Hay! Kami sama…voy a morir este fin de semana. Espero que valoren este capitulo pues lo hice con una gripe encima y solo me levante de la cama para terminarlo.
Mamá, te hecho caleta de menos! Vuelve pronto de Argentina. Este capitulo es dedicado a ti!
Por si no entienden, mi añorada madre se ganó una pasantia para estudiar en Argentina por un mes, y aunque solo a pasado una semana, ya no soporto hacerme cargo de esta casa y menos con los dos hombres (hablo de mi hermano y papa) que tengo que cuidar como si fueran bebes.
Para que no se sigan lateando con mi vida personal aquí les va el tercer capitulo.
Vives en mi Corazón.
Capitulo tres: Ecos del pasado. Hechos confusos.
Una moto Yamaha Thundercat, de colores rojo y negro, viajaba a toda velocidad por las calles de Tokio. Su piloto al parecer disfrutaba la velocidad, la sensación de ser parte del viento, dejar todas las preocupaciones tras de ti, agotadas por no poder darte alcance. El dominio sobre esa noble maquina le otorgaba cierto poder que sobre su vida creía no tener. Control.
La velocidad le atraía más que nada por que lo llevaba a olvidar quién era. Es así que no se tomo la molestia de bajar la velocidad para entrar al estacionamiento subterráneo de un edificio, ni tampoco titubeo al ver que un auto Chevrolet Impala; en su versión año 2000, de un vistoso azul, tenía las mismas intenciones de ocupar un lugar en el estacionamiento.
Del auto, descendió un hombre alto, con un hermoso y elegante traje sastre azulino. Su flequillo escondía unos intensos y fríos ojos azules.
Con un caminar muy elegante y una mano en el bolsillo del pantalón, entro en el mismo ascensor que el piloto de la moto.
"Solo un estudiante" pensó el hombre del traje mirando por el rabillo del ojo a su compañero de ascensión, que cargaba con una mochila en los hombros.
- A qué piso?- dijo el motoquero con una sonrisa amable.
- Al noveno, por favor - respondió el hombre del traje imitando la sonrisa.
- Que coincidencia! – señalo con cierto tono de sorpresa el castaño, para marcar el botón en el panel del ascensor.
El silencio volvió a reinar, mientras el ascensor subía y subía. Piso nueve. Primero salio el ojiazul, pero grande fue su sorpresa cuando el castaño se paró ante la misma puerta que él.
- Viene a visitar a Megumi? – pregunto seriamente Aoshi. La idea de que aquel muchacho pretendiera algo con su hermana de alguna manera le desagradaba y lo hizo notar con una mueca de repulsión en su rostro.
Sanosuke con una gran sonrisa abrió la puerta con sus llaves. - No, yo vivo aquí - y entro en el departamento. Dejando a un boquiabierto Aoshi en el umbral de la puerta.
"Junio, 12
Querido diario:
Sanosuke es un hombre muy misterioso en cuanto a su familia. Hablamos de muchas cosas, pero al momento de preguntarles por ella, pide que por favor cambiemos de tema. "¡Eso no es interesante!". Siempre dice lo mismo.
Tampoco he conseguido que Kenshin me diga algo.
No sé que sucede con esos dos, pero me molesta como se defienden, parecen hermanos pequeños que se protegen ante sus padres de todas las travesuras que han cometido. Son unas tumbas.
No sé por que me intriga tanto Sanosuke. El otro día, sin motivo, entre en su habitación. Era un desastre, todo en el suelo: jeans, poleras… hasta ropa interior. Pero lo que mas me llamo la atención fue una foto, donde Sanosuke de no más de 6 años, sale abrazado a una mujer muy hermosa. Al parecer es su madre.
Pobrecito… la debe de echar de menos, aunque… nunca la llama por teléfono.
En realidad, yo también, no tengo por que meterme en su vida. Él no es nada mío como para interesarme de esa manera.
Sin embargo, confieso que cuando hoy en la mañana salio del baño con el cabello mojado cayéndole sobre su cara y cubriéndose solo con una pequeña toalla, se me vinieron a la mente pensamientos nada ortodoxos hacia mi compañero de departamento. Que tonta soy…pero supongo que será normal que piense, debes en cuando, en Sano, después de todo ya llevamos mas de un mes viviendo juntos.
Jajajajaja. Que no daría Kamatari por una foto de Sanosuke con el aspecto de esta mañana. Si desde que lo conoció, viene al departamento mas seguido con excusas de trabajo y cuando no está, no para de preguntar por él. Excusas, solo excusas. ¿Qué donde está¿a que hora llega¿si esta saliendo con alguien¿si ya lo he visto desnudo, y miles de otras estupideces que solo a Kamatari se le pueden ocurrir.
