Perdonadme que no haya actualizado en tanto tiempo, lo siento mucho. De todas formas tampoco es que haya recibido muchos post después de el atracón que puse de 4 capítulos seguidos.
Ana María: gracias por habértelos leído. Y si, el título del ff empieza a tener sentido ¿verdad? ;-), me alegro de que te guste la pareja de Draco y Hermione.
Bueno, espero que alguien más lo lea y que me deje un review, así seguro que actualizo más pronto, jejejejeje. Nos vemos!!!
Capítulo 8: Clases de vuelo
Durante la semana siguiente, Ron seguía enfadado. En las clases empezaron a pasar cosas raras, cada vez que Harry tenía que hacer algún hechizo, poción o cualquier cosa el resultado era como si el efecto fuese multiplicado por tres. Los profesores llegaron a confiscarle la varita para comprobar que no estaba embrujada, pero Harry sabía que eso era consecuencia del cambio de casa. Notaba que era más fuerte (no físicamente sino en el sentido mágico) y tenía que controlarlo porque podría ser peligroso. Los rumores sobre él seguían pero con menos intensidad, por suerte la gente empezaba a olvidarlo, sin embargo, los de Slytherin seguían haciendo bromas pesadas. Por suerte para Harry, Malfoy era prefecto y llegaba tarde al dormitorio, así que no podía fastidiarlo. Su relación con Cho seguía adelante, lo malo era que pasaba poco tiempo en Hogwarts. Tomaron como refugio de amor la sala de las escobas del campo de quidditch, sobretodo porque después del incidente con la Saeta de fuego le habían puesto contraseña y era un lugar más seguro. Harry no se atrevía a dar un paso más con Cho, no habían pasado de quedarse como mucho en ropa interior. Aunque lo deseaba, le aterrorizaba la idea de quedar mal, era consciente de que Cho era mayor que él y seguramente tendría experiencia. Un día, después del almuerzo surgió el tema del baile de Navidad, aún quedaban varias semanas pero ya todos estaban impacientes por encontrar pareja.
-¿Con quien vais a ir vosotras?.- preguntó Hermione a Parvati y Lavender, a las que había escuchado hablar sobre algún vestido que se habían comprado para la ocasión.
-Qué cosas tienes, Hermione, pues con quien va a ser, Lavender con Seamus y yo con Dean.- dijo Parvati como si Hermione estuviera en otro mundo y no se hubiera dado cuenta de que estaban saliendo juntos.
-Ah claro, es verdad.- dijo Hermione pensando:¡vaya pregunta!
-¿Y tu?.- preguntó Lavender con curiosidad.
-No lo sé todavía.-dijo Hermione mirando a Harry y Ron, que estaban sentados a su lado.
Ron pensó que Hermione los había mirado para que alguno dijera que iba a ir con ella, y como estaba enfadado todavía se apresuró a decir:
-Yo ya tengo pareja.
-¿Y quien ha dicho que quiera ir contigo?.- contestó Hermione ofendida.
-¿Por qué no se lo pides a Snape? O mucho peor, a tu amiguito Malfoy.- dijo Ron riéndose de su gracia.
-¿Te pasa algo Weasley?- dijo Malfoy, que pasaba por allí y lo había oído.- ¿Por qué no dejas de buscar pareja a los demás y te preocupas de buscártela a ti mismo? No creo que ninguna chica que no sea ciega quiera ir contigo con esa túnica de gala de última moda que tienes.
Resulta que como Ron había crecido mucho ya no le servía la túnica que se compró en 5º y tenía que llevar una usada de Percy.
-¿No has oído que ya tengo pareja?¿O es que sólo oyes lo que te conviene?.- dijo Ron.
-¿Ah si?¿Quién?¿Tu hermana?.- dijo Draco soltando una risa irónica.- Oh, vaya, había olvidado que tu hermana sale con Longbottom, lo que le faltaba a tu patética familia.
Dicho esto se fue. Hermione tenía que mantener la compostura pero se alegraba del repaso que le había dado a Ron. Era mentira que Ron tuviera pareja para el baile, pero Harry se lo creyó. ¿Qué iba a hacer? No podía ir con Cho. Después de las clases de la tarde, Ron se fue al entrenamiento de quidditch y Harry habló con Hermione.
-Antes dijiste que no tenías pareja para el baile ¿es cierto?.- dijo Harry.
