Disclaimer: Se ha determinado que las mascotas preferidas de los rubios son los sapos. ¡Regálale a tu rubio un sapito para navidad! (No, no es mío, maldición... ¬¬)
Capítulo 8: Confrontación
Todo estaba listo para el regreso a Konoha. De los de la Arena, sólo Kankuro lucía un parche en la cabeza. Midori y Temari salieron ilesas de la batalla, gracias a Kakashi y su rapidez en el combate. Ibiki tenía unos cuantos golpes, mientras Asuma y Kurenai se habían llevado la peor parte, pero ya estaban en franca recuperación.
Genma deambuló por las afueras de la tienda de "Rosutaimu", dudando en entrar. Después de lo que había presenciado en la pelea y la mirada desesperada que Saya le lanzó antes de que esos tipos la agredieran, puso a trabajar su cerebro un poco más y decidió forzarla a enfrentarlo de una buena vez.
Caminó hasta la entrada, siendo interceptado por Midori. Esta sonrió al verle, mientras él le ofrecía una de sus lucidas sonrisas. Esta sacudió la cabeza.
— Buenos días, Genma-san... ella le está esperando.
El examinador de cabellos y ojos color caramelo parpadeó sorprendido, para luego asentir.
— Gracias, Midori-san...
Entró en la tienda, donde Saya estaba sentada en el futón con el torso completamente vendado. Sus hombros relucían a la luz de la mañana que se colaba por la ventana de tela, mientras que sus cabellos estaban totalmente recogidos en un apretado rodete circular.
— Qué bueno que estás bien, Saya... —dijo como saludo, sentándose despreocupadamente en la silla junto al futón. Ella hizo una mueca indiferente y cerró los ojos con fuerza al intentar cruzarse de brazos—. Mou, Saya, no seas malcriada...
— Hay veces que pienso que Midori se ríe de mí cuando salgo con alguna herida en una pelea, porque sabe que odio las agujas...
— ¿Incluyendo los senbons? —preguntó Genma, apretando el que tenía entre los labios. Ella rodó los ojos y lo miró de reojo.
— De hecho, sabes que odio las agujas médicas, no los senbons... pensé que no querrías verme, Genma... ¿qué haces aquí?
— Quiero respuestas, Saya —respondió él, muy serio—. Quiero que me digas la verdadera razón de que hayas escondido tras una máscara de gato. Quiero que me digas por qué me salvaste la vida ayer. Pero, más que todo, quiero saber por qué te fuiste por quince años sin siquiera hacérmelo saber...
— Creí haberlo dicho todo ya frente a la tumba de Sakumo-sensei, Genma —replicó la pelirroja, sin levantar la cabeza—. ¿Qué más quieres saber?
Genma se arrodilló frente a ella y la tomó de la barbilla, forzándola a mirarlo. Ella aspiró ruidosamente por el súbito movimiento.
— No es suficiente —murmuró secamente—. Te fuiste por quince años, Saya... y ahora regresas con esa actitud rabiosa y llena de venganza... ni que fueras del clan Uchiha, por Kami...
Saya bajó la mirada.
— No lo entiendes,. ¿verdad, Genma? —susurró quedamente—. Me fui porque tenía que irme,. ¿cuántas veces quieres que te lo diga? Me fui porque no soportaba vivir un momento en una villa a la cual no le importaba la muerte de mi sensei, ni la muerte de mi madre.
— ¿Y tampoco soportabas vivir conmigo, Saya? —replicó él entre dientes, partiendo el senbon—. Estuviste viviendo en mi casa, conmigo y mis padres, porque no tenías el valor de dormir en tu propia casa... ¿aún puedes recordarlo? Noche tras noche te quedabas dormida entre mis brazos porque las pesadillas no te dejaban en paz, no te importaba nada si estabas conmigo... ¿dónde quedó la devoción que nos teníamos? Me dejaste sin una explicación, ni una carta siquiera...
— ¿Eso es lo único que recuerdas? —respondió ella con voz triste—. ¿No recuerdas los constantes comentarios de la gente a nuestras espaldas? La alumna de Hatake, la madre de la alumna de Hatake... la alumna de Hatake,. ¿recuerdas?. ¿No? Ah,. ¡pues la vieron pasando el tiempo con Yondaime! Kami... Genma,. ¿qué querías que hiciera, que me quedara a ver cómo destruían la confianza que tenían tus padres en ti?
