Wolas! Ya vuelvo a estar aquí, si lo sé, me tardé más de lo que prometí pero no pude evitarlo porqué los exámenes me estan comiendo el poco tiempo libre que tengo.
¡Soy una desgraciada! Pero bueno, nadie dijo que la vida de estudiante fuera fácil.
Os dejo con el capi, o a lo mejor no, porqué me parece que muchos cuando terminen de leerlo van a matarme pero... ¡piedad! Para todo hay una explicación y os la digo a bajo.
No os entretengo más.
¡Nos vemos!
Se revolvió incómodo en la cama donde estaba. Tenía miedo, miedo al despertar. ¿Despertar?
¡Ya estaba despierta!
Vio como Tsubame y Ayame dormían a su lado y sonrío tiernamente. Ya se había vuelto una costumbre y le gustaba ver a las dos hermanas tan tiernas.
Si, tenía que admitirlo. Las dos eran igual que Sayuri y ella de pequeñas, todo el día peleándose.
Sayuri. Enishi. Tsubame.
Con delicadeza se levantó de la cama y se dirigió ha su antigua habitación.
Aoshi estaba tumbado en la cama, en el rincón, guardando inconscientemente el sitio de ella. Se acercó con cuidado y con sumo sigilo se deslizó entre las sábanas.
Aoshi se acomodó mejor entre el cuerpo de su esposa.
-¿Kaoru? – preguntó medio dormido
-No hables Aoshi – susurró – A lo mejor es la última vez que estamos juntos – Aoshi no abrió los ojos porqué entendió que su mujer tenía que hacer su gran decisión y, aunque le doliera, si quería a Kenshin, él la dejaría ir y podía jurar que Kenshin pensaba lo mismo.
Sinceramente le daba miedo encontrarse sola en la cama. Había oído a Aoshi levantarse, como él le decía a Tsubame y Ayame que se dieran prisa porqué sino no llegaban al colegio. Como Aoshi había dicho que hoy ella no se encontraba bien y tenía que descansar.
Pero no podía descansar.
¡Tenia que levantarse¡Descubrir su pasado! Pero esa idea, esa idea… la aterraba.
Lentamente y casi sin hacer ruido se levantó de la amplia cama de matrimonio. Respiró hondo y se dirigió al baño. Duchándose sin dirigir una mirada furtiva al espejo.
Estuvo un largo rato debajo del agua, sintiendo el agua a presión haciendo un efecto relajante con su continuo masaje.
Salió envuelta en un albornoz y abrió la puerta para que el vapor saliera y espero.
Espero pacientemente a que su imagen en el espejo del baño se hiciera visible.
Y ahí estaba ella. No, ella no era. Era su otra ella
-Así que Kaoru… - Kenshin miró a Aoshi. Él mismo señor Shinomori le había revelado la información que SU Kaoru, la Kaoru de los dos había decidido aceptar su pasado.
-Así es. Supongo que cuando todo pase y ella… ella este segura de todo, vendrá.
-¿Y tú estás de acuerdo? – preguntó Hajime Saito el cual observaba fijamente a los dos hombres - ¿Estás de acuerdo que mi hija se vaya con otro?
-Si Kaoru es feliz yo soy feliz – respondieron los dos hombres a la vez y Saito, aunque fuera para su desagrado, no pudo evitar sonreír.
Misao asomó su cabeza en la habitación de Soujirou, esperando encontrárselo ahí pero ésta estaba vacía.
-Vaya… - susurró, había querido encontrárselo, no sabía porqué, quizá para hablar de lo que pasó el otro día, quizás para…
-¡Bu! – dijo una voz suavemente en su oído. Misao dio un pequeño saltito exaltada mientras la otra persona se aguantaba la risa - ¿En qué pensabas?
