Nada me pertenece.. yo solo escribo un fanfic. Nada mas... Aca por fin un capitulo más... acercándonos al final de la historia. jijij. Fic editado, versión original en mi pag Web.
Capítulo 12
No… no era un sueño. Por fin había despertado. Ahora lo miraba curioso con sus enormes ojos verdes. Seguramente tenía montones de preguntas pero no sabía por donde empezar. Lo miraba en silencio, de repente pensaba que era un sueño.
"Harry…" susurró apenas. Si esto era un sueño no quería que nada lo fuera a despertar.
El chiquillo lo miró asustado de moverse si quiera. De repente temía estar durmiendo y se movía iba a despertar.
"Harry" exclamó sin poder contenerse esta vez. Sin poder reprimirse estaba abrazándolo, rodeándolo con sus brazos.
"Señor… Severus…" su voz, como la había extrañado. Le devolvió el abrazo aunque temblando un poco todavía.
Sin duda estaba aún confundido, lo podía leer en sus ojos verdes. Buscaba con la mirada algo familiar a parte del rostro de Severus, pero todo lo que lo rodeaba era totalmente ajeno a él.
"tranquilo… todo esta bien ahora… todo va a estar bien de ahora en adelante… lo prometo." Las palabras salieron sin que las pudiera detener. Estaba tan feliz que de pronto todo parecía tan fácil, tan alcanzable.
Entonces Harry le creyó y hasta sonrió algo nervioso. Buscaba con los ojos a Dobby, buscaba con los ojos las paredes de la cocina oscura a la cual había estado confinado la mayor parte de su vida. A pesar de que este lugar era uno totalmente distinto al que había conocido hasta ese entonces, parecía que todo iba a estar bien. Si el señor Severus estaba ahí, a su lado entonces no tenía de que temer.
Severus no paraba de sonreír, tenía tantas cosas que decirle, tantas cosas que contarle. Pero ya habría tiempo para eso… tiempo para muchas cosas…
No… no iba a haber tiempo para ambos. Por fin había despertado y pronto vendría Sirius a reclamarlo y se lo llevaría con él. Lo iba a alejar de su lado y no había nada que pudiera hacer.
"¿Dónde…estoy señor Severus?" preguntó Harry tímidamente en medio del silencio. Tenía derecho a saber lo que estaba ocurriendo, desenredar la madeja de pensamientos que se revolvían en su cabeza.
"Estas en Hogwarts… en el área de enfermería…."
Los ojos del chiquito recobraron el brillo infantil que conoció hacía algún tiempo en la cocina lóbrega de Lucius. "Entonces el señor Dumbledore está aquí también." Su voz de nuevo vibraba melodiosa.
"Dumbledore ha estado aquí conmigo esperando que despertaras."
Entonces su carita se tornó triste de nuevo. Habría querido ver al personaje de la tarjetita pero como había estado durmiendo había perdido la oportunidad. Ahora se quedó sin conocerlo…
"¿Te duele algo? Te sientes mal…"
"No señor Severus…es que… es que… el señor Dumbledore estuvo aquí y no pude verlo… y no sé tampoco donde se quedó mi tarjetita… la que usted me regaló… creo que la perdí…" y su carita se iba poniendo más y más triste.
"No te preocupes por eso… Dumbledore vendrá en cualquier momento a verte. Ya verás…"
Entonces sonrió de nuevo. Era maravilloso verlo sonreír de ese modo. Pero sonrió más aún cuando por la puerta entró Dobby. El elfo casi muere de la impresión al verlo despierto, aunque con timidez se acercó a Harry. Aún sentía remordimientos por lo sucedido, aún se echaba la culpa de todo.
"Dobby" lo llamó desde su cama.
Al elfo los ojos se le inundaron y cayó al suelo en un mar de lágrimas.
"Dobby no merece estar a tu lado chiquito, Dobby no te merece. Todo es culpa de Dobby…Dobby es malo… muy malo…."
Entonces la carita se le descompuso de susto ante la reacción del elfo. Esperaba sin duda que se alegrara de verlo de nuevo. Pero no era así… y las cosas que decía… no entendía nada de nada.
"Tranquilízate que lo estas asustando." Regañó Severus mientras trataba que el elfo se pusiera de pie y dejara de emitir alaridos de tristeza.
El elfo se calmó un poco pero el ruido atrajo a Sirius quien entró a toda velocidad provocando que Harry casi se caiga de la cama del susto. Al verlo despierto no pudo contenerse y corrió hacia donde estaba.
