Todos los personajes le pertenecen a J.K Rowling. Si fueran míos sería millonaria. Fic editado, versión original en mi pag web.


Capítulo 8

Capítulo 8

Nunca había visto a Severus tan preocupado. Se sentó en su despacho, frente al pupitre. Acarició una de las plumas de Fawkes que acaba de caer. El fénix estaba inquieto porque sabía que algo malo pasaba.

Pasó a su lado y se veía tan perdido, tan desolado. Algo muy malo estaba pasando. Como cuando murió Lily, nunca lo vio tan mal. Se sentó frente a él, esperando malas noticias.

No tuvo que decir nada. Siempre era así, sentado frente a él solo esperaba que le dijera que lo molestaba tanto.

No te había contado esto antes, Albus, pero no sé como empezar. La verdad que no sé ni que hacer.

"¿Qué ha sucedido?"

"Es qué no sé por donde empezar."

"Por el inicio, todo es mejor por el inicio, Severus."

Se pasó la mano por el cabello y suspiró profundamente.

"Un día que fui a casa de Lucius, encontré algo, mejor dicho a alguien Albus, a alguien que me pareció muy familiar y ahora…"

"Ya veo. Si Lucius está envuelto no es nada bueno. Continúa, de quien se trata."

"Era un niño muggle. Un niño pequeño que vivía en esa casa. No tenía ni siquiera un nombre. Así que le di uno y ahora… ahora no sé donde está."

Dumbledore soltó un suspiro profundo. Iba sondeando por donde iba a la cosa. Si es que se trataba de un muggle y encima Lucius estaba de por medio entonces sólo eran malas noticias. Sin duda.

"Ya no está en casa de Lucius."

"No. Cuando fui a encararlo me dijo que lo llevó a su mundo y lo dejó ir. No sé que pensar, no le creo ni una palabra. Pero no quiero albergar siquiera la otra posibilidad. Albus, todo es mi culpa."

"Entonces no hay manera de saber si ese niño está vivo. Si Lucius da tal versión lo más probable es que haya hecho todo lo contrario."

Severus se estrelló contra el pupitre tratando de contener la culpa. No era posible, lo más probable era que ese niño este muerto y era entonces su culpa.

"Si fue así no hay nada que podamos hacer Severus. No sirve de nada que te culpes por el hecho. El único culpable es Lucius y su irracional odio hacia los muggles. Es una lástima."

"No, no entiendes Albus. Si yo hubiera hecho algo, antes. Pude hacerlo, sacarlo de ahí, pero no lo hice."

Albus suspiró de nuevo. Estaba reviviendo el sentimiento de culpa de cuando murió Lily. Se culpó por no llegar a tiempo, por no poder avisarles a tiempo cuando se enteró que irían tras ellos. No pudo hacerlo y esta vez tampoco pudo salvar a un inocente. Era una lástima.

"De todas maneras Albus. Ya no hay nada por hacer."

"Es lo más probable."

"Quiero que me ayudes… como aquella vez. Como es lógico no puedo recordar lo que dejé atrás y esto es algo que también quiero desaparecer."

Dumbledore estiró la mano y Fawkes se acercó a él.

"¿Crees que escapando de las cosas podrás solucionarlas?"

"No hay solución a la muerte Albus. No sé que puedo hacer, no quiero seguir con esto en mi memoria."

"A veces es mejor olvidar, pero no esta bien huir. Lo siento pero no estoy de acuerdo contigo esta vez."

"Dumbledore. Me ayudaste hace tiempo cuando quise liberarme del dolor por una pérdida. No recuerdo cuál, ni de qué era, pero en este caso sé que es lo mismo. No voy a poder vivir con esto. Entiéndeme por favor."

Dejó ir a Fawkes.

"Sabía que no debí hacerlo en principio." Suspiró de nuevo y se acomodó las gafas.

"Entonces no sé que hacer Albus, no sé que hacer. Seguir buscando."

"Sí considero que es lo mejor que puedes hacer." Se levantó de su asiento y se acercó a una repisa la cual contenía muchos objetos vistosos.

En sus manos tomó una caja de madera verde esmeralda, finamente tallada. La colocó frente a Severus y suspiró de nuevo.

"Quizá no es muy tarde. Ten esto. Tal vez te ayude en tu búsqueda. "y su sonrisa era cálida y reconfortante.

Severus tomó la caja y se puso de pie de un salto. Sabía que contenía la cajita verde, pero no tenía intenciones de abrirla.

"Gracias Albus, lo tomaré en cuenta."

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Estaba despierto porque había tanta bulla allá afuera. Desde la oscuridad de las paredes que lo rodeaban podía sentir el movimiento. Estaba asustado, no podía negarlo. Aquel sujeto lo aterraba tanto. Lo miraba de un modo extraño. Sólo pensar en él le daba escalofríos. Para rematarla su frente lo estaba matando. Ahora que iba a hacer con él ese sujeto.