Bueno ya tengo demasiado sueño. Así que, Adiós.
Megumi."
Tres hombres sentados en un gran sillón semí circular de cuero, escuchaban en silencio la música que inundaba el lugar. Ante ellos una mesa, contenía dos cervezas, un whisky con hielo, dos bebidas y un vodka naranja. El primer hombre, de cabello negro y ojos azules, llevaba un impecable traje de chaqueta y corbata. El segundo, igual de alto que el anterior, y de cabellos castaños, usaba jeans azul con una chaqueta negra, debajo de está se veía una polera roja con un estampado de un dragón dorado. El tercero, pelirrojo y ojos violeta, era el mas bajo de los tres. Vestía jeans y un yérsey negro con cremallera abierta hasta la mitad del pecho, lo que permitía que asomara una polera verde.
Los tres rápidamente se pusieron de pie cuando a la mesa, llego la misma cantidad de mujeres. Megumi, Misao y Kaoru.
- Por qué las mujeres no pueden ir solas al baño?
- Porque nos gusta comentar lo mal que se visten las otras mujeres, Sanosuke.- contesto Megumi bebiendo con indiferencia su vodka naranja.
- Esta fiesta esta genial. Gracias por invitarnos Megumi. – dijo Misao, para desviar la conversación.
- Hiko Seijuro fue muy amable en darme entradas para esta fiesta.-
Hiko Seijuro, era un reconocido diseñador de moda, para el cual Megumi desfilo esa noche. Y para celebrar el éxito de su nueva colección, invito a todo Tokio a una famosa discoteca de la ciudad, para festejar en grande. Kenshin, Aoshi, Misao, Kaoru e incluso Sanosuke (por insistencia de Kamatari), fueron invitados al evento por ser conocidos de Megumi.
- Megumi, quieres bailar? – pregunto Kenshin con una hermosa sonrisa.
- No gracias. No me gusta esta canción. – respondió con cara de enferma terminal – por qué no vas mejor con Kaoru, ella es una gran bailarina.
- Qué! – dio un chillido Kaoru, con sonrojo en su cara.
- Quieres ir a bailar? – se paro Kenshin ofreciéndole la mano para ayudarla a levantarse.
- Veeeeeeee! – grito Misao mientras a empujones obligo a su amiga a aceptar la invitación del pelirrojo.
Cuando los dos desaparecieron entre la muchedumbre de la pista de baile, Sanosuke choco palmas con Misao. "Vengan esos cinco". Sanosuke tenía cierta facilidad para hacerse gran amigo de todos. Kaoru y Misao no eran la excepción. Tampoco lo fue Aoshi. Hace un mes que había ocurrido el percance del ascensor y el chasco de la puerta. Pero desde esa oportunidad se juntaban seguido, ya fuera solo los dos o con Kenshin.
-Misao?- dijo el chico de los ojos de hielo –
-Hi?
-Deseas bailar tu también?
-Ehhh? –
-Ya váyanse. Yo iré ha buscar otro trago al bar. – Sanosuke se puso de pie y alzando a Misao del brazo – toma John Travolta, aquí tienes a tu Olivia Newton Jone.
Se dirigió directo al bar, sin interés de mirar a la gente que conversaban, bailaban o se besaban a su alrededor. Se sentía ahogado, hace mucho tiempo que dejó de lado las fiestas. Ese era su pasado en Kyoto. Desde que llegó solo había salido a algunos pubs con Kenshin y ahora último, también se les había agregado al club de Tobi, Aoshi.
-Un whisky – señalo al barman cuando se hubo sentado ante la barra dando la espalda a todo el mundo en esa discoteca – sin hielo, por favor.
-Aquí tiene, señor-
-Gracias.- no quiso darse la vuelta, no quería ver a toda esa gente divertirse. No quería verlos reír. "Fui un estúpido en venir, sabia que me pondría de mal humor", se apelo así mismo, mirando el fondo del vaso que recién habían puesto ante él. Un escalofrió repentino bajo por su espalda, al mismo tiempo que un dedo guiaba el curso de ese estremecimiento.
Se dio vuelta lentamente, con una gota de sudor en la cabeza pensando que el causante de tal atrevimiento era Kamatari. Del cual se escondía, desde que Megumi le digiera que la idea de que él asistiera a esta fiesta era completamente del manager de ella.
