Epílogo

Pasado un tiempo a Harry le quedaban algunas preguntas por hacerle a Snape que todavía no había formulado por miedo a que el otro se sintiera incómodo. Pero llegó un día en el que estando en el despacho de su profesor Harry no pudo contenerse.

-Severus...-Harry se inclinó para mirar a Snape a la cara, el cual tenía la cabeza apoyada sobre sus rodillas.

-¿Mmmhhh?- Preguntó este distraídamente mientras disfrutaba de las caricias que le hacía Harry en el pelo.

-Nunca te he preguntado cómo... –Harry se preguntó si debía seguir.

-¿Si?

Harry hizo acopio de todo su valor Gryffindor. No sabía muy bien cómo abordar el tema.

-Bueno... hace ya bastante tiempo, cuando teníamos que cumplir el castigo de Dumbledore... pues yo miré entre tus cosas aprovechando que habías salido del despacho...

-Típico de un Potter. ¿Por qué será que no me sorprende?

Harry tragó saliva e hizo caso omiso para continuar.

-...Y encontré un álbum de fotos muy viejo.

-Si te refieres a ese negro en el que hay fotos de mi infancia, no es tan viejo. Te lo aseguro.

Harry sonrió a ese comentario.

-Por lo menos es tan viejo como tú.

-¿A qué se refiere con eso, Potter?

-Nada, nada... Lo que quiero decir es que... bueno, que encontré una foto que me llamó mucho la atención.

Snape se incorporó para mirar a Harry directamente a los ojos.

-¿Y qué?- Snape se estaba empezando a oler a dónde quería llegar Harry.

-Desde ese día quería preguntarte... qué pasó entre mi madre y tú.

Snape tardó un poco en responder.

-¿No es evidente?

-Bueno, sí, pero... me gustaría que me lo contaras.

Snape tomó aire. Le costaba mucho hablar de Lily y de los tiempos en los que la había conocido... y más aún con su propio hijo.

-¿Qué quieres saber exactamente?

Harry meditó la pregunta...

-Quiero saberlo todo... Háblame de ti por esa época... y de Sirius, Remus y de... mis padres.

-Si lo que quieres es oír una bonita historia mejor que le preguntes a tu querido licántropo.

-Pero yo quiero que me lo cuentes tú.

Snape suspiró... ¡Por qué había tenido que enamorarse de un sentimental como ese! Pero con tal de complacer a Harry decidió hacer lo que le pedía.

-Espera un momento aquí. Ahora vuelvo.

Y Snape salió del despacho dejando a Harry un poco confundido por su huida sobre el sofá. Al cabo de un rato Snape volvió con algo en las manos.

Cuando Snape lo depositó sobre la mesa con cuidado Harry advirtió que se trataba del Pensadero de Dumbledore.

-Me lo ha prestado Albus.- Dijo Snape al intuir la muda pregunta de Harry.- Y ahora ponte cómodo porque esto va a ser largo.

Harry acercó una silla al escritorio en donde estaba el Pensadero y vio cómo Snape cogía el álbum que Harry le había mencionado para luego sentarse a su lado.

-Lo mejor será que empecemos desde el principio. Verás, desde que llegué a Hogwarts mi vida ha dado tantos giros... Me acuerdo bastante bien de aquellos años porque hasta ahora- Snape le sonrió- habían sido los mejores de toda mi vida.

Snape cogió su varita y la apoyó sobre la sien extrayendo un hilo plateado que dejó caer sobre la superficie del Pensadero.

Harry se asomó y vio a un niño de aspecto tímido con el pelo lacio negro y piel muy pálida que estaba sentado en el tren de Hogwarts.

-¿Ese eres tú?

-Muy perspicaz.

-¡Eras adorable!-Harry no pudo contenerse.

-Cinco puntos menos para Gryffindor por decir chorradas.

Harry se irguió sobre su asiento mirando al profesor con sorpresa y algo de mal disimulada indignación... Snape todavía le quitaba puntos cuando quería que se callara. En fin...

Snape se aseguró de que Harry no iba a decir nada más antes de continuar hablando.

-Pues ese niño era yo. Como ves estoy sólo en el compartimiento... pero eso no va a durar mucho.

Harry le miró intrigado y Snape le hizo una señal para que se "metiera" dentro de sus recuerdos.

Poco a poco Harry se acercó al líquido plateado hasta tocarlo y entonces notó cómo caía dentro para aterrizar en el compartimiento del tren que viera desde arriba.