Lo único que deseaba era que lo dejara regresar con Dobby. No era tan malo después de todo vivir en la cocina del amo. Se divertía a su manera jugando entre los calderos, entre las sillas del comedor, deslizándose por las escaleras cuando nadie lo veía. Saltaba sobre la cama de Draco y en ocasiones le daba una probadita a la suave y mullida superficie. Tan cómoda que deseaba quedarse eternamente sobre ella.

Pero seguramente no iba a volver a ver a Dobby y eso era lo más triste que le podía pasar. Nunca iba a volver a ver al señor Severus. Y él había sido tan bueno, hasta lo llevó a su casa. Siempre había deseado ver lo que había fuera de la mansión pero no se imaginó que sería tan horrible. Encerrado de nuevo en un hueco oscuro y frío. Asustado hasta los huesos, adolorido y congelado.

Si tan solo el señor Severus estuviera con él.

Algunos pasos sonaron a lo lejos y le dio tanto miedo que deseaba hacerse muy pequeñito. Tanto que no lo iba a ver ese sujeto cuando lo viniera a buscar. Se acurrucó en un rincón del hueco donde estaba metido. Tratando de camuflarse en las sombras.

Una luz entró dañando sus ojos y disipando la oscuridad. Avanzaba hacia él más y más hasta detenerse y cegarlo completamente. Podía distinguir dos figuras oscuras pero no sabía de quienes eran.

"Ven aquí maldita peste, no hagas que entre por ti."

Esa voz era inconfundible y hasta sintió cierta felicidad al oírla. Era su amo que venía por él. Después de todo se iba a cumplir su deseo de volver con Dobby. Metió la mano a su túnica y apretó la tarjetita de Dumbledore con felicidad.

Se acercó a la puerta mientras que se hacían a un lado para dejarlo salir. Nunca estuvo tan feliz de ver a su amo. Hasta le sonrió animado.

Una vez estuvo afuera el amo Malfoy lo atrapó del cuello de la túnica y lo llevó a empujones por el corredor que era la salida. Sintiéndose feliz de poder salir de ese lugar pero algo adolorido, porque su frente no dejaba de atormentarlo.

Una vez llegaron a donde el otro sujeto los esperaba, Harry aterrizó en el suelo de un empujón final de su amo Malfoy. Se estaba poniendo de pie cuando el sujeto de la mañana lo levantó del suelo amablemente.

"Levántate James, no es momento de juegos."

Sorprendido por esto Harry volteó a mirarlo. Pero ese no era su nombre, no se llamaba Harry ¿o si? De repente ese sí era su nombre. Nunca supo cual era en realidad pero sonaba bien y como este sujeto dijo que conoció a su padre, entonces…

Entonces lo asió de un brazo y lo jaló hacia sí.

"Ven James. Ven conmigo."

Le dijo y lo tomó de la mano esta vez. Caminaron entre el amo Malfoy y otro sujeto vestido con túnica negra. Entraron a la habitación donde había estado más temprano.

Lo miraba intensamente. Era igual a James. Sus gestos, su manera de caminar, todo.

James.

Se acercó y sin poder contenerse lo levantó en peso. Lo sostuvo en sus brazos un momento, mirándolo bien, cada rasgo de su rostro, cada centímetro de su cuerpo. Todo.

"Eres igual a tu padre."

Harry estaba más confundido que nunca. No sabía para que este sujeto lo había separado del amo Malfoy y ahora lo traía a este lugar, de nuevo. Lo depositó en la cama al lado de telas negras.

Entonces empezó a jalar de su túnica vieja indicándole que se la sacara. Eso hizo. La retiró de su cuerpecito delgado. El chiquillo estaba sucio y maltratado, ese no podía ser James, pero sí era su rostro.

Acarició las mejillas delgadas del pequeñuelo con cierta ternura.

"Ponte esto James."

Le entregó una de las telas negras que resultó ser una túnica negra. Se la puso obediente. Era una túnica nuevecita. Por fin tenía una buena, porque la anterior ya estaba muy viejita y Dobby siempre decía que tenía que conseguirle otra.

"Gracias señor… disculpe señor no sé su nombre."

Su voz infantil sonó tan agradecida que hasta lastima sintió por el pequeñito.

"Soy Peter."

"Gracias señor Peter." Y se estiró para abrazarlo, rodeándolo con sus bracitos esqueléticos.

Peter se puso frío un momento. James, James estaba de nuevo a su lado, aunque en una versión más infantil. Pero no estaría por mucho tiempo, Era una lástima, después de todo no se iba a poder quedar con él como hubiese querido.

Ponte de pie James, quiero ver como te queda.

Así lo hizo en chiquito. Se dio un par de vueltas para que vea que le quedaba bien, aunque larga de las mangas y basta, pero por lo menos lo cubría lo suficiente. Le iba a servir, de eso no había duda.

