos del cine.

Yama, cariño, es aquí – dijo Saori Kuwahara, quien estaba a su lado y se movía con acusada sensualidad para deleite de Yamato, la chica se había puesto una ropa bastante sexy, que hacía que el joven se detuviera bastante a fijar la vista en sus curvas.

Ya voy.

Ambos se sentaron, esperando con impaciencia que las luces se apagaran para escurrirse hacia abajo en sus asientos y liberar sus tensiones con los labios del otro, total, Ishida no era la primera vez que lo hacía, era uno de sus métodos más comunes para librarse del estrés, y todas las chicas con las que lo había hecho habían quedado realmente satisfechas (no penséis que me refiero a nada de sexo, eh).

Estaban hablando tranquilamente minutos antes de que empezara la película, cuando oyeron unos pasos.

¡Ay, casi me tropiezo...

Debes tener más cuidado, no sabía que fueras tan torpe...

Jejeje... yo tampoco lo sabía.

Kuwahara dirigió una mirada desdeñosa a la pareja y se le acercó al oído a Yamato.

Mala suerte, parece que vamos a estar acompañados...

Yamato suspiró, al fin y al cabo, podía llegar un poco más tarde a casa para poder acompañar a Kuwahara y darse unos cuantos besos...

Sora apoyó una de sus manos en el apoyabrazos de los asientos cuando notó el calor de otra mano ya situada, inocentemente se dio la vuelta.

Uy... perdón... – dijo con una tímida sonrisa.

Entonces fue cuando abrió los ojos como platos y fue capaz de contener un grito y mantener la compostura. La mano que había tocado era la de Kuwahara, y a su lado se encontraba Yamato...

Suu se la quedó mirando interrogativamente y entonces fijó su vista en la pareja, una expresión de desolación apareció en su rostro cuando vio a Ishida.

Buenas tardes... – dijo con tono sarcástico el joven de ojos grises.

Hola... – contestaron Kuwahara e Ishida, la una mirando fijamente a Sora y el otro desviando la mirada hacia la pantalla grande.

¿Q... qué tal? – saludó Sora notoriamente tensa, más que por la presencia de Yamato por la intensa mirada de Kuwahara.

Ambos se sentaron, quedando Sora al lado de Saori. Vio cómo ella y Yamato hablaban entre ellos en susurros apenas audibles para ella y el rubor llegó a su cara.

Lo siento... nunca pensé que nos los fuéramos a encontrar... – le dijo Suu.

No pasa nada, ha sido pura casualidad, hemos venido a ver una película, no tiene por qué pasar nada – respondió Sora amablemente.

Tienes razón, al menos disfrutemos de la peli, que por cierto me han dicho que es muy buena, los actores no son muy conocidos, pero en las revistas dicen que es uno de los mejores filmes de horror psicológico que se han hecho en mucho tiempo.

Sora tragó saliva.

¿Has dicho... horror psicológico?.

Si... ¿pasa algo?.

O no no, para nada... – dijo la pelirroja a la vez que su tez iba palideciendo en cuestión de segundos.

Muy bien, la cuestión era que estaba sentada prácticamente al lado de Yamato, con el que estaba terriblemente enfadada, a su derecha tenía a Saori Kuwahara, la nueva "chica" de Yamato, quien le dirigía miradas furtivas constantemente y que no hacían más que acelerar su pulso, a su izquierda se encontraba Suu, el único apoyo que podía encontrar en aquella situación, pero que de vez en cuando carraspeaba para intentar interrumpir la conversación de la otra pareja, así que de mucho apoyo no le era... y lo más terrible de todo el asunto... iban a ver una película de TERROR PSICOLÓGICO y ella era una miedica en cuestión de películas de ese género. Sora recordó la vez que en la casa de Mimi se quedó viendo aquella película de terror mediocre con Yamato y el miedo que pasó...

"Dios mío... qué he hecho ya para merecer esto... por qué no le habré preguntado a Suu de qué tipo era la peli... o por qué no habré decidido ir a otro sitio... ¡o por qué leches he tenido que salir en vez de quedarme estudiando!".

La película dio comienzo mientras Sora se revolvía en su butaca ante la atenta mirada de Suu, quien estaba bastante desconcertado ante la situación...

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Las escenas, la música, los personajes, el ambiente... desde luego que aquel film era realmente bueno, porque el terror que sentía Sora no era para nada comparable con el que había sentido desde su última experiencia, si la anterior vez se había quedado helada, esta vez podía haberse estado bañando en las aguas de la Antártida que no hubiera sentido ni un solo escalofrío, el sudor se apoderaba de todo su ser y de vez en cuando le daban pequeños temblores que lograba controlar para no hacerse un ovillo y esconderse debajo de su chaqueta.

Desde luego que lo pasó mal, porque la siguiente escena que vino hizo que la pelirroja no pudiera controlar su estado de histeria y...

