Disclaimer:. ¿Fumar es nocivo para la salud?. ¡Entonces alguien que le diga a Asuma que suelte el cigarro! (No, no es mío, demonios...)
A ver qué les parece este capítulo... Oó

Capítulo 4: Cruda Verdad

Diez días más y aún no lograba toparse con ella. Genma estaba tan decepcionado que no reparó en dormir con una mujer distinta cada noche, esperando que alguna le hiciera olvidar la verdadera razón de su escondida frustración. Yumi fue una de ellas, la cual intentó arrastrarlo a diversiones de más de una noche, ganándose una muy mala respuesta del shinobi.

Por fin llegó una carta de la Hokage, convocándolo a una reunión de Jounins y el cuerpo ANBU. Suspirando, se dirigió al Cuartel General sin mirar hacia los lados.

Fue saludado por Asuma y Kurenai, a quienes correspondió el saludo ausentemente. Masticando levemente el senbon, se ubicó en una silla, colocó los pies en otra y esperó.

Tsunade entró cinco minutos después, seguida de Shizune y de Saya, quien vestía enteramente de negro y llevaba el cabello recogido con una cinta del mismo color. Genma dio un respingo y apretó el senbon, partiéndolo. Con un gruñido, lo escupió y sacó otro del bolsillo del chaleco, sin dejar de mirar a la pelirroja. Ésta aparecía pálida y con los ojos bajos, haciendo evidente su incomodidad y el hecho que no llevaba hitai-ate, como todos los presentes.

El silencio reinó en la sala mientras Tsunade arreglaba unos rollos que llevaba en las manos. Saya encontró la manera de escurrirse hacia la pared y apoyarse en ella, mientras cuatro pares de ojos no se despegaban de ella.

— Bien, primero que todo vamos a recibir a un invitado especial para esta reunión.

Mientras Tsunade hablaba, Shizune abrió la puerta y se inclinó, dejando entrar, para gran sorpresa de uno de los integrantes del equipo de Gai, al representante de una de las principales familias de Konoha, Hiashi Hyuuga.

Neji e Hinata se miraron, no comprendiendo totalmente cómo es que fueron llamados a una reunión de élite, ni mucho menos el por qué de la presencia del patriarca de la rama del Souke de la familia portadora del Byakugan.

— Bien, ya que estamos presentes, quiero agradecer la presencia de Hyuuga-sama. Shizune, las puertas.

La aludida cerró las puertas. Saya se revolvió inquieta en su lugar, gesto que no pasó inadvertido por Genma.

— Quiero remontarme a unos cuantos años atrás, cuando yo aún no había tomado el cargo de Hokage. Tiempo en el que aún Yondaime vivía y era el Cuarto Hokage, al mando de Konoha. Él estaba entrenando a un equipo de shinobis muy capaces, cuando uno de ellos perdió la vida intentando salvar al otro, en una misión de rescate a la tercera de su equipo. Pero muchos de ustedes saben esta historia. Lo que quiero contar es sobre otros que estuvieron al mando de Yondaime, mientras esta situación corría en la Villa de la Roca.

Genma miró hacia Kakashi, pero este parecía extrañamente pendiente de su Icha Icha Paradise. Miró de nuevo hacia Saya, notando el profundo pesar en sus ojos. ¿Qué demonios...?

— Tres Jounins al mando de Yondaime fueron encomendados en una misión prácticamente suicida: entrar a la Villa del Sonido y entrevistarse con un espía nuestro que estaba posicionado cerca de Orochimaru. Conociendo a los esbirros de Orochimaru, no dejarían ningún cabo suelto, por lo que de los tres Jounins que fueron, sólo una de ellos logró escapar de la sucia trampa puesta por Kabuto. Los dos Jounins que fallecieron peleando contra Kabuto eran los padres de Saya Ryukai, aquí presente, siendo ella misma la única sobreviviente de esa misión.

