Disclaimer: Se ha determinado que usar un hitai-ate en plena calle te da status de Shinobi. ¿Alguien me regala uno? (No, no es mío, damn it...)
Capítulo 15: Here with me
La paz retornó a Konoha gradualmente.
El Monumento a los héroes caídos fue ampliado, para dar cabida a los nombres de los que habían fallecido en esa última batalla. El sol brillaba sobre la villa, como dándole apoyo por las pérdidas que habían sufrido. Anko había perecido, ayudando a Tsunade a pelear contra Manda. Jiraiya aún estaba en el hospital, recuperándose de la tremendamente venenosa mordida de la serpiente que una vez estuvo al servicio de Orochimaru.
Tsunade había salido recientemente de los cuidados médicos, aunque volviendo al hospital todos los días. Temari se encontró cuidando de un Shikamaru bastante gruñón y quejica, pero no le importó mucho, de tan aliviada que estaba por su supervivencia. Kankuro había encontrado a Tenten en el campo malherida, por lo que hacía la misma tarea que su hermana... pero con resultados más agradecidos de parte de la especialista en armas.
Midori leía un trozo de Icha Icha Paradise a un atractivo Jounin de cabellos plateados, el cual le sonreía ampliamente, coaccionándola a que continuara, mientras ella se sonrojaba enormemente. Finalmente, ella claudicó y lanzó el libro por la ventana, el cual impactó en la cabeza de un Ero-Sennin que huía de las agujas, los medicamentos... y la furia de una enfermera acompañada de la Hokage.
La pelinegra suspiró. Habían pasado pocos días y parecía que hubieran pasado décadas.
Saya aún no despertaba del Jutsu de sueño al que la sometieron. No había querido separarse de Genma mientras lo llevaban al hospital, por lo que tuvo que ser noqueada por Kakashi. Midori recordó el rostro desesperado y anegado en lágrimas de la pelirroja, sostenida a duras penas por Raidou, mientras Ibiki llevaba el cuerpo de Genma a cuestas.
— Está bien, Mi-chan. Ella estará bien —murmuró Kakashi desde la cama. Ella alzó la vista y le devolvió la sonrisa, aunque insegura.
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Sasuke recobró la conciencia, sintiendo su cuerpo embotado y adolorido. Volvió la cabeza, notando los mechones de cabello rosa que reposaban a su lado. Lentamente, posó la mano sobre la cabeza de Sakura, la cual despertó por la sutil caricia.
Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas al ver la sonrisa cansada del último de los Uchiha.
— Sasuke-kun... —murmuró, tomando su mano.
— Está bien, Sakura... —respondió en un leve susurro—. Ya todo terminó...
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Naruto había salido del hospital al día siguiente, el chakra del Kyuubi como siempre lo había ayudado a sanar prontamente. Pero pasaba sus días en el hospital, junto a sus amigos, para luego ir a la Mansión Hyuuga a visitar a Hinata. Se había dado cuenta tardíamente de los sentimientos de la heredera de los portadores del Byakugan, por lo que trataba siempre de responderle, aunque torpemente.
Mirándola dormir, respiró profundamente. ¿Así era como se sentía estar en paz?
Tal vez ahora... podría mirar hacia delante.
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Saya finalmente despertó. Tenía el brazo en un cabestrillo, aún en proceso de curación. Los Jutsus médicos que le había administrado Tsunade aún estaban trabajando, reconstruyendo el tejido que había sido cercenado. Miró su mano, la cual lucía una aguja intravenosa, recordándole con ironía ese día en el cual despertó en ese mismo hospital, con tantas culpas por dentro que no la dejaban respirar.
— Genma...
Intentó levantarse, pero no tenía fuerzas. Suspiró y volvió a intentarlo, sin resultado.
— Mou, Saya-chan, te vas a abrir esas heridas si continúas moviéndote así...
La voz profunda de Kakashi la sobresaltó. Éste lucía la bata del hospital, caminando apoyado de una Midori que vestía una bata idéntica. Saya les ofreció una pequeña sonrisa a manera de disculpa.
— Gomen nasai... —murmuró, reclinándose de nuevo—. Midori-chan, Kakashi-kun... Genma...
Ellos se miraron, dudosos.
Saya comenzó a llorar silenciosamente.
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Neji salió de la Mansión Hyuuga acompañado de Naruto. Querían visitar a sus compañeros de equipo en el hospital, por lo que caminaron juntos hacia el centro médico.
— ¿Entonces Sasuke mató a su hermano? —preguntó el Hyuuga, incapaz de contener la curiosidad. El rubio se rascó la cabeza, intentando poner en orden sus ideas.
— Pues, así parece —respondió al fin—. Itachi le dijo algo acerca de la noche de la masacre, algo que nadie sabía. Al parecer los Uchiha que él asesinó estaban planeando un golpe contra la abuela Hokage, o algo así... Oi, ya no recuerdo...
