casi que me tarde lo mio...pero ueno estaba en un foro y como una autora ahi insistia muxop TT pues como amo muxop a sus FF decidi escribirla ¬¬...
aunk sea flojo este es el final UU
tal vez al final nio os ligue pero a ami sip >. !
espero k lo disfruteis y ya sabeis k nada de estop es mio...es decir YY inusha es mi nobio pero nio es mio... ¬.¬ dixo esop! o
Dsifruutad!
Al terminar la canción Kagome se fue corriendo a cambiarse. Lo había hecho tan bien como su cuerpo le permitía moverse. Deseaba bajar corriendo el escenario y abrazarse a él hasta que no le quedará aire; hasta que el olor del hanyou estuviera impregnado en su cuerpo.
Al bajarse totalmente el talón, ella ya estaba detrás del escenario. Algunos chicos empezaron a mirarla con un entusiasmo y demasiada mala intención en sus ojos; lo sabía y lo notaba, pero ésos ojos solo le causaban asco de sí misma. Esa ropa se le había dado Eri y Yuca, diciendo que así algún chico, mejor que su novio, se acercaría a ella; pero solamente habia aceptado soñando que Inuyasha era quien la vería, no pensó que verdaderamente él apareciera.
…
Delante de todos; de los humanos; de adolescentes lascivos; de imbéciles; de amargados. Lo habia hecho delante de todos.
Podría agruparlos en grupos diferentes cada uno de los individuos que tenía a su alrededor, pero… ¿En que grupo entraba él?
"Grrrr. ¡Mierda!"
La madre de Kagome se había ido al hospital ya que a media canción un aparato llamado móvil/celular había sonado, le habían dicho que el abuelo estaba en el hospital, se había roto un pie.
Casi no quedaba nadie. La gente y sus hijos ya se habían ido.
'¿Dónde se ha metido ésa perra?'
Tal vez debía estar recogiendo como los demás.
Se acercó a unos tipos que había por ahí. Uno de ellos le sonaba. Parecía el chico que a veces hablaba con Kagome en el colegio. Los celos hacía rato que le estaban carcomiendo, así que delante de otro detrás de ella, de su Kagome, volvió a agobiarse de celos.
"Oye imbécil¿Dónde está Kagome? "
El chico castaño se giró extrañado, nadie le llamaba así. No recordaba tener enemistades, exceptuando…
"¿Tú?"
"Claro. ¿Quién sino?"
Houjo le miró con furia en los ojos. 'Que chico más raro', pensó,'vestido así y con el pelo tan largo'
"¿Eres su novio?" Inuyasha no percibió el sarcasmo en esa frase, pero si lo que significaba, más o menos. Se ruborizó.
"A lo que sea eso. Sí." Al decir 'su' le dio entender como si Kagome le perteneciera y eso le hizo afirmarlo sin pensarlo.
…
Le había indicado un pasadizo a su derecha, dijo que al final había el lugar donde las chicas se cambiaban. Por lo visto, todas las chicas ya habían salido, exceptuando Kagome.
Las palabras que pensaba decirle le causaban un gran nudo en la garganta. Se sentía impotente; la fuerza yéndole del cuerpo. Cuando ahora necesitaba más valentía que nunca para decirle que él…la…la am…
"¡Mierda!"
Ni quisiera podía pensarlo. Decir eso sonaría demasiado desesperado, quizá, y él no era así. Pero tenía miedo de perderla, de que ella al quedarse sola, traicionada, también se muriera odiándole, y eso no quería que se repitiera. No quería que ella también lo odiara.
'¡Ella no!'
Abrió la puerta con bastante brusquedad, desesperado para encontrarla y abrazarla. Tal vez no podría decirlo lo que él sentía, pero si demostrarlo.
Oyó la puerta cerrarse detrás de él. Su mente divagó en esos actos con los que un hombre demuestra su amor. Pero ese acto, el que le daría la seguridad que ella lo entendiera, era el acto del amor.
Así ella sabría sus sentimientos; pero¿a qué precio?
No era una cortesana de su época, o una geisha, con la cual pagando disfrutas.
Ella era Kagome, era su pequeña, virgen y pura; casi como él, alguien sin experiencia; sin saber como tratarla, amarla; y no solo conocer la forma de satisfacerse uno mismo pero de manera más placentera.