Sí, lo recordaba bien. Saya había regresado en un estado de shock tal, que tuvo que cuidarla por varios días. No comía, no dormía... y nunca lloró, ni siquiera cuando se efectuó el servicio funerario en honor a sus padres. Genma estuvo a su lado todo el tiempo, hasta que ella se quebró en una borrachera con sake. Pero no podía ponerse a recordar eso en este momento, por fin estaba obteniendo las respuestas que quería... aunque no de sus labios. En tanto, Hinata le hizo señas a Neji para que notara el profundo ceño que tenía su padre, lo que hizo a ambos jóvenes sospechar.

— Mucho antes que eso, uno de los ninjas más conocidos de la villa cometió suicidio.

Genma abrió los ojos sorprendido. Que él supiera... era el padre de Kakashi el que...

— Muchas personas pensaron que el Colmillo Blanco de Konoha había cometido un error garrafal de juicio al salvar a sus compañeros, pues después de esta misión fallida estas acciones probaron ser peor...

— No respetó el código de los ninjas, Tsunade-sama, por eso es que murió con deshonor.

El silencio, antes expectante, se convirtió en tenso al dejarse oír las palabras de Hiashi Hyuuga. Muchas cabezas voltearon hacia Kakashi, quien seguía con la suya oculta detrás del Icha Icha Paradise.

— No podrá haber respetado el código ninja, pero tenía un respeto increíble por la vida de sus compañeros y allegados... —para sorpresa de todos, fue Saya la que respondió con los ojos entrecerrados. Hiashi alzó las cejas por la sorpresa de encontrarse con ese viejo fantasma del pasado—. No puede decirse lo mismo de usted, Hiashi... sama —añadió, goteando veneno en cada una de sus palabras.

Tsunade observó el intercambio y abrió la boca para intervenir, cuando el mismo patriarca Hyuuga alzó la mano.

— Espere, Tsunade-sama... quiero saber cómo se defiende esta... ninja perdida. A ver, Ryukai-san —dijo, haciendo hincapié en el "san", dejándolo oír como un insulto—, dígame entonces qué piensa usted de las acciones de Sakumo Hatake, pues usted fue una de las pocas, si no la única, que defendió los ideales de ese... shinobi.

Saya se incorporó de la pared y sonrió brevemente, sus ojos centellearon.

— Si él no hubiera hecho lo que hizo no estuviera vivo, Hiashi-sama. Se probó que a pesar de todas las acciones del Colmillo Blanco las repercusiones de sus actos pudieron haber sido sondeadas si se hubieran tratado con rapidez, pero toda la villa prefirió señalarlo con un dedo y juzgarlo, incluso sus propios compañeros y camaradas. Era mejor señalar en vez de pensar lo que podría haber pasado¿no? todo por seguir unas reglas insulsas y sin sentido alguno.

Hiashi sonrió fríamente.

— ¿Esa es tu exposición de motivos por los cuales Hatake se mató? Pensé que los años te darían más sabiduría, Ryukai. El hecho es que al atentar contra su propia vida se llenó de más vergüenza, aún más que el haber echado a perder una misión tan importante... ¡valiente Colmillo Blanco!

Saya le dio un fuerte golpe a la pared, el cual retumbó por todo el salón y abrió un boquete en la misma.

— No te atrevas a mancillar el nombre de mi sensei, Hyuuga —siseó peligrosamente, con los ojos brillando de furia—. Sakumo Hatake era un Sannin Legendario, un ninja honorable,. ¡un sensei estricto y justo!. ¡Mucho más de lo que podría esperarse de él!. ¡Todas las enseñanzas que Sakumo-sensei me impartió a la corta edad de nueve años fueron invaluables, pude entender que el camino del ninja no está en el chakra ni en los Jutsus, sino en el corazón, la fuerza de voluntad y la vida del shinobi!. ¡Es mucho más de lo que se puede esperar de alguien que dejó que su hermano se sacrificara por salvar su propio trasero, Hyuuga!

Hinata y Neji contuvieron la respiración. Era la primera vez que veían a Hiashi tan furioso, de hecho, era la primera vez que veían que alguien le devolviera palabra por palabra todas las recriminaciones que pesaban sobre el nefasto pasado de la familia.

— ¡No te atrevas a hablar así de los asuntos de mi familia!

