Primero que nada, todos los personajes que conocen, je, son propiedad de J.K Rowling, etc. Los demás, o sea, los que no conocen, son invenciones mías, jejejeje.
Bueno, esta historia como se habrán dado cuenta, es sobre los merodeadores y Lily y compañía. Peter no aparece en este capitulo ni aparecerá en ninguno de los otros, lo he pasado olímpicamente por alto porque lo detesto, y aunque fue parte de este grupo, no en esta historia, jejejeje. Espero que les guste y dejen reviewsssssss!
CAPITULO UNO: Reencuentros.
"No pienso comenzar mi último año discutiendo contigo, Potter, así que por favor, aléjate de mi y sigue tu camino"
La muchacha observó furiosa a su compañero, que se había instalado a sus anchas sobre su baúl mientras la observaba con la misma sonrisa petulante de siempre en sus labios. El joven se mantuvo callado, lo cual desesperó a la pelirroja aún más.
"Potter ¿por qué no escuchas nada de lo que digo?"
"Siempre escucho lo que dices Evans" comentó el muchacho mientras se acomodaba sus gafas. "Aunque algunas cosas que digas no sean muy inteligentes"
Ella ignoró el último comentario y rió mientras se cruzaba de brazos.
"Si escucharas lo que digo, Potter, habrías ya entendido que quiero que me dejes en paz. No me atraes (n/a mentirosa, mentirosa!), no lo harás nunca y no pienso formar parte de tu colección de fans, así que…"
James se puso en pie y Lily dio un paso atrás. Generalmente, cuando Potter acortaba la distancia entre ellos dos de esa manera, Lily lo miraba desafiante y se escabullía hacia otra parte del castillo, pero un andén lleno de estudiantes no era suficiente para escapar de Potter y sus inútiles (n/a ¿inútiles? Si como no, jajajaja) intentos de seducción.
El muchacho se le quedó mirando un momento antes de hablar. Siempre hacia eso, se le quedaba mirando como si de repente le hubiera salido algo extraño en la cara. Casi siempre Lily se lo permitía, le parecía una buena forma de torturarlo por ser tan idiota. Pero cuando los ojos se James de desplazaban hacia su boca, era siempre ella la que se terminaba poniendo nerviosa.
"¿Quién te dice que te quiero para eso?" El chico se acercó aún más, arriesgándose a ser golpeado fuertemente por la muchacha que lo miraba con exasperación "Para que sepas, Evans, tú te vas a casar conmigo"
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May Foster y Nyah Clarkson arrastraban sus baúles por el andén mientras escrutaban la multitud buscando alguna señal de Lily. Las dos primeras siempre llegaban juntas a la estación, pues vivían en Londres y a pocas cuadras de distancia, y como la pelirroja residía en Bristol, siempre se encontraban antes de tomar el expreso escarlata de Hogwarts.
"¿Dónde se habrá metido?" preguntó May con el ceño fruncido.
"Ni idea, ¿crees que algo la halla retrasado?" comentó Nyah mientras dejaba caer su baúl al suelo causando un tremendo ruido.
"¿A Lils?" – May comenzó a reír- "El nuevo Premio Anual no se retrasa, Clarkson"
En eso…
"¡ANTES MUERTA QUE COMPARTIR MI VIDA CONTIGO, POTTER! ¡BASTANTE QUE HE TENIDO QUE SOPORTARTE POR SIETE AÑOS, NO ME CASARÍA CONTIGO AUNQUE ESTUVIERAS EN TU LECHO DE MUERTE Y ME LO ROGARAS! ¡PREFIERO SER UNA SOLTERONA AMARGADA Y MORIR SECA!
"Esos gritos se me hacen conocidos" dijo May, mientras sonreía.
"Parece que como cada año, Potter la encontró antes"
"Si, yo no sé como hace, la verdad. Aunque sea un completo idiota, hay que admirarle dos cosas: su facultad para encontrar a Lily se esconda donde se esconda y lo asombrosamente fácil que la logra poner histérica"
Entre risas, las dos muchachas comenzaron a seguir el sonido de la "melodiosa" voz de su amiga.
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Quince minutos más tarde, las tres amigas se encontraban ya dentro del tren, en el único compartimiento libre que habían logrado encontrar.
Lily seguía furiosa, tanto así que su rostro había adquirido casi el mismo tono que su cabello.
