Ya, ya por fin un capitulo mas jijiji. Siii me demoréee mucho. Pero por fin ya actualiazo... jjiji. Bueno... ninguno de los personajes son mios. Le pertenecen a J.. Rowling asi que ya saben.Sólo escribo un fanfic nada más. Nada máasssss

Capítulo 11

La noche estaba oscura y las nubes que cubrían el cielo tan negras como la capa que traía puesta. Pronto empezaría a llover sin duda.

Dejó unos papeles que estaba revisando a un lado, sobre el velador de su habitación y se recostó sobre la cama. Dio un par de vueltas en la cama y luego de varios minutos supo que esa noche no iba a poder dormir. Había algo en el ambiente que lo estaba inquietando y no lo dejaba conciliar el sueño.

Se levantó y salió de su habitación sintiendo que algo estaba mal. Definitivamente nada bueno podía estar sucediendo allá afuera. El señor tenebroso había cobrado mucha fuerza en los últimos tiempos y muchos magos y brujas habían ya probado las consecuencias de oponerse a su poder.

Todos los días se sabía de nuevos casos de gente que desaparecía o que al contrario, aparecía asesinada. El terror reinaba por todos lados y ya nadie podía sentirse seguro en ningún lado.

Sin saber porque se le vino a la mente la imagen de cierta persona a la cual quería olvidar con urgencia. Ella vino a su mente como un relámpago de luz y luego desapareció. Fue un instante en el cual pudo verla y luego sentir una punzada de dolor.

Lily….

Ella sólo le traía dolor, hasta recordarla era doloroso.

Ahora no podía dejar de pensar en ella. Se tendió en su cama de nuevo y la mirada de Lily inundó su habitación. Entonces regresó a los pergaminos que había dejado a un lado para escapar de ella pero fue inútil. Ahora su nombre aparecía en cada una de las palabras y en cada una de las paredes de su habitación…

Lily…

Volvió a su cama y abrazó la almohada tan tibia y blanca como su piel.

De repente se quedó dormido pensando en ella, de repente estaba sumergido en deliciosos sueños, pero de pronto escuchó bullicio en la calle. Tanto ruido significaba que algo estaba sucediendo…

Alarmado abandonó la habitación rumbo a la calle en movimiento. Parecía que la ciudad entera había recobrado la vida luego de mucho tiempo de temor y silencio. Ahora la gente estaba fuera de sus casas gritando y saltando. Algo bueno había pasado sin duda.

Algarabía por doquier…

Un escalofrío recorrió su espalda…

"Por fin… quien tu ya sabes… derrotado..." Alcanzó a oír en medio de los gritos.

"Está muerto, lo derrotaron…." Le gritaba a viva voz un mago con una sonrisa de oreja a oreja.

"¿Cómo así?" ¿Es qué a nadie se le daba por preguntar algo tan importante? "Dime. Sabes que ha ocurrido."

"El que no debe ser nombrado ha desaparecido. Ha caído por fin…. Hay que celebrar."

Esa era una buena noticia para muchos, pero algo había en ella que no le acababa de convencer…

"Lo malo es a que precio" comentó con tristeza una anciana bruja mientras se sacaba el vistoso sombrero de plumas que traía puesto. Y suspiró mientras que otros magos repetían su gesto con sus sombreros.

"¿Qué ha ocurrido?" podía imaginarse que tratándose del señor tenebroso debía haberse llevado consigo a más de uno.

"Los Potter..." replicó la bruja con la voz quebrada… No era necesario que continuara… sólo eso bastó para que perdiera el color que le quedaba en el rostro.

"Lily…" murmuró un segundo antes que la voz se le fuera completamente. Abandonó la escena mientras la lluvia disfrazaba sus lágrimas de consternación. Lily no... No ella.

El llegar a la escena fue como ingresar a una pesadilla de la cual no iba a poder despertar jamás.

Dentro de la casa por la cual había pasado el día anterior, estaba ella. Encontraron su cuerpo tendido en el suelo. Sin ninguna herida y hermosa hasta en la muerte. La levantó del suelo donde aún permanecía y la tendió en la cama que compartió con James.

No dijo ni una palabra durante varios días. Tampoco comió, bebió o durmió en lo absoluto en un compromiso silencioso de seguirla hasta el más allá. Ya no iba a volver a verla y con ella morían las ganas de vivir.

Lily…

Nunca más iba a ver su sonrisa… nunca más escuchar su voz… espiarla cuando salía de la casa con su hijo en los brazos… nunca más.

Lily...

