Notas de su aburrida autora:
Cansada de leer croosovers HR de estas dos series me he dedicado a juntar ideas para dos fics diferentes y unirlas.
Muy bien ahora me dedico a explicar como sera esto:
Este fic se llevara en dos partes una colocada en la pagina de Card Captor Sakura y otra en la de Harry Potter.
La de Card Captor Sakura se llama La Maestra de las Cartas y la Orden del Fénix y se llevara alternamente con la de Hp.
A un capitulo del de CCS corresponderá uno de Hp.
En este caso el Cáp. de ccs va antes que el de Hp pero podria ser al revez. Siempre mencionare cual va.
Si preferís que lo lleve todo en un solo archivo decírmelo y lo hago.
Y atención es un fic 100 HH y SS, aunque no lo parezca.
Harry Potter y el Concilio de Magia de Oriente
By Makychan
Prologo
A quizás no mucha distancia de ahí, un joven que se parecía al anterior, merodeaba por un bosque. Con sus recién diecisiete años cumplidos, el muchacho cabello azabache, tez blanca, cuerpo musculoso y con unos ojos esmeraldas cubiertos por unos anteojos, parecía un adulto cansado de la vida.
Hace más de un año el moreno había recibido uno de los golpes mas duros de su vida, le habían quitado lo mas cercano a que había tenido a un padre, el mismo día que le contaron le porque de todas sus desgracias.
La sensación de culpabilidad lo había perseguido por parte de aquel sombrío verano, hasta que alguien le puso un hasta aquí, con el fuerte carácter de su bella conciencia, pero ella no había logrado sacarlo de aquella oscuridad que ahora lo rodeaba.
Aquella vez decidió que no quería volver al colegio, no había nada ahí para él, necesitaba prepararse par el destino que la vida le daba y estar ahí no le ayudaba. Así que su anciano mentor accedió a entrenarlo; así que encerrado en su oscuro refugio, el muchacho recibía duras clases particulares –sin olvidar la materia escolares- y partía en breves misiones.
Ahora mismo se encontraba en una de ellas, él y su acompañante se deslizaban en la oscuridad; las raíces y ramas, que le estorbaban el paso, hacían aún más difícil el rastreo. Pero eso no era impedimento alguno; él ya estaba acostumbrado y a menos que alguien se topara de frente con él, ningún ser humano percibiría que rondaba por aquellos lugares.
No se podía decir lo mismo de los Mortifagos a quienes seguían, era bastante fácil puesto que no lograban esconder su rastro. Así fue como, mas pronto de lo comúnmente acostumbraban, encontraron a sus presas.
Sin embargo las cosas habían ido demasiado bien como para continuar así; el factor sorpresa quedo totalmente arruinado por culpa de un mortífago que regresaba al campamento cargado de agua. Se encontró con el par de espías y al reconocer al joven, quien ya había hecho fama entre los seguidores de sus enemigos, tiro el recipiente de barro al piso cuyo rompimiento y junto a su grito alerto al resto de los suyos.
Lamentablemente iba ha ser el ultimo grito que saliera por su garganta, ya que el rayo verde no tardo mucho en salir del molesto chico. Una docena mas de mortifagos llegaron hasta donde se encontraba la pareja de espías y la batalla comenzó.
El joven de ojos verdes comenzó a pelear contra sus enemigos, con la crueldad que lo caracterizaba pero sin llegar al extremo que con el primero. Mientras lo hacía vigilo a su compañero, era realmente bueno, le había enseñado tantas cosas pero ya lo había dejado atrás. Él era más rápido y poderoso que el pelirrojo; aunque no negaba que seria difícil que un mortifago lograra vencer al mayor de los Wesley, que aún se negaba a utilizar las imperdonables.
La batalla llego a su fin mucho antes que el muchacho hubiese deseado, verdaderamente habían dado con un grupo de principiantes. Tan malos que ni siquiera uno había logrado escapar, un rotundo éxito.
"no pareces muy feliz"- Le dijo Bill mientras contactaba con la orden.
"No ha sido una batalla muy desafiante"- contesto el muchacho, su éxito se debía a la ineptitud de los mortifagos no a la destreza de él.