-Qué haces TU aquí! – gruño con los ojos rojos de furia. Tenía ante si a una mujer de no más de cuarenta años, de cabellos castaños fijados en un moño alto. Que con sonrisa sensual se arrojo al cuello del morocho y con delicadeza lo beso en la comisura de los labios. Ante este gesto, él asió de los hombros a la menuda mujer y la jaló con fuerza para que se separasen.
Ella sin la menor molestia por la brutalidad del muchacho, saco un cigarrillo y lo prendió para inhalar el humo, mientras con sus ojos recorría cada centímetro del cuerpo del joven.
-Te ves muy bien – dijo una vez que se hubo deiletado bastante con la imagen y exhalo el humo, dándole de lleno en la cara de Sanosuke.
-Y ahora no me veras mas, con permiso – dijo Sanosuke dejando de un golpe el vaso de whisky sin beber sobre la barra y dispuesto a retirarse de la presencia repugnante de esa mujer.
-Yahiko, te hecha de menos. ¿Por qué no lo haz llamado?- Sano paro en seco al escuchar esto y sin voltear murmuro – mi padre, te envió?
-No te des tanta importancia, mi amor. Es coincidencia el que nos encontremos acá, pero es una coincidencia deliciosa. – dicho esto lo abrazo por la espalda, Sano no se movió. – te he extrañado tanto, no sabes el infierno que he vivido desde que tú te fuiste, mi amor.
-Qué quieres de mí?- dijo el muchacho aun sin voltear.
-Ya te lo dije una vez y desde ese momento no te ví mas, no quiero que desaparezcas nuevamente.- Sanosuke sintió como la mujer escondía el rostro en su espalda al mismo tiempo que las manos juguetonas de ésta se metían por debajo de su polera.
- Habla de una vez, Yumi.-
Megumi, te viste muy bien arriba de la pasarela – decía en voz alta para una muchacha para ser escuchada entre el barullo de la discoteca.
Gracias, Sayo. Tu también lo hiciste muy bien – dijo la muchacha de ojos almendrados acompañándolos con una sonrisa sincera. – Hiko fue muy amable con….Aaaayyyyyyy! - solo sintió el golpe cuando ya estuvo en el suelo. Sayo rápidamente la ayudo a ponerse de pie.
- Imbécil, ten mas cuidado al pasar!- grito Megumi al hombre que se alejaba entre la muchedumbre y que bruscamente la empujo y provoco que terminara en el suelo…. -Sanosuke?- se dijo a si misma sorprendida al ver que el hombre aquel fuera su compañero de departamento.
-lo conoces?- pregunto sorprendida Sayo
- ehh!...sí...sí lo conozco…es mi compañero de apartamento – contesto Megumi sin despegar la vista de Sanosuke, quien pasaba entre la gente llevándose a unos cuanto consigo en su caminar violento.
- Sanosuke!...esperaaaaaaa! – una mujer grito al lado de Megumi. – Con permiso – fue lo único que dijo al pasar junto a ella. "¿Quién es ella?" pensó Megumi mirando a la mujer de un vestido rojo muy provocativo para "ser una cuarentona", que desapareció en la misma dirección que había trazado Sanosuke.
Uf! Estoy muy cansada…
Yo también, creo que bailamos demasiado, Misao.
Entonces les traeré unas bebidas….Aoshi, tu quieres algo?
No gracias… estoy bien, además aun me queda whisky.- dijo este alzando su vaso para que el pelirrojo lo viera.
Ehy! Sano…dónde estabas? – dijo Kenshin al ver que el muchacho llegaba rápidamente a la mesa – qué haces …a dónde vas?.
Sanosuke, sin responder, tomo su chaqueta y camino rumbo a la salida. Kenshin, sorprendido, lo siguió. Gesto que todos imitaron al ver que algo extraño le sucedía al morocho. Ya en la calle solo vieron el humo que Sanosuke dejo tras de si, pues ya llevaba varias cuadras cuesta abajo de distancia, montado en su moto.
¿Motivo? Un misterio. ¿Rumbo? Desconocido.
Alo¿Megumi?
hola Ken, qué pasa?
Sanosuke…aún no aparece?
No. Desde ayer en la noche que no lo veo…-después de unos segundos de silencio - para qué te preocupas tanto?..debe de andar por ahí…no es como cuando llego y no conocía la ciudad. Ya lleva un mes aquí, así que debe estar en algún lugar divirtiéndose.
Megu…tú no lo conoces tanto como yo…sé que la forma como se fue anoche no era normal…algo le sucedió….-el tono de Kenshin al otro lado de la línea mostraba una sincera preocupación por su amigo.