El Snape adulto había decidido viajar con él.

Harry se acercó al Snape niño (N.a: que a partir de ahora llamaremos Sev para no confundirlo con el Snape adulto.) para observarle de cerca. La verdad es que sí que era adorable. Sus ojitos negros reflejaban algo de inseguridad. Seguramente se sentía un poco abandonado, teniendo en cuenta que estaba sólo en el vagón.

De repente se oyeron ruidos en el pasillo y Snape resopló. Harry se giró a mirar y se encontró con un chico muy parecido a él mismo que miraba a través del cristal. Sev se dio cuenta también y enseguida cambió la carita de preocupación que había llevado durante todo el camino por una muy fría y dura.

-Severus... ¿aprendiste a poner esa cara desde que naciste o qué?- dijo Harry a Snape entre risas.

-Ten cuidado, Potter, o te quitaré más puntos.-dijo Snape entre dientes.

Harry iba a responder que no era justo cuando la puerta del compartimiento se abrió bruscamente y entró James.

Sev le miró duramente sin cambiar su expresión y Snape puso la misma cara que su versión en miniatura.

-¿Qué quieres?- dijo Sev con una voz muy aguda que sólo se parecía a la voz del actual Snape en su entonación pausada y fría.

James miró un momento hacia atrás y luego corriendo se sentó al lado de Sev.

-¡Corre, tápame!... ¡Si no, me encontrará!

-¿Quién?-dijo Sev con voz mezcla de disgusto y de curiosidad.

Pero en ese momento otro muchacho asomó la cabeza por la puerta y se lanzó corriendo a por James... pegando sin querer al sorprendido Sev.

-¡Ya te tengo, James! Jajaja.

Harry soltó una carcajada al reconocer en el otro muchacho a su padrino Sirius... pero tuvo que callarse pronto porque notó la fría mirada de Snape sobre su nuca y eso nunca presagiaba nada bueno.

James y Sirius acabaron rodando por el suelo mientras jugaban a pegarse hasta que Sev, frotándose la nariz dolorida en dónde le había dado Sirius sin querer, no pudo más.

-¡Parad ya! Me estáis molestando. Idos a otra parte.

Sirius consiguió por fin ponerse sobre su oponente e inmovilizarle... y por eso oyó lo que decía Sev.

-Oye... ¿Quién eres tú?

-Me llamo Severus Snape... y me estáis molestando.- Harry sonrió al oírlo... ¡era tan mono!

James y Sirius también sonrieron... pero de una manera maligna.

-Oh... parece que es un llorica.- Dijo Sirius.

-Sí, y un quejica... ¡Quejicus¡Quejicus! Jajaja...- y diciendo esto, James se quitó de encima a Sirius y salió corriendo. Sirius se fue detrás de él no sin antes decir:

-¡Hasta la vista, Quejicus¡Y lávate el pelo, guarro!

Snape resopló y Harry le miró.

-¿Ya está?

-Espera un momento.- le dijo Snape.

Snape se sentó y Harry le imitó para poder observar un poco más a Sev, que ahora que se habían ido los otros dos parecía más abatido.

-Severus... -Snape se giró hacia Harry y éste continuó.-¿Qué pensabas en ese momento?

-Pues muchas cosas... para empezar pensaba que era un incomprendido y que no le caía bien a nadie... pero que mejor estar sólo antes que ser amigo se esos dos pal... De esos dos. Punto.- Snape podía haber llamado muchas cosas "a esos dos", pero se contuvo.

Harry enarcó la ceja. En su interior sentía ciertos remordimientos por ver algo tan personal de la vida de Severus, pero ya que éste le estaba dando la oportunidad, no iba a desaprovecharla.

Pasaron algunos minutos sin que nada ocurriera y Harry se distrajo mirando por la ventanilla del tren.

-Hola... ¿Puedo pasar?- saludó una voz femenina.

Harry se giró para encontrarse con Lily Evans a la edad de 11 años. Era una niña muy guapa y de aspecto vivaz.

Sev también la estaba mirando.

-Vete.- le dijo el pequeño Severus.

Lily se le quedó mirando un instante y luego se marchó diciendo:

-Bueno... si prefieres estar solo...

Harry se quedó sorprendido ante esta escena.

-Severus... ¿por qué le dijiste que se fuera?

Snape resopló. Odiaba tener que dar explicaciones de su comportamiento.

