Capítulo 3 : Luna claridad de pensamiento
Una vez se encontraron frente a la puerta del despacho Draco indicó a su amor pelinegro que esperase un momento fuera de la sala mientras él explicaba todo lo relacionado a su madre, antes de entrar le aconsejó estar a tento para entrar en cuanto le indicase que entrara. Acto seguido picó con suavidad a la puerta:
- Adelante- les llegó la suave y cantarina voz de la matriarca Malfoy.- Buenos días hijo¿cómo es que has vuelto tan temprano? Tus amigos me comunicaron que te habías marchado sin dar ninguna explicación.
- Oh cuanto lo siento, se me había pasado por completo.
- Tranquilo hijo, les dije que tendrías alguna buena explicación que darles.
- Madre, es que la tengo.
- ¿Y te importaría decírmela?
- Por supuesto que no. he venido a hablar contigo sobre ello. Verás...el año pasado conocí a una persona muy especial para mí y éste verano continué viéndole...
- Oh así que tienes novio
- No madre no tengo novia es nov...¿Cómo has dicho?
- Amor, las madres lo sabemos todo, ahora continúa con tu relato por favor.
- Hoy me encontré a mi novio y tuvo, "problemas" con su familia, y quiero que se quede aquí. Además lo nuestro es algo complicado pues hay muchas personas que lo desaprobarían, empezando por padre.
- ¿Y piensas presentarme a ese chico?
- Por supuesto, y hazme un favor, que ésto no salga de aquí. ¡Ya puedes pasar!
Narcisa fijó su mirada expectante en la puerta que se abrió lentamente mostrando un hermoso muchacho de ojos verdes y pleo azabache, un poco más bajo que su propio hijo. En cuanto lo vió, la mujer rubia no pudo más que sonreír honestamente:
- Me alegro de tu elección hijo mío, no podrías haber elegido mejor, es un muchacho excelente: sin tratos con las artes oscuras, inteligente, con una gran personalidad, sangre pura, y además guapo.
Los dos jóvenes se quedaron sorprendidos sin saber qué decir, sabían que la mujer acabaría aceptando pero ¿tan pronto¿sin excusas?...
- Señora, es un placer conocerla, pero...¿ha dicho que soy sangre pura?
- Así es, poca gente lo sabe pero tu madre y yo fuimos grandes amigas en Hogwarts, luego continuamos nuestra amistad en secreto por nuestros maridos, ella me comentó que su familia era tan poderosa como la Potter, pero una maldición hizo que en su familia naciesen sólo squibs hasta que la persona elegida rompiese la maldición por arriesgar su vida.
- ¿Pero cómo es que ya nació bruja?
- Porque su destino ya estaba escrito, y ella aunque no lo sabía, sospechaba que moriría jóven, o eso creo.
- Gracias por contarme sobre mi madre señora Malfoy.
- Llámame Narcisa, al fin y al cabo seremos familia.
- Mamá, todavía no...
- Te conozco demasiado bien, como para saber si ésto es o no pasajero- el heredero Malfoy no hizo más que sonreir.- Podéis retiraros y recordad, estoy aquí para cuando me necesiteis, ah Harry- añadió cuando se daban la vuelta- mantente alejado de los sitios por los que podría rondar Lucius.
- No ha estado mal¿eh?- decía el rubio platino tirado encima de su cama esa misma noche mientras su novio paseaba por la habitación.
- ¿Bromeas? Tu madre es muy simpática, y me alegra que haya conocido a la mía, eso me hace sentirme más seguro de lo buena persona que era.
- Déja de hablar que me aburres- el moreno se giró hacia el rubio indignado pero notó que era una broma en cuanto el rubio, con una ligera sonrisa, se le acercó.- Vamos a la cama- y mansamente Harry se dejó guiar hasta la gran cama adoselada de sábanas negras.
- Un momento- Harry se detuvo- ¿por qué nunca estuve en tu habitación de Slytherin?
- Pues ahora que me lo dices estuvimos en la tuya, en la sala de menesteres, en un aula abandonada, en el Gran comedor...- Harry enrojeció al recordar esa vez bajo la mesa de Slytherin tapados por la capa invisible y esquivando pies mientras disfrutaban uno del otro- ...pero no en mi habitación.
- Y en ésta tampoco. Así que vamos.- Harry sonrió pícaramente.- Soy tu invitado así que me toca a mí.
- La última vez fuiste tú o sea que me toca.
- Pero los invitados siempre tienen razón.
- Serán los clientes...bueno de acuerdo- no pudo pronunciar más palabras pues ya tenía encima a Harry encima besándole como nunca y dirigiéndole hacia su cama. Bruscamente se encontró encima de ella, totalmente excitado, mientras el otro besaba sus labios larga y salvejemente, tanto que le provocó una herida en el labio, pero estaba tan ensimismado que no se dió cuenta. Entonces con un movimiento de mano, Harry le desvistió, para luego levantarse del lecho. El rubio gimió disgustado y pretendió levantarse pero el moreno se lo impidió
- Tú sólo observa- le indicó con voz cálida, y el moreno comenzó a desvestirse lentamente. Primero bajó los brazos dejando la túnica resbalar hasta el suelo mostrando su cuerpo delgado pero bien formado, vestido sólo con unos pantalones negros apretados que dejaban notar claramente su excitación. Draco emitió un gemido de anticipación mientras Harry abría el botón del pantalón con dos dedos y se bajaba el pantalón lentamente. Se lo quitó junto con los calcetines y los zapatos, luego se paró como pensativo y se dirigió a la cama donde se puso de rodillas frente al otro, y mirandole a los ojos cogió la goma de los calzoncillos y los bajó un poco pero luego los soltó. El rubio, sin poder contenerse se inclinó hacia delante y le arrastró encima suyo.
