Problemas familiares.

A la mañana siguiente

-Uaaauh- bostezaba un aún soñoliento Shinichi Kudo, al despertarse. Aún con los ojos cerrados, buscó por todo el colchón a su mujer sin éxito, hasta que sintió como las sábanas se alejaban de su cuerpo y la luz de la ventana entraba en la habitación.

-¡Shinichi!- le decía Ran, con la voz ligeramente alta- Levanta, que hoy tenemos que ir a ver a tus padres.

-¡NOO!- le respondió él, imitando la voz de niño pequeño y acurrucándose más en la cama- yo quiero dormir...

-Shinichi...- concluyó ella, en un tono que no dejaba lugar a la replica.

-Vaaaale, ya voy.

Con desgana, se levantó, se aseó ligeramente, se puso ropa deportiva y bajó a desayunar. Se sirvió su vaso de leche, otro de zumo y una porción de la tarta que le sobró de la fiesta que dieron la semana pasada, para conmemorar el acontecimiento del año, Heiji Hattori acababa de ser padre de su segunda hija, la pequeña se llamaba Yuki.

-¡Shinichi!

-¿Sí, Ran?

-¿Qué haces comiendo?

-Pues desayunar, cariño.

-No has mirado el reloj aún¿verdad?

-Pues...- respondió él, indeciso. Miró de reojo el reloj y gritó con espanto- ¡SON LAS 2!

-Si y ¿quién tiene un almuerzo con sus padres y los directores de la editorial de tu otô-san?

Shinichi no dijo nada, apuró el zumo como pudo y subió como una bala hacia su cuarto.

-Que desastre de hombre...- murmuró ella, mientras se ponía una mano en la frente y negaba sin parar- Dozô, Kami Sama, dame una razón para que siga enamorada él.

Al instante, Shinichi bajaba las escaleras, con una camiseta negra, sin mangas, unos vaqueros y sus eternas zapatillas de deporte, mientras que unas Ray-Ban se encontraban sobre su cabeza. Entonces, Ran susurró:

-Esta me vale.

-Shunsaku, dentro de poco va a venir ojii-san con obâ-san así que portaos bien¿vale?

En ese momento, el móvil de Ran sonó, acababa de recibir un mensaje. Lo leyó y le dijo a Shinichi:

-Shinichi, me temo que no.

-¿Nanî?

-Pues, que dice mamá que papá se cayó ayer por las escaleras... y que se ha torcido el tobillo y no puede venir...

Al unísono, Ran, Shinichi y Shunsaku suspiraron un "Este Kogoro..."

-Pues...-Shinichi, viendo que se le echaba el tiempo encima- venid, os dejaremos en casa de Akagi oji-san, supongo que no le importará...

Con una rápida llamada, le explicaron la situación a Ryoko, la mujer de Hideo y todo quedó solucionado, rápidamente, todos se subieron al auto de Kudo, que conducía frenético hacia la casa de sus compañeros, que se habían mudado por allí cerca. En cuanto llegaron, tras unas pequeñas explicaciones, salieron tan rápido como pudieron hacia un restaurante que hacía esquina con el Simpson´s que tanta fama cogió a finales del siglo XIX y principios del XX gracias a la publicidad que hacía de él el mejor escritor de la historia en sus novelas de misterio.

En el momento en que estacionaron el coche, bajaron rápidamente del auto y se dirigieron hacia el restaurante. Entraron bastante acalorados, por las prisas y en el momento, en el que distinguieron a una mujer rubia, apoyando la cabeza sobre el hombro de un hombre con un flequillo sólo confundible con el de su hijo y que compartían mesa con 2 individuos más, ambos de origen nipón, se dirigieron hacia la mesa.

-Disculpen el retraso...- dijo Shinichi, al acercarse.

-No se preocupe, señor Kudo, apenas llevamos aquí unos 5 minutos-le dijo uno de los dos acompañantes de sus padres.

-(Mentira- pensó él- han de llevar lo menos media hora aquí.)

Shinichi llegó a esa conclusión como si fuera algo normal, pues observó que la botella de vino estaba llena, pero sin embargo, había muestras de que una más pequeña había sido abierta en ese mismo lugar, poco antes, pues había un pequeño circunflejo en la mesa, de color rojo rosado, que intentaba ser cubierto por una copa, pero esta tenía un mayor diámetro en la base y dejaba ver la mancha, mientras que las copas, a pesar de estar limpias y secas, tenían ligeras gotas frías cerca de la base, lo que evidenciaba que habían servido un vino frío, y Shinichi sabía que si habían servido un vino frío, tenía que haber sido un Conde de Valdemar Reserva de la bodega española de Martínez Bujanda , un buen Rioja, sin duda, y su padre era el único que iba a ese restaurante y lo pedía con hielo. Y conocía a su padre lo bastante bien como para saber que tardaba por lo menos 20 minutos por copa y si la botella había sido de 500 ml, que era su capacidad debido a su "huella", y su padre se había servido lo máximo que permitía la copa, 125ml, como siempre y eran cuatro personas, por lo menos tenían que llevar allí 20 minutos...

