Capítulo 5: Sentimientos escondidos

Pasaron varias semanas y ya estaban a mediados de Octubre, los equipos de quidditch ya habían empezado los entrenamientos y Harry seguía sin noticias de Cho. Definitivamente había llegado a la conclusión de que Cho estaba arrepentida y había estado evitándolo porque en varias ocasiones había ido a buscarla después de su clase y no la había encontrado. No sabía qué había hecho mal, al fin y al cabo, si Cho no hubiese querido no hubiera pasado nada entre ellos. Por otra parte, a Hermione y Draco les habían ido bien los exámenes, incluso Malfoy había sacado buenas notas, pero nada volvió a ser igual desde el incidente del examen de Snape. Hermione deseaba que llegase la hora del castigo e intentaba disimular los nervios que le producía estar a solas con Malfoy. Desde aquel día, Hermione se propuso reprimir ese sentimiento inesperado hacia Malfoy, pensaba que había sido una mala pasada de su imaginación, pero cada vez que lo veía el corazón le latía con fuerza y un escalofrío le subía por la espalda, hasta que finalmente tuvo que admitirse que Malfoy le gustaba, y mucho. Pero sabía que eso, además de imposible, estaba mal. En cuanto a Draco, poco a poco se iba dando cuenta de que Hermione era una buena chica, incluso había llegado a caerle bien, tan bien, que a menudo tenía que recurrir a pensamientos como sangre sucia, muggle... o situaciones desagradables que habían pasado en otros cursos para apartar de su mente otros sentimientos que habían empezado a surgir. Cuando estaban a solas, a veces incluso reían y bromeaban, pero cuando se encontraban en clase o por los pasillos, Malfoy seguía siendo el mismo de siempre, aunque evitaba cualquier situación que le hubiera llevado a insultar a Hermione, se despachaba a gusto con Harry y Ron. ¿Por qué tenía que ser Hermione amiga de ellos? Ese era el problema principal.

Esa semana era el primer partido de la temporada, Slytherin contra Hufflepuff, y Hermione y Draco tuvieron que hablar con Sirius para que les cambiara el día del examen porque las dos cosas estaban previstas para el sábado por la mañana.

-Esta semana no se si podré hacer el trabajo – dijo Draco a Hermione cuando se vieron en la biblioteca.- el partido es el sábado y tengo entrenamiento todas las tardes.

- Le preguntaré a Ron si le importa que quedemos por la noche, pero no se, ya tuvimos que cambiar la hora a por la tarde porque "no era justo que nos librásemos de la ronda".- dijo Hermione imitando a Ron.

Ron había estado mosqueado con Hermione porque Draco y ella se libraban de la ronda por hacer el trabajo por la noche y tuvieron que cambiar a la tarde, pero si era un caso de necesidad, accedía.

Por la noche, en la sala común Hermione hizo el intento.

-Oye Ron, ¿te importa que esta semana haga el trabajo por la noche?.-dijo Hermione sutilmente.

-¿Por qué? Ya te he dicho que si no es por fuerza mayor...- dijo Ron mosqueado.

-Es que... el sábado es el partido de quidditch... y Malfoy tiene entrenamiento todas las tardes.- dijo Hermione esperando algún grito o algo parecido.

-Si Malfoy tiene entrenamiento es su problema, que los de Slytherin se busquen a un buscador que no esté castigado.- dijo Ron mientras miraba a Hermione con mala cara.- y tu encima le quieres facilitar las cosas ¿pero de qué parte estás?.

-¿Dudas de mi?.- dijo Hermione cogiendo sus cosas y yéndose enfadada.

Al día siguiente, mientras iban a clase de Defensa contra las artes oscuras, Hermione seguía discutiendo con Ron cuando entraron en el aula sin darse cuenta de que el profesor Snape ya estaba sentado en su mesa leyendo un libro. Lo normal es que esto hubiese supuesto algunos puntos menos para Gryffindor porque ambos gritaban mucho, pero se sentaron y toda la clase estaba callada cuando empezaron a preguntarse que algo raro le pasaba a Snape. Toda la clase empezó a murmurar, y en ese momento entró en el aula otro profesor Snape. Todos se quedaron sorprendidos.