-Si.- dijo Hermione.
-¿Te importaría ir conmigo? Lo digo si no tienes a nadie en mente.- dijo Harry porque ya sospechaba de antes que Hermione tenía a alguien y no quería fastidiar.- es que no puedo ir con Cho, ya lo sabes, y sería muy triste ir solo.
Esa podía ser la salvación de Hermione, Harry se encontraba en la misma situación que ella, y si no era con Harry ¿con quien iba a ir? ¿Se enfadaría Draco?
-Vale.- dijo Hermione quedándose pensativa y Harry se dio cuenta de que algo pasaba.
-¿Es que el chico que te gusta no te lo ha pedido todavía?.- preguntó Harry, a ver si le contaba algo.
-No, simplemente no puedo ir con el chico que me gusta.- dijo Hermione sin darse cuenta de lo que acababa de decir.
-¿Por qué no?.- preguntó Harry mientras pensaba: ¿me confesará quién es?
-Porque... ya tiene pareja.- dijo Hermione inventando la primera excusa que le vino a la cabeza.
-Bueno, al menos ya somos dos los que no podemos ir con quien quisiéramos.- dijo Harry.
Había empezado el mes de Diciembre y Hermione y Draco tenían todo previsto para la primera clase de vuelo, aprovecharían que el equipo de Gryffindor entrenaba justo después del de Slytherin. Draco había dicho a Hermione la contraseña de la sala de las escobas ,cogería la Nimbus 2001 de Draco y lo esperaría cerca del bosque prohibido. Draco cuando terminó el entrenamiento se despistó y fue con su nueva escoba al encuentro de Hermione. Se subieron los dos en la escoba de Draco y se fueron muy lejos, donde nadie los pudiera molestar.
-Creo que estamos lo suficientemente lejos como para que Harry no nos pueda ver en el mapa.- dijo Hermione quitándose la túnica para volar mejor.
-Tenemos una hora hasta que acaben los de Gryffindor, tendremos que volver antes que ellos.- dijo Draco.
Le dio instrucciones a Hermione de cómo despegar sin salir despedida, y de cómo frenar y todo eso. Él iba en todo momento al lado por si se caía. Después de un rato parecía que iba controlando el vuelo bastante bien.
-Parece que no es tan difícil ¿no?.- decía Hermione muy contenta.
-Venga, agáchate, pega el cuerpo a la escoba para ir más rápido.- le dijo Draco.
La Nimbus 2001 salió a toda velocidad y Draco tuvo que salir detrás.
-¡No puedo pararla!.- gritó Hermione, pensando en que si frenaba como la última vez saldría despedida por encima.
-¡No tendrías que haber acelerado tanto, todavía no sabes frenar bien!- le gritó Draco a la vez que se acercaba para coger por detrás la escoba y disminuyera la velocidad.
Una vez que la velocidad era normal, Hermione se incorporó sobre la escoba y se mantuvo quieta en el aire.
-Dios, que susto, por poco si me caigo.- dijo Hermione aliviada.
-Creo que es suficiente por hoy ¿no?.- dijo Draco- ahora vamos a bajar, ten cuidado.
Bajaron despacio, pero el momento del aterrizaje era crítico, Hermione puso los pies en el suelo, pero no había sujetado bien la escoba y ésta seguía andando, la soltó pero se cayó hacia atrás. Draco fue a ayudarla a levantarse. Ella permanecía sentada en el suelo y él en lugar de levantarla se arrodilló junto a ella.
-¿Te has hecho daño?.- preguntó con una voz muy dulce.
-No.- dijo Hermione en un susurro.
-Ahora estamos solos- dijo él mientras le besaba suavemente en el cuello. No habían tenido una oportunidad así en todo ese tiempo, no había nadie que pudiera molestarlos.
