Capitulo 3 "El pequeño Char"

Hermione abrió los ojos lentamente, lo primero que consiguió ver por encima del hombro de Ron, fue el campo de quiditch teñido de un intenso color rojizo, producto de un profundo atardecer, después Ron la separó un poquito de su cuerpo para poder examinarla.

-¡Hermione!- volvió a exclamar el pelirrojo -¡Oh, estas bien!- La bruja todavía no tenía muy claro si estaba bien, tenía un nudo intenso en la garganta y parecía que su estomago se había volatilizado, porque no sentía nada en su interior, era como si su cuerpo pudiera volarse con el viento, una sensación muy extraña de debilidad. Ron miraba rebosando de emoción a Hermione, inmensamente feliz porque hubiera abierto los ojos, pero preocupado porque esta no fuera capaz de fijar la vista en los suyos –Hermione¿Estas bien?- inquirió lentamente sosteniendo su rostro entre sus manos -¿Estas bien?- muy despacio Hermione dirigió su mirada al muchacho.

-…Me han hechado una maldición- dijo con un leve puchero, y como si en aquellos minutos que había parecido ida, su mente solo hubiera conseguido asimilar aquello, exclamó:-¡Ron!- Hermione rompió en sollozos y se abrazó desesperadamente al mago, llorando desconsoldamente y temblando, aquello hizo que Ron se desmoronara.

-¿Cómo…?- Alcanzó a preguntar con Hermione entre sus brazos y sus piernas, puesto que Ron despues de reanimarla no había alcanzado a cambiar de posición, ni siquiera a indicarle a Hermione que se abrochara la camisa. Hermione empapaba con su lágrimas el polo del mago. –Hermione¿Quién… como…?- Era inútil intentar comprender lo que Hermione decía intentando explicarse, pues hablaba acongojada y a cada pabra volvía a desplomarse sobre el mago. Entonces este la abrazó y esperó a que se desahogara, cuando lo hizo, Hermione se separo despacio de él, frotandose los ojos con aquel puchero permanente en su rostro, Ron sintió un extraño cruce de sentimientos, aunque odiaba ver llorar a Hermione, la fragilidad y sensibilidad de la bruja despertaban en él el más profundo sentimiento de ternura. Ron buscó en el bolsillo de su túnica un pañuelo arrugado que llevaba allí desde tiempo inmemorables, y se lo ofreció.

-Gracias- dijo Hermione en un hilo de voz muy agudo y débil, y se sonó la nariz entre hipidos.

-Calmate Hermione- le dijo el mago sonriendola con delicadeza y acariciando su mejilla una décima de segundo, lo justo para no sentirse incómodo, y para no demostrar demasiado lo que la quería.

-¡Pero es que me han hechado una maldición!- Sollozó de nuevo Hermione cuando parecía haberse calmado, y Ron se llevó un susto de mil demonios.

-¡Tran-tranquila!- Dijo volviendo a abrazarla y sintiendose en un terrible apuro, pues al parecer no se le daba nada bien tranquilizar a nadie. Lo peor de todo fue cuando Hermione vió el huevo desquebrajado.

-¡Oh, no!- Dijo aterrorizada, pero sin despegarse del mago -¡El huevo!

-Lo siento Hermione ha…

Antes de que Ron pudiera terminar la frase, en el estadio entraron un grupillo de alumnos del colegio movidos por la curiosidad ante los gritos que habian escuchado de Ron lanzando encantamientos. Tras ellos la figura oscura del profesor Snape se presentó ante la pareja. El profesor tenía las cejas muy alzadas, y parecía escandalizado, al momento Ron supo porque.

Cuando Ron reanimó a Hermione, esta estaba tumbada, y el se había tendido sobre ella, con su cuerpo entre sus rodillas y su manos sobre el torax, ahora Hermione estaba incorporada agarrandolo del cuello, con la camisa desabrochada, el pelo revuelto y sus caderas ocupando el angulo que formaban las piernas abiertas del muchacho.

