Quidditch
Por: MissIntelligence
Capitulo 2: Vuelo.
Nota de autor: Gracias por las reviews! Yo calculo que quedan entre uno o dos capítulos más, pues hay algo que para mi quedó inconcluso en este y en el próximo quiero encargarme de eso. Perdonen por la demora pero me quebré un dedo jugando basketball y es bastante difícil escribir con férula. Ojalá que les guste este capitulo ).
Vicu-malfoy: para uso de esta historia, Hermione si lo es ).
"¡Ron!" Gritó Hermione en la oscuridad del dormitorio. Él le indicó que guardara silencio, mirando hacia las otras camas y escuchando atentamente intentado captar algún movimiento, "¿Qué haces aquí?" murmuró Hermione.
"Vine a buscarte." Susurró tomándola de un brazo y tirando de él, "Vamos."
Hermione estaba escandalizada. "¿A dónde? Estoy segura que sea lo que sea puede esperar hasta mañana, Ron."
"Confía en mí." Dijo él cubriéndose con, lo que Hermione notó, era la capa de invisibilidad de Harry.
"Ron, no es una cosa de confianza, es una cosa de ser cuerdo." Respondió Hermione, asegurando sus sábanas a su alrededor. Ron dio un suspiro desesperado.
"¿Por favor?" sonrió persuasivamente, "Te prometo que estás de vuelta en tu cama en media hora."
Hermione lo observó con ojos pensativos. No tenía idea que se traía entre manos, pero tampoco podía dejar de admitir que curiosidad por saber no le faltaba. Quizás por esta vez, y solo por esta, debía dejarse llevar por aquel espíritu indagador que la caracterizaba. Además, Ron parecía haber olvidado que estaban enojados, sería una buena oportunidad para hacer las paces definitivamente.
"Está bien." Dijo al fin aceptando y poniéndose un sweater para eludir el frío, además se sus zapatos.
Una vez que estuvo lista, Ron la tomó del brazo y la cubrió con la capa. Juntos y caminando despacio salieron por la puerta que daba hacia las escaleras y a la sala común. No había nadie más que ellos. Ron empujó el retrato de la entrada y ayudó a Hermione a salir para luego seguirla.
"¿Dónde vamos?" preguntó Hermione en un susurro tratando de mantener el paso de Ron.
"Ya verás." Respondió Ron, mirando precavidamente al doblar en una esquina.
Luego de unos minutos de caminar en silencio por unos minutos llegaron a las puertas de roble que daban hacia los terrenos exteriores de Hogwarts. Hermione intentó decir algo, pero Ron no se lo permitió, empujando las puertas con fuerza –pues eran muy pesadas- lo suficiente para que pasaran los dos.
Una vez afuera Ron dijo, "Estoy dispuesto a enseñarte un par de cosas sobre la vida, Hermione."
Ella reprimió una risa sarcástica, "¿Tú¿Enseñarme?"
Ron sonrió y asintió fervientemente caminando con decisión. "Cosas que no puedes aprender de un libro."
Hermione escuchaba escandalizada, "¡No existe tal cosa!"
Ron la tranquilizó tomándole la mano un segundo, Hermione se puso más nerviosa todavía. "Espera aquí un segundo." Dijo Ron cuando había llegado a una esquina del castillo y se escabulló fuera de la protección de la capa, dejando a Hermione sola en el medio de la noche. Desde su posición podía ver que Ron buscaba algo entremedio de uno de los muchos arbustos que cubren las orillas del castillo. Finalmente, vio como sacaba una escoba algo desaliñada y sucia. Luego, corrió a esconderse bajo la capa, "Esto –" dijo señalando a la escoba, "no se puede aprender de los libros."
Hermione lo miró con paciencia, "Claro que se puede, es una escoba, Ron."
Ron le sonrió, "Lo que tú digas." Hermione sintió como se sonrojaba y rogó que la oscuridad le jugara a favor escondiendo el tinte rosa de sus mejillas. "Vamos." Dijo Ron, tomándola del brazo.
Hermione decidió que mantendría su boca cerrada –por el momento- pues estaba absorbida en curiosidad y Ron parecía demasiado convencido en que esto sería algo completamente nuevo para ella. Quería darle la oportunidad de sorprenderla.
Luego de caminar a paso rápido a través del húmedo césped, Hermione pudo divisar lo que parecía ser la cancha de Quidditch pero desde un ángulo completamente diferente. Estaban subiendo una colina que se levantaba por encima de las graderías del estadio. Al llegar a la punta, se dio cuenta de lo alto que estaban, se podía ver una buena parte del Bosque Prohibido y la cabina de Hagrid se veía muy pequeña. Hermione estaba respirando entrecortadamente a causa de la subida, lanzó la capa a un lado y se echó al suelo a descansar. A su lado, Ron dobló cuidadosamente la capa y la guardó en su bolsillo.
