Capítulo 8: Sacrificios.
- AHHHHHHHHHHHH. - Vegeta gritaba tras la tremenda llave que le acababa de quebrar un brazo.
Zarbón intervino tratando de frenar al lagarto, pero este lo envió a volar de un golpe.
- Mal.. dito... FIIIINNNNAAAAAAAAAAAAAAAAALLLLLLL FFFLLLLLLLLLLLLLLAAAAAAAAAAAASSSSHHHHHHHHH. - Gritó el Príncipe volando sobre él y aprovechando que Freezer estaba 'distraido' con la intromisión de Zarbón.
Una nube tremenda de polvo asoló el lugar. Vegeta rió al ver que había dado en el blanco de lleno, y que se había formado un crater aún más hondo que en el que se vió metido tras el ataque del lagarto. Sin embargo, antes de que la nube se disipara, Freezer se materializó delante de él, y lo cogió de las piernas, doblándoselas de un modo tan cruel y potente, que se las rompió de pronto.
- AHHHHHHHHHHHHH. - Vegeta perdió su condición de Super Saiyajin y se precipitó al suelo pesadamente.
- Nt nt nt nt. Estaba distraido... eres un pequeño tramposo... mono. - Susurró acercándose lentamente.
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Por su parte, Chibi Bra continuaba con sus extrañas órdenes a Nappa.
- Bien... Nappa... ahora que he comprobado que de verdad eres leal a la familia real... - Nappa exhaló dejando de brincar a la pata coja y su fulgor rojizo en las mejillas descendió a un tono azulado cuando sus ojos presenciaron la mirada de la niña. - Quiero que recojas leña para hacer una fogata... -
- ¿LEÑAAAAAA?. Pero si aquí no hay árboles... -
- Hay ramitas, las he visto... -
- Son malezas minúsculas... - Alegó en su defensa el pobre niñero. - "No hay duda de quien es hija". -
- Tu verás, comienza a recogerlas ahora mismo, si no quieres que le diga a mi papá que has sido malo desleal a nuestra familia... -
- Glup. - Y el pobre guerrero comenzó a recoger cuanto alfilerito de maleza encontraba.
- "Mi plan va a funcionar... Pobre Nappa, con lo grande que es... y lo poco que piensa, casi me da pena decirle todas estas cosas, pero tengo que ayudar a mi papi". -
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Mientras tanto, Raditz y Bra habían alcanzado la última puerta y habían llegado a una habitación vacía.
- ¿Qué clase de broma es esta?. - Masculló Raditz entre dientes, analizando en vista de cualquier resquicio de otra puerta.
- Raditz... - El guerrero se volvió hacia ella de repente al sentir su voz tan cercana.
- No debiste haber entrado. Podría ser peligroso. -
- Esto no me gusta. - Susurró Bra. - Salgamos de aquí AHORA MISMO. -
La puerta se cerró de golpe y un haz de electricidad inundó la sala haciendo que ambos se retorcieran de dolor en el suelo incapaces de moverse.
Bra tomó el tubito que había reservado. Si bebía un poco podría quizás soportar el dolor y salir de allí. El precio era alto, pero...
Raditz le cogió la mano antes de que lo bebiera. - ¿Que... es eso...? . - Gruñó rudamente clavándole la mirada.
- Me... hará... inmune... al dolor. -
- ¿Es... esa mierda... de... droga...?. -
- Raditz... no hay... otra... solución... -
- No... - Raditz le arrebató el tubito y lo machacó entre su puño.
Bra sintió una terrible ira. Por desgracia desatar su furia sólo hizo que su ki fuera absorbido por la habitación especial y que ambos perdieran el conocimiento por la potencia de voltaje recibida.
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- AHHHHHHHHHH. - Gritó Vegeta nuevamente mientras que Freezer le pateó como si fuese un balón de futbol rompiendole varias costillas.
Zarbón se incorporó despejandose de su aturdimiento y horrorizándose de lo que estaba presenciando. - FREEZEEEERRR, Lucha contra MIIIII. - Gritó el guerrero.
- Todo a su debido tiempo... ahora, estoy divirtiendome con Vegeta... - Susurró melosamente justo antes de volver a aplastar con su pié su torax. -
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Chibi Bra se escurrió por un lateral de la cueva y voló en dirección a la batalla. - Papi... "Su ki está bajando..." -
De repente lo vió, la imagen se fue haciendo clara en su vista, su padre estaba siendo literalmente machacado por Freezer. Vegeta ya había perdido el conocimiento, estaba casi muerto. Sus costillas rotas, un pulmón perforado, un brazo roto, las dos piernas quebradas por varias partes. Su cuerpo lánguido era molido a golpes por el lagarto.
La pequeña, incapaz de contener su ira arremetió repentinamente contra Freezer, lanzándolo lejos de su padre.