"Ese engreído, es que no entiendo como puede…"
Por experiencia, May y Nyah sabían que, cuando Lily tenía una de sus peleas con James, mejor era dejarla despotricar contra el por un buen rato hasta que se tranquilizaba.
"Je, pero no me vas a decir que no es, en un sentido un tanto retorcido, adorable que te halla dicho eso" comentó Nyah mientras acomodaba la jaula de su lechuza en la rejilla portaequipajes.
La mirada que Lily le dirigió fue suficiente para que la eludida cerrara el pico por un buen rato.
May, Nyah y Lily eran amigas desde que habían comenzado en Hogwarts. Las tres Gryffindors se habían vuelto inseparables durante esos años, aunque eran tan diferentes que no muchos entendían que era verdaderamente lo que tanto las unía.
May Foster pertenecía a una antigua familia de magos. Sus padres eran dueños y dirigían un exitoso negocio de confección de túnicas de gala, y aunque la fortuna familiar ascendía hasta límites insospechables, aquello no había logrado que la muchacha no mantuviera los pies firmemente en la tierra. May era hija única y sobre ella recaía el peso de ser la hija perfecta que sus padres parecían ansiar. Durante el verano se veía obligada a asistir a reuniones y fiestas, aunque en realidad deseara de todo corazón encontrarse en cualquier otro lugar, preferentemente arriba de una escoba, pues adoraba volar y lo hacía muy bien, cosa que muy pocos sabían. Al contrario que Lily, era impulsiva y rebelde, con un carácter bastante tormentoso que muchas veces le causaba problemas. De estatura media, May tenía el cabello hasta media espalda lleno de impetuosos rulos siempre descontrolados, ojos de un celeste profundo y un cuerpo fuerte y atlético.
Nyah era la tranquila del grupo, siempre viajando por algún lugar extraño en la nube que estuviera de turno. Romántica y fantasiosa, sus continuos despistes siempre eran motivo de risa para sus otras dos compañeras. Ny, como la llamaban, provenía también de una familia de magos, pero estos eran mucho más sociables y flexibles que los padres de May. Nyah tenía tres hermanos mayores y casi nunca se ponía de mal humor, aunque cuando lo hacía podía ser más peligrosa que Lily y May. Con sus soñadores ojos color miel y su larga cabellera castaña, muchos alumnos de Hogwarts suspiraban por ella, aunque la mitad de las veces, la chica no se diera cuenta.
Lily era la responsable, la fría y la racional. Nada de tontos sentimentalismos y conjeturas para ella. Prefecta y Premio Anual, era una alumna modelo y la favorita de casi todos los profesores de Hogwarts, lo que despertaba la envidia de unos cuantos. Provenía de una familia muggle, pero eso nunca había sido un obstáculo para que se destacara en todo lo que se proponía. Alta, esbelta, con una larga melena rojo oscuro y ojos de un verde brillante, Lily nunca pasaba desapercibida, pero aún así, ella huía de los centros de atención, al contrario de Potter, a quien la unía una extraña relación de amor-odio desde que habían fijado los ojos el uno en el otro, aunque Lils jamás en su vida lo confesaría.
"Yo solo decía que el ego masculino es atrayente en ciertas ocasiones" dijo Nyah mientras se ponía su túnica. "Y no me vas a decir que James emana una gran seguridad cada vez que se acerca a ti, Lily"
"Es un idiota redomado, ya no lo soporto. Si piensa que sus tontos intentos de que yo salga con el van a dar resultado, tendría que tirarse de cabeza desde la torre de astronomía para que se le aclaren las ideas. ES un egocéntrico, un…"
May, que había estado leyendo muy concentrada la revista El mundo de la Escoba, intervino por primera vez en la discusión.
"No hay nadie más egocéntrico que Black" afirmó con tranquilidad.
De la misma manera que Lily detestaba a James, May detestaba a Sirius Black, el mejor amigo de Potter. Y Nyah…bueno, Nyah no detestaba a nadie, demasiado buena la muchacha.
"Si, bueno, el único que se salva es Remus" murmuró Lily, mientras tomaba una rana de chocolate del montón que Nyah acababa de comprar "Los demás se caen a pedazos"
Las tres muchachas comenzaron a reír a carcajadas y solo se detuvieron cuando May anunció que se iba a la parte de adelante del tren para comprarle más golosinas a la señora del carrito.