Ella era casi como una miko y era humana, como entendería que para él era más importante que una estúpida boda a lo humana; o que solamente con eso ya la reclamaba como suya, como su mujer…para toda la vida.
Se dio cuenta entonces que algo parecido a una cascada de agua sonaba al final de ése lugar.
Se acercó hacia el eco de esas gotas que se oían caer. No había ninguna puerta transparente como en el sitio donde también se escuchaba lo mismo en casa de Kagome. Desde el espacio donde estaba veía un pasadizo estrecho acabando en una habitación vacía más amplia.
Era extraño porque la maleta y las cosas de Kagome estaban en el banco a su derecha, pero el lugar donde él estaba no había nadie, estaba vacío; Kagome no podía estar en ningún otro lugar que en esa parte más grande donde estaban las duchas comunitarias.
Con temor caminó pasando hacia el otro lado de ese pequeño pasadizo. ¿Y si estaba llorando?
Al llegar ahí su corazón se le contrajo en el pecho: Kagome estaba acurrucada en el suelo; parecía haberse desmayado. Se acercó rápidamente a ella, dándose cuenta desde el primer momento de la desnudez de la pelinegra. Su temor de que ella no abriera los ojos le hizo sentarse enseguida al lado de ella mientras el agua caía en su pelo oscuro, en el cuerpo y la ropa del hanyou…pero no le importaba nadie, ni nada. Solo que Kagome despertará.
"¡Kagome!"
Le apartó el pelo hacía un lado de la cara totalmente mojado y lleno de espuma con olor a sakura muy embriagador. La acercó a su cuerpo abrazándola, al sentir como el cuerpo de ella se erizaba a causa del contacto frío de él, se quitó rápidamente la parte superior de su kimono, el haori rojo, dejándolo encima del pequeño cuerpo de Kagome para que la abrigará.
Un golpe de calor se expandió de su estomago a su entrepierna y a su cara, que se tiñó de rojo a causa de la vergüenza. Le hacia despertar su instinto de posesión, incluso siendo él humano.
'O tal vez', pensó, 'a causa de los sentimientos humanos, soy más sensible.'
No era que apareciera ese sentimiento solo ahora, o que le dominara, puesto que siendo medio demonio le afectaba mucho más el olor de ella cuando en las noches tenía alguna que otro sueño extraño, donde ella gemía y no paraba de moverse como si algo la estuviera persiguiendo o agobiando. ¬¬ aunque sabemos k es mas bien otra cosa…
Cerró los ojos intentando ocultar su nerviosismo para cuando ella despertará, pero al abrirlos otra vez la ola de calor le inundó siendo más electrizante y exasperada.
Así que no pudo contener las ganas de acariciar su mejilla, de abrazarla más fuerte, y poder lamer cada una de las parte de piel que su haori no le tapaba.
Sabía que el olor de ella quedaría impregnado en esa prenda de ropa, que él la llevaba siempre y que por lo tanto estaría semanas ensimismado oliéndose a si mismo…
Unos segundos más tarde Kagome empezó a toser, la boca le sabía a espuma, el agua que le debía caer, casi ya no la sentía y se espantó al darse cuenta que un desconocido la abrazaba… al intentar abrir los ojos un enorme escozor le hizo volver a cerrarlo.
"Kagome…"
Inuyasha vio como ella se llevaba las manos a los ojos apartando el jabón que le quemaban los ojos. Acercó su mano y le quitó la espuma que le quedaba con su palma.
"¿Inuyasha?"
"No los abras, aún tienes como una cosa rara en la cabeza que no para de bajarte a los ojos."
Inuyasha la ayudó a levantarse. La prenda que la tapaba casi cayó al suelo, y pudo ver la desnudez, la tersa piel de su espalda; sin embargo Kagome no se dio cuenta.
El hanyou preocupado por eso, decidió preguntarle, no sin antes hacerle un nudo como pudo por detrás con al ayuda de las largas mangas de su haori, si se encontraba bien.
"¿Estás bien?"
"Me queman los ojos, me duele la cabeza, creo que me he torcido un tobillo y debo tener un morado en la espalda por la caída."