Empezaron a besarse como si todas las veces que se habían encontrado en las aulas vacías no hubieran existido, con tal pasión que parecía que el dique que contenía el deseo hubiera estallado. Él la tumbó en el suelo y se acariciaban con una curiosidad que pronto hizo que la ropa les molestara. Hermione le quitó la túnica de quidditch y la camiseta y el torso desnudo de Malfoy la hizo derretirse, no podía dejar de tocarlo y besarlo. Draco le quitó el jersey y la camisa y se hundió en su pecho mientras las manos se colaban por debajo de la falda. Hacía frío pero ellos sólo notaban un calor abrasador, que hizo que finalmente quedaran en ropa interior. La excitación del momento había hecho olvidar a Hermione lo que podía estar a punto de pasar. Seguían en el suelo recorriendo sus cuerpos con besos y caricias cuando la noche empezó a caer. Hermione se vio dividida de repente entre dos sentimientos, por un lado dejarse llevar hasta donde condujera aquello, pero el otro lado le decía que quizás un poco de tiempo más, aún no estaba totalmente segura de dar un paso tan importante, aunque en ese momento lo deseara más que nadie.
-Draco.- le susurró al oído- creo que...
No necesitó dar más explicaciones, Draco comprendió a qué se refería.
-No te preocupes, si no estás segura no tiene por qué pasar nada.- le dijo en tono tranquilizador, dándole un tierno beso en los labios.
Se levantaron, se vistieron y fueron de vuelta. Empezaron a notar el frío que antes había pasado desapercibido. Cuando llegaron ya habían terminado el entrenamiento los de Gryffindor, dejaron la Nimbus 2001 en la sala y Malfoy fue corriendo a cambiarse (todavía llevaba la ropa de quidditch). Hermione fue rápidamente al Gran Comedor para la cena, por suerte no habían llegado todos aún.
-¿Dónde te habías metido?- preguntó Harry cuando la vio llegar.- Ron y yo hemos estado buscándote para ir a ver a Hagrid, parece que Padma se ha quemado con los dragones.
-He..estado en la biblioteca.- dijo Hermione intentando buscar otra excusa lo más rápido posible.
-Pero si te hemos buscado allí y no estabas.- dijo Harry empezando a darle vueltas a la cabeza.
-Si bueno, pero es que luego fui a darme un baño.- dijo Hermione. No podrían haberla buscado en el baño de las prefectas.- ¿Le ha pasado algo grave a Padma?
-No, es que ya sabes como están de revueltos últimamente los dragones con eso de los huevos. Por lo visto, la profesora Sprout ha preparado una clase de Herbología especialmente dedicada a quemaduras de dragones.- explicó Harry.- Bueno, tengo que irme a mi mesa.
Harry se fue hacia la mesa de Slytherin y Hermione se sentó con Ginny en la de Gryffindor.
A la mañana siguiente Harry y Ron se encontraron en el vestíbulo antes de entrar a desayunar, y Ron vio que Harry tenía mala cara.
-¿Te pasa algo? Tienes mala cara.- preguntó Ron.
-No he pegado ojo, Malfoy se ha pasado toda la noche tosiendo y quejándose, parece que ha cogido la gripe o algo así.- dijo Harry frotándose los ojos del sueño que tenía.
-Parece que es la época, me ha dicho Parvati que Hermione estaba con fiebre y que a lo mejor faltaba a clase.- le explicó Ron.
Mientras desayunaba, Harry vio entrar a Hermione, parecía bastante mal, tosía y estornudaba constantemente. En la primera clase, Transformaciones, Harry y Hermione se habían sentado juntos. Harry vio que tenía sudores y mala cara, y le tocó la frente.
-¡Pero Hermione! Tienes mucha fiebre, deberías haber ido a la enfermería.- le regañó Harry.
-No me podía perder la clase de hoy.- dijo Hermione con la voz bastante tomada.
-Malfoy también está enfermo y no ha venido, mira.- dijo señalando el sitio vacío de Draco.- estará en la enfermería.
Así que Malfoy estaba enfermo también, no era pura coincidencia, pensó Hermione, recordando lo que había pasado el día anterior. Hermione no se habría perdido la clase de ese día ni aunque estuviera muriéndose, iban a empezar con las transformaciones humanas, pero antes debían practicar un poco con objetos, para que el resultado no fuera desastroso.
-Tenéis que pensar en qué animal queréis transformar a alguien, primero probaremos con este maniquí, el que no consiga transformarlo correctamente no podrá transformar después a uno de sus compañeros.- explicó la profesora McGonagall, a la vez que Ron le daba un codazo a Neville aguantando la risa.
Por turnos, fueron transformando el maniquí, aunque algunos no consiguieron la transformación completa, como Neville, que dejó al maniquí cubierto de plumas y parecía una gallina gigante con forma humana. Cuando le tocó el turno a Hermione, justo en el momento de decir el hechizo y apuntar con la varita, estornudó y el hechizo se desvió dándole de lleno a Pansy Parkinson, convirtiéndola en un cerdo, provocando la risa a todos, sobretodo a ella misma.