"No puedo creerlo…." Y corrió hacia él mientras que Harry se ponía pálido y lo arrancó de la cama. "Estas bien… por fin despertarse" y lo apretaba contra su pecho y Harry entró en pánico y empezó a llorar para que lo suelte.
Sirius sorprendido por el hecho lo soltó y Harry huyó de su lado a ocultarse tras Severus.
"Eres un idiota…" era el turno de Severus de calmar al pequeñuelo que miraba a Sirius como si este fuera un ogro sacado de una pesadilla. "Lo estas asustando."
Sirius los miró sorprendido y algo resentido. Remus quien llegó a tiempo para ver la escena intervino.
"Él tiene razón Sirius… al parecer Harry no sabe nada de nada… es lógico que esté asustado y confundido."
"Pero qué cosas dices… cómo me va a tener miedo a mi si soy su padrino." Miraba incrédulo al pequeñuelo que se ocultaba tras Severus mirándolo como si fuera un animal salvaje. Avanzó hacia Harry pero este no hizo más que alejarse de él.
Severus empezó a hartarse de la escena y tomó a Harry en sus brazos. Lo devolvió a la cama con dificultad porque este no quería despegarse de la seguridad que le provocaba. Una vez estuvo echadito en la cama se prendió de la manga de la túnica de Severus.
A Sirius y Remus no les quedó de otra que sentarse en unas sillas alejadas de la cama mientras soportaban las miradas de terror de Harry. Tenían tantas ganas de abrazarlo, pero hasta que todo estuviera aclarado no iban a poder hacer nada.
Había tanto que explicar… pero por donde comenzar…
"Siempre se empieza por el inicio…" exclamó Dumbledore entrando por la puerta de la habitación, leyéndoles la mente a todos los presentes.
Harry lo vio y en ese momento buscó en el bolsillo de su túnica la figurita que se movía. Pero no pudo hallar ninguna… La figurita de la foto de tamaño real empezó a acercarse hacia él mirándolo a través de sus lentecitos de media luna. Algo había en este señor que le inspiraba confianza… ya no tenía miedo ahora.
Se acomodó entonces en una silla al lado de la cama y retomó la palabra.
"Es bueno verte despierto Harry Potter…" y sonrió tiernamente.
El chiquito le devolvió la sonrisa imaginándose un borde de cartón alrededor de Dumbledore. Aún no se acostumbraba a verlo fuera de su tarjetita animada. Se preguntó entonces si es que también dormía de pie como lo hacía su figurita.
"Me imagino que hay muchas preguntas que quisieras hacer. Y las harás a su debido tiempo. Pero por ahora es necesario que sepas la verdad de tus orígenes y porque estas aquí. Sobretodo quienes son estas personas que están aquí reunidas y qué va a ser de ti ahora."
No podía prestarle atención porque el movimiento de su barba cuando hablaba lo tenía fascinado. Su figurita nunca hablaba y no se había imaginado que tan bonita podía ser su voz.
"Lo primero que debes de saber es que tus padres te amaron mucho y…"
"Pero…señor…." Interrumpió con timidez. "mi mamá me abandonó en el bosque porque yo fui malo y mi papá murió por mi culpa. Y ella no me quería porque era malo… por eso me dejó ahí…"
"Qué cosas dices Harry, eso no fue así. ¡Hipogrifos tuertos! Cómo puedes decir semejantes cosas" exclamó Sirius sin poder creer lo que estaba oyendo mientras levantaba la voz lo suficiente como para hacer que el chiquito se sobresaltara.
"Lo siento… amo…" susurró a punto de ponerse a llorar. Severus intervino tratando de calmarlo
"Creo que tienes una versión errada de la historia." Añadió Remus.
"Pero el amo Malfoy me dijo que mi mamá me había abandonado en el bosque. Dobby me recogió del bosque y me llevó a vivir con ellos…."
A Dobby la conciencia aún no lo dejaba tranquilo y de nuevo amenazaba con estallar en lágrimas.
"No fue así como sucedió todo Harry." Continuó Dumbledore. "La verdad es que tus padres murieron cuando tú eras muy pequeño. Fueron asesinados y todos pensamos que tú también habías corrido la misma suerte que ellos hasta ahora."
Harry buscó en Severus una mirada que le confirmara que todo lo escuchado era cierto y la halló.
"Fuiste a dar en las peores manos posibles. Pero ahora finalmente estás a salvo y nadie más te va a volver a lastimar."
"Per…o... ¿De verdad no tengo que volver con el amo Malfoy¿Y Dobby tampoco tiene que volver?" la pregunta fue al aire pero esperaba que Severus le conteste.