Ahora una parte de ella reposaba frente a él. Había pasado semanas en vela, al lado de la cama de Harry, esperando a ver los ojos de Lily de nuevo. Esperando que despierte de su largo sueño… esperando.

A pesar de que la habitación de Harry estaba rodeada de gente él no se despegaba de su lado. Hasta soportaba tener la presencia desaliñada e insufrible de Sirius recién liberado de prisión, dando vueltas por todo el castillo de Hogwarts.

Muchas cosas habían pasado en los últimos días. Habían atrapado a muchos de los seguidores de Voldemort y ahora estaban recluidos en Azkaban. Pettigrew fue uno de los capturados, razón por la cual se liberó a Sirius, quien tan pronto puso un pie dentro del castillo de Hogwarts empezó a vociferar por ver a Harry, de quien decía era su ahijado.

A la comitiva se unió Lupin, otro viejo conocido a quien prefería no recordar. Ambos pendientes de la recuperación de Harry, rondando al lado de su cama, maravillándose del parecido que tenía con sus difuntos padres.

"Es la viva imagen de James..." decía Remus "Pero tiene los ojos de Lily... aún puedo recordarlo, cuando era un bebé y lo cargaba en mis brazos"

Y la habitación se llenaba de nostalgia.

Había pasado mucho tiempo desde entonces, desde que lo dieron por muerto, desde que Sirius encontró las mantas ensangrentadas en el bosque... Desde que en una arranque de ira fue en busca de Peter y amenazó con desmembrarlo con sus colmillos.

Loco de ira, furioso con la manta sanguinolenta en la mano lo encontró tratando de huir como el cobarde que era. Peter se hizo pasar por muerto y ahora tantos años después supieron que estaba más vivo que nadie.

Fue él que al final confesó todo lo que sucedió y como fue que Harry fue a dar a manos de los Malfoy.

Al enterarse de los hechos Sirius sintió deseos de acabar con Peter con sus propias manos. Estaba dispuesto a ir a Azkaban sólo por cobrárselas todas a ese cobarde.

Pero ahora no podía pensar en eso, ahora tenía que pensar en Harry.

Pero pasaban los días y Harry no abría los ojos. No podían culparlo de no querer despertar, seguro estaba soñando algo hermoso… Por fin dormía plácidamente en un lugar donde nadie le iba a hacer daño y Severus no se movía de su lado para asegurarse de que así fuera.

Hubiera querido despedazar a Lucius por todo el daño que causó, sobre todo cuando al curar las heridas del pequeño estas relataron toda la crueldad de la que era capaz. A este testimonio se sumó el de Dobby al que consiguieron hacer hablar una vez que obligaron a Lucius darle libertad.

Ahora Dobby también era una constante al lado del lecho de Harry.

Pero Harry nada de despertar. Podía pasar en ese estado años, de repente nunca se iba a volver a abrir los ojos de nuevo. Esa idea retumbaba en la mente de Severus desencadenando irremediablemente los recuerdos de la muerte de Lily.

Así la recordaba a ella, tendida y pacífica. Pálida y fría. Ojos cerrados y una expresión de tristeza circundaba su rostro. Muy similar a Harry ahora. Echado sobre su lecho a un lado de la ventana que daba a los jardines. Como sin vida, pálido, y reposando silencioso.

De nuevo llegó la noche lo hallaba al lado de Harry. Acariciando su frente, limpiándola de cabellos finos y negros, dibujando con sus yemas la cicatriz en forma de rayo… besándola con ternura.

Tomaba su mano y recostaba la cabeza sobre el colchón esperando, siempre esperando, aunque le tomara la vida entera.

Y no podía evitar el sentirse culpable por no haber actuado antes, por no haber hecho nada por defenderlo. Le remordía el hecho de no haberle quebrado el cuello a Lucius cuando pudo hacerlo. Pero ahora se iba a podrir en Azkaban. No podía dejar de sentir algo de pena por la esposa e hijo de Malfoy, pero en el fondo sentía que ella no lo sentía tanto.

Y la noche estaba tan negra como los cabellos que se desperdigaban sobre la almohada. Y la luna tan pálida como el rostro de Harry. Recostó su rostro sobre la mano tibia del pequeño acostado sobre la cama ocultándose de la luz de la lámpara que velaba su sueño.

Y pensaba en Lily de nuevo, en que si tuviera una segunda oportunidad no la dejaría pasar, si pudiera retroceder el tiempo hubiera dado su vida a cambio de la de ella. En que haría todo lo posible por verla feliz…. Ahora que tenía a Harry a su lado ella seguro estaba contenta. Iba a poder descansar tranquila porque ahora no iba a permitir que nadie le volviera a tocar un cabello a Harry, nadie.