-Parece que todavía no te has dado cuenta, Harry, pero nunca he sido una persona muy sociable.

Harry sonrió. El tren seguía avanzando.

-Ya, pero... ¿este fue tu primer encuentro con ella? Creía que sería algo más impactante.

-Ah... ya. En realidad para mí sí que fue impactante.- Snape señaló a su "yo" pasado.- y si no, mira que cara se me ha quedado.

Harry se fijó en el pequeño Sev y no pudo evitar reírse. Sev miraba hacia la puerta como si acabara de ver pasar un fantasma.

-¿Fue un flechazo?- Harry seguía riéndose.

-Ejem... no del todo. Digamos que sentía ciertos remordimientos por haberle dicho que se fuera. Era mi oportunidad de hacer algún amigo y la había desperdiciado.

Harry miró un poco más serio a su profesor.

-Bueno, vámonos.- dijo Snape.

Harry echó un último vistazo al niño solitario y sombrío. Le daban ganas de abrazarle, pero eso era algo imposible. Luego sintió una especie de tirón y se encontró de nuevo en el despacho de Snape.

Snape se sentó de nuevo en su sillón favorito y Harry le imitó.

-Pues bien... para abreviar, te contaré lo que sigue. Poco a poco Lily, que era una persona con mucho carácter y mucho buen corazón, consiguió acercarse a mí y ser mi amiga... a pesar de que estábamos en casa diferentes. Supongo que si hubieramos sido los dos de la misma casa, las cosas hubieran sido diferentes... Y si los merodeadores no hubieran existido, también.

Harry se removió un poco incómodo en su asiento. Después de todo él era el descendiente de los merodeadores, en cuerpo y espíritu. Snape continuó hablando y Harry le escuchó.

-Y lo inevitable sucedió. Me enamoré de ella.- Snape evitó mirar a Harry directamente.-Al principio fue todo bien. Ella no sabía nada, me trataba como a un amigo y ya está. He de decir que no nos veíamos todo lo que yo hubiera querido y que con demasiada frecuencia nuestras charlas se veían interrumpidas por algún Gryffindor... No hace falta ser muy listo para averiguar quién era ese Gryffindor.

-¿Mi padre?

-Sí. Y tu padrino. Y el lobo. Y la rata sebosa.

Harry tuvo que contenerse al oír llamara Pettigrew "rata sebosa". Snape lo había dicho con mucho odio.

-Sigue, por favor.

Snape tomó aire y retomó lo que estaba diciendo.

-Pues pasaron algunos años y cuando ya estaba en cuarto (y mis hormonas algo descontroladas)- Harry ahora se rió abiertamente al imaginar a Snape como un chico hormonal.- decidí darle a entender a Lily lo que sentía por ella.

-¿Y?

-Y ella tardó un poco en hacerse a la idea, pero al cabo de un tiempo empezamos a salir juntos como algo más que amigos.

Snape cogió el álbum negro y lo abrió por una página determinada. Harry miró la foto que le enseñaba Snape.

-Ésta fue tomada ese año, a finales de cuarto.

-Parecéis más mayores... Es decir... no parece que tengáis sólo 14.

-Eso, Harry, es porque los dos éramos más inteligentes que los otros.

Harry sonrió. "Por supuesto", pensó.

-¿Y qué pasó luego?

Snape carraspeó.

-Bueno... pues lo que pasó es que empecé a tener "amigos" de mi propia casa.

Harry levantó una ceja.

-¿Y eso no era bueno?

-No. Definitivamente no.- Snape volvió a apoyar la varita en su sien y sacó otro recuerdo para dejarlo caer en el Pensadero.

Harry dudó un momento antes de inclinarse y meterse por completo en ese recuerdo. Pero al final tocó la superficie plateada y cayó.

Harry se dio cuenta de que estaba en la sala común de Slytherin. Recordad que ya había estado allí una vez...

-Esto es la sala común de Slytherin- le dijo Snape.

-Ya.- dijo Harry.

Snape levantó una ceja, pero prefirió no preguntar cómo era que Harry reconocía la estancia.

Harry paseó la vista entre los estudiantes que había allí congregados hasta descubrir a un chico alto y delgado, casi huesudo, de piel pálida y largo cabello negro recogido en una coleta atada con un lazo verde.

-Ey, me gusta cómo te queda así de largo.- le dijo Harry a Snape.