"Será mejor entonces que salgas de aquí y te cambies, sino…"
Kagome se giró con los ojos nublados y la cara mojada, llena de pequeñas gotas, su pelo le daba un perfecto toque a adulta. Sus mejillas estaban sonrosadas, y los labios húmedos y brillantes por el agua, hacían dudar a Inuyasha si lo que intentaba hacer en breves sería productivo o no.
"Debo limpiarme, estoy algo aturdida pero debo quitarme la espuma…" Inuyasha tragó duro a causa de la respuesta que en su mente se habia formado automáticamente y no se atrevió ni siquiera a volver a recordarla. "Ayúdame, yo sola, no puedo…"
Ahora si que nadie iba a pararle.
Lo sabía él y seguramente Kagome, pero ahora, ahora, ya nadie le frenaría.
Desató el haori que Kagome llevaba puesto con mucha delicadeza, ya que antes por los nervios lo había hecho de una manera demasiada ruda. Vio como la prenda iba cayendo por la espalda de ella, poco a poco, húmeda a causa del agua. Mientras Kagome empezaba a darse cuanta en donde se estaba metiendo, pero si Inuyasha no paraba, si él quería ayudarla, entonces no le diría nada.
En el mismo momento que el haori cayó en el suelo Inuyasha se quitó el blanco, dejándolo a una esquina de la ducha comunitaria. Luego Kagome dio unos paso hacía delante para quitarse la espuma del pelo, pero estando de frente le era demasiado difícil, con bastante vergüenza se fue girando, Inuyasha se deshizo de los pantalones y de la prenda con la cual se tapaba su miembro casi totalmente erecto.
Los segundos que tardo en quitárselo y subir la vista a la pelinegra, ella había girado completamente, mostrando su perfecta delantera a Inuyasha que la miraba atónito.
Las mejillas de los dos estaban rojas a más no poder, e Inuyasha dudaba si acercarse más a Kagome o no. Ella entonces abrió un ojo, se paseo por todo el cuerpo del humano que ahora tenia delante, sus pectorales, su falta de vello, y al llegar a la 'parte interesante' de Inuyasha, su rubor aún se incrementó más.
Nunca había visto a un hombre desnudo, pero la vista que en segundo habia admirado era perfecta para su gusto…
"Kagome…yo…"
Ella alargó la mano a una pequeña estantería que había en la pared justo a su izquierda y se coloco el gel para el cuerpo en sus mano, era de un color blanco. Se acercó a Inuyasha temiendo un rechazo por parte de él, que por suerte no pasó.
Las diminutas manos de Kagome se acercaron al pecho de él, y con la ayuda de un pequeño masaje empezó a enjabonar a Inuyasha.
Tal vez él no lo sabía que en segundos, eso le gustará pero Kagome sí, y por eso se aprovecho de eso. El humano se acercó más a Kagome mientras observaba como las manos de ella acariciaban su cuerpo en círculos y el agua hacia caer la misma espuma que Kagome creaba con su manos al suelo.
Inuyasha se acercó aún más a la pelinegra ella dio algunos pasos hacía atrás, de repente sus muñecas fueron subidas hasta la parte superior de su cuerpo, Kagome subió la cara toda roja por la vergüenza hacia el humano que tenía a pocos centímetros de ella.
"¿Qué fue lo que te pasó?" el aliento caliente de Inuyasha, junto a las gotas de agua caliente que caían en su cuerpo la estaban excitando de una manera, que a sus dieciséis años nunca había sentido jamás.
"Me caí, resbalando con el agua…supongo…"
Inuyasha la miró preocupado, deseaba consolarla como se había prometido a él mismo que haría, que la abrazaría hasta dejarla sin aliento sintiendo su piel con la suya hasta que no le quedará nada más que demostrar. Pero en realidad, quien parecía consolar a quien era Kagome a Inuyasha y no a la inversa.
Las manos de la pelinegra seguían entrelazadas con las del hanyou…y él con toda su asumida virilidad se acercó hasta los labios de ella, quería besarla y perderse en la verdadera calidez de unos labios calientes… no tuvo tiempo de seguir imaginándolo cuando Kagome se apodero de ellos aproximándose hasta que hicieron totalmente contacto.
