¡Hola! Antes que nada quería agradecer a todo el mundo por sus comentarios ¡ya hay más de 50! Vaya... y yo que pensaba que no la iba a leer nadie... por supuesto también agradezco a toda la gente que no me ha escrito nada, pero que aún así ha seguido leyendo... ¡Gracias!

Y ahora a lo nuestro: este capítulo sin duda no es tan emocionante como el anterior, pero aún así es necesario... además quiero saber qué os parece así que... ¡leed con atención! Hay muchas ideas sugeridas que se pueden desarrolllar...

No me enrollo más¡a leer!

Capítulo 10

Hermione estaba muy cansada después de los acontecimientos de la noche anterior, en los cuales había tomado parte indirectamente, pero era prefecta, y siempre se tomaba sus obligaciones muy en serio. Haciendo caso omiso a esa pequeña vocecita en su interior que le decía que podía descansar 5 minutos más, se levantó y se arregló. Bajó a la sala común. Estaba desierta. Pensó en subir a despertar a sus amigos para que bajaran todos juntos a desayunar, pero en el último momento le dio pena y decidió dejarles dormir un rato más.

Cruzó el agujero que cubría el retrato de la señora gorda soñolienta y con algo de frío y comenzó a bajar las escaleras. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio a...

-¿Malfoy?- preguntó sin obtener respuesta.

Hermione se acercó cautelosamente por si era una estratagema del Slytherin pero comprobó que estaba petrificado de verdad. Odiaba a ese presumido que hacía todo lo posible por amargarles la existencia, pero no podía dejarle así.

-¡Finite incantatem!

Malfoy se derrumbó escaleras abajo. Afortunadamente sólo unos escalones le separaban del suelo. Hermione se acercó corriendo a él.

-Lo siento.- Dijo sin realmente sentir lástima mientras volteaba a Draco.- ¿Qué te ha pasado?

Malfoy estaba fatigado. Llevaba toda la noche petrificado por culpa de Potter... ¡y Snape había pasado de largo ignorándole! Encima tenía que soportar la humillación de que fuera precisamente la sangre sucia quien le rescatase... y le viese en esa vergonzosa situación. No sabía cuanto tiempo había pasado, ni siquiera si había permanecido despierto todo ese rato, pero ahora, tirado en el suelo sentía todos sus músculos agarrotados y no creía que fuese posible volver a levantarse.

-Malfoy.¿ Puedes moverte?- le preguntó Hermione intentando ser amable con él.

Malfoy reaccionó.

-Claro, Granger.- Dijo. Aunque lo intentó, su voz no sonaba tan arrastrada e impersonal como de costumbre.- Déjame en paz.

-Bien, entonces levántate.- Hermione se irguió y se cruzó de brazos, esperando.

Mierda¿es que esa no podía dejar de meter las narices? Qué noche más espantosa. Recordaba vagamente que Peeves le había hecho compañía bastante rato estando petrificado... ¡Oh, no! Si no se iba de allí rápido, más Gryffindors le verían allí... Movió los brazos buscando apoyo, Se intentó incorporar. De sus labios escapó un pequeño resoplido. ¡No tenía fuerzas para levantarse! Y ahí estaba Granger, con los brazos cruzados mirándole. Draco le devolvió la mirada con sus fríos ojos grises.

-¿Y bien¿No ibas a ayudarme?- le dijo todo lo despectivamente que pudo.

Hermione apretó los labios.

-Dime Malfoy... ¿Eres siempre así con los que te tienden la mano? Porque por mí puedes quedarte ahí tirado para que todo Gryffindor te pise cuando vaya a desayunar.

-¿ES que quieres que te lo suplique?

-No estaría mal, para variar... pero yo no soy como tú. Te llevaré a la enfermería... ¿Qué te ha pasado?

-¿Y a ti qué te importa?

Hermione suspiró, y se contuvo para no ahogarle allí mismo. Conjuró un hechizo levitador y fue llevando a Malfoy hasta la enfermería, quien iba pensando en a quién odiaba más en ese momento, si a Potter, Snape, Granger... ¡ni siquiera Pansy se había preocupado de buscarle! Su enfado iba en aumento. Algo habría que hacer.

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Ron y Harry estaban desayunando. Harry le había prometido a Ron que le contaría todo más tarde, cuando no hubiese tanta gente y Hermione estuviera con ellos. Precisamente la chica acababa de entrar en el Gran Comedor y avanzaba entre las mesas hacia donde estaban ellos dos.

-Harry...

Harry iba a sonreírle a modo de saludo, pero ese gesto se esfumó en cuanto vio la cara de su amiga.