-Has tenido suerte, señorita Granger, te ha salido bien a la primera pero ese no era el objetivo.- le dijo McGonagall, que se había dado cuenta de que Hermione estaba bastante resfriada.- Será mejor que vayas a la enfermería cuanto antes.
-Pero... no quiero perderme la clase.- replicó Hermione.
-Ya hemos visto que sabes hacerlo, así que ve a ver a la señora Pomfrey.
Harry temía que le llegara su turno, no sabía qué iba a pasar con su varita. Cuando apuntó al maniquí para convertirlo en perro, en lugar de transformarse, estalló.
-No se que te pasa últimamente Potter, pero creo que deberías cambiar de varita.- dijo McGonagall, aunque ya sabía que la varita no era el problema.
Hermione fue a la enfermería, en cuanto la señora Pomfrey la vio entrar le dijo:
-¿Tu también estás resfriada? A ver si se va a propagar por todo el colegio.
En una de las camas estaba Draco, parecía dormido y tenía paños fríos en la frente. La señora Pomfrey tomó la temperatura a Hermione y le dijo que esperara a que le diera unas medicinas.
-No hay remedio mágico para esto, pero tómate esto.- y le dio un jarabe.- te calmará la tos y te bajará la fiebre.
-Pero no me tendré que quedar ¿no?.- preguntó Hermione echándole una mirada a Draco, que parecía estar peor que ella.
-No, con el jarabe se te pasará en un par de días. El señor Malfoy no ha tenido tanta suerte, casi coge una pulmonía y tendrá que estar en cama por lo menos hasta el viernes.
Antes de irse a la siguiente clase, pasó a ver a Padma, que también estaba allí con una enorme quemadura en el brazo.
Después de las clases, Ron fue a ver a Padma a la enfermería. Como últimamente no se hablaba con Hermione, y en los ratos libres Harry intentaba ver a Cho, Ron se juntaba más con Dean, Parvati y compañía. A parte de que Padma también iba con ellos, era prefecta y a menudo hablaban cuando se aburrían en las rondas. Aunque pesaba en su conciencia haberla dejado tirada en el baile de 4º y estuvieran sin hablarse mucho tiempo, Ron empezaba a sentir algo por ella. En el banquete de Halloween estuvieron la mayor parte de la noche hablando y lo pasaron muy bien.
-Hola Padma ¿cómo estás?.- le preguntó Ron
-Ya estoy mejor, pero hasta el viernes que traigan de herbología la esencia de la "Flor del dragón" no podrán curarme la quemadura.- dijo Padma mostrando el brazo.
-Pero ¿cómo te la hiciste?- preguntó Ron pensando en que menos mal que no había quemado a Malfoy.
-Me tocaba vigilar la cerca por la noche y dos de los dragones estaban muy agresivos, estaban a punto de pelearse y uno de ellos por poco cae encima de los huevos. Yo intenté hacer un hechizo para apartarlos pero rebotó con el encantamiento, el dragón se dio cuenta y me echó una llamarada. Al menos pude apartarme para que no me diera de lleno.
-¿Dices que las llamas atravesaron la cerca?.- preguntó Ron extrañado.-pues vaya encantamiento de protección.
-Después comprobaron que el encantamiento no era todo lo fuerte que debía, y pusieron otro más seguro.- dijo Padma. Lo que ninguno sabía era que el encantamiento de protección lo había hecho Malfoy.
-Verás, yo quería preguntarte si... querías ser mi pareja en el baile.- dijo Ron tímidamente, y antes de que pudiera contestar añadió.- prometo estar pendiente de ti todo el rato y que te lo pases muy bien.
-Sí, claro que sí.- contestó Padma ruborizándose.
Esa tarde, Hermione se despistó de Harry y Ron para ir a ver a Malfoy a la enfermería. Esta vez estaba despierto.
-¿Cómo estás? Te he traído esto de las cocinas.- dijo Hermione dándole un trozo de tarta de manzana.
- No se si podré comérmelo, tengo la garganta como si me hubiera tragado un montón de espinas.- dijo Draco, que tenía muy mala cara y estaba más pálido de lo habitual, luego cayó en la cuenta de lo que había dicho Hermione y puso una expresión de desconcierto.