"Hermosa vista ¿No?" suspiró Ron, aún con la escoba en la mano y mirando hacia la cancha de Quidditch.
"Si, mucho." Respondió Hermione, aún intentando recuperar el aliento. No estaba acostumbrada a tanto ejercicio. "Pero todavía no entiendo que se supone que vamos a hacer aquí."
Él le sonrió –una vez más- pero no dijo nada, solo ajustó su capa al cuello y se puso unos guantes. Luego, se dedicó a mirar colina abajo, como si estuviese calculando algo.
Hermione pestañeó, "¿Qué haces?"
Sin dejar de mirar a los enormes terrenos que se extendían varios metros por debajo de la montaña, Ron dijo, "Estoy analizando la situación, nunca he hecho eso."
"¿Hacer que?" preguntó ella, entrando en un estado de desesperación y parándose del suelo, "¿Qué situación?"
Ron se dio vuelta a mirarla, "¿Qué es lo más loco que has hecho en tu vida, Hermione?"
"Déjame pensar," dijo Hermione sarcásticamente, poniendo un dedo en su mentón, "Qué tal, entrar en una tubería persiguiendo a un Basilisco, jugar un ajedrez gigante, ir al Ministerio de la Magia y meternos en problemas."
Ron cruzó sus brazos y puso los ojos en blanco, "Hermione, esas cosas las hiciste porque tenías que hacerlas, de no haber estado en riesgo no las hubieras hecho."
"¡Por supuesto que no las habría hecho¿Tu crees que a mi me gusta andar poniendo mi vida en riesgo por la adrenalina?" exclamó Hermione, lanzando sus manos en el aire.
"¡No es por la adrenalina, Hermione, es para sentirse… vivo!"
"¡Para que arriesgarse para sentirse vivo si te arriesgas a sentirte bien muerto?"
Ron cerró los ojos para intentar calmarse, se dio media vuelta y se alejó unos metros de Hermione, acercándose a la orilla de la montaña. Despreocupadamente y de una patada, lanzó la escoba colina abajo, Hermione no lo notó. "Hermione, tienes que ver esta vista."
Suspirando, Hermione caminó hacia Ron y se paró a su lado. A esa altura hasta el aire era diferente, era más delgado y puro. Las estrellas se destacaban en el cielo oscuro con una intensidad que ella nunca antes había visto, pues no había nubes que se interpusieran en su camino. El césped verde se veía negro a la luz de la luna y brillaba con tal fuerza, que parecía como si un gigante hubiese derramado tinta por todo los terrenos. A pesar de todo esto, Hermione no pudo evitar sentir un poco de vértigo. "Es increíble." Logró musitar, aún sitiándose insegura parada al borde del precipicio.
"Hace tiempo que no venía. ¿Te acuerdas cuando nos peleamos con Harry en cuarto año? Pues, solía venir muy a menudo en aquellos tiempos." Dijo Ron, con las manos en su cintura y admirando el paisaje.
"Cómo olvidarlo." Sonrió Hermione, recordando su cuarto año.
Ron la miró, pero ella no pudo descifrar el sentimiento que expresaban sus ojos. Era una mezcla de miedo, determinación y alegría. Le tomó una mano y Hermione sintió como su pulso se aceleraba al sentir su piel sobre la de ella, "¿Confías en mi?" preguntó él, sin quitarle los ojos de encima y apretando su mano aún más.
Por alguna razón, Hermione sintió como si la respuesta a esa pregunta fuera algo decisivo, pero no podía pensarlo pues no había nada que pensar, a Ron Weasley, Hermione le confiaría su vida. "Sí." Dijo asintiendo y sintiendo como se formaba un nudo en su garganta.
Ron le sonrió y dio un paso atrás fijando su mirada en los ojos de Hermione, quién lo miraba con confusión en su mirada. Ron tomó dos pasos atrás, tocando con el talón de sus pies la orilla de la montaña. Hermione abrió la boca para gritar, para advertirle que debía parar, que no se moviera, pero no salió ni una palabra de su boca. De repente, Hermione sintió el palpitar de su corazón en sus oídos, como tambores resonando al interior de su cabeza al ver los talones de Ron avanzando hacia el acantilado, él no dejaba de sonreírle mientras le tomaba la otra mano a Hermione. Ella cerró los ojos de impotencia y lo siguiente que supo, es que estaba cayendo. Sintió los brazos de Ron alrededor de su cintura y como su estómago se quería salir por su garganta. Estaban cayendo en picada, como una flecha en medio del silencio ensordecedor de la noche. Hermione quería gritar, quería aferrarse a Ron hasta más no poder, no quería abrir sus ojos nunca más.
"¡Hermione!" gritó Ron en medio de la caída, "¡Abre los ojos!"
