Taking care of you
por Khira
#10. Tragedia
Por unos instantes el silencio es total en el gimnasio del Shohoku. De los cuatro heridos que hay en el suelo, Erik es el único consciente, aunque no por mucho tiempo a juzgar por la palidez de su cara. Otro que también está muy pálido, no sólo por todo lo que está pasando sino porque empieza a sentir los efectos de una hipoglucemia en su cuerpo es Rukawa; no sólo apenas ha comido en todo el día sino que además ha jugado un uno contra uno imprevisto con Sakuragi.
Shintaro Nakamura avanza lentamente hacia Rukawa y Erik sin dejar de apuntar a este último. De pronto ambos se dan cuenta de que uno de los hombres que el guardaespaldas había abatido se está levantando con dificultad pero lo consigue y se une a ellos.
- Coge su pistola – le ordena Nakamura.
El hombre obedece y se queda con la pistola de Erik. Kaede no se atreve a moverse ni un centímetro.
- Siempre has sido tú¿verdad? – murmura Erik con rabia – Las amenazas al móvil del señor Rukawa sólo eran para despistar…
Kaede mira sorprendido a Nakamura.
- ¿Qué…? – exclama.
Shintaro no se digna ni a mirarle.
- Chouji, puedes quitarte el pasamontañas. Estos dos no saldrán vivos de aquí.
Erik frunce el ceño rabioso mientras Kaede empieza a temblar. Chouji obedece a su jefe y se quita el pasamontañas, su rostro le es familiar al chico y piensa que quizás es otro trabajador de la empresa.
No entiende nada. No entiende por qué Shintaro Nakamura, socio y amigo de su padre, ha mandado que lo secuestren y ahora quiere matarles. Las palabras del hombre de pelo canoso le sacan de sus cavilaciones.
- Tú ocúpate del alemán y despierta a Kei, yo me ocuparé del chico – le dice a su subordinado.
- Tenemos el coche afuera – replica este.
- Lo sé, pero no puedo esperar a follármelo – una sonrisa perversa se dibuja en su rostro.
Rukawa se queda helado al escucharle, comprendiendo por fin que es lo que quiere ese hombre de él. A su lado, Erik hace ademán de levantarse, pero Chouji se acerca a él por detrás y le coloca la pistola en la nuca.
- ¡No, por favor! – exclama Rukawa sin saber que hacer.
Nakamura se acerca a él y le acalla colocándole la pistola en la sien.
- Tú cállate – sisea con desdén.
- Nakamura… - la voz de Erik ha cambiado de tono. Por un momento Kaede piensa que va a suplicar por su vida, pero pronto se da cuenta de su error – No dejes que lo vea. Llévatelo ya.
- De acuerdo – acepta inesperadamente rápido – Pero como ya he dicho, es porque no puedo esperar.
Agarra a Rukawa del brazo y le arrastra hacia la salida interior del gimnasio que da a los pasillos del instituto. El miedo a perder a Erik supera al miedo a que le disparen a él mismo y se resiste, pero está ya tan mareado que poco puede hacer.
- ¡NO, NO, NO¡POR FAVOR NO LE MATEN! – es lo único que puede gritar antes de salir al pasillo obligado por Nakamura.
Nakamura mete a Rukawa dentro de un aula de un empujón, y nada más entrar él y cerrar la puerta, cambia la pistola de mano y le golpea de manera brutal en la cara. Kaede tiene que dar un paso atrás pero no cae, y con una mano en la mejilla alza de nuevo la vista sorprendido por la fuerza de ese hombre.
- Esto es lo que tendría que haber hecho tu padre hace tiempo – sisea Nakamura con desprecio – Pero no supo educarte como te merecías.
Da un paso hacia él y le golpea nuevamente. El bajón está haciendo estragos en Rukawa, sobretodo en sus reflejos, y no es capaz de esquivarlo. Otro paso atrás y choca con un pupitre, arrastrándolo a él y varias sillas hacia atrás, a la vez que cae al suelo. Va a levantarse de inmediato, pero un golpe con la pistola en su sien le hace desistir. En ese momento se oye un disparo proveniente del gimnasio. Los ojos azules de Rukawa se inundan de lágrimas de dolor, desesperación y miedo.
Un nuevo golpe, y Rukawa pierde momentáneamente el sentido. Cuando lo recupera sigue en el suelo, pero completamente de espaldas y con Nakamura encima desabrochándole los pantalones.
Instintivamente intenta apartarlo y empieza un violento forcejeo. Nakamura intenta sacar de nuevo la pistola, que había guardado en el interior de su chaqueta para poder desnudar a Kaede, pero este logra impedírselo sujetándole un brazo. Sin embargo las fuerzas empiezan a fallarle, su visión se vuelve cada vez más borrosa y el dolor de cabeza es insoportable.
