¡Hola¿Ya creíais que no iba a continuar? JA. LO que pasa es que he estado muy liada. De verdad que sí. Pero lo importante es que aquí estoy y vuelvo a la carga. Y como supongo que estáis ansiosas por leer ya me callo. Un besooooo!

Nota importante: en fanfiction he subido este capítulo acortado. He quitado el lemon porque no quiero líos con la página. Sin embargo para las que queréis las escenas fuertes bien detalladas id a Slasheaven y buscadme entre los autores (mi Nick allí también es Snape White). ¡Y si queréis leer algún otro fic slash mío podéis hacerlo desde allí! Si no os gustan las escenas fuertes, mejor que no lo leais. Si estáis muy ansiosas y Slasheaven no funciona, enviadme un mensaje a la dire que pone en mi usuario y yo os lo envío entero. ¡Pero por favor, haced esto si realmente estáis desesperadas, a ver si voy a tener que mandar 50 veces el capítulo !

Capítulo 19

Draco no podía creerlo. Su tía y unos cuantos amigos habían venido a salvarle al sitio en el que menos bienvenidos eran: Hogwarts. Corriendo al lado de la mujer pronto pudieron llegar hasta el límite del castillo, sin embargo, antes de poder cruzar las puertas diversos miembros de la Orden del Fénix aparecieron de repente.

Bellatrix chasqueó la lengua en señal de desagrado, pero enseguida levantó la varita para atacar. Draco no tenía la suya propia, así que se pegó al cuerpo de su tía usándola como escudo. Pronto se dio cuenta de que ya que la Orden disparaba hacia ella, no era ese el mejor lugar de protección.

Comprendiendo esto último, Draco se alejó de ella y se dispuso a correr hacia la salida. No era tonto, sabía que su tía lo había ido a buscar porque el Lord así lo quería, no porque Bellatrix le tuviera un afecto especial. Aún así, ella tendría que protegerle.

En cuanto Bella se dio cuenta de que Draco se alejaba, se dispuso a seguirle, pero algo se lo impidió. Desesperada vio alejarse a Draco y a los otros mortífagos y más tarde desaparecer en cuanto pudieron.

A ella la dejaron sola.

Maldijo mentalmente a todo el mundo, no podía moverse gracias al hechizo paralizante pero eso no le impidió percatarse de que ahora estaba solamente acompañada de la gente de Dumbledore. Una sombra se acercó a ella.

-Hola, tía bella.- Saludó una voz femenina.

Bellatrix se dio cuenta de que era su sobrina Nymphadora y empezó a encolerizarse. Que una tonta como aquella se burlara así delante de todos esos palurdos era humillante.

Otra voz replicó a Tonks.

-No te acerques a ella. No merece ni siquiera que la mires.- oyó la voz de Lupin.

Bellatrix se hubiera reído con ganas de semejante estupidez si no fuera porque tampoco podía hablar.

-Y ahora ¿qué hacemos con ella?- habló otra voz desconocida

-Por supuesto, hacer que pague sus crímenes- todos se giraron para oír a Dumbledore que se acercaba ahora al numeroso grupo congregado en torno a Bellatrix.

Todos se estremecieron al oír la potente voz de Dumbledore, normalmente cariñosa y sabia. Sus ojos refulgían ofreciendo una imagen que haría a cualquiera ponerse de rodillas.

Tras un momento de titubeo, Lupin se acercó a Dumbledore.

-¿Quieres que nos la llevemos entre Kingsley, Tonks y yo.?

Dumbledore asintió y añadió:

-Y que no se os escape.- Tras posar su fría mirada sobre Bellatrix, se dio la vuelta y regresó al castillo.

Kingsley y Lupin intercambiaron miradas. El resto de los de la Orden que había allí se dispersó no sin antes ofrecer su ayuda ante cualquier eventualidad.

