"Enemigo Diferente"
Por: Agos Malfoy
Disclaimer: Lo mismo de siempre… los personajes que aparecen aquí no son de mi propiedad, sino de J.K. Rowlin. Nada de esto me pertenece. Yo sólo los uso por diversión.
Advertencia: Relación slash
Parejas: Hermione & Ron; Harry & Tom.
N/A.: Increíble! El capi 4… ya esta… ¡aplausos, y reviews, reviews, reviews!
Debo agradecerles infinitamente a todas aquellas personas que me han dejado un review en el chap anterior, especialmente por seguir esta historia que está teniendo muchas, pero muchas demoras… a todos ellos, ¡muchas gracias!
La verdad… no se me había cruzado la idea esa de una beta… es que no sé como funciona bien ese sistema...! jajajja
Liuny, Watty, Ann Magus, Krispy, Espero que les guste.
Capítulo 4:
LA AMENAZA DE LORD VOLDEMORT
Harry se acostó sobre su cama de doseles dorados, pensando todavía en los sucesos de aquel extraño día. Todavía no podía comprender esto que estaba pasando. ¿Cómo su peor enemigo estaba allí, y en Griffindor? ¿Y si todo esto no era un truco más de Lord Voldemort?
Estos y muchos interrogantes más, desfilaban dentro de la mente del chico dorado, pero cada vez iban siendo más absurdas, y no tenían ningún sentido... al menos para él.
Sin embargo, había una pregunta que le rondaba desde que el Sombrero Seleccionador nombró la casa de los leones. ¿Tom Riddle no tendría que ir a Slitherin? Algo no andaba bien ahí, y esta vez no iba a ser la excepción para que el trío dorado no pusiera manos a la obra, y averiguara lo que allí pasaba.
Sí, porque Harry ya estaba decidido, quisiera o no Dumbledore, uno de estos días le iba a contar la verdad a sus amigos... necesitaba el análisis perfecto y profundo de Hermione... porque sin duda él sólo no podría con todo aquello.
Minutos después, el adolescente sintió como la puerta del cuarto de los alumnos de sexto año se abría suavemente, y un rayo de luz entraba alumbrando apenas aquel entorno.
Harry se preguntó, no por primera vez, qué sería de este año, conviviendo con su peor enemigo... quizá, y por qué no? Podría cambiar la historia... pero sólo un poquito... sin embargo, luego desechó esa idea... no podía cometer ningún error, no podía equivocarse... nada que delatara que él sí conocía a aquel joven que se hacía pasar por Alexander Ztenzcher, las consecuencias podían ser muy, pero que muy, peligrosas.
Harry escuchó cómo los pasos se detenían a la izquierda de su cama, y supuso que ahí dormiría su nuevo compañero. Que casualidad... ¿por qué justamente a su lado?
Se dio media vuelta, quedando de frente hacia los ruidos que hacía el otro joven al desvestirse.
Sí... sin dudas este iba a ser un año muy interesante.
Unos leves rayos de sol le dieron en el rostro, haciendo que despertara de un extraño y muy perturbador sueño... ¿pero… de qué se trataba? No podía recordarlo... de lo único que se acordaba era de que, en aquellas horas de descanso, aparecía un misterioso y atractivo joven, de no mas de 16 años... y no podía recordar nada más.
Sin darle importancia, y retirándose las sábanas de encima, se dirigió al baño para asearse, y así poder empezar un día normal...
"¡RON, DESPIERTA!" Gritó mientras azotaba la puerta, provocando que sus compañeros de cuarto despertaran abruptamente.
"¡AH, HARRY! ¡SERÁS SALVAJE!" Exclamó el pelirrojo sentándose de un golpe en el borde de la cama- "¡UNO DE ESTOS DÍAS TE VOY A HACER LO MISMO, ASÍ VERÁS LO QUE SE SIENTE!"
Una risa amortiguada por el agua de la ducha cayendo, pudo escucharse desde el interior del cuarto de baño.
"¿Qué hora es?" Preguntó Seamus desde su cama, frotándose los ojos.
"Las... ¡7:45!" Respondió Dean saltando rápidamente, y vistiéndose con lo primero que encontró, que resultó ser la túnica de Ron.
"¡Eh, tú! ¡Eso es mío!"
Mientras los dos chicos peleaban para ver quien se quedaba con la ropa, Alexander comenzó a vestirse sin prestarles atención… el haberse despertado de esa forma tan "AGRADABLE" no le ponía de buen humor.
Una vez ya terminado el baño, Harry salió para juntar sus útiles, encontrándose a dos de sus compañeros persiguiéndose por toda la habitación, (parecen niños) pensaba, a Seamus y Neville que los miraban estupefactos desde sus camas, y al joven Alexander que terminaba de colocarse la última zapatilla y tomaba su mochila.