Nakamura se inclina más hacia él y comienza a morderle el cuello, lo que asquea profundamente a Rukawa. Intenta reunir fuerzas para apartarle empujándole en el pecho pero sigue sin conseguirlo; Nakamura le aparta agarrándole las muñecas y le muerde aún más fuerte, tanto que a punto está de chillar por el dolor.
De pronto detrás de ellos se escucha un chasquido y una voz muy familiar.
- Apártate de él… ahora mismo.
Nakamura cesa en su intento de someter al chico pero le mantiene sujeto de las muñecas mientras se gira lentamente para encarar a Erik. Kaede, entre los golpes que se ha llevado y el shock hipoglucémico que está a punto de sufrir, apenas distingue la figura de su guardaespaldas, de pie tras ellos pero un poco encorvado con una mano tapando la herida de su costado y con la otra sujetando un arma.
- Está descargada – afirma Nakamura.
- No, porque esta es la que llevaba en el tobillo – replica Erik – Nakamura, no te lo volveré a repetir. Apártate de él YA.
El hombre de pelo canoso se levanta sin prisas y se coloca a unos pasos de Erik. En cuanto el alemán desvía la vista un momento para mirar furioso el rostro ensangrentado de Kaede, Nakamura intenta sacar su pistola.
Pero Erik es más rápido. El sonido de un disparo retumba en el aula. Un segundo después Nakamura se desploma en el suelo.
Y Erik también.
xXx
Sakuragi se despierta tendido en el suelo y con la cabeza dolorida. Se incorpora hasta quedar sentado y mira sorprendido a su alrededor: los dos hombres que les habían atacado están ambos inconscientes en el suelo con una herida en la pierna, uno de ellos sin pasamontañas, con la cara golpeada y el brazo derecho doblado de una forma sospechosamente dolorosa.
Se preocupa sobremanera al no ver rastro de Rukawa, sabe que no es posible que se haya ido sin él. Entonces ve el reguero de sangre que empieza a pocos metros de él y continúa hasta la salida interior del gimnasio, y se asusta de verdad. Se levanta de un salto y eso le cuesta un fuerte mareo, pero consigue mantenerse en pie, se recupera y sale corriendo en la misma dirección.
xXx
Rukawa se sobrepone a su estado de confusión y se arrastra hacia su guardaespaldas hasta arrodillarse a su lado.
- Erik… qué… - empieza a balbucear asustado mirando la herida de su costado.
- He… perdido… demasiada sangre… - explica con voz casi inaudible.
Kaede une sus manos a las del guardaespaldas para intentar detener la hemorragia, pero la sangre sigue saliendo.
- ¡Mierda¡¡¿Por qué has venido! – grita desesperado.
- Lo sabes…
Erik levanta su mano derecha y acaricia la mejilla de Kaede, quien se sorprende por el gesto, sobretodo al recordar la horrible conversación de hace apenas media hora.
- ¿Por qué aún eres mi guardaespaldas…? – pregunta con la voz rota.
- Por eso… y porque te aprecio mucho, Kaede… - confiesa el chico castaño.
Rukawa abre los ojos como platos.
- ¿E-entonces por qué me has dicho…? - pregunta con voz temblorosa, a punto de llorar.
- Porque no podía permitir que siguieras creyendo estar enamorado de mí… - suspira el guardaespaldas.
- ¿Creyendo? – repite confundido - ¿Por qué dices eso¡Oye, yo sé lo que siento! – añade con un poco de rabia.
- No… Esos no son tus verdaderos sentimientos… Estás confundido porque soy el único en quien has confiado… pero tu corazón está ocupado por alguien desde hace tiempo, y esa persona no soy yo…
- ¿P-pero qué…?
En ese momento entra Sakuragi en el aula. Se queda parado viendo la terrible escena hasta que Rukawa de un grito le saca de su estupor.
- ¡Sakuragi, llama a una ambulancia, por favor!
- ¡S-sí! – exclama antes de salir de nuevo por la puerta.
Rukawa dirige de nuevo su vista hacia el rostro cansado de Erik.
- Es demasiado tarde… - suspira el chico de ojos dorados.
- ¡No digas eso¡Sólo aguan…!
Rukawa se interrumpe al ver que Erik ya no le está mirando a los ojos y tiene un horrible presentimiento.
- ¡No, no, no! – grita a la vez que se inclina sobre él – ¡Erik aguanta, por favor!
- Sabes, tengo muchas ganas de verle… - murmura – Aún me debe una explicación…
- ¿Eh¿De ver a quien?
- Al final no te lo conté todo… - admite – El chico que abatí en Alemania y que estuve a punto de rematar… es el mismo que viste en la foto de mi cartera… era mi novio…
- ¿Tu novio…?