Snape se limitó a arrugar la nariz. Nunca más se lo peinaría así.

Sev (el del recuerdo) estaba sentado en uno de los sillones frente al fuego mientras leía.

Harry se acercó a él y lo mismo hizo Snape.

De repente, una voz sonó cerca de ellos.

-Vaya, vaya, vaya... ¿No es éste el que es tan amiguito de esa Gryffindor sabelotodo?

Los tres se giraron y Harry vio con sorpresa a Draco Malfoy rodeado de matones. ¿Pero qué hacía ese allí? Luego, se dio cuenta de lo obvio... no era Draco, sino Lucius.

-¿Estabais en el mismo curso?- le preguntó Harry a Snape susurrando.

-No, él era más mayor, pero todos en Slytherin le conocían y le temían.

Sev le miró fríamente por encima del libro pero luego pasó de Lucius. Harry pensó que Sev era muy valiente... Lucius tenía un aspecto realmente amenazante.

-Tú, Snape. No me gusta que me ignoren...- dijo Lucius de manera sibilante.

Sev le miró de nuevo, pero su cara no reflejaba ningún tipo de miedo o tensión.

-Oye, Severus... yo pensaba que Lucius y tú erais amigos.- le dijo Harry a Snape de repente.

-Sí... más o menos... pero puedo decir sin lugar a dudas que actualmente somos más amigos de lo que éramos en el pasado.

-¿Qué pasa¿Intentas desafiarme?- le dijo Lucius a Sev.

-No, sólo intento leer.- dijo Sev pausadamente sin dejar de observarle fríamente.- Y me estás tapando la luz.

-Vaya... ¡qué os parece eso!- dijo Lucius al corro de matones que le acompañaba. Éstos se rieron.

Harry se preguntó cómo gente como esa podía ser considerada astuta... Crabbe y Goyle no lo eran en absoluto... Y por lo que veía, sus padres tampoco.

-Eres muy Gryffindor tú¿no?- Siguió Lucius.- Aquí la gente como tú no nos gusta.

Sev, ante esas palabras se levantó. Resultaba imponente.

-¿Y qué gente te gusta¿Esos?- dijo señalando a los matones que rodeaban a Lucius.- No creo que sean ni siquiera capaces de entender lo que decimos.

Lucius levantó la ceja... pero no dijo nada más. Tras mirar al otro de arriba a abajo se dio la vuelta y dejó a Sev solo.

-Harry, no creas que eso es una retirada. En realidad Lucius está pensando cómo aprovecharse de mí. Creo que le impresioné.- dijo Snape.

Harry observó como Sev volvía a sentarse en el sillón y se ponía a leer otra vez, como si nada hubiese pasado.

-¿Estas cosas son muy frecuentes en Slytherin?- preguntó Harry.

-¿A qué te refieres?- le preguntó a su vez Snape un poco divertido por la pregunta.

-Bueno... mírate, te intentan molestar y luego les espantas y vuelves a leer tranquilamente... como si estuvieses acostumbrado a ello.

-Visto así, sí: es frecuente que esto ocurra en Slytherin... Supongo que en Gryffindor a la mínima os empezáis a pegar y por eso preferís hacer que sois buenos amigos... en Slytherin es diferente. Cómo sólo somos fieles a nosotros mismos, no tenemos problemas en insultarnos a la cara... o a insinuar cosas.

Harry miró de reojo a Snape... ¿estaba hablando en broma o en serio? Nunca lo sabría.

Pasado un momento, Sev se levantó del sillón y salió de la sala común. Harry se apresuró a seguirle. Sev no lo vio, pero Harry sí: Lucius le observaba desde una esquina con aire de estar maquinando algo.

Salieron los tres al pasillo y desde allí Sev subió las escaleras.

-¿Adónde se supone que vas?- le preguntó Harry a Snape mientras intentaba seguir el paso del muchacho.

-Ya lo verás, Harry.

Al cabo de un rato Sev llegó hasta el lago, en los terrenos de Hogwarts. Allí ya estaba alguien esperándole.

Lily Evans.

A los 14 años Lily ya era una chica preciosa. Su larga melena pelirroja contrastaba fabulosamente con sus grandes ojos verdes. Sonrió al ver a Sev y éste se acercó a ella para abrazarla y darle un beso.

Harry abrió mucho los ojos ante este gesto de Sev y miró a Severus.

-¿Tengo que estar celoso de mi propia madre?- le preguntó en broma.