-¡No es lo que usted cree!- Alcanzó a exclamar alterado y ruborizado ante la mirada del resto de alguno de los alumnos y el gesto rebelador de Snape. -¡No piense mal!

-Usted y la srta Granger presentense en mi despacho en menos de diez minutos.

Harry se dirigió corriendo a sus amigos, mientras reprendía a la muchendumbre, les gritaba que se marcharan llamandolos cotillos, pero estos no se movían ni un ápice. Harry llegó al terreno de juego y se arrodilló frente a sus amigos, Ron seguía abrazando a Hermione que ahora lloraba tanbién por el ridículo que estaba pasando, con la cara escondida en el pecho de su amigo, Ron habia conseguido adoptar una postura normal y tambien se encontraba arrodillado en el terreno.

-Harry, te aseguro que no es lo que…

-Ya lo se, no soy tan imbécil como Snape. –Harry apoyó su mano en el hombro de Hermione e intentó mirarla a la cara, pero esta se negaba a que Harry la viera. -¿Qué ha pasado?- Ron miró con rabia a la hilera de alumnos que cuchicheaban y los miraban, entonces Harry sacó la varita de su bolsillo, la elevó en el aire y amenazó a todos. -¡Marcharos de una maldita vez!- los Griffindor que por alli se encontraban comenzaron a movilizar a la muchedumbre, lentamente todos fueron desapareciendo. -¿Qué ha pasado, Ron?

Ron relató brevemente lo ocurrido, mientras Hermione se tranquilizaba de nuevo y se limpiaba los ojos hinchados y humedos.

-Y para colmo el huevo se ha roto…- hipó la bruja. Ron se incorporó y se acercó a la mochila, sacando de ella las dos partes del huevo.

-Este huevo no se ha roto por accidente… -Dijo el mago con el ceño fruncido –esta cáscara no pesa nada, y recuerdo que mi mochila pesaba muchisimo, porque habia algo en el interior del huevo, y ese algo tiene que encontrarse por aquí. –Hermione le observó con los ojos muy grandes.

-¿El huevo ardía y parecía latir?- Ron asintió –Entonces es que la criatura ha nacido –A poco había dicho Hermione aquello, cuando los muchachos coincidieron en mirar al mismo arbusto donde asomaban unos enorme ojos negros y brillantes y algo de color rosado. –Esta ahí…- susurró Hermione.

-¿Y que hago?- Inquirió Ron

Hermione le indicó a Ron que no se moviera y se acercó a los arbustos que bordeaban el estadio, metió las manos en él y sacó algo que sostuvo en su regazo. Hermione sonreía a aquella criatura, y Harry y Ron pudieron verla cuando Hermione se acercó lo suficiente.

Lo menos que se podía de hacer de aquella criatura es que tenía un aspecto adorable. Era pequeño, de a penas unos sesenta o setenta centimetros de estatura, tenía los ojos grandes, brillantes, y oscuros. Su aspecto era el de una cría de dragón a caballo entre dragón y pollo. Su piel estaba llena de escamas, pero era asombrosamente suave y parecía de plástico, era todo de color rosa y tenía una cresta de puas diminutas que descendían por su lomo hasta el final de su rechoncha colita. Hermione lo llevaba dulcemente apoyado en su regazo boca arriba, la expresión de aquella especie de dragón-pollo era sonriente, llamativa, y alegre, como la de un cachorro curioso, parecía que se estaba riendo en todo momento. Tenía dos brazitos pequeños acabados en una manos diminutas con pezuñas de tan solo dos dedos, como las de un dinosaurio, y sus patas eran grandes y fuertes, por lo que no era difícil constatar que se trataba de un bípedo. Hermione lo dejó en el suelo y el animal se dirigió a Ron dando saltitos. Era muy gracioso porque además tenia una pequeña panzita de color más claro y tambien con un aspecto liso y brillante, como el resto de su cuerpo. Hizo un ruido extraño, como una especie de "Chaaaa!" muy agudo e infantil.