- ¿Cómo... puedes... ser... tan... condenadamente... sexy?- consiguió pronunciar entre gemidos.
- Es parte de mi encanto natural- dijo el otro con una risilla. Sin darse cuenta intercambiaron las posiciones, ahora era él el que estaba debajo aunque no por mucho tiempo...
Mientras, el platinado le succionó el cuello, y acompañaba de lametones y algún que otro mordisco que hacía gemir a su compañero. Luego se aprisionó de la boca del otro, introduciendo la lengua y reconociendo la cavidad como tantas veces, y mientras le quitó los calzoncillos.
- Ansioso¿verdad?- el aliento del moreno le golpeó el rostro estremeciéndole de placer cosa que aprovechó el otro para recuperar la posición de arriba. No tuvo tiempo de quejarse pues pronto los besos del otro que depositaba en sus muslos el dejaron sin aliento. El moreno recorrió su miembro con la lengua dando ligeros toques una vez volvía al glande, y luego la metió entera en la boca mientras masajeaba los testículos. Succionaba y movía la erección como nunca y Draco con la poca cordura que tenía, no pudó más que embestir esa boca con rápidos movimientos. Con lo que le parecieron milésimas de segundo se derramó en la boca del moreno para luego abrir los ojos y mirarle: el delicioso joven moreno estaba totalmente despeinado, nunca lo había visto así, sus ojos esmeraldas, ya sin gafas, brillaban como estrellas y un hilillo de semen le resbalaba por la boca, pareció notarlo pues se relamió el labio inferior quedando limpio. Luego con mirada de depredador acercó dos dedos a la boca del rubio
- Todavía no- jadeó éste.- Aún tengo que devolverte el favor.
El moreno se encogió de hombros y se tumbó en la cama mientras que el rubio se levantaba hacia la mesita y con la varita conjuró un frasco.
- ¿Qué es eso?- preguntó curioso.
- Ya lo verás- el rubio sonrió maliciosamente. Abrió el bote y hechó un pegote marrón oscuro en el cuello del moreno, otro en su pecho, y otro en su miembro...
- ¿Chocolate?
- Te hace más...apetitoso...- y sin más comenzó a lamerle el cuello hasta no dejar ni rastro del dulce líquido, siguiendo por el pecho al que puso más interés en los pezones. En ése momento el moreno ya no podía pensar con coherencia y menos aún cuando su miembro fue lamido, y engullido por la boca del otro, terminó en la boca del rubio como minutos antes le había pasado al rubio.
Sin casi darse cuenta, fue dado la vuelta y volvió a excitarse cuando el rubio hechó nuevamente el chocolate desde su nuca hasta donde la espalda pierde su digno nombre para luego comenzar a lamerle, enviándole escalofríos por todo el cuerpo. Cuando llegó a sus nalgas, las limpió a conciencia, y sin que el otro le diese importancia, más que nada por lo excitado que estaba, su lengua entró en ése sitio sólo reservado para él desde la primera vez. Harry se dejó arrastrar por los gemidos, que llegaron a la máxima intensidad cuando el rubio le penetró de una sola vez, luego se removió lentamente para acomodarse de la estrecha cavidad. Cuando ya no pudo más comenzó a embestir salvajemente el frágil cuerpo bajo él, sin ningun cuidado, sólo pensando en su satisfacción, pero a la vez masturbando al otro que estaba a cuatro patas dándole la espalda y reprimiendo las lágrimas por el dolor pero a la vez disfrutando como nunca. Ambos terminaron en un fuerte orgasmo que les dejó ligeramente débiles por unos momentos. Cuando se recuperaron, Draco salió lentamente de Harry acostándose a su lado y dándole un ligero beso en la boca.
- Me has engañado- murmuró el moreno desvaneciéndose. El rubio le observó preocupado un momento pero también cansado acabó por dormirse.
Al despertar, horas después, estaba sólo y sentía un punzante dolor en la parte de atrás, lentamente abandonó la cama y vió de reojo una pequeña mancha roja depositada donde había estado durmiendo. Se puso los calzoncillos y una bata verde corta que Draco tenía encima de una silla y salió a la terraza desde donde contempló las estrellas. Tan lejanas, y a la vez parecían tan cercanas, tan hermosas y frágiles, y tan misteriosas...
- Son realmente hermosas¿verdad?- una voz le sobresaltó.
- Draco¿dónde estabas?- el moreno se giró levemente y observó a su novio completamente vestido, tras él.
- En ningún sitio- el rubio parecía nervioso de que descubriese algo y le abrazó por detrás- Harry estás helado, vamos entra.
Harry entró, pero una vez cerrada la puerta acristalada, fijó sus ojos en los del platinado para saber qué había hecho. Y sin saber cómo, tal vez por los nervios del rubio, consiguió netrar en su mente y observar todo cuanto pasó.
- Pero...¿cómo has podido?- el Slytherin mostraba una expresión avergonzada.
Fin del capitulo...suspense¿no?