"No crees que un desmasius hubiese bastado"- Le pregunto su compañero viendo el cadáver del mortifago del agua- "Se ve que el chico era muy joven"
"No mas que yo"- murmuro el joven alejándose – "Pero quizás mi destino es el mismo"
Era lo mismo todos los días, no podía creer que siguiera en clases, en su antigua escuela ya estaría de vacaciones. Una chica de diecisiete años miraba el pisaron mientras apoyaba la barbilla en su mano.
Cualquiera pensaría que prestaba atención al profesor que hablaba sin parar mientras daba vueltas enfrente de la clase, pero si se fijaba un poco mas notaria que la muchacha tenia la mirada completamente perdida.
Era algo ya normal en ella desde que había llegado al Instituto Salem, una escuela para niñas ubicado en un pueblo del mismo nombre de la primera potencia mundial del mundo.
El Instituto Salem había estado ahí desde hacía mucho tiempo, las chicas recibían ahí desde su educación primaria hasta que llegaba la hora de elegir una carrera. Pero para entrar a esa escuela debías de recibir una invitación.
Así las chicas desde los seis años iban todos los días desde sus casas hasta la escuelas –que ha diferencia de las escuelas europeas no era internado- con su pequeña falda de tablones gris que llegaba a media pierna, una blusa de manga larga –de gala- o corta, un chaleco rojo oscuro que se cerraba con una especie de listón que se arreglaba en un elegante moño en la parte de arriba del mismo color de la falda, además de las calcetas a tono hasta arriba de la rodilla y mocasines negros.
Recibían clases de matemáticas, ciencias, geografía; es decir todas las comunes...pero lo que casi nadie sabia es que intercaladas con esas materias, las alumnas de esa institución, recibían clases de pociones, encantamientos, herbó logia...Porque en realidad era una escuela de magia y su verdadero nombre era Instituto de Brujas de Salem.
Cuando la muchacha se vio obligada a dejar su antiguo colegio por la mudanza de sus padres a los Estados Unidos, enseguida revisó todos los folletos de las escuelas de magia en el país, al enterarse del completo método del Instituto no dudo ni un segundo que ese era el colegio al que quería asistir.
La vida de las brujas y magos de este país era diferente a la de los europeos. Ellos eran prácticamente muggles, vivían rodeados con muggles, algunos trabajaban con muggles, aunque otros también tenían trabajos relacionados con la magia.
Realmente el nuevo continente era un lugar de pensamientos nuevos, la chica de pensamientos liberales se vio rodeadas de personas que pensaban como ella, aunque claro había un par de excepciones.
Le había encantado volver a tomar ciencia pero le había gustado mas aun el estilo de magia que se practicaba. A un solo mes había logrado dejar de depender con una varita.
Extrañaba mucho a sus amigos, a las aventuras que había tenido con ellos, le preocupaba la situación actual que se vivía y aun mas los rumores que rondaban a uno de ello. Ella sabía que en parte eran cierto, pero se sentía mal al pensar que quizás lo peor era callado.
Sin embargo, con un breve periodo en aquel lugar había descubierto que no todo seria calma, así que con su experiencia y con su nuevo grupo de amigas logro romper la rutina de aquel lugar.
Ciertamente le habían pegado eso de mecerse en problemas.
"Profesor Zacary, la directora desea ver a Jany en su despacho"- informo una niña rubia de trenzas que aun asistía en la primaria al profesor de ciencias.
Esta bajando de su nube numero siete bajo a la realidad, no recordaba haber hecho algo aquella vez, se dijo mientras se dirigía al despacho de la directora. Una sonrisa fugaz se dibujo en los labios de la chica cuando se dio cuenta que en su antigua escuela nunca habría pensado eso.
Al abrir la puerta la directora pudo ver a una de sus mas inteligentes alumnas, su lacio y largo cabello estaba sujetado en una cola alta, los botones abiertos de su blusa , quizás mas de lo que se permitía, dejaban ver un dije de una luna creciente de plata y una tímida sonrisa se veía entre los labios con brillo de la muchacha.