¡Aaaayyy! – Sora gritó, la gente comenzó a murmurar y algunos reían, su cara estaba roja por completo, y cuando se quiso dar cuenta se había aferrado como una lapa a uno de los brazos que estaban al lado suyo, levantó la vista y vio cómo Saori la miraba con unos ojos que denotaban confusión y odio.

¿Qué haces? – preguntó molesta la atractiva muchacha - ¡apártate!.

Genial, llevaba una tarde magnífica, las duras palabras que la chica le había dirigido habían provocado la vergüenza que había pasado anteriormente se prolongara durante un buen rato más largo. Cómo odiaba a aquella chica, cómo odiaba la mirada que le dirigía Yamato ¡cómo odiaba ser el centro de atención!.

Afortunadamente apenas quedaban unos minutos de película y enseguida se encendieron las luces a la vez que pasaban los créditos por la pantalla gigante. Los cuatro jóvenes se levantaron y se dirigieron a la entrada del cine. Sora se disculpó un momento para ir al baño, necesitaba despejarse un poco. Los otros tres jóvenes se quedaron estáticos, sin saber qué hacer.

Disculpadme chicos, creo que yo también iré al baño – Kuwahara salió decididamente del lugar.

Los dos muchachos se quedaron en silencio y finalmente Suu rompió el hielo.

Cómo son las mujeres, siempre necesitan ir juntas al baño.

Yamato no dijo nada.

Bueno, creo que llevaré a Sora a tomar algo... – continuó el joven de ojos grises- igual un helado, tú que eres su amigo, ¿sabes cuál es su sabor favorito?.

Y a mí qué me cuentas, pregúntaselo a ella.

Es que sino ya no es una sorpresa, me gusta sorprender a mi chica... – respondió Tanaka sarcásticamente.

Tanaka... nos conocemos, ¿no sabías que si juegas con fuego acabas quemándote?.

Pensaba que eras de hielo... o por lo menos Sora me ha dicho eso...

Te la estás jugando, imbécil – dijo Yamato.

Vaya, no te pongas así, que si te ve Sora se enfadará contigo, ¡ah! – exclamó Suu fingiendo sorpresa – es verdad... si Sora pasa de ti, parece que le has hecho cabrear... no sé por qué, pero tienes el don para fastidiar a tus amigos, a pesar de ser un témpano de hielo consigues hacer que las personas ardan de ira...

Yamato interrumpió el discurso de Tanaka asestándole un fuerte puñetazo en la mandíbula, el joven cayó al suelo sorprendido, pero ni corto ni perezoso se levantó correspondiéndole de la misma manera, un corro de personas les rodeó sorprendidas...

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Sora se estaba lavando la cara, el frescor del agua hacía que la temperatura de su rostro fuera bajando, y el nudo que tenía en el estómago comenzaba a deshacerse. Oyó la puerta abrirse, un ruido de tacones resonaba en las paredes del lugar, y vio a Kuwahara que se quedaba al lado suyo, mirándose coquetamente al espejo mientras se retocaba el maquillaje. Takenouchi cogió la toalla que había y se secó la cara, cuando se descubrió el rostro vio que la otra muchacha la miraba despectivamente.

¿Qué pasa? – preguntó Sora extrañada.

No sé cómo Yamato tiene amigas como tú... – dijo Kuwahara – ni siquiera eres mona, las pintas con las que vas son horripilantes, aunque si te arreglaras tampoco serviría de mucho...

Oye tía de qué vas... ¿a cuento de qué vienes aquí a decirme todo esto? – preguntó Sora roja de ira.

Mira... te seré sincera, nunca llegarás a gustarle a Yamato – Sora se quedó con la boca abierta – porque nunca destacarás entre el resto de las chicas, Yamato necesita a una chica impulsiva y realmente guapa, que vaya a su ritmo, y tú no sirves para eso, eres una sosa...

Te estás pasando bonita... – susurró Sora con la cabeza agachada.

Kuwahara sonrió, nunca le había gustado Sora, tan modosita y tranquila, siempre al lado de Yamato... y el hacerla llorar desconsoladamente sería un gran triunfo para ella, sin duda se marcharía del lugar escondiendo las lágrimas y definitivamente abandonaría la idea de seguir relacionándose con Yamato, así se aseguraría de no tener ninguna competidora.

Y Sora cumplió con sus expectativas, se marchó silenciosa del lugar ocultando su rostro, Kuwahara dejó escapar una risita, pero antes de salir por la puerta Sora se dio media vuelta.

Mira guapa, si crees que con tus necias palabras vas a hacer que salga huyendo de ti lo tienes claro, he conocido a mucha gente como tú, y desde luego estoy convencida de que no vales nada, eres una muñequita que de lo único que sabe vivir es de la ropa bonita, el maquillaje y los chicos guapos, si te dejas vender por esas vanalidades allá tú, pero a mí no me cuentes lo maravillosa que eres, porque con ello lo único que me demuestras es una inseguridad absoluta, ¿acaso temes que te quite a Yamato, tranquila, no tengo ese interés, Yamato se habrá fijado en tu físico, pero pronto se cansará de ti y te dejará por otra, porque verá que aunque seas muy bonita por fuera, por dentro eres un monstruo.