Ella volvió a separarlos y repitió el movimiento ladeando la cabeza hacía un lado, Inuyasha supo entonces que nunca más podría alejarse de ella…
Abandonó el abrazo de sus manos para sentir el contacto de su cintura. Era una piel delicada, y con toda la maldita espuma en los dos cuerpos la sensibilidad era sumamente apasionante.
Sus bocas seguían hundiéndose una a la otra, aferrándose al tacto y las sensaciones que eso les proporcionaba. Kagome abrió totalmente la suya, escapando de ellos un gemido, en el momento en el que Inuyasha, sin ningún tipo ya de pudor, introdujo su lengua para sentir el contacto de la chica.
La pelinegra se estremeció al contacto del miembro de Inuyasha en su feminidad.
Estaba excitado, y no sabía como debía actuar en ese momento, pero la sumisión de Kagome a sus caricias no le daba para pensar, estaba enloquecido.
Fue apartando poco a apoco los labios de los de Kagome para acariciar la demás piel, las mejillas sonrosados, el lóbulo de la oreja, el cuello pálido, era el sabor más perfecto que nunca habia saboreado en su vida.
….
El vaivén de Inuyasha hacía ella le estaba haciendo gritar, si hubiera sido hanyou tal vez ya estría sordo, pero el placer que en cada arremetida sentía no podía acallarlo con nada, ni siquiera Inuyasha con sus besos ardientes podía conseguir que los gemidos dejarán de escaparse de la boca de ella.
Inuyasha tenía las manos colocadas en el trasero de ella, con la mente nublada de la pasión, el nombre de Kagome, saliendo una y otra vez de su boca, su miembro entrando y saliendo con la máxima rapidez que sus piernas le permitían. Al principio la ternura y las miradas de comprensión habían sido para él algo perfecto, pero cuando había empezado a poseer la cavidad de Kagome, cuando esa entrada caliente se habia acoplado totalmente con él, los besos, las caricias todo lo que había estado haciendo de precalentamiento parecía reducido a hielo con lo caliente que sentía todo su cuerpo…y por lo menos el agua no le estaba molestando ahora.
El dolor, en menos de lo que ella esperaba, había sido sustituido por un placer inimaginable, y aunque en la posición que estaban, haciéndolo la primera vez era bastante complicado, al sentir el pecho de Inuyasha contra sus senos, las manos de él en sus glúteos… no lo cambiara por nada en el mundo.
"Ka…Kag…Ha… ¡Kagome!" Otro gemido masculino sonó en el lugar, seguido de muchos más de la pelinegra con la cual estaba amándola ahora…
Ella tenía los ojos cerrados, y las manos apretando la espalda de él fuertemente, no recordaba el tiempo que llevaba ahí con Inuyasha invistiéndola, pero sentía que toda la pasión estaba casi por explotar…
"In…mmm… Inuya...shaaa." Necesitaba más. No sabía el qué, pero estaba llegando al final y tenía la necesidad de sentirlo más, mucho más…
Inuyasha tenía miedo. Algo dentro de su interior le hacía perder la razón, y quería envestirla de una manera más salvaje…más fuerte…más brutal, llegar hasta la infinidad de la feminidad Kagome.
"Más…Inu…¡Maaaaás…!"
Ésa era su mujer sin duda… la que pedía siempre más de él, la que nunca se aborrecía de estar a su lado o de cambiarlo; y por eso la necesitaba, la deseaba…la amaba y sino lo decía, nada de lo que estaban haciendo, habría servido de mucho…
"Te amm… ¡Te amo!"
"Y…yo...mm…Ahh!...yo más… ¡N-No pares!" Inuyasha hizo una risa burlona, su cuerpo se apretó mucho más a ella y sentía el clímax a pocos segundo.
"Ni loco…para…ría…Kagome…!"
La pelinegra llego primero al cúmulo de lo desconocido. La corriente en la cual se habia sumergido, explotó dentro de ella llegando hasta cada uno de sus extremos haciéndola gemir.
Inuyasha al oír su gran logro, junto a la humedad que ayudo a su miembro a hacer la ultima embestida mucho más placentera, le hizo descargar su semilla dentro de ella, junto al ardor que se apoderó en él cuando supo que había conseguido sentir el mayor placer en toda su vida…
Y solo era el principio.
