Holis! Pensaba publicar esto mañana... ¡el cumple de Harry! Pero ya que lo tengo y que tengo tiempo para subirlo... pues aquí lo tenéis. Tampoco está mal que lo suba hoy: es el cumpleaños de Neville...
Una cosa: encontraréis una pequeña sorpresita... puede que desagradable... os recomiendo que sigáis leyendo... o no os enteraréis de nada.
¡A leer!
Capítulo 13
Tercer día
Extracto del diario de DracoTambién hoy la suerte me ha sido adversa, pero no desfallezco. Hoy se cumplirán mis deseos... Me ha vuelto a esquivar varias veces, y he visto a Potter con los suyos otras tantas. Mucho me temo que el cararrajada haya sufrido una decepción. Estoy convencido de que la noche pasada estuve en compañía de Severus... a lo mejor eso es lo que quiero creer. Pero ¿cómo explicar entonces el lapso de tiempo que no recuerdo? Estaba a punto de lanzarme sobre el cuatroojos y luego me desperté en mi habitación. ¿Fue un sueño, acaso¿Mi obsesión me hace delirar? Quiero creer que fue él quien me llevó.
Tal vez hoy tenga ocasión de preguntárselo, cuando sea mío. ¡Mi Padre vendrá hoy! Presiento que las cosas van a cambiar. Pobre Potter. (...)
Era ya por la tarde y faltaba para el crepúsculo. Harry no se sentía muy bien. El rubio llevaba todo el día extrañamente calmado, para su situación, y Harry se preguntaba qué le estaría rondando por la cabeza. Se le veía... ¿feliz? Algo tramaba, y por eso decidió seguirle él personalmente.
Sus amigos, Ron y Hermione sabían dónde estaba él porque cada uno tenía uno de los espejos que usaban James y Sirius en su juventud para comunicarse. Había resultado ser un medio de comunicación muy útil.
Harry buscó en el mapa a Draco bajo la capa invisible. Vio con sorpresa que Malfoy, en vez de encaminarse hacia el despacho de Snape, como él había temido, salía del castillo para dar un paseo. A Harry le pareció muy sospechoso ¿se habrían pasado los efectos de la poción? A lo mejor Malfoy ya no pensaba en Snape. Eso le hubiera gustado a Harry... pero en el fondo sabía que era poco probable, puesto que por la mañana habían tenido que actuar varias veces para evitar que el rubio se acercara a Snape.
Harry apresuró el paso y pronto vio delante de él a Malfoy, quien iba andando a paso tranquilo por los terrenos. Anduvieron bastante rato, hasta que por fin llegaron hasta las puertas del colegio. Éstas estaban cerradas, pero al otro lado de la reja Harry distinguió a un hombre de porte familiar.
Era Lucius Malfoy.
Cuando Harry le vio decidió quedarse a una distancia prudencial. Desgraciadamente desde ahí no podía oír lo que hablaban los dos. Harry sólo podía esperar. No podía arriesgarse a que le descubrieran... le daba miedo que el viento levantase su capa.
(Como ya sabéis, nosotras/os tenemos privilegios especiales, así que oigamos lo que decían los Malfoy y luego se lo contaremos a Harry ¿vale?)
-Padre... me alegro de que decidieras ayudarme. Veo que ya estás recuperado de la prisión
-Hijo, no hay tiempo. Tenemos que salir de aquí cuanto antes.
-Sí, claro, pero primero tenemos que atrapar a Severus.
-Draco... olvida esa tontería. Ya hablaremos tú y yo sobre lo que me has dicho de Severus.- dijo Lucius posando su mirada glacial sobre Draco.
-¿Tontería¿No me dijiste que me ayudarías a raptarle?- Draco se agarró a la reja con fuerza. No podía ser que su propio padre le estuviese traicionando.
-Te dije que vendría... pero no para que lleváramos a cabo ese absurdo plan tuyo. Vámonos, Draco. El Señor Oscuro nos espera. Hijo, me ha enviado a buscarte porque quiere que le hagas un favor.
-¿Qué¿y para qué me sirve eso? Yo quiero a Severus, el Lord puede esperar.- Draco se sacudía con rabia.