-En… - Misao se sonrojó y su color aumentó aún más cuando sintió las manos de Soujirou rodear su cintura. Acercarla a su cuerpo – En ti
-¿En mi? – preguntó él extrañado, la había abrazado inconscientemente, tenía ganas de besarla, tenía ganas de…
-Si – susurró ella, la cercanía de los dos cuerpos la hacia estar nerviosa
-Una chica tan hermosa no debería pensar en un delincuente como yo
-Pagaste tu crimen
-Maté a una persona
-No me importa
-Eres demasiado joven
-Diez años Sou-chan, solo diez años – los dos sonrieron. ¿A qué llevaba esa discusión?
-Algo que no estoy dispuesto a reconocer, no quiero reconocerlo – dijo oliendo el suave aroma de la chica, mujer, era ya una mujer.
-Te quiero – susurraron los dos a la vez. Ninguno levantó la vista para mirar al otro, simplemente, ahí abrazados, respiraban el mismo oxigeno y las mismas ideas acudían a su mente, las mismas ansias de besarse. Sin que nadie dijese nada, sin dar ningún indicio, Misao se dio rápidamente la vuelta entre los brazos de Soujirou y se puso de puntillas, él la levantó un par de centímetros del suelo para que sus labios se unieran más rápidamente. Se besaron, pero no era un beso superficial, casi casual como el de la primera vez, era un besó profundo, cariñoso, cálido, suave y a la vez salvaje, apasionado. Un beso que quería expresar todo lo que sentían.
Con cuidado alargó la mano, lentamente, haciéndola coincidir con la de su reflejo. Las dos sonrieron y se miraron a los ojos. Café con azul mar.
-Sé feliz – dijeron las dos a la vez, provocando una nueva sonrisa. Era extraño pero las dos sentían que querían a la otra más que a si misma
-Si… si me voy… besa a Aoshi, por favor – Kaoru cerró los ojos
-Lo haré. Pero tú tienes que hacer lo mismo. – Kaoru del presente asintió – No tengas miedo
-No lo tengas tú tampoco, por favor – y ahí empezó a notar una sensación cálida que la envolvía. Entreabrió los ojos para ver como su mano estaba entrelazada con otra semitransparente. De repente, una sensación agradable y entonces empezó a revivir su pasado.
Su encuentro con Kenshin, sus múltiples luchas contra sus enemigos, su boda, su primera noche juntos, el nacimiento de su hijo, la historia de Tomoe y Enishi y…
Al parecer ni Soujirou ni Misao no vendrán – dijo Megumi aburrida mirando la entrada de urgencias
-¿Aburrida Kitsune? – preguntó Sanosuke en su oído
-Yo también quiero quedarme en casita – susurró ella ausente
-¿Con quién? – preguntó sensualmente el chico
-¡Ya vale! Si queréis deciros cosas indecentes hacedlo pero no aquí – les reprochó Sayo. Megumi le sacó la lengua y Sanosuke miró hacia otro lado.
-¿Están Aoshi y Kenshin?
-¡Kaoru! – las dos mujeres miraron a la recién llegada asombrada
-Aoshi nos dijo que hoy…
-¿Están? – preguntó ansiosa
-Si, reunidos en el despacho de Aoshi – la mujer solo asintió y desapareció por la puerta de entrada a urgencias
-Yo voy – anunció Megumi, deshaciéndose de los brazos de Sanosuke y siguiendo a la señora Shinomori - ¡Kaoru!
