Disclaimer: Vi por tele un especial de Dragones y luego me enteré que el Bijuu de ocho colas era un Dragón... ¿ya saben qué quiero para navidad? ºwº (No, no es mío, qué diablos...)
Capítulo 7:. ¡Mírame!
Pasaron los días en la frontera y Genma encontró que las Cazadoras que tenían tiempo asignadas a ese puesto estaban contentísimas con su estadía, demostrándoselo físicamente casi todas las noches. Kakashi había llegado al límite de su paciencia, diciéndole varias veces una palabra de cuatro letras y sacándolo de su tienda, prefiriendo compartirla con Kankuro. No había problema, las Cazadoras que no estuvieran en servicio estaban felices de acogerlo en sus dormitorios de tela.
Aunque no tuvo oportunidad de ver a la Teniente, pues siempre tomaba las guardias de noche...
Sabía por Asuma y Raidou, quien llegó dos semanas después, que las chicas de la Arena estaban hospedadas en la tienda de la "mujer gato", como se referían las Cazadoras despectivamente de ella, en las confidencias de cama luego de una buena sesión de ejercicios. Genma sólo se reía y se bostezaba, haciéndose el que tenía sueño, pero estaba cierto que su curiosidad estaba aumentando. Por un momento le cruzó por la cabeza que la Teniente fuera Saya, pensamiento que descartó de inmediato por absurdo.
Pasaba los días en las guardias, una que otra escaramuza y ratos de solaz con las mujeres, cosa que no hacía mucha la diferencia entre estar allí o en Konoha. Hasta una noche...
Una alarma sonó por el campamento, despertando de un salto a todo el mundo. Personas corriendo, metales chocando unos con otros, respiraciones agitadas. El olor de la batalla cercana. Genma saltó y se vistió en un abrir y cerrar de ojos, dejando atrás a la chica que le gritaba que esperase un momento. Se detuvo al llegar al linde del campamento junto a Kakashi y Sasuke, quienes observaban a cinco hombres vestidos con túnicas negras con nubes rojas. Akatsuki.
— Bien, bien —siseó uno de ellos, su fisonomía era extremadamente espantosa. Su rostro bien parecía un tiburón, lo que lo hacía repulsivo. Genma no bajó la guardia, colocándose en la boca tres senbons con gesto distraído. Advirtió que la Teniente se mantenía de pie junto a Ibiki y Asuma, notando también su espalda tensa. ¿Dónde habría visto esa rigidez antes...?
Uno de los hombres de la Akatsuki se quitó el sombrero de paja y muchos contuvieron sonidos de sorpresa y miedo. Itachi Uchiha.
— Atrás, Kisame —dijo con voz suave, mirando fijamente a Kakashi. Éste tenía activo el Sharingan, listo para un ataque sorpresa del asesino del clan ninja. Itachi paseó su mirada por los que los rodeaban, centrándose en un Sasuke sostenido a duras penas por un estresado Naruto y una Sakura al borde de la histeria—. Hermano. Veo que sigues siendo igual de débil.
— ¡MALDITO SEAS, ITACHI! —gritó Sasuke por respuesta, activando sus propios Sharingan y forcejeando con Naruto para que lo soltara—. ¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ, VINISTE A ACABAR CON KONOHA?. ¡SUÉLTENME, MALDITA SEA!
— No, hermanito. Vine a decirles a ustedes que la guerra está en ciernes. Orochimaru y yo invadiremos Konoha en menos de un mes, por lo que espero que estén listos para rendirse.
Genma frunció el ceño. ¿Por qué el aviso?
— ¿Por qué nos avisas? —preguntó la Teniente, como si hubiera leído su pensamiento—. ¿Cuál es la trampa?
Itachi sonrió brevemente, mientras otro de sus acompañantes se quitaba el sombrero. Rosutaimu inspiró aire ostensiblemente al observar el rostro de Kabuto Yakushi.
— Queremos que se preparen para pelear por sus pobres vidas —ronroneó mirando a los líderes de los Cazadores por encima de los anteojos—. Mi señor Orochimaru desea que estén conscientes que no pueden ganar. La Ola y Niebla están con nosotros... ¿qué les queda?. ¿La Arena? Pronto serán arrasados igualmente. Ríndanse y entreguen la cabeza de la Godaime y serán perdonados.