-Hoy veremos el encantamiento desdoblador.- dijo el Snape que acababa de entrar mientras el otro seguía en su mesa.- ¿alguien sabe decirme cómo se distingue al doble del real?.

Hermione levantó la mano rápidamente. Pero Snape la ignoró.

-El encantamiento desdoblador permite al que lo usa crear un doble de sí mismo. Este doble es como si fuese un holograma, sólo hace la tarea que se le manda. Es fácil distinguirlo porque no habla, ni escucha, ni tiene capacidad para pensar, solo está presente.- decía Snape a la vez que hablaba a su doble- No os servirá para dormir mientras vuestro doble estudia, si es que lo estáis pensando, porque el estado real no se ve afectado de lo que haga el doble. Para realizar el hechizo, os apuntaréis con la varita y diréis ¡Duplo!, para deshacer el hechizo debéis apuntar al doble y decir ¡Unifico!- y diciendo esto, apuntó a su doble, que desapareció.- Ahora practicad.

Toda la clase comenzó a hacer el hechizo, y al cabo de un rato, todos tenían un doble. Snape se acercó al doble de Hermione y le dijo ¡Unifico!, y el doble desapareció.

-Con una sola Granger en clase tenemos más que de sobra.- dijo Snape a la vez que también hacía desaparecer al doble de Harry- Como veis cualquiera puede deshacer el hechizo.

Llegó el miércoles por la tarde, y Malfoy llevaba de mal humor desde el lunes porque había tenido que perderse los entrenamientos. Cada vez que se encontraba con Ron se decían unas cuantas cosas.

-Esto es una mierda.- protestaba Draco mirando por la ventana de la biblioteca entrenar en el campo de quidditch a los de su equipo.- como perdamos tu amiguito Weasley se va a enterar. Además soy el capitán, necesitan órdenes precisas.

-Mira, vamos a hacer una cosa, yo terminaré el trabajo.- dijo Hermione.- ve a los entrenamientos lo que queda de semana.

Malfoy la miró sorprendido.

-Pero tienes que prometerme que este fin de semana estudiarás todo lo que te falta. Y por favor, que no te vean Harry y Ron. ¡Venga, vete!.- dijo Hermione al ver que Malfoy se quedaba allí parado sin creérselo.

-Gracias, Granger, te debo ya unas cuantas.- dijo Malfoy.

-No me llames Granger, llámame Hermione.

-Y tu llámame Draco.

Mientras Malfoy se alejaba corriendo, Hermione lo miraba con una sonrisa tonta. Acudieron a su cabeza de repente unas palabras que Ron le dijo en una ocasión, cuando fue al baile con Krum: "estás confraternizando con el enemigo."

El viernes, Harry tenía adivinación a última hora y sabía que a esa misma hora había clases de vuelo. Decidió saltarse la clase para ir a hablar con Cho, hacía ya un mes que no la veía. Guardó bajo la túnica el mapa del merodeador para ver donde estaba Cho, por si se escabullía. Estuvo escondido observando la clase, y cuando terminó y Cho fue a guardar las escobas, Harry salió a su encuentro.

-Hola Harry.- dijo Cho un poco nerviosa- ¿no deberías estar en clase?

-Si, pero he decidido saltármela para hablar contigo, no hay forma de verte.- dijo Harry esperando una respuesta.

-Es que he estado muy liada con los entrenamientos, ya hemos empezado los partidos y...

-Esas excusas no me valen, si estás arrepentida de lo que ocurrió, al menos podrías haber buscado un momento y decírmelo. He estado todo este mes dándole vueltas a la cabeza.- dijo Harry.

-Verás Harry... esto no puede ser, lo siento mucho.- dijo Cho como sintiéndose culpable.

-Pero ¿por qué? Aquel beso quizás no significase nada para ti, pero para mi si, y necesito una razón.

-Harry, no puede ser, yo soy profesora, tu eres alumno ¿no lo entiendes? Me podrían despedir, no quiero ni imaginar lo que dirían si alguien se entera. ¡No se lo habrás dicho a nadie ¿no?!.- contestó Cho bastante agobiada.

-Yo no soy alumno tuyo, no tiene por qué enterarse nadie.- decía Harry mientras entraban en la sala donde se guardaban las escobas.- ¿Por qué entonces me dejaste que te besara?¿Estás jugando conmigo?¿Te doy lástima?