-... ¿Qué le has hecho a Malfoy?

Harry suspiró aliviado. Sólo era eso.

-Nada, Hermione, yo sólo le petrifiqué después de que se me delatara gritando... Pero supongo que Snape le llevaría a Slytherin después, porque cuando hemos bajado no estaba.

-Harry, eso ha sido porque me lo he encontrado yo esta mañana y le he llevado a la enfermería. ¡Se he pasado la noche petrificado!

-¿En serio?- Preguntó Harry, y él y Ron se empezaron a partir de risa.

-No es divertido...- dijo ella intentado que los dos chicos le hicieran caso.- ¡Ron! –reprendió al pelirrojo cuando este empezó a toser, atragantándose con la comida.

-Venga, Hermione... ¿A quién le importa?- Dijo Harry con una sonrisilla.

-Harry, tendrá que pasar un día entero en la enfermería.

-Mejor, así tendremos un día sin él... Peores cosas nos ha hecho él a nosotros...-Dijo Ron cuando se recuperó un poco.

-Pero...

-Nada... anda, siéntate y prueba el beicon. Está delicioso.- Ron le ofreció un plato y Hermione le miró duramente, pero se sentó a su lado.

Harry sonrió para sus adentros... hacían buena pareja. Se preguntó si sus padres habrían estado en ese mismo comedor de la misma manera que sus amigos... y entonces recordó la foto que vio en el despacho de Snape...

Dirigió su vista hacia la mesa de profesores. Allí estaba el profesor más ojeroso de lo habitual. A su lado se sentaba Lupin, pero no hablaban. Harry podría jurar desde su asiento que la tensión entre esos dos era palpable. Snape era un mal perdedor. Snape debió notar que le observaban, por que clavó sus pozos negros en los ojos de Harry, quien de repente encontró muy interesante la textura de la mermelada sobre su tostada mientras enrojecía intensamente... si Snape le iba a volver a tratar así, a lo mejor debía de haber perdido... Se imaginó lo diferente que habría sido la mañana si hubiese perdido... llevaría el lacito rosa de la Señora Norris en la cabeza... Puag. No, menos mal que había ganado.

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-¡Pero usted me lo prometió!- Dijo Harry exaltadamente.

-Jovencito, le dije que haría la vista gorda, pero no que le iba a ayudar a prepararla..

Harry estaba en el despacho de Snape, ayudándole a catalogar tarros repugnantes. Había sacado el tema que ansiaba tratar.

-Pero... señor...

-¡Cómo tengo que decírtelo! Y cuidado con ese tarro de allí.

-Debería darle vergüenza... Si desde el principio no pensaba cumplir su parte...- dijo Harry colocándolo en su correspondiente estante.

-¡Era una apuesta estúpida!

-¡Pero era una apuesta¡Y usted perdió! Eso es lo que ocurre, que no quiere admitirlo.

-Apunta Asfódelo en ese de allí...Mira, Potter, soy profesor de pociones...

-¡Por eso!

-¡No interrumpas!... soy profesor de pociones y no puedo permitir que envenenes a nadie.

-¡Por eso debería ayudarme!- Harry anotó "asfódelo" sobre uno de los tarros y lo depositó sobre un estante.

Snape se apartó un poco de la estantería frente e la que estaban. Pasado un rato prudencial Harry dijo:

-Si no... podría pedirle a Remus que sea justo... No le hizo mucha gracia descubrir que le había intentado engañar...

Snape se giró para encararle.

-¿Me estás coaccionando?

-Esa palabra es muy fuerte... yo más bien diría que es un pequeño chantaje...- Harry sonrió.

-Maldito mocoso...¿Y qué me puede hacer exactamente tu querido licántropo?- preguntó Snape cautamente... en realidad estaba sorprendido... y encantado. ¿Cómo es que ese niño no estaba en Slytherin?

-Bueno... puede usar la fuerza bruta en su forma de Licántropo...

-Sí, si no se tomase la poción matalobos y se arriesgase a llevarse por el camino a alguien más que a mi persona... – "Vaya ridiculez de amenaza... retiro lo de ser Slytherin".

-...o puede contarles a todos lo que estuvo usted haciendo ayer.

Snape ensanchó su sonrisa.

-En ese barco nos hundiríamos todos, incluido Lupin.

Harry se quedó sin argumentos.

-Profesor... ¡Sólo le pido que supervise lo que yo haga¿Quién coño lo va a descubrir?

-Ese lenguaje... -.Pero Snape se quedó pensando. Miró a Harry, quien esperaba expectante,

El chico tenía razón... si él no decía nada, todo podría quedar muy natural y nadie tendría por qué saberlo... ¿por qué se sentía tan bien con Harry suplicándole? Desde siempre había adorado que la gente estuviera bajo su pie, suplicando... pero ahora con Harry, era diferente, y no sabía por qué... Ya lo analizaría más tarde.