-Chaaa, cha cha chaaaa- decía continuamente mirando a Ron, entonces vió a Harry y le sacó la lengua diciendo después: -Choooop- con un tono nada simpático si se comparaba con el anterior.

-¡Que bonito es!- Exclamó Hermione cautivada –Hemos tenido suerte, al menos el huevo no se había roto.

-¿Suerte¿Es que se te va la olla? Llevas media hora llorando¿Y ahora dices que hemos tenido suerte? Casi me muero del susto.

-Y por cierto- murmuró Harry –abrochate la camisa- Hermione se ruborizó, se dio la vuelta y se abrochó los botones.

-Me han hechado una maldición- se lamentó Hermione dirigiendose a Harry, que ya había sido informado por Ron, como Hermione sabía.

-Y además el imbécil de Snape está pensando que haciamos cosas raras en el estadio.

-La verdad es que no me extraña…- farfulló Harry, Hermione y Ron le miraron molestos.

-¿Qué vamos a hacer para demostrar que no estabamos haciendo nada?- En ese momento Hermione sonrió, Harry y Ron intercambiaron miradas de extrañeza -¿Qué tienes en esa cabecita Hermione?


El despacho de Snape era un lugar lobrego y sin vida, donde se sucedían estanterías desviadas de posición, con montones de libros y artilujios escalofriantes colocados en un orden extraño, como si cada cosa hubiese sido colocada minuciosamente por alguien sin mucho sentido del orden.

Cuando Hermione y Ron llegaron el profesor les ordenó que entrarán y se sentaran en dos largas y viejas sillas corroídas, y después se marchó dejando bien claro que tenían que esperarle tardara lo que tardara.

Hermione parecía en cierta forma segura de sí misma, pero estaba demasiado aterrorizada respecto a lo de la maldición, y sufrió otro ataque de nervios que buenamente intentaba controlar. Ron se sorprendió enormemente cuando la mucha cogió su mano con un pulso histérico, y con un tacto helado. Acto seguido Ron entrelazó sus dedos con los de ella en muestra de apoyo y la dedicó una tierna sonrisa.

-Todo va a salir bien Hermione, no creo que una persona tan estúpida como Pansy Parkinson pueda soltar una maldición asi como asi. –Hermione se mordió el labio inferior y lo miró unos instantes como diciendo "No lo sabes tú bien…"

A penas unos instantes más tarde escucharon paso de varias personas por el pasillo, Ron se pegó a Hermione y escondieron sus manos a la espalda, sin separar el enlace entre ambas.

-Tranquila…- dijo Ron, y hechando una mirada a la mochila comprobó que el pequeño dragón-pollo o pollo-dinosaurio o dinosaurio-dragón, o lo que demonios fuera, estaba cada vez más molesto, porque la mochila no paraba de moverse y se escuchaba un leve "Chaaaaa…" si afinabas lo suficiente el oído.

Pronto pasaron al despacho Severus Snape, Albus Dumbledore, y la subdirectora Minerva Macgonagall. La única en sentarse fue la subdirectora, junto a ella la imponente figura del director, y sumido entre las sombras la silueta oscura de Severus Snape, como un cuervo esperando un pedazo de carne podrida.