"Nunca más vas a volver a ver a ese miserable de Malfoy" replicó Severus con un tono amargo en la voz. "Ya no tienes que preocuparte por él. Va a pagar por todo lo malo que ha hecho en su vida."
"Lucius Malfoy y Peter Pettigrew están siendo juzgados por los crímenes que han cometido. Han de pagar por sus culpas. Ahora Harry… es necesario que conozcas a Sirius y Remus. Ellos fueron muy amigos de tu papá cuando eran jóvenes. Sirius es tu padrino…"
Harry los miró a ambos con cierto recelo. Sirius le sonrió al igual que Remus.
"Eres tan parecido a tu papá… no puedo creerlo todavía." Sirius balbuceaba algo emocionado. "me parece que tengo a James enfrente…"
Entonces Harry se estremeció al recordar al sujeto que le habló acerca de sus padres. Ahora una gran confusión crecía en su mente. Sus padres fueron asesinados y ese sujeto que le habló acerca de ellos le había llamado James. Entonces ese debía ser su nombre, no Harry.
"Es igual a él, pero los ojos son de Lily." Añadió Remus sonriendo más todavía. Ambos se querían levantar de sus puestos y correr a su lado. Pero las miradas de miedo que les dirigía el pequeño los mantenían en donde estaban.
"El parecido es asombroso. Es por ello que Lucius lo tuvo oculto tanto tiempo para evitar sospechas." Prosiguió Dumbledore mientras que tomaba del lado del velador una figurita que tenía su figura dentro.
"Ese miserable de Malfoy…" Sirius sonaba furioso. "Ya va a pagar por todo lo que ha hecho. Pero no debes preocuparte Harry, nunca más saldrá de Azkaban y menos se va a volver a acercar a ti. Si tan sólo lo intenta lo voy a partir en tantos pedazos que no van a poder encontrarlos todos."
Ese comentario no hizo más que aterrarlo más aún.
"Creo que deberíamos cambiar de tema." Sugirió Remus al ver la reacción de Harry.
"Sí… Definitivamente. Harry… no veo la hora de que vayamos a casa. Tenemos tanto de que hablar." Sirius estaba tan entusiasmado que movía las manos en todas direcciones.
El pequeñuelo palideció de pronto. La idea de irse con ellos sonaba tan seductora como que lo encierren en un cuarto lleno de doxies. Les dirigió una nueva mirada de espanto y se escurrió dentro de los cobertores de la cama.
"Tengo tanto que contarte acerca de tu papá. Te trajimos algunas fotos de ellos para que las veas." Pero Harry no prestaba atención, estaba pensando en como iba a salir de esta. Por lo menos ya se había librado de las garras del amo Malfoy y ahora iba a dar a unas peores.
"Puedo apostar que serás tan bueno en quidditch como lo fue tu papá. Si eres igual a él…" y soltó una carcajada sonora que retumbó en toda la habitación.
"Ya habrá tiempo para eso." Cortó Dumbledore al notar la molestia en el rostro del pequeñuelo.
"Sí, bastante tiempo." Repuso Sirius entusiasmado. "Será mejor partir lo más pronto posible para que no se haga más tarde." Y estiró sus piernas y sus brazos al unísono.
Remus se levantó del asiento algo inseguro de acercarse al pequeño o no. Harry se veía con ganas de salir corriendo más que entusiasmado por ir con ellos.
"Entonces vamos de una vez..." Sirius movió su humanidad hacia el lecho de Harry quien estaba perdiendo el color del rostro.
El chiquillo buscó la mirada de Severus para pedirle que no los deje salirse con la suya pero Severus no lo miraba. No pudo hallar su mirada en ninguna parte de la habitación. De repente no estaba presente en ese momento. Tomó su mano para darse seguridad y entonces volteó a mirarlo.
Se veía triste. De repente era algo que había hecho. Seguro estaba haciendo que el señor Severus se sienta mal por algo que dijo. Entonces lo mejor que podía hacer era quedarse en silencio y no perturbarlo más. Tenía que obedecer en todo lo que le decían. Así había sido toda su vida y no le había ido tan mal. Así que mejor era hacer todo lo que ellos decían que hiciera. Eso era lo mejor, de repente así el señor Severus no se iba a sentir mal o triste por su culpa.
Soltó la mano de Severus y dejó que Sirius lo tomara en sus brazos y le raspara el rostro con la barba. El señor Severus se levantó de su sitio y salió de la habitación. Lo vio alejarse y de pronto se sintió muy triste.