-En qué poción pensabas exactamente?

Harry sonrió ampliamente, le hubiera gustado abrazarle, pero se contuvo a duras penas... No sabía cómo podría explicarle a su cerrado profesor ese gesto.

Horas más tarde Severus Snape estaba en su despacho tranquilamente saboreando el té que se había preparado. Esta imagen plácida, no se correspondía para nada con el torbellino de ideas que le acudían a la mente. Había perdido. Había perdido ante Potter... claro que el chico había tenido ayuda... ya se las vería con el elfo y con el lobo más tarde. Ahora tendría que ceder y ayudar a Harry a hacer una poción amorosa, las que más odiaba de todas. Si bien creía que Malfoy merecía que fuese el conejillo de indias por haberle fallado Snape no reconocería que él solito se lo había buscado

Sí, por un fugaz momento había creído que había atrapado a Harry, y efectivamente lo había pillado, pero demasiado tarde, cuando ya Harry había ganado. Recordando esa escena en su mente había algo que no encajaba del todo... ¿no estaba metido con Harry bajo una manta? Sí... y además se había sonrojado cuando le había cogido... últimamente ese chico se sonrojaba demasiado. ¿O es que nunca antes lo había notado? Recordó las tardes que había pasado con él... no, definitivamente la costumbre de Potter de sonrojarse ante él era una novedad. Esa tarde en concreto le había descubierto mirándole fijamente en varias ocasiones, mientras clasificaban los ingredientes de su estantería... ¿o le parecía a él?

"Hum... si no fuera porque estamos hablando de Potter y de mí, diría que el chico está enamorado de su profesor..."

Snape ahogó una risa. El simple hecho de pensar algo así, le hacía gracia... si Potter le descubriese pensando eso, no pararía de reírse de él hasta hartarse... Snape encontraba a Harry un muchacho guapo, condenadamente guapo, de hecho, pero de ahí a que le gustase... de ese modo... Snape volvió a sonreír.

La verdad es que Potter estaba siendo una caja de sorpresas, ya no le extrañaba que todo el mundo le quisiese (aunque algunos demasiado). Además, gracias al chico había empezado a cambiar, a darse cuenta de que no podía seguir siendo así... gracias a eso, y a las ya incontables tardes y que habían pasado juntos, había empezado a cogerle cariño, pero nada más.

Snape repasó mentalmente otros síntomas que pudiese tener Harry de enamoramiento, y se empezó a tomar en serio la idea, de que a lo mejor... por ridículo que pareciese, Harry estaba sintiendo algo por él. No tenía por qué estar precisamente enamorado... a lo mejor era otra cosa, o a lo mejor eran sólo imaginaciones suyas... pero Snape confiaba en su intuición, y decidió vigilar a Harry. No quería hacerle daño, si se enamoraba de él, no sólo sería un problema, haría que Snape se sintiera culpable, por no haberlo evitado a tiempo cuando pudo... Tal vez debería presentar a Potter a otros estudiantes de su edad... atractivos, y a ver qué pasaba. Si se liaba con alguno o alguna, él quedaría descartado y sus sospechas también...

"¿por qué estoy pensando en estas cosas tan ridículas? Parezco una casamentera"

Y absorbiendo su té, se acomodó en la silla. Esa tarde Potter y él habían decidido hacer un filtro amoroso de poca potencia... lo suficientemente fuerte como para que Malfoy se enamorase, pero que no le hiciese hacer locuras por los pasillos... lo fundamental era que nadie descubriese que detrás de todo había una poción. Snape sonrió. Iba a ser divertido.

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A la mañana siguiente Harry se despertó sin prisas. Era Sábado, y no tenía nada que hacer salvo algunos deberes que dejaría para más tarde y pasar el tiempo "castigado" con Snape. Nada más recordarlo, Harry esbozó una sonrisa... ¡Snape había accedido a ser su cómplice con lo de la poción¡Iban a trabajar codo con codo sobre el mismo caldero! Meses atrás, esto le habría parecido una pesadilla, pero ahora era un sueño... un sueño que pronto se haría realidad.

Esbozó una sonrisa mientras se acurrucaba entre las sabanas disponiéndose a descansar un rato más.

