Fuego

Capítulo 4: Hipnotízame…

-Hoooola! Hay alguien en casa? Kenshin…?...Misao? Hay alguien?- preguntó Sanosuke entrando al dojo, que estaba completamente en silencio. Caminó por los pasillos, se le hacía realmente extraño el hecho de que no había nadie en la casa, ya era un poco más del medio día. Decidió ir revisando habitación por habitación. Pero nada… no había nadie. Hasta que llegó a la habitación de Kenshin. Realmente dudaba encontrarlo ahí, pues ya era demasiado tarde para que siguiera durmiendo. Que equivocado estaba…

-Keeeeeeenshin…!- exclamó entrando a la habitación; el samurai se encontraba recostado de lado, durmiendo tranquilamente. Se acercó para poder despertarlo, pero en eso notó que a su lado había un bulto cubierto por las sábanas. -…ehh.ehh…?- dijo extrañado, poniendo una cara muy rara. En eso, ese bulto comenzó a moverse, por lo tanto Kenshin también. Ese bulto salió de las sábanas, aún durmiendo, como reclamando un poco de aire.

Sonó un golpe en seco, que despertó a Kenshin inmediatamente. Miró a su lado, encontrándose con Sanosuke, cuya mandíbula había caído bruscamente al suelo al percatarse de lo que había sucedido anoche en el dojo. Kenshin estaba más rojo que su cabello.

-¡¡¡Oro!- exclamó y se sentó bruscamente, despertando a Kaoru.

-…hmm?que sucede… Kenshin- dijo Kaoru aún un poco adormilada.

Sanosuke seguía con la mandíbula en el suelo, mirando incrédulo aquella escena: Kenshin y Kaoru en un futon, ambos sin ropa!. Como pudo, Kenshin se tapó con lo primero que vio, tomó a Sanosuke y lo aventó fuera de la habitación. Cerró la puerta y se volvió para ver a Kaoru, que se estaba levantando apenas…

-Será mejor que nos levantemos inmediatamente-

Fuera de la habitación de Kenshin…

Sanosuke aún no se recuperaba del impacto, cuando llegó Misao y lo zarandeó por los hombros.

-Sanosuke… ¡Sanosuke!- le gritó para que éste volviera en si. Recuperó su estado normal, pero aún extrañado contestó…

-…ehh..? Que…que pasó?- preguntó un poco mareado.

-No sé… es lo que te ibamos a preguntar- dijo

-…¿ibamos?- en eso Sano se dio cuenta de que Aoshi se encontraba atrás de Misao.

-Ajá… pero bueno, veníamos por Kenshin y Kaoru…- dijo la chica acercándose a la puerta del samurai, pero Sanosuke se interpuso ferozmente.- ¿Qué te pasa Sano?-

-Ehh… es que no pueden pasar- dijo con una risa nerviosa.

-¿Y eso?- preguntó Aoshi extrañado.

-Porque…porque…porque Kenshin no está en su cuarto! Jejejeje…-

-Hmm, ¿estás seguro?-

-Cien por ciento-

-Bueno entonces voy a buscar a Kaoru- dijo Misao empezando a caminar.

-Tampoco creo que esté en su cuarto-

-Pues que a donde se fueron o que- preguntó Misao un poco fastidiada.

-No sé, pero no hay naaaaaaaaadie en la casa- dijo y sonrió.

-Hmm…bueno… Aoshi, ¿me acompañas a entrenar un poco?- preguntó Misao.

-Pues ya que-

Ambos se fueron, dejando a Sanosuke analizando la imagen que minutos antes habían visto sus ojos…

En el jardín…

Ya habían empezado el entrenamiento desde hacía unos minutos, Misao se esforzaba enormemente para derrotar al hombre que tenía en frente de ella. Sus patadas eran más directas, más perfectas… los golpes más centrados, sin duda, había mejorado muchísimo sus técnicas. A Aoshi le costaba aceptarlo, pero la chica podría llevar cierta ventaja sobre él. Una patada que le sacó el aire solo le confirmó lo que pensaba. Él había descuidado sus entrenamientos, mientras que ella seguía entrenando duro diariamente…

-Aoshi, ¿estás bien?- preguntó algo preocupada, aunque sabía que él podría aguantar muchísimo más.

