Capítulo 5: El contra plan de Zarbón.
Zarbón volvió a la habitación con una tremenda turbación.
- Bra. - La niña jugaba despreocupadamente con los tarros cosméticos de Zarbón.
- ¿Qué haces?. -
- Como no tengo muñecas imagino que estos tarros lo son. Mira, esta se llama Karen (sosteniendo un tarro verde), esta se llama Linda (sosteniendo un tarro azul). - Luego sonrió.
Zarbón permaneció serio. - Bra, deja mis cosméticos de inmediato. - Sin más dilación la abofeteó lanzándola hacia la otra punta de la habitación y seguidamente la sostuvo del cuello fuertemente contra la pared. - Híbrida estúpida. - Chibi Bra comenzó a llorar de pena, no esperando algo así de quien se suponía que debía cuidarla.
Para su sorpresa, Zarbón se acercó a ella y le susurró en el oido. - Golpeame a mi señal y sal corriendo por el pasillo, entra por la puerta pequeñita de la derecha. La que te dije ayer cuando me preguntaste, que daba a las maquinarias. Espérame allí, te explicaré por qué he tenido que pegarte. Lo siento. Golpeame con toda tu fuerza, vamos... -
La niña no reaccionaba. Zarbón la golpeó nuevamente contra el suelo. - Si no me golpeas voy a decirle a tu papá que eres una cobarde. - Susurró otra vez.
Chibi Bra le enterró el puño en toda la nariz y salió corriendo en la dirección que él le indicó. Zarbón caminó más despacio procurando posar maliciosamente para las cámaras que estaba grabando toda la escena. ¿Desde cuando le había importado a él el destino de alguien más que no fuera él mismo?. Nunca nadie se había preocupado por él. ¿Por qué debería él hacerlo?. Sin embargo, tenía que hacerlo, sentía que debía hacerlo. Se sentía bien sólo pensando en ayudar a los saiyains a derrotar a Freezer. Así salvaría a su pequeña zirsan. Pero debía hacer todo de un modo disimulado fingiendo crueldad y desapego a la niña, por su propio bienestar.
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Ya en la sala de maquinaria...
- Bra, ven aquí de inmediato. -
La niña lloró audiblemente. - Me pegaste, buaaa, eres malo. -
Zarbón la abrazó en la oscuridad acudiendo hasta donde ella estaba. - Lo siento. He tenido que hacerlo. Escúchame bien, vas a tener que ser muy valiente. A partir de ahora no deberás bajo ningún concepto dejar ver que sientes aprecio hacia mi. Yo tampoco lo haré. -
- ¿Por qué?. -
- Por qué el Maestro nos haría daño a ambos. -
- El lagarto... es muy malo ¿verdad?. -
- Si, muy malo, por eso te pido que actúes como si me odiases. ¿Comprendes?.-
- No. - Contestó inocentemente.
- No importa, tú haz lo que te digo. Te advierto que voy a ser malo contigo a partir de ahora, pero quiero que sepas que eres mi querida zirsan y que todo lo que haré va a ser para protegerte. Lo siento, pero a partir de ahora no debes confiar en nada de lo que yo diga o haga, sólo cuando me escuches llamarte zirsan sabrás que estoy actuando de verdad. En ese momento, te pido que confies en mi. ¿Serás capaz de hacer algo así de valiente?. -
- Si. - Con la misma inocencia y desánimo.
- Será como un teatro. Cuando yo te golpee tu haz como que te duele, quéjate, llora y grita, aunque frenaré el puño antes de que te pueda hacer daño de verdad... -
- ¡A mi se me dan bien los teatros!. - Sus ojitos azules brillaron ilusionados.
- Te advierto que si no actúas bien tendré que golpearte de verdad aunque no quiera... - La niña tragó saliba y luego movió su cabeza de arriba a abajo asintiendo.