-¡Draco! Cómo te atreves a hablar así de tu señor... escúchame, haremos una cosa. Tú vienes conmigo ahora. Él te encomendará una misión y por la noche estarás de vuelta aquí.
-¿Y qué? Yo quería que nos llevásemos a Severus a la mansión, así no voy a poder...
-¡Cállate! Draco ¿olvidas que Snape es un amigo de la familia, que es mucho más mayor que tú y que te ha tenido sobre sus rodillas cuando eras tan solo un bebé?- Lucius empezaba a irritarse.
-Pues ahora quiero estar sobre sus rodillas siendo mayor. ¿No lo comprendes Padre? Le necesito...
Lucius miraba a su hijo como si estuviera loco... y entonces se le ocurrió una idea.
-Draco... – le preguntó con cautela- ¿has bebido algún filtro de amor?
Draco se quedó en silencio meditando esa posibilidad... No se le había ocurrido, pero esa sería sin duda la respuesta de su repentina obsesión. Viendo que su hijo se calmaba, intentó que fuera con él una vez más.
-Draco, el Lord nos espera... ¿qué ha sido eso?- Lucius dirigió su mirada por detrás de su hijo, pero no vio nada.
El ruido que había oído Lucius era el que hizo Harry al intentar aproximarse para oír la conversación de los otros dos. Sin darse cuenta, el muchacho había pisado una ramita seca... Y eso fue suficiente para levantar las sospechas del experimentado mortífago.
-Draco, apártate.- le susurró. Draco hizo lo que le pedía su padre y éste, levantando la varita pronunció un hechizo que Harry no pudo oír.
Un instante después, Harry se desplomó sobre el suelo sin conocimiento, a la vez que Draco saltaba la verja con ayuda de la magia y los dos Malfoy desaparecían.
Severus Snape estaba tranquilamente en su despacho ordenando unos pergaminos. Ya había preparado la tarea en la que el chico tendría que ayudarle y esperaba su llegada de un momento a otro. Como de costumbre, llegaba tarde, pero eso no preocupaba a Snape. Raro era el día en el que Harry era puntual. El día anterior había sido una excepción.
Y hablando del día anterior... Snape sentía algo raro al recordar el incidente con Draco... Había sido una pelea entre estudiantes la que había presenciado, sin ninguna importancia. Además, Draco no actuaba con normalidad debido a la poción y decía cosas de las que se arrepentiría una vez que recobrase su auténtica manera de pensar. Pero Harry sí. Harry no estaba bajo los efectos de ningún filtro cuando dijo "¡Yo soy mucho más digno de él que tú!"... esas palabras resonaban en su cabeza una y otra vez. ¿Y por qué le gustaba tanto pensar en ellas. Tal vez se sintiera así porque Harry le estaba defendiendo, y no era más que agradecimiento... pero Snape nunca había sido una princesita en apuros, y esos alardes de caballerosidad nunca le habían impresionado... ¿entonces?
Sonrió al recordar todas las tardes que habían pasado juntos en su despacho. Al principio se llevaban fatal y luego, mira por dónde, el chico había conseguido cambiar hasta un poco de su forma de ser. Y esto era algo que ya había empezado a notar el resto de la gente...
Hacía poco que había sorprendido una conversación entre las profesoras Sprout y McGonagall precisamente hablando de él... Las dos comentaban lo increíblemente tratable que estaba y la amabilidad que demostraba al tratar al resto de los profesores... Snape había creído que sólo se dedicarían al hablar de él de manera profesional, pero su sorpresa fue aún mayor cuando la profesora Sprout comentó a McGonagall bajando la voz: "Y creo, Minerva, que además está mucho más atractivo... ¿no te has fijado en lo limpio que lleva el pelo?" A lo que McGonagall replicó "¡Hasta tiene los dientes más cuidados!... ¿o será que nunca se los habíamos visto bien antes?... como nunca sonreía" la respuesta de Sprout casi le hizo caerse de su silla " ¡Y menos mal que ahora lo hace a menudo¿no te entran mareos cuando lo hace?" . Snape no pudo oír más de la conversación porque fue descubierto en su escondite precisamente por las dos mujeres que se reían de forma que las hacía parecer más jóvenes. Snape sonrió al recordar la cara de las dos cuando abrieron la puerta de la sala de profesores y le encontraron allí... Al verlas, Snape las sonrió de esa manera que daba mareos y salió andando de elegantemente.