-Si… no te preocupes- dijo recuperando el aire. Misao se acercó a él lentamente. Era extraño, lo miraba con…¿sensualidad? Él se encontraba tirado en el pasto, a lo que ella se sentó junto a él, muy muy cerca. Pasó un brazo a través de él, al igual que todo su cuerpo, quedando sentada sobre él. Se acercó más a su rostro y le dio un beso en la nariz.

-Pero si tu aguantas mucho más…- dijo mirándolo a los ojos.

-Lo sé… no sé que me pasó ahorita…- contestó ingenuamente. Misao tan solo pudo sonreír y le plantó un beso apasionado en los labios. No se podían contener, era demasiado lo que estaban sintiendo, así que como pudieron se levantaron y fueron a la habitación más cercana… a la de la chica.

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Sanosuke se había resignado, nadie le haría caso ese día, lo mejor sería retirarse o ir a molestar a Megumi, pero tenía demasiada flojera…

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Estaban acostados en el futon de la chica, sin ningun tipo de ropa que los cubriese, ella descansando con los ojos cerrados, y él con los ojos abiertos, pensando…

-¿En que piensas, Aoshi?- cuestionó la chica al verlo tan pensativo.

-Nada…- dijo aún con la mirada perdida en el techo. Misao se sintió un poco rechazada, por lo que decidió voltearse y dormir un poco, aunque aún era temprano. Aoshi se dio cuenta de su error, de nuevo había sido demasiado frío con ella…Cerró los ojos, pensando en tantas cosas… como era posible el hecho de que Misao fuera mejor que él…que lo superara…nunca había pensado que eso sería posible, sentía un poco de vergüenza por eso…Pero la quería, aunque no quisiera, él la amaba con toda su alma, por lo tanto no podía desearle ningún mal, ni lo haría nunca…

…pero si podía esforzarse en ser mejor que ella…

Pude cerrar los ojos, más no pude dejar de verte

Y dejar de dormir, más no dejar de soñar…

Puedo callar las voces, más no puedo dejar de oírte

Puedo dejar de ser, pero no puedo dejar de estar…

Aoshi volteó a ver a Misao, mejor dicho a la espalda de Misao. Sin duda era afortunado, pero no era digno de tenerla. Y tampoco podía sentirse menos a su lado, era como una puñalada a su orgullo. Tocó su espalda suavemente…

-Misao…-

Bésame…

Hipnotízame…

Ya no me importa más…

Róbame el alma, hechízame…

La chica volteó lentamente, mirándolo fríamente.

-¿Qué sucede?- cuestionó Misao.

-Hmm… solo quería que supieras que… te amo, Misao-

Ella solo pudo sonreír, cualquier sentimiento de rencor hacia él desapareció y lo besó lentamente. Sin poder evitarlo, y habiendo recuperado fuerzas, continuaron…

Puedo calmar mi mente más no puedo calmar mi sangre

Mirándola fijamente a los ojos, le prometió…

-Nunca te dejaría, ¿sabes?-

Y puedo ser sincero sin dejar de mentir…

Puedo quedarme cerca, más no puedo dejar de oírte

Puedo cambiar mi vida, más no puedo cambiarme a mi…

Ella simplemente sentía lo mismo por él, lo que sentían el uno por el otro era algo tan puro, que ni el más profundo de los odios podría destruirlo. A ella ya no le importaba lo que dijesen los demás, a él ya no le importaba el mundo…

Bésame…

Intoxícame…

Ya no me importa ser…

Un ser sin alma, atrápame…

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Pasaron 3 meses…

Todo transcurría tan tranquilo. Sanosuke había decidido tomarse unas 'merecidas vacaciones', mientras que los demás seguían bien instalados en el dojo. Por alguna extraña razón, los días sin Sanosuke eran mucho más tranquilos. Misao y Aoshi casi no estaban en el dojo, y Kenshin y Kaoru disfrutaban de esa soledad en el lugar.