Kuwahara temblaba de lo furiosa que estaba, se acercó a Sora y se dispuso a darle una bofetada, que consiguió frenar la pelirroja a tiempo.

¿Qué pasa niña mona? ¿acaso no te da el intelecto para inventar algo con cierto grado de cordura? ¿o es que sabes de sobra que he dado en el clavo?.

¡Eres una estúpida hipócrita, vas de niña buena, pero en realidad eres como una arpía! – respondió Saori a grito limpio.

No te confundas, yo por las buenas soy la mejor persona que te puedas encontrar, pero si me vienen tías como tú a decirme estupideces no me quedo en mi casa llorando como una boba, sé defenderme.

En realidad estás muerta de celos, porque sabes que nunca llegarás a ser tan guapa como yo.

¿Guapa, tal vez tenga más atractivo que tú, y te lo demostraré, el último día de clase competiremos, nos arreglaremos y vestiremos de la forma más sexy posible, y te aseguro una cosa, una chica inteligente y divertida tiene mucho más éxito con los hombres que una simple cara bonita.

¡Ya verás Takenouchi, te vas a comer tus propias palabras, está bien, acepto! Quien pierda se alejará de Yamato para siempre, tú te lo has buscado.

Kuwahara salió del baño dando un portazo, Sora se recargó contra la pared y dejó escapar una lágrima, su rostro se contrajo y comenzó a llorar.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Al salir del baño, Sora se quedó de piedra, un enorme corro de personas se agrupaba alrededor de lo que a su parecer era una pelea, entonces vio de soslayo a Saori, que sujetaba a Yamato con todas sus fuerzas, su mente trabajó rápido y corrió rápidamente.

Yamato y Suu estaban en un estado deplorable, varias de las personas que allí se encontraban les sujetaban a duras penas, la camisa de Yamato estaba desgarrada y dejaba ver su fornido cuerpo, sus músculos estaban tensos y miraba a Suu con una cara llena de odio, al otro lado Suu lucía parecido a Yamato, el sudor se apoderaba de todo su cuerpo y también estaba muy tenso, intentando soltarse de quienes le sujetaban para seguir con la pelea. Ambos estaban llenos de heridas y moratones, observó que Yamato sangraba de la boca, mientras que Suu la tenía hinchada y un pequeño surco de sangre circulaba a lo largo de la mejilla desde su ceja izquierda.

¡Suu! – Sora se acercó a toda velocidad - ¡dios mío, mírate! ¿¡cómo has llegado a esto?.

Suu no respondió, simplemente seguía con la mirada fija en Yamato. El rubio Ishida se relajó y zafó bruscamente de quienes le sujetaban.

Vámonos Saori, te acompaño a casa – Saori obedeció y marchó con él, no sin antes dirigirle una mirada de advertencia a Sora.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Sora y Suu se habían sentado en un banco del parque, ésta le limpiaba la herida de la ceja mientras que el joven sujetaba una pequeña bolsa con hielos en el labio.

Madre mía, ¿qué le vas a decir a tu madre?.

No lo sé, ahora no puedo pensar, ese maldito cerdo...

Ya vale Suu, no me gusta verte así, deberíais de controlar vuestro genio, tanto tú como Yamato, un poco más y ya os veo en el hospital...

Suu soltó la bolsa, dejándola caer al suelo, Sora miró desconcertada y rápidamente se vio envuelta en los brazos del joven de cabellos negros, cuyos grisáceos ojos parecía que profundizaran en todo su ser.

Sora... yo te quiero, me gustas demasiado, quiero que salgamos juntos... como pareja.

Takenouchi se quedó de piedra, no podía asimilar las palabras del joven, instintivamente se apartó del abrazo.

No sé qué decirte Suu... no tengo nada en claro.

Lo sé, por eso te doy un plazo, el último día de clases, al finalizar, quiero que me des una respuesta, piénsalo bien, porque si aceptas te haré la chica más feliz del mundo.

Sora asintió con una sonrisa, caminaron juntos hasta el edificio donde vivía Sora, no dijeron ni una palabra, la pelirroja subió los escalones para entrar.

Bueno, hasta mañana Suu...

Hasta mañana...

Y así finalizó el día para Sora, lleno de emociones, emociones que Sora no podía controlar, sólo tenía ganas de llorar, entró en casa y saludó a su madre como si nada hubiera pasado, en cuanto entró a su habitación comenzó a llorar silenciosamente.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Mientras tanto Yamato acompañó a Kuwahara hasta su edificio, la joven le miró con dulzura.