-Srta Granger y Sr Weasley, el profesor Severus Snape nos ha informado de que los ha encontrado en el campo de quiditch haciendo algo que estaba fuera del reglamento y que, ciertamente, no vamos a comentar, pues todos sabemos de que estamos hablando. Asi mismo, Severus nos ha comentado que han alterado el ambiente normal del horario de tiempo libre de los alumnos, y que ha sido informado por los mismos de que usted, Sr Weasley, se ha vatido de en duelo, algo que como sabrá no esta permitido- Ron se sentía muy cohibído, sin embargo, parecía que el mismo Dumbledore no se creía lo que estaba diciendo, o que tenía la absoluta certeza de que aquella había sido exagerado, de hecho, el director tenía un gesto realmente amable y complice. –Sin embargo Severus no tiene ningún testigo que desee exponerse a probar que es cierto lo que afirma, por supuesto la palabra de un profesor competente como es Severus, tiene mucho valor, y solamente podria caber discursión alguna si alguno de ustedes tuviera alguna prueba de que son… inocentes- Ron tenía la grata sensación de que Dumbledore esperaba precisamente algo de ello, entonces fue cuando Hermione intervino.

-Tenemos una prueba, en el terreno se encontraba esta pequeña criatura- Hermione sacó a la criatura de la mochila

-¡Por favor, no puede testificar un animal!- Exclamó Snape saliendo de las sombras, a lo que Dumbledore pidió calma con la mano.

-No va a testificar, solo pido que observen- Hermione elevó su varita, pronunció "¡Revelate!" dio dos golpecitos en la cabeza de la criatura, y sus ojos se agrandaron y su cuerpo se paralizo, parecia un jueguete, entonces de sus negras y grandes pupilas se desprendió un haz de luz muy tenue y neblinoso, y una voz, como si se tratara de una grabación empezó a ecucharse.

Al principio solo se escuchó gritar, era claramente la voz de Hermione cuando se cayó de la grada, después se escuchó la voz de Ron exclamar dos conjuros, y su voz acusando a Pansy Parkinson, tras ello se escuchó un pistoletazo y entonces empezaron a verse imágenes. En aquellas imagenes se sucedía el rescate de Hermione y como Ron la salvaba de ahogarse, que tres profesores contemplaran como la hacia el boca a boca desde luego no era algo agradable, pero aquello les salvó el pellejo. -Eso es lo que ocurrió- Dijo Hermione convincente –No hicimos nada indecente, y además Pansy Parkinson me hechó una maldición, sino lo creen haganla a ella el mismo hechizo que a esta criatura, porque, sino me equivoco, las maldiciones estan prohibidas por ley.

El amargo profesor de pociones no cabía en si de rabia, pero tuvo que acceder, se sometió a Pansy a aquel hechizo, y entonces se le pidió a Ron y a Hermione que salieran del despacho sin más discusiones. No obtante era necesario que Hermione fuera revisada en efermería y que Remus Lupin, profesor de Artes Oscuras, identificara inmediatamente de que maldición se trataba.


Ron y Hermione no se separaron en todo el transcurso del tiempo entre revisiones, pruebas, etc…si bien se encontraban cohibidos por lo que les había ocurrido, y no se volvieron a dar la mano, se dedicaban miradas furtivas y tímidas. Llegó un momento en que los muchachos sufrían de un sueño y cansancio tremendos, Ron cabeceaba en un silla mientras Hermione era sometida a un último reconocimiento.

-No detecto nada anormal- comentó la doctora Promfey –pero en un momento acudirá Remus Lupin.

-Gracias- dijo Hermione, y Ron tb agradeció a la doctora que le hubiera dejado permanecer en enfermeria junto a au amiga, que, por otra parte, seguía hecha un atajo de nervios. –Esa era una maldición importante Ron… aunque Pansy no tenga suficiente poder como para que la maldición se cumpla al cien por cien…- El mago no la contestó, ni siquiera la miró, estaba pálido y le recorría un sudor frío, no deseaba que le pasara nada malo a Hermione y además estaba muerto de miedo debido a que se había excedido al demostrar el anhelo que sentía hacia la bruja.

Lupin no tardó en llegar, le explicó lentamente y con todo el tacto posible, que aquella maldición podía tener efectos muy diversos, y que era una de las peores que la podrían haber hechado, ya que era una maldición de tradición, es decir, que era propia de la familia de Parkinson y no se hallaría jamás en ningún libro, porque había sido transmitida por alguna anciana bruja de los tiempos en que la magia negra era la gran herramienta de subsistencia, es decir, que aquel hechizo provenía de la edad media, y aunque bien era cierto que no podía cumplirse, si que causaría estragos temporales.