Sí, todo gracias a Harry... ¿y desde cuando había pasado de ser "Potter" a ser "Harry"? cuando hablaban, él nunca le llamaba por su nombre de pila... ahora tenía que contenerse para no hacerlo. Pensó en esos ojos verdes tan llenos de inocencia y de coraje a la vez... los mismos ojos que Lily.
Había pasado mucho tiempo desde que olvidara a la madre del chico... después de todo había sido un romance de juventud. Cuando James Potter le arrebató a la mujer que él amaba decidió dedicarse íntegramente a las Artes Oscuras y a las Pociones. Dos materias que le entusiasmaban y en las que deseaba profundizar. Ese fue el comienzo del oscurecimiento de su corazón. Luego paso a formar parte de las filas del Señor Oscuro... y Snape ya no quería seguir recordando.
¿Y si James nunca se hubiera interpuesto entre él y Lily? Sin duda las cosas para él hubieran sido mucho más fáciles... pero gracias a Dumbledore consiguió pasar de nuevo al lado de la luz... más o menos. Su humor había estado tanto tiempo oscurecido que hubiera sido muy raro que hubiera abandonado su carácter amargado fácilmente... y ahí era donde entraba nuevamente Harry... ya no quería pensar en él como Potter, el hijo de James, sino en el maravilloso muchacho hijo de Lily, que había heredado esas maravillosas esmeraldas.
Y hablando de Potter... ya había pasado más de media hora... ¿en qué lío se habría metido ahora? Snape dejó los pergaminos a un lado y empezó a dar vueltas por la habitación. El no tener a Harry todavía en el despacho le inquietaba. ¿Le estaría dando problemas Malfoy? Decidió averiguarlo. Cogió unos pocos polvos flu y echándolos en la chimenea llamo a Remus Lupin.
-¿Qué ocurre, Severus?- Apareció la cabeza de Lupin en la chimenea.
-Harr... Potter tenía que estar ya en mi despacho hace bastante... ¿sabes dónde puede estar?- Snape intentó no sonar preocupado.
-Se suponía que le tocaba a él vigilar a Draco... luego le iba a relevar Hermione con la excusa de una nueva norma de prefectos... ¿quieres que te ayude a buscarle?
-No, déjalo, Lupin. Gracias.
Snape decidió salir solo en su busca. En el pasillo tropezó con Crabbe y Goyle, que estaban hartándose de tomar pastelillos.
-Crabbe, Goyle... ¿saben dónde está el señor Malfoy?
Los dos gorilas se miraron, como decidiendo si decir la verdad o no. Snape se estaba cansando y decidió dedicarles su mirada más aterradora, para que se decidieran pronto. Funcionó.
-Nos dijo que iba a darse un paseo por los terrenos... creo que dijo algo sobre la puerta...- respondió Goyle con la boca llena.
Snape se dirigió hacia allí sin perder tiempo. Algo debía de estar tramando Malfoy, nadie se acercaba a la puerta... en donde termina la protección de Hogwarts... Snape redobló el paso.
Se encontró con varios estudiantes que se apartaron mientras él pasaba. Snape no podía dejar de pensar que algo malo debía de estar ocurriendo... llegó al lugar después de un cuarto de hora y no encontró a nadie. Sabía que los dos Slytherin no le habían mentido porque había penetrado en sus mentes (n.a. puaggggg ni por dinero me metía yo en la mente de ninguno de esos dos). Inspeccionó el lugar. Ya estaba empezando a oscurecer y cada vez era más difícil distinguir nada. Cuando por fin decidió irse de allí, tropezó con algo y cayó de bruces contra el suelo. Murmurando una maldición, Snape se incorporó para ver con lo que había tropezado. Allí no había... ¿nada? Con temor, Snape se arrodilló y tanteando con las manos notó que allí había un cuerpo invisible. Sintió que se empezaba a ahogar, pero necesitaba saber qué era lo que estaba allí. De un tirón, cogió la capa invisible y ante sus ojos apareció el cuerpo sin vida de Harry. En ese preciso momento el corazón de Snape dio un vuelco... por fin empezaba a entender los sentimientos que Harry le inspiraba. Ya era tarde... Harry nunca lo sabría.