Yo sé cómo curarte la herida del labio... – le susurró sensualmente.

Y comenzó a besarle apasionadamente, Ishida le correspondió, intentando disfrutar del momento, pero su mente se vio invadida por la imagen de Sora mirándole confusa mientras él se marchaba con Kuwahara, rápidamente se apartó de aquel beso.

Yama... ¿qué te pasa?.

No estoy de humor, mañana nos vemos.

Ishida se alejó pensativo, la confusión había invadido todos sus pensamientos, enfadado le dio una patada a una lata de coca-cola tirada en el suelo, y a paso presto se fue a su casa.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

¡Bieeeeeeeeen! ¡aleluyaaaaaaaa!.

Sora miraba sonriente a Taichi que saltaba loco de alegría, la clase estaba bastante revuelta, pues ya habían terminado los exámenes y por fin podrían tener ese merecido descanso, las vacaciones comenzaban. Pero Sora estaba lo suficientemente deprimida como para no inmutarse, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo cuando vio que Yamato se acercaba a Taichi para hablar. Decididamente fue a buscar a Mimi.

Tachikawa estaba en su aula hablando con dos compañeras sobre una revista de moda, cuando vio a Sora saltó de su asiento y corrió a abrazarla sin contener la euforia por haber terminado los exámenes y el curso, definitivamente era la pareja ideal del ingenuo Yagami.

¡Qué bien Sora, tenemos que pensar dónde vamos a ir! Yo quería ver Izumo, me han dicho que el paraje es precioso y que hace muy buen tiempo en verano, además creo que hay un par de centros comerciales que tienen de todo, imagínate, podríamos estrenar bikini allí mismo.

Eh... Mimi... ya hablaremos de eso en otro momento...

¿Ha pasado algo?

La verdad... es que tengo que pedirte un favor...

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

El último día de clase había llegado, el tan esperado día para Sora, tendría que responder a Suu y darle una lección a la prepotente de Kuwahara. La verdad es que solo habían pasado dos días desde el incidente del cine, el jueves habían tenido el examen y el viernes les entregaban las notas y dejaban el instituto de secundaria. No tenían que llevar el uniforme reglamentario, por lo que Sora no tendría problemas para iniciar la competición, en aquel momento la pelirroja se encontraba en la casa de Mimi, y estaba realmente aturdida...

¡OPERACIÓN CENICIENTAAAAAAAA! ¡VAMOS A DEJAR A SORA COMO UNA AUTÉNTICA PRINCESAAA! – gritaron Mimi y Yolei al unísono.

Sora miraba a sus dos amigas aterrada.

Mimi... no hace falta que montes todo este circo... además... ¿por qué están aquí también Yolei y Kari?

Pensé que si estábamos las cuatro nos sería más fácil aconsejarte y decidir lo que ponerte.

Ya... – suspiró la pelirroja.

Ánimo Sora, Mimi nos ha contado lo que pasó con Kuwahara, tienes todo mi apoyo- mencionó Kari.

Ah... gracias Kari... pareces la más madura de todas, aunque seas la más pequeña.

Kari sonrió, la verdad es que le daba jaqueca los constantes gritos de ánimo de Mimi y Yolei.

Bueno Sora, hemos elegido bastantes vestido que te sentarían de maravilla... – comentó Mimi - ¿qué te parece éste, no es muy corto pero marcaría tus curvas, seguro que te sienta genial...

¡O éste, es más llamativo, pero entra dentro del vestuario que te pondrías! – argumentó Yolei.

Sora negó con la cabeza.

No, no... yo venía buscando algo en especial... algo... como esto...

Mimi y Yolei casi se desmayan ahí mismo.

Sora... ¿estás segura de que no tienes fiebre, jamás en la vida te gustó llevar este tipo de ropa... te parecía demasiado... sexy... – a Mimi se le encendió la bombilla.

Claro Sora... vas a estar despampanante.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

El instituto Odaiba rebosaba de alumnos alegres y contentos que se dispersaban a lo largo de todas las instalaciones. Taichi, Sora y Yamato habían recogido sus notas, y se habían reunido con el resto de los digielegidos, para celebrar la despedida de Yagami, Takenouchi e Ishida del instituto de secundaria, a partir de ahora pasaban al instituto mayor, en el que estarían otros dos años antes de llegar a la universidad, habían estado un buen rto charlando y contando varias anécdotas, mientras que algunos de los chicos, principalmente Tai y Davis, disfrutaban de un mini-partido de fútbol. Entonces Sora se levantó y susurrándole algo al oído a Mimi, se excusó un momento.

Se fue al patio trasero, donde apenas había gente, al lado de uno de los cerezos en flor se encontraba Suu, bastante impaciente, Sora se acercó a él y le saludó amistosamente.

Sora... – contestó él completamente ruborizado- no veía el momento en el que llegaras.

Sora sonrió, y los dos se dirigieron al verde pasto, se sentaron uno al lado del otro y mirando hacia el horizonte Suu rompió el incómodo silencio.