— La historia no va así, Naruto-kun —interrumpió Sakura a su espalda, sonriendo brevemente—. Itachi le indicó a Sasuke que el clan Uchiha estaba corrupto, pues estaban aceptando sobornos de la gente del Sonido y de Niebla para que relajaran la vigilancia en Konoha (ya sabes que los Uchiha eran los oficiales de policía acá, antes de todo eso)... tuvo que matarlos, pues había descubierto todo en una de sus misiones cuando era ANBU. Se convirtió en ninja perdido por elección, para cubrir sus acciones y evitar que la vergüenza cayera sobre el apellido y perjudicaran a Sasuke-kun... por eso, dejó que Sasuke tomara su venganza, para completar el ciclo de karma que se había auto impuesto.
Neji ponderó las palabras de la pelirrosa, mientras Naruto aún seguía rascándose la cabeza.
— ¿Pero por qué no explicarle eso antes a Sasuke para que viera que estaba libre de culpas? —preguntó de nuevo el genio de los Hyuuga—. ¿No era más fácil hacer eso que pasar la mitad de su vida huyendo y siendo tildado como un criminal?
— El problema está, Neji, en que el mismo Itachi dijo que la sangre de sus congéneres estaban aún manchando sus manos. Su lógica era implacable y, según como lo veía, nunca podría escapar de la justicia. Y sabía perfectamente que esa justicia vendría en las manos de Sasuke-kun... por eso, dejó que Sasuke-kun lo acabara, para descansar finalmente y pagar sus pecados.
Todo salía a la luz. Neji observó los rayos del sol que caían gentilmente sobre los cabellos rosados de Sakura y comprendió la razón y el por qué Sasuke la había elegido. De pronto, alguien chocó contra él y lo sacó de sus pensamientos.
— Sumimasen —dijo la chica. Era una de las de la Arena, que había venido con el Kazekage para visitar Konoha, fortalecer tratados, rendir homenaje a los caídos... y verificar que sus hermanos estuvieran vivos, claro. La desconocida lo miró de arriba abajo, alzando una ceja. Tenía un tono de cabello bastante notable, la mitad de color negro y la otra mitad en rojo, sus ojos eran grises claros, como un día parcialmente nublado.
— No te preocupes —dijo casualmente—. Yo no veía por donde iba.
— Eso era obvio —replicó la chica, alejándose—. Para la próxima fíjate por dónde caminas.
Sakura y Naruto se sonrieron al ver la cara de intriga que tenía Neji, al ver alejarse a la kunoichi.
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— ¿Estás segura que estás bien?
— Maldita sea, Ototo,. ¡déjame ir o me pondré a gritar!
— Está bien, está bien... sólo lo digo por tu bien, Oneesan... no quiero verte más herida de lo que ya estás, es todo...
— Kakashi-kun, cuando tenga el brazo curado, te golpearé en la cabeza hasta que me canse, te lo prometo —dijo Saya apretando los dientes, caminando lentamente del brazo de Raidou. Kakashi se rascó la cabeza, curvando su ojo visible con una sonrisa avergonzada debajo de su máscara—. Raidou-san, por favor...
Entraron a una habitación a oscuras. La ventana estaba abierta, dejando entrar el fresco aire del atardecer. Un cuerpo estaba tendido en la cama, su rostro a oscuras. Saya observó que su respiración era irregular.
Trastabilló un poco, pero Raidou la sostuvo. Llegó a la cama de Genma, mirándolo bajo la luz del ocaso. Estaba vivo, golpeado y malherido, pero estaba vivo...
— Genma... —murmuró, con los ojos llenos de lágrimas. Deslizó su mano magullada sobre el suave cabello castaño, apartándolo de su rostro. La respiración de Genma se normalizó, tomando bocanadas tranquilas y profundas. Ella sonrió entre las lágrimas.
Raidou y Kakashi se miraron y abandonaron la habitación, dejándolos solos. Definitivamente, no importaba lo que pasase... los lazos de la vida eran irrompibles.
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Genma abrió los ojos. Era una mañana preciosa, podía escuchar los pájaros gorjeando en el árbol junto a su ventana. Se sentía bien, pero el cansancio dominaba todo su cuerpo.
Volvió levemente la cabeza, reconociendo el recinto donde se encontraba. El hospital.
Notó una figura sentada en una butaca junto a su cama... y sonrió levemente.
— S... Saya...
Ella abrió los ojos con un sobresalto. Miró hacia la cama y el alma regresó a su cuerpo.
Se miraron en silencio, bebiéndose la imagen del otro, sintiendo sus presencias, sus respiraciones, el latir de sus corazones. Genma le hizo señas y ella se levantó con dificultad, caminando hacia la cama. El castaño negó con la cabeza y ella suspiró, tendiéndose con cuidado junto a él.
— ¿Te quedas aquí, conmigo? —preguntó él, besando levemente su frente.
— Siempre, siempre estaré... aquí contigo.
FIN
-- Tenna' ento lye omenta --
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AN:. ¡Y se acabóooooo! Jeje, 15 capítulos de una historia que me mantuvo despierta por un buen rato. Espero que les haya gustado... para algún comentario adicional, diríjanse a mi LiveJournal: www. livejournal. com /users /zelha(quítenle los espacios).
¡Muchas gracias por todo!. :-D
