Taking care of you

por Khira

# 5. Confianza

En la estación, el equipo del Shohoku al completo espera a que llegue el último jugador. Pero son casi las tres y cuarto y Kaede Rukawa no aparece.

- Quizás se ha quedado dormido – comenta Ayako.

- ¿Alguien sabe si Rukawa tiene teléfono móvil? – pregunta Ryota echando chipas.

- Yo le vi hace poco con uno – dice Ishi – Pero no conozco su número.

- Ni creo que nadie lo conozca – murmura Sakuragi.

Aunque lo disimula, el pelirrojo está muy preocupado. A pesar de su fama de dormilón, en Shohoku el zorro nunca ha llegado tarde a un partido, lo que sumado al hecho de que resulta que tiene un guardaespaldas aumenta su desasosiego.

- Chicos, debemos irnos – anuncia el entrenador Anzai.

- ¿Y qué hacemos con Rukawa? – pregunta Haruko angustiada.

- Confiemos en que llegue a tiempo al partido por su cuenta.

Sakuragi se queda mirando a Haruko. Hace unos pocos meses le habría molestado profundamente escucharla preocuparse por el zorro, pero ahora ya le es indiferente. Desde que volvió de la clínica de rehabilitación que decidió dedicarse por completo al baloncesto y olvidarse de las chicas. Su relación con Haruko ha quedado en una simple y sincera amistad.

Pero hay una persona a la que no puede ignorar… y no es una chica…

xXx

Mientras sus compañeros de equipo discuten sobre su paradero, Rukawa está ya de camino al gimnasio del Sumiyoshi en el coche con Erik circulando por una carretera comarcal.

El silencio dentro del vehículo sería total de no ser por la radio. Hace una semana que Kaede no le dirige la palabra a su guardaespaldas.

Erik se ha cansado ya de intentar hacer hablar al chico de ojos azules por ese día y además ahora hay algo más importante que requiere su atención. Rukawa se da cuenta de que el castaño está nervioso y mirando por el retrovisor cada dos por tres. La curiosidad puede con él y precisamente en ese momento rompe su silencio autoimpuesto de una semana.

- ¿Qué sucede?

- Nos están siguiendo – murmura Erik a la vez que mira por el retrovisor por enésima vez en dos minutos.

- ¿Eh? – Rukawa también mira por el retrovisor y ve un coche negro que circula detrás de ellos a unos cuantos metros - ¿Cómo lo sabes?

- Porque lo sé – dice simplemente.

Rukawa suelta un bufido y se acomoda en el asiento, pensando que su guardaespaldas es un paranoico, pero sigue mirando por el retrovisor. Y observa como de pronto el coche negro acelera, situándose a pocos metros de ellos, pero el reflejo del sol no permite ver al conductor ni al copiloto, en caso de que lo haya. Sin poner el intermitente, el coche se sitúa en el carril contrario, como si fuera a adelantar aprovechando que no vienen otros vehículos, y continúa acelerando hasta colocarse a su altura.

La sangre se le hiela en las venas al chico moreno cuando ve a dos hombres con pasamontañas en el interior del coche, uno de ellos con una pistola en la mano que les está apuntando.

- Erik… - musita con voz ahogada.

Pero Erik también los ha visto y prevé sus intenciones, por lo que no tarda en actuar. De un frenazo que hace que los cinturones de seguridad hagan su trabajo hace derrapar el coche para dar media vuelta. El otro coche no tarda en imitarles, pero para cuando lo consiguen ellos ya se han alejado bastante. Aún así, el otro coche es más potente, de manera que no tarda en alcanzarlos.

- Mierda… - murmura Erik, y ese comentario no agrada en absoluto a Rukawa.

- Nos están alcanzando…

- ¡Lo sé!

El coche negro vuelve a situarse a su lado en el carril contrario. Esta vez, antes de que Erik frene, les embisten con fuerza por su lado. El choque hace que Erik pierda el control del vehículo durante un instante, que es aprovechado por los enmascarados para golpearles por segunda vez.