Una sombra avanzaba entre las frías paredes de piedra. Torcíó a la derecha y encontró una puerta al final del corredor. Por fin había llegado. Tardaría bastante en recuperarse completamente, por lo tanto, también en vengarse, pero lo haría. No en vano había escapado de la cárcel... claro que con ayuda de su Señor. Los del ministerio eran estúpidos. Los dementores estaban del lado de su Señor. Después de tanto tiempo también le iba a ver a él. Abrió la puerta y atravesó el umbral. Ahí estaba, se arrodilló ante él y a gatas se acercó para coger el bajo de su túnica y besarla.

-Mi señor... mi Señor... habéis sido mi salvador... no os defraudaré nunca más.

-Mi aristocrático mortífago... – susurró una voz fría por encima del hombre -. ¿Cuantas veces más tendré que oír esas palabras de tus labios... Ya estoy decepcionado...

El hombre que se postraba sobre el suelo comenzó a temblar...

-Pero...

-¿Sabes? Los dementores están de nuestro lado... ¿Porqué has esperado a que yo malgastara mi tiempo liberándote¿Te crees más importante que yo mismo?... ¿o es que... no quería volver a mí?

El otro se retorcía desesperado y agarraba la túnica del Lord arrugándola.

-Señor... yo no...

-¡Silencio¡Y deja de manosear mi ropa¡¡CRUCIO!

-AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH

-AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH- Harry se tapaba la cicatriz con la mano... ¡otra vez no!

Mirando a su alrededor descubrió la pecosa cara de Ron sobre él. Tenía cara de asustado. Harry se recostó en la cama y Ron se alejó un poco de él. No había nadie más en la habitación

-Harry... ¿Qué ha pasado?

Pero antes de que el chico pudiese responder, la puerta de la habitación se abrió y Hermione entró corriendo con un periódico entre sus manos.

-Chicos... Lucius Malfoy se ha escapado de Azcaban.

Harry cerró los ojos. Esperaba que sólo fuese una pesadilla, pero no había tenido esa suerte.

Ron le miró preocupado.

-¿era eso?

Harry asintió. Hermione les miró a los dos, interrogante. Pero ninguno le explicó nada. Harry no quería que Hermione supiera que todavía era vulnerable a esas visiones... con el estómago revuelto se imaginó en lo que diría Snape si se enteraba de sus clases particulares de occlumencia habían vuelto a fallar..

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Draco recibió la noticia con alegría. Se había extendido por todo el colegio y había llegado a la enfermería gracias a Blaise, que había ido a verle. No se sabía a ciencia cierta dónde estaba su padre, pero seguro que estaba a salvo. La Señora Pomfrey le dio el alta esa mañana... Dos cosas buenas en un solo día... para compensar la noche anterior.

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¡Holaaaa! Ya estoy aquí de nuevo. Como veis las cosas van a empezar a cambiar bastante, porque los mortífagos empiezan a moverse¿Cómo afectará esto a la vida de nuestro chico dorado? Eso habrá que verlo. Siento que todavía no haya puesto nada sobre la poción de Malfoy, pero es que si no, me alargaría demasiado, y (lo creáis o no) este capítulo me ha costado bastante de escribir.

Antes de oír ninguna crítica al respecto¿os habéis fijado en qué rápido viajan las noticias en el mundo mágico? Harry tiene la visión en tiempo real y poco después aparece Hermione con un periódico en la mano... hay una explicación: Harry ve a Lucius cuando ya está "seguro" (si es que estar bajo constantes crucios puede llamarse así), pero había escapado de Azcabán antes, es decir, que sí que es posible que Hermione lo sepa a la vez que Harry, pero por otros medios.

No sé si a los que escribís fanfics os pasa como a mí... Me siento como una marionetista que mueve los hilos de todos a la vez... como si estuviera jugando al ajedrez y supiera exactamente cómo mueve cada ficha y por dónde debe avanzar... en fin, qué metafísica que estoy hoy.

Y ahora mis preguntitas de interés¿Queréis que continúen haciendo la poción esos dos a pesar de que ahora hay cosas más importantes en qué pensar¿Queréis que los Malfoy piensen igual respecto a Voldemort¿Y si Lucius realmente no quiere seguir en las filas mortífagas pero su hijo sí¿y al revés: que sea Lucius quien empuje a Draco a que se haga mortífago contra su voluntad¿Cómo se tomará Snape la noticia de Lucius?... en fin, todo lo que se os ocurra será escuchado... de hecho Draco se ha librado por un pelo de enamorarse de Harry gracias a unos contundentes comentarios... jajaja, gracias a tods por comentar.

Hasta prontooooooo

Nota¡¡¡¡¡sólo una semana y ya tendré el sexto en mi poder! Soy feliz! Por eso quiero apresurarme a escribir el siguiente capítulo... ¿me daréis una medalla si actualizo antes del sábado?