Remus empezó a recolectar todo lo que estaba puesto en el velador al lado de la cama mientras que Sirius avanzaba con Harry en sus brazos. El pequeño volteó a buscar a Dobby quien estaba distraído arreglando la cama libre ahora. El chiquito se veía perturbado, de repente no era buena idea llevárselo en ese momento.
Pero como decirle algo así a Sirius.
Harry no dejaba de buscar a Dobby con la mirada mientras que Sirius parloteaba tratando de llamar su atención. Al momento de salir de la habitación pudo distinguir entre las sombras del corredor del castillo la figura de Severus.
Le echó una última mirada buscando sus ojos pero no los encontró. Trató de sonreírle esperando una sonrisa en respuesta pero no halló nada bonito que lo hiciera sonreír.
Se sentía tan triste... de repente hubiera sido mejor que no hubiera abierto los ojos y poder seguir acariciando el cabello del señor Severus.
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Sirius perdía la paciencia con cada día que pasaba. Nunca había sido una persona paciente pero ahora que necesitaba mantenerse en calma no la hallaba. Jamás imaginó que iba a ser tan difícil hacerse cargo de Harry.
No era que el pequeño fuera problemático sino que simplemente no se adaptaba a vivir con ellos.
La primera noche que intentaron hacerlo dormir con ellos en la misma cama, Harry salió corriendo de la habitación y terminó escondiéndose dentro de unos calderos mugrientos de la cocina. Les tomó horas encontrarlo porque estaba bien escondido y no hubo manera de hacerlo salir por su propia cuenta.
Pasaba el día persiguiendo a Kreacher buscando que hacer y no lograban sacarlo de la cocina. La casa nunca había estado tan limpia, ni Kreatcher tan alterado. El viejo elfo doméstico estaba medio mal de la cabeza que cada vez que Harry lo acosaba para pedirle alguna tarea de la casa corría despavorido de su lado. Era una persecución total en la casa. Mientras Kretcher huía de Harry, Sirius y Remus lo buscaban a él hasta por debajo de los tapetes. El chiquito sabía esconderse muy bien.
Otra odisea fue el que les dijera por sus nombres y no les dijera "amo". El pequeño actuaba como un elfo doméstico y Sirius perdía la paciencia cada vez que lo veía comportarse de ese modo. Empezaba a despotricar con que iba a matar a Lucius y eso aterraba al chiquillo. ¿Sería por eso que cada vez que veía acercarse a Sirius se evaporaba para luego ponerlos a revolver la casa para encontrarlo?
Pero cuando llegó la hora de bañarlo fue que se armó la grande. En principio Harry les dijo que podía bañarse solo como si fuera vajilla en una cubeta en la cocina. Sirius pegó el grito al cielo y Remus condujo a Harry al cuarto de baño.
Entraron los tres pero tuvo la buena idea de pedirle a Sirus que se retirara. Cuando Harry se quitó la ropa tuvo que salir a tomar aire y pensar en algo que le impidiera darse un viaje a Azkaban y asesinar a Lucius. No se tardó mucho, pero si lo suficiente como para que Sirius entrara y aterrara a Harry al punto de hacerlo llorar. Porque cuando vio el estado del pequeñito se puso de todos los colores y empezó a despotricar y lanzar maldiciones al aire mentando a Lucius. Harry se escondió en un ladito de la habitación asustado temiendo que el enojo de Sirius fuera a recaer sobre él.
Cuando Remus entró tuvo que sacar a un Harry al borde de la histeria y luego entrar a calmar a Sirius.
Definitivamente las cosas no estaban bien para los tres.
Todo debía andar bien de ahora en adelante. Harry estaba vivo, Sirius estaba fuera de prisión, estaban viviendo juntos. ¿Qué podría salir mal?
Harry pasó delante de Remus con una cubeta de agua en las manos. De nuevo estaba de un lado para el otro limpiando la casa.
"Harry"
Y el pequeño se sobresaltó al oírlo.
"Sí am... señor...Remus..." y trató de esconder tras si mismo la cubeta de agua. Cada vez que lo veían haciendo las labores de la casa parecían enojados.
Remus suspiró profundamente. "Ven, acércate"
Harry avanzó nervioso, con su cubeta en las manos. Ahora estaba en problemas, seguro lo iban a castigar por desobedecer.
Estiró su mano que rozó la mejilla del chiquillo, pálida de susto. El pequeño estaba asustado, aterrado al estar de pie frente a él. Esto no podía seguir así, esto no era vida para ninguno de los tres.
Pero se parecía tanto a James, era como si el tiempo retrocediera al tenerlo delante. Su viejo amigo, James. Por un momento volvió al pasado para regresar al doloroso presente sin mayor preparación.