-No, no es nada de eso. Tu me gustas.-decía Cho a la vez que cerraba la puerta.- Me gustas desde la primera vez que jugamos juntos al quidditch, cuando estabas en tercero ¿ te acuerdas?

Eso era lo que Harry quería oír, quería saber si le gustaba o no a Cho. No necesitaba nada más, así que sin contestarle y casi sin darle tiempo a terminar la frase se fue hacia ella y empujándola contra la puerta comenzó a besarle el cuello desenfrenadamente. Cho no pudo resistirse y abrazó con fuerza a Harry. Mientras se besaban con pasión, Harry decía cosas como "hay formas de que no nos pillen", algo sobre una capa invisible, un mapa... Cho no entendía nada de aquello, pero se dejó llevar. Le había quitado la túnica a Harry y le desabrochó la camisa acariciándole el pecho y la espalda. Harry hizo lo mismo con Cho, agradecido de que fuese ella la que hubiera tomado la iniciativa en eso, porque tal vez no se hubiera atrevido . La intensidad de los besos fue cada vez a más y Harry estaba a punto de desabrochar el sujetador cuando:

-¿ No crees que vamos un poco rápido?.- susurró Cho suavemente al oído de Harry.

-Si, tienes razón.- dijo Harry, pensando en que siempre se había imaginado que algo así ocurriría en un ambiente más romántico y relajado. Miró el reloj, y se puso rápidamente la camisa, el jersey y la túnica, porque se había hecho tarde y los demás se estarían preguntando donde estaba.

-Ya me contarás eso del mapa y la capa invisible.- dijo Cho, sonriendo con picardía.

-Tengo que irme.- dijo Harry.

Se dieron un romántico beso y Harry se fue hacia el comedor. Por el camino pensaba en si decírselo a Ron y a Hermione. La otra vez guardaron el secreto ¿por qué no iban a hacerlo esta vez? Lo que si que se guardaría esta vez eran los detalles, a él mismo le daría vergüenza contárselos, eso sin contar que seguramente Hermione pondría el grito en el cielo. Al llegar al comedor, Ron y Hermione le guardaban el sitio. Ninguno de los dos sabían por qué Harry había faltado a clase.

-Harry, eres un desastre, mira como llevas la camisa.- dijo Hermione arreglándole el cuello de la camisa y la corbata.- Llevas los botones mal abrochados.

Harry se dio cuenta de que con las prisas se había abrochado cojos los botones.

-¿Dónde te habías metido?.-preguntó Ron.- La profesora Trelawney al ver que no estabas se fue inmediatamente a mirar las cartas por si te había pasado algo.

-¿Y qué? ¿Qué peligro me acechaba esta vez?.- Contestó Harry esperando alguna muerte violenta o algo así.

-Dijo que posiblemente estarías con fiebre, porque te veía muy acalorado.- dijo Ron.

-Puede que sí.- dijo Harry sonriendo, no iba muy descaminada esta vez la profesora.- Es broma, he ido a ver si hablaba con Cho.

-¡Pero Harry! ¿ Te has saltado la clase para eso?.- dijo Hermione, que siempre parecía la voz de la conciencia.- Al menos habrás podido verla ¿no?- cayendo en la cuenta de que tal vez la camisa mal abrochada de Harry no fuera una casualidad.

-Si, es que como hacía ya un mes desde la última vez... pues he estado pensando en qué era lo que había hecho mal, y como ella tampoco daba señales de vida... pues al final decidí esperarla al final de su clase. Resulta que estaba agobiada con eso de que ella es profesora y yo alumno...- dijo Harry.

-Tiene razón, Harry, como alguien se entere le puede caer una buena, y a ti también.- decía Hermione.

-Ella no quería seguir por eso, pero al final la convencí.- dijo Harry poniendo cara de triunfo y sonriendo picaronamente.

-Pero ¿cómo os la vais a arreglar para que no se entere nadie?.- dijo Ron.

-Os quería pedir un favor, ni una palabra de esto a nadie, y bueno, vosotros sois prefectos...podíais echarme una mano de vez en cuando, dejarme escapar alguna vez...- dijo Harry poniendo una expresión inocente.