-Dime – Kaoru hablaba con Megumi sin detenerse de su paso ligero
-¿Ya estás mejor? – Kaoru asintió con la cabeza – Aoshi estaba muy preocupado, me contó no sé que de tu pasado y… ¡Kaoru quieres parar! – Megumi, cansada de hablar mientras hacia una carrera la cogió de la muñeca obligándola a parar
-Megumi, prometo explicarte todo, TODO, lo que ha pasado pero ahora… tengo que hablar con ciertas personas a las que quiero mucho – Megumi la miró a los ojos. Azul mar
-Cuídate Kao-chan – y se abrazó a ella como nunca lo había hecho – Me gusta mucho ese nuevo color – Kaoru se relajó y pudo devolver el abrazo a la mejor amiga de la Kaoru del presente
Aoshi miraba impaciente la puerta y el reloj, alternativamente. Justo cuando habían terminado la reunión con Saito, Tokio y Kenshin sobre los presupuestos del próximo año y los futuros contratos fijos, justo cuando la pareja Saito había abandonado el despacho y Kenshin recogía sus pocas pertenencias Sayo había llamado informándole, o informándoles, que Kaoru había llegado preguntando por él y el señor Himura.
Alzó sus ojos azul cielo para encontrarse con los de Kenshin, violeta mezclado con ámbar, aún no se acostumbraba a eso, siempre que había visto a Kenshin lo había visto o como Kenshin, el vagabundo, o como Battousai, nunca como la unión de los dos.
Y ahora, después de haber hecho esa reflexión entendía mucho mejor la actitud de Kenshin Himura.
No había sido tan radical como de secuestrar a Kaoru después de haberlo matado a él pero tampoco había sido tan buena persona como para dejar a Kaoru vivir su vida feliz, había luchado por ella, todo lo que había podido aunque por el camino hiriera corazones (el suyo y el de Tomoe incluidos). Interiormente pensaba que, si él se hubiera encontrado en la misma situación (Kamisama no lo quiera) habría hecho exactamente lo mismo y ahora se repetía mentalmente una cosa, sea cual sea la decisión, Kaoru estaba embarazada y eso parecía que, no solo por él, sino también para Kenshin era una quebradero de cabeza. No por no querer al niño porqué a él le parecía (como al cirujano) todo lo que venía de Kaoru era algo… maravilloso, además que un niño no tiene la culpa de haber nacido de esos padres. La prueba está en Tsubame.
Y otro quebradero de cabeza, Enishi, aunque su esposa quisiera evitarlo él se había enterado de la petición del joven Yukishiro.
Su esposa.
Casi podría decir su ex esposa porqué…
-Lamento interrumpir – la puerta se abrió mostrando a una Kaoru totalmente agitada
Enishi estaba sentado en una cafetería, esperando la llegada de Soujirou. Quería hablar con él, era su única familia, la única que quedaba en vida. No podía decir la única que no estaba corrompida por los celos, el odio y el afán de protección porqué entonces recordaba a Tsubame. Su hija. A la persona a la que había destrozado su vida por su intento de violación.
Dio un fuerte golpe en el sillón donde estaba sentado. Daría lo que fuera para poder volver al pasado, poder arreglar todo lo que hizo. Simplemente arreglar su matrimonio con Sayuri, la mujer que mató a golpes.
Volvió a dar un golpe fuerte en el asiento.
Era un desgraciado, lo sabía. Si, es verdad que los humanos cometen errores pero los suyos no habían sido errores, habían sido… ¡torturas! Asesinatos, palizas, maltratos. A su mujer… ¡a su hija!
Además, había perdido a su hermana.
Cinco mujeres. Su madre, matada por su padre de la misma manera que él mató a Sayuri. Su hermana, muerta en un accidente de tráfico a manos de un inútil cirujano que no había podido salvar a la persona que parecía haberlo sacado de la oscuridad. Su mujer, Sayuri, muerta en sus brazos crimen por el cual debería estar en la cárcel todavía. Su amiga, su ex novia, su… ¿qué era realmente Kaoru para él? Daba igual, la había perdido el mismo día que entró por la puerta y vio a Sayuri, su hermana, tumbada en el suelo, llena de golpes y sangrando. Y finalmente… su hija, Tsubame, no hace falta ningún comentario de ella. Si había algo por lo que se culpaba cada día era por eso.
¡Por su mierda pasado!