- Sí… éramos novios desde los diecisiete años… y yo… nunca he amado a nadie tanto como a él… - el muchacho baja un poco la mirada, dolido por las palabras – Aunque lo cierto es que tú, Kaede, me has hecho dudar de eso, sabes…
Rukawa levanta de nuevo la vista, sorprendido. Erik le mantiene la mirada un momento, luego sus ojos se vuelven opacos. El moreno siente un aire helado a través de su alma, e incapaz de reaccionar, se queda sentado a su lado contemplándole.
Así le encuentra Sakuragi cuando entra de nuevo en los vestuarios.
- Ya vie…! – se interrumpe al ver el rostro de Erik.
- Demasiado tarde… - la voz de Rukawa suena completamente neutra.
El pelirrojo se acerca a paso muy lento y se agacha junto a ellos. Se queda quieto y callado un par de minutos, hasta que finalmente estira la mano hacia el rostro de Erik y le cierra los ojos dorados. Levanta de nuevo la vista hacia Rukawa y se estremece al verle esa mirada tan vacía.
- Rukawa…
Pero Rukawa ya no dice nada más. Sakuragi no sabe que hacer, pero algo le dice que es mejor no quedarse allí sentados. Se levanta y rodeando el cuerpo de Erik se coloca junto al chico moreno y se agacha un poco para agarrarle por debajo de los hombros y levantarle. Kaede se deja hacer como un muñeco. El pelirrojo le guía hasta fuera del aula y se sientan en el pasillo.
En un gesto impensable apenas unas semanas antes, Sakuragi acaricia el pelo negro y sedoso de Rukawa durante unos segundos antes de hacerle recostar la cabeza en su pecho, y le abraza fuertemente. Es entonces cuando se da cuenta de que está temblando. Por un momento piensa que es normal, no sólo le han intentado secuestrar sino que ha visto morir a su guardaespaldas, pero al acariciarle la nuca se da cuenta de que está empapada de un sudor frío. Y eso ya no le parece nada normal. Además recuerda que antes de que aparecieran esos tipos ya no parecía encontrarse muy bien.
Le coge por los hombros y le aparta para mirarle a los ojos, preocupándose sobremanera al ver que sigue con la mirada perdida. Le zarandea muy suavemente para hacerle reaccionar.
- Rukawa¿qué sucede? – le pregunta.
Al no obtener respuesta, y notar el aumento del temblor en su cuerpo, Hanamichi pierde un poco los nervios y le zarandea un poco más fuerte.
- ¿Rukawa!
El número 11 del Shohoku reacciona por fin, parpadea y mira al pelirrojo como si no lo reconociera. Casi al mismo tiempo la visión se le enturbia y tiene que apoyar una mano en el suelo.
- ¿Qué te pasa¿Aún estás enfermo? – pregunta Sakuragi al recordar la fiebre de Rukawa del día anterior.
- Yo… es… es un bajón… - musita Rukawa por fin.
- ¿Un bajón¿De qué tipo?
- De glucosa… tengo diabetes…
Sakuragi se le queda mirando con ojos enormes.
- ¿Diabetes? – repite.
- Sí…
- ¿Y que… que necesitas para que no te dé el bajón? – pregunta sobreponiéndose a su sorpresa.
- Comer o beber algo que tenga azúcar…
- C-claro… - el pelirrojo recuerda la máquina de refrescos que hay al final del pasillo - ¡Enseguida vuelvo!
Se levanta y se va corriendo en busca de una bebida azucarada para Rukawa. Este se queda sentado en mitad del pasillo, solo, mareado y herido.
Dirige la vista al interior del aula a través de la puerta entreabierta. Sólo se ve el pie de Nakamura, pero Kaede sabe que tras la pared está el cuerpo de otra persona, alguien que en apenas unas semanas se había convertido en una de las personas más importantes de su vida. Recuerda uno por uno los momentos vividos con él, tan irritantes al principio. La primera vez que lo vio en el salón de su casa, su primer roce en la cancha de baloncesto callejera, cuando fueron al cine y a cenar, la pelea que tuvieron esa misma noche, el ataque que sufrieron una semana después en la carretera de camino al partido, y como no, cuando se besaron y acariciaron en su cama…
"Al final… no jugamos ningún uno contra uno…"
No lo aguanta más y se echa a llorar desesperado.
xXx
El gimnasio del Shohoku se ve envuelto en una marea de luces de colores de las ambulancias y los coches de policía que han llegado al lugar. El señor Rukawa se teme lo peor y después de aparcar el coche de cualquier manera, se baja de un salto y corre hacia el interior, pero es detenido por un corpulento policía.
- ¡No se puede pasar, señor! – dice el agente reteniéndole por un brazo.
- ¡Mi hijo está dentro¡Ustedes me han llamado!