Hermione se dio cuenta de que Malfoy seguramente no supiera donde estaban las cocinas ni como se entraba.
-¿Se puede entrar en las cocinas?.-preguntó Malfoy pensando en que era raro que Crabbe y Goyle no hubieran descubierto cómo. Luego pensó en que quizás sería uno de los privilegios de Harry, lo cual le sentó mal.
-Ya te lo explicaré otro día.- dijo Hermione.- Te has perdido una clase muy interesante de Transformaciones.- mientras se reía.
-Si, ya me he enterado, Pansy vino antes y me lo ha contado.- dijo Draco, que también se reía.
-Ah, vaya, ha venido Pansy.- dijo Hermione con un tono de molestia.
-Me trajo unos dulces.
-¡No te los habrás comido!.- dijo Hermione exaltada.- ¡Podrían llevar el filtro!
-No, descuida, los tiré directamente a la basura en cuanto se fue.- dijo Draco, que también pensó lo mismo cuando vio los dulces.
Hermione siguió visitando a Draco los demás días que estuvo en la enfermería.
La clase de Herbología del viernes por la mañana la pasaron con la "Flor del dragón", era una planta con hojas carnosas y tenían que extraer el líquido con una especie de exprimidor. El líquido era naranja y estaba ardiendo, por lo que tuvieron que usar guantes de piel de dragón para no quemarse. Cuando terminó la clase, la profesora Sprout pidió un voluntario para llevar el líquido a la señora Pomfrey, Hermione se ofreció voluntaria. De camino a la enfermería, al doblar una esquina Hermione tropezó con Crabbe y Goyle, derramándole buena parte del líquido a Crabbe, y produciéndole una quemadura. Mientras éste gritaba de dolor, Goyle cogió del cuello de la túnica a Hermione, y casi levantándola del suelo la golpeó contra la pared. Harry y Ron, que iban más alejados, vieron lo que pasaba y se apresuraron a ayudarla.
-Esto es lo que pasa cuando sangres sucia como tú...- le decía Goyle, apretándole más el puño en el cuello, pero no le dio tiempo a terminar la frase.
-¿Qué estás haciendo, Goyle?.- preguntó Malfoy, que acababa de llegar, había de salido de la enfermería después de que sus amigos fueran a buscarlo.
Goyle se quedó algo desconcertado, en una situación normal aquello habría sido motivo burla por parte de Malfoy.
-Esta subnormal ha quemado a Crabbe, mira.- dijo señalando a su amigo, que salió corriendo a la enfermería, y aflojando un poco el puño.
En ese momento llegaron Harry y Ron. Ron saltó a la espalda de Goyle, que provocó que entre los dos aplastaran aún más a Hermione contra la pared. Malfoy intentaba quitar a Ron de encima, Ron se resistía y le dio un codazo a Malfoy en la cara, que le hizo sangrar la nariz. Malfoy se enfadó y le dio un puñetazo en el costado a Ron. Entre todo el jaleo Harry se acercó y apuntó con la varita. Ron se soltó y la varita quedó apuntando a Malfoy.
-Hazlo si te atreves.- le dijo Malfoy.
Hermione, que había conseguido salir al ver la escena se interpuso entre los dos.
- ¡No, Harry! ¡Podrías matarlo!
Harry comprendió que Hermione llevaba razón, últimamente sus hechizos estaban fuera de control. Se guardó la varita, dio un tirón a Ron, que lo miraba con decepción, y siguieron andando. Malfoy echó una mirada furiosa a Goyle (que era el que había empezado todo) y también se fue. Hermione salió al encuentro de Harry y Ron.
-¿Te ha hecho daño?.- preguntó a Ron.
-¿No deberías haber preguntado a Malfoy? A lo mejor le queda desfigurada su bonita nariz.- le dijo Ron, empleando el mismo tono irónico que usaba siempre que se refería a Malfoy y a ella.
-Te estoy preguntando a ti.- dijo Hermione, que ya estaba aburrida de los comentarios de Ron.
-Quizás te des cuenta ahora de que tu amiguito Malfoy no es un santo, como tu crees, y dejes de defenderlo- dijo Ron volviendo a utilizar el mismo tono.
-¡Basta ya!.- dijo Harry- Hermione tiene razón, podría haberle pasado algo grave, y... tu, tu estás un poco pesado ya con tus paranoias.