¿Y bien? ¿tienes ya una respuesta?.

Sora asintió cerrando los ojos.

Bueno, lo he estado pensando mucho, Suu, y creo... que tu y yo nos llevamos de maravilla – dijo sonriendo- tenemos en común muchas cosas, nos lo pasamos muy bien juntos, disfrutamos los momentos...

Sora tomó aire un tanto sonrojada y le miró directamente a los ojos.

Y he descubierto una cosa... que no debo confundir la amistad con el amor... Suu, yo te quiero mucho, pero nunca podré verte como más que un amigo...

¡Pero...!

No Suu, aunque ahora comenzara a salir contigo, sería cuestión de tiempo que lo dejáramos... y ello acabaría también con nuestra amistad... y yo no quiero eso. Cuando estoy contigo siento lo mismo que con Tai, me siento como si estuviera con alguien de mi familia... y eso no lo puedo cambiar, lo siento Suu, pero no puedo corresponderte, sería traicionarme a mí y traicionarte a ti...

Suu, cogió a Sora de los brazos violentamente y la estampó contra el césped.

¡No me importa que no me quieras, aunque realmente no llegues a sentir eso por mí, sólo con que estés a mi lado me basta! ¡te daré todo lo que me pidas, con el tiempo acabarás enamorándote de mí!.

Suu... – dijo Sora asustada- no.. no pued...

¡No lo digas! ¡todo por lo que he trabajado! ¡todo lo que he luchado! ¡qué dirán ahora Ishida y Kuwahara!

Sora se quedó estupefacta.

¿Qué has dicho? ¿qué tienen que ver Yamato y Saori?.

Suu se calló.

¡¡Suu! ¡me estás ocultando algo, exijo saberlo!

Sora, yo... no te oculto nada...

Takenouchi se levantó.

Si me vas a mentir, entonces será mejor que no te vuelva a dirigir la palabra- Sora se encaminó hacia sus compañeros, pero entonces Suu la detuvo cogiéndola de la mano.

Siéntate, de todos modos de alguna manera acabaría diciéndotelo.

Sora volvió a su sitio, Suu vaciló durante unos cuantos segundos y comenzó a hablar.

En realidad... yo nunca me había fijado en ti... fue hace un mes... Kuwahara y yo somos primos, ella vino por la tarde a mi casa y me pidió un favor. Me enseñó una foto tuya y me dijo que eras una chica que le había estado haciendo la vida imposible- Sora se quedó sin habla – me decía que siempre le insultabas y te reías de ella a sus espaldas, poniendo a todos en contra suyo, también me contó que eras íntima amiga de Yamato Ishida...

Al escuchar su nombre, me puse histérico, la verdad es que nunca le soporté... ella insistió en que buscara la manera de entablar amistad contigo, ella hacía poco que conocía a Yamato y quería acercarse más a él, pero no le gustaba nada que tú estuvieras de por medio, y me dijo que intentara hacerme amigo tuyo para... conseguir que fueras mi novia

Sora se llevó la mano al pecho y agachó la cabeza, no sabía que Kuwahara la odiara tanto.

Su plan consistía en que yo te conquistara, te pusiera en contra de Yamato, y consiguiera que fueras mi novia para dejarte al poco tiempo. Yo acepté de buena gana, de primeras porque no soportaba que alguien se metiera con Saori, habíamos estado toda la vida juntos y nos llevábamos muy bien, y no quería que mi prima sufriera. Y luego... estaba Ishida, me fijé en él al entrar en el instituto, parecía el "boom" de los estudiantes, siempre rodeado de chicas, tan famoso, con tantos amigos... él sin hacer nada destacaba sobre el resto y yo que esforzaba tanto por ser uno de los mejores, seguía siendo del montón, siempre me pareció injusto. Un día, jugamos un partido de baloncesto entre nuestras clases, él estaba en el equipo contrario... y... nos ganaron de gran diferencia. Yo... que entrenaba todos los días... había perdido contra aquel chico que no jugaba más que de vez en cuando, entonces me dio mucha rabia... y comencé a meterme con él, Ishida ni siquiera se inmutaba cosa que me ponía más furioso, y de repente me vi rivalizando con él... mientras tanto Saori aprovechaba para salir más a menudo con él, cosa que no me hacía gracia, entonces nos conocimos... y pensé que tú también debías de ser odiosa, simplemente por el hecho de ser amiga de Yamato... pero a medida que te fui conociendo mejor, vi que eras una chica estupenda, no podía creer que fueras tan mala como mi prima me había explicado, y hace dos semanas y media le dije a Saori que no quería hacerte daño y que no seguiría con esta farsa. Ella explotó y me dijo la verdad sobre ti, que en realidad nunca te habías metido con ella, y yo... sin darme cuenta, me enamoré de ti...