-Cállate, Potter... tú has querido ver esto.

La pareja de jóvenes se sentó en la hierba y empezaron a hablar animadamente. Harry se sorprendió al ver lo diferente que parecía Sev ahora comparado con su aspecto hacía un momento en Slytherin.

Harry también se sentó para disfrutar del paisaje. Sin embargo, al poco rato, se vio a sí mismo atravesado por un muchacho que corría hacia la pareja. Tras él, otros tres muchachos aparecieron. Por lo menos éstos no atravesaron a Harry, quien decidió levantarse de nuevo.

-Vaya¡hola Quejicus! (n.a: a mí me sigue gustando más en inglés: Snivellus)- dijo Sirius, que era el primero que había llegado.

Sev se levantó enseguida y volvió a adoptar la fría máscara que pusiera en Slytherin. El problema es que con los Gryffindor no funciona tan bien como con los Sly.

-Oh, Cornamenta... ¡mira con quien ha venido!- dijo Sirius a James señalando a Lily.

Ésta se levantó también.

-¿Es que nunca podéis dejarnos en paz¡Fuera!- parecía realmente enfadada.

-Oh, vamos, Evans... ¿Por qué sigues con ese guarro?- le dijo James.

-James, no te pases- dijo otro chico tras James. Harry reconoció a Lupin. Y el gordito que se reía a su lado era Colagusano.

Pero James no le hacía ni caso. Sacó su varita rápidamente... igual que el resto.

-Lárgate, Potter. Nos estás molestando.

-Oh, Quejicus... ¡Eres tan valiente!- dijo Sirius imitando una voz femenina. Acto seguido dijo- ¡Rictusempra!

-¡No!- gritó Lupin, pero no hizo nada por detenerlo.

Harry notó cómo la mano de Snape se posaba sobre su hombro y decía:

-Ya has visto suficiente.

Y los dos reaparecieron en el despacho de Snape.

Harry sentía una especie de vergüenza. Ver a gente a la que quería tanto enfrentada y sobre todo ver a su padre y a Sirius buscando pelea por nada le afectaba bastante.

Snape tardó un poco en hablar.

-Pues supongo que te imaginas el resto... la pelea de ese día podía haber sido peor, pero Dumbledore apareció justo a tiempo para separarnos. Creo que nos vigilaba. De todas maneras nos peleábamos casi todos los días.-hizo una breve pausa antes de añadir- Odiaba tanto a los merodeadores que cometí la estupidez más grande que podía haber hecho, pero era joven y estaba harto.

Harry tragó saliva antes de preguntar.

-¿Qué hiciste?

-Me asocié con Lucius Malfoy.

Se hizo el silencio.

-Al principio fue por venganza, no quería nada más que hacer daño a los merodeadores sin importar lo que ocurriera después... pero poco a poco Lucius fue metiéndome otras ideas en la cabeza...

Snape dejó caer otro recuerdo en el Pensadero.

Harry vio a Lucius Malfoy de joven sobre la superficie líquida y le oyó hablar en susurros...

-No valen nada... Sangre sucia deshonrosa. Habría que matarlos a todos y luego cocer su sangre.- y luego Lucius se reía a carcajadas.

A Harry se le ponía la piel de gallina.

-¿Cómo podías hacerle caso?- le preguntó a Snape.

-Una parte de mí sabía que lo que decía era malo, injusto y sin sentido... pero otra clamaba sangre. Es muy difícil rehusar a ese lado oscuro si no tienes casi amigos y mucha gente te odia. El poder es atractivo, Harry... Mucho. Y Lucius era muy poderoso.

-Pero tenías a mi madre... ¿No era eso suficiente?

Snape suspiró.

-Hubiera sido suficiente... si no fuera porque los merodeadores a su vez metían cizaña. Ella pasaba más tiempo con ellos que conmigo ya que estaban en la misma casa y no paraban de seguirla... yo a mi vez me iba alejando de ella gracias a las ideas que me metía Lucius... Las peleas empezaron entre nosotros y cada vez eran más fuertes, hasta que un día...

Snape sacó otro pensamiento y Harry le interrogó con la mirada.

-Vamos, Harry... adentro.- le dijo Snape.

En el siguiente lugar en el que apareció Harry tras tocar el líquido plateado fue la biblioteca.

Allí estaban Sev y Lily uno al lado del otro... parecían algo más mayores que en el último recuerdo. Ninguno de los dos parecía muy contento.