Kenshin…prometo que te avisare cuando aparezca…
Está bien…. Gracias por contestar, aunque sea la onceava vez que te molesto, en lo que va de la mañana.
Sé que dije que te mataría si llamabas nuevamente…pero tengo que entender tu preocupación…ahora si me dejaras dormir…te lo agradecería con el alma, ken. Te prometo que te llamare si Sano aparece.
Veo que ya no lo llamas "ese hombre" – el tono de Kenshin cambio a picardía.
YA VETE A DORMIR Y NO ME FASTIDIES MAAAAAAAS!
Descolgó el teléfono con todas sus fuerzas. Se dedico a mirar el techo de su habitación, eran las 11 de la mañana y aun no lograba conciliar el sueño.
Se retiraron temprano de la fiesta producto de la huida de Sanosuke, creyendo que lo encontrarían en casa. Decepcionado Aoshi llevo Kaoru e irían a dejar a Misao a su casa. Kenshin se retiro una hora después al ver que su amiga Megumi se caía del sueño y que su amigo Sanosuke no daba señales de vida. Advirtiéndole que apenas apareciera Sano, lo llamara.
Lamentablemente Megumi aún no pegaba pestaña, y todo por "culpa de ese hombre"….."por qué me preocupo tanto por él"….se reprochaba una y otra vez Megumi dando infinitas vueltas en su cama…."cuando aparezca sabrá lo que es una tunda de golpes, por estar preocupada por el de esta manera"…."ahy! no… y sí él cree que mi preocupación es por otro motivo" ….."esperen ….por que pienso en esas estupideces"…"el no me interesa para nada…así que me da lo mismo lo que piense de mi"…"o no?"
"Eh?... escucho sus llaves". Rápidamente se levanto, se puso sus bata y salio a recibir a "ese hombre". Encontró a un Sanosuke que estaba metido de cabeza en el refrigerador. Éste saco la caja de jugo y bebió directamente de ella.
Cuántas veces te he dicho que no hagas eso?
Shhhhhhhhhhhh! Kitsune cállate de una vez. Me duele mucho la cabeza.- dejo la caja de jugo sobre la barra de la cocina. Se limpio la boca con la manga de su chaqueta y con un leve tambaleo se dirigió hacia el balcón del departamento.
Ya veo….sake.- dijo Megumi con cara de repulsión al sentir el olor que emanaba la boca de Sano al pasar al lado de ella.
Mira Kitsune, YO no me meto en tu vida…así que TU no te metas en la mía, OK?- dijo el muchacho tratando de abrir la ventana corrediza que permitía la salida hacia el balcón.
Déjame ayudarte….así no dejaras pasado el departamento con tu putrefacto olor…vete a ventilar afuera.
Megumi se puso al lado del morocho para empujar la ventana. Sin querer ella quedo por debajo de los brazos de Sanosuke, así que, una vez abierta la ventana, al darse vuelta ella, sus caras se encontraron a escasos centímetros. Sanosuke la miraba fijamente por lo que un leve color carmesí se tiño en las mejillas de la muchacha. "Esa mirada….". Él lentamente comenzó a robar distancia hacia su boca. El corazón de Megumi se acelero. Nerviosa y torpemente recibió el tibio contacto de los labios de Sanosuke, quien se aferro a ella rodeándola por la cintura. Las manos de Megumi se enredaron en el suave cabello de "ese hombre" para bajar lentamente y depositarse en la base de su cuello. El introdujo su lengua sin mayor dificultad, para toparse con una humedad igual de diestra que la suya. Cayeron lentamente sobre el sillón y rodaron hasta la alfombra, sin dejar de besarse. Se separaron por falta de aire, pero no dejaron de rozar sus pieles. "qué rayos me sucede…por qué lo estoy besando de esta manera?" se pregunto en un momento de lucidez la muchacha, pero nuevamente él la beso y su conciencia se fue quien sabe adonde.
Ring, ring…
"maldita sea"….. Se sorprendió al pensar que ahora estaba odiando y madiciendo a esa maquina por interrumpir aquel momento.
Debe ser Kenshin! – le dijo a Sanosuke, quien le estaba besando el cuello.
Dile que estoy ocupado.- fue toda la respuesta que logro de el.
Es que ha estado llamando….ahhh….. toda la… ahhhh…. noche- trato de modular Megumi pero los escalofríos que le provocaba Sanosuke mientras le lamía y mordía el cuello hicieron un poco dificultosa esa tarea.