Cuando ya estaban a punto de atarla y desinmovilizarla llegó Lucius corriendo. Lo primero que dijo al ver la escena fue:

-¿Dónde está Draco?

Tonks se acercó a él y apoyó su mano sobre el hombro del hombre para calmarlo.

-Se ha ido.- dijo mirándole a los ojos.

Lucius dio un grito y apartó la mano de la joven de un manotazo. Acto seguido se dirigió con paso firme hacia Bellatrix y descargó su ira sobre ella sin que ninguno de los presentes pudiera reaccionar a tiempo.

-Maldita zorra...- le gritaba mientras le daba patadas-... esta me la pagas...

Lucius abofeteó y dio de puñetazos a la hermana de su mujer sin contemplaciones. Lupin y Kingsley se lanzaron sobre él y le intentaron detener. El cuerpo de Bellatrix comenzaba a sangrar y Lucius seguía ensañándose con ella a pesar de los otros dos hombres. Al final fue Tonks quien lanzó un hechizo aturdidor que le dejó inconsciente en la hierba.

-¿Comprendes ahora porqué nunca digo el apellido de mi madre?- Dijo Tonks a Lupin. – Menuda familia que tengo.

Éste sonrió cansadamente y volvió su atención hacia el problema de llevarse a Bellatrix de allí.

(NA: Lucero, ya ves que te he devuelto a Draco. Cuídamelo bien en el Harén por si lo necesito para otra ocasión¿vale?... sí, ya sé que he escrito que se pira con los mortífagos, pero tú y yo sabemos a dónde ha ido ;P)

Mientras, en la enfermería, dos personas eran totalmente ajenas a todos estos acontecimientos.

Snape intentaba distinguir algo por la ventana de la enfermería. Afuera se oían gritos apagados que poco a poco se iban haciendo menos audibles. En realidad su observación era una excusa para apartar de su mente a los ojos verdes que no paraban de espiarle desde la cama.

Snape resopló y se apartó de la ventana para dejarse caer sobre el sillón más cercano. En seguida se dio cuenta de su error, pues ese sillón estaba al lado de la cabecera del único enfermo que había allí y que seguía sin apartar la mirada de él. Así que nada más sentarse y encontrarse con los ojos verdes, se volvió a levantar con prontitud y buscó con la mirada por toda la enfermería algo con lo que entretenerse.

Decidió revisar los botes de medicamentos del armario que estaba en la otra punta de la habitación. Harry veía cómo su profesor le ignoraba con profundo pesar y algo de ira. ¿No era un poco mayor para andarse con chiquilladas como esas? Ahora Severus se dedicaba a leer las etiquetas de los antibióticos y a revolver entre los artilugios de Madame Pomfrey. Pero Harry no cesó en su empeño, y siguió clavando la mirada en la espalda de su profesor. Si no le hablaba, por lo menos le haría sentir incómodo.

Y vaya si le hacía sentir incómodo. Snape, estaba "leyendo" al revés la posología de la crecehuesos. Ya no sabía qué hacer. Si por lo menos se durmiera Harry él no se sentiría tan nervioso. Espera... ¿nervioso él¿Por estar enjaulado con Harry Potter? Ja. Snape se rió de sí mismo y de la situación en silencio. Dejó las instrucciones en el armario (todavía al revés) y se dio la vuelta. Tal y como esperaba el chico tenía la mirada clavada en él. Snape decidió devolverle la jugada y clavó sus profundos ojos negros en los de Harry.

A un duelo de miradas no había quien pudiera ganar a Snape y a Harry pronto empezaron a picarle los ojos. Snape sonrió cuando el chico apartó la vista y decidió humillarle un poco más.

-Potter, parece usted una lechuza con los ojos tan abiertos... Así no podrá dormirse nunca.- Snape aprovechó para ver si el chico se dormía de una vez y le dejaba en paz.

Pero se equivocó. Harry en vez de cerrar los ojos le encaró nuevamente con expresión dura y le respondió.