¿Por qué no había cometido los mismos errores que Aoshi? Dejar escapar a la mujer de su vida, irse con otra (sin llegar a nada mayor) y darse cuenta que su felicidad no estaba ahí. ¿O los mismos que ese amigo idiota que tenía Aoshi? Aunque su novia fuera guapa, inteligente y rica, no arrinconarse y luchar por ella. ¡Aunque ella fuera un testaruda amiga de Kaoru¿O los mismos que Saito? Separarse de la mujer que ama para darse cuenta de su tremendo error y volver a estar juntos para toda la eternidad.
No. Él tenía que joder su futuro, su pasado y su presente juntamente con el futuro, el pasado y el presente de todos los que le rodeaban.
-¿Estás bien? – Enishi abrió los ojos que inconscientemente había cerrado y miró a la persona que tenía delante
-Si, Soujirou estoy… - y entonces se dio cuenta de una cosa, una cosa que no pasaba des de hacia muchísimo tiempo. Estaba llorando.
Los dos hombres miraron a la mujer. Ahí en la puerta. Y durante unos segundos les pareció la visión más hermosa que habían visto en años. Lentamente, su corazón empezó a hacerse pequeño y a estrujarse, haciendo un agradable dolor. Su manos empezaron a sudar y sus pies a estar inquietos. Habría sido una situación graciosa por no ser de la tensión que se respiraba en el ambiente.
-Yo… - Kaoru rompió el silencio
Os dejo solos – Kenshin se levantó, no pudiendo estar sentado ni un segundo más. Pasó por el lado de Kaoru, ella le sonrió melancólicamente y le susurró "en un momento estoy contigo", esa acción hizo que Aoshi se tensará. La puerta se cerró, creando otro silencio incómodo.
-Kaoru… - Aoshi la miró a los ojos, azul mar. Había olvidado lo preciosos que eran. Kaoru se acercó a él, Aoshi ni siquiera tuvo tiempo de levantarse de la silla. Kaoru se había inclinado y lo estaba besando. Suave y deliciosamente, haciéndole disfrutar el beso. Se separaron. Buscando el oxigeno.
-Lo siento… - la respuesta de Kaoru fue sincera
¡Ya está¿Os gustó¿Si¿No¿Tenéis ganas de matarme? Si es eso lo entenderé.
A mi personalmente al capítulo me gusta mucho como me quedó.
En este capi he hecho muchas reflexiones personales de algunos personajes que quedaron como malos o como poco comprendidos, los casos de Enishi y de Kenshin (respectivamente).
Sé que muchos vais a matarme por haber dejado el capi aquí pero cuando empezé escribir el final de este capi me salió el epílogo solo y el epílogo me salió contando lo que aquí no se cuenta, quedan aún muchos secretos por decubrir, bueno, muchos muchos no pero unos cuantos que nos dejaran con la boca abierta si.
Si, quiero afirmaros que tengo el epílogo escrito pero tengo que informaros que al menos tendréis que esperar hasta el fin de semana que viene porqué esta semana la tengo llena de exámenes.
¡Los reviews! Exactamente no sé que ha puesto el fanfiction pero hay algun metodo alternativo para poder responderos los reviews eso si, tenéis que estar registrados, así que si estáis registrados haced un review firmado porqué de esa forma podré devolverlo, también quiero decir que en último capítulo (el epílogo) contestaré personalmente a todos los reviews que pueda pero eso ya lo diré en el próximo capi.
Dar las gracias a gabyhyatt, the black misao y smcg2 para dejarme un review y espero que al ser los últimos episodios tuviera ¡MÁS REVIEWS! Si, lo sé, soy una exigente.
Nada más que deciros solo lo que ya sabéis, alguna crítica constructiva, alguna duda o alguna felicitación pues... ¡un review! Que siempre levantan la moral a estos autores que tenéis por aquí.
Muchos besos a todos y nos vemos en el próximo capi
Se despide con un abrazo.
Aya-Mery