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Fin
Queridos lectores, Espero que os haya gustado mi historia. La verdad es que sólo faltaba que ahora Snape le diera su primer beso de amor y que le resucite y...
-¡Para¡Basta! Esa es MI historia.
-¡Y esos mis personajes!
¿Quiénes sois vosotras?
-Bella Durmiente
-JK. Rowling.
Oh, Rowling... ¡Me postro a tus pies! Oh, grandísima creadora...
-Ya vale, me estás sacando los colores.- me dice JK
-¿Y qué pasa conmigo¿a mí no me adoras?- me dice la bella durmiente.
Tú cállate, guapita. Vete a dormir un rato.- Y la chica va, y me hace caso...
-¿Quién te crees que eres para coger mis personajes y hacer con ello lo que quieras?- me increpa Rowling.- Además, me los estás pervirtiendo...
¿YOOOOO? (cara de inocencia) ¡pero si he puesto el disclaimer! No puedes hacerme nada. (le saco la lengua). Yo también puedo matar gente.
-¡Y una mierda! Aquí la única que puede hacer eso soy yo.
¡Resucita a Sirius!
-NO.
Pues... ¡No mates a Harry!... ¡Ni a Snape¡Ni a nadie!
-Quedan dos libros por salir (n. de la a.: ejem... es que esto lo escribí hace bastante) Todavía pueden pasar muchas cosas...
¡Ni se te ocurra! Cómo le toques un pelo a Snape voy a por ti¡aunque te escondas detrás de la mismísima reina de Inglaterra y el príncipe Charles en persona!... ¡Y Harry va a ganar a Voldemort!
-Ya veremos.
¡VA A GANAR! Maldita Bruja... y luego soy yo la que...
-Sí, mata a Harry. El único personaje importante y al que todos quieren ver soy YO.- una voz nueva.
¿Lockhart?
-Quien viste y calza.
¡Oh, no! Es demasiado... Está bien, está bien... Rebobinaré y lo cambiaré. ¿Todos contentos?
-NOOOOOOOO- Lockhart.
.Sí. -JK y lectores.
Perdonad este breve aparte... Continúo con la historia. Espero que no estéis en estado de Shock...
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(...)De un tirón, cogió la capa invisible y ante sus ojos apareció el cuerpo sin vida de Harry. En ese preciso momento el corazón de Snape dio un vuelco... por fin empezaba a entender los sentimientos que Harry le inspiraba. Allí, con Harry en la hierba y creyéndole muerto, Snape comprendió los profundos sentimientos que hacía bastante que habían arraigado en él. Por fin entendía por qué no paraba de pensar en sus ojos verdes ni su cabello azabache revuelto. Sus manos empezaron a temblar cuando comprendió lo que había perdido aún sin haber llegado a tenerlo y enterró su cara sobre el pecho del adorado niño. Allí dio rienda suelta a sus sentimientos y cuando levantó su rostro para encarar el frío y silencioso del muchacho ríos de lágrimas surcaban su enjuto rostro. ¿Para qué la oportunidad de redención, si ahora le quitaban a su salvador?
Sin poder evitarlo, Snape alzó la mano hasta alcanzar la dulce faz. Acarició su pálida piel describiendo círculos con la mano hasta que el dolor pudo con él y la reposó sobre los carnosos y rojos labios de Harry, ahora acercándose a lo cárdeno. Fue gracias a eso que descubrió con sorpresa que Harry seguía respirando. Su alegría fue tan grande ante el hallazgo que ni siquiera se paro a pensar lo estúpido que había sido.
