Taking care of you
por Khira
# 6. Amigos o enemigos
Está de pie, tembloroso, mirando fijamente al chico que yace en el suelo. Su mano derecha sujeta un arma, apuntándole, mas no es necesario disparar de nuevo. Unos minutos más y el chico morirá desangrado.
- Todo este tiempo me has estado engañando… - dice entre dientes sin dejar de apuntarle, pero con los ojos inundados.
- ¡Tranquilízate, por favor, no hagas una tontería! – le suplica el hombre que está a su lado.
- No… no es verdad… esto no tiene nada que ver con lo nuestro… - murmura el chico abatido.
- ¿Cómo que no, maldita sea¡Tú sabías a que me dedicaba!
- Por favor, créeme…
- ¡No puedo¡No puedo creerte!
- ¡Erik por dios, baja el arma!
- ¡NO!
Erik se despierta de golpe, incorporándose en la cama hasta quedar sentado, con un sudor frío en la frente y el corazón latiéndole acelerado. Pasea la mirada por la habitación, nervioso por la pesadilla que acaba de tener.
"Mierda…"
Intenta dormirse de nuevo pero no lo consigue. Unas horas después mira el reloj y ve que es casi la hora de levantarse. Se levanta y coge ropa para cambiarse después de la ducha. Diez minutos después baja a la cocina donde la señora Ishizaka les deja cada mañana el desayuno preparado mientras ella hace otras tareas. Sobre la encimera encuentra una nota del señor Rukawa donde le dice que ha tenido que marcharse de viaje otra vez y que volverá en tres días.
Al cabo de mucho rato después Kaede entra en la cocina.
- Buenos días - saluda el guardaespaldas.
Rukawa, como todas las mañanas, se limita a emitir un gruñido. Se sienta casi sin prestar atención a la nota que ha dejado su padre. Erik supone que ya sabe lo que pone.
- Hoy te has levantado más tarde – comenta mirando la hora en el reloj de pared – No llegaremos temprano al instituto.
- Da igual – murmura Kaede untando sin ganas una tostada.
- ¿Ya no te importa que te vean conmigo?
El chico de ojos azules sólo se encoge de hombros. Levanta la vista un momento, y se fija en la expresión cansada de su guardaespaldas, que él intenta disimular con una leve sonrisa.
- Tienes ojeras – informa el chico más joven.
- Tú también – le dice Erik.
- …
Rukawa no lo reconocerá pero ha dormido muy mal a causa de los nervios. Además cada vez que cerraba los ojos sólo veía en su mente la imagen de uno de los tipos apuntándole a la cabeza. Se dice a sí mismo que es normal, no todos los días le apuntan a uno con un arma. Sin embargo Erik sí debería estar más acostumbrado a esas situaciones, y en cambio parece haber dormido peor que él.
De pronto recuerda que no es la primera vez que Erik tiene tan mala cara por las mañanas.
"¿Qué le pasará?"
xXx
Mientras el Toyota esté en el taller de reparaciones Erik usará uno de los vehículos de empresa del señor Rukawa, un Honda Cívic blanco. Llegan al instituto y como siempre Erik acompaña a Rukawa hasta la puerta del edificio, seguidos por muchas miradas curiosas. Pero esta vez, en lugar de entrar sin despedirse, Rukawa se detiene para hablar un momento con su guardaespaldas.
- ¿Qué haces durante el tiempo que estoy en clase y en el entrenamiento? – pregunta curioso.
- Me quedo en los alrededores del instituto, vigilando que nadie sospechoso entre o se acerque –contesta Erik.
- Uhm – la respuesta parece convencerle – Bueno, hasta la tarde…
- Hasta la tarde – sonríe el chico castaño.
Rukawa se dirige sin prisas a su aula. Poco a poco van llegando más alumnos. El profesor llega a su hora y empiezan las clases. El flequillo le tapa el corte en la frente y nadie se da cuenta ni le pregunta. Sólo Ishi le mira curioso pero sin atreverse a preguntarle por qué no fue ayer al partido. Rukawa no ha dormido bien en toda la noche pero increíblemente tampoco se duerme en clase, dando falsas esperanzas a sus profesores de que encuentra las lecciones interesantes, cuando en realidad lo que le pasa es que sigue nervioso.
Por la tarde es el primero en llegar al gimnasio. Coge un balón y empieza a practicar tiros libres. Al menos las manos ya no le tiemblan.