- ¿Erik, qué hacemos! – grita Rukawa mientras se sujeta al manillar de la puerta para no golpearse la cabeza contra el cristal de la ventanilla.

Antes de que Erik pueda contestar, una tercera embestida, más fuerte que las dos anteriores, les saca de la carretera. El coche da dos vueltas de campana por el terraplén que hay a ese lado y se detiene plano al final. Ambos quedan aturdidos por los golpes que se han llevado pero conscientes.

- ¿Kaede, estás bien! – grita Erik mientras se desabrocha el cinturón y hace lo propio con el de Rukawa.

- Sí… - murmura el chico acariciándose la frente, donde tiene un pequeño corte.

- ¡Rápido, hay que salir de aquí¡Si hay una fuga en el depósito y disparan volaremos por los aires!

No tiene que repetírselo dos veces. Rukawa abre la puerta tras unos segundos de forcejeo y sale del coche. Al levantar la vista hacia la carretera, a unos metros por encima de su nivel, observa con pavor como los dos hombres están de pie en el arcén. Uno de ellos saca de nuevo la pistola y le apunta.

Durante un instante permanece inmóvil, como si hubiera olvidado como hacer funcionar sus extremidades. El corazón parece haber dejado de latirle y la sangre congelado en sus venas. De pronto un gran peso cae sobre él, obligándole a rodar por el suelo de tierra, al mismo tiempo que un ruido potente y sordo penetra en sus oídos. Erik le mantiene boca abajo inmovilizándole y protegiéndole con su cuerpo, mientras se siguen escuchando disparos.

Rukawa cierra los ojos con fuerza y empieza a temblar. Nunca en su vida había sentido tanto miedo. Cuando los disparos cesan, Erik se levanta de un salto. Saca su pistola y dispara al hombre que les estaba disparando a ellos. Le alcanza en el hombro. Escuchan su grito de dolor. Erik dispara un par de veces más, pero los dos hombres se retiran y desaparecen de su campo de visión.

- ¡No te muevas de aquí! – le grita a Kaede, quien sigue inmóvil.

Con habilidad empieza a trepar por el terraplén, que no es demasiado inclinado, pero para cuando llega a la carretera sólo puede observar al coche negro alejarse.

Guarda la pistola, vuelve a bajar y se acerca a Rukawa, quien se ha incorporado un poco hasta quedar arrodillado en la tierra. Se agacha frente a él y le sujeta por los hombros.

- ¿Estás bien?

El chico de ojos azules le ve pero no le mira, y tampoco contesta. Erik le zarandea suavemente para hacerle reaccionar.

- ¡Kaede¿Estás bien! – repite dejando entrever algo de angustia en su voz.

- S-sí… - murmura finalmente. Entonces se fija en uno de los brazos que le sujetan, con una mancha roja en la camisa a la altura del antebrazo – P-pero tú estás herido…

- Ah¿esto? – pregunta mirándose la herida – No te preocupes, esto no es nada. Sólo me han rozado. ¿Puedes levantarte?

Rukawa asiente pero no se mueve. Aún está temblando. Erik comprende enseguida que el chico está nervioso y asustado por lo que acaba de pasar, y sólo conoce una manera para tranquilizarle, aunque en Japón no sea bien vista. Le abraza.

Al sentir su cabeza reposar sobre un pecho firme, y unos brazos fuertes a su alrededor, Rukawa experimenta por primera vez en su vida una extraña sensación, mezcla de alivio y bienestar.

- ¿Mejor…? – pregunta Erik a la vez que le acaricia el pelo.

- S-sí… - murmura Rukawa.

Erik se levanta y ayuda al muchacho a hacer lo mismo. Ambos se quedan mirando el destrozado Toyota.

- Me parece que llegaremos tarde al partido… - suspira Erik.

- Prefiero no ir…

- ¿Estás seguro?

- Sí…

- Me parece bien, además primero hay que ir a que te curen ese corte en la frente.