Con gran dificultad, y desgano, apartó a Sanosuke, hecho del cual mas tarde se arrepentiría, para ir a su habitación y contestar el "maldito" teléfono.
Alo! – dijo un poco agitada aun.
Megu? Estas bien?
Sí…sí estupendamente….qué pasa?
Llego Sanosuke?
Si, ya llego. Esta en el living en este momento.
Puedo hablar con él?
NOOOOOOOOOO! – grito Megumi al otro lado del auricular.-… este …lo siento…. pero ahora no puede atenderte... por …por …por que esta… d u r m i e n d o…eso!...el esta durmiendo. Jejejejejejejeje- rió nerviosa.
Segura que estas bien, megu?.
No te preocupes, Kenshin. Ahora debo colgar. Adiós.
No dio tiempo de despedirse al pelirrojo cuando ya hubo colgado el teléfono. Y dando una mirada rápida al espejo de su habitación, para comprobar que todo estuviera bien, salio en dirección el living.
Cuando llego presurosa a este, su sonrisa cambio a una mueca de disgusto y decepción. Sanosuke estaba profundamente dormido sobre la alfombra. Ven, les dije que se arrepentiría mas tarde.
Ring, ring….
"Maldito aparato". Ahora era Sanosuke quien maldecía el teléfono. No serian mas allá de las tres de la tarde y el sol entraba de lleno por el ventanal de la sala de estar.
"y esta manta?" se pregunto al tratar de levantarse del sofá, pero el dolor de cabeza fue insoportable. - Auch, Madre santa! Dónde estarán las aspirinas? – dijo en voz alta a si mismo, pues como observo estaba solo.
Ring, ring….
Ese maldito invento de Graham Bell, la humanidad alabo su creación por acortar las distancias en lo que a comunicación se refiere. Pero ahora un solo hombre trataba de destruirlo arrojándolo contra la pared, sin ningún efecto, pues el insistente artefacto no callo su tan retumbante RING.
Alo?- contesto dándose por vencido.
Alo….. Sanosuke supongo? – al otro lado de la bocina una voz de mujer se hizo escuchar, era una voz dulce y con un dejo de timidez.
Sí, con él…quién habla?
Tú no me conoces, pero yo te conocí anoche, en la fiesta de Seijuro.
Espera….cómo conseguiste mi número?
Megumi-san me dijo que tú eras su compañero de departamento. Así que supe fácilmente tu número. – esta ultima frase fue pronunciada en un tono muy sensual.
Eres muy astuta…. eh dime…. cuál es tu nombre?
Sayo Amakusa, soy compañera en la agencia de Megumi.
Modelo también. Ya entiendo por que estabas en la fiesta de anoche. Cómo fue que no te conocí y tú sí a mi?
Digamos que fue por un accidente, - Sano comenzaba a disfrutar del juego que comenzaba a nacer de esa conversación – pero ahora te ofrezco la oportunidad de conocerme – agrego la chica.
Es una invitación a salir? Eres muy atrevida jovencita. Que dirían tus padres? – señalo el muchacho en tono dramático.
Hace mucho tiempo que no les rindo cuentas a mis padres. – una risilla se sintió acompañar a esta frase por el auricular- Aceptas o no?
Y veo que tampoco pierdes el tiempo. Esta bien, juntémonos. Dónde y cuándo?
Dímelo tú
Eres tú quien esta invitando a salir.
Está bien….. En el Akabeko, yo paso por ti a las ocho. Hasta pronto.
Tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu
Sanosuke no entendía nada. Acepto la invitación de una perfecta extraña, pero de "voz sensual". Se dijo así mismo con una sonrisa picara en el rostro.
Miro el reloj de la cocina. Tres y media de la tarde.
-Bien ahora me cocinare algo… y luego me preparare para mi cita.- dicho esto sintió un repentino mareo – pero antes me quitare esta jaqueca. – sentencio dirigiéndose al botiquín del baño a buscar el frasco de aspirinas.
Fin del capitulo tres
Espero que este capítulo allá sido de su agrado. ("Es algo en mi o siempre encuentro que todo lo que hago es malo") y no olviden de dejar sus rewiev para saber de sus aportes. Ideas, comentarios o lanzazos de tomate y fruta podrida hacia mí.
Gracias nuevamente por sus rewiev. Gabyhyatt, Shysie, Cristy-girl y Kaze no angel, gracias por sus comentarios, me dan ánimos para seguir.
Bueno sin mas que decir me despido hasta el próximo capitulo.
Saludos a todos menos a uno. ARCASDREA