La cena había terminado, Misao se encontraba en el consultorio de Megumi, tenía varios días que se sentía mal…

-Misao…-comenzó Megumi- me temó que tú… tú…-

-Yo que…- dijo preocupada.

Megumi suspiró y terminó su frase -… tu tienes un resfriado- dijo finalmente, sorprendiendo a Misao…

-Eres una tonta Megumi- dijo suspirando tranquilamente.

-¿Y eso?-

-No sé… por un momento pensé que podría ser algo más grave-

-¿Grave, ¿Cómo que?- preguntó Megumi extrañada.

-No sé, jeje… llegué a pensar muchas cosas-

-Ah si! Lo olvidaba!- dijo golpeándose la cabeza con su mano.

-¿Hmm?-

-Estás embarazada-

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Aoshi se encontraba mirando el cielo, era una noche muy linda. Curiosamente Misao había acudido con Megumi a que le hiciera una revisión, pues tenía varios días de sentirse mal.

-Que raro…-se dijo para él mismo-… ella casi nunca se enferma-

Quitó de su cabeza cualquier pensamiento loco.

-¿Y si está embarazada?- dijo una voz detrás de él. Aoshi se levantó rapidamente.

-Eso no podría ser posible- dijo alarmado, viendo la cara de risa de Kaoru.

-Jajaja… era broma, como crees- dijo y se dio la vuelta –solo te venía a avisar que ya está aquí Misao… trae una carita que uff… mejor ni la pongas de malas, se ve algo sensible.- dijo y se metió al dojo.

Aoshi se quedó pensando… por un momento sintió algo raro… no era felicidad, pero tampoco era odio o arrepentimiento…

Mejor se metió a recibir a Misao, quién estaba ya instalada en su habitación. Entró Aoshi y la vio, estaba sentada en el marco de su ventana, se veía tremendamente hermosa. Con la luz de la luna golpeando su rostro. Apartó esos pensamientos y se preocupó un poco…

-¿Qué te dijo Megumi? ¿Estás enferma?-

Ella no decía nada…

-No…no es nada- dijo tratando de sonar segura- solo es un resfriado- terminó y mostró una sonrisa falsa. Aoshi no se dio cuenta debido a la oscuridad de la habitación, y se acercó a ella. La abrazó tiernamente.

-Que bueno que no tienes nada.-

Misao se sorprendió un poco.

-¿Por qué? Pensaste que tenía algo mas grave?-

-No.. claro que no… es solo que no me gusta verte enferma.- dijo y la besó en la frente.

-Ya se me pasará este resfriado.- dijo y se apartó un poco de Aoshi.

-¿Vamos a dormir?- preguntó a Misao.

-No sé Aoshi, preferiría dormir sola esta noche-

Aoshi se extrañó ligeramente.

-¿Y eso?-

-No me lo tomes a mal… es solo que no quisiera contagiarte… además, estoy muy cansada-

Aoshi trató de comprenderla, así que simplemente le dio un beso de buenas noches y se retiró de su habitación, para dirigirse a la suya…

Continuará…

Notas d la autora: Hola! Jeje, a q no c spraban un giro tan drástico! No sé, tal vez m adlant un poko a las cosas, pero no podía sperar más! Además esta historia va a tornarse un poco más dramática… van a pasar muchas cosas!

Mil gracias x los reviews! Espero q sigan dejando más!

Ah! Una última aclaración, la canción que puse en el capitulo anterior es una de Belanova, que se llama 'Apaga la luz' de su disco 'Cocktail'. Ah, y la de este capítulo es una canción de Fobia, que se llama Hipnotízame (está super linda esta canción, les recomiendo que la bajen, está super super buena!).

Bueno eso era todo.

Se cuidan mucho mucho mucho mucho!

¡¡¡ByeBye!

Lau…