Sin acordarse de que tenía el rostro lleno de lágrimas y que eso sería lo primero que viera Harry cuando despertara, se lanzó a por sus hombros y le zarandeó levemente mientras decía con voz ronca:
-Harry, despierta... Harry...
Al principio el cuerpo de Harry no experimentó ningún cambió ni movimiento, pero ante la insistencia de Snape, el muchacho terminó abriendo los ojos. Lo que vio le dejó impactado. Allí estaba Snape, arrodillado a su lado, con claras muestras de agitación... lo que más le confundió fue el siguiente movimiento de Snape: Sin previo aviso se acercó a él y le envolvió en un abrazo que hablaba a Harry de muchas cosas.
-Harry... Harry...- susurraba Snape en su oído.
Harry no podía creerlo. Todavía estaba un poco mareado y sentía mucho frío. Había permanecido inconsciente bastante tiempo después de que Lucius le echara alguna maldición. Las palabras de Severus le acariciaban y la hacían estremecerse. Debía ir con cuidado... sabía que Snape sentía mucho aprecio por él, pero puede que sólo fuera eso, aprecio. Por su parte, Snape, quien ya se había empezado a calmar, decidió recobrar su compostura habitual. Se separó de él un poco y mirando sus maravillosos ojos verdes No podía pasarle esto a él. Él era Severus Snape, el profesor más odiado y temido de Hogwarts, mortífago y espía, y el otro, Harry Potter, el niño que vivió, el hijo de su enemigo de la infancia... ¿qué era lo que sentía¿Porqué quería seguir abrazado a ese joven cuerpo toda la vida?
-Harry... ¿Estás bien?
Harry asintió mientras decía:
-Sí... tengo mucho frío y los músculos entumecidos... pero aparte de eso...
-Vámos, te llevaré a la enfermería. ¿Qué te he pasado?
Y a Harry le vino a la cabeza todo lo que había pasado.
-Rápido, tenemos que hablar con Dumbledore... Lucius Malfoy ha estado aquío y se ha lestado hablando con Draco... no he podido escuchar lo que decían... y luego el señor Malfoy sacó la varita y no recuerdo más.
-Tranquilo. Lo primero es llevarte a la enfermería.
Harry se intentó levantar, pero sus piernas le fallaban. Intentó que Snape no se diera cuenta, pero falló. El profesor se quitó su capa y se la puso por encima a Harry. La capa de invisibilidad no abrigaba y todavía estaban en una época muy fría... más aún teniendo en cuenta que era de noche. Harry intentó no sonrojarse ni decir nada estúpido cuando el profesor se arrodilló a su lado y le cogió en brazos.
Snape levantó al muchacho con facilidad y empezó a ir hacia el castillo. El paseo duró bastante, pues el terreno estaba un poco empinado y a oscuras. Snape no quería tropezar y derribar su preciosa carga. Mientras andaba, Snape intentó no pensar en todo lo que había sentido hacía un instante. Si sentía algo más que mero afecto hacia Harry sólo podía hacer una cosa: volver a distanciarse de él. ¡Era una relación prohibida! Y seguro que a Harry le repugnaría saber en lo que había estado pensando. No quería que se fuese de su lado. Se conformaría con ser su amigo... o algo parecido... Snape estaba seguro de que si Harry descubría sus sentimientos, huiría de él y no quería que eso pasase. Lo importante ahora era comportarse como si no se hubiera puesto histérico al verle sin conocimiento sobre la hierba... Pero es que esa imagen no se le iba de la cabeza. A cualquiera le hubiera parecido lo mismo... Por lo menos el chico no había llegado a ver sus lágrimas, éstas habían parado de caer antes de que Harry abriera los ojos.
Harry por su parte estaba muy mareado... le gustaba que Snape le llevase en brazos y le hubiera puesto la capa, a pesar del frío... No quería pensar en nada más. Ojalá Draco se hubiera ido con su padre y no volviera a molestarle... quería hablar con Severus, pero no se le ocurría nada que decir.
Después de una eternidad, llegaron a la enfermería. No se habían tropezado con nadie por el camino porque ya había pasado el toque de queda. Al verles la señora Pomfrey soltó un grito angustiado. Snape depositó suavemente a Harry sobre una de las camas y le dijo a Harry:
-Quédate aquí. Voy a avisar al director para que le cuentes lo que ha pasado.