- ¿Cómo se llama su hijo?
- ¡Kaede Rukawa!
- Pase.
No se lo tiene que repetir dos veces. Entra en el gimnasio, donde hay una docena de personas entre policías y médicos, y pasea la vista ansioso hasta encontrar lo que busca. Se tranquiliza un poco al ver a su hijo siendo atendido por una enfermera, sentado en un banco completamente consciente pero con heridas en el rostro, y se acerca corriendo a él.
- ¡Kaede! – exclama a la vez que le abraza con tanta fuerza e ímpetu que la enfermera que le estaba atendiendo tiene que apartarse.
Kaede no se mueve, sólo se deja abrazar. Kazuhiko se separa un poco de él a la vez que le coge la cara con ambas manos.
- ¿Cómo estás¡¿Qué ha pasado¡¿Y Erik!
Los ojos azules de Rukawa se clavan en los de su padre. Por un momento quiere pegarle, gritarle que Erik ha muerto por su culpa, que estaría vivo sino le hubiera contratado como su guardaespaldas. Pero pronto desecha esos pensamientos al recordar que su padre lo hizo porque estaba preocupado por él, porque temía por su seguridad. Y en realidad siempre ha sido así, sólo que él… Su mirada se vuelve vidriosa.
- Está muerto… - solloza – Nakamura le ha matado…
- ¿Naka.. QUÉ!
- Por lo visto Nakamura estaba obsesionado conmigo… - Rukawa continúa contando ante la mirada atónita de su padre – Él era quien te mandaba mensajes amenazantes al móvil, supongo que para despistar a la policía cuando me pasara algo… Esta noche vinieron dos tipos al gimnasio, creo que también de la empresa, aprovechando que me había separado de Erik, supongo que nos vigilaban… Erik llegó a tiempo pero entonces… apareció Nakamura y le disparó por la espalda…
Kaede ya no puede seguir hablando, sus ojos se llenan de lágrimas a la vez que sus hombros se convulsionan. Kazuhiko sólo atina a abrazarle de nuevo. Y para su sorpresa, Kaede le devuelve fuertemente el abrazo.
A unos metros de ellos, Hanamichi contempla la escena junto a su madre, quien ha llegado apenas hace dos minutos y aún está histérica sin creerse todo lo que su hijo le ha contado. La señora Sakuragi, que es enfermera, insiste en curarle ella la herida de la frente, sin dejar trabajar al enfermero que habían asignado al pelirrojo. De pronto aparece por la puerta interior una camilla arrastrada por dos enfermeros, con un bulto blanco. Rukawa al verlo se levanta enseguida, sabe que es Erik puesto que ha escuchado decir a un policía que el cuerpo de Nakamura era el primero que se han llevado, después de llevarse arrestados a sus dos subordinados.
- ¡No te levantes! – exclama la enfermera sujetándolo - ¡No debes moverte!
- ¿Qué le ha pasado! – pregunta el señor Rukawa sujetando también a su hijo.
- Ha estado a punto del shock hipoglucémico, necesita descansar, o mejor dicho, reposo absoluto.
- Entiendo… Kaede, siéntate…
- ¡No! – exclama el muchacho intentando zafarse débilmente para ir hacia la camilla – Quiero verle por última vez… - añade entre sollozos.
La camilla se aleja y Rukawa cae al suelo de rodillas, desconsolado. Kazuhiko y la enfermera se apresuran a ayudarle a levantarse, pero antes aparece la figura de Sakuragi, quien se agacha junto a Rukawa y le abraza.
- Shhh… tranquilo… - le susurra en el oído.
Rukawa se abraza también a él, y poco a poco se va calmando.
N/A: Hola! He podido actualizar de milagro, suerte que hoy un profesor no ha venido a clase . Es muy tarde y quiero subir el capítulo antes de irme a dormir, así que no me explayaré mucho, o eso intentaré XD. Pero les quería contar que este fic en principio lo pensé como un AU y que el guardaespaldas fuera Hanamichi, pero al final decidí que no, los AU no me disgustan pero no son mi categoría favorita y seguramente me habría cansado del fic. En ese caso seguramente no habría muerto nadie (bueno). Pero al decidirme por un OC ya pensé en cargármelo desde el principio, lo siento mucho por las que les caía bien (yo la primera T.T) y espero no recibir amenazas de virus por esto XD. Sé también que Hana no ha salido mucho, pero en fin, le tengo como protagonista o co-protagonista en casi todos mis otros fics, digo yo que hay que variar un poco, ne?
Espero que les haya gustado en general. Muchas gracias por sus reviews, perdón por no contestarlos, pero de verdad que es tarde y me caigo de sueño T.T. Prometo contestar los de este y el último, y si no, os doy permiso para hacer vudú conmigo.
Besoss!
Khira