Genma se quedó callado. Saya trató de moverse, pero los vendajes de su pecho estaban muy apretados y sólo pudo dejar escapar un suspiro entrecortado.
— El escándalo hubiera sido demasiado para ti, Genma. No sólo el que estuvieras involucrado sentimentalmente con la alumna del ninja más juzgado, sino el hecho de la murmuración porque yo estaba viendo a Yondaime-kun... nadie lo sabía, pero estaba vigilando el entrenamiento de Kakashi. Yondaime-kun lo sabía y no le molestaba, de hecho me animaba a que observara el entrenamiento desde lejos... pero el chisme de moda entre las viejas en el mercado era que el Rayo Amarillo de Konoha se estaba viendo secretamente con una chica muchísimo menor que él... además de ser la alumna del detestado Sakumo Hatake. ¿Hubieras confiado en mí si te hubiera dicho que no podía decirte sobre mi tiempo con el Cuarto? Lo dudo.
Con dificultad, Saya se arrodilló en el futón y se levantó. Tomó su camisa y salió de la tienda, no sin antes volverse a Genma.
— Por si te causa curiosidad saberlo ahora, Yondaime-kun y yo sólo éramos amigos. Nunca pasó nada entre nosotros, porque mi corazón lo tenía entre las manos un shinobi que usaba el hitai-ate al revés desde que era un Genin.
Dicho esto, se colocó con cuidado la camisa de red y salió de la tienda. Genma maldijo entre dientes y se levantó, notando que su pie chocó con algo que estaba escondido debajo del futón. El tanto.
Lo recogió lentamente y lo desenvainó. La hoja estaba impecable, al igual que los kanjis que había mandado a grabar expresamente para la ocasión del obsequio.
"No hay mucho tiempo para el amor; para el desamor, hay una vida."
Los recuerdos inundaron la mente del shinobi.
— ¡Genma-kun, Genma-kun! —exclamó la chica pelirroja corriendo hacia él. Con apenas doce años y ya le había entregado su corazón. Él sonrió ampliamente mientras se daba la vuelta y corría, pero hacia el otro lado—. ¡Mou, Genma-kun!. ¿A dónde vas?. ¡Espera!
Corrió hasta el claro donde ella siempre entrenaba con Sakumo, recogiendo una ramita del suelo y mordiéndola. Era un día tranquilo, soleado y sin nubes.
— ¡Te encontré!
La chiquilla cayó encima de él, rodando ambos por el suelo. Saya se incorporó un poco y se echó el cabello hacia atrás, mirando a Genma reír como loco.
— Kami, Saya-chan... un día de éstos me vas a partir el cuello...
— Sumimasen, Genma-kun... —dijo ella plantándole un sonoro beso en la punta de la nariz—. ¡Adivina qué!. ¡Pude calificar para las pruebas de Chuunin!
Genma sonrió cálidamente, aceptando la mano que ella le tendía.
— ¡Eso es genial, Saya-chan! Ahora podré ir a verte luego de las pruebas de Genin...
Ella abrió los ojos entre sorprendida y decepcionada.
— Pero... no podré ir a verte... me estarán preparando para el examen...
— No te preocupes... sé que saldremos de ésta y luego iremos al Ichiraku a celebrar,. ¿qué te parece?
— Bueno... pero primero,. ¡esto! —dijo ella alegremente—. ¿Recuerdas el hitai-ate que llevaba Sakumo-sensei cuando me aceptó como su estudiante? —Genma asintió, encontrando otra ramita—. ¡Pues me ha dicho que lo perdió!. ¡No entiendo cómo pudo perderlo! Por eso es que le conseguiré otro como regalo... le dije a mi mamá para que me ayudara, y me dijo que ella se encargaría de todo... ¿qué te parece?
Sí, ahora lo veía todo claro. La madre de Saya siempre fue muy condescendiente con su entrenamiento, aún cuando era muy raro que una madre shinobi consintiera en que la única hija y descendiente de la familia siguiera los pasos del ninja...
Genma salió de la tienda con el corazón en un puño. Había metido la pata hasta el fondo.
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— Mou, Saya-chan,. ¿cómo te sientes?
— Como si Gamabunta me hubiera pasado por encima —respondió la pelirroja, detrás de sus lentes oscuros. Kakashi ahogó una risita—. Midori ha sido de excelente ayuda... agradezco de verdad que esté aquí...
— No puedo negar que siento mucha curiosidad por saber cómo se conocieron —admitió el ninja copia—. Ella es una de las pocas personas que permites que se acerque a ti...