- Papi... despierta... - Gritó ella viendo como el lagarto se acercaba lentamente con cara de pocos amigos.
- Mi turno. - Zarbón se interpuso delante de él con la intención de luchar.
- JAJAAA. - Se carcajeó terriblemente. - Ya veo que estás impaciente... - Susurró gélidamente.
Nappa aterrizó al lado de la niña y el príncipe revisando las constantes vitales de él. - Esta muy mal... -
- Pero antes tengo que encargarme de cierta pequeña molestia... -
- Zirsan CORRE. - Gritó Zarbón.
Chibi Bra cogió a su padre y Nappa se interpuso delante del fulgor lanzado contra la niña, recibiendo un impacto que le atravesó el hombro. - AHHHH. Correeeee. -
La niña voló lejos en dirección a las cuevas, llevando a su padre sostenido de los hombros. - Papi... ponte bueno, por favor... -
- Bien Nappa... Zarbón... si quereis podeis tener el honor de atacarme conjuntamente, será tan divertido... - Rió Freezer. - Luego me encargaré de esos dos. -
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Ya en la cueva, Chibi Bra depositó a Vegeta en el suelo con cuidado. - Papiiii, despierta por favor... - La niña se abrazó a él zarandeándolo. - No te mueras... - Gimoteó al ver que no abría los ojos.
- Ahhhh. - Se quejó despertando de repente tras un zarandeo de su hija para hacerle reaccionar. - ¿Bra?. - Vegeta la miró confuso, estaba desorientado. Sus ojos vagaron por la cueva. Sus sentidos le indicaron que Freezer estaba algo más lejos luchando contra Zarbón y Nappa. Este último tenía el ki muy bajo, debía estar matándolo muy lentamente. - No llores... mocosa..., no... tengo ninguna... intención de morirme... - Aseguró tratando de incorporarse. - Ahhhhh. - El dolor intenso que le inundó hacía imposible que pudiera moverse siquiera.
- Papiii... - Gritó la niña asustada.
- Los... saiyajins... no lloran. - Gritó él y la niña asintió conteniendo sus lágrimas.
- Eso está mejor... Escúchame... Bra, vas a tener que ser valiente y fuerte. - Afirmó obteniendo un movimiento afirmativo de la cabeza de la niña. - Tengo... algunos... huesos rotos..., y vas... a... tener... que ayudarme... -
- ¿Qué tengo que hacer?. - Sus oitos azules brillaron con un espíritu dispuesto a todo y Vegeta medio sonrió al notarlo.
- Tenemos... que... llegar a... una base... que... queda en la parte sur... del planeta... es... un observatorio... pero... hay unas cámaras... regeneradoras... Ayúdame... -
Bra lo tomó nuevamente de los hombros situandose en su espalda. Vegeta apretó los dientes para soportar el dolor sin rechistar. Pronto padre e hija llegaron, con las indicaciones dadas a la pequeña planta de la zona sur del planeta. Un guardia estaba en la puerta y se sorprendió al ver la escena. No pudo siquiera pronunciar palabra, porque un rayo de ki enviado por el dedo de Vegeta le alcanzó de lleno en la frente, matándolo en el acto.
- Ahh. - Bra abrió los ojos y se tensó al ver aquello.
- No tengas miedo, vamos a entrar. - Tres guardias más acabaron su vida del mismo modo. Vegeta indicó a su hija la dirección de la cámara regeneradora de reserva que se encontraba en el angar de la base.
- Enchúfala. - Bra le depósito en el suelo otra vez y corrió a conectar la máquina, descubriendo la lona que la protegía.
- Ahora, ayúdame a meterme. - Vegeta casi sentía que iba a perder el conocimiento y su vista se nublaba por instantes.
La niña corrió y lo metió dentro obedientemente. - Bien. - Sonrió él asiendo con su brazo útil la máscara de oxígeno. - Cierra la compuerta y dale al botón verde. Espera a que salga. - Antes de que cerrase la puerta. - Bra, yo... te quiero hija... - La niña le abrazó conteniendo sus lágrimas.
El líquido comenzó a fluir por el cuerpo de Vegeta, reconfortándolo. Por suerte las fracturas eran límpias y no hubo necesidad de fijarlos antes de comenzar el proceso de curación.
Bra se sentó en el suelo con una mano sujetando su pecho. Un dolor comenzó a inundar su cuerpo. El veneno estaba haciendo su efecto...
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- MUEREEEEEEEEEEEEE. - Gritó Freezer acabando con Zarbón definitivamente, el cual se desplomó sobre el cuerpo inerte de Nappa. - Idiota... ya me cansé de tí. Voy a ver como están mi híbrido favorita... - Susurró el lagarto dirigiendose a la base principal.
Un guerrero con forma reptiloide y piel amarillenta le aguardaba en la puerta. - Mi señor, Vegeta se encuentra en la base sur. -
- Ah ¿si?. Quiero verlo... - Rió el lagarto...