"¿Me hablaba profesora?"- pregunto educadamente.
"Así es"- respondió y dejando de lado la autoridad que mostraba casi siempre con sus alumnos le indico- "Siéntate Jany"
"Gracias"- respondió la chica con una sonrisa, ya se había acostumbrado al diminutivo que le habían dado en el instituto.
"Te he mandado a llamar porque he recibido una carta de tu antigua colegio"- informo la directora un tono serio que preocupo a la chica ¿Acaso había pasado algo malo?- "En ella me informa que desea tu regreso, pero te ha mandado una carta aparte para explicarte los motivos"
La anciana directora del Instituto le entrego a su pupila el sobre que escribía como destinatario:
SRT. HERMIONE JANE GRANGER
El rostro de la chica era la seriedad personificada mientras sus ojos cafés recorrían las letras de la carta.
"El profesor Dumbledore ha sido informado de su desempeño en el instituto"- le dijo la directora mientras la chica guardaba de nuevo la carta al sobre- "Creo no estar muy equivocada cuando digo que la petición del director se debe a la Guerra que se vive en Inglaterra"- la chica no tuvo ni siquiera que asentir- "Supongo que aceptara"
"Así es"- respondió la chica con un nudo en la garganta.
"Créame cuando le digo que esta institución pierde mucho mas que una buena alumna, se ha ganado la admiración, amor y respeto de todos los miembros del Instituto Salem y sé que hablo por todos cuando digo que se le extrañara".
"Gracias profesora"
"Sé que tomas la decisión correcta"- le dijo la directora- " será mejor que contestes la carta"
La carta que permanecía sobre el escritorio captaba toda la atención del ocupante de aquella habitación. Sin previo aviso se levanto de su silla y empezó a dar vuelta por todo el despacho.
La guerra a la que se enfrentaba el mundo mágico había hecho un efecto desbastado en el anciano, sentía como sus fuerzas se acababan y sus aliados no se daban abasto. La terrible posición del ministro impedía que pudieran unir fuerzas.
Era necesario aumentar sus alianzas o perderían. Aun si Harry Potter lograra vencer al señor oscuro.
Las alianzas y el niño que vivió eran sus dos principales preocupaciones.
Sabía que el ministerio de magia había intentado buscar apoyo con Oriente, de hecho la carta que se hallaba sobre su escritorio trataba de ello. El Oriente siempre tan orgulloso y prepotente uno tenía que manejar con los asuntos con él con el mayos cuidado posible.
Como siempre el Concilio de Magos de Oriente le había dado un revez a la situación, tenía sus propios problemas y el señor oscuro no les preocupaba. Pero eso no debía todo cierto, había acordado mandar a cuatro de sus jóvenes de mas alcurnia para establecer un primer contacto.
El ministro ingles se había enfadado, mandar a cuatro chicuelos no ayudaba nada. Pero el anciano director del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería no lo veía así, no era un ingenuo y sabía que la edad no tenia mucho que ver en la posición que un hechicero ocupaba en aquella antigua sociedad.
Estaba seguro que aquellos cuatro jóvenes serian solo informantes al Concilio, para saber si debían actuar o no. Quizás con los jóvenes orientales en Hogwarts Dumbledore conseguiría un aliado más.
El anciano director se sentó en su escritorio para escribir la respuesta al ministro, asegurándole que estaba dispuesto a aceptar a los alumnos de intercambio.
En cuanto termino la respuestas los pensamientos del anciano se dirigieron al joven Potter, el chico estaba mas cerca de la oscuridad que de otra cosa. Si las cosas seguían así el poder que tenia sobre Voldemort se perdería.
Había llegado la hora de tomar cartas en el asunto, el muchacho había aprendido a defenderse bien, era un rival de temer, estaba a la altura de cualquier auror y sabía que podía soportar una batalla con Lord Voldemort y salir bien librado. No aprendería más en el exterior.
Estaba decidido Harry Potter regresaría a Hogwarts, debía de retomar su humanidad. Y el sabio profesor ya había arreglado todo para que lo hiciera.
Espero que les haya gustado dejen sus revwies. Haber si vale la pena continuar.