— ¡Tu familia no es sino una mala obra de teatro, Hiashi!. ¿Cómo se te ocurre dejar que Hizashi se sacrificara de ésa manera? Y no me vengas a decir que yo no sé nada de lo que ocurría en tu familia porque yo lo sabía todo. Hizashi era mi compañero de equipo y fui una de las pocas a las cuales él dejó acercarse lo suficiente para que vieran la vetustez que reina en las costumbres de los Hyuuga. Nunca en su vida pudo tomar una decisión por sí solo, excepto en las batallas. Y nunca recibió el reconocimiento que se merecía por ser del Bouke, un protector de la rama principal de la Casa. ¿Qué se siente perder a alguien por salvar tu propia vida, Hiashi?. ¿Viviste esa experiencia dos veces y reaccionas de la misma manera?. ¡No me hables del camino del ninja cuando tú mismo no lo respetas!

— Saya, es suficiente —dijo una voz profunda junto a ella. Se volvió y encontró el rostro serio de Jiraiya. Ella bajó la cabeza—. Debemos continuar con el reporte, por favor.

— Saya Ryukai, Jounin de Konoha —dijo Tsunade firmemente, evitando mirar a Hiashi y al resto del salón—. ¿Dónde has estado durante quince años?

La pelirroja sacó de un bolsillo un pergamino grande enrollado, el cual entregó a Tsunade.

— Viajando por los países de la Roca, la Ola, el Rayo y el Sonido, rastreando a la Akatsuki y al asesino de mis padres. He encontrado evidencias de un posible ataque a Konoha por parte de las fuerzas conjuntas de Orochimaru y Akatsuki, pues están volviendo a operar juntos. Tengo información de que Itachi Uchiha tiene todo listo para una invasión a la Villa de la Hoja.

Un sonido sordo se dejó escuchar. Kakashi había dejado caer el libro al suelo y ponía toda su atención en lo que se desarrollaba delante de sí. Genma aún no salía del shock de ver a Saya tan furiosa, pero más que todo, el escuchar de su propia boca lo que había estado haciendo.

— ¡Reporta, kunoichi! —exclamó Tsunade con un leve temblor de ansiedad en la voz. Saya juntó los pies y se puso en posición de firmes frente a ella.

— Todo está en el pergamino, Hokage-sama. Y con todo respeto, no llevo distintivos de shinobi, así que mi presencia en esta reunión ya no es requerida. Solicito permiso para retirarme.

—... Concedido.

Saya se encaminó hacia la puerta, deteniéndose en el umbral y volviéndose hacia el auditorio.

— A todos los presentes, les pido disculpas por mi comportamiento —dijo, bajando la cabeza respetuosamente—. Ninguno tenía por qué haber presenciado tal espectáculo. Espero que puedan disculparme.

Apenas Saya salió, estalló una revuelta. Naruto exigía a gritos leer el pergamino, mientras Kakashi y Sakura lidiaban con un Sasuke completamente iracundo, el cual vociferaba que tenía que ir a tomar venganza por lo de su familia. Jiraiya le dio una serie de coscorrones a Naruto para hacerlo callar mientras Kakashi, con la ayuda de Asuma y Genma, inmovilizaba al descontrolado Uchiha con un Jutsu.

— Mierda... —murmuró Tsunade a Shizune—. Me imaginaba que Saya esperaba una cosa así, por eso pidió permiso para irse... a ver, kunai.

Shizune le tendió un kunai a la Quinta, el cual usó para romper el sello del pergamino. Luego de hacer cuatro Jutsus seguidos pudo desenrollarlo, comenzando a leer inmediatamente.

La información descrita era concreta y precisa. Estaba más que claro que Orochimaru estaba del lado de la Akatsuki de nuevo... pero,. ¿por qué?. ¿No que Itachi y Orochimaru tenían sus diferencias y por eso fue que el viejo Sannin se había separado de esa organización terrorista?

