Un nuevo capitulo dl fic, espero q les siga gustando...

Capítulo 2: Una rosa pareja

Harry caminaba despacio alejándose de todo y todos los que le habían hecho daño. Adolorido, y sin poder pensar con claridad, paró un momento para descansar y soltar a su lechuza, que preocupada por su amo, voló alrededor de su cabeza sin alejarse. El moreno no sabía qué hacer, a quién acudir... sus amigos armarían un escándalo, Dumbledore seguramente le mandaría con sus tíos otra vez aludiendo que estaba mejor protegido, y su novio...fijo que no le gustaría encontrárselo en ese estado, además que no podría hacer nada por él. ¿Qué habría hecho Sirius en su situación? Ah, Sirius, su querido padrino. El año pasado no se había puesto a pensar en él, claro que con tantos entretenimientos..., ahora volvía a mirar atrás y culparse de su muerte. ¡No! La culpa era de Voldemort, Bellatrix, e incluso de Snape por haberse burlado de él, si tan sólo estuviese ahí...

- Vamos Harry debes de ser fuerte- se reprendió en voz baja.

- Así que te llamas Harry¿eh?- una voz fuerte resonó a su espalda. Harry se giró aterrado, pero lo que encontró fué a un muchacho más o menos de su edad, ancho y fuerte, que imponía respeto. Además su cara le resultaba familiar.- Dame todo tu dinero.

- No-no tengo- Harry prefirió comportarse como un niño pequeño y asustado, nunca levantando la cabeza.

- ¿No? Debí imaginármelo, pequeño¿cuántos años tienes¿Quince?- el moreno sintió ira hacia ese chico, y también indignación ¡iba a cumplir diecisiete en un mes!- Ven conmigo- el desconocido le estaba apuntando con una varita.

Harry sintió un escalofrío al ver la punta de la varita, y rapidamente sacó al suya.

- Con que eres un pequeño mago. ¿Acaso crees que podrás vencerme?- el sujeto se puso en posición de ataque, siendo imitado por Harry, pero a los pocos segundos unos faros iluminaron la escena haciendo al hombre retroceder.- Nos volveremos a ver pequeño Harry.

El moreno se giró hacia la carretera donde acababa de aparecer el Autobús Noctámbulo. Stan, se bajó de un salto con aire curioso: - ¡Neville! Quiero decir¡Harry Potter! Pasa, hoy tienes tu cama gratis.

Harry subió al autobús que después de un ajetreado viaje lo depositó a las puertas del Caldero Chorreante. Agradecido de bajarse, y algo mareado, entró en el establecimiento que estaba más vacío que de costumbre, aunque claro, debían ser sobre las cuatro de la mañana. Pidió a Tom una habitación libre, la última que quedaba, y cansado, se acostó.

Un rubio platinado se levantó con las primeras luces de la mañana. Activo como era, abrió su preciosos ojos grises y rápido escogió cuidadosamente su ropa y entró en su baño. Cuando salió, bien vestido y peinado, bajó al comedor de su espaciosa mansión y su nueva elfina doméstica: Poky, le sirvió el desayuno.

- ¿No han llegado mis..er..amigos?

- No, amo, señor. Llegarán dentro de unos minutos.

- Gracias, puedes retirarte.- Había que reconocer que esta elfina era muy eficiente, sobremanera al cocinar, pero echaba de menos a su viejo Dobby, con el que tantas veces había jugado cuando era más pequeño.

Al terminar, el llamador sonó, oyó voces y pasos que se dirigían al saloncito cercano a la entrada. Con algo de desgana, Draco se arregló la ropa para encontrarse con Blaise y Pansy. La verdad es que preferiría estar descubriendo lo que pasaba con Harry, pues el día anterior le había dejado muy preocupado.

- Pansy, Blaise, bienvenidos- dijo en su clásica voz arrastrando las palabras.

- ¡Draco!- chilló su amiga emocionada arrojándosele encima para abrazarlo. A veces era muy impulsiva. Blaise se limitó a estrecharle la mano y caminar hacia la salida.- ¿Has visto últimamente a tu amorcito?- Pansy le susrró al oído para que el otro amigo no se enterase, y Draco sólo hizo un leve asentimiento de cabeza.

Blaise ya se había desaparecido y ambos se apresuraron a salir del campo anti-apariciones para acompañar a su amigo al callejón diagón.