El humano, abrazando aún a Kagome por sus muslos y las piernas de ella enroscadas en su cintura, se giró poco a poco, sintiendo como perdía la razón, los sentidos se escondían y sus piernas flaqueaban tanto que en segundos estaba sentado al suelo con la espalda en la pared, juntamente con su mujer encima de él.
Se había desmayado.
No sabía que su pasión fuera tan bestia como para que Kagome perdiera el sentido…pero al menos ella parecía feliz.
Susurró un par de veces el nombre de Inuyasha y abrió los ojos. Lo primero que vio fue la luz de las duchas, unos ojos liliáceos mirándola con cansancio, y un cuerpo desnudo y húmedo abrazando el suyo.
"¿Te…hice daño?"
Las mejillas sonrosadas de él le hicieron gracia, pero la cara de preocupación en global le hizo entender que no era un momento de risas.
"Si me hubieras hecho daño te lo hubiera dicho…"
Al intentar moverse, una punza de dolor apareció en su cavidad, Inuyasha la miró preocupado hasta que vio como ella con la cara de color tomate se acercaba poco a poco hasta su ingle, un liquido humante se engancho en sus dedos y los subió mirándolo con curiosidad.
Tenía tres colores; blanco del semen de Inuyasha, uno más transparente y mocoso, que era la libido de Kagome, y el rojo de la sangre mostrando su virginidad.
Ella lo sabía, Inuyasha no.
"¡K-Kagome¡Ahí hay sangre¡Sangre! Te hice daño, y además… bastante…"
La cara de inquietud de él hizo casi preocupar a Kagome, hasta que Inuyasha la estiró en el suelo de las duchas, abriéndole las piernas totalmente delante de él.
Ella quiso morirse de vergüenza en ese preciso momento, justo en el instante en el que él sumamente consternado acercaba su mano hasta la parte de ella húmeda.
"No me di cuenta de esto…de verdad que lo siento…"
Subió sus ojos casi llorosos hasta los rojos de Kagome por la emoción, entonces se dio cuenta de lo que había hacho, se estiró encima de Kagome y se abrazó a su cintura. Inuyasha enterró su cabeza en el estomago de Kagome, ella se incorporo y le acaricio el pelo mientras explicaba…
"Todas la mujeres en su primera vez sangran Inuyasha…aunque hubieras sido más delicado, eso demuestra que nadie más me había acariciado besado y…bueno…esto… nadie me había hecho 'eso'¡Como lo hiciste tu! Creí que en el Sengoku esto era más normal."
El no apartó la cara del estómago, pero si dejo de sollozar, se incorporó un poco y empezó a dar pequeños besos hasta llegar a la valle de los senos de la chica. Se concentró un rato mientras Kagome seguía mimándole el pelo.
"Hecho de menos tus orejitas…"
Inuyasha sonrió con ternura sin que ella lo viera, y al pensar en las orejitas se dio cuenta que él era un hanyou, pero al estar como humano…
"Mañana cuando sea hanyou vamos a volver a hacerlo, en un lago, en un rió, en unas termas, en una casa, en la tuya… ¡donde sea! Pero vamos a hacerlo."
Inuyasha subió su mirada decidida, a la dubitativa de la de Kagome.
"¿Por…por q..?
Antes de seguir, Inuyasha contestó la pregunta no formulada del todo.
"Quiero que seas mi mujer, por mis leyes." La pelinegra abrió los ojos enormemente. "Pero siendo humano no he podido hacerlo, así que, mañana volveremos a hacerlo…"
"¿Te crees que para mí es solo una obligación o qué?" ella hizo un mohín como estando en desacuerdo, Inuyasha empezó a preocuparse "Si tu pones esa regla, yo pondré otra."
Él dudó unos segundo, pero se dio cuenta que conociéndola, sería algo relacionado con la maldita escuela.
"Bueno… ¡vale!"
"Aunque antes quiero saber algo…" Inuyasha volvió a dudar pero asintió apoyando su cabeza gratamente entre los dos pechos y las manos en la cintura de ella. Dio un par de besos y ella hizo la pregunta. "¿Lo-lo hiciste con Kikyou alguna vez?"
El hizo una gran cara de extrañado, se sentó llevándosela con el, la colocó en su regazo. Cerró los ojos, se rascó la cabeza.