"Hey, chicos" –Dijo Harry por encima de todo el ruido mientras ponía el libro de Cuidado de Criaturas Mágicas y caminaba hacia la puerta- "Si quieren llegar tarde a clases, no hay problema. Los espero…"
Y diciendo esto, abandonó el cuarto con una sonrisa divertida, seguido muy de cerca por su nuevo compañero.
☼☼☼☼
Los pasillos estaban fríos y repletos de alumnos, corriendo de un lado a otro tratando de llegar puntualmente a clases, o yendo y viniendo buscando sus útiles, excepto aquellos, como nuestros dos protagonistas, que recién se levantaban... y no sabían ni por dónde caminaban..
"Disculpa pero, ¿Qué clase tenemos ahora?" Se escuchó una voz somnolienta detrás de Harry, que dio un salto por el susto... ¿Qué, a caso aquel chico no podía elegir otro momento para hablar?... Podría darse cuenta él mismo. Al fin y al cabo, no era nuevo allí... pero sí, ¿cómo iba a olvidarlo? Tom Riddle tenía que fingir que venía desde lejos.
"Adivinación." Respondió Harry mientras se giraba para mirar de frente a su acompañante... y no pudo evitar pensar en el sueño de aquella mañana. El misterioso joven parecía haber tomado sentido... pero no podía ser. ¿A caso él estaba...? No, por supuesto que no. ¡Era su peor enemigo...! Pero entonces, ¿por qué...?
´"Basta Harry," Se reprendió mentalmente- "¡Te estás comportando como un tonto! Fue sólo un sueño... sí, sólo un sueño... no tendría por qué molestarte..."´
"Sí... de acuerdo...," dijo Alexander, mirando fijamente al adolescente delante suyo. Tendría que hablar con Dumbledore... él no tomaba clases de adivinación... esa materia inútil que no servía para un futuro... en cambio, runas antiguas tendría una gran utilidad... porque ¿de qué te puede servir leer las cartas, la mano o una bola de cristal? Absolutamente para nada...
"Bien, entonces sígueme."
Con una última y desconcertada mirada, el chico de la cicatriz se dio media vuelta y continuó su camino a la insoportable clase de Trelauney.
Aquella aula siempre le había hecho sumergir un estado de somnolencia. El olor a inciensos, el calor de la chimenea prendida en un extremo del cuarto, y el incesante parloteo sin sentido de la loca profesora, lo habían conducido a, lo que parecía ser a simple vista, un pacífico sueño.
Pero la persona que lo vivía sabía que no era así.
Se encontraba en una extraña dimensión, donde sólo podía escucharse un silencio sepulcral. Ni siquiera podía alcanzar a ver qué había más allá de sus zapatos. No podía encender su varita. Parecía que había perdido su magia... o algo así. Pronunciaba los hechizos y maldiciones, pero ni unas pequeñas chispas salían... ¿qué diablos pasaba allí? ¿Cómo podía no poder hacer un hechizo de un momento para otro? Algo no andaba bien...
Repentinamente, la situación cambió...
Lo que ahora observaba, no podía ser descrito con palabras.
Delante suyo, miles y miles de cadáveres yacían dispersos por el suelo, bañados en su propia sangre, y como era el caso de algunos, descuartizados.
Una larga, fría y escalofriante risa se oyó de repente. Una risa que Harry conocía muy bien. Era aquella que atormentaba todos sus sueños, a cada momento del día...
El despiadado ser de piel pálida y ojos rojos de serpiente, habló a la noche... o mejor dicho, a un joven que, como pudo enterarse a fines del año anterior, estaba presenciando aquel "maravilloso" (para él) e inolvidable momento.
"Prepárate, Potter, porque así es como terminará Hogwarts... cuando Lord Voldemort logre atravesar las estúpidas barreras del viejo loco amante de los muggles. Y esta vez, niño, habrá un solo ganador... y ese seré yo. Ve preparándote, Potter..."
Y con una última y sonora risotada, el señor oscuro dejó que el joven de ojos verdes esmeraldas observara el paisaje de su alrededor...
Lo que antes había sido una grandiosa y majestuosa escuela de magia y hechicería, ahora eran ruinas... un horrible campo de batalla, donde los que luchaban no eran otros que unos estudiantes entre 11 y 17 años, coordinados por sus profesores... todos ellos muertos, caídos por entregar su vida a una guerra que no se sabía su futuro ganador... ni cuándo o cómo acabaría.
"Maldito…," siseó Harry con un profundo odio, un odio que jamás había sentido por alguien... "me las pagarás, Tom Riddle..."
Otra carcajada. Más fuerte y escalofriante que las demás…
"¿Ah sí, Harry? ¿Y cómo lo harás?" dijo en forma burlona el asesino de sus padres, como si disfrutase de ese momento... algo que Harry estaba seguro. "¿cómo lo harás?" volvió a repetir, esta vez sin ocultar el sentimiento de alegría que lo embargaba... "¿le pedirás ayuda a tu padrino? OH, no... ¿Cómo pude haberlo olvidado…? ¡Él está muerto! Qué pena, Potter..."