De pronto oye pasos tras él y se gira un poco asustado, pues normalmente cuando alguien entra en el gimnasio y ve que no es el primero lo que hace es decir 'Buenas tardes' para anunciar su llegada. Pero se tranquiliza en seguida al ver que es Sakuragi. Pero al pelirrojo le ha dado tiempo de ver su expresión de temor.
- ¿Te he asustado? – pregunta extrañado a la vez que se acerca más a él.
- Claro que no, idiota – gruñe Rukawa.
Sakuragi sabe que es mentira, pero en ese momento le preocupa más otra cosa que el posible sobresalto que le haya dado al zorro.
- ¿Qué te pasó ayer¿Es cierto que tuviste un accidente? – pregunta el pelirrojo.
- ¿Cómo lo sabes? – pregunta a su vez Kaede.
- Llamé a Ayako para saber si había hablado contigo y me lo contó.
- ¿Y por qué no me llamaste a mí directamente? – la pregunta le sale sin pensar.
Sakuragi se queda un poco parado. Rukawa no entiende porque le ha preguntado eso y desvía la mirada, incómodo.
- Pues… porque no tengo tu número… - dice finalmente.
- Ya… Pues sí, es verdad… - musita Rukawa mientras bota un par de veces el balón que tiene en su mano derecha.
De pronto Sakuragi se fija en la herida que se esconde tras el negro flequillo del zorro. Instintivamente alarga su mano para apartárselo y verla mejor, pero Rukawa, nada más sentir sus dedos se aparta sorprendido y mira al pelirrojo interrogante. Sakuragi se da cuenta de lo extraño que ha resultado su gesto y se ruboriza.
- Eh, yo… Sólo quería ver esa herida… – explica torpemente.
- …
- Ey Rukawa… ¿seguro que fue un accidente?
- ¿Por qué dices eso? – pregunta el zorro.
- Porque aún no sé porque tienes un guardaespaldas…
- …
- Y no vas a contármelo¿verdad? – pregunta Sakuragi en un suspiro.
Rukawa le mira indeciso. No entiende por qué Sakuragi parece tener tanto interés en saberlo, y supone que es por puro cotilleo. Además se supone que ese chico le odia, se lo ha repetido miles de veces¿a qué viene esa actitud?
En ese momento entran Ryota, Mitsui, Ayako y Haruko en el gimnasio. Enseguida se acercan a ellos temiendo que los dos novatos se estén peleando, y su sorpresa es grande al verlos tranquilos.
- ¿Cómo estás, Rukawa? – pregunta Ryota - ¿Qué pasó?
- Estoy bien – responde el chico de ojos azules – Sólo fue un percance con el coche de un amigo.
Rukawa responde evasivamente las preguntas sobre como fue el accidente. Poco a poco van llegando los demás miembros del equipo y casi todos le preguntan por el accidente, lo que le sorprende bastante. ¿Es que también llamaron a Ayako para saber lo que le había sucedido? Y él que pensaba que sólo le regañarían por no haber ido al partido… pero ni siquiera lo han mencionado.
Recuerda las palabras dichas por Erik hace poco más de una semana.
"Le importas a mucha gente."
Pero en lugar de sentirse bien, un pinchazo le encoge el corazón.
"Quizás… Pero yo… yo preferiría importarte a ti…"
Y al darse cuenta de lo que eso significa, Rukawa se desespera. Y aunque su expresión no cambia, sus ojos azules se entristecen. Sakuragi, que no ha dejado de observarle, se pregunta sorprendido por qué Rukawa parece tan abatido de pronto.
xXx
El entrenamiento transcurre con normalidad. Ryota decide organizar un partido de diez minutos de los de primero contra los de segundo y Mitsui, el único jugador ahora de tercero, para terminar. Así que en esta ocasión, Rukawa y Sakuragi son compañeros. Todos esperan nerviosos algún pique inicial tipo 'No molestes' o 'A ver si consigues seguir mi ritmo' respectivamente, pues aunque desde el campeonato nacional que esos dos aprendieron a jugar en equipo, las peleas e insultos entre ellos no han cesado. Pero nada sucede. Rukawa parece distraído y Sakuragi está más serio de lo normal. Incluso Akagi y Kogure, que han venido a ver el entrenamiento, notan el extraño ambiente. El ejército de Sakuragi también ha venido a ver practicar a su amigo.