— Hokage-sama —dijo un aún lívido Hiashi Hyuuga—. La información que tiene ese pergamino puede no ser correcta, pues usted sabe que--

— Estoy consciente de eso, Hyuuga-sama —cortó Tsunade, sabiendo por dónde venía—. Pero aquí se evidencia que Ryukai ha estado rastreando a la Akatsuki por bastante tiempo, de hecho fue testigo presencial de la batalla de los shinobis en la misión de rescate del chico Uchiha, en la Villa del Sonido. Perdóneme, Hyuuga-sama, pero creo que esto ya compete al Consejo de Ancianos.

— Perfecto entonces. La dejo con sus Jounins.

— Otra cosa, Hyuuga-sama —intervino la Hokage, pasando por alto el insulto—. De sucederse una misión y requerirse la presencia de los Hyuuga...

— Cumpliremos con el código, todos nosotros.

— Excelente. Muchas gracias, Hyuuga-sama.

— Una cosa más, Hyuuga-sama —intervino Kakashi detrás de él, con voz aburrida. El aludido se volvió—. Le aconsejaría que midiera sus palabras sobre mi padre frente a mí o frente a Saya, pues no siempre puede tener un Sannin detrás de usted para defenderle. Una ofensa contra un padre es horrible, pero una ofensa contra un sensei es... imperdonable.

Tsunade abrió los ojos sorprendida al notar la amenaza velada en las palabras del ninja copia. Hiashi entrecerró los ojos, pero al ver que Kakashi comenzaba a levantarse el hitai-ate con gesto despreocupado, se lo pensó mejor.

Naruhodo. Buenas tardes.

La puerta se cerró detrás del jefe del Souke, dejando a Neji e Hinata sorprendidos y preocupados. A una seña del primero, se apartaron a un rincón y compartieron puntos de vista, mientras una Sakura ya bastante molesta le gritaba a Sasuke que se calmara o lo golpearía. Tuvo el efecto deseado, pues Sasuke había visto incontables veces a Sakura darle una paliza a Naruto, por lo que prefirió calmarse antes de ser objetivo de los puños de la pelirrosa.

— Kakashi--

— Sí, Genma... vamos.

Y sin decirle una palabra a nadie, salieron del salón.

-- X --

Tocaron a la puerta sin éxito. Kakashi se hundió las manos en los bolsillos y desapareció en una humareda, abriendo luego la puerta desde dentro.

— No, no está... me pregunto dónde pudo haber ido...

— Demonios... ¿algún sitio que ella recuerde de manera agradable?

— Tal vez el claro donde solía entrenar con mi padre... está en el bosque más allá de la cabeza de Yondaime-sensei, vamos...

— ¿Estás seguro de que estás bien, Hatake?

— Sí, yo me esperaba algo como eso. Saya-chan fue la única que peleó por defender la memoria de mi padre, aún cuando yo mismo estaba en contra de eso. Más de una vez discutimos por ese asunto, hasta que yo entré a entrenar con Yondaime-sensei. Mi padre era gran amigo de los padres de Saya-chan, por eso es que ella comenzó a ser instruida por mi padre desde pequeña. Él la enseñó a leer y escribir, además de varios movimientos marciales y Jutsus... era una chica alegre, pero después que su padre dejó a su madre para irse con una pareja más joven, ella bloqueó cualquier demostración de afecto... hasta que te conoció a ti, Genma...

Shiranui suspiró. Sabía que Saya tenía muchos asuntos inconclusos en su cabeza, pero lo que más le preocupaba eran las últimas palabras de ella en la reunión.

"Y con todo respeto, no llevo distintivos de shinobi, así que mi presencia en esta reunión ya no es requerida."

Era cierto que no lucía un hitai-ate de ninja... ¿cuánto tiempo hará que no usa uno?

Llegaron al claro, notando una figura arrodillada en el suelo frente a una piedra. Kakashi se detuvo abruptamente al leer la inscripción de la misma.

— Sabía que me encontrarían... —murmuró la pelirroja, sin alzar la vista de la tumba—. Kakashi, perdóname por haberte ocultado todo... no tengo ningún motivo para esperar tu perdón, pero aún así tenía que cumplir con las últimas órdenes de mi sensei...