- Querría 300 gramos de polvo de dragón por favor, y también pelo de unicornio, tres - esa voz distrajo sus sentidos, sabía de quién era esa voz.

- ¿Draco?- le llamaron sus amigos extrañados, quienes ya estaban saliendo del boticario.

- Ahora les alcanzo- Draco se acercó al mostrador escondido entre las estanterías, mientras sus amigos se encogían de hombros y desaparecían por la puerta.

Ahí, justo ahí estaba el objeto de sus preocupaciones, tan bello como le recordaba, su moreno de ojos verdes, anhelo de su corazón.

Cuando el muchacho salió, le siguió sigilosamente, y al asegurarse de que no había nadie conocido cerca le agarró de un brazo.

- Ay- se quejó el moreno girándose dolorido,- pedazo de bestia ten más cuida...¡Draco!- al ver a su novio cambió su expresión a una de temor y rapidamente a una inexpresiba deseando que el Slytherin no se hubiese dado cuenta, pero éste que era el rey de la indiferencia, si que lo había hecho.

- ¿Que te ocurre?

- Hmm, nada, sólo estoy aquí de compras, y...

- No mientas, sé que tus tíos no te dejarían salir.

- Ya, pero vine con mis amigos que están...en...

- Harry deja de mentir, y además qué te ha pasado en el brazo- Harry intentó apartarse pero el otro fue más rapido y le subió la manga de la camiseta, mostrando un brazo delgado cubierto de moratones, y algo inchado, posiblemetne roto.- Harry, qué...

- No ha sido nada- respondió el otro cortante.- Además ya me he hechado un ungüento.-por dentro Harry maldecía al ungüento por no actuar más rápido.

- Pero si tienes el brazo roto- Draco puso su cara más dura- dame el otro brazo.

- Si ya tienes uno- replicó Harry enfadado.- Para qué quieres el otro- pero Draco le agarró el otro brazo y subió la manga con brusquedad haciéndole soltar un involuntario gemido de dolor.

- ¿Quién te ha hecho esto Harry?- el moreno se negó a responder.- ¿Ha sido tu primo?- lentamente negó con la cabeza,- ¿ha sido tu tío?- Draco notó como al moreno le recorría un escalofrío.- ¿Ha sido él¡Le voy a matar!

- No Draco, no fue nadie, yo..me caí...mientras limpiaba una ventana.- Draco por supuesto que no le creyó pero fingió creerle y así el moreno se relajó.- ¿Me devuelves mi brazo por favor?

- Tengo una idea mejor¿que tal si vamos a tomar un helado?- Harry le miró con desconfianza, pero al final accedió.- Espérame aquí, voy a decirselo a mis amigos.

Harry esperó por el rubio, nervioso porque casi lo había descubierto, y oyó una voz conocida:

- Pequeño Harry, nos volvemos a encontrar...y ahora vas a venir conmigo- intentó alejarse del muchacho que ya antes le había molestado en Privet Drive, pero éste le agarró de la cintura y tiró su varita.

- Suéltame- Harry forcejeaba intentando soltarse, y de paso coger su varita.

- No, no, Harry, te voy a llevar ante alguien poderoso, y aquí no hay ningún autobús que me aleje, o alguien que te conozca y aprecie, y te...salve del señor oscuro- Harry palideció un momento por esas palabras, pero luego, con más fuerza que antes le volvió a propinar patadas en la pierna. Además se sentía tan indefenso como cuando su tío Vernon le había dado aquella paliza.

- ¡Suéltale!- Draco apareció frente a ellos, con varita en mano, y eso en cierta manera tranquilizó a Harry.- Vamos Nott¿qué tienes con él?

Theodore Nott aferró más fuerte a Harry, y respondió despectivo: - Vaya, vaya, si es Draco Malfoy, e intentando rescatar al "gran" Harry Potter. ¿A qué se debe este cambio¿Acaso prefieres traicionar al señor oscuro, incluso a tu propio padre por esté?- sacudió con fuerza a Harry, a quien las heridas le dolían de nuevo, horriblemente.

- Lo siento Harry- éste le miró con confusión notando cómo le apuntaba con la varita, mientras Nott sonreía con malicia- ¡Harry al suelo¡Desimaus!

Todo ocurrió tan rápido, que Harry sólo tuvo tiempo de lanzarse sobre su pierna mala al oír le grito del rubio, antes de que Nott le cayese encima desmayado.