-¿Y que puedo hacer?- Preguntó Hermione con aprensión, mientras Ron continuaba en sus treces de no levantar la vista del suelo.

-Esperar a que algo te ocurra, y se le pueda dar solución, no te obsesiones- Remus Lupin los acompañó hasta el cuadro de la dama gorda con la amabilidad y humanidad que caractirizaban a este profesor- ánimo Hermione, no te preocupes, es posible que ni siquiera sufras ninguno de los efectos- Hermione asintió sin optimismo, y antes de que Ron atravesara el cuadro de la dama gorda Lupin le chistó –Ronald, toma esto, es un permiso especial para la biblioteca que te permitirá sacar este título de la sección de artes oscuras, habla sobre los efectos de las maldiciones heredadas, es importante que lo leas y logres tranquilizar a tu… compañera –el profesor le guiñó un ojo a Ron como si lo que acababa de decir tuviera un claro doble sentido, y se marchó. Entonces Ron entró a la sala Griffindor, donde Hermione aguardaba al pie de la escalera.

-Vamos a dormir¿No?- Dijo Ron recuperando su comportamiento normal hacia Hermione, la bruja asintió, pero no se movió ni un ápice. Ron empezó a subir las escaleras esquivandola a ella que se encontraba en el primer peldaño.

-Ron- dijo sin girarse –quería… agradecerte que… que… me salvarás… bueno, se que no habrá sido agradable reanirmame de esa manera pero…

-Por supuesto que no lo fue, creía que… que te morías. ¡Pero bueno! No fue asi…

-Entonces, lo que hiciste al reanimarme, fue… ¿Desagradable para ti?- Ron dudó.

-Si, si lo fue. Fue muy desagradable. –Hermione sintió como el corazón le daba un huelco, asi que probar sus labios habia sido desagradable. Sintió como sus ojos volvían por tercera o cuarta vez en aquel día, a empañarse en lágrimas. Escuchó sumida en un triste silencio los pasos de Ron perderse escaleras arriba, después los escuchó volver hacia abajo, y luego solo sintió como sus pasos se paraban en el rellano de la escalera, justo a su lado, y como un cálido beso se asentaba en su mejilla.

-Eres mi mejor amiga, me alegro de que no te haya pasado nada. Te quiero mucho.

Ahora si los pasos se perdieron hasta el cuarto masculino, Hermione se tocó la mejilla suavemente y se hechó a llorar sentada en el peldaño de la escalera y exclamó en un susurro "¡Me quiere mucho, pero como amiga!"

Hermione se sentía la persona más infeliz del mundo, aquel beso había sido tan bonito… Se encontraba muy cansada, muy triste, y desolada. Quería a Ron, y lo sabía, era algo claro, tan claro como una sentencia firme, y eso es lo que sería para ella el amor que sentía, una condena, una horrible sentencia, una enorme cadena de plomo atada a su alma. "No me hagas esto…" farfulló debilmente, y se cubrió la cara con las manos.

En ese momento escuchó un ruidito simpático y agudo que procedía de sus pies, cuando bajo la mirada encontró unos ojos grandes, oscuros y brillantes que parecían sonreirla, era el pequeño dragón, o dinosaurio, aquella pequeña critura indefinida de color rosado.

-Chaaaaaa… ¿Cha, cha, cha…?- El pequeño monstruito logró arrancar una sonrisa a la bruja, alzó sus pezuñitas y Hermione lo cogio en brazos.

-Eres una monada…- Dijo limpiandose las mejillas -¿Quieres dormir conmigo?