A Sora casi se le saltan las lágrimas, jamás imaginó que Suu hubiera estado tras una conspiración contra ella, y el pensarlo hacía que cada vez se pusiera más triste, ni siquiera tenía ganas de competir contra Saori.

Sora... yo creía que le estabas haciendo daño a Saori, pero cuando conocí la verdad... en ningún momento deseé hacerte daño, te quiero, y es la pura verdad, perdóname, pero me daba miedo decírtelo, pensé que no querrías volver a saber nada de mí...

Sora alzó el rostro y miró a Suu con una radiante sonrisa.

Suu, no te preocupes, te has sincerado conmigo y te lo agradezco, estás perdonado, fuiste engañado por Saori... eso no fue culpa tuya...

Suu vio cómo Sora se levantaba.

Bueno, me tengo que ir, me esperan mis amigos...

Sora...

Dime.

¿Crees que podremos seguir siendo amigos?.

Por supuesto – dijo Sora alegremente, Suu sonrió y se despidieron.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Takenouchi se acercó a su grupo de amigos que reposaban bajo la sombra de un árbol, el ambiente seguía igual de animado que cuando habían llegado al instituto, sin duda ese día lo recordaría siempre. Se sentó al lado de Mimi.

Mimi, ya llegó la hora, he quedado con Kuwahara a las 12 en la entrada del instituto, tengo que ir preparándome – Tachikawa asintió y rápidamente les hizo señas a Yolei y Kari, las chicas se marcharon fugazmente sin dar ninguna explicación, dejando a los jóvenes atónitos.

Entraron las cuatro al baño de chicas y pusieron un tope para que la puerta no se pudiera abrir, rápidamente sacaron todos los bártulos de maquillaje y la ropa y comenzaron con la labor.

¡Colorete!- decía Mimi.

¡Sí! – decían Yolei y Kari mientras se lo pasaban.

¡Sombra de ojos!

¡Sí!

¡Pintalabios!

¡Sí!

¡Peine!

¡Sí!

¡Cepillo!

¡Sí!

¡Gomina!

¡Sí!

Sora pensó que estaba en un quirófano, y le entró un escalofrío. Pasada una hora Sora se miraba al espejo un tanto avergonzada, jamás se había vestido de esa forma, su maquillaje era perfecto, y el cabello le brillaba intensamente, Sora miró decidida hacia la puerta.

Recuerda los consejos que te hemos dado, Sora – dijo Mimi.

Tranquila, no los necesito – Mimi refunfuñó – Kuwahara se va a caer de espaldas, me las tiene que pagar...

Yamato se vio arrastrado por sus amigos, Taichi y Davis estaban demasiado intrigados, porque habían visto a una muchedumbre que se agolpaba a la entrada del instituto, y decidieron ir todos para ver qué pasaba. Yamato se sorprendió mucho al ver a Kuwahara vestida de la forma más ostentosa y despampanante que jamás había visto, los chicos se agolpaban babeando tras ella, mientras que la joven se erguía orgullosa y de brazos cruzados. Llevaba una minifalda plisada de cuadros, con unas medias de redecilla y unos zapatos de tacón, por encima lucía un top ajustado de color rosa pastel su cabello era liso y brillante... más que de costumbre, Yamato se preguntó por qué iba vestida así en el día de graduación.

¡Sora Takenouchi! ¡sal inmediatamente, no te acobardes ahora!.

¿Sora? – murmuró Tai aún más intrigado.

Yamato también se sorprendió, no sabía lo que Kuwahara se traía entre manos, pero desde luego no sería nada bueno.

Tranquila- dijo la aludida saliendo del instituto – no me das ningún miedo, eso ya te lo dije.

Si Yamato se sorprendió al ver a Kuwahara, no daba crédito a sus ojos cuando vio aparecer a Sora, no era la misma pelirroja de siempre, estaba... simplemente guapísima, nunca había visto a una chica tan sumamente atractiva como Sora, y le molestaba haberse dado cuenta tan tarde.

Takenouchi llevaba un top de seda blanco sin tirantes y que le llegaba por encima del ombligo, una minifalda de color negro extremadamente ajustada y corta se ajustaba perfectamente a las caderas de la muchacha bailando al son de su seductor paso, y unas botas que le llegaban más debajo de las rodillas complementaban su atuendo. Su pelo iba recogido en dos coletas, las características puntas hacia fuera se movían al compás de la brisa y dejaban entrever un cuello realmente apetitoso. Ora se paró justo enfrente de Kuwahara poniendo una mano sobre su cadera, Saori se quedó estupefacta al verla, y tembló de los nervios.

Bueno, comencemos – dijo Sora – a quien más de la mitad de los chicos observaban con avidez.

Una música de discoteca comenzó a sonar, unos grandes amplificadores, que consiguió Kari del aula de música, se situaban a los lados de la entrada, y las dos jóvenes haciendo un saludo de inicio comenzaron a bailar sensualmente. Cada chico que se encontraba allí se derretía con cada movimiento que cada una de ellas hacía. Tai se fijó en que Yamato tenía la vista clavada en Sora.