Lily…

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Y la mañana llegó con luz entrando por las ventanas a raudales, invadiendo toda la habitación. Dobby se desplazaba armado de una escoba por toda la habitación repeliendo el polvo. Abrió los ojos y aún reposaba cerca de la manito tibia de Harry. Se levantó despacio y con pereza para descubrir que sus cabellos estaban enredados entre los deditos del pequeño.

Dumbledore entró silencioso como siempre y lo encontró despabilándose al lado de Harry. Por un momento se preguntó cuanto más tiempo iba a pasar en esa habitación y cuánto más tiempo iba a tomarle a Harry despertar.

Enseguida los pensamientos lo abandonaron cuando Sirius y Remus entraron a retomar la vigilancia sólo para darse cuenta que no habían novedades de nuevo.

Y la mañana pasó como un suspiro... y Sirius daba vueltas por la habitación mientras que Remus les iba contando las noticias acerca del juicio que se le estaba realizando a los mortífagos.

Había sido el turno de Lucius y lo habían condenado a varios años en Azkaban.

"Debieron dejármelo a mi. Yo le voy a hacer pagar a esa maldita serpiente, ese maldito..."

De nuevo silencio en la habitación. Estos dos eran insoportables. Severus se puso de pie y decidió salir un momento a despejarse.

No gustaba de hacer ese tipo de cosas, porque cada vez que salía de esa habitación los recuerdos de Lily lo perseguían a cada paso que daba por los corredores del castillo. Cada centímetro que recorría tenía impresa la presencia de Lily.

Sabía que no se la iba a poder quitar de encima tan fácilmente. Es por ello que sintió que iba a enloquecer de dolor cuando supo que ella no iba a volver a pasearse por Hogsmead, que ella no iba a volver a mirarlo, a sonreírle, Es por ello que tomó la cajita de madera esmeralda y vació todos los recuerdos de Lily dentro. Su rostro, la expresión de sus ojos cuando sonreía, el vibrar de su voz, los momentos que compartieron, todo.

La olvidó por completo.

Hasta ahora. Lily se resistía a morir y permanecía dormida dentro de su hijo quien reposaba en esa cama. Y no iba a abandonarla esta vez y no iba a dejar que nadie la lastime. Iba a dar su vida por ella esta vez, como hubiera deseado hacerlo cuando el señor tenebroso la alejó de su lado.

Regresó al lade de Harry y le acomodó las almohadas con delicadeza tratando de no moverlo demasiado.

Sirius y Remus no se cansaban de parlotear y su charla favorita era acerca de lo que iba a suceder una vez que Harry despierte. Sirius estaba empeñado en llevárselo con él, a vivir con él. En que como era su padrino se lo tenía que llevar a vivir con él, que le iba a enseñar todo lo que sabía acerca del quidditch y que seguramente iba a ser una estrella del deporte cuando entrara a la escuela.

Severus oía sus comentarios con ganas de estrellarlos contra las paredes del castillo, sólo para que se callaran. Pero no podía y tampoco podía evitar que tarde o temprano se fuera a cumplir lo que estaban diciendo. Era lógico, Harry tendría que quedarse con Sirius, ya que era su padrino y todo eso.

Le dirigió una mirada asesina tan pronto se dio cuenta que tan pronto Harry abriera los ojos y Sirius se lo llevara a vivir con él, no lo iba a volver a ver. Sirius detectó tal mirada y se puso en guardia.

"¿Tienes algún problema... Snape?" exclamó mientras avanzaba hacia él amenazante.

Severus sólo se acomodó en su sitio ignorándolo completamente.

"No me des la espalda Snape... Te he hecho una pregunta." Siguió avanzando hasta ponerse detrás de él.

"Siempre tan impulsivo Sirius, veo que no has cambiado nada. Sigues sin madurar ni un poco. Que lastima que a pesar de que tu cuerpo tenga apariencia de adulto sigas con la edad mental de un niño de cinco años"

"! Demonios! Así que Snivelly está buscando pelea. Vamos grasosito... quieres pelear... vamos afuera."

"Por favor..." intervino finalmente Remus al ver que la cosa iba en serio.

"Anda Snivelly... anda. ¿O tienes miedo de que te patee el trasero¿O vas a ir a acusarme con Dumbledore?"

"Ya es suficiente Sirius..." Remus se puso en medio de los dos tratando de evitar la confrontación. Pero ninguno de los dos ponía de su parte.