Harry asintió sintiendo su ausencia. La señora Pomfrey le dio algo que sabía amargo y que dio arcadas a Harry... pero después de eso se sintió mucho mejor. Ese líquido había conseguido que por fin pudiera moverse con normalidad. Quiso levantarse de la cama, pero la señora Pomfrey se lo impidió.
-Ah, no, jovencito. Tú te quedas aquí hasta mañana. Tienes suerte, de que ahora sólo estés un poco cansado y nada más. ¿es que no haces más que meterte en problemas?
-Eso parece.- murmuró Harry mientras apoyaba la cabeza en una almohada.
Nada más acomodarse, reapareció Snape seguido del director.
-Harry... ¿cómo te encuentras?- le preguntó el anciano.
-Bien, señor. Gracias.
-Y ahora, Harry cuéntame...
Harry relató todo a los dos hombres mientras que la señora Pomfrey daba vueltas por la sala, arreglando camas y preparando más potingues en el botiquín.
Harry sintió como las miradas de los dos se clavaban en él.
-¿Y no sabes si Draco Malfoy se ha ido?- le preguntó a Harry.
Harry negó con la cabeza... hablar de Malfoy no le apetecía, teniendo en cuenta que estaba enamorado de Snape bajo los efectos de una poción de amor que el mismo Harry con ayuda de Snape habían preparado a raíz de una apuestas estúpida que se realizó fuera del toque de queda... No quería que Dumbledore viera a través de su mente todo lo que había pasado y lo que sentía... Por lo menos Dumbledore no le había preguntado qué hacía siguiendo a Malfoy.
-Lo comprobaremos.
-Iré yo, señor.- Se ofreció Snape.
-No, quédate, Severus... Dorian, ve tú.
El retrato al cual había encomendado Dumbledore la misión se desperezó y Harry vio cómo desaparecía del marco... Dorian... ¿Sería Dorian Grey? Debía estar más cansado de lo que suponía si empezaba a pensar en esas tonterías.
-Y bien... ¿qué tal los castigos¿Ya os lleváis mejor?- Preguntó Dumbledore mientras esperaban.
Los dos interpelados evitaron mirarse mutuamente y murmuraron algo incomprensible a la vez. Dumbledore, que es un viejecito muy listo, no siguió preguntando, dejaría que ellos resolvieran sus problemas.
Hubo un silencio incómodo que fue roto gracias a Dorian, que volvió trayendo noticias.
-Director, no está en su cuarto ni en ningún sitio del castillo... nadie sabe nada de él desde por la tarde. Sus compañeros duermen.
-Bien, gracias, Dorian.
Snape se levantó de un salto de dónde se había sentado (la cama contigua a la de Harry) y se acercó al Director.
-Señor... ¿debería ir a averiguar si es cosa del Señor Tenebroso?
-No, Severus... eso nos delataría... sería muy sospechoso.
Snape se quedó de pie, mirando fijamente a Dumbledore a los ojos, y Harry se asustó cuando le vio hacer una mueca de dolor repentino. Snape se habúia llavado la mano al antebrazo contrario...
-Señor, me temo que ahora sí que tendré que irme.
Dumbledore le miró con sus insondables ojos azules y a Harry le pareció que brillaban de orgullo. Snape esperaba su respuesta.
-Ten cuidado, Severus.
-Sí señor. Lo tendré.- y se encaminó hacia la puerta echando una mirada a Harry, quien se había quedado paralizado.
-Señor... quiero ir con él.- dijo Harry una vez que Snape se había ido.
-Harry, estás muy cansado, y no creo que meterte en una casa llena de mortífagos con el propio Voldemort a la cabeza sea una opción muy acertada...
Harry bajó la mirada y no dijo nada más.
-Buenas noches, Harry.