— Saya-chan, dímelo todo, por favor —pidió Kakashi, sentándose junto a ella. Genma se quedó atrás, observando. La pelirroja inclinó la cabeza, asintiendo.

— El verdadero motivo por el cual yo acepté una misión sin rango era porque quería salir de Konoha. La muerte de mis padres y la de mi sensei me causó una depresión que califiqué de incurable, por lo que acudí a Yondaime-sama en busca de consejo y una misión. Él comprendió mis razones, pero no había otra misión sino ésa. Así que... la tomé.

Saya suspiró profundamente, apretando sus manos en las piernas. Genma bajó la cabeza.

— Sólo... sólo hubo un solo remordimiento... el no decirles nada a ustedes sobre las órdenes de Sakumo-sensei. Habló conmigo una semana antes de su muerte, me dijo que quería que me convirtiera en Jounin y que cuidara de Kakashi, aunque él no se diera cuenta. Y así lo hice. Me fui de Konoha, pero siempre estuve cerca. Cuidé de Kakashi y de la única persona que me había visto llorar, siempre desde una distancia prudencial. Cuando me declararon muerta y grabaron mi nombre en el Monumento, dejé de usar todos los distintivos de los shinobis, convirtiéndome en una civil y abandoné Konoha para continuar con mi misión privada. Dejé mi hitai-ate aquí, con la bolsa de kunais y shurikens. Lo único que llevé conmigo fue unos cuantos pergaminos con Jutsus... y un tanto.

Genma miró sorprendido a Saya. El tanto al cual ella aludía era una daga que él mismo le había regalado por su cumpleaños número 14, cuando estaban recién graduados, él de Genin y ella de Chuunin. No le importó mucho la diferencia de rangos, sólo le importaba verla sonreír. Saya fue el primer y único verdadero amor de Genma, por lo que quiso obsequiarle el tanto que había pertenecido a su madre.

— Y estuviste viajando por todos los países... ¿sin regresar alguna vez? —preguntó al fin. Saya se estremeció al escuchar finalmente su voz, sin atreverse a voltear.

— No... vi que ustedes retomaron sus vidas, por lo que no volví. Estuve en la Aldea de la Niebla por dos años, luego fui a la Villa del Relámpago y estuve allí portres años más... me quedé seis años en la Villa de la Arena, trabajando como sensei de kendo. Hice amistad con una chica de allí, la cual a la larga me contó su historia. Era una shinobi de Konoha radicada en la Arena, quien estaba trabajando allí como entrenadora de Chuunins al mando del Kazekage, esperando orden de la Hokage para regresar...

— ¿Cuál es el nombre de esa chica?

— Naname, Kakashi. Midori Naname.

Kakashi asintió. Pasado un rato de tenso silencio, se levantó y desapareció entre volutas de humo. Saya sentía la espalda tensa como la hoja de una katana, bajo la insistente mirada de Genma Shiranui.

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Habían pasado dos horas y el sol ya se estaba poniendo, pero aún Saya no se volvía a ver a Genma. Éste mordía el senbon de su boca hasta partirlo, para reemplazarlo por otro que sacaba del bolsillo de su chaleco. Sólo podía escucharse sus respiraciones, la de él calmada y la de ella agitándose gradualmente.

De pronto, ella no soportó más la tensión y se levantó, para ser sujeta por un brazo que rodeó su cintura.

— ¿Huyendo de nuevo? —murmuró quedamente a su espalda. Ella estaba temblando—. Saya... por favor... mírame...

Ella soltó un sonido ahogado de su garganta y sacudió la cabeza.

"No puedo, no puedo."

Genma cerró más el brazo, apretando el cuerpo de la pelirroja contra el suyo. Hundió la nariz en su cabello, encontrando por fin el perfume que tanto recordaba. Olía a bosque en primavera, a lluvia de verano. Sintió los temblores de su cuerpo, sintió su corazón latir desbocado.

— ¿Cómo pudiste vivir todos estos años... —susurró junto a su oído— cómo pudiste dormir por las noches sin alguien que calmara ese temblor en tu cuerpo?