-Menos mal que alguien tiene sentido común.- apuntó Hermione con tristeza.
Al día siguiente, era la última salida a Hogsmeade antes de las vacaciones de Navidad. Hermione había ido a ver si se compraba una túnica de gala para el baile. Cuando iba hacia la tienda vio que delante de ella iban Pansy Parkinson y sus amigas de Slytherin, hablaban y soltaban risitas tontas, y Hermione aguzó el oído para enterarse de lo que decían.
-Yo voy a ir con Bryan Mills, ese chico tan guapo que es buscador de Ravenclaw, me lo pidió el otro día después de Historia de la Magia- decía una de las chicas.
-Mi hermana me ha mandado una túnica de gala preciosa que compró en el callejón Diagon.- decía otra.
-¿Y tu, Pansy? Irás como siempre con Malfoy ¿no?.- le preguntó.
-Pues claro.- dijo Pansy, convencida de la respuesta.
-¿Pero te lo ha pedido ya?.
-No, pero...- paró para pensar una respuesta- es obvio que iremos juntos, no necesita preguntarme nada.
Hermione tuvo que aguantar la risa para que no se dieran cuenta, y pensó: "Eso te crees tu".
-Además, lo tengo todo preparado para el día del baile- dijo Pansy, bajando el tono de voz- será el gran día.
Las demás chicas dijeron "Ohhhhh" y empezaron todas a reírse como tontas. Así que Pansy pensaba darle el filtro de amor a Malfoy el día del baile, pensó Hermione, ahora que se había enterado, la venganza podría ser aún más dura. Cuando llegaron al escaparate de la tienda, todas las chicas se quedaron mirando boquiabiertas, Hermione se escondió para que no la vieran, pero podía oirlas. Entraron en la tienda y Hermione se asomó al escaparate. Allí entre otras túnicas muy bonitas había una realmente preciosa y deslumbrante, expuesta como si fuera la joya de la corona. Pansy y las otras se habían quedado alucinadas y Pansy había decidido comprársela. Hermione vio por el cristal que Pansy se la había probado y le quedaba fatal, tenía las costuras a punto de reventar. Se compró otra, que aunque no era fea no era tan bonita como la anterior y salió de la tienda con cara de fastidio. Una vez que se fueron entró Hermione.
-Me gustaría probarme esa túnica de ahí.- le dijo a la dependienta.
La dependienta le echó una mirada evaluadora.
-Creo que te puede quedar bien, es un modelo exclusivo hecho a mano y sólo hay esta talla.
Hermione se la probó y le quedaba como si la hubieran hecho a su medida. Sonrió de satisfacción imaginándose la cara de Pansy cuando la viera el día del baile.
Después fue a Las tres escobas, donde había quedado con Harry y Ron, que se negaban a ir con ella de compras. En la mesa de detrás estaban Parvati, Lavender y Padma, las tres no paraban de mirar a la mesa de ellos, cuchicheando y riendo.
-¿Se puede saber qué les pasa a esas tres?.- preguntó Harry, que empezaba a hartarse de las risitas, y Ron se puso colorado.
-Seguro que están haciendo la quiniela de las parejas del baile.- dijo Hermione, que ya las conocía bastante bien.
-¿Y con quien ibas a ir tú, Ron? Vamos, si no es un secreto.- dijo Harry.
-Eh..., con Pad...ma- dijo Ron en un balbuceo ininteligible, poniéndose aún más colorado.
-¿Con Padma?.- dijo Hermione, en un tono más alto de lo normal, que hizo que en la mesa de atrás volvieran la cabeza de pronto.
Ron agachó la cabeza, como si por eso no lo fueran a ver.
-¿Y tu?¿Se lo has pedido ya a Snape?.- dijo alzando la voz, y un montón de gente se quedó mirando. Hermione se puso roja y pensó: ¡espero que nadie crea eso en serio!
-No, yo voy con Harry.
-Ah.- dijo Ron, bastante decepcionado al no encontrar algún motivo para meterse con la pareja de Hermione.
El comentario de Ron sobre Hermione como posible pareja de baile de Snape se convirtió en la broma favorita del colegio. A ella no le hacía ninguna gracia, pero al menos así Ron pasó de buscarle relación a todo con ella y Malfoy a buscar bromas entre ella y Snape.