Mientras Erik saca su teléfono móvil y llama a un taxi, Rukawa contempla el brazo izquierdo del guardaespaldas, quien lo mantiene encogido y pegado a su cuerpo; la mancha de sangre en la camisa se está agrandando, y Rukawa se siente fatal al saberse el culpable de esa herida.

- Enseguida vendrán a por nosotros – dice Erik nada más colgar – Ahora llamaré a una grúa.

- Lo siento… - murmura el chico de ojos azules con la vista en el suelo.

- ¿Eh? – es la primera vez que oye a Kaede disculparse.

- Te han… te han herido por mi culpa… - explica en un susurro.

Con la misma mano con la que sujeta el móvil, Erik le levanta la barbilla para que le mire a los ojos.

- No digas tonterías. Es mi trabajo protegerte¿recuerdas?

Rukawa se le queda mirando mientras llama a la grúa, sintiéndose un completo estúpido.

Pues claro que le ha protegido sólo porque es su trabajo¿qué esperaba?

xXx

Por la noche el señor Rukawa se encuentra con que a su hijo le han puesto cuatro puntos en la frente y a Erik con un brazo vendado. Sentados los tres en los sofás, Erik intenta tranquilizar a padre e hijo.

- No creo que quisieran matar a Kaede, más bien intentaban asustarnos.

- ¡Pero si le han disparado! – exclama el señor Rukawa. Tiene cogido de la mano a su hijo. A Kaede no parece molestarle.

- Sí. Pero luego me he fijado en los disparos que han dado en el coche, y según la posición del tipo, la trayectoria pasaba cerca de Kaede pero sin tocarle. Así que o ese tipo tenía muy mala puntería, o como le digo, lo que querían era asustarnos.

- No sé, Erik… Te contraté por si alguien intentaba agredir a mi hijo, no me esperaba que le apuntaran con un arma… - Kazuhiko se pasa la otra mano por los cabellos en señal de nerviosismo – No puedo arriesgar de esta manera… Creo que no me queda más remedio que deshacer la fusión de…

- No – interrumpe Kaede rompiendo su silencio desde el comienzo de la conversación.

- Pero… - se sorprende su padre.

- Tú me dijiste que si esa fusión no se realizaba, a la larga la empresa principal quebraría y no serían cincuenta los empleados despedidos, sino quinientos – le recuerda.

- Es cierto, pero…

- No hay pero que valga – insiste – No te preocupes por mí. Erik… - baja la voz un poco, como si le diera vergüenza admitirlo, que así es – Erik no dejará que me pase nada…

Ni que decir que Erik se sorprende al escucharle. Le mira fijamente pero Rukawa al encontrarse con sus ojos dorados se ruboriza un poco y aparta la vista. El castaño sonríe interiormente.

El teléfono empieza a sonar pero ninguno de los tres se mueve para descolgarlo, pues la encargada de atender la llamada desde el aparato de la cocina es la señora Ishizaka. Al momento aparece en el salón. También se la nota nerviosa por lo que ha escuchado que ha pasado esa tarde.

- Es para ti, Kaede.

El chico moreno no es el único que se sorprende. Todos en la casa saben que esa es su primera llamada en mucho tiempo. Alarga un brazo con expresión confundida y coge el teléfono inalámbrico que se encuentra a su lado en una mesilla a la derecha del sofá.

- ¿Diga?

- ¿Rukawa? Soy Ayako.

- ¿Ayako? – se sorprende el muchacho. Aunque hace años que se conocen la asistente nunca le había llamado a casa.

El señor Rukawa sonríe un poco al saber que el interlocutor es una chica. Erik no.

- Sí, te llamo para saber por qué no has venido esta tarde al partido. ¿Qué ha pasado?

- Eh, pues… - Kaede decide que lo mejor es mentir lo mínimo – Iba a llegar tarde a la estación así que le pedí a un amigo que me acompañara en coche, pero tuvimos un accidente en la carretera…

- ¿Qué! – se sorprende la chica - ¿Pero tú estás bien?