"¿Inuyasha?"
"Ella, ella era miko. Es casi como sacrilegio pensar en las mikos como mujeres para seducirlas, así que…" Eso no contestó a la pregunta como Kagome esperaba y en sus ojos se vio reflejada mucha decepción. "Además, hasta hace poco no sabia que era sentirse atraído físicamente por una mujer. Es decir, que ninguna me había aceptado ni yo me había interesado por ellas, hasta q-que…¡keh! Ninguna perra me ponía lo suficiente como para querer que fuera mi mujer como lo has hecho tú! Así que di la maldita regla¡mujer!"
Ella se mordió los labios, lo miró como si fuera un corderito apunto de degollar y se toco el pelo, con las mejillas totalmente rojas…
"Quiero que lo hagamos cada día, a. Quiero que lo hagamos aunque sea de día o de noche, no ser que estés muy herido, o que lo este yo. ¡Y me da igual donde! Solo deseo que siempre estemos así juntos, y haciéndolo… tanto si eres humano, medio demonio, o youkai… ¿vale?"
El hizo una risa burlona, de superioridad, de estar totalmente de acuerdo. La beso en los labios con la misma pasión que antes, sintiendo sus lenguas recorrer las dos bocas sin parar, como si un torbellino o una lucha fuera. Cuando Kagome gimió y el aire le faltaba, él habló.
"Supongo que eso contesta a tu petición, y que conste que lo dijiste tú. Ahora como humano estoy algo cansado, pero como hanyou… Tsk! Vas a tener que aguantar mucho me entiendes¿verdad?"
"Eso espero, chucho…"
Sus labios volvieron a engancharse, no querían separarse, no podían separarlos. Pero ahora tenían un futuro mejor.
Tal vez la canción estaba equivocada. O la pasión de Inuyasha era verdaderamente agotadora, pero ahora por lo menos los dos sabían que la tortura era al pensar en el pasado o en un futuro sin el otro.
Es ese futuro Inuyasha no estaba de acuerdo a aceptarlo, mientras la ayudaba a vestirla, al besarla, al cogerla de la mano mientras regresaban a casa, se dio cuenta que sería un verdadero infierno irse, y según sus leyes, dejar a una mujer por otra, era la vergüenza de toda la estirpe y no quería que su madre estuviera donde estuviera, viera como su hijo era la vergüenza de la familia.
…
Cuando el dia siguiente se lo explicó a Kagome; se lo explicó a todos, se dio cuenta que también debería decírselo a Kikyou; pero con la ayuda de Kagome, eso no sería ya una tortura, sino el verdadero honor de un inuhanyou, y por lo tanto, Kikyou no podía hacer nada contra eso, y simplemente no lo hizo.
Sus escasos intentos de separarlos fueron en vano, y en uno con el cual quería que Inuyasha transformado en youkai asesinara a Kagome con sus propias manos, se giró en contra de ella, haciendo que el Inu youkai la atacará arrebatándola las almas, que se perdieron para siempre, como la vida de ese cuerpo hecho de barro.
Hicieron una tumba para ella, y aunque Kagome tenía miedo de que a Inuyasha le pasara algo, él simplemente ayudo a construir el lugar donde ella descansaba y se fue con una gran sonrisa hacía su mujer.
La batalla a dos banda había terminado, pero la batalla por los fragmentos aún no. Esa historia sin embargo es demasiado larga como para explicarla…
fi...
supongo q como sera el ultimo capi nadie va a dejar un RW pero clarop si nio ay aki kiele decir k mis historias nio gustan y luego voy a dejar de ponerlas pk si mente nadie les gusta mi final TT pa ' k ponerlos nio¿
xD ajajaj k baka soy!
inu: Oye miho! oy k postura vamos hacer..
miho: ¬¬ tu callate, no te pongas nada...y esperame en la cama >/ !...
inu: siiiiiiiiiii! keh! sinio fuer pork sabe tener elmismo aspecto k kagome...yo ni loco ¬U¬ ad+ la segrestó!
miho: >´ ! k te calles! y veta la cama...osuwa..a nio k sninio luego se enfada..ejem..estoy ocupada asi k espero veron en breves en otro lugar
ayoox...la pekeña y letal Miho ha hablado ..