Ella aspiró aire y se tensó más. Genma deslizó su brazo fuera de su cintura, corriendo sus dedos por su hombro derecho.

Saya se mordía los labios para no llorar cuando una corriente de aire frío caló hasta sus huesos. Finalmente, se volvió.

Estaba sola.

Por fin, pudo derrumbarse de rodillas frente a la tumba de su sensei y sollozar.

— Sakumo-sensei... desde el momento en que salí de la villa lo perdí... lo perdí para siempre...

-- X --

— Oi, Genma, esto se te está haciendo costumbre¿no?

Kakashi sabía que el mecanismo de defensa de Genma era beber y parrandear hasta las tantas de la madrugada, para luego terminar enredado entre sábanas con la primera que se le atravesara. Apretó un poco los dientes al ver que el castaño reía de un chiste de una rubia que estaba sentada a su lado, la cual no tenía reparo en deslizar sus manos por los muslos del shinobi. Un poco asqueado, el ninja copia tomó asiento frente a ellos y pidió una cerveza.

— ¡Hatake! Amigo,. ¡tanto tiempo sin vernos!. ¿Dónde estabas metido?

— Estaba en una misión en la Arena, Shiranui. ¿Y tú cómo estás?. ¿Has visto últimamente a Saya-chan?

— No, no la he visto, ni tampoco la quiero ver —la rubia junto a Genma le susurró algo en el oído, lo cual hizo que soltara una carcajada.

— No, preciosa, lo que pasa es que existen personas que no comprenden cuando uno les habla, por eso es que los tratados nunca son fáciles de firmar,. ¿no crees?

Kakashi sacudió la cabeza. Ya había pasado el punto en el cual se podía razonar con el examinador, por lo que se levantó y masculló una excusa, salió del bar y caminó por las calles hasta que sus pies lo llevaron al Monumento.

— Mou, pervertido —saludó quedamente Saya, sentada a los pies de un árbol. El ninja copia se sentó a su lado, estirando las piernas—. ¿Buena misión?

— Aa. Fue muy satisfactoria.

— ¿Y tu asunto en la Arena?

— No sé cómo me dejé convencer, pero sorprendentemente ella aceptó. Regresará a Konoha en cuanto termine de arreglar unos asuntos con el Kazekage Gaara.

— Por lo menos uno alcanzó la tranquilidad —murmuró Saya a modo de respuesta, reclinándose contra el árbol.

— Saya-chan, sobre Genma...--

— No te preocupes, Kakashi-kun. Él tiene todo el derecho a vivir su vida como quiera, yo no soy quién para decirle nada...

— ¿Al menos lo has confrontado?

— No... pero pronto lo haré.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— Me inscribí para tomar de nuevo la prueba de Jounin. Quiero formar parte del cuerpo ANBU.

— ¿Qué?. ¿Es que acaso estás loca? Sabes lo que ser ANBU significa para un Jounin,. ¿no?

— Lo sé perfectamente, Kakashi-kun... pero ya es tiempo que continúe con mi misión. Ya hice lo que debía hacer aquí. Vine a verte a ti y te pedí perdón por mis engaños, pedí perdón a Genma por haberle ocultado tantas cosas... pero ya no puedo más. Siendo ANBU puedo retomar mi trabajo rastreando los pasos de la Akatsuki... y le dejaría el camino libre a Genma para que viva como quiera.

— Así que quieres ser Ninja Cazadora,. ¿no? —ella asintió mirando a la luna—. Tal vez me arrepienta de esto... pero me gustaría probar tus capacidades. ¿Qué te parece si entrenas con mi equipo mañana?

— Gracias, pero creo que lo dejaremos para después... creo que por ahora entrenaré sola, después que consiga mi rango de nuevo, ya sería otro cantar —bostezó sonoramente—. Creo que me iré a dormir. Buenas noches, Ero-sensei.

Kakashi rió levemente mientras ella desaparecía en humo azul.

— Ah, Obito-kun —suspiró, mirando la piedra conmemorativa—. Tengo algo que contarte, fui a La Arena por una misión diplomática y me encontré con Midori... ¿la recuerdas? Está más preciosa que nunca...

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