Ella se obligó a hacerlo y cuando lo logró, gritó hasta que el aire se le acabó, pues estaban a metros del suelo. Se aferró a Ron, quién sonreía como si no quisiera estar en ningún otro lado. "¡Respira!" exclamó él, riéndose de la expresión de Hermione.
Ella inspiró todo el aire que pudo sin cerrar los ojos y miró a Ron, quién aún sonreía. Su mirada la tranquilizó.
Con él, Hermione estaba segura.
Cerró los ojos una vez más y se dejó llevar por el aire de la noche. Mientras caían no había tiempo, no había realidad, no había presente, pasado o futuro. Solo ella y Ron.
Habían pasado solo unos segundos desde que habían empezado a caer, pero para Hermione habían pasado horas.
De repente, la caída llegó a su fin, o al menos eso creía Hermione, pues ya no sentía el viento en su cara pero tampoco sentía dolor alguno. Abrió los ojos para encontrar a Ron mirándola fijamente. Ella se dio cuenta que estaban volando en la escoba que Ron había sacado de los arbustos antes de subir la montaña.
"Hola." Dijo él, fiando su atención en su rumbo de vuelo.
Hermione se dio cuenta que tenía la boca ligeramente abierta y la cerró. Tampoco respondió, se enderezó un poco para poder digerir lo que había sucedido. Ron la había hecho saltar desde la cima de una montaña, sin seguridad más que con una escoba encantada.
Y Hermione Granger lo había disfrutado.
Quería abrazar a Ron y al mismo tiempo pegarle, quería gritar pero reír, esconderse y no salir nunca más pero volver a subir la colina y repetir la experiencia, todo al mismo tiempo.
Estaban sobrevolando el campo de Quidditch y Ron comenzó a bajar lentamente, "Todavía estoy esperando tú escándalo." Dijo él, riendo secretamente.
Hermione se encogió de hombros, "Estoy en shock."
"Fred y George lo han hecho muchas veces, siempre me contaban de lo genial que se sentir la caída libre." Dijo Ron al mismo tiempo que aterrizaban frente a la puerta trasera del castillo que llevaba al estadio de Quidditch, "Pensé que era justo lo que necesitabas."
Hermione se bajó de la escoba –con algo de dificultad, pues sus rodillas no parecían funcionar bien- y sacudió sus túnicas, "En un momento sentí que me iba a morir pero después –cuando abrí los ojos- te vi a ti y que no estaba sola y…" Dándose cuenta de lo que había dicho, Hermione se sonrojó y bajó la vista.
Ron le tomó la mano como una forma de asegurarle que sabía a lo que se refería, "Deberíamos entrar."
Hermione asintió y se dejó guiar por Ron a través de la puerta, sin soltarle la mano. Una vez dentro del castillo, Ron sacó de su bolsillo la capa y se cubrieron una vez más con ella. Caminaron con cautela por los pasillos, escondiéndose una vez detrás de una estatua al ver a Filch pasar en frente de ellos, casi rozándolos, con la Señora Norris a su lado, en su ronda nocturna.
Al llegar al retrato de la señora gorda, Ron murmuró la contraseña y la pintura se abrió, dejándolos pasar. Una vez dentro, Hermione se quitó la capa y al fin pudo respirar tranquila.
"No me odias ¿Verdad?" preguntó Ron, por primera vez en la noche, con inseguridad.
Hermione negó con la cabeza, "No, Ron, no te odio." Dijo acercándose a él, "De hecho, podría decirse que fue una experiencia… diferente." Prosiguió, arrugando la nariz al decir la última palabra.
Ron le sonrió brillantemente, "Nunca quise asustarte, pero si te decía no te abrías lanzado conmigo ni muerta."
Hermione se rió, "Tienes razón."
Hermione lo miró y Ron la miró a ella. Por enésima vez en la noche, el pulso de Hermione se aceleró por motivos que estaban más allá de su comprensión. Antes de que su cerebro lo registrara, ella le tomó la mano a Ron, "Gracias."
"De nada." Respondió el, acercándose mas a ella. Hermione se puso en puntillas y lo besó en la mejilla impulsivamente. Ron se sonrojó hasta las orejas, pero la sonrisa nunca le falló.
Hermione le sonrió en retorno y le soltó la mano, "Mejor vamos a la cama." Ron se puso más rojo todavía al escuchar tales palabras y abrió mucho los ojos. Al darse cuenta lo que había dicho, Hermione se dio una palmada en la frente inconscientemente, "digo, por separado."
Ron asintió seriamente, como si el pensar en aquello lo hubiese preocupado, "Si, lo mismo digo."
Hermione dejó a Ron y subió las escaleras hacia su dormitorio. Al llegar, se hundió entre sus cojines y sábanas y ahí se durmió sonriendo de oreja a oreja.