- Sí, no ha sido nada grave. Pero ahora no me apetece hablar de ello, ya te contaré mañana.

- Oh… De acuerdo, como quieras.

- ¿Cómo ha ido el partido?

- Hemos ganado 76 a 73. ¿Seguro que estás bien?

- Sí, no te preocupes. Hasta mañana.

- Hasta mañana…

Rukawa cuelga el teléfono y se enfrenta a la mirada curiosa de su padre.

- ¿Quién era? – pregunta.

- Ayako, la asistente del equipo de baloncesto.

Rukawa se levanta con la intención de ir a su cuarto a ponerse la insulina, pues ya es casi la hora de cenar, pero es detenido por su padre.

- Kaede… Lo siento mucho. Perdóname por ponerte en peligro.

- No importa, papá…

El señor Rukawa no lo puede evitar y abraza a su hijo con fuerza. Kaede no le devuelve el abrazo pero tampoco lo rechaza. Luego se separan y Kaede sube a su habitación.

- Está asustado – murmura el señor Rukawa contemplando las escaleras por donde ha desaparecido su hijo.

- Mucho…

xXx

Después de inyectarse la insulina, Rukawa se queda sentado en la cama esperando que le llamen para bajar a cenar. Le ha costado más que de costumbre, pues le tiemblan las manos desde la tarde.

No soporta estar nervioso, pero no puede evitarlo. Su mente recrea una y otra vez el momento en que ese tipo con pasamontañas le apuntó a la cabeza, por mucho que diga Erik que sólo pretendían asustarles.

Erik…

Si su padre no le hubiera contratado quizás ahora estaría muerto… Claro que si no le hubiera contratado habría ido al partido en tren con el resto del equipo y no en coche por una carretera comarcal de la que dos tipos les han sacado a golpes de carrocería… Pero de todos modos de una manera u otra habrían podido acercarse a él perfectamente…

Y pueden volver a hacerlo…

Inspira profundamente intentando calmarse. Erik no dejará que le pase nada.

"Es mi trabajo protegerte."

Pero las palabras de Erik le siguen doliendo. Y no entiende porqué. Quizás porque en el fondo desea que Erik quiera protegerle por ser él, y no porque su padre le pague un sueldo a cambio.

Pero ese abrazo…

Unos golpes en la puerta le sobresaltan.

"Genial, sólo han tocado la puerta y ya me asusto", piensa desesperado el chico de ojos azules.

- Ahora bajo… - dice lo suficientemente alto para que la señora Ishizaka le oiga.

Pero no es la señora Ishizaka quien ha subido para avisarle.

- Kaede¿puedo pasar? – es la voz de Erik.

- Claro… - dice sorprendido.

La puerta se abre y por ella aparece el guardaespaldas. Se sienta junto a él en la cama. Rukawa le mira interrogante.

- La señora Ishizaka me ha dicho que la cena estará en diez minutos. He subido para hablar contigo antes – explica el chico castaño.

- ¿De qué? – pregunta Rukawa.

- De lo que ha pasado hoy. Mira, sé que estás asustado, pero…

- Yo no estoy asustado – interrumpe el muchacho.

Erik le mira divertido, y a continuación le coge de ambas manos por las muñecas y las eleva un poco. Rukawa no comprende hasta que se las mira, y enrojece de inmediato. Siguen temblando.

- No deberías mentir – dice Erik con voz burlona.

Rukawa se suelta bruscamente y se queda mirando la pared de la habitación como si fuera lo más interesante del mundo.

- Cómo te decía – continúa el alemán – Sé que estás asustado. El miedo es difícil de controlar, yo lo sé muy bien, pero no debes dejar que en ningún caso te domine. Debes seguir haciendo tu vida normal, no permitas que esta situación te afecte. No tienes de qué preocuparte. No te pasará nada mientras yo esté a tu lado. Puedes confiar en mí.