El partido está muy igualado, pues aunque uno de los equipos cuenta con los dos súper-novatos, el otro cuenta con Mitsui y con Miyagi. En la jugada final, con el marcador 18 a 20 a favor de los de segundo y a falta de 12 segundos, Kuwata le roba el balón a Shiozaki y se lo pasa a Rukawa, quien rápidamente cruza toda la cancha perseguido por Sakuragi y por Ryota, los dos jugadores más veloces del Shohoku. Bajo la canasta le espera Mitsui. Rukawa salta para efectuar un mate, y Mitsui, cabreado por la soberbia del chico menor de pensar que va a lograr hacer ese tipo de canasta por encima de él, salta también y sin querer comete una falta bestial que deja al chico de aspecto zorruno de espaldas en el suelo.
- ¡Falta en defensa! – grita Ayako después de hacer sonar el silbato. Al ver como ha quedado Rukawa se acerca a ellos y añade - ¿Rukawa, estás bien?
- Sí… - murmura Rukawa a la vez que deja que Mitsui le ayude a levantarse.
- Lo siento tío… - dice el tirador de triples.
- ¿Qué coño te pasa, Michi! – la potente voz de Sakuragi se escucha por todo el gimnasio - ¿Querías cargarte a Rukawa o qué!
- ¡Claro que no, imbécil! – exclama.
- Sakuragi, tranquilo – pide Haruko.
De pronto todos se dan cuenta del hecho insólito que acaba de suceder¡Sakuragi se ha puesto del lado de Rukawa!
El equipo al completo se queda mirando al pelirrojo.
Sakuragi también se da cuenta de lo que ha hecho y enrojece al cruzarse su mirada con la de un estupefacto Rukawa. Y ya es la segunda vez en una misma tarde que se ruboriza por su causa.
- ¿Qué te pasa, Hanamichi? – pregunta Ryota guiñándole un ojo y dándole con el codo en el pecho - ¿Ya te cae bien Rukawa¿O es que ya incluso le has cogido cariño?
A Sakuragi no le importa que Ryota sea ahora el capitán. De un cabezazo lo deja tendido en el suelo.
Junto a la puerta del gimnasio, Akagi, Kogure y el ejército de Sakuragi ríen al ver la escena.
- Este Hanamichi… - murmura Ookusu divertido.
- ¿Por qué no quiere reconocer que Rukawa le cae bien? – se pregunta Noma.
- No lo reconocería ni borracho – dice Takamiya.
- Y eso que ya es la segunda vez que se le ve tan cabreado porque le hayan cometido una falta – murmura Yohei - ¿Recordáis el partido contra Toyotama¿Cuándo salió corriendo a la pista porque ese tal Minami le dio un codazo que lo dejó inconsciente?
- Por supuesto – ríen sus amigos.
En la cancha el partido se reanuda.
- ¡Dos tiros! – dice Ayako.
Rukawa se dirige a la línea de tiros libres. Al pasar junto a Sakuragi le dice unas palabras en voz muy baja para que nadie les oiga.
- Fallaré el segundo. Coge el rebote.
Sakuragi casi se queda sin respiración. Esas simples instrucciones le han revelado que Rukawa confía en él para ganar este partido, aunque sea un simple entrenamiento. Con el corazón acelerado se coloca en posición, prometiéndose no fallar.
Rukawa encesta el primer lanzamiento.
"Los metes hasta con los ojos cerrados", recuerda el pelirrojo con una pequeña sonrisa.
19 a 20. Rukawa falla el segundo lanzamiento. Sakuragi coge el rebote con un salto espectacular, y apenas ha puesto los pies en el suelo vuelve a elevarse y clava en balón en el aro. Los de primero ganan el partido 21 a 22.
El cabreado capitán da el entrenamiento por finalizado. En los vestuarios Rukawa se ducha sin prisas, ha decidido que ya no le importa que le vean con Erik, además si alguien pregunta siempre puede decir que es un amigo tal y como el alemán les contó a Ayako, Ryota y Sakuragi.
En la ducha contigua, Sakuragi sigue emocionado por la manera en que han ganado el partido de práctica, pero a la vez un poco triste porque Rukawa ni siquiera se ha acercado a él para chocar las manos. Le ve pasar por delante de su ducha, con su esbelto y pálido cuerpo cubierto por una toalla, sin mirar a nadie, y sin quererlo se le escapa un suspiro de frustración.
Cuando Sakuragi sale de la ducha Rukawa todavía está cambiándose junto a los casilleros. Entonces sí que sus miradas se cruzan por un instante, pero ninguno dice nada. Pero cuando Sakuragi ve a Rukawa ya cambiado y a punto de salir, se decide a hablar aprovechando que se han quedado solos en los vestuarios.
- Zorr… este… Rukawa…
Rukawa, que ya estaba caminando hacia la puerta, se detiene y se gira hacia el pelirrojo.