El día amaneció luminoso, esplendido, y precioso. Hermione estiro los brazos, asomandose por el ventanal, con el aire fresco de la mañana rozando sus mejillas, como si lavara su cara, se sintió bien, sintió que sus energías se renovaban, aunque en el interior de su ser algo la pesara, aunque tuviera una inquietud escondida, que prefería ignorar.

Miró a su alredor, sus compañeras de curso continuaban dormidas, y Hermione pensó para sí que eran demasiado vagas. Se sentó en el borde de la cama, abrió un cajón de la mesilla, y de él saco un cepillo con el que comenzó a peinarse el pelo mientras utilizaba una poción de color dorado que lo alisaba, se contempló en el pequeño espejo que tenía sobre la mesa y pensó que no era tan fea, incluso se vió atractiva. Se preguntó: ¿Por qué no le gusto? pero pronto dejo de pensar en aquello, para vestirse con el uniforme de la escuela, coger su mochila y dirigirse al gran comedor, como todas las mañanas, salvo una pequeña diferencia.

-¿Chaaaa…?

Tenía un nuevo acompañante.


Cuando Hermione acabó de desayunar se dirigió llena de optimismo a la primera clase de la jornada, que era estudios muggles. Miraba rebosante de satisfacción al pequeño dragón rosado que asomaba la cabecita desde dentro de la mochila que Hermione se había colgado al pecho en lugar de a la espalda. En su camino se cruzó con unos somnolientos Harry y Ron, Ron estaba especialmente malhumorado, y culpó a Hermione de que ambos fueran a llegar tarde porque la muchacha no los había despertado, Hermione alegó que no tenía la obligación y se fue altivamente. Aquella fue su manera de vengarse de Ron, por haberla dado aquel beso en la mejilla, tan dulce y amargo a la vez.

Hermione fue la primera en llegar a clase, la profesora Rosse de estudios muggles examinó a la pequeña criatura, que emitió su gruñido de disgusto ante la profesora, un leve "Choooop" y un gruñidito, mientras esta fruncía el ceño tras sus gafas cuadradas, cuando iba a dar su veredicto sobre el animal, a la clase comenzó a entrar alumnos con animalitos similares al de la bruja.

Los había de todas las formas y colores, desde uno muy flaco, desgarbado y oscuro, hasta una criatura vigorosa, de por lo menos un metro, con grandes cuernos y estupendas alas. La profesora Rosse indicó que cada animal era producto de las influencias externas, y que asi, un animal fuerte, decidido y vigoroso, reflejaba un amor o afecto de las mismas características, y por supuesto reflejaba que la pareja que lo había cuidado poseían esas caracteristicas en su relación de amistad. Como la mayoría de la gente parecía fastidiada, la profesora explicó que aquello tenia como objeto que aprendieran ética y valores morales, pero a nadie le convenció. Rosse indicó a los alumnos que habian de relacionar a sus criaturas con las demás de otras parejas, y que su comportamiento reflejaría una vez mas las características del sentimiento que une a la pareja que lo han cuidado en su forma de huevo. Asi mismo, la profesora les dijo que no se encariñaran demasiado con las criaturas, puesto que desaparecerían cuando el ejercicio acabara. Hermione se entristeció, porque ella ya había puesto nombre a su animalito.

Char, que era asi como se llamaba, no estaba nada contento de tener que relacionarse, gemía con su característico "Choop" y se escondía en el regazo de la bruja.

Hermione reflexionó sobre el comportamiento de la criatura, era cariñosa y tierna, pero asustadiza y esquiva, exactamente como el amor que ella sentía.


-La profesora Rosse ha dicho que Char es una de las mejores criaturas, que debemos de… tenernos mucho aprecio…- le decía la bruja a Ron, mientras los muchachos pasaban apuntes a pergaminos limpios.

-Me alegro. Entonces, ya no me necesitas¿No?- dijo Ron mirando con recelo al pequeño Char, que le hacia señales simpáticas con las pezuñas cuando no le sacaba la lengua a Harry.