-¿Y usted qué sabe? Usted como vampiro que es debe dormir boca abajo en un armario... ¿qué hace fuera de él?

Snape apretó los labios.

-Cinco puntos menos para Gryffindor... y es usted quién ha salido del armario, no yo.- Su boca se curvó en una sonrisa burlona.

Harry enrojeció al recordar el beso que diera a su profesor en el pasillo. Se sentía tremendamente estúpido.

Snape, al ver que Harry no respondía decidió picarle un poco más. Mientras fuera él quien dominara la situación no se sentiría incómodo... Así que se acercó a la cama de Harry lentamente. Harry notó que un peso hacía hundir su cama por la parte de los pies. Miró en esa dirección y asombrado descubrió a Snape trepando por el borde y gateando hacia él.

-¿P- pero qué hace, profesor?

-Bueno, he decidido ponerme un poco más cómodo. ¿Le importa compartir su cama?- Snape se reía con ganas en su interior. No tenía intención de ponerle la mano encima al chico, pero sí de asustarle un poco. En el fondo lo único que pretendía era pasar el tiempo en algo entretenido: molestar a Harry.

-Sí, me importa. Vállase a otra. La enfermería está llena de ellas.- Harry alcanzó el extremo de la sábana y se cubrió con ella hasta debajo de la nariz.

-Ya, pero es que esas están muy alejadas, y yo quiero hablar con usted.- Snape alcanzó la cabecera de la cama y dejó de gatear. Cogió el extremo de la sábana con el que se tapaba la cara Harry y lo bajó lo suficiente como para ver su cuello.

Tenía un aspecto muy cómico, con todos sus sentidos alerta y los nervios a flor de piel... También era una imagen muy atractiva para Snape. Pero el adulto decidió apartar esos pensamientos extraños que le venían y apoyó su cabeza sobre la mismísima almohada de Harry. Sin darse cuenta Snape había pasado su brazo por encima del cuerpo del chico, que SÍ que lo notaba.

Pasaron unos segundos y ninguno dijo nada. Al final fue Harry quién rompió el incómodo silencio.

-¿Y de qué quería hablarme, profesor?

A Snape la pregunta le pilló por sorpresa y no respondió de inmediato. De repente se dio cuenta de lo próximos que estaban y de lo increíblemente sexy que había sonado la voz susurrante de Harry en la oscuridad muy cerca de su oreja. No podía responder. ¡Qué calor hacía allí¿no? Harry se giró y quedó apoyado sobre su costado para mirar a la cara a Snape. Con ese movimiento Severus se acordó de que su brazo seguía sobre el cuerpo de Harry y muy concretamente ahora notaba su fina cintura y la suave curva de sus caderas. Retiró el brazo de ahí al notar un cosquilleo inquietante en su nuca, pero no huyó de la cama. Sería muy sospechoso si se retirara en ese momento. Había que mantener la posición.

Harry se dio cuenta de que esa era su oportunidad:

-Profesor... ¿No habla? Bien, entonces lo haré yo. Yo le amo.

El cerebro de Snape dejó de funcionar. Esas palabras lo habían golpeado. Harry aguantó la respiración esperando un rechazo por parte del profesor.

-Señor... Severus¿no dices nada?- Harry se atrevió a más y acercó su mano a la cara de Snape para acariciarle. Snape sí que reaccionó a eso. Le cogió la mano y la apartó de su cara... pero no la soltó, sino que mantuvo la mano de Harry entre la suya.

Snape daba mil vueltas a lo que sentía y pensaba en ese momento. ¿Amaba a Harry? Para qué negarlo, la respuesta era sí. Lo difícil era negarlo ante Harry. Había tantos impedimentos a su relación... pero no podía ver sufrir a Harry así. Seguro que si se lo explicaba con calma el tímido chico lo entendería.

-Harry, aunque yo te amara habría mil razones para que lo nuestro fuera imposible.