Harry vio cómo Sev le pasaba a ella una nota con algo escrito en ella. Al leerla, Lily se levantó bruscamente y recogió todas sus cosas para salir disparada hacia la salida.

Sev, al verla, también se levantó y salió corriendo tras ella. Ya en el pasillo consiguió cogerla de un brazo y la empujó contra la pared, apresándola entre ésta y su propio cuerpo.

-Suéltame, bruto.- dijo ella.

-Escucha, Lily... No tienes derecho a tratarme así.-Su voz era pausada.

-¡Y cómo quieres que te trate! Cada día te pareces menos a ti mismo... ¡Ya no sé si eres tú o Malfoy!

-¡No me extraña que no me reconozcas!- La cara de Sev se convulsionó de odio- ¡Te pasas tanto tiempo con esos inútiles que se te olvida hasta mi cara!

-No digas chorradas y suéltame.

-Lily...-empezó él intentando ser más suave.

-¡Qué me sueltes! No quiero saber nada más de ti, Quejicus.-gritó ella.

-¿Cómo me has llamado?-La suavidad de Sev se esfumó. Apretó más el brazo de Lily.

-¡ME HACES DAÑO!

-No sé cómo he podido confiar tanto tiempo en una asquerosa sangre sucia como tú.- siseó él friamente.

En ese instante Lily comenzó a golpearle con fuerza. Esa reacción sorprendió tanto al muchacho que la soltó y por fin ella se fue corriendo entre sollozos. Harry vio que por el pasillo justo en ese momento pasaban James y Sirius...

James sujetó a Lily cuando pasaba a su lado y ésta se echó a sus brazos. James lanzó una mirada de furia hacia Sev mientras la abrazaba comprendiendo más o menos lo que había pasado y Sev decidió salir de allí rápidamente.

Harry miró a Snape. Su cara reflejaba su congoja por el pasado. Harry se acercó a él y le abrazó.

-Es suficiente... vámonos.

Y los dos acabaron otra vez en el despacho.

Snape se deshizo del abrazo de Harry y continuó hablando.

-Tras el rechazo de tu madre me desquicié e hice a un lado a la única cosa buena que me había mantenido hasta entonces. Los mortífagos me ofrecieron lo único que yo buscaba: olvido, venganza, frialdad... Pero en el fondo seguía amándola.

Harry empezó a entender. Severus había tenido una vida muy difícil.

-Pero ahora ya no eres así...- empezó Harry.

-¿Tú crees?- Snape soltó una risilla- aunque ya no sea así, la gente me sigue tratando como si lo fuera, así que es lo mismo.

-Pero eso está empezando a cambiar... ¡Fíjate en mí¡En nosotros!

Snape le miró. El chico tenía razón.

-Harry... ven aquí.

Harry le miró inseguro pero luego se acercó a él y se dejó abrazar por Severus.

-¡Qué haría yo sin ti!

Y los dos sonrieron.

-Y ahora, Harry... siempre he querido hacerte unas cuantas preguntas.- Dijo Snape casualmente.

Harry le miró a los ojos sin darse cuenta de la trampa. Por supuesto que respondería a cualquier cosa que él le preguntara teniendo en cuenta todo lo que él le había mostrado.

-¿Cómo cuales?- dijo Harry sonriendo... ¡le quería tanto!

-Como... ¿cuantas veces has robado materiales de mi armario personal? O ¿Habías estado ya antes en Slytherin? O ¿Cómo hiciste para rescatar a Sirius Black en tercer año?... Y más te vale que me respondas sinceramente o te haré tomar veritaserum.

Harry abrió mucho los ojos y tragó saliva mientras era estrujado por el profesor... Ya sabía él que tanta sinceridad por parte de Snape iba a traer consecuencias graves. ¡Por qué siempre picaba en los trucos de Severus!

Harry tomó aire... ¿le explicaría todo?

Yo supongo que sí, pero ya no puedo contaros más porque esto es un epílogo y ya ha sido bastante largo... espero que os haya gustado a todas y que nos volvamos a ver pronto... Ha sido un verdadero placer escribir esta historia, de verdad.

¡Y muchas gracias por leer y por vuestros reviews! Ahora que Fanfiction ha habilitado un sistema para responder directamente, os contestaré de esa manera... Pero dadme tiempo¡estoy muy liada!

¡Besos!

Snape White

Miembro de la Orden Severusiana

In Severus I trust.