-¡Claro que te necesito! Todavía no ha acabado la actividad, de hecho tenemos que seguir cuidandolo, y mañana te toca tenerlo a ti todo el día.

-¿Cómo¡Yo no se cuidar a ese bicho!- Char gruñó como si hubiera entendido la queja de Ron.

-Es muy bueno, solo tienes que darle de comer chocolate, pero no mucho porque entonces se empachará, también tienes que dejarlo jugar, pero sin que se aleje, porque se pierde facilmente. De vez en cuando tienes hacerle alguna caricia, porque se pone a llorar cuando no le hacen caso, pero no te pases, porque entonces se volverá muy pesado y mimado. Es sencillo -Ron la miraba indignado.

-¡No es sencillo!

-Por favor Ron, solo quedan unos días, después Char desaparecerá –Harry levantó la mirada de su pergamino.

-¿Desaparecerá? –Hermione asintió tristemente.

-¿Y por qué le has puesto un nombre? –inquirió el mago –Entonces le cogerás cariño y luego…

-Te costará deshacerte de él –prosiguió el pelirrojo.

-Lo se… pero es que es tan mono, y es mucho más tierno y sensible que varias personas que conozco. –Dirigió con aquella frase una mirada reveladora al mago. –No entiendo porque no me lo puedo quedar.

-Porque no es real Hermione. Es solo como una especie de juego.

-Me niego a creer eso.

-Pues luego llorarás, y a mí no vengas.

-¡Yo no voy a ti cuando lloro, estúpido!

-Si, claro… Luego vienes con pucheros diciendo¡Harry, Ron bla bla bla…!- La imitó con una vocecilla aguda y lastimera, Hermione se sintió gravemente ofendida, y no era para menos teniendo en cuenta que empezaba a depositar toda su confianza en Ron, y además, por alguna razón llevaba varios días extremadamente sensible. Quizás también por ello los ojos empezaron a llenarsele de lágrimas. Harry dirigió una mirada cargada de gravedad a su amiga, y otra de reproche para su mejor amigo.

-No lo dice en serio Hermione. ¿VERDAD QUE NO LO DICES EN SERIO?- Harry clavó sus pupilas en el pelirrojo como si le atravesara. El muchacho alzó los hombros, no sabía exactamente que había hecho mal, solo quería que Hermione no sufriera. La bruja se levantó ufanada.

-Vamos Char, aquí no encontraremos nada bueno- Se fue con las manos cerradas en puños, y la vista clavada en el suelo, el pequeño medio dragón la siguió consternado, como sino entendiera lo que pasaba, y emitiendo ruiditos. Ron la contempló alejarse pensando que jamás ninguna chica le había parecido tan hermosa como ella, y sintiendo como su corazón se encogía y se sentía frío.

-¿Qué he hecho mal?- Le preguntó a Harry lacónico.

-Preguntate mejor que haces bien- contestó el mago un tanto molesto. –Deberías tener más tacto, quizás no te has dado cuenta, pero Hermione se muere porque la hagas un poco de caso, porque seas un poco amable con ella.

-¿Eso crees?

-No lo creo. Lo se.

-¿Crees que… piensas que…?

-Ron, Hermione te busca a ti cuando se siente mal, te mira esperando que reacciones… Creo que te quiere.

Ron se encontró sumido en un mar de dudas, una mezcla de esperanza y miedos y se preguntó en voz alta que podía hacer para demostrarla que le importaba.

-Ayudala con lo del bicho, por lo menos empieza por ahí… -Dijo Harry, y entonces adoptó un gesto peculiar, como si acabara de recordar algo, metió la mano en su mochila y saco algo. –Mira –Le dijo a Ron tendiendole la mano en la que sostenía un folleto que mostraba tiendas de acampada junto a un arrollo. –Han organizado una salida al arrollo del onix¿Por qué no la invitas a ir?- Ron miró con recelo el panfleto.