- ¿Qué? – pregunta secamente.
- Bueno, yo… que… buen partido… - dice finalmente.
El zorro le mira fijamente unos segundos, con tanta intensidad que el pelirrojo se siente por primera vez intimidado ante él.
- Igualmente… - murmura igual de seco.
Da media vuelta para salir, pero la voz de Sakuragi le detiene de nuevo.
- Oye Rukawa… - le llama a la vez que da dos pasos tímidos hacia él.
- ¿Qué?
- Mira, sé que tú y yo no nos llevamos bien…
- … - Rukawa levanta una ceja pero no le interrumpe.
- Pero había pensado que, al menos en la cancha, podríamos intentar jugar más a menudo en equipo…
El chico de ojos azules se siente, sin saber por qué, decepcionado.
- Está bien.
En ese momento la puerta de los vestuarios se abre de golpe y por ella aparece Erik algo nervioso. Al ver a Kaede se tranquiliza enseguida.
- Te tardabas – contesta a la muda pregunta de Rukawa.
- Lo siento, me entretuvieron… - explica el moreno con una muy leve sonrisa.
Sakuragi abre los ojos como platos¿Rukawa disculpándose y… sonriendo? Es la primera vez que le ve sonreír con calidez, no como esa mueca que le dedicó a Sawakita en el partido contra el Sannoh.
Y le duele, sin atreverse a reconocer aún por qué, no haber sido el destinatario de esa pequeña sonrisa…
- Ok, no pasa nada… - Erik también está sorprendido por verle sonreír, aunque sea tan suavemente, pero lo disimula mejor que el pelirrojo - Ah, hola… Sakuragi¿verdad? – saluda el alemán.
- Sí… - el pelirrojo le mira con cara de malas pulgas al recordar la escenita de la cancha callejera.
- ¿Nos vamos? – pregunta Rukawa.
- Claro.
Erik se despide con un gesto de Sakuragi y sale de los vestuarios seguido de Rukawa, dejando al pelirrojo dentro, confundido por lo que ha visto.
En el coche se hace un silencio extraño, aunque no tenso. Rukawa va echando miraditas disimuladas a Erik. Tiene sentimientos contradictorios; por una parte está contento por la preocupación que ha demostrado por él unos minutos antes, pero por la otra tiene ganas de llorar al recordar que si ese hombre está a su lado en ese momento es única y exclusivamente porque es su trabajo.
"Es su trabajo…", se repite Rukawa, "Es su trabajo estar conmigo…"
Y se desespera más al darse cuenta de que ese hecho no cambia nada.
"¿Qué puedo hacer?"
"Él… él me gusta…"
N/A: Hola! me ha quedado un poco cortito, pero es que si no actualizaba hoy no lo hacía hasta por lo mínimo el lunes, ya que este finde tengo mucho lío. Espero que les haya gustado el capítulo, ahora me pondré a contestar los reviews. Por cierto lamento mucho mi demora en 'Lágrimas de hielo 2', en cuanto termine uno de los fics que tengo en marcha me pondré con él.
Caritadmanga: hola! como habrás leído en este capítulo ya se ha fijado del todo jejeje. Muchos besos y gracias por el review!
Kinyoubi: perdona por demorarme tanto esta vez, intentaré no tardarme mucho para actualizar el siguiente. El video es mortal, verdad? Yo me partía cuando lo miraba XD.
Elena: puede ser que te refieras a Casper? Así se le conoce aquí.
Miguel: hola! pues sí, tengo pensado un fic donde sufrirá Hana, pero como Kaede está enamorado de él… pues también sufrirá XD. Respecto a los pelos de Hana, recuerda que Slam Dunk es un shonen, un manga para chicos, y bastante realista, por eso en el manga son todos morenos y de ojos oscuros menos Hana que va teñido de rojo y Ookusu por ejemplo que va teñido de rubio. De hecho es sólo en la serie animada que algunos como Rukawa, Haruko y Akagi tienen los ojos azules, supongo que para variar un poco, pero como ya te he dicho, en el manga son todos morenos como buenos japoneses.
Katte Turner: pues va a ser que sí… o quizás es sólo una ilusión. Ya se verá XD. Muchos besos y gracias por el review!
Abuelitnt: algo de eso pondré XD. A que te refieres con raro? Bueno, espero que todo te vaya muy bien y que puedas actualizar pronto tu fic, que como ya sabes, me encanta!
Yiya: quizás tu deseo se cumpla… pero habrá que esperar al final. De nada por el review, y muchas gracias por el tuyo. Nos leemos!
Besos!
Khira