"Señor Peter… señor… ¿Mi nombre es James? Es que no conocí a mis padres. El amo Malfoy dijo que me abandonaron en el bosque cuando era muy pequeño. No sé que nombre me pusieron.

Su carita abatida llena de tristeza.

"Ese es tu nombre, como el de tu padre. Él era una gran persona ¿sabes? Mi mejor amigo. Nadie lo conocía mejor que yo, nadie. Nadie sabía cuan bueno era, sólo yo. Ni siquiera esa mujer muggle, ni siquiera esa Lily sabía quien era él en realidad. Sólo yo.

Su voz cambió de apacible a llena de odio. Estaba furioso sin duda.

"Señor… Peter… mi padre no era tan bueno, me abandonó era malo seguro."

Harry fue a dar al suelo al lado de la cama.

"No vuelvas a repetir semejante estupidez mocoso. James era la mejor persona que pudieras haber conocido en toda tu miserable vida. Fue culpa de esa mujer, esa estúpida mujer muggle, ella lo convenció de que no hiciera caso, que no se uniera. Fue su culpa y fue culpa tuya de que él muriera. Todo es tu culpa."

Ahora Harry estaba más adolorido que nunca. Lo que le había dicho se le clavó con la fuerza de mil espadas en el pecho. Acaso era cierto, que por su culpa su padre había muerto. Entonces no tenía porque acusarlo de abandonarlo en el bosque. Si era todo su culpa se merecía la vida que llevaba.

"Ponte de pie, James. Tu padre nunca se rindió ni en los peores momentos. Cuando tuvo que enfrentar a la propia muerte lo hizo de pie. Ahora honra su memoria y ponte de pie."

Así lo hizo el pequeñuelo.

"Ahora ven conmigo. Quiero que seas tan valiente como tu padre, entiendes James. Tal y como él."

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Se sentó en su silla favorita y contemplaba la caja como si fuera un animal peligroso. Cuantos recuerdos dolorosos encerraba ese trozo de madera. Esmeralda, como el color de sus ojos. No podía quitarse al chiquillo de la cabeza, pobre criatura, ojala estuviera bien.

No había remedio. Si ese Malfoy le había hecho daño y…. No servía de nada, nada lo iba a traer de vuelta.

A sus espaldas oyó pasos ligeros y temerosos. Volteó con la varita preparada para un ataque veloz cuando de las sombras salió Dobby.

"¿Qué haces tú aquí?"

"Dobby vino porque no puede quedarse en silencio más tiempo. Dobby estaba asustado y sigue estándolo pero no se va a perdonar si es que es muy tarde."

"¿De qué estas hablando? Explícate."

Severus perdía la paciencia y lo peor sospechaba que este elfo doméstico traía información valiosa.

"Señor Dobby mintió y está muy arrepentido." Se lanzó al suelo enjugándose la cara." Dobby sabe que hizo mal pero no puede traicionar a su familia. Dobby tiene mucho miedo pero más miedo de perder a su chiquito.

"¡Habla de una vez¿Qué sabes Lobby¿Qué sabes de Harry?"

El elfo doméstico tomó aire profundamente y trató de soltar su garganta. "Dobby no sabe donde está pero si sabe que le va a pasar algo muy malo."

Severus estaba perdiendo la paciencia, pero trataba de controlarse lo más que podía. Y Dobby no dejaba de balbucear incoherencias.

"Dobby habla ahora. Dime qué es lo que sabes."

Con los ojos enormes y llenos de lágrimas el elfo doméstico cayó al suelo, a sus pies.

"Dobby tiene la culpa de todo. Ahora por culpa de Dobby el señor tenebroso va a volver a la vida y el chiquito no va a regresar más."

Severus tuvo que aceptar que no se esperaba tal respuesta. De qué estaba hablando Dobby, debía estar desvariando.

"Por culpa de Dobby, todo es culpa de Dobby."

"Explícame a que te refieres con eso."

"Señor… es una larga historia que Dobby debió contar pero no lo hizo porque es un cobarde. Pero el amo Lucius ha llevado al chiquito para que renazca el señor tenebroso."

"Pero ¿Cómo podría ser eso posible? De qué le va a servir un niño muggle. No puede ser verdad."

"Señor ese niño muggle no es cualquiera, ese niño es Harry Potter."

Dobby en el suelo volvió a tenderse en el suelo a llorar desconsolado. Seguramente ya era demasiado tarde, pero debía decirlo.

Pero Severus no podía salir de su asombro. Harry Potter, no podía ser cierto. Ese niño estaba muerto cuando mataron a sus padres. No podía ser él, eso era imposible. Pero el elfo no podía estar mintiendo.

"Ponte de pie Dobby. Ven conmigo, no podemos perder tiempo."

Continuará...