"¿Ese es el ejemplo que le vas a dar a Harry cuando le lleves a vivir contigo? Que lamentable..."

"Como siempre metiendo la nariz donde no te concierne. Sí es que hay cosas que no cambian ¿no? Lo que yo haga o deje de hacer es mi problema. "

"Contigo cuidando a Harry va a terminar en Azkaban antes de que llegue a la pubertad."

"Y eso a ti que te importa, grasiento fondo de caldero. ¿Por qué te metes en donde no te llaman?"

"Me interesa el bienestar del niño, eso es todo."

"Pues no debería importarte en lo más mínimo porque Harry va a estar bien conmigo. Va a estar mejor que con nadie porque soy su padrino..."

"Recién salido de la perrera... o mejor dicho de Azkaban... aún no matas las pulgas que traes y estas pensando en darle un buen hogar al niño."

Sirius soltó un gruñido canino para luego responder.

"Ahhhh ya veo... El cabeza de mantequilla esta celoso... estas celoso..."

Severus enrojeció de pronto. "¿Qué rayos y truenos te pasan por la cabezota enmarañada que tienes? Pensé que esa cabezota tuya aunque no te servía ni para peinarte, algo contenía. Aire debe ser porque de cerebro no tienes nada. "

"Estas celoso Severus. Celoso porque me eligieron a mi padrino de Harry no a ti. James jamás le habría pedido a un apestoso y resinoso perdedor como tu ser el padrino de su hijo."

El silencio asoló la habitación mientras se disipaban las palabras de Sirius. Remus se hizo a un lado porque eso había sido demasiado.

"Tan buen padrino eres... Sirius..." siguió Severus tragando saliva como si se tratara de una piedra atorada en su garganta. "Tan buen trabajo haces cuidando a Harry que está en ese estado. Tan buen padrino eres que no pudiste evitar todo el daño que ese miserable bastardo de Lucius le hiciera esto."

Eso fue suficiente... Sirius abrió la boca para contestarle pero no pudo emitir ninguna respuesta. Los ojos se le encendieron con rabia pero no pudo decir nada. En parte era cierto, en parte tenía razón.

Soltó un nuevo gruñido y se dio la vuelta para abandonar la habitación.

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Sirius no apareció de nuevo por el cuarto de Harry durante esa tarde y la noche. De nuevo era de noche y regresó al lado de Harry luego de cenar y pasear de nuevo por los corredores.

Harry estaba con Dobby a quien relevó en su cuidado. El elfo se retiró esa noche y se quedó solo con el pequeñuelo dormido.

Otra larga noche... otra larguísima noche deseando ver sus ojos abiertos de nuevo.

"Me gustaría que te quedes conmigo..." pensaba en voz alta mientras se acomodaba cerca de la manito tibia de todas las noches.

"Recuerdo que te gustó ir a mi casa el día de tu cumpleaños... a mi también me gustó tenerte ahí. Y recuerdo cuando encontraste el retrato de Lily. "Se incorporó para tomarlo del velador al lado de la cama del chiquillo. "¿Cómo no me di cuenta en ese momento? Es mi culpa que esto te esté sucediendo. Es mi culpa, si me hubiera dado cuenta antes... nada de esto hubiera pasado. Si hubiera actuado antes... de repente nada de esto hubiera...pasado. ¿Podrás perdonarme? "

Devolvió el portarretratos junto a los otros que habían colocado sobre el velador.

"Le fallé a Lily... eso es algo que nunca me voy a poder perdonar... lo siento... lo siento Harry... lo siento de verdad"

Entonces recostó su rostro sobre las mantas de la cama, humedeciéndolas con lágrimas silenciosas, las mismas que se rehusaron en salir cuando Lily murió. En silencio la lloró esa noche... años después de perderla...

Hasta que la mañana llegó de nuevo y sin saber que había dormido se despertó. Abrió los ojos de nuevo y quiso levantarse sólo para encontrar que los dedos de Harry estaban bien enredados en sus cabellos de nuevo. Reposaban los deditos entre las hebras negras de su cabeza.

Asombrado se desprendió con cuidado, despejando el sueño que había tenido. Tan real... tan cruel. Soñaba con Lily... soñaba que Lily le acariciaba el cabello y le decía que todo iba a estar bien.

Pero de repente seguía soñando y esperaba que nadie llegara a despertarlo, porque tan pronto levantó la cabeza descubrió que Harry lo estaba mirando.

Adivina queeeee?

Continuaraaaaa... así que dejame un review plis. Gracias por favor!