- Harry¿estás bien?- Draco le ayudó a levantarse apartando a Nott de una patada. Cuando se aseguró de que Harry estaba de pie y a salvo se acercó al otro y le arremangó la manga izquierda de la túnica.- Lo que pensaba un estúpido mortífago- Harry se le había acercado despacio y poniendo una mano sobre la frente de Nott murmuró unas palabras, una luz roja cubrió el cuerpo del desmayado.- Harry¿qué haces?

- Borrándole la memoria- Harry se levantó y acercó a su novio- ahora me vendría muy bien ése helado.

Riendo suavemente, el rubio se encaminó hacia su heladería favorita, una en la que Harry no había estado nunca antes, y pidió dos copas especiales de la casa, e indicó algo a la camarera en voz baja.

- ¿Qué le dijiste?- preguntó Harry curioso.

- Ya lo verás,- la camarera se acercó con una bandeja plateada que tenía dos copas de delicioso y refrescante helado.- La tuya es la de la guinda.

Ambos comenzaron a comer sus deliciosos helados, aunque más bien Harry comía mientras Draco le observaba. En un momento dado, Harry se puso tenso con la espalda recta sobre la silla y una cara sin expresión alguna.

- Harry¿qué ocurrió después de que te fueses ayer del parque?

- Corrí hasta pasar a mi primo y luego entré en casa.

- ¿Te castigaron?

- No, sólo tuve que fregar toda la cocina pero no era un castigo.

- ¿Y luego de cenar?

- No cené, fregué la cocina y me enviaron a la habitación para encerrarme.- Draco sintió furia contra los tíos del moreno pero prefirió seguir la indagación.

- ¿Pasó algo durante la noche?

- Tenía hambre así que me levanté y sin saber cómo la puerta se abrió sóla. Fui a la cocina y comí lo que qeudaba de la cena de mi tía...luego oí pasos en el salón y subí...a la habitación...- Draco notó cómo los efectos del Veritaserum estaban perdiendo fuerza en el moreno. Entonces le metió otra cucharada de helado en la boca.

- ¿Y luego?

- Al entrar en la habitación oí a mi tío subir por las escaleras y me acosté fingiendome dormido, pero entró en la habitación...estaba borracho y yo sentí miedo, e intenté coger mi varita para defenderme pero no pude, me la quitó...Él me tiró sobre la cama, me quería, él quería, se quería...oh dios mío quería violarme- Harry había puesto una cara entre el horror y el dolor como si estuviese reviviéndolo en ese instante y como Draco sabía, el Veritaserum funcionaba parecido.- PEro yo intenté escapar por la ventana, y..me volvió a atrapar y luego cambió de idea porque me dio una paliza y me dejó allí.

- ¿Y a dónde fuiste?- Darco sentía el dolor de Harry como propio

- Me, me fuí cogí todo y vine al caldero chorreante.- una vez que contó todo lo que podía Harry cayó como desmayado hasta que Draco le aplicó un enervate.

- Harry, vas a venir conmigo a la mansión- el rubio se veía tranquilo mientras que por dentro bullía de odio asesino y palneaba cómo hacérselo pagar a los malditos muggles.

- Pero..un momento, me has dado...- Harry calló en la cuenta de lo que su novio le había hecho comer y primero sintió rabia pero antes de actuar se detuvo a pensar y se sintió agradecido al rubio pues por él mismo nunca lo hubiese contado a nadie.

- En la mansión tendrás que estar escondido, porque no sé qué pasaría si mi padre te encuentra- prosiguió tras darse cuenta de las expresiones de Harry.- Pero puede que mi madre nos ayude...- ambos se levantaron.- Vamos, iremos por vía flu.

Loa dos atractivos jóvenes de dieciseis y diecisiete años, entraron por una de las tantas chimeneas de la mansión Malfoy a la vez, pues sólo así podían entrar los que no eran miembros de la familia. Al llegar, les atendió la elfina a la que Draco mandó arreglar la habitación de invitados que se encontraba al lado de la suya.

- ¿No dormiremos juntos?- Harry hizo un puchero, que a Draco se le antojó adorable.

- Claro que sí, león. Pero no debemos hacer sospechar a mi madre- le respondió en un susurro.- Ahora vamos a hablar con ella, seguramente se encuentre en su despacho...

Fin del capitulo, gracias por leer.

El proximo capitulo se demorara hasta por lo menos finales de agosto. Bs (mandnm reviews :P)