- Lo sé… - murmura Kaede – Porque es tu trabajo…

Erik se le queda mirando unos segundos antes de seguir hablando.

- Así es – afirma – Es mi trabajo.

Se levanta y sale de la habitación, dejando a Rukawa solo, confuso, y con el corazón encogido.


N/A: Holaaa… actualización flash para agradecer los reviews! Y aquí mi primer intento de 'acción' XDD ya me dirán que les pareció… Pero lo primero de todo, espero que todas las lectoras mejicanas estén bien tras el paso del Wilma, a mi prima le pilló en Cancún, y la verdad nunca lo había pasado tan mal viendo las noticias. Y volviendo a la historia y al capítulo, aunque Hanamichi tampoco haya salido mucho, en los próximos ya tendrá más protagonismo. Y ahora a responder reviews!

Elena: Gasparín? Me suena, pero ahora no caigo… Y efectivamente, con lo blanco y delgadito que es, ya tiene cara de enfermito, pobrecito… Hana en cambio siempre me ha parecido más 'sano', y por ende, más fuerte… Otra razón por la que prefiero HanaRu en los lemons XD.

Miguel: Hola! que alegría recibir de nuevo un review tuyo! A ver, pues hay muchas definiciones para 'friki', la más sencilla sería decir que un friki es una persona que tiene aficiones o gustos raros u originales. A Sakuragi le llaman friki en el manga por su pelo teñido de rojo, por no ser una manera de llevar el pelo muy común. Me alegra que te guste Erik, es que crear un OC que caiga bien está difícil… y en cuanto hacer sufrir a Ru… todavía me quedan muchas maneras XDD. Besos y gracias por el review!

Caritadmanga: mira que me informé sobre la enfermedad, entre Internet y una amiga enfermera, pero no caí en la cuenta… fallo técnico. Aunque no tenía que comer necesariamente una hamburguesa, con una ensalada ya se las apañaba para cenar, de todas maneras para que no parezca que ni lo tuve en cuenta he cambiado hamburguesería por restaurante. Sobre tus sospechas de Hana… pues puede ser XD, y tienes razón en que leer más o menos igual, pero escribir… que pena XD.

Katte Turner: hola! que bien, pues me alegro de conocer a otra lectora. Gracias por el halago, y claro que lo voy a continuar. Muchos besos y gracias por el review!

Balucita: siii Hana interesándose por Kae es lo más lindo que hay… lo he comentado un par de veces pero me repito, mi escena favorita del manga es cuando Sakuragi salta a la pista cabreado porque el capitán del Toyotama le ha dado un codazo a Ru… adoro esa parte!

Mashou no Tenshi: bueno, se pelean cada dos por tres, así que por una vez que no peleen… XD Y lo que pasó con la madre creo que no lo explicaré hasta el final, no es por ser mala sino porque no encuentro otro momento para que salga, pero tranquila que como mínimo creo que podré actualizar una vez por semana y el fic no tendrá más de 12 capítulos.

Abuelitnt: hola! pues ya me dirás que te pareció la 'acción' XD Más adelante habrá mucho más, esto era para practicar jeje. He visto 'The bodyguard' pero no he leído "Me gusta porque me gusta" de Clamp, ni sé de que va, por qué me lo preguntas? Nos leemos! Besos y gracias por el review!

Mish1: y aún me quedan mil y una jejeje. Y Erik es un poco tocapelotas, pero sabe lo que se hace XD. Besitos y gracias por el review!

Nicole: pues ya tienes aquí la continuación, para el siguiente me tardaré un poquito más pero tampoco no mucho, espero que te haya gustado el capítulo. Besos y gracias por el review!

Besos a todas,

Khira

PD: Queréis reíros un rato? Id a la página de youtube (punto) com (con el http y las 3 w delante claro, es que total aunque las ponga no salen) y donde dice 'Search Videos' escribid 'Slam Dunk' y dadle. Mirad el último (en la Result Page 2), y ya me contaréis XDD.