Sí... buenas noches... pensó él. Si pensaba que iba a dejar que Snape se fuera sólo con los mortífagos, lo tenía claro. Esperó hasta que la señora Pomfrey apagara todas las luces y se fuera a dormir y entonces salió de la cama. Afortunadamente Snape le había dejado sus cosas allí. Recogió la capa invisible y con sigilo, pero lo más rápido que pudo se dirigió otra vez hasta donde le habían desmayado.
No se equivocaba, Snape iba a zancadas hasta allí para salir de Hogwarts y poderse aparecer a dónde fuera que tuviese que ir. Harry no perdió el tiempo. Gracias a lo que le había dado la señora Pomfrey, se sentía lo suficientemente fuerte como para seguirle. Snape abrió la puerta y Harry le siguió bajo la capa invisible.
Justo antes de desaparecer, Snape notó que algo le abrazaba... algo que no podía ver. Demasiado tarde. Un segundo después él y ese algo invisible estaban en un bosque desconocido, cerca de una casa.
-¿Harry?- susurró Snape esperando que todo fuesen imaginaciones suyas.
-Sí. Estoy aquí.
Snape sintió deseos de estrangularle. ¿Por qué no se estaba quietecito por una vez en toda su maldita vida?
-Señor Potter. No ignorará que está aquí sin permiso y que arriesga tanto su vida como la mía.- Siseó
Esto dejó sin palabras a Harry. No se le había ocurrido. Ahora no podía volver.
-Bien... quédese aquí. Volveré a por usted... no sé cuando. ¡No se mueva de aquí!- y Snape se separó de él llendo hacia la casa
A harry lo que más le dolía era que le hablñase así. ¿ese era el mismo hombre que hacía nada le había abrazado con tanto cariño? Si pensaba que se iba a quedar en un bosque extraño expuesto a morir de frío otra vez, se equivocaba.
Snape no se dio cuenta de que unos pasos le seguían entre la maleza y que se metían con él dentro de la casa. Tenía demasiadas cosas en las que pensar... y sobre todo tenía que cerrar su mente.
Iba a ser una noche difícil para más de uno.
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holaaaaaa! Sí, este es el verdadero final del capítulo. Espero que me perdonéis por la estupidez anterior... ya sabéis... lo de la muerte de Harry... bue, me apetecía hacerlo. ¡habéis tenido suerte! En realidad lo iba a poner en dos capítulos separados, para darle más emoción al asunto. jjajajajaja
Desgraciadamente ya me estoy alargando mucho... creía que iba a poder contar mucho más en este capítulo... lo dejaré para el 14.
Y no tengo nada más que añadir... espero que os haya gustado. Personalmente me ha parecido un poco de telenovela... no le pega a Sev eso de llorar... pero como nadie le ha visto...
Si pensáis que ha sido patético, podéis decírmelo. No me ofenderé. La primera parte es horrible... dudo que alguien se haya enterado de lo que ocurría...
Y lo siento por mis escritoras de Reviews... ¡no tengo tiempo para responderlos decentemente! Pero muchas gracias a Miss Andreina Snape (ya ves que por fin se ha dado cuenta Sev de lo que siente), Marisol Black (gracias por lo del diario y por Dios ¡Cómo que "no te aburro más"? adoro los reviews extensos y con muchas sugerencias, ideas y preguntas... ) y Artemis Moonshine (jajaja, me encanta que idolatres el fic. Supongo que ya me pondrás velitas y esas cosas... en el que viene... pasará algo extraño... no sé si bueno o malo... quería haberlo puesto en este, pero ya se hacía demasiado largo. Ey, a nadie le gusta su propia manera de escribir... ¿porqué no escribes un fic y lo publicas? Así sabrás lo que la gente piensa y podrás aprender mucho... lo primero que tienes que tener claro es que te lo tienes que pasar bien escribiendo. Si es así, no importa lo que digan los demás. ¡Ánimo! A lo mejor te llevas una sorpresa... yo cuando escribí este pensaba que no lo iba a leer ni el gato... ¡y luego resulta que hay mucha gente a la que le encanta! No lo sabrás hasta que no lo intentes.)
Un besoooooo
Snape White
Miembro de la Orden Severusiana
In Severus I trust (Digan lo que digan, yo me mantengo fiel).