May abandonó el compartimiento tarareando alegremente y caminó con paso resuelto por el pasillo. Por aquí y por allá escuchaba conversaciones y risas, todas las voces parecían entusiasmadas. En ese momento, mientras ella pensaba que comprar en el carrito, un chico alto salió bruscamente de uno de los compartimientos, y literalmente, le pasó por arriba.
Aunque el golpe le dolió bastante, al ver de quien se trataba, May se paró más derecha, sin quejarse.
Sirius Black era capaz de derretir a cualquier chica que quisiera. Y no era para menos. El cabello negro y algo largo le caía con una elegancia natural que ningún otro chico lograría imitar, y sus ojos de un gris profundo eran atractivos a la vez que misteriosos. Delgado y de huesos largos, los músculos se notaban aún a través de la camisa que se había puesto para ir a la estación y su piel, ya de por sí tostada, parecía haber tomado aun más esa tonalidad durante el verano.
"Ah, eras tú, Foster, me iba a disculpar porque pensé que había atropellado a una chica, pero…ya veo que no"
May lo miró con odio, pero no le dio el gusto de una contestación, se tragó las palabras y siguió su camino, mientras él se reía por lo bajo y la observaba desde la mitad del pasillo.
La muchacha tenía ganas de gritar. Le molestaba que Black pudiera hacerla perder la paciencia de esa manera, pero siempre lo lograba. Y ella lo odiaba. Jamás olvidaría aquella apuesta en su segundo año. Black la había besado, y ella, tonta e inmadura se perdió en ese beso mientras él solo cumplía una tonta apuesta que había hecho con sus amigos. Desde ese entonces, le había odiado con toda su alma, y la culpa de haber sentido ese beso en el corazón la torturaba cada día de su vida. Aunque solo hubiese sido un segundo.
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Cuando May volvió todas notaron su cara, pero ninguna comentó nada, pues la conocían demasiado bien como para saber que si ella no quería hablar, no hablaría. Era la más cerrada de las tres jóvenes.
Dejando a Nyah ahora acompañada, Lily se fue a hacer sus rondas, pues su trabajo de Premio Anual incluía orientar a los nuevos Prefectos y ayudarlos a mantener el orden entre los alumnos.
Justo acababa de darle indicaciones a la nueva prefecta de Gryffindor, Clarence Mills, cuando de repente…
"Dios, Evans, no sé que te dan en tu casa en verano, pero siempre vuelves más bonita aún de lo que te fuiste"
"Piérdete Potter" dijo ella dándose la vuelta.
"Eso depende de si vienes conmigo"
"Nunca"
Los ojos de la pelirroja echaban chispas y no había nada que a James le gustara más.
"Evans, solo di que si" dijo James cerrándole el paso.
"He dicho que no durante seis años, no voy a decir que sí en el séptimo, Potter, pierdes tu tiempo. Vete con alguna de tus antiguas amantes, déjame en paz. ¿No entiendes que dentro de un año no nos veremos nunca más? ¿Por qué no me puedes disfrutar con tranquilidad mi último año en Hogwarts?
"Porque no pienso irme de Hogwarts sin ti, Lily"
"No me llames Lily, Potter, y esfúmate. Entiende de una vez que no estoy interesada, no me mueves un pelo"
"Mientes mal, Evans"
"Es la pura verdad"
"Si no te moviera un pelo, no te pondrías así"
Lily lo miró asustada, pero trato de disimularlo lo más posible.
"¿Así como? Por favor, Potter, tus patéticos intentos de…"
James se movió con rapidez, aprisionándola contra la pared de uno de los compartimientos. Ella le sostuvo los brazos con fuerza, más por instinto que por otra cosa.
"No lo hagas Potter" dijo leyéndole las intenciones en sus ojos del color de la miel líquida.
"No lastimamos a nadie, Evans"
"No quiero"
El le tocó la mejilla con suavidad.
"Por Dios, Lily, sino te beso en este momento no voy a poder seguir respirando. ¿Quieres tener ese cargo en tu conciencia? No lo creo"
James acortó la distancia entre sus rostros y Lily, sin darse aún cuenta, cerró los ojos con fuerza.
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Seeeeee, soy mala. Pero va el segundo capitulo pronto. Dejen reviewssssss!