— Nos conocimos en la Arena, yo estaba buscando plaza para trabajar mientras ella era la entrenadora de Chuunins, como te expliqué ya —contó Saya, mientras se palpaba las heridas y canalizaba un poco de chakra en ellas, suspirando aliviada—. Se presentó un problema con unos ninjas perdidos de Niebla en las afueras de la Arena, el Kazekage envió gente para allá... y yo por casualidad estaba pasando por allí...
— Lo que quieres decir es que fuiste a ver si esos ninjas eran algunos de los que buscabas,. ¿ne?
— Aa... pero todo me salió mal, porque Midori pensó que yo andaba con ellos... tuvimos que pelear, luego fue que se dio cuenta que yo no tenía hitai-ate de ninguna villa...
— Saya-chan, ahora eres ANBU... ¿por qué no llevas uno?
— No merezco llevarlo —respondió ella, terminante—. Además, para todo el mundo estoy muerta,. ¿ne? De nada vale que yo proclame que soy una kunoichi de Konoha cuando toda Konoha me piensa muerta. No insistas en eso, Kakashi-kun... es algo que no pienso cambiar.
El ninja copia parpadeó al verla alejarse. ¿Qué bicho le habrá picado? Al volverse, vio a Genma coqueteando abiertamente con dos de las Cazadoras, una de ellas acariciaba el brazo del examinador mientras la otra le murmuraba cosas al oído. Con razón Saya había huido hacia el otro lado... hay cosas que nunca cambian.
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Saya había vuelto a vestir el uniforme de ANBU con la máscara de gato incluida. No quería que le vieran el rostro, sabría Kami por qué.
Lo cierto es que ella se sentía fracasada, exhausta... pero sobretodo, sola.
Llegaron a Konoha en un silencio incómodo. Sasuke y Naruto se fueron con Sakura, mientras el resto de los Ninjas Cazadores, conjuntamente con Kakashi y Genma, pasaron directamente al Cuartel General. Tenían que rendir cuentas a la Hokage.
Reunidos frente a una desarreglada y obviamente recién despierta Tsunade, escucharon a Ibiki Morino hacer su reporte de lo que había sucedido desde que llegaron al campamento de la frontera hasta la pelea. Tsunade no hizo ningún comentario hasta que Morino reseñó la aparición de Itachi y las palabras de Kabuto. Ella cerró los ojos y apretó el pergamino en su mano.
— No podía esperar menos de Orochimaru —dijo al fin. Parecía derrotada, cansada de seguir buscando a su compañero de equipo—. Siempre tuvo un gusto especial por ser Hokage, aunque realmente lo que quiere es ser inmortal...
Saya siseó detrás de la máscara.
— Por favor, Orochimaru no es ningún vampiro, Tsunade —dijo con ironía—. Lo que quiere es asustarnos, desestabilizar la cadena de mando y luego barrer Konoha entera. ¿Qué esperas de ese individuo?. ¡Es del Sonido! Tiene una alianza con Niebla y la Roca... aunque no me extrañaría que Relámpago estuviera metida en esto también.
— ¿Y qué pruebas tienes de eso, Ryukai? —gruñó Ibiki, mirando sobre la mesa llena de papeles y mapas.
— Las que le entregué a la Hokage hace un tiempo, Morino-san —respondió con seguridad—. He pasado la mitad de mi vida rastreando a Kabuto, buscando sus puntos débiles y de paso, los de Orochimaru; luego de que se supo acerca de su reintegro a la Akatsuki, expandí mi radio de búsqueda. Me enteré de la masacre de los Uchiha en la Arena, Midori-chan me lo contó. Y ahora estoy aquí pagando mi deuda con la Hokage... y con Konoha.
— Quítate esa máscara, Ryukai —pidió Tsunade. Luego de un instante de vacilación, Saya obedeció. Tenía la cara pálida y los rasgos tensos—. Creo que es hora que compartas tu experiencia en Sonido,. ¿no crees?
Saya echó la cabeza hacia atrás con hastío. Ya se estaba cansando de las historias de su vida de errante, pero no podía hacer más nada sino cumplir con la orden.
— Me fui de Relámpago porque uno de mis contactos me alertó sobre unos movimientos extraños en Sonido, después de que ustedes estuvieron por allí. Al llegar, lo primero que pude darme cuenta fue que el poder de Manda-sama aún seguía en la casa del Kage, haciéndome sospechar de inmediato sobre la derrota definitiva de Orochimaru. Me descuidé en mis apresuradas averiguaciones y pronto fui atrapada por Itachi y el monstruo ese que lo sigue a todos lados, Kisame.