En ese momento la magia de Harry pareció descontrolarse.
Una ráfaga de aire frío salido de no se sabe que parte, formó un remolino en el lugar... haciendo que Harry despertara bruscamente.
Miró a su alrededor. Estaba en la clase de adivinación. La profesora parecía no haberse dado cuenta de su extraño descanso... y un insoportable ardor en su cicatriz indicaba que lo que acababa de suceder tenía que ver con Voldemort... y de pronto comprendió.
¡Había estado hablando mentalmente con el monstruo! ¿Y si todo eso era una trampa para que Voldemort entrase en su mente y buscara información sobre la Orden o la profecía?
Harry se sintió enfermo de repente. Tenía que salir de allí... tenía que hablar con Dumbledore... explicarle lo ocurrido, tenía que saberlo...
"Disculpe, profesora..." llamó en voz alta, para que la mujer lo mirara.
"¿Sí, querido? ¿ocurre algo? ¿Quieres que te ayude con la lectura de las cartas?"
"No, no es eso... es que no me siento muy bien."
"OH, sí... ya lo sabía. Lo había visto antes de que llegaras a mi clase... por mi bola de cristal, por supuesto. Está bien, querido. Ve a la enfermería."
Harry no se lo hizo repetir dos veces. Tomó sus útiles y salió corriendo del aula en busca de Dumbledore.
Los corredores estaban todos desiertos, como era de esperarse, ya que todavía no había marcado el cambio de hora...
Con paso rápido y firme, casi corriendo, Harry llegó a la gárgola de piedra que custodiaba el acceso a la entrada de la oficina del director, y sujetándose el costado con una mano y respirando dificultosamente, pronunció la contraseña para que la horrible estatua lo dejara pasar.
"Helado de menta." (NA: no se me ocurría ninguna U) Y ésta se movió dejándole libre el camino.
No esperó a que la escalera lo subiera hasta la puerta, sino que se lanzó a toda velocidad hacia la oficina del anciano...
"Adelante." Se escuchó una vez que Harry golpeara la puerta.
Al entrar en la habitación, observó que nada allí había cambiado... los artefactos que él había roto el año pasado habían sido reparados y vueltos a colocar en su propio lugar. La percha de Fawkes, con el pájaro, estaba a un costado de la puerta...
"¿Qué te trae por aquí, Harry?" La voz del director lo sacó de sus contemplaciones, recordándole lo importante del momento...
"¡Señor!" Exclamó. "¡Voldemort! ¡Estuve...!" Pero se detuvo de repente. ¿Qué le diría? ¿Qué estuvo manteniendo una conversación por no se sabe cuanto con el señor oscuro?
"¿Qué ocurrió, Harry?" El rostro de Dumbledore había cambiado drásticamente. Detrás de sus ojos azules podía verse una preocupación por las palabras del joven.
"Yo... en la clase de adivinación... tuve un sueño. En realidad... tuve una charla."
"¿con quien, Harry?"
"Con... con... Voldemort."
"¿Qué pasó? ¿De qué hablaron?" Harry podía ver como Dumbledore se había puesto muy nervioso, como si temiese algo...
"Señor," murmuró Harry "temo que esto haya sido una trampa para que Voldemort ingrese a mi mente, y así poder sacar información sobre la Orden, o sobre la profecía..."
"Sí, yo también lo creo así. Ahora Harry, ¿puedes decirme qué fue lo que hablaron, por favor?"
"Solo mantuvimos una discusión... él insultó a Sirius pero nada más..." Respondió Harry, tratando de ocultar la amenaza anterior...
Algo que fue imposible, al Dumbledore insistirle nuevamente...
Al entrar al gran comedor, Harry fue directamente a sentarse a la mesa de Griffindor que ya estaba llena de los alumnos, que parecían que no habían comido durante meses.
Sentándose junto a su nuevo compañero, (Alexander), Harry se sirvió una abundante porción de comida, no prestando la más mínima atención al joven a su lado que lo miraba fijamente con una expresión de... ¿preocupación?
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TBC
NA: Bueno... quizá este capi fue muy aburrido, pero es muy importante para el desarrollo de esta historia. El próximo se llamará "CONVIVENCIAS" y ahí es donde habrá un poco más de acercamiento entre nuestros personajes...
Por favor, reviewwwwwws!
Agos Malfoy
Miembro de la Orden Siriusana
Miembro de la Orden Luciusana
Miembro de la Orden Severusiana
Miembro de la Orden de las Mortífagas
Miembro de la Orden de los Merodeadores
Miembro de la Orden Slithiriana
Administradora de la Orden de Voldemort
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