Kabuto sonrió cuando vio que la mujer de la máscara de gato se interponía rápidamente en el camino de la chica de cabellos negros, echando los brazos hacia atrás y tratando de inmovilizarla, al mismo tiempo que Kankuro abrazaba fuertemente a una frenética Temari. Kakashi apretó los puños, frustrado y furioso. Aunque estuvieran rodeando a los cinco de la Akatsuki, era perfectamente posible que hubieran más ninjas posicionados alrededor de ellos. Maldijo internamente por no poder contar con un Hyuuga entre las filas, que mirara con su Byakugan esa duda.
— En fin, no tenemos más nada que hacer aquí... denle saludos de parte de mi señor Orochimaru a la Quinta, díganle que haga algo bueno por su vida y se muera, por la seguridad de la villa entera —rió Kabuto, dando media vuelta y desapareciendo entre los árboles. Itachi y Kisame hicieron lo propio, luego de un momento de silencio, acompañados de los otros dos miembros de la Akatsuki.
Kakashi probó estar en lo correcto en sus sospechas, pues una banda enorme de ninjas comenzó a atacarlos apenas los Akatsuki desaparecieron.
En la confusión todos los de Konoha y la Arena estuvieron de acuerdo en algo. Pelear por sus vidas y sus territorios. Kankuro, Temari y la chica de cabellos negros arremetieron con furia contra los ninjas, mientras los de la Hoja hacían lo mismo. Hasta Sakura convocó uno de sus Genjutsus, enviando a su oponente al suelo. Kakashi hacía lo posible por acercarse a los de la Arena, mientras Asuma y Kurenai peleaban como lo que eran, una pareja de Cazadores, peligrosos y mortales.
Genma sonrió torcidamente, todo lo que podía hacer con tres senbons en la boca. Centró uno y lo lanzó expertamente contra el enemigo más cercano, sosteniendo los otros dos en las comisuras de sus labios. Mirando rápidamente a su alrededor, vio que Naruto estaba multiplicándose con el Kage Bunshin no Jutsu, al mismo tiempo que Sasuke utilizaba el Sharingan contra otro enemigo cercano a Sakura. Uno de los Naruto se mantuvo junto a ellos, mientras los otros se desperdigaban por el claro, golpeando y pateando a cuanto enemigo encontraban.
Pero no pudo localizar a la Teniente, a Rosutaimu. Apretó los senbons y continuó peleando, su Taijutsu no era tan rápido como el de Kakashi o el de Gai, pero era tan brutal como el de Raidou. Espalda con espalda contra éste, Raidou lanzaba kunai tras kunai mientras Genma lanzaba senbons y shurikens a cuantos se le acercasen.
— ¡Voy a ayudar a los de la Arena! —gritó Raidou por encima de su hombro, Genma asintió y fue orillando a un ninja hacia un árbol, donde lanzó otro senbon al cuello del enemigo, dejándolo caer como un muñeco de trapo. Volteó justo en el momento de ver a un ninja atacar por la espalda a Kakashi, pero la pelinegra gritó algo y sus cabellos se movieron solos, como si tuvieran vida propia, envolviendo al enemigo y aprisionándolo con fuerza. Genma hizo una mueca irónica al ver que la cabeza del tipo caía sobre su pecho, probablemente muerto por la presión de los cabellos de la shinobi. La chica corrió hasta Kakashi y se colocó a su espalda, adoptando juntos posiciones de ataque.
Una respiración detrás de sí lo alertó a tiempo de volverse y asestar un golpe con el kunai a uno de los enemigos, mientras otro hundía su kunai en su costado. Un destello lo cegó por un momento, para luego ver que el que lo había apuñalado estaba en el suelo, con una abertura enorme de katana en su espalda. Alzó la vista y vio a Rosutaimu... con una katana de hoja larga y un kunai.
— Gracias —farfulló mientras sostenía su costado. La herida era profunda, pero al parecer no le había tocado ningún órgano—. Te debo una.
— No me debes nada —respondió ella, sacando un trozo de tela de su manga y limpiando la hoja de la katana—. Sólo ten más cuidado la próxima vez... no puedo pasármela protegiéndote todo el tiempo,. ¿ne?
— Lo haré, lo prometo —acordó, para luego escupir otro senbon sobre el hombro de la Cazadora. Al ella volverse, observó caer a un enemigo con el senbon en su corazón—. Ahora estamos a mano,. ¿no te parece?