Harry no podía creerlo. Un rayo de esperanza empezaba a asomar para él. ¿Había una posibilidad de que fuera correspondido? Tentó a la suerte tirando más de la lengua a Snape.

-Empieza. ¿Qué razones?

Snape casi se atraganta. ¿Quería razones? Bueno, a lo mejor a Harry le iba a costar un poco más aceptarlo de lo que había pensado.

-Para empezar está la cuestión de edad.

-¡Vamos¿Edad? El amor no tiene edad.- Harry se avergonzó de la cursilada que acababa de soltar, pero si servía para algo...

Snape enarcó una ceja pero no hizo ningún comentario al respecto. La verdad es que la primera razón que había dado no le convencía ni a él mismo.

-No sé si te das cuenta de que todo mi pasado está en contra de ti.

-No me importa el pasado, vivo en el presente y me preocupa el futuro. Yo te quiero como eres, incluso teniendo en cuenta tu pasado.

-¡Pero yo te he humillado, tratado injustamente, insultado despreciado y odiado desde antes de conocerte!

-Me alegro de que por fin lo reconozcas... pero es obvio que actualmente ya no eres así conmigo.

Snape siguió probando.

-¿Y qué pasa con tus padres y tu querido padrino? A ellos los he tratado igual o peor que a ti. No me gustaría que alguno de ellos viniera para atormentarme desde el más allá.

-¿Esa es una razón? Si vinieran desde el más allá seguro que te perseguirían, pero independientemente de cómo me tratases a mí. De hecho tienes más posibilidades de estar a salvo si yo te protejo de ellos.- Harry sonrió. ¡Vaya una excusa!

-Oh, claro, tú siempre haciéndote el héroe.- Snape se daba cuenta de lo débil de sus razones e intentaba ganar tiempo.

-Venga, otra razón.

-Si quieres otra razón, no tienes más que mirar en mi antebrazo... verás que hay una marca tenebrosa.

-Eso ya lo sabía, y también sé que ya no estás más de su lado. No estás de su lado desde hace mucho.

-Precisamente. Eso te pondría en peligro. Soy un traidor para él.

-¡Anda ya! Voldemort quiere matarme desde el día que nací... No puedo estar más en peligro sólo por eso.

Snape pensó que el chico tenía razón. Pero todavía le quedaba una última razón.

-¿Y qué me dices de las relaciones prohibidas entre profesor y alumno?

-¿Realmente piensas que Dumbledore estaría en contra?

Snape se quedó sin saber qué decir. La verdad es que desde el principio ese vejete parecía haber estado empujándoles a su actual situación. A su pesar tuvo que reconocer que tal vez Dumbledore había estado jugando a casamentera y que haría una excepción con ellos dos.

Los dos se quedaron en silencio un rato más. Se habían acabado las razones de Snape pero eso no había hecho más que acrecentar una duda que a Harry le oprimía el corazón desde hacía mucho tiempo y la expresó casi sin pensar.

-Entonces la verdadera razón es que no me amas. Para ti soy sólo un alumno, un niño estúpido que...

-No.- Snape también habló sin pensar y Harry se quedó un poco cortado.

Snape había dicho no... ¿No a qué?

-Entonces... ¿Me quieres o no?

Snape no podía resistirlo más. Todos sus razonamientos habían sido echados por tierra. Por una vez amaba y era correspondido. Sin más, soltó la mano de Harry que había tenido todo el tiempo cogida y abrazó al muchacho. Harry vaciló un poco, pero Snape le besó como nunca había besado a nadie.

-¿Tú qué crees Potter?- susurró Snape roncamente para luego volver a besarle.

Harry no se lo podía creer. Abrazó a su profesor con ansiedad y le devolvió el beso con pasión.