-Buenas tardes- intervino Ran- ¿han pedido?

-No, aún no.

Acto seguido cada uno pidió una comida diferente y en cuanto el camarero se retiró, siguieron con la conversación:

-Disculpen- les dijo Shinichi a los desconocidos- pero me gustaría saber para que han pedido que asista a esta reunión...

-Es sencillo, señor Kudo, queremos que escriba una biografía para que mi editorial la publique.

-Pero verán, hay otro contrato...

-No se preocupe por la molesta cláusula de su contrato que le impide obtener beneficios económicos superiores a los 2 millones de euros, sin que el club perciba una ligera parte, pues están completamente de acuerdo, se han ofrecido incluso a llevar la publicidad en la camiseta...

-Pero, yo no podría escribir una cosa así... es mi vida y ni usted ni nadie tiene derecho a sacar a la luz tantas cosas que deseo guardar.

-Kudo- interrumpió su compañero- estamos hablando de un beneficio mínimo a tu persona de 15 millones de euros, 40 millones para tu club y unos 60 millones para la editorial... sería un bombazo en toda regla LA VIDA DE UN DETECTIVE ADOLESCENTE. Y si le añades como guinda final, lo de aquella mafia que te dio fama mundial...

-No –cortó Ran- han de respetar que mi marido no quiera recordar lo que pasó.

-Pero... señora...

Aquello hizo que Ran bajara la cabeza ligeramente sonrojada, pues todavía no se había acostumbrado a que la tratasen de señora, pues eso implicaba recordar que estaba casada con el, a su juicio, mejor hombre del mundo, aunque un poco torpe, todo hay que decirlo.

-Está bien, Yoshito- dijo el que parecía ser el subordinado- nos vamos.

-Demo...- quiso replicar el otro, pero con una simple mirada, le acalló.

-Señora, Señor... les ruego que nos disculpen si les hemos importunado, comprendo que les incomode el tema- en ese momento, dirigió una mirada a Ran y durante una fracción de segundo, desde su elevada posición, pues ya se había levantado, observó la figura de la joven esposa del futbolista. Ran no se dio cuenta, pero Shinichi sí y le dirigió a Noboru Matsui una mirada, que si se pudiera matar con la mirada, habría acabado con él y en la que se leía claramente NO LA TOQUES.- Sayonara, Kudo-sensei- finalizó dirigiéndose a Yusaku, le dirigió una leve inclinación de cabeza a Yukiko y se fue.

Mientras tanto, Shinichi pensaba:

-( En esa mirada, ese estúpido de Matsui, tenía una lujuria... unas cosas... me pareció haber visto también una especie de ira asesina... le echaré un ojo extra a Ran, por si acaso, pero es que había algo... me da la impresión de que trama algo...)

Así pasó la comida, mientras que Shinichi le comentaba a su padre sobre sus vacaciones y éste sobre su libro nuevo, mientras que la mujeres hablaban de sus hijos...

Ya en casa de Akagi, donde todos se habían reunido, Shinichi se llevó a los chicos a la cocina y les dijo:

-Amigos, tengo algo que deciros, puede ser muy importante, o puede no ser nada...

-Tranquilo, sabes que puedes contar con nosotros, como siempre- le dijo Heiji, enseguida Hideo, Makoto y Kaito, asintieron.

-Arigatô gozaimasu, chicos, veréis, esta tarde, he tenido una reunión con los editores de mi padre y quieren que escriba una biografía para ellos y, como es lógico, decliné. Pero...

-¿Pero...?- preguntaron todos al mismo tiempo

-Pero cuando se iban, me di cuenta de que miraba a Ran de una forma...

-Pero eso es normal, Shinichi, Ran es una mujer, guapa y famosa, tiene su propio club de fans y ha sido quien ha conseguido hacer del Kárate un deporte olímpico... es normal que la gente la mire así, pero sabes que la única persona a la que ama eres tú, Kudo.

-Hattori- entonces Heiji se asustó ligeramente, pues Shinichi nunca le llamaba por apellido, a menos que hablara de Hattori oji-san don sus hijos- no me preocupa eso, me preocupa la parte del odio que sentía hacia mí, por eso os pido que echéis un ojo de más, ya que sabéis muy bien, que los actos vandálicos en esta ciudad, y en el mundo en general, que se dirigen contra alguno de nosotros, siempre raen consecuencias contra el grupo.

-Tranquilo, siempre tenemos un ojo de más, las chicas siempre nos dicen que somos un poco sobre protectores- dijo Kaito, riendo como siempre, pero eso no eliminó la incertidumbre de Kudo, que se temía algo peor.

CONTINUARÁ...

Notas del autor: Bien, aki teneis un cap mas dl fic, k spero k os siga gustando y sigais dejando reviews (o al menos alguno mas que hasta ahora) y que os guste. Xa cualkier duda un review con las preguntas y yo las responderé x mail (ya k n la web no dejan).

Me gustaría agradecer a PaLiTo y en especial a Vermi-chan, x todo su apoyo y consejos.

Nos vemos n l sigiente cap

se despide

michel 8 8 8