Tuvo la impresión de que ella, quienquiera que fuese, estaba sonriendo bajo la máscara de gato. Asintió sin decir nada y se alejó, esquivando diestramente una lluvia de kunais y dirigiéndose hacia Ibiki y a los de la Arena.
Pero luego vio con horror cómo ocho o diez enemigos caían sobre ella.
Rosutaimu blandió la katana con maestría, abriendo heridas largas y hundiéndola en la carne de sus atacantes, pero pronto uno la derribó con una patada en el centro de su espalda. Genma lo vio todo rojo y se lanzó en contra de los tres tipos que quedaban, al mismo tiempo que uno se inclinaba y le arrancaba la máscara de gato a la chica.
Los cabellos brillaron bajo el sol naciente, rojos como rubíes. Genma se detuvo como si lo hubieran sujetado. Unos ojos grises se posaron brevemente sobre los suyos, delatando aprensión, nerviosismo, miedo, desesperación... furia.
— Eres muy bonita para ser una Ninja Cazadora, mujercita —dijo uno de los tipos, hendiéndole el hombro izquierdo con un kunai, con el correspondiente gemido de dolor provocado—. Lástima que las órdenes de Kabuto-san hayan sido de terminar con la basura de Konoha... serías de muy buena utilidad durante las noches frías de Niebla... —remató, pasando un dedo por la mejilla de Saya, quien mostró los dientes y sus ojos centellearon con fiereza.
— Primero muerta —siseó, antes de lanzar un pie hacia arriba y desencajarle la mandíbula de una patada mientras otro caía con el cuello lleno de senbons. Saya liberó su katana y atravesó al que quedaba por el centro del pecho, mientras la hoja de un kunai se clavaba en su cuello—, que ser juguete de un tipo tan asqueroso como tú.
— Saya... —ella alzó los ojos y los clavó en los de Genma. Se veía claramente que estaba furioso y preocupado—. ¿Por qué...¿Por qué no dijiste que...?
— ¡Ryukai! —gritó Ibiki junto a un Asuma muy malherido, Kurenai estaba inconsciente—. ¡Trae tu trasero acá, necesitamos ayuda!
— Lo siento, Genma... —susurró ella bajando la cabeza y alejándose... para caer unos metros más adelante. La pelinegra se desligó del abrazo del ninja copia y corrió hacia Saya, con rostro alarmado.
— ¡Saya-chan!. ¡Maldita sea, mujer, no te me mueras ahora! —exclamó la chica cayendo de rodillas junto a ella y volteándola. Tenía tres kunais clavados en su cuerpo y la sangre se extendía, manchando el blanco del uniforme ANBU. Kakashi llegó junto a ellas en un momento donde notó que Sakura hacía varios Genjutsus sobre Asuma y Kurenai.
— Mierda... —murmuró Kakashi contra su máscara—. ¿Tú sabías que era ella?
— ¿Dónde está tu nariz, Hatake-kun? —replicó ella—. Es imposible no reconocer ese perfume, yo misma se lo regalé cuando vivía en la Arena... es el mismo que usaba desde hace años... ¡Demonios!
— Midori-chan... —llamó débilmente Saya, abriendo los ojos—. Aún no me puedo morir, no te preocupes... aún tengo una misión que cumplir...
— Baka! —increpó la pelinegra, canalizando algo de chakra en las heridas provocadas por los kunais—. ¡Al carajo con la misión!. ¡Por una vez en tu vida, descansa y deja que otros se ocupen de ti!
Kakashi bufó. Sabía que Saya no descansaría antes de acabar con Kabuto o con la Akatsuki. Extrayendo uno de los kunais poco a poco, Saya siseó del dolor y miró al ninja copia.
— ¿Qué?
— Nada, Saya-chan... te ves muy bien de ANBU, sabía que lo lograrías...
— Oh, ya cállate, Kakashi-kun —gruñó ella, antes de sisear de nuevo por el kunai que sacaba Midori de su pierna.
El sensei del equipo siete se levantó, dejando a la pelirroja en manos de Midori. Le hizo señas a Genma para que le siguiera, lo que él hizo... luego de pasar junto a Saya sin mirarla.
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A/N:. Nabiki, gracias! De hecho Kakashi ya tiene pareja, linda, así que ese pairing no va así xD
Tampoco es NejiHina, lo verás más adelante... :-P
Nadeshiko,. ¡gracias por seguir mi historia! Espero que esta escena de batalla no te resulte tediosa... :-P