Mira Yamato, Sora hoy está realmente guapísima, ¿no te parece?.

Mmmm... – respondió Ishida hipnotizado por la pelirroja.

Baila muy bien, eh...- continuó Tai.

Mmmm...

La ropa le sienta de maravilla.

Mmmm...

Y qué sonrisa más bonita que tiene.

Mmmm...

Yo diría que hasta te gusta, eh.

Mmmm...

Definitivamente Sora y tú haríais la pareja perfecta, aunque eso ya lo sabías tu, aunque no lo reconozcas.

Mmmm...

¡Jejeje! ¡Te he pillado Yamato Ishida!

Matt se sobresaltó ante el comentario de Tai.

¿De qué hablas?

Venga, no te hagas el sueco, pues de que estás colado por Sora.

No te inventes historias Yagami... –dijo Yamato ruborizado y dando el tema por zanjado.

Cuando la música hubo parado, los chicos se acercaron rápidamente a las dos competidoras, había un corrillo alrededor de cada una de ellas, y las llenaban de elogios y felicitaciones por tan buen espectáculo. Se quedaron conversando con ellas, cosa que a Yamato no le gustó, porque no le hacía gracia ver a Sora rodeada de tanto chicos. Poco a poco los jóvenes se fueron sumando al corrillo de Sora, habiendo una gran diferencia entre ella y Kuwahara, los pocos chicos con los que conversaba Saori, se fuero yendo poco a poco, cansados de temas tan superficiales, la joven vio que Sora seguía conversando alegremente con buena parte de ellos, hecha polvo se alejó del lugar jurando y perjurando. Sora... había ganado.

Cuando se hubo despedido de todos los jóvenes, Sora se acercó a sus amigo.

¿Qué ha pasado?- preguntó Izzy.

Sí, Sora, ¿por qué competías con la chica de Matt? – comentó Joe.

Es una larga historia, chicos – atajó Mimi.

Sora se alejó un poco.

Escuchad, voy al baño a cambiarme.

¡Pero Sora, hay que celebrar tu victoria! – alegó Tachikawa sorprendida.

Mimi... déjame cambiarme, no aguanto más esta ropa...

Sora se fue a los baños del instituto, entro al servicio y se sentó, lágrimas volvieron a rodar sobre sus mejillas. Había ganado la competición, pero de qué le había servido... si había descubierto que Suu había comenzado a relacionarse con ella a causa de una conspiración, Kuwahara quería a Yamato ante todo... al fin y al cabo... ella siempre quedaba en un segundo plano.

Tal vez Saori tuviera razón, no soy más que una sosa, tal vez no merezca ser querida... – susurró mientras enormes lágrimas seguían saliendo de sus ojos.

De repente llamaron a la puerta, Sora salió ipso facto del lavabo, pensando que sería algún profesor pero se quedó de piedra al escuchar la voz de Ishida.

¿Sora? ¿Estás ahí, creo que tenemos que hablar...

E... espera un poco, enseguida salgo.

¿Qué te pasa? Te noto la voz débil...

Nada nada...

Sora oyó un estruendo, Yamato forzó la puerta y logró abrirla, descubriendo a Sora con los ojos hinchados de tanto llorar, no supo qué decir.

Te dije que saldría enseguida... – murmuró ella.

Lo siento, me preocupé...

Silencio de nuevo.

Mimi me ha contado el por qué de la competición, lo siento Sora, no pensé que Saori te dijera aquello en el cine...

No te preocupes, no es tu culpa, yo también lo siento, por no hacerte caso en cuanto a Suu...

Parece que los dos nos hemos equivocado... – suspiró Yamato.

No, soy yo la única que se equivoca, Suu... se acercó a mí sólo para fastidiarte... Kuwahara ha hecho todo esto sólo por ti... soy una tonta... creo que no deberíamos vernos muy a menudo Yama... eso sólo te haría daño.

¿Estás tonta, jamás dejaría de ser tu amigo por esas bobadas... siento todo lo que te he dicho cuando estuve enfadado... no sé por qué lo dije, pero me daba rabia que nos separáramos así tan de repente...

Yama... gracias... por no dejarme y querer seguir siendo mi amigo... yo...

Yamato abrazó a Sora instintivamente, esta se refugió en sus brazos hasta que las lágrimas cesaron. Entonces Ishida separó a Sora de sí.

Sora... yo... ¿te gusto?

La pelirroja suspiró resignada.

¿Tan obvio es?

Lo siento... no quise darme cuenta de tus sentimientos y te hice daño... dijo acercándose más a ella.

Sora no dijo nada, se dejó llevar por el momento, y agarrándose del cuello de Matt, dejó que éste la besara mientras la abrazaba más contra sí.