El pequeño Harry lo miraba aterrado, esperando que le hiciera algo, midiendo la distancia entre ambos, esperando alguna reacción violenta que no llegaba y eso era peor. Respiraba agitado esperando algún indicio de lo que le esperaba. Pero nada sucedía.
Remus volvió a la realidad. Aún tenía la mano sobre la mejilla del pequeño. Estaba empezando a humedecerse de lágrimas de miedo. No pudo contenerse y abrazó al pequeño. Lo abrazó como no lo había hecho antes, con ternura.
Cuando se separaron, Harry lo miraba pasmado. No podían seguir así, no podía exponerlo a esa vida de miedo. Pero cómo hacerle entender que iba a estar bien, como convencerlo de que no le iban a hacer ningún daño y estaban ahí para protegerlo. Cuando ni siquiera pudieron evitar que tuviera la vida que tuvo, si ni siquiera pudieron salvarlo hacía tantos años, cuando ni siquiera sabían que estaba vivo y lo enterraron en el pasado junto con la memoria de sus padres.
No tenía palabras para expresarle cuanto sentía todo lo que había sucedido, palabras para pedirle perdón por no haber podido evitar que algo así sucediera.. No podía evitar sentirse culpable por no haber estado a su lado cuando fue necesario. Y ahora lo único que hacía era asustarlo más...
No había más remedio...
"Estoy seguro que Sirius entenderá..."
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Los días pasaban sin sentido. La caja de madera esmeralda permanecía abierta sobre su velador. La contemplaba largo rato todas las noches mientras que los recuerdos liberados merodeaban en su mente.
A los viejos y tormentosos recuerdos había que agregarle los nuevos. Los recuerdos de las noches enteras esperando por ver de nuevo sus ojos. Esperando que la mañana lo traiga a la vida de nuevo. Días al lado del lecho de Harry que sirvieron para acrecentar el dolor de perder a Lily y ahora laceraban su alma. Ahora lo había perdido también a él.
De un tiempo ahora se le había hecho vital el estar a su lado. No concebía vida si no era al lado de su lecho esperando que despertara esperando verlo sonreír de nuevo, ver sus ojos brillantes e imaginarse que todo iba a estar bien entonces.
La realidad era otra y él sabía que era mejor así. Pero igual sufría el vacío de no tenerlo revoloteando en su casa vacía, despachando la soledad y cubriéndola de alegría.
Se hacía de noche de nuevo y no le quedaba nada por esperar. Estaba solo y así era como iba a terminar. Solo, Ella eligió a James y Harry eligió a Sirius... así es como debía ser. Ese era el destino, el mismo que se llevó a Lily ahora lo volvía a despojar de parte de ella. Sólo los recuerdos lo iban a acompañar esta noche solitaria.
Una noche en soledad, que más da. Sin saber que hacer, hacia donde ir. Sin tener con quien hablar, con quien reír. Triste soledad. Lo único que poseía, su soledad.
Tomó la caja esmeralda de sobre el velador y la aventó a un lado. Repulsiva tanto como su contenido que ahora lo atormentaba cada noche y se sentaba a su lado en el lecho.
De repente era lo mejor que podía hacer. De repente olvidar a las personas a las que amaba era la solución a su miseria. Borrarlo todo y empezar de nuevo. Como si nada hubiera pasado, como si nunca hubiera conocido a Harry. Olvidarse de él y hasta luego llegar a odiarlo cada vez que lo viera en su salón de clases, porque le iba a recordar la parte fea de su juventud. Quizá al verlo lo iba a odiar pensando que él era el resultado de la pérdida de Lily. Por culpa de ese niño ella nunca iba a ser suya, por culpa de ese niño ella estaba muerta.
Desechó los pensamientos de su mente tan rápido como vinieron. Se odió asimismo por pensar en algo tan horrible. No podía odiarlo aunque lo deseara. Aunque de repente si lo olvidaba, el tiempo borraría todo resquicio de recuerdo. No, él tiempo no podía nada contra el amor.
Tomó la caja entre sus manos mirándola con cólera. Después de todo era lo único que le quedaba. Ya era suficiente con una existencia solitaria como para aumentar el dolor de no poder estar al lado de quien quería.
Era un simple hechizo y Harry iba a desaparecer de su mente y su vida. Un hechizo simple que le iba dar algo de consuelo. Olvidarlo por fin, dejar ir a Lily...
Entonces era mejor así... tomó su varita entre dedos temblorosos
"Adiós Harry..."
Y por arte de magia... coontinuaraaaaaa... asi que dejame un review gracias por favor