Todos contuvieron el aliento. ¿Cómo es que estaba viva después de lidiar contra Itachi? Saya sonrió apáticamente al observar los rostros de los presentes.
— Mou, no me miren así. Itachi cuando no está cegado por una furia incontenible, puede resultar ser bastante informativo. Me contó sobre lo que había hecho en la Casa Uchiha, esperando una reacción de mi parte. Gracias a Midori, no hubo ninguna. Continuó contándome sobre las personas que había asesinado, sin conseguir que yo hiciera una mueca. Hasta que me nombró a mi sensei y perdí la cabeza.
Saya bufó y extendió los dedos hacia Asuma, pidiéndole silenciosamente un cigarrillo. Después de encenderlo, prosiguió.
— Tuve que hacer uso de todas mis fuerzas para no ser víctima de una violación por parte de ese tiburón maldito, pero afortunadamente Itachi lo envió a una misión fuera de la casa. Pude esquivar el Mangekyou Sharingan haciendo un Jutsu sobre mis ojos, perdiendo la vista temporalmente. Esto hizo molestar al Uchiha, pero al ver que no tenía hitai-ate que me delatara como ninja perdida de alguna villa, dio por sentado que yo era del Relámpago. Me preguntó cómo supe de sus acciones en Konoha, a lo que le respondí que los rumores corrían rápido. Cansado de mis evasivas, me golpeó hasta que se cansó.
Genma no levantó los ojos en todo el relato. No podía imaginar cómo un ser humano podría aguantar tanto abuso a su cuerpo sin desfallecer o morir.
— En cuanto se dio cuenta del Jutsu, usó el Sharingan, descubriendo en el acto mis puntos débiles. Mi madre, Sakumo-sensei, Yondaime, Kakashi-kun y... Genma Shiranui. Fue terriblemente divertido para él averiguar toda mi vida mediante esos condenados ojos que tiene, por lo que cuando terminó conmigo me arrastró fuera de la casa del Kage y me dejó en el bosque... aunque sí me confundió con las últimas palabras que me dijo: "Regresa y diles lo que haremos".
Shizune escribía furiosamente en un rollo mientras los demás guardaban un respetuoso silencio. Saya se levantó y se acercó a la ventana, respirando el aire de la noche.
— Como ven, Itachi tiene algo en mente, ya sea bueno o malo, las palabras que me dijo en el bosque pude compararlas con la expresión de su rostro cuando apareció ante nosotros. Algo me dice que el Uchiha no quiere por ningún motivo que Orochimaru ataque Konoha... pero aún no comprendo es por qué Kabuto accedió a darnos esa advertencia en vez de arrasar con la villa.
— Gracias, Saya... ahora que todos lo saben, quiero que vayan preparando todo lo que puedan. Me gustaría que Temari-san y Midori-chan fueran a la Arena y pusieran al corriente al Kazekage... creo que vamos a necesitarnos mutuamente. Ahora, pueden retirarse... Morino, quédate un momento.
En la entrada, Kakashi interceptó a Saya, seguido por Midori.
— Oi, Saya-chan... vamos a comer —dijo con su habitual desparpajo—. ¿No tienes hambre?
— No, Kakashi-kun... sólo quiero ir a casa--
— Mou, Saya-chan, yo invito, no te hagas de rogar... —intervino Midori—. Además, tenemos algunas cosas de qué hablar,. ¿no te parece?
Saya meneó la cabeza con una leve sonrisa.
— Contigo no se puede, Midori-chan... comeré con ustedes y luego me iré a casa,. ¿entendido?
Midori y Kakashi compartieron una sonrisa secreta que pasó desapercibida para la pelirroja.
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A/N: Un capítulo de relleno como quien dice, pero que explica varias cosas.
Mery-Uchiha: Jeje, ése es el Genma que conozco... sexy, pero se porta demasiado mal... ¡Gracias por tu review!
¡Nabiki-chan! La pareja de Kakashi/Midori es un regalo que le hago con mucho cariño a mi mejor amiga, qué bueno que te ha agradado... no te preocupes, que viene un lemon pronto, ten paciencia... jijiji...y me halaga que sea éste el fic que estés leyendo actualmente, así que me apuraré con las actualizaciones... ¡Muchas gracias!. :-)