-¿Pero eso no es una acampada para parejitas?- Harry asintió

-Pues claro¿Por qué crees que te lo estoy enseñando?


La noche no tardó en caer y Ron se encontraba en su cama observando el panfleto que le había dado Harry, los ojos se le cerraban lentamente mientras imaginaba que Hermione y él caminaban de la mano junto al arrollo del onix, con el resplendor del atardecer bañando el lago, y el canto de los onix invitandoles a besarse. Imaginaba como se disculpaba por sus malos modos con ella, y como ella lo perdonaba con un profundo beso. Suspiró.

-Y entonces me diría que soy el mejor chico que ha conocido… y yo me sentiría realmente el mejor… y por primera vez…- murmuró -…por primera vez sabría lo que es tener algo valioso…

Poco a poco fue sucumbiendo al sueño con una sonrisa en los labios, y una llamita verde de esperanza en su interior.

Continuará…


Hola a todos

Espero que os haya gustado este tercer capitulo, porque a mi me esta encantando escribirlo, aunque se que no es de lo mejor que te puedes encontrar, yo creo que tiene cierta ternura y simpatía, quiero que sepais que lo estoy escribiendo con dedicación.

Aquí van las respuestas a los RRs, un abrazo, espero que esteis pasando un buen verano.

LunaPotter1¡Hola¿Como estas? Tu RR me ha encantado, me ha hecho gracias eso de: "pobre huevo" jajaja yo pensaba que os iba a importar cualquier cosa excepto el condenado huevo¡Besos¡Espero que continues escribiendome! Un abrazo.

Annie Ryddle¡Hola Annie¡Que nik tan chulo! No habia visto todavía a ningún Riddle :) Me alegro mucho de que te este gustando, y tambien de que te guste como muestro a Ron, que es como yo a través de mis ojos lo veo. Un besito :)

Pansy Morsmorde¡Otro nik original! Tp conocía a ningún Morsmorde, esta guay ;) Que bien que te parezca divertido, por las actualizaciones no te preocupes, como ves son rapiditas. Un beso.

Sarah-Keyko¡Hola Sara! Me alegro de que te haya gustado el comportamiento de Ron, es que el quiere mucho a Hermione, pero es tonto e inseguro, asi que se escuda... van a ver muchos momentos románticos, pero siempre con un toque inocente, hasta que las cosas se vuelvan un poquito mas serias... ;)

Leweline-hechicera¡Leweline, te hechaba de menos! Tenía ganas de recibir RRs tuyos. Me alegro de que te parezca chulo, no se ni de donde saque la idea, se me ocurrió mientras escribía, jajaja. ¡Espero que cada cap t guste mas q el anterior!

Biank Radclife¡Hola! Bueno, sobre la maldición tendrás que esperar un poquito, y tb para saber que la ocurrirá a Pansy después de inflingir la ley del mundo mágico... sobre el huevo, ojala y te haya gustado la criaturita que ha surgido de él, ojala puedas tomar un segundito más de tu tiempo para decirme si te ha parecido tan mona como le parece a Hermione. Y por otra parte pues espero que estes satisfecha con las actualizaciones, creo que no estoy tardando. Un saludo!

Pauly Granger¡Hola¡Que bien que te guste! Espero que me comentes que te ha parecido este tercer cap y como te gustaría que continuara. Un abrazo.

Rosely: ¡Hola! Bueno¿Has visto que rápida soy? ;) no quiero haceros esperar, además me encanta escribir, asi que no tardaré en escribir si recibo vuestros RRs¡Por supuesto!

Gilded Phoenix: Otro nik chulisimo. Que bien que te parezca una idea original, me alegro de haber acertado al pensar que lo de los mocos iba a resultar gracioso, como ves no os hago esperar con las actualizaciones, por eso os pido que no me hagais sufrir con los RR ¡Os necesito al otro lado de la pantalla! Un abrazo.