-Claro que sí.- dijo Ron a la vez que Hermione decía:

-¡Claro que no! Harry, estoy cumpliendo castigo.- dijo Hermione, echó una mirada a la mesa de Slytherin donde como siempre Malfoy era el centro de atención con alguna de sus historias, en ese momento sintió envidia de Harry y Cho.- si me pillan favoreciéndote podrían expulsarme, ya me lo avisó McGonagall.

-¡Pero Hermione!- dijo Ron molesto por la actitud de ella.- Desde luego parece que últimamente te olvidas de tus amigos, si te lo hubiese pedido Malfoy seguro que le hubieras dicho que sí ¿no?

-¿De que me hablas? Yo nunca... vosotros dos estáis los primeros, y lo sabéis, Malfoy es sólo un estúpido con el que estoy castigada.- Hermione tuvo que decir esto porque no quería que Ron tuviese ninguna sospecha de que Malfoy le gustaba.- Bueno Harry, me lo pensaré ¿vale?

Al día siguiente, sábado, era el partido de Slytherin por la mañana y por la tarde volvía a haber salida a Hogsmeade. Esta vez le tocaba a Ron quedarse en Hogwarts. En el desayuno, los de Hufflepuff repartieron a los de Ravenclaw y Gryffindor banderines amarillos para animar en el partido. Harry y Ron los cogieron encantados pero Hermione lo cogió sintiendo por primera vez que deseaba que ganase Slytherin. Harry y Ron se fueron al campo y Hermione les dijo que había olvidado algo en la torre de Gryffindor, para dejar allí el banderín. Cuando iba de camino, una voz la llamó.

-¡Eh, Hermione!

Hermione se dio la vuelta, y escondido tras una estatua estaba Malfoy. Llevaba puesta la túnica verde de quidditch. Hermione escondió rápidamente el banderín detrás de la espalda.

-Quiero darte las gracias otra vez, si ganamos será gracias a ti, estaban todos perdidos y sin capitán que diera las tácticas...- dijo Malfoy, vio que llevaba algo escondido.- ¿Qué llevas ahí?

-Me lo han dado en el desayuno, iba a dejarlo en la sala común.- dijo Hermione. Malfoy pensó ¿Será posible que realmente quiera que ganemos?.- tu sólo gana, coge la snitch ¿vale?

-Lo intentaré.- dijo Malfoy yéndose al campo.

A los pocos minutos, Hermione fue a las gradas de Gryffindor, donde Harry y Ron le habían cogido sitio.

-¿ Y tu banderín?.- preguntó Ron.

-Oh, vaya, me lo he dejado cuando he ido a recoger los prismáticos.- dijo Hermione.

Comenzó el partido, Cho era el árbitro. Harry se pasó todo el partido pensando en ir a verla cuando terminara. Slytherin siempre había tenido un equipo muy bueno, pero su juego no era lo que se dice, limpio. Aunque Slytherin fue muy superior a Hufflepuff, el partido estuvo plagado de penaltis. Hermione solo tenía ojos para el buscador, apenas se preocupaba de si los demás metían goles. Cada vez que Malfoy recibía algún golpe, se estremecía como si se lo hubiesen hecho a ella. Finalmente, cuando Slytherin aventajaba 90-30, Malfoy cogió la snitch. Hermione trató de ocultar una sonrisa con los prismáticos. Ron y Harry hablaban fastidiados y empezaban a hacer cuentas sobre los puntos cuando Malfoy, en señal de victoria, se giró mostrando la snitch a cada una de las gradas. Al girarse por la de Gryffindor, buscó con la mirada a Hermione, y le guiñó un ojo a la vez que le dedicaba una amplia sonrisa. Hermione le sonrió también llena de satisfacción. Menos mal que Ron y Harry seguían hablando y no se dieron cuenta.

Esa noche, Harry quedó con Cho para ir a Hogsmeade. Tomar algo en Las tres escobas no era algo sospechoso ¿no? Le estuvo explicando las tácticas que había estado pensando para verse en secreto, le contó lo de la capa invisible, el mapa del merodeador y que podría contar con que Ron no se chivaría si lo pillaba. Hermione no fue a Hogsmeade, se quedó estudiando en la sala común, al igual que Malfoy.