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Saliendo al pasillo nuevamente, la función comenzó. - Pequeña mona estúpida. ¿Dónde pretendías ir?. ¿Eh?. - Zarbón la estampó contra la pared y la niña comenzó a llorar y gritar casi como si la matase. Zarbón sonrió, realmente tenía madera de actriz. - Tus llantos no servirán de nada. Te voy a castigar ahora mismo. - El guerrero la llevó dentro de la habitación, pero se congeló de repente cuando escuchó la señal de Freezer llamándole. El Maestro había visto la escena. ¿Pero cuánto de escena habría visto?. La sala de maquinarias era un lugar seguro para hablar.
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En la sala de Freezer, el lagarto sonreía malvadamente observando el par que apareció. La niña llevaba los brazos cruzados y Zarbón la llevaba a rastras por el pasillo.
- ¿Qué le pasa a nuestra princesita?. - Susurró Freezer.
- Esta híbrido maldita pretendió huir. -
- Nt, nt, nt, nt. ¿No le has explicado lo que le pasaría si intentase huir?. -
- No creo que su cerebro de mono pueda entender algo tan complejo. -
- IDIOTA. - Gritó ella ofendida por el comentario. Zarbón sonrió de nuevo.
- ¿Quién te ha enseñado un lenguaje tan vulgar niña?. Me temo que tendremos que castigarla para que sepa lo que le pasará si intenta escapar de nuevo. -
- Con su permiso Maestro, propongo que la dejemos sin cenar. No hay nada peor para un saiyajin que no comer. - Chibi Bra abrió la boca y frunció el ceño.
- Cuando mi papá se entere te va a matar. -
Freezer rio un poco más audíblemente. - Tu papá trabaja para mi, y él hará lo que yo le diga que haga. -
- Mi papá jamás trabaaría para alguien tan feo y ordinario como tú. Cambia de casco, que el de las manchitas moradas te queda tan grande que pareces un llavero. (refiriendose a su descompensación entre cabeza - cuerpo) - Zarbón abrió los ojos espantado. Se había pasado interpretando. Freezer la miró con el ceño fruncido.
- Zarbón, retrasa su antídoto una hora. Veremos si mañana sigue teniendo ganas de decir palabrotas a los mayores. - El guerrero tapó la boca a la niña antes de que dijera algo más.
- CALLATE INUTIL. Ahora verás lo que es bueno. -
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- Mamá, ¿estás bien?. - Bra sostenía su cabeza y respiraba hondo. Sólo pensar en pisar de nuevo el planeta Freezer le producía tal terror que todo su cuerpo temblaba aún bajo los efectos del calmante.
- Claro Bura, mi niña. - Sonrió ella disimulando su turbación.
- ¿Cuántos días vamos a estar en casa de los abuelitos?. -
- Unos cuantos. ¿Estás contenta?. -
- SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII. - Gritó la niña entusiasmada. - Voy a buscar al abuelito Vegeta.
Goten y Bra quedaron sólo mirandola correr hacia el terrible príncipe de los saiyains.
- Ahora en serio. ¿Estás bien?. -
- ¿Tú cómo estarías Goten?. Cuando tu vida parece haberse arreglado, cuando por fin pensé que todo iba a ser feliz, me dicen que es posible que alguien quiera llevarme de vuelta al Planeta Freezer del pasado. Tú ni siquiera imaginas lo que pasé. -
- Nunca quisiste contarme todo lo que pasaste. Querría que lo hicieras. Muchas veces siento que quizás debería ir a preguntarle a Raditz en lugar de a tí. -
- No me dirás que le tienes celos. -
- No, confío en tí. -
- Sólo somo amigos, es mi mejor amigo, comprendelo. -
- Lo que sucede es que quisiera ser yo tu mejor amigo, además de tu compañero y esposo. -
- Yo viví un año con Raditz, él sabe lo que pasé por eso. No puedo contarlo Goten, no me pidas que lo cuente. -
- Cuando seas capaz de enfrentarlo podrás acabar con esta tortura. No puedes pasar todo tu vida sufriendo esas pesadillas terribles, no puedes atormentarte con los recuerdos. Sólo son recuerdos. Ya no pueden hacerte daño. -
- ¿Estás seguro de que no pueden hacerme daño?. - Susurró mirándole fíjamente a los ojos y Goten enmudeció incapaz de contestarle sinceramente, dadas las circunstancias.