Yo... creo que estoy enamorado de ti... – dijo Yamato.

La pelirroja sonrió tristemente.

¿Crees, entonces no estás seguro... – Yamato replicó, pero Sora le puso el dedo índice en los labios.

Entonces Yamato, será mejor que de momento no salgamos juntos... yo no soy una chica que se conforma con darse besitos y mimos con alguien, necesito más... necesito que me quieran de verdad... y el amor Yamato... tú todavía no sabes lo que es... sino estás seguro es que no me amas de verdad... yo... sin embargo lo daría todo por ti, te quiero muchísimo... pero sino puedo recibir de ti tanto como yo te doy... nunca funcionaremos como pareja...

Sora apartó el dedo de los labios de Yamato y rápidamente se esfumó del lugar, el joven Ishida lo único que hizo fue darle un puñetazo a la pared.

Mierda...

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Había pasado una semana desde que las clases acabaran, lo jóvenes elegidos disfrutaban del tiempo de verano saliendo a pasear, yendo al parque de atracciones... haciendo muchas cosas.

Sora trataba de estar alegre con todos, pero cada vez que veía a Yamato se le caía el alma, le trataba como a otro más, incluso su relación parecía la misma de antes, pero el saber que sus sentimiento por el rubio Ishida se habían intensificado tanto, y descubrir cómo él no le quitaba el ojo de encima en ningún momento... sólo hacía que se sintiera peor.

Era miércoles y Sora había quedado con sus amigos como de costumbre, tras desayunar rápidamente, salió disparada de casa.

¡Adiós mamá, volveré a la hora de comer!

¡Sora hija espera! ¡Tengo algo que decirt...!

La puerta ya se había cerrado, y Nadeshiko Takenouchi se quedó con las palabras en la boca.

Habían quedado todos los elegidos, la mañana de aquel día era bastante tranquila, por lo que decidieron dar una vuelta por el barrio, ya que la temperatura era muy agradable, anduvieron por el parque, en la plaza, en el quiosco... y acabaron paseando por la casa enfrente del edificio de Sora, Tai y Kari. Vieron en la acera un taxi aparcado, parecía ser que alguien llegaba a Tokio de vacaciones. El chófer salió del automóvil con cara de cansancio, depositó las maletas en la acera y le abrió la puerta al inquilino.

Pequeña, la próxima vez ten más cuidado a la hora de hacer las maletas, porque casi se da el lumbago al recoger toda la ropa desperdigada, ¿no te enseñaron a cerrarlas en condiciones?.

¡Jeje, perdone señor, no me volverá a ocurrir.

El taxi se marchó y una joven de cabello corto y rojizo se quedó mirando el portal, las puntas del pelo eran tan desordenadas como las de Sora, sus ojos eran del mismo tono rojizo que los de Sora, su tez era del mismo color que la de Sora, esa pequeña, de unos trece años, se parecía demasiado a Takenouchi.

Sora paró en seco, ¿acaso nunca dejaría de recibir sorpresas?.

¿¡May?

La muchacha se giró en la dirección de la que provenía la voz, abrió los ojos como platos y comenzó a correr como una loca, dándole un enorme abrazo a Sora.

¡¡¡Hermana! ¡¡¡qué ganas tenía de verte!

¿¡Sora tiene una hermana?- exclamó el resto.

CONTINUARÁ

Notas:

Hola a todos, bueno, ya era hora de que actualizara este fic, ¿no? La verdad es que no tenía muchas ganas, pero una vez comencé a escribir, me comenzaron a venir un montón de ideas y así he logrado hacer otro capítulo, espero que os guste. Por fin Yama y Sora han hecho las paces, ya les ha costado... y bueno, ya sé que os parecerá que Sora ha estado muy llorona, pero es que yo en su misma situación también lloraría, tanta presión... además hay que tener en cuenta que también tenía exámenes... Bueno, no sé si os parecerá que Sora ha sido tonta por rechazar a Yamato, pero creo que sería lo que hubiera hecho si Yama no hubiera estado seguro de sus sentimientos hacia ella. Bueno, Sora ya ha trabajado mucho por conseguir acercarse Yama-kun, ahora le toca a él ir al ataque, ¿inconvenientes? una niña endemoniada llamada May... jejeje! Sora con hermanita pequeña, raro ¿no?

Bueno, espero de todo corazón que disfrutéis del capítulo, la verdad es que me ha costado bastante escribirlo, porque aunque tenía las ideas, no sabía cómo desarrollarlas, perdonadme si está un tanto aburrido el capítulo.

Bueno, no me queda más que agradecer a: sorita-DG1, Izumi, Hillary, Alexeigirl, Atori-chan, Angel Nemesis, SkuAg y Abbys por todo el apoyo que me han dado, de verdad que se agradece leer reviews tan constructivas como las vuestras, bueno, espero veros pronto por aquí, muchos saludos a todos.

sakurahop