En medio de aquel abrazo Snape apartó la sábana que los separaba y se metió dentro de la cama con ropa y todo... bueno, Harry (no sé exactamente cómo se las apañó) le quitó los zapatos con los pies y los arrojó fuera de la cama. Snape enroscó las piernas entre las del chico y suavizó un poco el beso.

Separó un momento la cara para ver sus amados ojos verdes mirarle intensamente y una pregunta le surgió. ¿Sería Harry virgen? hum... mejor preguntárselo. Harry desde abajo había alcanzado la chaqueta de Snape y se disponía a desabrochar uno a uno la larga hilera de botones (uf, esa que me quita el sueño). Snape estaba sorprendido. ¿Hasta dónde pretendía llegar el chico? Se quedó observando sin decir nada hasta que Harry desabrochó el último de los botones y abrió la chaqueta ansiosamente.

Ahora quedaba al descubierto una camisa blanca. Harry frunció el ceño. ¿Cuantas capas llevaba encima este hombre? Pero nada, siguió desabrochando botones sin descanso. Por fin sus esfuerzos dieron resultados y el pálido torso del profesor quedó a la vista. Sin perder tiempo Harry lo descubrió del todo y lanzó la chaqueta y la camisa junto con los zapatos.

El cuerpo de Snape era delgado pero fibroso. Sin duda debía de tener mucha fuerza. En algunos lugares estaba un poco magullado, pero eso no era de extrañar teniendo en cuenta sus anteriores experiencias y que Snape se había negado a que Pomfrey lo reconociera. Harry bajó su mirada hasta posarse en los pantalones. Había que quitárselos y eso ya era más comprometido.

Snape que se había quedado mirando a Harry hacer su labor esperaba que Harry se quedara cortado ante la idea de lo que vendría a continuación e inclinándose sobre él le besó y le dijo.

-Podemos ir poco a poco. No te sientas obligado a hacer nada que no quieras hacer.- y se sentó a horcajadas sobre Harry esperando su respuesta.

Harry y él se miraron largamente. Harry se dio cuenta de que Snape decía la verdad, que sería capaz de esperar y aceptar lo que él dijera.

-¿Has hecho esto alguna vez, Harry?

Harry negó con la cabeza. Bueno, besar sí que sabía hacerlo, pero aún así todas sus experiencias habían sido con chicas... no sabía muy bien cómo era con otro hombre. Snape sonrió. Harry estaba adorable.

-Bueno, yo te enseñaré. Pero no olvides que pararé en cuanto tú me lo pidas.

Harry asintió. Sentía la boca un poco seca y un poco de nervios, pero se calmó en cuanto comprobó la dulzura con la que lo trataba Snape. Su Severus.

XXX suprimidoXXX

A la mañana siguiente la puerta de la enfermería se abrió y la cabeza de Dumbledore se asomó al interior. LO que vio era justo lo que esperaba y sonrió satisfecho por haber sido capaz de unir a esos dos. Lentamente cerró la puerta para no despertarles. Iba a ser divertido observarles después fingiendo que no había pasado nada.

Hubo quien no tuvo tanta suerte. Nuestra querida Bellatrix fue asesinada brutalmente mientras su escolta la llevaba hacia Azkaban por un desquiciado al que nadie conocía y que luego se suicidó. Draco terminó pasando a las filas de los mortífagos a pesar de que su padre y su madre se habían pasado al lado contrario. La guerra contra Voldemort continuó, pero sólo JK sabe cómo terminó.

Nuestros protagonistas vivieron tiempos difíciles, pero se tenían el uno al otro...

Esto parece un fin... Bueno, en realidad lo es, pero me queda un interesante epílogo que espero poder escribir pronto... ¡Así que no os olvidéis de leerlo, please!

¡Gracias a todas por vuestra paciencia y por vuestros comentarios! Las respuestas al capítulo anterior están en un mensaje que envié al capítulo 19. Hay dos mensajes míos, así que leed sólo el que mandé más tarde.

Snape White

Miembro de la Orden Severusiana

In Severus I Trust