- Yo cuidaré de tí. -
- Si me hacen volver allí me moriré Goten... no lo soportaré... No dejes que me lleven, por favor. - Bra se derrumbó llorando en sus brazos.
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Zarbón se tambaleó en la habitación que compartía con chibi Bra. La niña tosía y lloraba envuelta en sudor y fiebre, debido al retraso en su toma. Sin preocuparse de su propio estado, tras una nueva sesión de sadismo con Freezer, Zarbón corrió a inyectarle el antídoto en la base del cuello. Por fin ella se relajó en sus brazos al arrullo de 'ya está todo bien zirsan' en su oido y se quedó dormida.
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Amanecía en el Planeta Freezer. Vegeta atravesó las compuertas de la base. Su rostro y traje ensangrentados, su mirada fría y terriblemente enojada. Raditz y Nappa venían en iguales condiciones. Corrieron a las duchas. Ningún padre querría que si hija le viese en ese estado. Con una nueva equipación, se dirigió a las estancias de Zarbón prometiendo que mataría a ese bastardo si le había hecho daño a su hija. De una patada echó la puerta abajo. Chibi Bra abrió los ojos a la par que Zarbón, y se incorporó en la cama.
- Papaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. - Gritó emocionada al verle, lanzándose a abrazarlo. - Ya has venido. Te he extrañado mucho, no me dejes sóla nunca más. -
- Dime, ¿Cómo has estado estos días?. ¿Te han tratado bien?. -
La pequeña se acercó a su oido. - Si, pero sígueme el juego. - Vegeta arqueó una ceja sin saber bien a qué venía todo aquello.
- Zarbón es MALOOOOOOOOOOOOO. - Lloró la niña.
- Oh, que pena me da. - El guerrero salió de la cama y dedicó un guiño erótico a Raditz, el cual había aparecido también a comprobar como se encontraba la niña.
Vegeta miró a Raditz con los ojos desorbitados, y este tragó saliba con un brillo azulado en su rostro.
- No sabes como lloraba anoche revolviendose de dolor. Mereció el castigo. - Siguió provocándole.
- ¿Es verdad eso?. -
- Si papá, me puse muy malita. - Contestó apenada. Vegeta se transformó en Super Saiyajin y cogió a Zarbón del cuello. Este contestó con una patada baja, no sin susurrarle en un tono sólo audible para un saiyain. - Sígueme el juego, tenemos que hablar. - De nuevo el priincipe se turbó con aquellas palabras y lo arrinconó en una esquina colocándose a su altura como para susurrarle algo amenazante.
Pero fue Zarbón quien habló. - Yo deseo como vosotros acabar con Freezer, pero no podemos hablar aquí. Convence a Raditz para que finja estar atraido por mi. Esta noche le visitaré en su habitación y le contaré mi plan. La niña corre mucho peligro. -
- SUELTAME. Si no quieres que el Maestro te de tu merecido, mono. - Gritó Zarbón zafándose de su agarre.
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Esa noche, en la habitación de Zarbón.
"No se como me deé convencer para hacer esto. Es el colmo. ¿Quien se va a creer que soy gay?. Seguro que ese Zarbón sólo quiere agrearme. Que ascoooooo. Si vuelvo a ver a mi Bra, juro que me va a importar muy poco lo que diga o haga Goten, después de todo lo que estoy haciendo por ella no voy a permitir que nadie me la arrebate". La única forma de burlar la vigilancia de Freezer era con más teatro. Estaba claro que en la sala de maquinarias no podían volver a hablar, ya que sería muy peligroso repetir la estratagema, además de poco creible. Pero si Raditz fingía tener un romance con Zarbón... podría susurrarle su contraplan ante la maldad del tirano. El único problema, era que Raditz, no era ni muchísimo menos homosexual.
La puerta se abrió y Raditz tembló por completo. - Hola guapo. - Dijo seductoramente el hombe de cabellos verdes.
- H...Ho... Ho.. Ho.. Ho... Ho... Ho... l...la "¿Por qué me pasan estas cosas a mi?". -
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