En su sala habitual, sentado en su trono, bebiendo un poco de su vino rojo, Freezer visualizó a Chibi Bra tendida en el suelo agonizando mientras que Vegeta trataba de curarse para volver a luchar. - JAJAJAA. Esta si que es buena, este estúpido mono va a encontrar a su pequeña y querida hijita muerta cuando despierte... Dejadle... dejad que se recupere jajajaja Así no tendré que resucitarle para volver a torturarle de nuevo... Además... tendré mi pequeña diversión con los tontos que están encerrados en la sala de contención. JA Jajajajaja. - El ser de aspecto reptiloide sonrió.
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Horas más tarde, Bra despertó aturdida. Estaba sóla, en la habitación aquella. - RADITZ. - Gritó al no verle.
Aún pasó una hora hasta que le trajeron casi muerto a la habitación lanzándolo entre risas maniacas.
- Ahhh. - Se quejó apenas sin tratar siquiera de levantarse.
- Raditz... - Bra se horrorizó al ver la sangre de sus piernas, los profundos cortes que surcaban todo su cuerpo, lo habían torturado, y peor... le habían violado también. - Raditz... tú... no... - Lloró abrazándolo.
- Bra... - Susurró y ella le dió la vuelta. - No te preocupes, no te tocarán, hemos ganado algunas horas hasta que tu padre venga a acabar con ese lagarto de mierda. - Gruñó con un rencor doloroso.
- ¿Cómo sabes que no me llevarán?. - Preguntó ella temiendo la respuesta.
- Eso... no importa... - Susurró medio riendo y recordando cómo de estúpido se había vuelto desde que se había enamorado de Bra. El se había cambiado por ella, le había propuesto a Freezer, ser su víctima del día, a cambio de que la dejase tranquila hasta mañana. El lagarto estaba intrigadísimo con aquella propuesta.
-'¿Quieres decir que estas dispuesto a ser torturado, violado, abusado, y masi matado... sólo porque no le hagamos nada hoy?. ¿Estarías dispuesto a asumir el puesto de la híbrido?.' -
- Si. -
- Raditz... ¿qué has hecho?. - Bra se separó para mirarle con una suma tristeza, adivinando qué clase de trato había hecho para librarla de su peor pesadilla. - ¿Por qué?. -
Él apenas rió sintiendo una punzada de dolor que le atravesó el pecho. - Deberías... saberlo... Un día, te prometí... que no dejaría... que te hicieran... daño... Los saiyajins... tenemos... palabra... -
Bra lloró de la pena acariciando su pelo negro ensangrentado. - Gracias... -
- ¿Podrías...?. - Raditz paró apenas. - ¿Abrazarme?. - Bra le abrazó y él lloró amargamente en su regazo, al compás de las lágrimas de la persona que más amaba en este mundo.
- Te... amo... - Susurró y Bra le miró dolorosamente...
- Si... pudiera... sentir tus... labios... - Raditz sonrió tristemente imaginando la respuesta, pero para su sorpresa, Bra le besó intensamente en los labios. Los ojos del guerrero se abrieron aún en el choque de aquella reaccion que no esperaba. Su cuerpo tembló inundado de sensaciones cálidas. Después de todo lo que había pasado... por ella... ese beso era como estar en el cielo...
El alargó su brazo para sostenerla contra su pecho. Quería prolongar aquel beso intenso, no quería que se separase y ella le complació alargando aquel momento, mientras sus labios se llenaban el uno del sabor del otro, y sus lenguas se reconocían mutuamente con avidez, como si ese fuera el último momento que vivirían en sus vidas.
Quizás mañana morirían, o quizás mañana sería otro día con un rayo de esperanza... pero hoy... sólo por hoy, vivirían el momento, sin pensar, sin reservas.
- Bra... mi amor... - Susurró sintiendose débil aunque reconfortado.
- Oh, Raditz... - Lloró ella volviendo a abrazarlo. - Raditz... -
- Quiero que hagas el ritual, quiero sentirme tuyo... quiero sentirme macho... - Dijo él llorando apenas al recordar las vejaciones que se vió obligado a soportar.
Bra cabeceó clavando sus dientes en su cuello y bebiendo su sangre. - PIDEMELO. - Gritó él.
- Hazlo... - Susurró ella débilmente sintiendo el placer extremo al notar como los dientes de Raditz se habían clavado en su cuello y bebía su sangre ávidamente.
Por fin, aquello que tanto había soñado, aquello que había deseado se había hecho realidad. Bra era suya, él era suyo, ahora eran compañeros, y nadie, ni Goten, ni Vegeta, ni Freezer, NADIE, podría cambiar eso JAMAS.
Sus bocas llenas del metálico sabor se fundieron en otro beso interminable y sus lágrimas se mezclaron en las mejillas cálidas incapaces de separarse ahora.
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